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PERSONAS

Las personas en el Derecho Romano desde el punto de vista jurídico, en sentido estricto
persona es el ser humano, en cuanto se considera la dignidad jurídica que como tal merece.
Hay un deber general de respeto a la persona que cuando se infringe, origina acciones
declarativas (tendentes a exigir la identificación frente al desconocimiento), negativas
(orientadas a reprimir o impedir confusiones con otras personas, falsas atribuciones y
simulaciones) e indemnizatorias, es decir aquellas que persiguen el resarcimiento de daños
ocasionados a la misma. Consustancial con la persona es la capacidad jurídica, entendida
como aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. Junto a las personas físicas se
reconoce la existencia de personas jurídicas, como las corporaciones, las asociaciones y las
fundaciones.
La palabra persona, tiene su uso principal en el derecho, dejando ahora a un lado su sentido
originario de "máscara" en la escena teatral clásica, y conserva la condición de una de las
nociones básicas en el mundo jurídico. En este terreno, la palabra persona expresa el sujeto
de las relaciones jurídicas, abarcando el sujeto de los deberes jurídicos y de los derechos
subjetivos. Esta enunciación, sin embargo, no es tan clara como puede parecer a primera
vista. Por el contrario, necesita de una serie de aclaraciones, que se intentan abordar en el
presente trabajo de investigación. La persona, por tanto, es uno de los elementos más
importantes para el estudio de las ciencias jurídicas, ya que se la identifica como el sujeto
del derecho. Para la comprensión de la situación de la persona en Honduras, sin embargo,
se requiere profundizar los estudios sobre el tema, e incluir los mismos en las bibliotecas
especializadas. Relación entre ley, persona y objeto en la vida jurídica, que es el tipo de
vida que existe allá donde haya una sociedad, existen tres elementos fundamentales: la ley,
la persona (o sujeto de derecho) y el objeto (la cosa sobre la cual una persona tiene
derechos o la cosa que debe ser otorgada o hecha por otro sujeto). Es la ley la que a través
de los hechos jurídicos, "pone en relación un sujeto con un objeto".
La acepción técnica que adquirió el vocablo "persona" en el campo de la jurisprudencia
señala los papales de los hombres en el derecho: la persona del deudor, del abogado, del
acusado, del policía, del testigo, del juez, etc.

Atributos de la persona

La persona tiene la facultad de adquirir derechos y contraer obligaciones. Por tanto, un


rasgo esencial de la persona era la capacidad de obrar por sí misma, es decir, debían gozar
de capacidad, que "en derecho, es la aptitud legal de las personas para adquirir derechos,
contraer obligaciones, ejercer estos derechos, y cumplir con estas mismas obligaciones", es
decir, se está ante la capacidad de ser titular de un derecho, por una parte, y la capacidad
ejercicio o de hecho, por otra. Pero para ejercer sus derechos y contraer obligaciones, las
personas debían reunir ciertas condiciones, como ser el estado de libertad, gozar de la
ciudadanía, el no ser ignominiosos, infames ni estar enfermos. En el desarrollo de esta
exposición se presentará en detalle cada uno de estos elementos.

La capacidad de las personas

Características de la capacidad. En la Roma antigua no se hablaba de capacidad, sino que


este término fue "empleado más tarde con Augusto para indicar la posibilidad de ser o no
ser heredero para determinadas personas Los romanos para establecer la posición de un
hombre frente al derecho hablaban de los ‘status’ (estados) y precisamente de tres estados:
‘status libertatis’, ‘status civitatis’ (estado de ciudadanía) y ‘status familiae’ (estado de
familia)".

Capacidad de derecho o jurídica

Cuando una persona en Roma poseía los tres estados arriba señalados, tenía potencialmente
en derecho público: el ius suffragii activo (derecho de sufragio, derecho a elegir), el ius
honorum (derecho de los honores, derecho de sufragio pasivo, a ser elegido), la provocatio
ad populum (apelación al pueblo reunido en comicios para evitar la ejecución de la
sentencia de muerte). En derecho privado, existía el ius comercii (derecho de comerciar y
de dejar y recibir algo en testamento), el ius connubi (derecho de casarse) y de aquí el
derecho a la patria potestas (patria potestad).

Fin de la capacidad

La capacidad de las personas también tenía un cuando se daban las siguientes condiciones:
 Capitis diminutio máxima: disminución de la cabeza por pérdida de la libertad;
 Capitis diminutio media: pérdida de la ciudadanía;
 Capitis diminutio mínima: pérdida del derecho de familia; y,
 La muerte.

Adquisición y pérdida de la ciudadanía

a) Adquisición
Se adquiere la ciudadanía por nacimiento o por causas posteriores al nacimiento. En el
primer caso, se atendía la condición de los padres antes que el lugar del nacimiento. En el
segundo caso, la situación era muy variada, ya que podía tratarse tanto de las manumisiones
como de la concesión de la ciudadanía a los latinos y peregrinos. A veces la ciudadanía era
comprada; a veces familias o ciudades íntegras las obtuvieron por diversos motivos.
Durante el imperio, y por razones tributarias, todos los habitantes de las provincias romanas
fueron declarados ciudadanos romanos.
b) Pérdida
La ciudadanía era perdida: 1) perdiendo la libertad, b) por ciertas condenas, y, c) por
dicatione, "cuando abandonaba por su voluntad la patria para hacerse ciudadano de otra
ciudad extranjera".

Ingenuos.
Ingenuo es "el que nace libre y no ha sido nunca esclavo en derecho". La esclavitud hace
cesar la ingenuidad: las personas que fueron esclavas y recuperan la libertad reciben el
nombre de libertinos. No obstante, "el cautivo hecho libre jure postliminii, y el que sólo ha
sufrido una esclavitud con los piratas o con los bandoleros, queda ingenuo". Los ingenuos
pueden ser ciudadanos, latinos o peregrinos. El ciudadano ingenuo tiene todos los derechos
y prerrogativas de la ciudadanía romana en derecho público y privado. El ingenuo latino y
el ingenuo peregrino gozan de todas las ventajas que tolera su condición.
Libertinos.
Se llama libertino al que fue liberado de una esclavitud legal, es decir, conforme al derecho,
contándose desde entonces entre las personas libres. La libertad es concedida, como se
señaló antes, por medio de testamento, censo o por vindicta, entre otras formas.

BIENES O COSAS

Los juristas romanos parten del concepto material y social de cosa, como objeto del mundo
exterior susceptible de apropiación y disfrute por el hombre. El derecho de propiedad sobre
las cosas se identifica como la cosa misma: no se reclama la propiedad sobre la cosa sino
ella misma (rei vindicatio). Las que pertenecen a una persona forman sus bona o su
patrimonium. Las cosas se clasifican atendiendo por un lado a sus características físicas y
exteriores, o por la consideración que merecen al derecho a efectos de su pertenencia y
apropiación por el hombre.

Derecho de cosas.
El derecho de cosas que se regula en la ley de las XII Tablas distingue entre propiedad y
posesión:
 La propiedad es el derecho más absoluto sobre una cosa.
 La posesión es la tenencia material de una cosa.

La Ley de las XII Tablas también distinguía entre las cosas de mayor importancia
económica frente a las de menor.

Hay dos términos que son importantes:


Bona. Bienes. Se utiliza en:
 Sentido natural. Son las cosas que pueden producir una utilidad.
 Sentido civil. Patrimonio. Éste puede entenderse:
Conjunto de cosas y derechos que pertenecen a una persona y que se pueden valorar en
dinero.
El saldo que queda después de retraer el activo del pasivo.

Res = Cosas. Se puede entender de tres formas.


También significa patrimonia aunque para esto se utiliza normalmente a la palabra bona.
Objeto de derecho; pueden incluir tanto las cosas corporales como las incorporales. Las
primeras se pueden tocar; las segundas son intangibles como sucede con los derechos. Cosa
corporal que puede proporcionar una utilidad económica.

Clases de cosas
 Res intra comercium. Son aquellas que pueden ser objeto de tráfico comercial
 Res textra comercium. No pueden ser objeto de tráfico comercial. Son de dos tipos:
 Res extra comercium divini iuris. Se dividen en tres tipos:
 Res publicae. Las cosas del pueblo romano que se reservan al uso como los templos
o los altares.
 Res sanctae. Están bajo la protección de los dioses como las murallas y puertas de la
ciudad.
 Res religiosae. Sepulcros.
 Res extra comercium humanis iuris. Se dividen en tres tipos:
 Res publicae. Cosas del pueblo romano cuyo uso se reserva a todos los ciudadanos.
 Res comunes omnium. Cosas comunes a todos los ciudadanos de forma natural.
 Res universitatis. Las cosas de los municipios que se destinan al uso público.

 Res mancipi. Eran el fundo itálico, los animales de tiro y carga, los aperos de
labranza, los esclavos así como las servidumbres rústicas de paso y acueductos.
 Res nec mancipi. Eran de mayor importancia económico-social y servían para
satisfacer las necesidades de una explotación agraria.

La distinción se refiere a las cosas, según se puedan desplazar o no, y procede de la época
postclásica. En las cosas muebles se distinguen los seres vivos que pueden desplazarse por
sí mismos (semovientes). Los fundos según donde estén situados, son itálicos o
provinciales; también urbanos o rústicos. En derecho postclásico la distinción adquiere
mayor importancia y sustituye a la de res mancipi y nec mancipi al admitirse un sistema de
publicidad para la enajenación de los bienes inmuebles.

Partes accesorias y pertenencias.


Las cosas muebles pueden ser partes accesorias de otras, a las que están destinadas
permanentemente, como las llaves en las cerraduras o los adornos, aunque tengan más valor
que la cosa a la que se pone.
Cuando una cosa mueble o conjunto de muebles se destina permanentemente a servir a un
inmueble, se habla de pertenencias. Así, los bienes incorporados a un fundo se consideran
instrumentos del fundo. Aunque sean separables de la cosa que se unen, en la interpretación
de los contratos se les da un tratamiento unitario. De esta manera ocurre con la casa y su
mobiliario, y el negocio o tienda con su accesorio y esclavos que lo atienden.

Por sus características exteriores o físicas, las cosas se dividen en:

 Corporales o incorporales: Gayo afirma que “son corporales las tangibles, como un
fundo, un esclavo, un objeto de oro... Son incorporales las no tangibles, como son
las que consisten en un derecho; por ejemplo, una herencia, un usufructo, y las
obligaciones de cualquier clase.
 Cosas divisibles o indivisibles: aunque físicamente todas las cosas pueden dividirse,
para los efectos jurídicos se distinguen: las que pueden dividirse, de forma que las
partes resultantes tienen la misma función que tenía la cosa entera, y aquellas otras
que no son susceptibles de división sin que sufran daño; ejemplo: un animal.
 Cosas simples o compuestas: hay tres clases: “Una la que constituye una unidad
singular, como un esclavo, una viga, etc.; otra la que consta de cosas unidas, o
varias cosas coherentes entre si, como un edificio, una nave o un armario; la tercera
la que consta de cosas sueltas, como varios objetos no independientes y reunidos
bajo un solo nombre, como un rebaño, el pueblo o una legión.
 Cosas genéricas o específicas: las primeras se determinan genéricamente, es decir,
por categorías, por ejemplo, dinero, vino o trigo; mientras las segundas son las cosas
individualmente determinadas.
 Cosas fungibles o no fungibles: Las fungibles pueden ser sustituidas por otras de la
misma categoría, mientras que las no fungibles son cosas específicas o
individualmente determinadas.
 Cosas consumibles o inconsumibles: según se pierdan o no en el primer uso que se
haga de ellas. La pérdida o consumación puede ser física o jurídica.

Clasificación de las cosas por la posibilidad de apropiación:


 Las cosas están normalmente en propiedad de alguien, o no tienen propietario (res
nullius); también pueden encontrarse transitoriamente sin propietario, por ejemplo:
la herencia yacente; o pueden haber sido abandonadas por el propietario (res
derelictae).
 No pueden estar en la propiedad privada las cosas comunes, las públicas y las cosas
de las ciudades. Las cosas comunes (res communes) pertenecen a todos los
ciudadanos, como el mar y el litoral. Las cosas públicas (res publicae) pertenecen al
pueblo, que en parte coinciden con las comunes. Se distinguen las cosas destinadas
al uso público, como las calles, de las que están en el patrimonio de pueblo y que
los magistrados las representan. Res universitatis son las cosas pertenecientes a la
ciudad o al municipio, como los mercados o el foro.
 También están excluidas de la propiedad las cosas destinadas al culto de los dioses.

Dominio, Propiedad y Posesión.

En una fase originaria, sólo puede reconocerse una señoría o poder efectivo sobre las cosas
y no se distinguen éstas de los derechos sobre ellas mismas.
El término dominium aparece en la jurisprudencia a finales de la República; se refiere al
poder o facultad del propietario como dominus, o señor de las cosas. Propietas, que fue el
término que prevaleció en las lenguas románicas, fue utilizado por la jurisprudencia para
designar la nuda proprietas o propiedad sin el usufructo.
La posesión (possessio) es una situación o relación del hombre con la cosa. Según la
definición de Elio Galo, es el uso de un campo o de una casa, pero no lo es el fundo mismo
ni el campo. Los juristas clásicos diferencian claramente la posesión de la propiedad y
distinguen tres casos: el del poseedor, que es al mismo tiempo propietario; el del poseedor,
que no es propietario, y el del propietario, que no es poseedor.
En el derecho del Bajo Imperio, la propiedad se confunde con la posesión.

Contenido de la propiedad.
En relación con la propiedad de los fundos provinciales encontramos la fórmula legal que
refleja el contenido de la propiedad: uti, frui, habere, possidere, uso, disfrute y disposición,
son las tres modalidades de aprovechamiento. El usus es el obtener alguna utilidad de una
cosa sin alterarla ni consumirla, lo que sólo es posible sobre bienes no consumibles. Frui se
refiere a los actos de disfrute, que consisten en consumir los frutos periódicos producidos
por una cosa sin alterar su sustancia. Possidere se refiere a la possessio o situación de
hecho protegida por el pretor mediante los interdictos.

Propiedad pretoria o bonitoria (in bonis habere):

Interdictos de retener y recuperar la posesión.


Se da esta propiedad cuando el pretor protege al que recibió una cosa mancipable, contra el
propietario civil que se la entregó sin utilizar la forma de la mancipatio o la in iure cessio.
El pretor, en este caso, y también cuando protege a alguien como si fuese propietario contra
los que no lo son, concede una actio publiciana, análoga a la reivindicatio. Con esta
protección, paralela a la del propietario civil, se llega a considerar una segunda propiedad,
pretoria o bonitoria.
El pretor, protege mediante los interdictos determinadas situaciones de hecho (possessio ad
interdicta). Estos se clasifican en categorías, según su finalidad:
 De retener la posesión (retinendae possessionis), para impedir los actos de quien
lesiona o turba el ejercicio de la posesión.
 De recuperar la posesión (recuperandae possessionis) a favor de aquel que ha sido
despojado de ella.
 De adquirir la posesión (adipiscendae possessionis). En estos se incluyen interdictos
especiales, como los hereditarios, quorum bonorum y quod legatorum, y el
interdicto Salvino, en materia de garantías reales.

Interdicto de retener la posesión.


Al concesionario del ager publicus o vectigalista se protege mediante un interdicto de
retener la posesión, el interdicto “tal como poseéis”. El pretor, a petición del poseedor,
ordenaría al que perturbaba que se abstuviera de realizar estos actos, a no ser que su
posesión fuera viciosa en relación con él.
Se concede la protección interdictal respecto a muebles.
El pretor concede estos interdictos de retener la posesión a los solicitantes que sean:
 Concesionarios del ager publicus o vectigalistas.
 Propietarios, tanto civiles como bonitarios, aunque luego se pruebe que no lo son.
 Acreedores pignoraticios para retener la prenda.
 Secuestrarios o depositarios de una cosa litigiosa a devolver en un determinado
tiempo o evento.
 Los que habían embargado definitivamente bienes ajenos.
Se excluyen de la protección de los interdictos los considerados simplemente detentadotes y
no verdaderos poseedores porque, al retener la cosa, no pueden invocar más que la relación
con la persona de quien la recibieron, como son:
 Los depositarios.
 Los arrendatarios ordinarios.
 Los comodatarios.
 Los usufructuarios.
Los interdictos uti possiditis y utrubi son de retener la posesión. En el primero prevalece el
que tiene actualmente el inmueble, y en el segundo, el que tuvo la cosa mueble en su poder
durante más tiempo en el último año.
En la fórmula de los dos interdictos figura la misma cláusula: se excluye la posesión que se
obtuvo de la otra parte por un acto de violencia por la apropiación clandestina o en precario
(nec vi nec clam nec precario, alter ab altero). Estos actos se consideran vicios,
calificándose la posesión afectada por ellos de viciosa. Esta cláusula sólo tiene efectos
excluyentes para el poseedor, en relación con la persona que puede invocar a su favor el
origen vicioso de la posesión. Si se trata de otra persona cualquiera, su defectuosa posesión
no le impide prevalecer en el procedimiento interdictal contra ella. Esto puede explicar la
singular situación del precarista, que es protegido por los interdictos contra terceras
personas, pero no contra el dueño que le concedió la cosa en precario.

Interdictos de recuperar la posesión.


Son aquellos que sirven para reintegrar la posesión a quien ha sido despojado o expulsado.
El interdicto de violencia (unde vi) se da en los supuestos en que el poseedor ha sido
expulsado violentamente de un fundo por el demandado o por sus esclavos. Si el
desposeído también había expulsado al invasor, éste no podía hacer valer contra aquél la
excepción de posesión violenta. Éste se da sólo en el plazo de un año, a contar desde el acto
violento.
Se da una forma agravada del interdicto en el caso de que se haya realizado la expulsión
por una banda de hombres armados (unde vi armata).

Clasificaciones de los modos de adquirir la propiedad.

Las formas o modos reconocidos por el derecho para adquirir la propiedad civil sobre las
cosas pueden clasificarse atendiendo a diversos criterios. Gayo, en Instituciones y en la Res
Cottidianae, los clasifica en modos de derecho natural o de gentes y de derecho civil. Los
primeros son los que todos los hombres observan y que aparecieron con el mismo género
humano y en ellos incluye: la ocupación, la accesión y la especificación. Los de derecho
civil son propios y exclusivos de los ciudadanos romanos, como la mancipatio, la in iure
cessio y la usucapio.
La clasificación más utilizada en la doctrina de los romanistas es la de modos originarios y
derivativos. En los primeros, se considera el acto de apoderamiento de la cosa, con
independencia de la relación con otros propietarios; en los segundos, se atiende a la
relación con otro que pierde su derecho de propiedad al mismo tiempo que lo adquiere el
nuevo dueño.

Ocupación.
Es el modo más antiguo y universal, considerado por los juristas como de derecho de
gentes. Entre ellos, la ocupación por caza o pesca, como posesión natural. Se trata de actos
de apropiación de las cosas que no tienen dueño (res nullius).
Entre los casos y ejemplos de ocupación, los más conocidos son los siguientes:
 La caza de animales salvajes (venatio), de aves (aucupium) o la pesca (piscatio). A
efectos de su apropiación, los animales se clasifican en tres categorías: 1) animales
fieros o salvajes, que gozan de natural libertad y pueden ser apropiados por
cualquiera; 2) animales amansados o domesticados, que aunque gozan de libertad
están bajo cierto control del hombre mientras conservan la costumbre de volver; 3)
animales domésticos, que están continuamente bajo la potestad del hombre.
El derecho de caza, por considerarse un derecho natural y originario del hombre, prevalece
sobre el derecho de propiedad. Por ello, pueden capturarse los animales en fundo ajeno,
salvo la facultad del propietario de prohibir personalmente la entrada al cazador.
 Botín de guerra capturado al enemigo.
 La isla que nace en el mar y las cosas que el mar arroja al litoral.
 Las cosas abandonadas por su propietario (res derelictae).
Incrementos fluviales.
Entre los incrementos que tienen los fundos situados en las riberas de los ríos, se distinguen
los siguientes supuestos:
 Aluvión (alluvio): el propietario del fundo adquiere lo que el agua del río va
depositando en su terreno.
 Avulsión (avulsio): también adquiere la propiedad de la porción o parte que el río
separa de un predio y lo agrega al suyo.
 La isla nacida en el río (insula in flumine nata): cuando se forma una isla en medio
del río por el cambio del curso de las aguas, ésta se hace propiedad de los dueños de
los fundos ribereños.
 El lecho abandonado por el río (alveus derelictus): si el río deja su antiguo lecho,
éste se distribuye entre los propietarios de los fundos ribereños.

Tesoro.
Originariamente, el tesoro se considera como un incremento del fundo en que se encontraba
y se hacía de su propietario. Un rescripto de Adriano, acogido por Justiniano, concede la
propiedad por mitad al dueño del fundo en que se encuentra, y al inventor o descubridor. Si
el lugar es sagrado o religioso, se hace del que lo descubre. El descubrimiento debe ser
fortuito y no preparado con anterioridad.

Adquisición de frutos.
El propietario adquiere los frutos por “separación” (separatio), como consecuencia de la
extensión del derecho de propiedad a los productos que de ella nacen o derivan. El
principio general romano es que los frutos se adquieren no por derecho de siembra sino de
propiedad. La percepción de los frutos por quien no tiene derecho puede considerarse como
un delito de hurto.

Especificación (specificatio).
Cuando una persona hace una cosa nueva o una cosa distinta con materia perteneciente a
otro, se da el supuesto que los glosadores llamaron especificación. Los sabinianos opinaban
que la nueva especie era del propietario de la materia; los proculeyanos la atribuían a quien
la hizo. Una opinión intermedia sostenía que era del propietario si la cosa podía volver a su
materia originaria. Justiniano acoge esta opinión intermedia, atribuyendo la nueva cosa al
que la hizo si ha puesto una parte de la materia.

Accesión.
Cuando una cosa se incorpora definitivamente a otra principal, el propietario de ésta
adquiere lo que se le une. Hay que distinguir la accesión definitiva de la provisional, que se
produce cuando las dos cosas unidas son separables. En este caso el dueño de la accesoria
ejercita una actio ad exhibendum previa a la reivindicatio.
En la accesión de fundos o inmuebles destacan los casos de siembra, plantación o
construcción en suelo ajeno. Todo lo que se siembra, planta o construye sobre un suelo de
otro dueño se hace propiedad de éste. Si el que lo hace es poseedor de buena fe puede
oponer a la reivindicatio del propietario la exceptio dolo, si éste no le ha pagado los gastos
realizados.
En la construcción de un edificio, se distingue el caso de quien ha construido sobre su
propio terreno con materiales ajenos, del que lo hace con materiales propios en suelo de
otro. En ambos casos, el edificio se hace propiedad del dueño del solar. El propietario de
los materiales ajenos no podrá reivindicarlos mientras que el edificio esté en pie. Un
precepto de la ley de las XII Tablas prohíbe la demolición y concede una acción por el
doble precio de los materiales.
En los casos de accesión de cosas muebles, destacan: los de metales soldados sin
separación (ferruminatio), de los hilos que se incorporan a una tela ajena (textura), etc.
Los juristas planteaban el problema de la indemnización al propietario perjudicado. En
relación con ella se distinguen varios supuestos:
 Si el que realiza la unión o la nueva forma es el propietario de la cosa accesoria:
 Si posee la cosa principal, opone una exceptio doli a la reivindicatoria del
propietario de ésta, para que le indemnice por el aumento del valor
producido por su trabajo o actuación.
 Si no tiene la posesión de la cosa principal, no puede reclamar ni oponer
nada.
 Si el que la realiza es el propietario de la cosa principal, o un tercero con malicia o
dolo, pueden ejercitarse contra ellos las siguientes acciones.
 Actio furti: si se hubiese sustraído el material o la cosa accesoria.
 Actio ad exhibendum: si dejase dolosamente de poseer el material o la cosa
accesoria.
 Acción cognitoria por el interés del expropiado.
 Si la accesión o la especificación es casual o la hace de buena fe un tercero o el que
la adquiere, no procede la indemnización.

Entrega (traditio).
Es el modo más ordinario y usual para transferir la propiedad y se considera de derecho de
gentes.
La entrega tiene por objeto que la cosa pase a la posesión del adquiriente, y esto se
consigue por varios medios:
 En el derecho antiguo era necesaria la entrega material.
 En el derecho clásico se admiten distintas formas de entrega, sin el traspaso material
de un sujeto a otro.
 Traditio symbolica: la entrega de llaves de una dependencia sirve como
entrega de las cosas que contiene.
 Traditio longa manu: el señalar la cosa desde una torre o el fundo vecino,
con tal que pueda identificarse con certeza.
 Traditio brevi manu: el que tiene ya la cosa como detentador, como es el
caso del arrendatario, depositario o comodatario, se hace propietario por
convenio con el enajenante poseedor de ella.
Este acuerdo de voluntades se concreta en el convenio que ha motivado la entrega. Los
juristas califican este acto, que justifica la dación, como iusta causa traditionis. Cuando
falta la justa causa no se adquiere la propiedad. Se admiten como justas causas de la
tradición los siguientes convenios:
 De dar un préstamo (credere).
 De dar un pago de una obligación que tiene por objeto un dare (solvere).
 De comprar o tener como comprado (emere).
 De donar (donare).
 De dar una dote al marido (dotem dare).
Si el comprador no paga el precio, el vendedor puede oponer a la acción del comprador una
exceptio o replicatio doli.

Mancipatio.
La mancipación es un negocio muy antiguo, utilizado para transmitir la propiedad de la res
mancipi. Es anterior a la aparición de la moneda. Desde la época antigua, la mancipatio se
utilizaba no sólo para adquirir la propiedad de la res mancipi, sino también para tener la
potestad de las personas que formaban la familia y para otorgar testamento.
Pueden intervenir en el acto mancipatorio los ciudadanos, los latinos y los peregrinos con
ius commercii; los hijos y esclavos pueden intervenir, en representación del paterfamilias,
como adquirientes, pero no como enajenantes.
El mancipante puede hacer una declaración solemne que tenía los efectos de un lex privata.
Con ello, podía reservarse un derecho sobre la cosa o también recuperarla en determinadas
condiciones. Si el enajenante falta a la verdad sobre la extensión de la finca vendida, el
adquiriente puede ejercitar contra él la actio de modo agri, para pedir el doble de valor de
lo que falta.
La mancipatio transfiere la propiedad sólo si el mancipante es verdadero propietario, pero
si no lo es el adquiriente sólo tiene la propiedad en virtud de usucapión. El vendedor
(auctor) responde en el caso de que el verdadero propietario ejercite contra el adquiriente
una reivindicatio. Si el comprador era vencido, puede ejercitar contra el vendedor una
acción de origen penal, la actio auctoritatis, para que le pague el doble del precio.

Cesión ante el pretor (in iure cessio).


Se trata de un proceso fingido de reivindicación, en el que el propietario de la cosa no
contesta, ante la declaración del demandante. Con ello, el magistrado da una sanción
pública al acto de apoderamiento formal del adquiriente. Podían cederse tanto las cosas
mancipables como no mancipables y, por tratarse de un proceso de legis actio, sólo podían
intervenir ciudadanos romanos sui iuris. Podían ser objeto de in iure cessio las cosas
incorporales, como el usufructo, la herencia o la tutela legítima sobre la liberta.

Otros actos de atribución (addictio) o adjudicación (adiudicatio).


El acto formal de atribución de la propiedad por parte del magistrado, además de la in iure
cessio, se daba en las subastas públicas cuando el pretor atribuía la propiedad al mejor
postor. También existía esta atribución en los repartos o asignaciones de tierras públicas a
propietarios privados.
En los juicios divisorios el juez adjudica la propiedad de las cosas asignadas a cada
copropietario o vecino.

La ley de las XII Tablas disponía que para las cosas excluidas de la usucapión la garantía
era ilimitada (aeterna auctoritas). Así, la ley excluía de la usucapión las siguientes cosas:
 Las que habían sido hurtadas.
 Las que pertenecían a un extranjero.
 Las cosas enajenadas por la mujer sin la asistencia (auctoritas) del tutor.
 La linde (limes) que se dejaba entre las fincas rústicas.
 El lugar destinado a la incineración.
SUCESIONES

En las sucesiones, puedo afirmar que los herederos pasan a ocupar el lugar del autor de la
sujeción, esto es lo que sucede en sucesión jurídica, la palabra sucesión que proviene del
latín “sucesio”, se usa precisamente para designar la transmisión que tiene lugar a la muerte
de una persona.
Conforma al derecho hereditario romano, la sucesión universal “Mortis causa” se puede
definir como la transmisión a uno ó varios herederos de un patrimonio perteneciente a un
difunto
La herencia es una transmisión universal porque el heredero no recibe cosas particulares,
sino la totalidad del patrimonio ó una cuota de éste, por ello, debía responder de las deudas
de la misma manera que respondía su antecesor, trata de la herencia, al hablar de las
transmisiones a Título Universal y la concibe como una unidad, al clasificarla, como una
cosa incorpórea.

Dentro de las sucesiones, hay que tratar diversos puntos, los cuales nombro a continuación:

 Sucesión Universal Mortis Causa: Donde los herederos pasan a ocupar el lugar del
autor; se puede definir como la transmisión a uno o varios herederos, de un
patrimonio perteneciente a un difunto.
 Delación de la Herencia Vías Sucesorias: Es el llamamiento a los herederos,
siguiendo la voluntad del causante de acuerdo al testamento, y si faltara éste, la ley
es la que se encarga de establecer quiénes son los herederos. También podría ser
intestada (sin testamento). Por lo anterior, si el causante, en su testamento al instruir
heredero, ó herederos sólo lo hiciera por una parte de sus bienes, no se abriría la
sucesión legítima para el resto, si no que los herederos verían acrecentadas sus
cuotas, en la misma proporción en que hubieran sido instituidos. El acrecimiento ius
adheresendi tenía lugar siempre que alguno de los herederos no adquiriera la
herencia, en cuyo caso, su cuota venía a aumentar la de los demás, de ésta manera,
junto a la “heredetias” del derecho civil, tenemos la “vonorum posecio”, ósea la
sucesión del derecho honorario, creada por el pretor reconocía el titular hereditario.
 Sucesión Legítima: Es cuando no hay testamento; ó cuando habiéndolo, no fuera
válido ó el heredero del testamento no quisiera ó no pudiera recibir la herencia,
como en caso de que hubiera muerto antes que el testador. Quedó consagrada en el
derecho Romano antiguo en la Legislación de los VIII tablas; fue modificada por el
pretor, y también por el Derecho Imperial, para terminar con el Derecho Pretor, del
Derecho Justiniano, entre los herederos del mismo grado la división del patrimonio
se hacía por cabezas, y en cuanto a los de grado distintos, se dividía por estirpe, y
dentro de cada estirpe por cabezas. En segundo lugar, cuando no había herederos
suyos, la herencia se ofrecía a los próximos agnados, excluyendo del más cercano al
más remoto. Si el agnado más próximo no aceptaba la herencia, esta no era ofrecida
a los de ulterior grado.
 Sucesión Testamentaria: Es con la voluntad del causante de un testamento; que se
puede definir como el acto jurídico solemne, de última voluntad, por el cual una
persona instituida heredero ó herederos, disponía de sus bienes para después de su
muerte, donde también puede incluir legados; fideicomisos, manumisiones y
nombramientos de tutores y curadores. El heredero testamentario sucedía también
en las formas sociales y religiosas, por eso la sucesión testamentaria, prevaleció
siempre sobre la legítima, y la doctrina aconsejó siempre la interpretación favorable
de la voluntad del testador en caso de duda acerca de las disposiciones
testamentarias para no retarle validez al testamento.

El derecho antiguo reconoció tres formas testamentarias.


1) Testamento calatis comitis: Es el testamento que al partefamilias hacía en tiempo
de paz, frente al comisio cureado.
2) Testamento In Prosin Ctu: Se realizaba frente al testamento.
3) Testamento Per Aes Et Libram: Como ninguno de los testamentos anteriores
podía otorgarse en cualquier momento, fue necesario buscar de otra forma, apareció
entonces el testamento mancipatorio, que consistía en Venta ficticia efectuada por
medio del mancipatio.

 Codicilio: Es una disposición que va anexa al testamento, se hace por escrito,


muchas veces en forma de carta. Podía existir anexo a un testamento ó sin éste, al
primero se le dio el nombre de codicillo confirmado y podía contener legados,
manumisiones, fideicomisos, en nombramientos de tutores y curadores. El segundo
sólo podía contener fideicomisos. Ninguno podía contener laos herederos y
consignar desheredaciones. Sucesión contra el testamento: Era una limitación a la
libertad del testador, con objeto de proteger los intereses de los parientes más
cercanos y cuya violación podía dar origen a la sucesión.

Estudiaremos la sucesión contra el testamento en su evolución a lo largo del derecho


romano, así veremos ésta institución en la siguientes épocas.

 El Derecho antiguo que exigió una forma determinada para hacer las
desheredaciones.
 En la Bonorum posessio, contra tabulas de correcciones de Derecho honorario.
 En la Evolución de la sucesión forzosa en el derecho Imperial,
 En el derecho Justiniano.

También hay diferentes tipos de herederos, hay fideicomisos y donaciones, todos estos
tipos de sucesiones son válidas y están vigentes, lo cual tenemos que respetar y seguir para
que nuestros derechos se ejerzan adecuadamente. Y hay que recordar que aunque no esté
cercana nuestra fecha de muerte, debemos de tener siempre listo nuestro testamento, para
que nuestra familia ó herederos tengan un buen porvenir ó tengan cierta seguridad
económica, y a la vez no heredar problemas jurídicos ó causar descontentos, es por eso que
cuando tengas bienes económicos ó inmuebles, es bueno pensar a futuro para quien serán
éstos bienes.
 Adquisición de la Herencia, diferentes clases de herederos: La herencia era
distinta según la clase de herederos. Los herederos domésticos que eran los sui y los
esclavos propios, e instituidos en el testamento, adquirían la herencia de forma
automática, ya que no podían repudiarla; es por eso que también se les designaba
como herederos necesarios. Todos los demás herederos, llamados herederos
extraños podían aceptar ó rechazar la herencia libremente, por eso se les llamó
también herederos voluntarios. Adquirían la herencia a través de un acto de
aceptación llamados adhesión a la herencia.
 Protección procesal del heredero: A fin de proteger sus derechos hereditarios, el
heredero civil contaba con una acción real llamada hereditatis petitio, para pedir que
se le reconociera como heredero o se le entregara la herencia. La acción se ejercida
en contra de quien afirmara se heredero o bien poseyera todos o algunos de los
bienes hereditarios. El heredero pretorio, la persona que hubiera obtenido el
bonorum possesio, contaba con un interdicto para pedir la herencia.
 Herencia adyacente: En el intervalo que transcurría entre la muerte del causante y
la adquisición de la herencia, por el heredero que daba temporalmente sin titulares y
se decía que dormía ó yacía, por eso se le llamó herencia yacente. La herencia
adyacente fue considerada como res “nuyius”, y de ahí la instrucción de la
“usucapio proheredi” que vimos con anterioridad.
 Herencia vacante: Es aquella que quedaba definitivamente sin titular porque no
habían herederos, y los herederos y los bienes vacantes pasaban al herario público.
 El legado: Se puede definir como una liberalidad a cargo de la herencia dispuesta
en el testamento a favor de una persona determinada al legatario, conociéndole
ciertas cosas ó derechos. El sujeto podía estar sujeto a condición, término ó modo,
los diferentes clases de legado son: legado per vindicationem, legado per
damnationem, legado sinendi modo, legado praeceptionem.
 El fideicomiso: No era como el legado, una disposición de carácter formal. Se
puede definir como una súplica hecha por una persona. El fideicomitente a otra, el
fiduciario para que entregara algo a una tercera. El fideicomisario podía hacerse
oralmente ó por escrito estableciéndolo en un testamento, aunque esto no era
necesario, muy frecuentemente el fideicomiso se consideraba en codicillo.
 Donación Mortis Causa: Esta clase de donación se hacía ante el temor de un
peligro para el donante, cobraba efecto si éste moría, pero si eludía el peligro ó
fallecía el donatario antes que el donante. La donación quedaba anulada, la
donación Mortis-causa se distinguía de las donaciones entre vivos porque dependía
de la condición de que el donatario sobreviviera al donante para efectuarla no era
necesario recurrir a ninguna formalidad, y no hacía falta dejarla consignada en el
testamento.

OBLIGACIONES Y CONTRATOS

OBLIGACIONES.
Obligación tiene su origen en la palabra latina “obligatioonis”, que a su vez viene del ob y
ligo-as-are, que significa atar. Las Instituciones de Justiniano definen a la obligación
diciendo: la obligación es un vínculo de derecho que nos constriñe a la necesidad de pagar
una cosa, según el derecho de nuestra ciudad.

Elementos de la Obligación.
La obligación crea un lazo de derecho (“vinculum”), que tiene dos extremos, supone dos
sujetos: uno activo, otro pasivo. La obligación tiene el efecto de sujetar a dos personas, en
cierta medida la una de la otra, quitándole algo de su libertad natural y haciendo adquirir a
la otra una cierta ventaja que no está contenida en el simple ejercicio de la suya. La persona
ligada es el “debitor o reus” (deudor o reo), la dueña del lazo recibe el nombre de “creditor”
(acreedor). La ley pone a la disposición del acreedor determinados medios coactivos (las
acciones y las vías de ejecución) para lograr que el deudor preste la conducta debida.
La obligación tiene un objeto determinado (“debitum o res debita”) que consiste en una
determinada conducta que el deudor debe prestar a su acreedor (“alicuius solvendae rei”).
El objeto de la obligación siempre debe ser apreciable en dinero.
La obligación una vez nacida es naturalmente perpetua, ya que ningún lapso basta para
hacerla desaparecer, el tiempo por sí solo no podrá modificar la relación una vez
establecida entre dos personas.

División de las Obligaciones.


Las obligaciones son susceptibles de dividirse en:

a) División de las obligaciones según la naturaleza de su vínculo.

1) Según la naturaleza de su vínculo, tenemos las obligaciones civiles, pretorias, del


derecho de gentes y naturales. En las civiles la parte activa o acreedor, siempre
cuenta con una acción para que la parte pasiva pueda ser coaccionada y le preste la
conducta prometida o debida. Estas obligaciones en un principio sólo ligaban a los
ciudadanos romanos, a los quirites. Las obligaciones son pretorias cuando el pretor
las ha establecido en virtud de su jurisdicción, esto es, se encuentran en su álbum,
dando al acreedor una acción para hacer valer su derecho frente al deudor; la fuente
principal de estas obligaciones es, desde luego, el pretor, pero también tiene como
fuente al edicto de los ediles curules y a las disposiciones del prefecto del pretorio,
cuyos edictos adquieren fuerza obligatoria por orden del emperador Alejandro
Severo. Las obligaciones del derecho de gentes eran las que procedían de los
contratos derivados de este derecho, tales como el comodato, el depósito, la
compraventa, etc., y las obligaciones que hacían nacer comprometían tanto a los
ciudadanos romanos como a peregrinos. Las obligaciones naturales son aquellas en
las que el acreedor no cuenta con una acción procesal para hacer valer su crédito,
éste se encuentra desprovisto de acción, aunque no de consecuencias jurídicas; si el
deudor cumple con lo que debe, su pago es válido y no le da lugar a la “condictio
indebiti” (condición de lo indebido); el cumplimiento de una obligación natural
puede garantizarse con garantías reales o con garantías personales.
2) Obligaciones “stricti iuris” (de derecho estricto). Son aquellas que provenían de
negocios del antiguo derecho quiritario que eran rigoristas y formales, como el
“nexum”, la estipulación, etc., en las cuales el deudor se encontraba obligado a lo
contratado sin que razones de justicia o de equidad pudieran aumentar o disminuir
el contenido de su deber.
3) Obligaciones “bonae fidei” (de buena fe). Estas obligaciones se originaron de los
contratos de buena fe introducidos por la benéfica influencia del derecho de gentes.
4) Obligaciones perfectas e imperfectas. Son obligaciones perfectas aquéllas provistas
de acción, lo cual permitía al acreedor obligar judicialmente al deudor a su
cumplimiento; dentro de éstas tenemos a las obligaciones civiles y a las
obligaciones pretorias. Las obligaciones imperfectas están desprovistas de acción y
no permiten al acreedor compeler judicialmente al deudor omiso, pero si se
cumplen, el derecho les reconoce efectos; éstas son las obligaciones naturales. La
obligación natural es aquella fundada en el derecho natural y en la equidad y que
por tanto no dan acción para exigir su cumplimiento, pero que una vez cumplidas
por el deudor, autorizan al acreedor a retener lo pagado por razón de ellas.

b) División de las Obligaciones según su Objeto. Según la naturaleza de la prestación,


desde el punto de vista del objeto, tenemos entre otras, las siguientes obligaciones.

1) Obligaciones de dar (“dare”) son aquellas cuyo objeto consiste en la transmisión de


la propiedad de una cosa o en la constitución de otro derecho real sobre la misma.
2) Obligación de hacer (“facere”). Papiniano dice: “el término hacer comprende toda
clase de hacer: dar, pagar, entregar dinero, pasear. Las obligaciones de hacer
conllevan la realización de un hecho por parte del obligado, como cavar un foso,
pintar una casa.
3) Obligación de prestar. (“praestare”), son aquellas cuyo objeto no consiste en
transferir la propiedad de una cosa o en constituir un derecho real sobre la misma,
sino tan sólo en conceder el simple uso de una cosa a una persona, como en el caso
del comodato o la locación.
4) Obligación de no hacer (“non facere”) consisten en una abstención, en un no hacer
por parte del deudor, es decir, que se cumple con esta obligación.
5) Obligaciones positivas y negativas, estas se encuentran resumidas en las anteriores
divisiones: positivas sería las de “dare, praestare y facere”; obligaciones negativas
serían las de no hacer (“non facere”).
6) Obligaciones simples y obligaciones compuestas. Las primeras son aquellas que
sólo comprenden una prestación; las segundas, las que implican varias prestaciones.
7) Obligaciones divisibles u obligaciones indivisibles. La obligación se considera
divisible cuando por razón de su objeto se puede ejecutar en partes. Son indivisibles
cuando su objeto no puede fraccionarse, pero como el objeto de la obligación
finalmente puede ser apreciado en dinero, casi no habrá obligación que no pueda ser
reducida a divisible.
8) Obligaciones genéricas y obligaciones específicas. Las genéricas son aquellas cuyo
objeto consiste en la entrega de cuerpos “quae pondere, numero, mensura,
continentur”, esto es, que se pesan, se cuentan o se miden. Tienen como objeto las
cosas llamadas genéricas, fungibles o consumibles, cosas que son intercambiables y
cuya pérdida no libera de su obligación al deudor: “genera non pereunt” (las cosas
genéricas no se extinguen). Por el contrario, la obligación específica tiene por objeto
la entrega de tal cuerpo, determinado individualmente, de modo que si perece el
deudor queda liberado de su obligación, generalmente.

c) División de las Obligaciones según lo sujetos que en ellas intervienen. De acuerdo


con este criterio de división de las obligaciones, tendremos:

1) Obligaciones de sujeto fijo, determinado o invariable y obligaciones de sujeto


indeterminado o variable.
2) Obligaciones de sujeto activo o pasivo único y de sujeto activo o pasivo múltiple.

La enumeración anterior de la división de las obligaciones no es exhaustiva, tenemos


también obligaciones puras y simples y otras que están sujetas a una modalidad;
obligaciones principales y accesorias; obligaciones ciertas e inciertas; obligaciones
alternativas y facultativas, etc.

Extinción de las Obligaciones


Las obligaciones se extinguen por una serie de hechos que han sido reunidos bajo el título
de modos de extinción de las obligaciones, que no tiene un carácter uniforme y que no
poseen todas unas eficacias iguales.
Las obligaciones como la propiedad, resisten a la acción del tiempo, son perpetuas. Estos
dos derechos, aunque diferentes en sí mismos, se parecen por su naturaleza perpetua, pero
que en tanto que la propiedad no se extingue más que por causas accidentales, sucede lo
contrario con los derechos de crédito u obligaciones, pues al acreedor no le interesa que el
deudor le deba perpetuamente una prestación, tiene interés en que le satisfaga su obligación
para que en esa forma él incremente su patrimonio. Los derechos de crédito son apreciables
en dinero y al deudor le interesa cumplir con su obligación para así desligarse de su
acreedor y recobrar su libertad, en esta forma, se dice que hay “solutio”, pues el lazo de
derecho que los unía se ha roto.
La prestación de la cosa debida constituye el fin natural y regular de la obligación; pero
esto no fue suficiente en Derecho Romano para liberar al deudor; sólo en la época clásica el
derecho civil reconoció al pago como modo de extinguir la obligación. En general,
podemos decir que los modos de extinción de las obligaciones han seguido un desarrollo
paralelo al de los contratos.

CONTRATOS
Convenio y Contrato.
Convenio puede definirse como un simple acuerdo de voluntades que, sin ser un contrato,
produce consecuencias jurídicas en orden al nacimiento, modificación o extinción de
obligaciones. Es el consentimiento de dos o más personas que se ponen de acuerdo respecto
a un objeto determinado (“et est pactio duorum pluriumve in idem placitum et consensus”).
Las partes que celebran un convenio pueden proponerse crear, modificar o extinguir un
derecho. Las partes que celebran un pacto casi siempre se proponen crea o extinguir una
obligación, aunque no siempre alcancen su finalidad.
Los contratos, por lo mismo que son la obra común y consiente de dos o más partes, son
también la más usual de las fuentes de las obligaciones y la única verdaderamente normal.

Características de los Contratos:


1.      Contiene una convención.
2.      Esta convención tiende a obligar.
3.      Lleva un nombre técnico, ha sido nominada.
4.      Da una acción: las que engendran acciones no se llaman simplemente convenciones,
sino que pasan a tener el nombre de un contrato.

Elementos Esenciales del Contrato.


Los elementos esenciales del contrato son los sujetos, el consentimiento de las partes, el
objeto, la causa y la forma.

Clasificación de los Contratos.

1. Por su Perfeccionamiento.

Atendiendo a la forma en que se perfeccionan. Los contratos se dividen en:


 “Verbis”. Cuando se perfeccionan por las palabras. Son la “dictio dotis”, el
“iusiurandum liberti” y la “stipulatio”. Estos contratos se perfeccionan por medio de
las palabras, bajo ciertos requisitos.
 “Litteris”. Cuando se realizan por menciones escritas. El contrato “litteris” se
perfecciona por medio de menciones escritas llamadas “nomina transcriptitia”, y
que literalmente significa nombres que son transcritos, nombres de los deudores que
aparecen el “codex” o libro de caja del acreedor, con las cantidades que por ellos le
son debidas.
 “Re”. Cuando son perfectos por la entrega de la cosa. Los contratos “re”, mutuo o
préstamo de consumo, comodato o préstamo de uso, depósito o prenda, se
perfecciona por la entrega de la cosa (“Re”), pues se consideró con razón que nadie
estaba obligado a devolver si previamente no había recibido.
 “Consensu”. Cuando para su perfeccionamiento basta el consentimiento de las
partes. Los contratos consensuales, compraventa, arrendamiento, sociedad y
mandato, son perfectos por le sólo consentimiento de las partes; son el polo opuesto
de los contratos formales y solemnes del antiguo derecho civil.

2. Por la Manera de Interpretarlos.

Se dividen en:
 Contratos de Derecho Estricto. Dentro de estos tenemos a los contratos “verbis,
litteris, mutuum”, que tienen como sanción a la “condictio”. En casos de alguna
controversia en este tipo de contratos, el juez debe atenerse a la fórmula misma del
contrato, no pudiendo suavizar su sentencia por razones de justicia o de equidad.
 Contratos de buena fe. Se debe arreglar según la equidad, pudiendo el juez, para
dictar una sentencia justa, interpretar la voluntad de las partes y no atenerse sólo a la
forma externa del acto.

3. Por sus Efectos sobre las Partes.

 Unilaterales. Son los que sólo engendran obligación para el deudor.


 Sinalagmáticos. Son los de buena fe y son aquellos que producen que producen
obligaciones para todas las partes contratantes.

4. Contratos Nominados y Contratos Innominados.


 Nominados. Son todos aquellos que fueron aceptados y dotados de acción, para
sancionar su cumplimiento, en la época clásica del Derecho Romano y fueron los
contratos “verbis, litteris, re” y consensuales.
 Innominados. Son los no aparecían en la clasificación clásica de los contratos y que
no habían sido aceptados ni sancionados por el derecho.

CONCLUSIONES

A través del tiempo los testamentos, las herencias ó sucesiones, han sufrido distintos
cambios, ya que la sociedad cambia constantemente y a la vez nosotros como
sociedad vamos evolucionando y por lo tanto todos los demás factores deben de ser
distintos, pero lo que hizo el derecho romano, fue instituir una muy buena forma de
testamento, muy completa, por lo tanto, diversos países en el mundo lo hicieron
propio, y es actualmente usado en Honduras, que es nuestro país, claro que en
nuestro país se derogan ó se cambian algunas cosas, pero en sí estamos hablando de
la misma estructura del Derecho Civil.

En mi opinión, el Derecho Romano, es muy completo, muy diverso, y es justo.


Entonces pienso que seguirá aplicándose muchos años después.

Llegue a la conclusión de que el Derecho Romano remarca la importancia que


tienen las obligaciones en la vida diaria de que es importante saber que en la
actualidad los núcleos o reglas jurídicas que constituyen las instituciones de
nuestras obligaciones, de nuestros contratos y de las actuaciones judiciales tienen
sus bases y fundamentos en el Derecho Romano y por lo tanto me queda claro que
el derecho y las obligaciones reciben una gran influencia en el Derecho Romano.

Ya que a la vez es importante tener más conciencia de nuestras obligaciones ya que


esto beneficia a no tener pleitos entre los integrantes de la sociedad esto significaría
que habría más paz y tranquilidad en nuestra comunidad.

Comprendí también que la mayoría de los conceptos jurídicos son herencia del
maravilloso y extraordinario Derecho Romano.

Me di cuenta también que los romanos han venido a crear una terminología que
tiene la ventaja de agotar la materia y presenta alguna importancia práctica. Ellos se
guiaban por los principios de las obligaciones naturales y sancionaban cosas
particulares sin reglas generales.

El romano que no tenía un lazo obligatorio relación entre dos personas no podía
invocar a los tribunales romanos porque el acreedor carecía de acción (al no poder
ejercer su derecho) por lo tanto la obligación natural tampoco tenía valor alguno.

Entiendo como obligación que es el vínculo que nos da la necesidad de pagar una
cosa. Está integrado por dos personas el acreedor y el deudor y es el deudor el que
tiene que hacer algo a favor del acreedor. Es muy interesante como los romanos han
tenido gran influencia el Derecho.

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