Вы находитесь на странице: 1из 7

8 Circuitos de Conciencia

Para entender el espacio neurológico, el doctor Leary presupone que el sistema nervioso
consta de ocho circuitos potenciales, "marchas" o minicerebros. Cuatro de estos cerebros están
en el lóbulo izquierdo, normalmen te activo, y se relacionan con nuestra supervivencia terrenal;
los otros cuatro son‘extraterrenos’, residen en el lóbulo derecho, permanecen "en silencio" o
inactivos, y nos han de servir en nuestra futura evolución. Esto explica por qué el lóbulo
derecho está por lo general inactivo en esta fase de nuestro desarrollo, y por qué se activa
cuando tomamos sustancias psicodélicas.

Vamos a explicar brevemente cada uno de los ocho cerebros.

I. El circuito de biosupervivencia. Este cerebro invertebrado ha sido el primero en la evolución


(hace dos o tres mil millones de años) y también es el primero que s e activa después del
nacimient o. Opera según una especie de lógica bivalente que clasifica las percepciones en
cosas nutritivas y útiles (a las cuales se acerca) y cosas venenosas -peligrosas (que ataca o
evita). La grabación de este circuito fija las actitud es básicas de confianza y sospecha para
toda la vida. También determina los estímulos externos que en adelante desencadenarán el
acercamiento o el rechazo.

II. El circuito emocional. El segundo biocomputador, más avanzado, se formó cuando surgieron
los invertebrados y empezaron a disputarse el territorio [ entre sí] (hará unos 500 millones de
años). Esta realidad-túnel se activa en el individuo cuando el A DN desencadena la
metamorfosis que lleva de gatear a caminar. Como todos los padres saben, el niño que
empieza a andar deja de ser pasivo (bio -supervivencia) para convertirse en mamífero político,
lleno de exigencias territoriales físicas (y ps íquicas), y pront o comienza a intervenir en asunt os
y decisiones familiares. También aquí la primera huella es la q ue dura toda la vida (a menos
que se consiga borrar) e identifica los estímulos que desencadenarán el comportamiento
dominante y agresivo, o por el contrario, el dócil y solidario Cuando decimos que alguien tiene
un carácter caprichoso y egoísta o "como el de un niño de dos años", nos referimos a que se
está dejando llevar por una de las realidades-túnel grabadas en este circuito.

III. El circuito de habilidad-simbolismo. Este tercer cerebro se formó cuando los homínidos
empezaron a distanciarse del resto de los primates (hace unos cuatro o cinco millones de años)
y se activa cuando el niño empieza a manejar herramientas y a emitir y recibir señales
laríngeas (unidades del lenguaje humano). Si el ent orno resulta estimulante al tercer circuito, el
niño graba una huella "positiva" y entonces coordinará y se expresará bien; si en el entorno
predomina la torpeza, el niño grabará una huella de "estupidez", es decir, se estancará en la
edad de los cinco años y no sabrá servirse de herramientas ni interpretar los símbolos.

El lenguaje popular suele denominar a la realidad -túnel del primer circuito "conciencia": la
sensación de estar en el aquí y ahora, en el cuerpo y con vistas a la supervivencia del cuerpo.
(Cuando uno se encuentra "inconsciente", el primer circuito se paraliza y los cirujanos pueden
operar y los enemigos atacarle a uno, sin que t rate de evitarlos o huir). El segundo circuito, en
este mismo lenguaje, se llama " ego". El denominado "ego" es el sentido del estatus, la manera
cómo se ve a sí mismo el mamífero del segundo circuito con relación a la manada o la tribu. El
tercer circuito es lo que solemos denominar "mente" - la capacidad de recibir, asimilar y
transmitir señales producidas por la mano homínida (herramientas) o por los nueve músculos
laríngeos homínidos (lenguaje).

Hacia la edad de los tres años y medio, la grabación de estos tres circuitos determina
respectivamente el grado y estilo de confianza-desconfianza que afectará a la "conciencia", el
grado y estilo de imposición-sumisión que caracterizará al "ego", y el grado y estilo de
habilidad-torpeza con el que la "mente" manejará herramientas e ideas.
En el lenguaje de la evolución, la "conciencia" del primer cerebro es en esencia la de un
invertebrado que va a la deriva at raído por lo alimenticio y re pelido por los peligros. El "ego" del
segundo cerebro es mamífero, y está siempre disputando su estatus dentro de la jerarquía de
la tribu. La "mente" del tercer cerebro es paleolítica, se ubic a en la cultura humana y se
enfrenta a la vida con un complejo sistema de artilugios y simbolismos artificiales.

El cuarto cerebro es post-homínido y espec ífico del homo sapiens, el ser humano
"domesticado", es decir:

IV. El circuito socio-sexual. El cuarto cerebro surgió cuan do las manadas de homínidos
formaron sociedades con roles sexuales diferenciados para sus miembros, alrededor del
30.000 a. c. Se activa en la pubertad, cuando las señales de A DN estimulan la secreción de las
hormonas sexuales que inician la metamorfosis para convertirs e en adulto Los primeros
orgasmos o experiencias sexuales fijan un rol sexual que se graba bioquímicamente y
permanecerá inalterable de por vida, a menos que se aplique alguna forma de lavado de
cerebro o regrabación química.

En el lenguaje cotidiano, las realidades-túnel y huellas del cuarto circuito se conocen como la
"personalidad adulta".

Masters y Johnsons han demostrado que las diferentes "des viaciones" sexuales -
"perversiones", obsesiones, disfunciones como la eyaculación precoz, la impotencia, frigidez,
etc., así como las inclinaciones consideradas "pecaminosas" por la tribu del individuo- están
condicionadas por experiencias muy concretas de cópulas adolescentes. Lo mismo cabe decir
del comportamiento robótico de la persona "normal" o "integrada". El rol s exual del humano es
tan banal y repetitivo como el de cualquier otro mamífero (o ave o pez o insecto).

Estos cuatro circuitos normalmente son las únicas redes neuronales que se llegan a activar. Ya
debería ser claro por qué Leary las llama terrenales. Han evolucionado y han sido conformadas
por las condiciones gravitacionales, climáticas y energéticas que rigen la s upervivencia y la
reproducción en esta clase de planeta que gira alrededor de una estrella de tipo G. Los
organismos inteligentes nacidos en el espacio exterior, que no viven en el fondo de un pozo
gravitatorio de 6.000 kilómetrosde profundidad, ni tienen que pelear por un trozo de superficie
planetaria finita, ni están limitados por los parámetros de adelante -atrás, arriba-abajo y
derecha-izquierda de la vida terrestre, forzosamente generarán circuitos diferentes, con
grabaciones diferentes, y no serán tan rígidamente euclidianos.

Adelante-atrás son las dos opciones que tiene el bio-computador que opera en el Circuito I: o
avanzar, ir hacia delante, olisquear, tocar, probar, morder; o reti rarse, retroceder, huir, escapar.

Arriba-abajo, la opción gravitat oria, está present e en todas las descripciones etiológicas del
combate animal. Erguirse, hinchar el cuerpo, rugir, aullar, chillar -o encogerse, oc ultar la cola
entre las piernas, gemir, escurrirse, gatear, encoger el cuerpo. Son comportamientos de
dominio y sumisión que comparten la iguana, el perro, el pájaro y el director de la sucursal de
banco más cercana. Estos reflejos constituyen el "ego" del Circuito II.

Derecha-izquierdaes la oposición principal del cuerpo adaptado a la vida en el planeta. El


predominio de la mano derecha, y la tendencia a emplear las funciones del lóbulo izquierdo que
lleva asociada, decide nuestra forma característica de fabricar herramientas y pensar en
conceptos, lo que se denomina la "mente" del tercer circuito.
Por tanto, no es casualidad que nuestra lógica (y la de los ordenadores) tenga estructura
bivalente al igual que estos circuitos. Como tampoco es casualidad que hasta el s iglo XIX
nuestra geometría haya sido euclidiana. La geometría euclidiana, la lógica aristotélica y la física
newt oniana son met aprogramas que sintetizan y gene ralizan los programas del adelante -atrás
del primer cerebro, el arriba-abajo del segundo y el derecho izquierda del tercero.

El cuarto cerebro, encargado de la transmisión de cultura tribal o étnica de generación en


generación, introduce la cuarta dimensión: el tiempo.

Dado que estas realidades-túnel consisten en huellas bioquímicas en el sistema nervioso, cada
una de ellas vendrá estimulada por un neurotransmisor específico as í como otras sustancias.

Para activar el primer cerebro tómes e un opiáceo. La Madre Opio y la Hermana Morfina lo
reducen a uno al nivel de inteligencia celular, pasividad de biosupervivencia, la conciencia
flotante del recién nacido. (Ésta es la razón por la que los freudianos asocian la adicción a
opiáceos con el deseo de retornar a la infancia).

Para activar la segunda realidad-túnel ingiéranse grandes cantidades de alcohol. Las


conductas territoriales de los vertebrados y las políticas sentimentales de los mamíferos afloran
cuando fluye esta sustancia por las venas, como Thomas Nashe intuía cuando clasificaba los
diferentes tipos de embriaguez mediante etiquetas animales: "borracho como un asno", "como
una cabra", "como un cerdo", "como un oso", etc.

Para activar el tercer circ uito pruébese c on el café o el té, una dieta alta en proteínas, las
anfetaminas o la cocaína.

Aún no se sintetiza el neurotransmisor del cuarto circuito, pero se sabe que empiezan a
generarlo las glándulas en la pubertad y fluye caudalosamente en la sangre de los
adolescentes.

Ninguna de estas drogas terrestres modifica las huellas bioquímicas . Las conductas que
desencadenan son las que se grabaron en el sistema nervioso en las primeras etapas de
maleabilidad. El borrac ho del circuito II recurre a los juegos y tretas emocionales aprendidos de
sus padres en la infancia. La "mente" del circuito III no va nunca más allá de las permutaciones
y conmutaciones de las reali dades -túnel grabadas originariamente, ni de las abs tracciones
asociadas con huellas grabadas posteriormente. Y así el resto.

Pero todo este robotismo al estilo de Pavlov y Skinner cambia drásticamente cuando pasamos
al lóbulo derecho, los circuitos futuros y las sustancias extraterrenas.

Los cuatro "cerebros" por desarrollar en el futuro son:

V. El circuito neurosomático. Cuando el quinto "cerebro corporal" se activa, las configuraciones


básicas de figuras euclidianas planas explotan multidimencionalmente. En la terminología de
McLuhan, las gestalten (configuraciones ) pasan del espacio visuallineal al espacio sensitivo
que todo lo abarca. Tiene lugar una ajuste hedonista, una alegría extática, un alejamiento de
los anteriores mecanicismos de los primeros cuatro circuitos. Personalmente activé este circuito
con marihuana y Tantra.

Este quinto cerebro empezó a aparecer hace unos 4.000 años en las primeras civilizaciones
con clases ociosas y ha ido creciendo estadísticamente en los últimos siglos (desde ant es
incluso de la Revolución de las Drogas), como se aprecia en el arte de la India, China, Roma y
otras sociedades acomodadas. Más recientemente, Ornstein y su escuela han demostrado con
encefalogramas que este circuito repres enta el primer salto del lóbulo izquierdo lineal del
cerebro al lóbulo derecho analógico.

La activación y grabación de este circuito ha sido la tarea de los "técnicos de lo oculto": los
chamanes tántricos y los hatha -yoguis. La quinta realidad-túnel puede obteners e mediante
privación sensorial, aislamiento social, tensión psicológica o una sacudida (tácticas
ceremoniales del terror, practicadas por gurús poco escrupulosos como don Juan Mat us o
Aleister Crowley ), y tradicionalmente ha estado reservada a la aristocraci a culta de las
sociedades del ocio que tienen resueltos los cuatro anteriores problemas de la supervivencia
terrestre.

Hará unos 20. 000 años que los chamanes del Mar Caspio en Asia descubrieron el
neurotransmisor del quinto c erebro e inmediat amente lo tra nsmitieron a otros magos de toda
Eurasia y África. Hablamos por supuesto del cannabis. La hierba. La madre María Juana.

No es casualidad que el fumador de maría suela referirse a su estado neuronal cuando está
drogado, como "elevado" (E n inglés high o spaced-out, literalmente "elevado" o "fuera del
espacio", de donde el autor toma el término), con expresiones que sugieren que está fuera o
más allá de nuestro espacio convencional. La superación de las orientaciones gravit acionales,
digitales, lineales, dualistas, aristotélicas, newtonianas, euclidianas y planetarias (circuitos I a
IV) forma part e, desde la pers pectiva evolutiva, de los preparativos neuronales para la
inevit able emigración de nuestro planeta, que ahora empieza. Esto explica por qué tant os
fumadores son fans de Star Treky expertos en ciencia ficción. (En Berk eley, California, hay un
Punto de V enta de la "Federación" en la Telegraph A venue, donde los adi nerados pueden
gastarse 500 dólares o más en un solo día, adquiriendo novelas de Star Trek, revistas,
boletines informativos, pegatinas, fotografías, pósters, cin tas etc., y hasta los planos complet os
de la nave E nterprise).

El significado extraterrestre del término "high" lo confirman los mismos astronautas; el 85 por
ciento de los que han experimentado la caída libre de la gravedad cero relatan "experiencias
místicas" de estados extáticos típicas del circuito neurosomático. "Ninguna fotografía puede
reflejar lo bella que parece la Tierra", cuenta entusiasmado el capitán E d Mitchell al describir su
Iluminación en gravedad cero. Habla como un auténtico yogui o un fumador de marihuana.
Ninguna cámara puede captar esta experiencia dado que ocurre dentro del sistema nervioso.

La caída libre, en el momento evolutivo adecuado, desencadena la mutac ión neurosomática,


opina Leary. Esta mutación se había conseguido antes "artificialmente" mediante ejercicios
yóguicos o chamánicos o con el estimulant e del quinto circuito, el cannabis. El surf, el esquí, el
submarinismo y la nueva cultura sexual (masaje sensual, vibradores, artes tántric as
importadas, etc.) han evolucionado igualment e como forma de conquista hedónica de la
gravedad. Al estado de "tonificación", de hipersensibilidad, se le aplica el adjetivo de "flotante"
o, metafóricamente en Zen, "a un pie por encima del suelo".

VI. El circuito neuroeléctrico. El sexto cerebro consiste en que el sistema nervioso cobra
conciencia de sí mismoal margen de los mapas de realidad gravitacionales grabados (circuit os
I a IV) e incluso del éxtasis corporal (circuito V ). El conde Korzybski, el semantista, llamó a este
estado "conciencia de abstracción". El doctor John Lilly lo llama "met aprogramación", es decir,
conciencia de programar la propia programación. Esta conteligencia (consciencia-int eligencia)
einsteniana-relativista se da cuenta por ejemplo de que los mapas de realidad euclidianos,
newt onianos y aristotélicos no son más que tres de entre miles de millones de programas o
modelos de experiencia posibles. En mi caso particular activé este circuito con pey ote, LS D y
los metaprogramas de la magiack de Crowley.
Tenemos constancia de este nivel de funcionamient o cerebral al parecer desde el año 500 a. c.
moment o en que se des arrolló en el seno de varios grupos "ocultistas" relacionados con la Ruta
de la Seda (de Roma al Norte de la India). Está tan alejado de las realidades túnel terrestres
que aquellos que han accedido a él apenas pueden comunicarlo a la humanidad normal (circui -
tos I a IV), y apenas pueden ent enderlo los Ingenieros del Éxtasis del quinto circuito.

Las características del circuito neuroeléctrico s on alta velocidad, opciones múltiples, relatividad
y la fisión-fusión de todas las percepciones en universos paralelos de ciencia ficción con
posibilidades alternativas.

Las políticas mamíferas que condicionan las luchas de poder en la humanidad terrestre son
trascendidas, es decir, que se las descart a por estáticas, artificiales, farsas rebuscadas. Uno no
se siente ni atraído a la fuerza hacia la realidad territ orial de otro ni obligado a luchar contra ella
contraat acando con los mismos juegos emocionales (t ípicos de las telenovelas ). Uno elige
conscientemente si quiere compartir o no el modelo de realidad del otro.

Los medios para activar y grabar el sexto circuito se describen, aunque en raras ocasiones se
pongan en práctica, en el rajah yoga avanzado y en los manuales herméticos (codificados) de
los alquimistas e Illuminati de la Edad Media y el Renacimiento.

Aún no disponemos de la sustancia específica del sexto circuito, pero drogas psicodél icas
fuertes como la mezcalina (del "cactus sagrado", peyote de mis años 1962 -1963) y la
psilocibina (extraída del "hongo mágico" mexicano, el teonactl) activan en el sistema nervioso
una mezcla de circ uitos V y V I. Esto se denomina ac ertadamente " viajar", por c ontraposición a
la simple "tonificación" o "elevación" del quinto circuito.

La prohibición de investigar en este campo, ha tenido la desafortunada consec uencia de hacer


retroc eder a la cultura ilegal de las drogas hasta las realidades -túnel hedónicas y precient ífic as
del quinto circuito (el renacimiento ocultista, el solipsismo, el orientalismo light). Sin disciplina y
metodología científicas pocos conseguirán descodificar las señales metaprogramadoras del
sexto circuito (aterradoras pero filosófic ament e cruciales). Los cient íficos que siguen
investigando el tema no se atreven a dar a conocer sus hallazgos (por ser ilegales) y hablan de
realidades-túnel cada vez más abiertas exclusivament e en conversaciones privadas, como los
eruditos en tiempos de la Inquisición.(V oltaire anunció la E dadde la Razón con dos siglos de
adelanto: nos encontramos aún en la E dad Media). La mayoría de los alqui mistas clandestinos
han renunciado a ese trabajo c onsi go mismos, tan exigente y arriesgado, y limitan s us
incursiones a los túneles eróticos del quinto circuito.

La función evolutiva del sexto circuito es permitir que nos abramos a relatividades einstenianas
y aceleraciones neuroeléctricas, utilizando no los símbolos laríngeo -manuales del tercer circuito
sino directament e la retroalimentación, telepat ía y conexión computacional. Las señales
neuroeléctricas sustituirán progresivamente al "habla" (gruñidos homínidos) una vez
consumada la emigración al espacio.

Cuando los humanos hayamos escalado la atmósfera y el pozo gravitatorio de la vida


planetaria, la conteligencia acelerada del sexto circuito posibilitará la comunicación de alta
energía con Inteligencias Superiores, es decir, nosotros -mismos-en-el-futuro y otras razas post-
terrestres.

Todo se vuelve maravillos amente claro y sencillo en cuanto nos damos cuenta de que las
experiencias neuronales de " flipe" son en el fondo extraterrenas, de que "colocarse" y "flipar"
son metáforas acert adas. El éxta sis neurosomático del circuito V nos prepara para el siguiente
estadio evolutivo, la emigración del planeta. El circuito VI nos prepara para el estadio que viene
des pués, la comunicación interespecífica con entidades avanzadas en posesión de realidades -
túnel electrónicas (post verbales).

El circuito VI es el "traductor universal" tantas veces imaginado por los escritores de ciencia
ficción y que ya está incorporado en nuestros cerebros gracias a la hélice del ADN. Del mismo
modo que la oruga contiene los circuitos de la futura mariposa.

VII El circuito neurogenético. El séptimo cerebro entra en acción c uando el sistema nervioso
empieza a recibir señales desde dent ro de las neuronas, procedentes del diálogo ADN-ARN. El
primero que experimentó esta mutación habló de "rec uerdos de vidas anteriores",
"reenc arnación", "inmortalidad", etc. Que estos maestros hablaban de cosas reales lo
demuestra el hecho de que muc hos (sobre t odo hindúes y sufíes) nos han legado panorámic as
poéticas, sorprendentemente precisas, sobre la evolución 1. 000 o 2.000 años antes de Darwin,
y anunciaron el superhombre antes que Nietzsche.

Los "archivos akáshicos" de la teosofía, el "inconsciente colectivo" de Jung, la "conciencia


filogenética" de Grof y Ring, son tres metáforas modernas de este circuito. Las visiones de la
evolución pasada y futura descritas por los que han tenido experiencias " fuera del cuerpo"
durante episodios cercanos a la muerte también ejemplifican la realidad-túnel transtemporal del
circuito VII

En las enseñanzas yóguicas nos encontramos con ejercicios específicos para despe rtar el
circuito VII. Suele despertarse, si es que llega a ocurrir, tras varios años de practicar el tipo de
rajah yoga que desarrolla las habilidades del circuito VI.

El neurotransmisor específico del circuito VII es, por supuesto, el LSD. (También el pey ote y la
psilocibina tienen algún efecto en el circuito V II).

Cont emplado desde el punto de vista científico en el año 1977 podríamos considerar al circuito
VII como archivos genéticos que se activan mediante prot eínas antihistónicas. Es la memoria
del ADN que se remonta hasta el amanecer de la vida. Todos los mutantes del cir cuito VII
presienten la inevitabilidad de la inmortalidad y de la simbiosis interespecífica; sabemos hoy en
día que esto también es una predicción evolutiva dado que estamos a las puertas de una
mayor longevidad que nos dará acceso a la inmortalidad.

La función de los circuitos del lóbulo derecho y el moti vo de su activación por la revolución
cultural de los años sesenta empieza ahora a estar clara. Como el sociólogo F. M. Esfandia ry
escribe en Upwingers, "Hoy en día, cuando hablamos de inmortalidad y de ir a otro mundo, no
lo decimos en un sentido teológico o metafísico. La gente ya está viajando a ot ros mundos. La
gente ya está buscando la inmortalidad. La trascendencia ha dejado de ser un concepto
metafísico. Se ha convertido en una realidad".

La función evolutiva del séptimo circuito y su realidad-túnel evolutiva de largas miras es


prepararnos para la inmort alidad consciente y la simbiosis interespecífica

VIII. El circuito neuroat ómico. Sujétense el sombrero y respiren hondo, porque esto es donde
más lejos se ha aventurado la inteligencia humana:

La conciencia precede, probablemente, a la unidad biológica a la hélice de adn. Tenemos


noticia de "experiencias fuera del cuerpo", "proyecciones astrales", contacto con "entidades"
alienígenas (¿extraterrestres?) o con una Suprament e galáctica, etc. -como yo mismo he
experimentado- y no sólo por boca de los ignorantes, los supersticiosos y los crédulos, sino que
lo han relatado a menudo las mentes más lúcidas que conocemos (Sócrates, Giordano Bruno,
Edison, Buckminster Full, etc.). Los parapsicólogos se ent eran de tales casos a diario, y
científicos de la talla del doctor John Lilly y Carlos Castaneda las han vivido personalmente.

El doctor Kenneth Ring ha atribuido estos fenómenos a lo que el denomina, muy


acertadamente, "el inconsciente extraterrestre".

El doctor Leary sugiere que el circuito VIII es literalment e neuroatómico -infra, supra y meta
fisiológico- un sistema comunicati vo cuántico que no necesita de un recipiente biológic o. El
intento de construir un modelo cuán tico de la conciencia y/o un modelo consciente de la
mecánica cuántica por los físicos inspirados mencionados con anterioridad (el catedrático John
Archibald Wheeler, Saul-P aul Sirag, el doctor Fritjof Capra, el doctor Jack Sarfatti, etc.), es un
claro indicio de que la "conciencia atómica", propuesta inicialmente por Leary en The Seven
Tongues of God (1962) supone un vínculo explicativo que aunará la parapsicolo gía y la
parafísica en la primera teología científico-empíric o-experimental de la historia.

Cuando el sistema nervioso se eleva hasta este circuito de nivel cuántico, el espacio-tiempo
queda suprimido. Se trasciende la barrera einsteniana de la velocidad de la luz; de acuerdo con
la metáfora del doctor Sarfatti, superamos el "chauvinismo electromagnético". La conteligencia
contenida en la c ámara proyectora cuántica es todo el "cerebro" cósmico, igual que la diminuta
hélice de ADN es el cerebro local que di rige la evolución planetaria. Como dijo Lao-Tse desde
su propia perspectiva del Circuito V III: "Lo más grande se enc uent ra en lo más pequeño".

El desencadenant e del circuito VIII es la catamina, un psicofármaco investigado por el doctor


John Lilly, que (según un extendido rumor aún por confirmar) también se administra a los
astronautas para prepararlos para el espacio. También producen ciert a conciencia del circuito
VIII dosis altas de LSD.

Вам также может понравиться