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El contrato de sociedad es un contrato por el cual dos o más personas se obligan a poner en
común bienes o trabajo para dividir entre ellos (socios) las pérdidas o las ganancias.
Tal como hemos podido entrever en la misma definición de sociedad, un aspecto importante
dentro de un contrato de este tipo es la responsabilidad por pérdidas o periculum, que es
siempre a cargo de la sociedad. En el caso de cosas determinadas, se da desde la conclusión
del contrato, y cuando se trate de cosas genéricas, desde el momento de su aportación a la
sociedad.
En este caso, en el transcurso del ejercicio de la sociedad se ha producido la pérdida del dinero
de la misma, así como unos gastos médicos que no sabemos quién deberá pagar. Cuando se
producen pérdidas, la responsabilidad va a parar siempre a la sociedad, pero dado que en este
caso el dinero constituía la totalidad, será decisión de los socios si proseguir o no con el
negocio.
No obstante, en el caso de que los esclavos no sean propiedad de la sociedad, aunque también
correrá a cargo de ésta el periculum, lo hará por una razón bien distinta. Y es que tal como nos
muestra la jurisprudencia romana en D.17.2.52.4, el mero hecho de que los esclavos fueran
heridos mientras estaban realizando una tarea para la sociedad, hace que la responsabilidad
de sus daños sea de la misma.
3. ¿Puede demandar Tiberio a Celso con la actio pro socio?
La actio pro socio es la que tutela la relación interna dentro de la sociedad, es decir, es la única
acción legitimada para reclamar entre socios. Así, queda claro que si Tiberio debe reclamar a
Celso alguna cantidad, en este caso tanto el dinero perdido como la parte proporcional de los
gastos de curación, será a través de la actio pro socio.
4. En caso de capturara a los autores del delito, ¿qué acción y quién estaría legitimado
para actuar contra los ladrones?
Las acciones que podría interponer serían en primer lugar la “actio vi bonorum raptorum” por
la rapina, reclamando el cuádruplo del valor de los sustraído; la “actio reivindicatio” para
reclamar las propias cosas sustraídas; y la “actio legis aquiliae” en su capítulo tercero por los
daños ocasionados a los esclavos, para la cual la pena es del máximo valor que los esclavos
hubieran tenido durante el mes anterior al robo. En el supuesto caso de que Tiberio hubiese
resultado herido, también podría interponer la “actio iniuriarum” para pedir una
indemnización por dichos daños, pero en el caso no se especifica que tal agresión se hubiera
producido.
Una de las razones de extinción e la sociedad es la pérdida del patrimonio social, ya que la
misma se quedaría sin los medios necesarios para cumplir con sus objetivos. Así, para poder
responder a la pregunta planteada, es necesario tener claro cuál es el contenido exacto del
patrimonio social.
En el caso de que los esclavos formaran parte de la sociedad, el patrimonio no habría sido
totalmente perdido, con lo que la sociedad no estaría extinguida aunque se hubiera perdido
todo el dinero. Esto se debe a que aunque los socios ya no dispusieran de capital, siempre les
quedaría la posibilidad de vender a los esclavos para conseguir dinero, o de volver a aportar el
dinero perdido. También se podría extinguir la sociedad mediante una actio recissoria, siendo
esta extinción voluntad de los propios socios.
Por otro lado, si los esclavos no formaran parte del patrimonio social, la sociedad se vería
extinguida desde el mismo momento en que se hiciera efectiva la pérdida del dinero.
A la hora de reclamar el capital, la mutuante (Gala), puede usar la “actio certae meditae
pecuniae”, también llamada condictio. No obstante, como ya hemos dicho anteriormente, los
intereses no entran dentro del mutuo, sino que lo hacen a través de la estipulación. Así, para
reclamar los intereses se hará necesaria la aparición de una nueva acción, la actio stipulati, que
sirve para reclamar obligaciones nacidas directamente de estipulaciones.
Aunque el préstamo del vestido es una condición para la efectiva formación del pignus
(contrato que garantiza mediante la entrega de un objeto el cumplimiento de una obligación
principal), hay que señalar que se trata de un préstamo de uso, también llamado comodato.
Éste no consiste en más que la entrega de la detentación de una cosa al comodatario para que
la use y la restituya al comodante cuando éste se la pida.
Tanto los comodantes, Tiberio y Celso, como la comodataria, Gala, pueden ejercer acciones
por el robo y destrucción del vestido, dado que no solo el propietario puede hacerlo, sino todo
aquél que deba responder ante él o por custodia o por pérdida de la cosa.
Así, tanto los propietario como Gala pueden ejercitar la legitimación activa contra el vecino,
interponiendo una actio furti por el doble del valor del vestido, y una actio legis aquiliae en su
capítulo tercero por la destrucción del mismo, pagándose el mayor valor que hubiera tenido
en los treinta días anteriores al hecho dañoso.