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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO MONOGRÁFICO

EL TRIÁNGULO TERRESTRE Y SU USO COMO

ESTRATEGIA DE MARKETING POLÍTICO

MULTINACIONAL

REALIZADO POR:
Vargas Rimarachín, Luz Elmina

ASIGNATURA:
Derecho Internacional Público

DOCENTE RESPONSABLE:
Dr. Miguel Angel Rodríguez Mackay

IX CICLO

LIMA – PERÚ

2019

1
DEDICATORIA

Dedico esta monografía al historiador,


escritor y diplomático Juan Miguel Bákula
Patiño, gran figura de la diplomacia peruana,
quien con argumentos sólidos, treinta años
después, marcó el derrotero para una
delimitación marítima pendiente.

2
AGRADECIMIENTO

En estas líneas quisiera rendir un homenaje a


mis docentes, la gratitud se convierte en una
palabra pequeña para explicar todo lo que nos
trasmiten. A ellos, que viven el Derecho hasta
cuando te llaman la atención, muchas gracias.

3
RESUMEN

El presente trabajo monográfico tiene por objetivo el describir desde una


visión histórica y crítica, los sucesos que llevaron a dos naciones hermanas a
un debate sobre una porción de territorio de cuatro hectáreas denominada
“triángulo terrestre”, que en una interpretación consecuente a los Tratados
suscritos constituye territorio peruano.

Sin embargo, zanjar el debate con este argumento resultaría poco efectivo
e iluso, pues el hecho jurídico tiene una raíz histórica que no nace de un
tratado de fronteras geográficas, sino que discurre por una visión geopolítica de
nuestros países donde uno se ve como el país siempre victorioso y avasallador
y el otro, por su lado, con la necesidad de reivindicación por las pérdidas
sufridas por mals decisiones tomadas.

Surge entonces la necesidad, de que las autoridades mandantes de la


población de ambos países, no utilicen figuras conflictivas o construcciones
políticas sobre rencores pasados para que sus votantes aparten la mirada de
los asuntos realmente importantes. En nosotros, está entonces el no permitir
ser usados como juguetes políticos que responden a estrategias de marketing
político.

Ahora más que nunca, la verdad nos hará libres, pues nuestro deber es
buscarla entonces.

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ABSTRACT

The purpose of this monographic work is to describe, from a historical and


critical perspective, the events that led two sister nations to a debate on a
portion of four-hectare territory called the “terrestrial triangle”, which in an
interpretation consistent with the Treaties signed It constitutes Peruvian
territory.

However, settling the debate with this argument would be ineffective and
illusory, since the legal fact has a historical root that is not born from a treaty of
geographical borders, but runs through a geopolitical vision of our countries
where one looks like the country always victorious and overwhelming and the
other, on the other hand, with the need to claim for the losses suffered by bad
decisions taken.

The need arises, then, that the constituent authorities of the population of
both countries do not use conflicting figures or political constructions on past
grudges so that their voters look away from really important matters. In us, then,
is not allowing to be used as political toys that respond to political marketing
strategies.

Now more than ever, the truth will set us free, because our duty is to look
for it then.

5
INTRODUCCIÓN

Si quisiera ser realista, podría decir que desarrollar el tema concerniente a


la descripción del triángulo terrestre, motivo de debate hace algún tiempo por
parte de nuestros políticos al principio me resultó algo ocioso y no coyuntural.
Nada más alejado de la realidad, pues de la revisión del proceso histórico que
nos llevó hasta este punto es que he encontrado el verdadero sentido de la
gran empresa que constituye alcanzar un acuerdo.

Empezare diciendo que la delimitación geográfica de los territorios en base


a Tratados amparados en los principios del Derecho Público Internacional y
que la solución pacífica de conflictos debe ser la regla de oro, pero de la
revisión de los escritos de aquellos que participaron de los procesos debo
señalar que es un proceso complicado y que no culmina en una firma o un
arbitraje.

Los Tratados deben ser objeto de continua revisión y estudio por parte de
los estudiantes y estudiosos del Derecho, pues como fue nuestro caso, es que
de su revisión es que nacen argumentos para la prevención de conflictos. Y es
que viviendo en sociedad, debemos buscar tener una visión realista y propia
que nos invite a tener una posición determinada sobre los hechos y
acontecimientos que merecen nuestro interés como peruanos y uno de esos
temas, definitivamente es nuestras fronteras.

Que la revisión realizada en el presente trabajo, sirva de estímulo para


ahondar más, pues nuestro tema de debate siempre volverá a aparecer,
aunque no necesariamente por una necesidad real de los Estados de
resolverlo, sino como una herramienta de marketing político para acaparar
votos poco informados.

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ÍNDICE

Carátula

Dedicatoria

Agradecimiento

Abstract

Introducción

Índice

Marco Teórico

I. ANTECEDENTES

1. Reseña breve al respecto del conflicto armado suscitado con Chile

1.1 Tratado de Ancón de 1883

1.2 Tratado de Lima de 1929 y su Protocolo Complementario

1.3 Tensiones bilaterales post Tratado de Lima

2. Nacimiento de la controversia sobre límites marítimos entre Perú y


Chile

3. El caso peruano

4. El Marketing Político

5. Nacimiento del “triángulo terrestre” ante fallo de la Corte de La Haya

Conclusión y recomendaciones

Referencias Bibliográficas

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Anexos

MARCO TEÓRICO

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EL TRIÁNGULO TERRESTRE Y SU USO COMO ESTRATEGIA DE
MARKETING POLÍTICO MULTINACIONAL

I. ANTECEDENTES

Para entender de manera integral la coyuntura de las relaciones peruano


chilenas, debemos remontarnos a la historia de ambas naciones, pues el
escenario actual no es más que el epílogo de una sucesión de encuentros y
fracasos, de lucha por la hegemonía del Pacífico sur y dependencias
históricas que arrastramos desde la época incaica (donde Chile fue
dependiente de nosotros) y que vio en la emancipación la oportunidad de
sacudirse del yugo impuesto por la corona española que siempre lo mantuvo
denostado ante su virreinato principal.

1. Reseña breve al respecto del conflicto armado suscitado con Chile

El intento español de retomar el dominio de sus antiguas colonias en


américa del sur –el gobierno español continuaba sin reconocer la
independencia del Perú- concretado con la ocupación de las islas de
Chincha y la captura de la nave peruana Iquique, el 14 de abril de 1864 por
una fuerza naval española comandada por el vicealmirante Hernández y el
comisionado especial Eusebio de Salazar y Mazarredo y pese a los
esfuerzos de mediación de países como Estados Unidos, Chile, Francia y
Bolivia y la convocatoria a una segunda conferencia interamericana, en
afán de conseguir la solidaridad internacional y sobre todo, la unión
continental ante España culminó en la firma de un tratado de unión y
alianza defensiva para la conservación de la paz suscrito el 23 de enero de
1865. Lamentablemente estos tratados no fueron ratificados por los
respectivos Estados y los buenos oficios para la conformación de una
organización americana de Estados que buscara la cooperación entre
Estados sin comprometer su soberanía quedó en un mero intento.

Con la firma del ominoso Tratado Vivanco-Pareja –que a la postre


ocasionó la caída del gobierno de Juan Antonio Pezet ante el

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levantamiento del coronel Mariano Ignacio Prado en Arequipa- donde el
gobierno peruano se compromete a pagarle a España una indemnización
de tres millones de pesos por los “gastos incurridos durante la intervención”
y pese al cumplimiento de las condiciones pactadas, España continúa con
su ocupación de las islas de Chincha. Esta actitud conlleva un grave
deterioro de las relaciones diplomáticas que buscaban evitar un conflicto
armado; pero a su vez, origina que el gobierno chileno proteste de manera
formal cerrando sus puertos a la flota española. España responde
enviándole un ultimátum a Chile quien le declara la guerra a España.

Nace la oportunidad de una unión entre Perú y Chile ante un enemigo


común concretándose la firma de un tratado de alianza ofensiva y
defensiva entre ambos países, al que posteriormente se adhirieron Ecuador
y Bolivia. Con el bombardeo de Valparaíso por la escuadra española el 31
de marzo de 1866 y el bloqueo español del puerto del Callao con el
subsiguiente bombardeo del 2 de mayo de 1866, que a pesar de haber de
lo que dicen algunos libros de historia fue “una victoria para el Perú y selló
la independencia americana de España”, en realidad ocasionó grandes
bajas a la armada peruana propiciando la unión chileno-peruana y la
solidaridad internacional que condenó las acciones españolas.

Sin embargo, esta alianza fue debilitándose a medida que cada


gobierno iba resolviendo de manera separada por la vía diplomática sus
diferencias con España, y es que la competencia entre Perú y Chile por la
hegemonía del Pacífico Sur era un punto de inflexión que mantenía en vilo
a ambos países, donde nuestro vecino del sur percibió de manera
inteligente, que debía potenciar su poderío militar (en aquel momento
inferior al del Perú). Si bien este comportamiento fue percibido por las
autoridades peruanas, poco pudieron hacer éstas para incrementar su
poderío naval también, el conflicto con España y las malas
administraciones dejaron a nuestro país en una pésima situación
económica.

En 1875, el gobierno de Manuel Justo Pardo y Lavalle nacionalizó el


salitre, provocando gran conflicto con los inversionistas europeos y chilenos
que dominaban esta industria en el país que ante el despojo de sus
10
propiedades brindaron un importante apoyo económico a Chile para
obtener mayores recursos militares. Chile estaba decidido a continuar su
política expansionista, y para ello, obtiene un trato bastante ventajoso con
Bolivia en la delimitación de su frontera con este país, haciéndose de los
recursos del desierto de Atacama y propugnado que Bolivia reclame como
suyo el puerto de Arica. Es sí que el Perú, viendo las intenciones chilenas
negocia con Bolivia una alianza defensiva a la par que Chile consolida sus
intereses comerciales por todo el desierto de Atacama hasta Tarapacá.
Con el tiempo, Bolivia vislumbra los pésimos réditos que le brinda el tratado
suscrito con Chile por la frontera colindante con la región costera y busca
denunciar el tratado, es que Chile procede a la ocupación de estos
territorios. La declaración de guerra de Bolivia a Chile y la firma del tratado
de defensa peruano boliviano, le brinda la excusa perfecta a Chile para
declararle la guerra a ambos países.

Son bastante conocidos, los resultados que trajo para nuestro país la
“Guerra del Pacífico”, que se perdió desde antes que se iniciara con
políticas populistas e inexpertas de manejo de la economía pública por
parte de caudillos que poco sabían de finanzas y manejo del Estado y
mucho de glorias militares que a la postre desencadenaron la pérdida de
Tarapacá, la ocupación chilena de Arica y Tacna, el despojo de importantes
bienes nacionales luego del saqueo de Lima y otras ciudades por las
huestes chilenas y la pérdida irreparable de una generación de peruanos
que lucharon premunidos de pocas armas pero mucho amor por su patria.
(figura 1)

Luego de estas pérdidas significativas, es que nace “el nacionalismo


peruano” que en la opinión de Ronald Bruce St John:

“…contribuyó a que los peruanos convirtieran su


autoproclamado complejo de inferioridad en el ingrediente
vital para su mítica fantasía de nacionalismo. Con la
mayor parte de sus héroes recordados por las fechas de
sus derrotas, los peruanos convirtieron el burlarse de sí
mismos y el mordaz menosprecio de sus logros

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nacionales en el pasatiempo nacional” [ CITATION Ron99 \l
3082 ]

1.1 Tratado de Ancón de 1883

Nace el Tratado de Ancón como un acuerdo punitivo (reconocido


así por los mismos historiadores chilenos, como es el caso de Claudio
tapia Figueroa, docente de la Escuela Militar del Libertador Bernardo
O’Higgins) por el cual Chile hace suya la región de Tarapacá, rica en
salitre y posteriormente en yacimientos de cobre, ocupa también los
territorios de Tacna y Arica por 10 años (que a la postre fueron 46
años) bajo la fachada de un plebiscito (a realizarse de acuerdo al
tratado en 1893) que demoró mucho en realizarse por los continuos
aplazamientos que Chile practicaba mientras llevaba a cabo una fuerte
campaña a nivel de la población para que sus actividad comercial sea
dependiente de ellos y vean las ventajas de pasar a la administración
sureña conocida como “chilenización”, a la par de las negociaciones
secretas que mantenía con Bolivia prometiéndole territorios peruanos
desde Tacna hasta Arequipa como recompensa, estas maniobras son
conocidas como “la política boliviana” desarrollada por Domingo Santa
María y que se mantuvo vigente durante casi todo el siglo XX. [ CITATION
Cla14 \l 3082 ]

La demora en la realización del plebiscito obligó al gobierno


peruano a romper relaciones con Chile hasta en dos ocasiones (1901 y
1910), entendiendo el gobierno de Augusto B. Leguía (1919) que se
necesitaba la intervención de un mediador que permita dirimir la
controversia suscitada entre ambos países. Chile y Perú acuerdan que
sea Estados Unidos quien arbitre esta cuestión.

Se emite entonces un laudo arbitral (4 de marzo de 1925) bajo los


siguientes términos:

“(a) El artículo 3 del Tratado de Ancón de 1883 en


relación a Tacna y Arica permanecería vigente.
(b) Se crearía una Comisión Plebiscitaria con control
sobre el plebiscito.

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(c) La provincia de Tarata sería devuelta al
Perú”[ CITATION Gob09 \l 3082 ]

Para el cumplimiento de dicho laudo se forma una comisión


plebiscitaria conformada por tres miembros (uno asignado por Perú,
otro por Chile y el tercero, quien la presidía era asignado por el
Presidente de Estados Unidos) que inició labores para ejecutar los
puntos indicados en el laudo arbitral. A la postre, luego de un año sin
mayores avances por negativas y dilaciones de Chile, el General John
J. Pershing, presidente de dicha comisión renuncia, nombrándose al
Mayor General William Lassiter, quien continúa el trabajo con similares
resultados. Ante ello, emite un informe con algunas recomendaciones
sobre cómo debería realizarse el cumplimiento de los puntos arriba
mencionados y concluyendo que el marco para la realización de éste
era imposible pues no se ofrecían las garantías necesarias para una
decisión libre de coacción por parte de los habitantes de las regiones
en plebiscito.

1.2 Tratado de Lima de 1929 y su Protocolo Complementario

El 3 de junio de 1929 el Perú y Chile firmaron el Tratado de Lima y


su Protocolo Complementario realizándose la entrega de Tacna al Perú
el 28 de agosto de 1929, reteniendo Chile a Arica y se estableció la
frontera geográfica terrestre entre ambos países, señalando en su
artículo 2º el Tratado de Ancón lo siguiente:

“El Territorio de Tacna y Arica será dividido en dos


partes, Tacna para el Perú y Arica para Chile. La línea
divisoria entre dichas dos partes y; en consecuencia, la
frontera entre los territorios del Perú y de Chile, partirá
de un punto de la costa que se denominará
«Concordia», distante diez kilómetros al norte del
puente del río Lluta, para seguir para el oriente paralela
a la vía de la sección chilena del ferrocarril de Arica a

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La Paz y distante diez kilómetros de ella, con las
inflexiones necesarias para utilizar, en la demarcación,
los accidentes geográficos cercanos que permitan
dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus
dependencias pasando luego por el centro de la
Laguna Blanca, en forma que una de sus partes quede
en el Perú y la otra en Chile. […]”.

El mismo Tratado en su tercer artículo establecía que la línea de


frontera sería fijada y señalada en el suelo por hitos, dándole dicho
encargo a una Comisión Mixta de Límites conformada por
representantes de ambos países pactando que, ante controversia en su
determinación, sería el representante de Estados Unidos el que
dirimiera con carácter inapelable. Es importante mencionar que el
representante peruano en dicha comisión fue el ilustre ingeniero
tacneño Federico Basadre Grohmann.[ CITATION Fab09 \l 3082 ]

El artículo 5º estipulaba también:

“Para el servicio del Perú el Gobierno de Chile


construirá a su costo, dentro de los mil quinientos
setenta y cinco metros de la bahía de Arica un malecón
de atraque para vapores de calado, un edificio para la
agencia aduanera peruana y una estación terminal
para el Ferrocarril a Tacna, establecimientos y zonas
donde el comercio de tránsito del Perú gozará de la
independencia propia del más amplio puerto libre.”

A pesar que surgieron discrepancias entre los delegados de ambos


países, era de mutuo consenso entre los gobiernos el evitar pedir que
Estados Unidos interviniera en la determinación de los hitos terrestres;
por ello y ante petición de sus gobiernos buscaron entenderse de
manera directa.

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El segundo acuerdo y es donde nace el presente trabajo, es la
fijación de los hitos. El hito Nº 1 (el primero de 80 hitos) o punto
Concordia se coloca a cierta distancia de la orilla del mar para evitar
que “sea destruido por las aguas del oceáno”, esto de acuerdo a las
instrucciones recibidas por ambos delegados de sus respectivos
gobiernos, que detalla la nota chilena enviada a su delegado Enrique
Brieba y que señala lo siguiente:

“Para trazar la línea divisoria y colocar los hitos


respectivos en los puntos que no alcanzaron a
determinarse al suspender, en febrero último, los
trabajos de la Comisión Mixta Demarcadora Chileno
Peruana, se ha llegado a un acuerdo con el Gobierno
de ese país, al cual deberá ajustarse esa Comisión en
el trazado de la línea.
En esta virtud, en el desempeño de la misión que
ha confiado a Ud. el Gobierno como Delegado de Chile
en la Comisión Mixta de Límites con el Perú, se servirá
Ud. dar cumplimiento a lo convenido y, de acuerdo con
el Delegado del Perú, dispondrá que se proceda a la
mayor brevedad a colocar los hitos divisorios en la
línea que se determina, como sigue:
HITO CONCORDIA.- Punto inicial en la costa de la
línea fronteriza. Se medirán 10 Km. desde el primer
puente del Ferrocarril de Arica a La Paz sobre el río
Lluta, en la dirección hacia el Norte en la Pampa de
Escritos, y se trazará hacia el Poniente, un arco de diez
kilómetros de radio, cuyo centro estará en el indicado
puente y que vaya a interceptar la orilla del mar, de
modo que, cualquier punto del arco, diste 10 kilómetros
del referido puente del ferrocarril de Arica a La Paz
sobre el río Lluta.
Este punto de intersección del arco trazado, con la
orilla del mar, será el inicial de la línea divisoria entre

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Chile y el Perú. Se colocará un hito en cualquier punto
del arco, lo más próximo al mar posible, donde quede a
cubierto de ser destruido por las aguas del océano”.

Una vez colocados los 80 hitos, se firma de mutuo acuerdo por los
delegados, el Acta Final de la Comisión Mixta de Límites entre el Perú
y Chile el 21 de julio de 1930 que luego suscriben los ministros de
Relaciones Exteriores de ambos países. De lo mencionado entonces,
se aprecia que el espíritu que primó en las partes para el
establecimiento de la frontera fue la determinación de su punto inicial
que es en la intersección de la orilla del Océano Pacífico (línea de
bajamar actual) con el arco de 10 kilómetros de radio con centro en el
puente sobre el río Lluta, que establece el límite terrestre en ese sector.
(Gráfico 3)

1.3 Tensiones bilaterales post Tratado de Lima

Es importante mencionar que la firma del Tratado de Lima y su


Protocolo Complementario debió haber implicado un punto de inflexión
que permitiera al verse cumplido los acuerdos, una integración bilateral
institucionalizada que permitiera el desarrollo armonioso de ambos
países. Como es conocido, esto no fue así. Con la caída del gobierno
de Leguía comienza una nueva etapa de caudillismo en nuestro país,
que revive sentimientos de tensión político militar por los territorios
perdidos y por los acuerdos incumplidos y que aunado, a la sensación
chilena y continuación de la política formulada por Diego Portales que
propugnaba que debía impedirse cualquier intento de confederación
entre Perú y Bolivia, pues podría constituir una amenaza a la
hegemonía chilena, y que se pinta de cuerpo entero en la siguiente
frase:

“… debe desaparecer para siempre jamás del


escenario de América, dado que por su extensión
geográfica; por su mayor población blanca; por las
riquezas conjuntas del Perú y Bolivia, apenas

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explotadas ahora; por el dominio que la nueva
organización trataría de ejercer en el Pacífico,
arrebatándonos (…) la Confederación ahogaría a
Chile”[ CITATION ALO15 \l 3082 ].

Los años posteriores a la guerra se vieron marcados entonces por


una tensa calma, donde las relaciones bilaterales fueron
reconstruyéndose de manera lenta y siempre desconfiada, con
cooperaciones que nacían más de las necesidades de ambos que dela
buena voluntad entre ambas naciones.

Una oportunidad bastante comentada surge a finales de los años


cuarenta, al respecto de las medidas adoptadas por el Presidente de
Estados Unidos, Harry Truman, que proclamó la soberanía de su país
sobre una extensión determinada de su plataforma continental
adyacente a sus costas con el fin de proteger y salvaguardar sus
recursos naturales (especialmente el petróleo) de la explotación
privada o por parte de otros países.

Ante esto, Perú y Chile, países con amplia costa oceánica pero
poca plataforma continental (recordemos que tenemos la gran falla de
Nazca que no permite que tengamos una plataforma continental muy
profunda como para albergar grandes yacimientos petrolíferos en el
subsuelo peruano y chileno) deseaban la misma conservación y
protección de sus recursos naturales como condición de subsistencia y
medio de fortalecimiento de su desarrollo económico, pero dirigida a la
columna de agua de mar y los recursos marinos que contenía ésta
hasta una distancia de 200 millas.

Esta pretensión peruano-chilena iba en contra del Derecho


Internacional que solo otorgaba derechos territoriales hasta por una
extensión de 6 millas. Por ello, el 18 de agosto de 1952, junto a
Ecuador, celebran y ratifican la “Declaración sobre Zona Marítima” o
“Declaración de Santiago” donde:

“proclaman como norma de su política


internacional marítima, la soberanía y jurisdicción

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exclusivas que a cada uno de ellos corresponde sobre
el mar que baña las costas de sus respectivos países,
hasta una distancia mínima de 200 millas marinas
desde las referidas costas”[ CITATION Roc17 \l 3082 ]

Ante la oposición de las grandes empresas pesqueras


internacionales por esta pretensión (como la del millonario griego
Aristóteles Onassis), Chile y Perú debieron continuar con los esfuerzos
de consolidar la Declaración suscrita, para ello firmaron en 1954 un
tratado adicional conocido como el “Convenio sobre Zona Especial
Fronteriza Marítima, el “Acta de los representantes de Chile y del Perú”
en 1968 y el “Acta de la Comisión Mixta Chileno-Peruana” de 1969.

A fines de los sesenta, con el ascenso al poder del “Gobierno


Revolucionario de las Fuerzas Armadas” de Juan Velasco Alvarado en
el Perú y el del Régimen Militar de Augusto Pinochet en Chile, surge en
los años setenta, un ambiente de tensión evidente ante la cercanía del
centenario de la Guerra del Pacífico, donde el Estado Peruano inició
una importante carrera armamentista de la mano con Rusia; sin
embargo, la salida del Gral. Velasco del poder por cuestiones de salud
y el ascenso del Gral. Francisco Morales Bermúdez ayudó a aliviar
dichas tensiones. Este período de tranquilidad fue quebrado en 1978
con el descubrimiento de dos oficiales chilenos que estaban tomando
fotografías en una instalación militar en Talara, con la respectiva
expulsión de miembros de su cuerpo diplomático y la solicitud de retiro
de su embajador en Lima.

2. Nacimiento de la controversia sobre límites marítimos entre Perú y


Chile

El origen de esta controversia surge en 1977 con la publicación del


libro “El mar peruano y sus límites” por el almirante peruano Guillermo

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Faura Gaig, miembro del gabinete del Gral. Velasco Alvarado, este militar
advertía en su libro que los límites marítimos no habían sido materia de
acuerdo en los Tratados de Ancón y de Lima con Chile, no había referencia
específica a ese punto y llamaba la atención que para el gobierno chileno,
esa delimitación se encontraba zanjada por una libre interpretación que
ellos hacían de Tratados suscritos al respecto del Convenio sobre Zona
Especial Fronteriza Marítima, el “Acta de los representantes de Chile y del
Perú” en 1968 y el “Acta de la Comisión Mixta Chileno-Peruana” de 1969.

Es así que Faura, ante la firma del Acuerdo de Charaña en 1975 (pacto
que propugnaban los dictadores Augusto Pinochet por Chile y Hugo Banzer
por Bolivia para otorgarle al segundo una franja de mar y solucionar su
mediterraneidad, acuerdo que no se concreta por la oposición peruana)
decide presentar un informe al Presidente Gral. Morales Bermúdez al
respecto, concluyendo que los acuerdos firmados entre Perú y Chile hasta
el momento no constituían un tratado, acuerdo o convenio sobre límites
marítimos y recomendaba que debíamos demandar a Chile ante la Corte
Internacional de La Haya para alcanzar un acuerdo definitivo. [ CITATION
Ang14 \l 3082 ]

Para lograr este informe para el Gral. Morales Bermúdez, Faura tuv la
guía excepcional de su maestro, el embajador Juan Miguel Bákula, quien lo
acompañó en el desarrollo de su tesis revisionista y junto al memorándum
Bákula concluye:

“Es pertinente recordar la tendencia a una creeping


jurisdiction, para describir la intencionada acción para
orientar la evolución de los conceptos en beneficio
propio, como la que da origen a la actual diferencia,
que se afirma más adelante, cuando Chile ratifica dicha
Convención, en 1976. Valga el siguiente caso, a título
de ejemplo. En el dictamen número 138 de la Asesoría
Jurídica del Ministerio de Relaciones exteriores de
Chile, de septiembre de 1960 —que ensaya
inicialmente esta interpretación progresiva, aplicada a
una norma de excepción (todavía en calidad de
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propuesta), contrariando las reglas elementales de la
hermenéutica jurídica— se trascribe el punto IV de la
«Declaración de Santiago» [...] y, a continuación,
afirma dicho dictamen que el mencionado «número IV
revela en forma incuestionable que, para las partes
contratantes no es la prolongación de la frontera
terrestre, ni la perpendicular de la costa, ni la línea
media, sino un paralelo geográfico, el que delimita sus
mares territoriales. Los tres países no solo reconocen
allí que ese paralelo es el del punto en que llega al mar
la frontera terrestre, sino que le atribuyen un carácter
rígido e invariable, cualesquiera que sean las
circunstancias particulares existentes”[ CITATION Jos12 \l
3082 ].

3. El caso peruano

El 16 de enero del 2008, Perú oficializa la demanda contra Chile ante la


Corte Internacional de Justicia de La Haya con el fin de establecer
definitivamente sus límites marítimos.

El Perú argumentaba que los tratados de 1952 y 1954 no constituían


instrumentos de fijación de límites marítimos, solicitando fijar una línea
divisoria equidistante desde la costa y no por la línea imaginaria que pasa
por el Hito Nº1 y al mismo tiempo, establecer u nuevo punto terrestre para
proyectar el límite marítimo, ubicado a 265 metros al sudoeste del Hito Nº1,
al que se denominó Punto Concordia. [ CITATION Jos14 \l 3082 ]

Chile como ya se ha mencionado, afirmaba que esto era un punto


zanjado con los acuerdos firmados en los años cincuenta; sin embargo, se
contaba con el antecedente de una reunión sostenida en la década de los
ochenta entre el embajador peruano Juan Miguel Bákula y el Ministro
chileno Del Valle, donde el diplomático dejó claro la posición peruana al

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respecto de que no había “límites marítimos claros” entre Perú y Chile.
[ CITATION Fra14 \l 3082 ]

En el año 2000, Perú presenta una protesta formal al respecto de la


elaboración de una carta de navegación elaborada en 1998 por el Servicio
Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, que fijaba un límite
marítimo en base a la proyección del paralelo sobre el mar del Hito Nº1.
Posteriormente, en el 2004, el canciller Peruano Manuel Rodríguez
Cuadros envío a la canciller chilena, Soledad Alvear, una nota diplomática
proponiendo iniciar las negociaciones al respecto de esta delimitación. Ante
la negativa chilena de iniciar un diálogo, el gobierno peruano da por
agotada esta vía, dejando expedito el camino para una demanda en La
Haya.

Notas diplomáticas en el camino de ida y vuelta, las diferencias al


respecto se agravan con la creación por parte del gobierno chileno, de la
región de Arica y Parinacota, como independientes de Tarapacá y que
fijaba sus límites territoriales y marítimos en su ley de creación en base al
Hito Nº1. El gobierno peruano protesto y el Tribunal Constitucional de Chile
declaró “inconstitucional” la demarcación hecha en la ley de creación de
estas regiones.

El 27 de enero del 2014, luego de siete años de presentada la


demanda, la Corte determinó que efectivamente, los tratados firmados en
1952 y 1954 no crearon un límite marítimo entre Perú y Chile. Sin embargo,
el “Convenio sobre Zona Especial Fronteriza” de 1954, establecía una
frontera marítima, esto denegó el trazado de una bisectriz solicitada por la
posición peruana; sin embargo, la Corte acudiendo a las prácticas
marítimas determinó una salida generando una bisectriz pero en la milla 80,
de tal manera que incorporó al gobierno peruano más de 22 mil km 2 de mar
que Chile consideraba parte de su “Zona Económica Exclusiva”. (Figura 4)

4. El Marketing Político

21
Avraham Shama, define al marketing político como “el proceso mediante
el cual los candidatos políticos y las ideas son dirigidas a los votantes en
orden de satisfacer sus necesidades políticas y ganar su apoyo al
candidato y sus ideas”.[ CITATION Int19 \l 3082 ]

El marketing político proporciona herramientas que, subordinadas a


objetivos y metas determinadas, aunadas a un liderazgo político y con
estrategias de comunicación efectivas, pueden potenciar un proyecto
determinado que discurre desde ganar unas elecciones hasta posicionar
determinado punto de vista en la psiquis del colectivo al cual se dirige ya
sea para empoderarlo en un punto determinado o desviar su atención
sobre él.

El acceso masivo a los medios de comunicación de los ciudadanos,


determina en la actualidad una interacción distinta entre los gobernantes y
autoridades que deben ser también mediáticas, pues surge como una de
sus funciones fundamentales el informar y saber hacer llegar el mensaje a
sus gobernados. El marketing político eleva la oferta electoral y poner a
disposición de los candidatos las preferencias de los votantes y descubrir
sus necesidades inmediatas.

Las redes sociales y el acceso a plataformas de internet exigen de los


políticos modernos un manejo no solo del lenguaje oral sino también
corporal y la asignación de personal de confianza permanente para el
manejo de sus redes sociales ante un mundo que corre a un ritmo
acelerado y que le exige respuestas inmediatas al acontecer nacional e
internacional.[ CITATION Aso13 \l 3082 ]

5. Nacimiento del “triángulo terrestre” ante fallo de la Corte de La Haya

Ante la implementación del fallo de la Corte Internacional de La Haya


sobre el límite marítimo entre Perú y Chile, el gobierno chileno crea una
ficción técnica y jurídica conocida por todos nosotros como el “triángulo
terrestre”, que responde a un intento de las altas esferas del gobierno
chileno para desinformar a sus ciudadanos y crear burbujas de “asuntos

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pendientes” alimentadas con rencor hacia un país vecino que permita
desviar la mirada chilena a sus problemas internos.

No existe triángulo terrestre. En ningún tratado o sentencia se


menciona éste, su delimitación nace de una construcción donde se trazan
imaginariamente líneas desde el Punto Concordia (primer vértice) en la
orilla del mar donde se inicia la frontera peruano-chilena conforme al
Tratado de Lima de 1929; el Hito Nº1 (segundo vértice) colocado por la
Comisión Mixta de Límites Peruano-Chilena en 1930, a una distancia de
264,5 metros del Punto Concordia tierra adentro; y la intersección de la
proyección del paralelo que pasa por el Hito Nº1, ubicado tierra adentro.
[ CITATION Rod15 \l 3082 ]

Esto forma un triángulo terrestre de aprox. 37,610 m2 y que constituye


un “tema pendiente” para Chile, donde insistimos es territorio peruano.
(Figura 5).

Sin embargo, como propugno esta afirmación chilena corresponde a un


discurso de marketing político, que busca posicionar al político chileno en
una posición expectante, aguerrida y beligerante con muestra de
superioridad que desafía la interpretación jurídica y el derecho internacional
público, arrastrando a una masa que ansía victorias políticas donde no hay
conflictos por resolver.

La firma del Tratado de 1929 zanjó las disputas territoriales entre Perú
y Chile amparados bajo el principio de Pacta sunt Servanda, como
manifestación expresa de la voluntad de ambos Estados y revestida de
buena fe como garantía de cumplimiento de los acuerdos alcanzados.

Sin embargo, la certeza de un Estado que no existe controversia no lo


debe relevar de su deber perenne de mantenerse alerta y mostrar
claramente su desacuerdo ante opiniones del máximo representante del
país vecino, que insiste en indicar que “aquel es un asunto pendiente”.
[ CITATION ElP192 \l 3082 ]

23
Esto obedece a declaraciones recientes del presidente Sebastián
Piñera, a propósito de la clausura de los Juegos Panamericanos en nuestro
país en julio del presente año. Declaró lo siguiente:

“Es un tema pendiente. Hay posiciones distintas


entre Perú y Chile. Tendremos que buscar el momento
para resolver esa situación. Hay visiones distintas, yo
como chileno tengo la convicción que en virtud del
Tratado del 29 y los acuerdos del año 1930, ese
triángulo terrestre corresponde a Chile. Los peruanos
tienen una visión distinta, pero no hay que dejar que
ese triángulo se interponga en la agenda del
futuro”[ CITATION ElC191 \l 3082 ]

Estas declaraciones, no son nuevas, pues poco tiempo después que se


dictara el fallo, salió a la luz pública el “triángulo terrestre” que mereció un
pronunciamiento del presidente peruano de aquel momento, Ollanta
Humala Tasso que indicó que “la recuperación territorial se realizará en
estricto apego al derecho internacional…La frontera terrestre del Perú se
inicia en el Punto Concordia”.[ CITATION ElP14 \l 3082 ]

Nuestros políticos peruanos también han sabido usar este tema para
sus promesas de campaña, como fue el caso del ex presidente Alan García
Pérez que solicitaba en sus discursos de campaña “un arreglo de buena
voluntad” o el intento de César Acuña para ingresar a este sector junto a un
grupo de simpatizantes en una simulada “marcha patriótica”, que no solo
muestra poca imaginación sino una carencia total de escrúpulos. [CITATION
Jor \l 3082 ]

Es cierto que existe determinada prensa en el país chileno, como en la


nuestra, que buscan ensimismar y socavar las buenas relaciones entre
ambos países buscando revivir viejos conflictos amparándose en
argumentos basados en odios centenarios.

24
CONCLUSIÓN Y RECOMENDACIONES

Concuerdo con la afirmación que el “triángulo terrestre” fue una


construcción que nació a la luz de una coyuntura política chilena
complicada que no pudo enfrentar el aparecer como perdedor (aunque no
lo fue, pues el fallo de la Corte no concordó de manera categórica con
alguna de las pretensiones alcanzadas por las partes) ante sus ciudadanos
que ven a su país como el hegemón de América del Sur.

A la luz de los últimos acontecimientos suscitados en el vecino país, ha


resultado un argumento que no ha podido disfrazar las profundas carencias
de una sociedad chilena que en números se muestra exitosa pero que en
los hechos ha vivido a las espaldas de su clase mandante, que justamente

25
constituyen los grupos de poder económico y que concentrar los capitales
chilenos.

Volviendo a nuestro punto, sobre las hectáreas en cuestión ,debemos


ser claros que el conflicto si bien no existe como parte de un hecho jurídico
que parta desde su naturaleza del derecho público internacional, si
debemos considerarlo como una situación de hecho objetiva que origina
comentarios y notas diplomáticas al más alto nivel y que incide
negativamente, lamentablemente, en el desarrollo de las poblaciones
fronterizas que ven mermados sus intentos de crecimientos por visiones
pobres de expansionismo latente al cual debe combatirse.

Todo indica, que esta será una discusión que ninguna de las partes
tiene intención de aclarar de manera definitivamente, pues no le implica
ningún rédito político, ni estratégico, económico o social para los
gobernantes que se encuentran ocupados en asuntos más mediáticos
como la corrupción en el caso peruano y las protestas públicas en el caso
chileno.

A la postre, estos temas pendientes sólo ocasionan pérdida de


oportunidades para ambos países, los cuales, en cooperación estrecha al
lado de Colombia, podrían imponerse como el gran bloque
macroeconómico de américa del sur y emerger como un solo hegemón.

Debemos aprender la lección y buscar soluciones o medios de solución


de conflictos que nos permitan sentarnos a una mesa de igual a igual,
acudiendo al arbitraje como nuestra salida final, pues siempre es mucha
más valiosa una negociación directa de las partes, por más trabajosa o
complicada que ésta pueda resultar.

Y por sobretodo, nosotros como ciudadanos debemos permanecer


expectantes a los asuntos que nos conciernen como peruanos, buscando
alcanzar la verdad por nuestros medios, de la consulta a distintas fuentes,
entendiendo que las redes sociales y los medios de comunicación pueden
ser desviados y conducidos en respuesta a sus propios intereses. Nuestra
opinión es nuestra y nunca será equivocada si está plenamente informada.

26
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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integración? Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile.

ALONSO GURMENDI DUNKELBERG. (2015). LA CONTROVERSIA


MARÍTIMA ENTRE EL PERÚ Y CHILE EN CONTEXTO.

Berrú, J. E. (2012). Análisis de la Declaración de Santiago de 1952 y de la


Convención de Lima de 1954 y demostración de su insubsistencia
jurídica como tratados de delimitación marítima entre Perú y Chile.
XIX(30).

27
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y Perú: un nuevo antecedente en la difícil vecindad entre ambos países.
(60).

Comercio, E. (2019). Sebastián Piñera insiste en que triángulo terrestre es


chileno. El Comercio.

El País. (2019). Piñera dice que Chile y Perú aún tiene tienen tema pendiente
por "triángulo terrestre". El País.

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Santiago: El Mercurio - Aguilar;.

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en la tierra, o la importancia del inicio de la frontera terrestre para definir
fronteras marítimas. El caso entre Perú y Chile. 61(193).

Gobierno del Perú. (2009). Controversia marítima (Perú vs Chile): Memoria del
gobierno del Perú;. Lima: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.

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Riveros, R. A. (2017). La relación bilateral entre Chile y el Perú: La propuesta


del fallo de la Corte Internacionalde Justicia como punto de inflexión
histórico y su posterior fracaso. XVII(1).

Rodriguez Mackay, M. A. (2015). el triángulo terrestre jurídica y políticamente:


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Funcionarios del Servicio Diplomático del Perú.

28
School, I. B. (s.f.). CEREM. (Universidad de Nebrija) Recuperado el 25 de
Octubre de 2019

29
ANEXOS

FIGURA 1

30
Leyenda:
PRIMER MAPA OFICIAL DEL PERU
Preparado en 1864 por órdenes del Ministro de
Relaciones Exteriores del Perú Mariano Felipe
Paz-Soldán.
FIGURA 2

31
TERRI
T
TORIOS erritorio
peruano
ADQUIRID
OS POR
CHILE

T
erritor
io

T
err
ito

Leyenda:
ADQUISICIONES TERRITORIALES DE CHILE RESULTANTES DE LA
GUERRA DEL PACIFICO
Leyenda en rojo: Territorio peruano que sería administrado por Chile durante
diez años, empezando en 1883.
Leyenda en azul: Territorio que el Perú cedió a Chile (1883)
Leyenda en verde: Territorio que Bolivia cedió a Chile.

FIGURA 3

32
Referencia: Mapa de 1930 del sector inicial de la frontera
terrestre entre Chile y Perú, firmado por el delegado chileno
Enrique Brieba.

FIGURA 4

33
Fuente: Sentencia de la Corte Internacional de
Justicia

34
35

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