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Acoso sexual en Internet

“El acoso tradicional ocurría en la escuela, y el adolescente podía encontrar


cierto refugio en su hogar o en otro entorno. Sin embargo, ahora la persecución
puede continuar en casa o donde sea, a través del ordenador. Hay otra gran
diferencia: el anonimato que a veces facilita la Red. Uno puede crear correos
electrónicos o perfiles web falsos y acosar desde ellos a alguien, sin que la
víctima de esos ataques sepa de dónde provienen en realidad, desorientándola

El presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió al caso Clementi en un


mitin televisado a través de MTV, el pasado jueves: “Parte del poder de
Internet es que la información fluye y nadie la censura y no la controla ninguna
autoridad”. Añadió que son las autoridades escolares, junto con las familias, las
que deberían ejercer un control mayor sobre las redes sociales. “En los
colegios, por ejemplo, deberían instaurarse políticas que aseguren que el
acoso, sea a través de Internet o en persona, es inaceptable.”

Nacido hace una década, parasitando el reciente auge de Internet como medio
de comunicación, el ciberacoso es ya un fenómeno internacional. El semanario
The New Yorker le dedicó un breve artículo en junio de 2001, diciendo que las
incipientes redes sociales eran la “nueva pared del retrete”, donde los
adolescentes escribían sus insultos y escribían nombres y números de teléfono
para fastidiar a amigos y enemigos.

Contaba The New Yorker que las alumnas del exclusivo colegio de mujeres
Marymount, en el Upper East Side de Manhattan, habían creado una página
web, dentro del dominio gratuito Freevote.com, para que los centros privados
de secundaria eligieran a la estudiante más promiscua. Decían los creadores
de aquel foro: “Solo escribe el nombre de la persona del sistema escolar que
creas que es la mayor zorra”.

Hubo 150 nombres en competición, ordenados de mayor a menor puntuación


en promiscuidad. La madre de una de las acosadas decía, sin revelar su
nombre, en el semanario: “Ese sitio web es horrible. Con Internet, se ha
perdido el civismo. Con este factor del anonimato, se pueden decir y escribir
las cosas más horribles. Da miedo”.

Aquella madre, que poco sabía de lo que había de llegar, ya veía el potencial
de la Red: convertir el acoso escolar en ciberacoso. ¿Son la misma cosa, solo
que filtrada a través de un proveedor de Internet? No, dicen muchos expertos.
“El ciberacoso es más persistente”, opina Justin Patchin, profesor de derecho
criminal de la Universidad de Wisconsin-Eau Claire y co-director del Centro
para la Investigación del Ciberacoso. “Uno podía escapar del acoso tradicional.
Eso ya no sucede”.
“El acoso tradicional ocurría en la escuela, y el adolescente podía encontrar
cierto refugio en su hogar o en otro entorno. Sin embargo, ahora la persecución
puede continuar en casa o donde sea, a través del ordenador. Hay otra gran
diferencia: el anonimato que a veces facilita la Red. Uno puede crear correos
electrónicos o perfiles web falsos y acosar desde ellos a alguien, sin que la
víctima de esos ataques sepa de dónde provienen en realidad,
desorientándola”.

Desorientada estaba Megan Maier antes de suicidarse, en octubre de 2006, a


sus 13 años. Esta adolescente de Misuri recibió un día un mensaje a través de
la red MySpace: Josh Evans la había añadido. Decía haberse mudado
recientemente a la localidad donde vivía Megan y, de momento, no acudía al
instituto ni tenia teléfono móvil. Construyeron una amistad virtual.
Posteriormente, Josh comenzó a mostrar una cara poco amable. En una
ocasión, le dijo: “Todo el mundo sabe quién eres. Eres una mala persona y todo
el mundo te odia. Púdrete el resto de tu vida. El mundo sería mejor sin ti”.
Hablaron unos días más, por chat. Megan se suicidó días después.

Los padres de Megan descubrieron los agresivos mensajes de Josh en su


ordenador. Una investigación policial les llevó, seis meses después, a la puerta
de la vecina. Allí vivía una compañera de instituto y ex amiga de Maier. Pero no
había sido esa adolescente quien había escrito aquellos mensajes. Según la
investigación policial, había sido su madre, Lori Drew, de 47 años. Había creado
a Josh como una estrategia para ver si Megan insultaba a su hija.

En Misuri, como en el ámbito federal, no había entonces ninguna ley para


penar el ciberacoso. Drew fue juzgada por fraude online en 2008. Quedó
absuelta e impune. Desde entonces, Misuri ha aprobado una ley contra el
ciberacoso, junto con una decena más de Estados. En el plano federal, la
representante por California Linda Sánchez ha presentado un proyecto en el
Congreso, bajo el nombre Ley Megan Maier, que penaría los casos de acoso por
Internet con hasta dos años de cárcel.

“Sé, después de haberme reunido con niños, padres, profesores y agentes


policiales, que hay cada vez más gente joven que sufre el ciberacoso. Ese
ciberacoso no es una broma inocua ni es válido como ritual de iniciación. Es
peligroso, tanto a nivel físico como mental”, dijo Sánchez cuando presentó la
ley.

La burla y la atracción sexual son semillas germinales de Facebook, la red que


conecta ya a más de 500 millones de usuarios. Su fundador, Mark Zuckerberg,
creó en 2003, cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, una página
web titulada Facemash, para comparar a personas del mismo sexo en virtud de
su atractivo. Así, se iría creando una competición en la que quedarían,
finalmente, solo los más guapos.
Según dice el escritor David Kirkpatrick en la cronología autorizada El efecto
Facebook: “Las fotos para Facemash procedían de los facebooks (orlas en
formato libro) que mantenía cada fraternidad de Harvard donde vivían los
universitarios. Se trataba de las fotos que se tomaba a los alumnos el mismo
día que llegaban para la orientación académica, un tipo de instantáneas con
poses patosas y embarazosas que a nadie le gustaría ver circulando”.

Zuckerberg recibió quejas de las agrupaciones Fuerza Latina y la Asociación de


Mujeres Negras de Harvard. Se le llamó sexista y racista. La junta directiva le
convocó a una audiencia y le acusó de violar la seguridad de la red
universitaria, de infringir derechos de autor con el uso de las fotos y de
vulnerar el derecho a la intimidad de los demás alumnos. Se añadió un aviso a
su expediente. Zuckerberg descubrió, con este experimento, el gran poder de
las redes sociales. En enero, en una conferencia tecnológica organizada por
TechCrunch, dijo: “Hoy en día los usuarios se sienten más cómodos
compartiendo más información, de forma más abierta. Las normas sociales han
evolucionado”.

Esa es la filosofía de quien rige la mayor red social del mundo, un sitio web que
ha apuntalado revoluciones políticas y que ha unido a ciudadanos en causas
nobles como la oposición al terrorismo, pero que a la vez puede ser usado para
actos tan punzantes como crear una página en que se insulte a un compañero
de clase. Es cierto, lo dañino es el comportamiento. Pero todavía queda la duda
de si el medio intensifica esas heridas o no.

Cuando el hijo es el atacante

¿Qué sucede cuando el propio hijo no es el acosado, sino el acosador,


refugiado tras la pantalla de su ordenador? Según la reputada profesora
Elizabeth Englander, directora del Centro para la Reducción de las Agresiones
de Massachusetts, en el Bridgewater State College, para muchos padres es
difícil asumir que su hijo puede ser el atacante. “Es normal que los padres
tiendan a defender en seguida a su hijo”, explica. “Es duro aceptar que un hijo
está haciendo algo cruel, pero es un primer paso importantísimo que aportará
muchos beneficios”.

Englander admite que muchos niños hacen cosas online que jamás harían en la
vida real. “Es el anonimato, la percepción errónea de que las cosas que se
hacen en Internet no son tan dañinas como las que se hacen en el cara a cara.
Al escribir algo en una red social, el adolescente no recibe una reacción física
inmediata y puede mostrarse más desinhibido. Es importante que los padres le
expliquen que sus acciones, sean en el medio que sean, pueden tener un
efecto dañino”.

Para ello, la experta recomienda que si se sorprende al propio hijo acosando a


otro adolescente lo mejor es restringirle el acceso a las redes sociales durante
una temporada. “Es importante que se le deje claro que lo irá recuperando
según aprenda las normas adecuadas en la interacción online”, explica
Englander. “A partir de entonces, los padres pueden ir dándole pequeños
espacios de tiempo cada día, para que aprenda a recuperar el privilegio de
interactuar en sus perfiles”.

En ello coinciden educadores, psicólogos y políticos: como sucedía en los casos


de acoso infantil tradicional, los de toda la vida, las formas más efectivas de
combatir el ciberacoso son la información y la educación. Es bueno que padres
y tutores sepan qué perfiles abren los niños, qué redes sociales frecuentan,
cuántas horas al día dedican a ello. Y es todavía mejor que les enseñen que en
la vida virtual, los insultos duelen tanto como en la vida real.

Ciberacoso es el uso de información electrónica y medios de comunicación


tales como correo electrónico, redes sociales, blogs difamatorios para acosar a
un individuo, mediante ataques personales u otros medios. Puede constituir un
delito penal. Según R.B. Standler el acoso pretende causar angustia emocional,
preocupación, y no tiene propósito legítimo para la elección de
comunicaciones. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ciberacoso

El ciberbullying, es decir, el acoso que se produce entre iguales a través de los


medios telemáticos y que en los últimos años hemos ido conociendo más y
más casos en los centros educativos ¿está yendo de más a menos?

En realidad, el ciberbullying está creciendo más, porque hay más intensidad de


uso, más tecnologías, más horas de utilización y se produce a edades más
tempranas. Es como cuando hay más coches en la carretera, que se producen
más colisiones.

Estamos ante un caso de ciberbullying cuando un o una menor atormenta,


amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro/a mediante Internet, teléfonos
móviles, consolas de juegos u otras

Según el Estudio sobre hábitos seguros en el uso de las TIC por los menores
publicado por el INTECO en Marzo de 2009 el ciberbullying se define como
acoso entre iguales en el entorno TIC, e incluye actuaciones de chantaje,
vejaciones e insultos de niños a otros niños..

Lo que no es ciberbullying

Tiene que haber menores en ambos extremos del ataque para que se
considere ciberbullying: si hay algún adulto, entonces estamos ante un caso de
ciberacoso.
Tampoco se trata de adultos que engatusan a menores para encontrarse con
ellos fuera de la Red o explotar sus imágenes sexuales. Aunque hay veces en
que un/a menor comienza una campaña de ciberbullying que puede acabar
implicando a adultos con intenciones sexuales.

¿Estoy preparado para proteger a mis hijos del ciberbullying?

Calentamiento: conocimientos de Internet

Principio del formulario

MySpace.com es:

Un web pornográfico.

Un web donde la gente publica fotos suyas e información para relacionarse


con otros.

Un webzine sobre sexo donde la gente puede enviar consultas para que se
las respondan.

Hacerle "poking" a alguien online es:

Una forma de acosar o fastidiar.

Algo relacionado con el cibersexo.

Una forma de decir "hola" en Facebook.

Un "mensaje de ausencia" es:

Un mensaje automático que informa a otros usuarios de mensajería


instantánea de si estás o no al ordenador.

Un mensaje automático que informa a otros usuarios de SMS de si estás o


no al aparato.

Una expresión para referirse a un saludo de correo de voz.

"Bloquear" es:

Ignorar o frustrar las tentativas o insinuaciones sexuales de alguien.

Una forma de privar a los internautas de la capacidad de saber cuándo


estás conectado/a.

La interceptación de un correo por hackers antes de que llegue a su


destino.

Final del formulario

Ahora marca las frases que sean ciertas

(Si no sabes si es cierto o no, déjalo sin marcar.)

Principio del formulario

Sé usar los controles parentales que ofrece mi proveedor de acceso a


Internet

Tengo los controles parentales puestos para restringir lo que mi hijo o hija
puede hacer por Internet.

He hablado con mi hijo/a acerca de los peligros de encontrarse con gente


de Internet.

Sé que mi hijo/a no da información personal por Internet.

Sé que mi hijo/a no utiliza salas de chat para conocer gente.

He aconsejado a mi hijo/a que desconfíe de la forma en que la gente se


describe a sí misma en Internet.
Sé que mi hijo/a no ha dado por ahí su clave.

Sé que mi hijo/a no utiliza Internet para ver pornografía.

Vigilo los motes de mi hijo en sus cuentas de mensajería instantánea y le


pregunto cuando veo nombres extraños que aparecen en su lista de contactos.

Sé que mi hijo no se ha conectado ilegalmente a la cuenta de otra persona


en Internet.

Sé cómo usar los controles de privacidad en Internet para bloquear


usuarios y mi hijo/a también sabe bloquear.

Le he dicho a mi hijo que me cuente si alguien finge ser él/ella, le/la


desconcierta o le/la amenaza por medio de Internet.

Sé con quién contactar si sé da caso anterior.

Le he prometido a mi hijo/a que no reaccionaré exageradamente si me


avisa de algo que le/la molesta en la Red.

Sé qué funcionalidades tiene el teléfono móvil de mi hijo/a.

Le he hablado a mi hijo/a acerca de sacar fotos o publicar fotos de otros sin


su permiso.

Sé la contraseña de mi hijo/a, o me enseña sus perfiles, páginas y


comunicaciones cuando se lo pido.

¿Cómo se manifiesta el ciberbullying?

Las formas que adopta son muy variadas y sólo se encuentran limitadas por la
pericia tecnológica y la imaginación de los menores acosadores, lo cual es poco
esperanzador. Algunos ejemplos concretos podrían ser los siguientes:

· Colgar en Internet una imagen comprometida (real o efectuada mediante


fotomontajes) datos delicados, cosas que pueden perjudicar o avergonzar a la
víctima y darlo a conocer en su entorno de relaciones.
· Dar de alta, con foto incluida, a la víctima en un web donde se trata de votar
a la persona más fea, a la menos inteligente... y cargarle de puntos o votos
para que aparezca en los primeros lugares.

· Crear un perfil o espacio falso en nombre de la víctima, en redes sociales o


foros, donde se escriban a modo de confesiones en primera persona
determinados acontecimientos personales, demandas explícitas de contactos
sexuales...

· Dejar comentarios ofensivos en foros o participar agresivamente en chats


haciéndose pasar por la víctima de manera que las reacciones vayan
posteriormente dirigidas a quien ha sufrido la usurpación de personalidad.

· Dando de alta la dirección de correo electrónico en determinados sitios para


que luego sea víctima de spam, de contactos con desconocidos...

· Usurpar su clave de correo electrónico para, además de cambiarla de forma


que su legítimo propietario no lo pueda consultar, leer los mensajes que a su
buzón le llegan violando su intimidad.

· Provocar a la víctima en servicios web que cuentan con una persona


responsable de vigilar o moderar lo que allí pasa (chats, juegos online,
comunidades virtuales...) para conseguir una reacción violenta que, una vez
denunciada o evidenciada, le suponga la exclusión de quien realmente venía
siendo la víctima.

· Hacer circular rumores en los cuales a la víctima se le suponga un


comportamiento reprochable, ofensivo o desleal, de forma que sean otros
quienes, sin poner en duda lo que leen, ejerzan sus propias formas de
represalia o acoso.

· Enviar menajes amenazantes por e-mail o SMS, perseguir y acechar a la


víctima en los lugares de Internet en los se relaciona de manera habitual
provocándole una sensación de completo agobio.

Diez consejos básicos contra el ciberbullying

No contestes a las provocaciones, ignóralas. Cuenta hasta cien y piensa en otra


cosa.

Compórtate con educación en la Red. Usa la Netiqueta.

Si te molestan, abandona la conexión y pide ayuda.

No facilites datos personales. Te sentirás más protegido/a.

No hagas en la Red lo que no harías a la cara.


Si te acosan, guarda las pruebas.

Cuando te molesten al usar un servicio online, pide ayuda a su gestor/a.

No pienses que estás del todo seguro/a al otro lado de la pantalla.

Advierte a quien abusa de que está cometiendo un delito.

Si hay amenazas graves pide ayuda con urgencia.

Decálogo para una víctima de ciberbullying

Pide ayuda. Si eres menor recurre a tu padre o tu madre o, en su defecto, a


una persona adulta de confianza. Asegúrate de que esa persona conoce y
entiende estas pautas para que ambos podáis remar en el mismo sentido y
para que, en su ánimo de protección, no haga cosas que acaben siendo
perjudiciales.

Nunca respondas a las provocaciones. Hacerlo no te ayuda en nada y, sin


embargo, es un estímulo y una ventaja para quienes te acosan. Mantén la
calma y no actúes de forma exagerada o impulsiva en ningún caso.

No hagas presunciones. Puede que ni las circunstancias ni las personas que


parecen implicadas sean como aparentan. Mantén un margen para la duda
razonable porque actuar sobre bases equivocadas puede agravar los
problemas y crear otros nuevos.

Trata de evitar aquellos lugares en los que eres asediado en la medida de lo


posible hasta que la situación se vaya clarificando. Si se trata de redes sociales
o comunidades online no te será difícil. Si el acoso llega por el teléfono móvil,
no descartes cambiar de número.

Cuanto más se sepa de ti, más vulnerable eres y más variado e intenso es el
daño que pueden causarte. ¿Imaginas una mentira ridiculizándote construida
sobre datos privados reales escrita en tu muro?, ¿qué pasaría si alguien,
haciéndose pasar por ti, insulta a tus amistades? Es momento, por lo tanto, de
cerrar las puertas de tu vida online a personas que no son de plena confianza.
Para ello:

Evita intrusos. Para ello debes realizar, en orden, estos pasos:

Realiza un chequeo a fondo de tu equipo para asegurarte de que no tienes


software malicioso (troyanos, spyware…) que puede dar ventajas a quien te
acosa. Es importante. Dispones de herramientas gratuitas para ello en la
dirección www.osi.es.
Cambia las claves de acceso a los servicios online que usas, pero nunca antes
de haber realizado el paso anterior. Recuerda que deben ser complejas de
adivinar y llevar combinados números y letras.

Depura la lista de contactos. Revisa y reduce la lista de contactos que tienes


agregados en las redes sociales (o en otros entornos sociales online).

Reconfigura las opciones de privacidad de las redes sociales o similares en las


que participes y hazlas más estrictas. Asegúrate de que sabes bien cómo
funcionan estas opciones y sus implicaciones.

Comprueba qué cuentan de ti online. Busca la información sobre ti publicada


otras personas y trata de eliminarla si crees que puede ser utilizada para
hacerte daño.

Repasa la información que publicas y quién puede acceder a ella y poner, a su


vez, al alcance de terceras personas.

Comunica a tus contactos que no deseas que hagan circular informaciones o


fotografías tuyas en entornos colectivos.

Ejerce tu derecho sobre la protección de datos personales. Tú decides el uso


que se puede hacer de ellos, incluyendo tu fotografía.

Guarda las pruebas del acoso durante todo el tiempo, sea cual fuere la forma
en que éste se manifieste, porque pueden serte de gran ayuda. Trata también
de conocer o asegurar la identidad de los autores pero, en todo caso, sin
lesionar los derechos de ninguna persona.

Comunica a quienes te acosan que lo que están haciendo te molesta y pídeles,


sin agresividad ni amenazas, que dejen de hacerlo. Recuerda que no debes
presuponer hechos o personas en tu comunicación, por lo que debes medir
muy bien cómo lo haces, sin señalar a nadie en público, pero a la vez tratando
de asegurarte de que se entera la persona o personas implicadas.

Trata de hacerles saber que lo que están haciendo es perseguible por la Ley en
el caso de que el acoso persista.

Deja constancia de que estás en disposición de presentar una denuncia, si a


pesar del paso anterior continúa el acecho. Manifiesta que cuentas con pruebas
suficientes recopiladas desde el inicio y que sabes cómo y dónde presentarlas.
Debes indicar que, si el acecho persiste, te verás obligado a acudir a la policía.

Toma medidas legales si la situación de acoso, llegado este punto, no ha


cesado.

Algunas notas que considerar para la puesta en práctica de estas


recomendaciones:
Aunque son, en su mayoría, pautas de aplicación también para víctimas
adultas y fuera del contexto escolar, cuando se deseen transmitir a niños y
adolescentes se precisa una modulación en la forma de comunicar el mensaje.

Cada caso y persona es diferente. Por ello, estas indicaciones pretenden ser de
ayuda, de forma completa o parcial, en los sucesos más comunes.

El orden en que se toman las medidas es importante. No obstante, la gravedad


de los hechos en algunos casos puede requerir acelerar la ejecución de
determinados pasos, reducir el intervalo entre ellos o directamente obviarlos.

En casos extremos, la solicitud de ayuda a la policía debe ser inmediata.

Tipos de ciberacoso

Si empleamos la definición en sentido amplio, podemos diferenciar los


siguientes tipos

Ciberacoso (en sentido estricto)

Acoso entre adultos. Tanto la víctima como el causante son mayores de edad.

Ciberacoso sexual

Acoso entre adultos con finalidad sexual.

Ciberbullying (ciberabuso)

Acoso entre menores.

Otros relacionados

Ciberacecho (Cyberstaking)

Seguimiento de los pasos online de la víctima.

Grooming (child grooming, internet grooming, cybergrooming)

Engatusamiento de menores por parte de pedófilos o pederastas online, que


consiste en ganárselos simulando empatía y cariño.

Cebo (Luring)

Artimañas de los pedófilos online para atraer a niños a encuentros fuera de la


Red.

Web apaleador
Web creado para hacer ciberbullying sobre algún menor, metiéndose con
él/ella de manera pública y ridiculizándolo/la. A menudo se anima a otros
internautas a participar en el abuso.

Flame

Provocación mediante un mensaje incendiario enviado a un foro, lista de


correo, cuyo objetivo es provocar reacciones airadas de sus participantes.
Suele contener insultos u ofensas y puede estar dirigido a todos en general, a
un grupo de usuarios o a alguien en particular.

Guerra de notificaciones

Medio utilizado a veces en casos de ciberacoso o ciberbullying para implicar a


un proveedor de servicio contra la víctima. http://www.ciberacoso.net/

Secuelas del ciberacoso

A continuación se describen las secuelas que provoca un acoso psicológico


continuado. Al ser el ciberacoso un fenómeno relativamente nuevo, no se han
hecho todavía suficientes estudios para definir de forma concreta lo que
provoca el ciberacoso. Si bien, se puede decir que las secuelas que provoca
son iguales o peores que el acoso psicológico en persona, ya que el ciberacoso
se puede expandir a cualquier ámbito de la vida de una persona, no solo al
trabajo (acoso laboral), escuela (acoso escolar) o familiar (acoso familiar).

SECUELAS DEL ACOSO PROLONGADO

Según Marina Parés Soliva, en “Peritación Social del Mobbing”, los


supervivientes de acosos prolongados desarrollan cambios de personalidad
característicos del desorden de estrés postraumático, incluyendo
deformaciones en la capacidad de relacionarse.

Como los síntomas postraumáticos son tan persistentes y tan variados, pueden
ser confundidos con rasgos de la personalidad de la víctima. Tiempo después
de que haya acabado el acoso, muchos afectados, siguen sintiendo que ha
muerto una parte de ellos, y algunas víctimas, las más afligidas, desearían
estar muertas. La amenaza de aniquilación que define el acoso puede
atormentar al superviviente mucho después de que haya pasado el peligro. Las
personas traumatizadas se sienten absolutamente abandonadas, y solas,
exiliadas del sistema humano de cuidado y protección.

El acontecimiento traumático que significa ser víctima del hostigamiento del


entorno ha destruido la creencia de que el individuo puede ser “uno mismo” en
relación con los demás.
Los acontecimientos traumáticos destrozan los sistemas de protección
normales que dan a las personas una sensación de control, de conexión y de
significado. Así las reacciones traumáticas tienen lugar cuando la acción no
sirve para nada, es decir, cuando no es posible ni resistirse ni escapar,
entonces el sistema de autodefensa humano se siente sobrepasado y
desorganizado. Es en estas situaciones cuando los acontecimientos
traumáticos producen profundos y duraderos cambios en la respuesta
fisiológica, las emociones, lo cognitivo y la memoria.

CAMBIOS EN LA PERSONALIDAD DE LA VÍCTIMA

Según el psicólogo Iñaki Piñuel, unos de los efectos más característicos es el


cambio que la situación de psicoterror puede operar en la personalidad de las
víctimas. Se han descrito tres patrones básicos de cambios permanentes en la
personalidad, como consecuencia de una situación de acoso, que presentan las
siguientes características:

* Resignación: aislamiento social voluntario, la víctima no se siente parte de la


sociedad (efecto de alienación, la víctima muestra una actitud cínica hacia el
mundo).
* Predominio de rasgos obsesivos: actitud hostil y suspicacia, sentimiento
crónico de nerviosismo, hipersensibilidad con respecto a las injusticias.
* Predominio de rasgos depresivos: sentimientos de indefensión, incapacidad
para disfrutar y sentir placer, anhedonía, desesperanza aprendida.[9]

Los efectos sociales del acoso laboral en la víctima se caracterizan por la


aparición de actitudes de desconfianza y conductas de aislamiento, evitación y
retraimiento. Dichas consecuencias sociales también se manifiestan en las
relaciones familiares tales como sentimientos de incomprensión; pérdida de
ilusión e interés por los proyectos comunes; abandono de responsabilidades y
compromisos familiares y; alteración de la afectividad.

Lo que constituye el fenómeno destructor del acoso es la repetición de las


vejaciónes y las humillaciones. El acoso es un fenómeno terrorífico porque es
inhumano. No conoce los estados de ánimo, ni la piedad. Los testigos, por
bajeza, por egoísmo o por miedo, prefieren mantenerse al margen. Cuando una
interacción asimétrica y destructiva de este tipo arranca entre dos personas, lo
único que hace es amplificarse progresivamente, a menos que una persona
exterior intervenga enérgicamente. Si en algún momento del proceso de acoso
alguien, con un cierto poder, reacciona de un modo sano, el proceso se
detiene.
Hace unos días e presentaba “Youth Safety on a Living Internet”, un informe
sobre seguridad online que el gobierno de los EE.UU. había encargado a un
comité de expertos, entre los que se halla Parry Aftab, colaboradora de
PantallasAmigas.

El informe elaborado por el Online Safety and Technology Working Group y


encargado por la National Telecommunications and Information Administration,
concluye que padres, profesores, agencias gubernamentales y otras entidades
deben promover la ciudadanía online y la alfabetización mediática, además de
animar a la participación de los niños en el proceso.

El informe también apunta a ciertas apreciaciones sociales erróneas acerca de


los riesgos de Internet para los niños, por ejemplo, en cuanto al sexting o a los
depredadores sexuales, que reconocen los autores que existen en este ámbito
pero no con la prevalencia que se creía basando esta afirmación en la bajísima
probabilidad estadística de que un(a) joven sea atacado/a sexualmente por
un(a) adulto/a que hayan conocido en Internet. Se cita además un informe del
Crimes Against Children Research Center de la Universidad de New Hampshire
según el cual el uso de redes sociales como MySpace o Facebook por parte de
adolescentes no parecía incrementar el riesgo de ser víctimas de estos
depredadores online.

El informe resalta que hay otros riesgos mucho más frecuentes como el
ciberbullying y que surge incluso en segundo curso de primaria (7-8 años). El
informe asegura que el ciberbullying y el ciberacoso son las amenazas más
frecuentes a las que se enfrentan los menores cibernautas. Según una
encuesta del Center for Disease Control la presencia de este problema alcanza
a entre el 9 y el 35% de los jóvenes, siendo mayor entre los jóvenes
homosexuales, bisexuales o transexuales (hasta el 54% según un estudio de la
Universidad estatal de Iowa).

Otros riesgos que destaca el informe son:

la suplantación de identidad

el uso abusivo de la tecnología

los daños a la reputación por medio de la publicación de fotos e informaciones


escritas embarazosas

La respuesta está en la educación cívica, afirma el informe, añadiendo que no


existen soluciones únicas y aconsejando un enfoque en múltiples capas.

Urge al gobierno estadounidense a poner en marcha este tipo de formación en


todo el país, pero evitando la táctica del miedo. Según los autores el
compartamiento online es un reflejo del offline y se deberían aplicar noticiones
similares de educación y de seguridad.
El informe acusa a los sistemas de bloqueo y filtrado de Internet que muchos
colegios interponen para proteger a los alumnos, de resultar con frecuencia
inútiles e incluso perjudiciales para la seguridad de los jóvenes. En cuanto a las
redes sociales destacan que pueden ayudar a protegerlos y a formar y reforzar
normas positivas.

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El ciberbullying ya es la forma más habitual del bullying en el Reino Unido

Según los datos provisionales de un estudio que será publicado en Marzo de


2010 por el National Centre for Social Research

Tras realizar una encuesta a más de 15 mil alumnos en las escuelas del Reino
Unido, el informe concluye que el bullying por medios electrónicos (Internet y
teléfonos móviles) es la forma que adopta este problema, más común en la
actualidad entre los alumnos de 14 a 16 años. Más de la mitad de los jóvenes
no-heterosexuales sufren ciberbullying

Según una encuesta del Center for Disease Control la presencia de este
problema alcanza a entre el 9 y el 35% de todos los jóvenes, siendo mayor
entre los jóvenes homosexuales, bisexuales o transexuales (hasta el 54%
según otro estudio de la Universidad estatal de Iowa).

El informe resalta que el ciberbullying surge incluso en segundo curso de


primaria (7-8 años) y que el ciberbullying y el ciberacoso son las amenazas
más frecuentes a las que se enfrentan los menores cibernautas.

Otros riesgos que destaca el informe son:

la suplantación de identidad

el uso abusivo de la tecnología

los daños a la reputación por medio de la publicación de fotos e informaciones


escritas embarazosas

Más de la mitad de los jóvenes no-heterosexuales sufren ciberbullying

Según una encuesta del Center for Disease Control la presencia de este
problema alcanza a entre el 9 y el 35% de todos los jóvenes, siendo mayor
entre los jóvenes homosexuales, bisexuales o transexuales (hasta el 54%
según otro estudio de la Universidad estatal de Iowa).

El informe resalta que el ciberbullying surge incluso en segundo curso de


primaria (7-8 años) y que el ciberbullying y el ciberacoso son las amenazas
más frecuentes a las que se enfrentan los menores cibernautas.
Otros riesgos que destaca el informe son:

la suplantación de identidad

el uso abusivo de la tecnología

los daños a la reputación por medio de la publicación de fotos e informaciones


escritas embarazosas

Incidencia del ciberbullying mediante teléfonos móviles

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