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La contribución de las movilizaciones estudiantiles a la formación ciudadana y democrática de los estudiantes secundarios chilenos.

Articulo de Victor Figueroa-Farfán y Eduardo Cavieres-Fernández


Praxis educativa, Vol. 21, Nº 1; enero-abril 2017- ISSN 0328-9702 (impreso) y 2313-934 X (en línea), pp. 12-21
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/praxiseducativa-2017-210102 

La contribución de las movilizaciones


estudiantiles a la formación ciudadana
y democrática de los estudiantes
secundarios chilenos

Víctor Figueroa Farfán* y Eduardo Cavieres Fernández**

Resumen Contributions of Chilean student


proteststo students’ citizenship and
En este artículo repasamos las limita- democratic education
ciones fundamentales de la democracia
moderna bajo el influjo de relaciones Abstract
económicas de carácter capitalista,
y nos detenemos en el análisis de la In this article, we review the main lim-
democracia en Chile. Igualmente, co- its of modern democracy under the
mentamos la influencia que esta de- influence of economic relationships
mocracia tiene en las escuelas y en su within a capitalist society, and we fo-
tarea de formar a sus estudiantes para cus on the Chilean democracy. We
la ciudadanía. En contraste, mencio- also consider the influence that this
namos también algunas experiencias democracy has over schools and their
sociales y educativas que al proponer task of forming students for citizen-
objetivos y formas colectivas de parti- ship. In contrast, we mention those
cipación cuestionan el carácter elitista social and school experiences that by
e individualista de la actual demo- proposing collective goals and forms of
cracia. En ese contexto, revisamos las participation question the elitism and
contribuciones de las movilizaciones individualism present in current forms
estudiantiles en Chile para la forma- of democracy. In such context, we dis-
ción ciudadana y democrática de los cuss the contributions of the Chilean
estudiantes y concluimos que les han student protests to students’ citizen-
ofrecido una oportunidad para repen- ship and democratic education and we
sar la democracia, han permitido nue- conclude that they have opened them
detalle “Ferma x Gaggero (3)”,
vos espacios de participación política an opportunity to rethink democracy,
óleo sobre bastidor de fibrofácil.
juvenil, y han posibilitado experiencias have allowed them new spaces for
Gustavo Gaggero
de democratización de sus centros es- youth political participation, and have
colares. enabled experiences for the democrati-
zation of their schools.

Palabras clave: democracia; moviliza- Key words: democracy; Chilean stu-


ciones estudiantiles en Chile; partici- dent mobilizations; citizenship par-
pación ciudadana; democratización de ticipation; democratization of schools;
las escuelas; formación ciudadana citizenship education

Introducción
*
Universidad Andrés Bello sede Viña

A
del Mar, Liceo Eduardo de la Barra de
Valparaíso. Colón 2184, Valparaíso, Chile
| victor.figueroa@eduardodelabarra.cl
lo largo del mundo, la formación ciudadana ha ido
adquiriendo mayor relevancia en el currículo para
Centro de Estudios Avanzados,
**

Universidad de Playa Ancha de promover entre los estudiantes una concepción de


Valparaíso. Traslaviña 450, Viña del Mar,
Chile | ecavieres-cea@upla.cl
ciudadanía que considere temáticas más amplias que aquellas
referidas meramente a la institucionalidad política (Pyket,

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2010). Esto va acorde con una concepción de en la realidad chilena para revisar tanto las li-
escuela como espacio propicio para apren- mitaciones en la formación ciudadana que se
der una práctica ciudadana de forma activa entrega en las escuelas chilenas como la con-
interviniendo en la comunidad escolar y en tribución que al respecto han hecho las movi-
la sociedad en general (Selwyn, 2004). No lizaciones estudiantiles.
obstante, al mismo tiempo, en la escuela per-
manecen elementos que limitan el desarrollo Democracias de élite y sus alternativas
ciudadano tales como las lógicas tecnocráti-
cas de evaluación, el control burocrático y el En general, la democracia moderna se de-
liderazgo gerencial, todo lo cual se traduce en fine como un conjunto de reglas para elegir
una apreciable dominación sobre el accionar a quien decidirá los asuntos colectivos de la
de los actores escolares (Apple, 2001). Jun- sociedad (Bobbio, 2010; Touraine, 2006). No
to a ello, y a pesar de los nuevos contenidos obstante, aquellas mismas reglas han servido
propuestos en el currículo sobre formación para que los sistemas democráticos estén fuer-
ciudadana, éstos mantienen una orientación temente influenciados por los Estados, los que
Estado-céntrica con un menor énfasis en las en lugares como Latinoamérica han estado
experiencias ciudadanas propias de los estu- fundamentalmente en las manos de las élites
diantes (Tupper y Cappello, 2012). políticas y económicas (Oszlak, 1997; García,
En Chile, esta limitación en la formación 2010). Ello ha afectado el carácter colectivo de
ciudadana curricular es importante conside- las democracias, más aún en un contexto mar-
rando que en la última década se ha destacado cado por relaciones económicas de corte capi-
la participación de estudiantes de secundaria talista. De este modo, el funcionamiento de las
en ciclos de movilizaciones que precisamen- democracias ha sido moldeado por un indivi-
te han cuestionado el rol del Estado y han dualismo consumista de carácter utilitarista en
buscado proponer nuevos principios cons- donde las relaciones sociales son simplemente
titutivos del sistema educativo tales como el parte del mercado económico mundial (Ma-
poner fin al lucro en la educación, estable- cpherson, 1978). Ante ello, los sistemas demo-
cer la educación como derecho y promover cráticos se restringen a resolver las diferencias
la gratuidad universal en la educación (Ruiz, entre los intereses individuales relegando a
2013). Si bien estas movilizaciones no consti- segundo plano el desarrollo del bien común
tuyen un movimiento único sino que se han (Young, 2000).
conformado a partir de una multiplicidad de Como consecuencia, los sistemas demo-
motivaciones, demandas y prácticas, lo que cráticos han tendido hacia un elitismo político
no permite establecer una única visión sobre en donde los grupos con mayor poder tienden
ellas, en general se les reconoce el haber per- a concentrar la toma de decisiones bajo el su-
mitido cuestionar el carácter restringido de puesto que son mejores las decisiones tomadas
la democracia en el país. Dado ese contexto, por grupos especializados que aquellas que
y conscientes de que sólo es posible abordar son tomadas por una mayoría que no necesa-
de manera genérica sus aportes, este artículo riamente tiene el conocimiento para tomarlas
explora la contribución que las movilizacio- (Schumpeter, 1942; Sartori, 1994). Desde esa
nes estudiantiles han realizado a la formación perspectiva, la disminución en los niveles de
ciudadana y democrática de los estudiantes participación política de los ciudadanos no
secundarios chilenos. necesariamente sería una debilidad, sino más
Para lograr dicho objetivo, el presente texto bien favorecería la estabilidad del sistema (Pa-
se inicia con una breve exposición acerca de teman, 1970). En la medida que las decisiones
la concepción dominante sobre la democra- son tomadas por grupos de élite que mantie-
cia vigente en la sociedad y su influencia en nen el consenso entre sí y se articulan a través
la formación ciudadana escolar y discute sus del Estado, se elimina el conflicto como una
principales limitaciones. Como parte de esa parte constitutiva del quehacer político (Dahl,
discusión, se presentan igualmente algunas de 1992; Mouffe, 2007). A su vez, esta élite asume
las experiencias a nivel social y escolar que se la representación política de la ciudadanía sin
contraponen a dicha concepción dominante. mayor cercanía con las opiniones del electora-
Teniendo aquello en mente, nos detenemos do (Pitkin, 1985).

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Desde una perspectiva crítica, quienes Democracia chilena


defienden una democracia más colectiva su- y movimientos sociales
brayan los valores de la comunidad y la co-
operación (Gould, 1990). En ella, los ciuda- En Chile, varios autores han resalta-
danos participan activamente de un espacio do la estabilidad de la democracia en el país
público para deliberar sobre temas de interés (O´Donnell, 2004). Sin embargo, la gran crí-
social y demandan que el Estado cumpla con tica desde el retorno a la democracia tras la
su obligación de salvaguardar la igualdad so- dictadura militar (1973-1989) es que ésta se ha
cial y el bien común (Bohman, 1996; Barber, cimentado sobre un consenso en la clase polí-
2003). Dado que el actual modelo económi- tica en torno a un modelo de representatividad
co neoliberal, con su énfasis en los mercados limitado que ha generado una creciente insa-
económicos y la competencia individual, tisfacción entre la población y ha disminuido
obstaculiza la creación de espacios públicos su participación política (Contreras y Morales,
robustos, las movilizaciones sociales se han 2014; Delamaza, 2013). En la medida que el
trasformado en actores relevantes para forta- sistema político ha ido asimilando las orienta-
lecer el sentido de comunidad, y construir un ciones económicas del mercado mundial con
actor colectivo formado por intereses comu- el fin de aumentar el crecimiento económico
nes (Serbín, 2005; Santos, 2006). Se caracte- del país, el Estado ha ido favoreciendo la priva-
rizan por poseer un carácter institucional no tización y a los grupos empresariales, despro-
permanente que los diferencia de los órganos tegiendo así a la mayoría de la población con el
políticos formales y de las prácticas políticas debilitamiento progresivo de los servicios pú-
partidistas, lo que les da autonomía para de- blicos (Mayol, 2012). Al respecto, es elocuente
mandar transformaciones al Estado (Tilly & la percepción de la población chilena respecto
Wood, 2009). Finalmente, estos movimien- al gran nivel de desigualdad que existe en el
tos sociales han tenido gran impacto en la país (Corporación Latinobarómetro, 2013).
juventud que está más proclive a desarrollar Todo lo anterior ha llevado a un énfasis sobre
proyectos comunitarios que tensionen las ló- lo individual que ha ido en desmedro de la
gicas individualistas en la sociedad (Amín y cultura más comunitaria en el país (Lerchner,
Houtart, 2003). 2002).

“Ferma x Gaggero (3)”, óleo sobre bastidor de fibrofácil. Gustavo Gaggero

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La privatización de amplios sectores del man, 2004). Ello a su vez, va aparejado con la
país con el apoyo activo del Estado ha restringi- promoción de valores, como la meritocracia,
do seriamente el accionar de las organizaciones que acentúan el logro individual por sobre los
al interior de la sociedad civil las que han te- valores comunitarios propios de una democra-
nido menos espacios para influir políticamente cia (Au, 2009).
sobre los gobiernos de turno (Garretón, 2007; No obstante, en ese mismo contexto, di-
Delamaza, 2009). No obstante, en la última versos estudios dan evidencia de experiencias
década ha emergido un permanente estado de escolares autónomas que buscan la democrati-
movilización social entre la ciudadanía para zación de las escuelas a fin de fortalecer el nexo
intentar revertir las políticas de mercado que entre educación y democracia y de paso con-
han sido implementadas (Garcés, 2014). Estas trarrestar la racionalidad económica que pre-
movilizaciones han sido protagonizadas por domina en los sistemas educativos. En estos
grupos de distintos ámbitos laborales y secto- estudios, se muestra el ejemplo de experiencias
riales con sus demandas propias pero que, sin democráticas en donde la comunidad educati-
embargo, han generado amplio respaldo ciuda- va completa participa en las decisiones sobre
dano y, en algunos casos, han suscitado el apo- el quehacer de la escuela para democratizar
yo de otras agrupaciones sociales que se han su currículo de manera que no refleje simple-
unido en torno a una crítica transversal a un mente a la cultura dominante (Apple y Beane,
modelo político que resulta poco representati- 2005). Por ello, el currículo es participativo y
vo (Segovia y Gamboa, 2012). En dicho con- socialmente construido por los miembros de
texto, resalta la permanente presencia de movi- la comunidad que ejercitan la democracia en la
mientos estudiantiles que, a partir de la defensa escuela tanto como medio y como meta. Esto
de la educación como un derecho social, han permite que los estudiantes adquieran apren-
politizado aspectos de la vida nacional que ha- dizajes compartidos que les posibilita com-
bían permanecido como terreno exclusivo del prender la desigualdad y la exclusión social y,
mercado (Leyton, 2006; Garcés, 2013). por tanto, promover la igualdad y la inclusión
en sus propias aulas (O’Sullivan, 2012). En ese
Democracia, formación ciudadana sentido, esta democratización del currículo va
y educación unida a una concepción de democracia que
busca construir proyectos colectivos y delibe-
Aunque los conceptos de democracia y edu- rativos que, a su vez, sean críticos respecto de
cación han estado tradicionalmente asociados los límites actualmente presentes en el sistema
en el currículo escolar, lo han estado bajo el democrático (Gandin y Apple, 2012).
contexto de un modelo capitalista que repro- Los estudios sobre democratización de las
duce en la escuela una racionalidad asociada escuelas también han puesto atención a los es-
al modelo empresarial que más bien limita el pacios de expresión democrática fuera del aula
desarrollo de prácticas democráticas (Torres, como lo son las instancias de organización es-
2001). Si bien se han ido implementado polí- tudiantil en los centros educativos (Maitles y
ticas de formación ciudadana a nivel mundial, Deuchar, 2006). Igualmente estos estudios se
incluyendo Latinoamérica, para promover en han focalizado, por un lado, en los niveles más
los jóvenes una mayor participación ciudada- altos de administración, como las municipa-
na dada su supuesta apatía (Cox, 2001); éstas lidades, en donde las diferentes comunidades
mantienen un carácter Estado-céntrico al fa- escolares –profesores, padres y alumnos– en
vorecer fundamentalmente aspectos formales conjunto deciden temas referidos al financia-
de la democracia (i.e. el sistema electoral) que miento y al currículo (Gandin & Apple, 2002);
sólo tocan genéricamente los intereses de la y, por otro, en los movimientos sociales que
sociedad civil y, por tanto, de los estudiantes influyen sobre las escuelas para promover
(Tupper y Cappello, 2012). Junto a ello, convi- una cultura democrática en la educación de
ven otras políticas educativas de corte tecno- sus hijos (McCowan, 2010). Finalmente, estos
crático que promueven un conocimiento esco- estudios han considerado programas comuni-
lar funcional al mercado económico a través tarios fuera del ámbito propiamente escolar,
de un currículo estandarizado y medible a tra- pero que constituyen espacios educativos en
vés de sistemas y rankings de evaluación (Lip- donde los jóvenes aprenden los valores de la

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participación democrática (Shiller, 2013). En sustento a estas directrices sobre formación


todas estas experiencias, los estudiantes son ciudadana. Si bien algunas críticas apuntan al
protagonistas en la construcción de su cono- excesivo énfasis en lo experiencial, lo que ha
cimiento acerca de la realidad personal y so- ido en desmedro de que los estudiantes tengan
cial, se comprometen con sus comunidades, conocimientos más robustos sobre el sistema
y visualizan su lugar dentro de una sociedad político y sus deberes hacia el Estado (Mardo-
democrática no tan sólo en referencia a las ins- nes, 2015), una crítica más desde los estudian-
tituciones políticas sino también a la sociedad tes subraya la centralidad de la institucionali-
civil y al espacio público. dad política en estas directrices sin considerar
el nivel de desconfianza que existe entre los
Formación ciudadana jóvenes precisamente en contra del sistema po-
en el currículo chileno lítico (Flores y García, 2014). También se acen-
túa que las escuelas han seguido ofreciendo un
Al igual que en otros países, el Ministerio contexto de formación que lleva a los estudian-
de Educación Chileno promueve la integra- tes a asociar a la ciudadanía con el Estado, aun
ción de la formación ciudadana al quehacer cuando éstos proyecten su ciudadanía más en
permanente de las escuelas (Ministerio de el ámbito social que en el político institucional
Educación, 2009; Ministerio de Educación, (Muñoz, Vásquez y Reyes, 2010; Muñoz y To-
2016). Para ello, se han establecido objetivos rres, 2014). A estos análisis, se deben agregar
amplios que resaltan los valores y deberes que los aportes de Del Solar (2009) que señala que
debe tener todo ciudadano para favorecer la el énfasis sobre las pruebas estandarizadas ha
convivencia social; todo ello dentro del Estado ido en desmedro de la formación ciudadana,
de derecho y de la institucionalidad política. mientras que Vallejos (2016) advierte que estas
También se ha determinado que esta forma- orientaciones de formación ciudadana no lo-
ción se articule con el proyecto educativo y gran superar un énfasis en el que se refuerza lo
curricular de las escuelas a través de objetivos individual por sobre el interés colectivo.
transversales específicos sobre ciudadanía, se
utilicen estrategias pedagógicas interactivas en Movilizaciones estudiantiles y
el aula, y se fortalezcan las instancias de parti- formación ciudadana
cipación de los estudiantes fuera del aula como
el centro de alumnos y los consejos escolares. Teniendo en mente las limitaciones del sis-
Si bien escasas, las investigaciones recien- tema democrático y su efecto en la formación
tes tienden a refrendar los estudios realizados ciudadana que se imparte en las escuelas, así
con antelación a estas orientaciones sobre for- como algunas experiencias sociales y educa-
mación ciudadana, poniendo en entredicho su tivas que ayudan a contrarrestar dicho efecto,
alcance. Así, las conclusiones de Cerda, Assael, a continuación revisamos la contribución que
Ceballos y Sepúlveda (2000), Prieto (2002) e In- las movilizaciones estudiantiles han hecho a
sunza (2003) son reafirmadas por Pérez (2009) la formación ciudadana y democrática de los
al sostener que en los consejos escolares los es- estudiantes secundarios chilenos al ofrecer
tudiantes continúan sin el apoyo de sus centros una oportunidad para repensar la democracia,
educativos para proponer temáticas de su inte- permitir nuevos espacios de participación po-
rés y participar en decisiones relevantes para lítica juvenil y posibilitar experiencias de de-
la comunidad escolar. A su vez, el trabajo de mocratización del currículo.
Cerda, Egaña, Magendzo, Santa Cruz y Varas
(2004) es validado por Flanagan, Cerda, Lagos Las movilizaciones estudiantiles
y Riquelme (2010), Reyes, Campos, Ossandon como oportunidad para repensar la
y Muñoz (2013) y Bonhomme, Cox, Tham and democracia
Lira (2015) al subrayar la insuficiente cantidad
de estrategias interactivas que los profesores Mientras los actuales sistemas democrá-
implementan en el aula para discutir con sus ticos están fuertemente influenciados por re-
estudiantes acerca de la ciudadanía. formas de mercado que favorecen a grupos
Junto a lo anterior, algunos análisis han económicos y políticos de élite, las moviliza-
apuntado a las orientaciones mismas que dan ciones estudiantiles en Chile se han susten-

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tado precisamente en su denuncia al modelo narios, mantienen su desinterés por el sistema


socioeconómico y político vigente, dada su político (INJUV, 2016). No obstante, lejos de
poca capacidad de representar los intereses de explicarse aquello por la apatía de los jóvenes,
la mayoría de la ciudadanía (Mayol y Azocar, esta misma encuesta sitúa la explicación en la
2012). Como parte de aquello, los estudiantes falta de confiabilidad hacia el sistema político
han abogado por una sociedad civil con capa- y los políticos chilenos fuertemente vincula-
cidad de decisión en temas de desarrollo na- dos a casos de corrupción. En contraste, las
cional e igualdad social (Rojas, 2012), así como movilizaciones estudiantiles han sido parte de
han criticado a la clase política por su limitado un espacio social en el cual los jóvenes han au-
compromiso en defender y fortalecer las ins- mentado su participación política a través de
tituciones públicas (Nitrihual, 2009). En ese demostraciones públicas en contra del sistema
sentido, tal como ocurre con los movimientos político y de la participación colectiva en or-
sociales en otros sectores y latitudes, los estu- ganizaciones comunitarias en donde es más
diantes chilenos han acentuado el valor de lo importante defender los derechos de las perso-
público apelando a una concepción de demo- nas que emitir un voto (Instituto Nacional de
cracia más incluyente y con un fuerte acento la Juventud, 2013; Martínez, Silva, Carmona y
en lo colectivo (Berroeta y Sandoval, 2014). Cumsille, 2012).
Un aspecto central en este repensar la de- Específicamente en el ámbito educativo, las
mocracia por parte de los estudiantes chilenos, movilizaciones estudiantiles generaron nuevas
tiene relación con cuestionar la política del instancias de participación política en los cen-
consenso imperante en el país que ha privi- tros escolares. Así, los estudiantes han utilizado
legiado un modelo de mercado que ha sido distintas estrategias colectivas para protestar
particularmente incisivo en la educación y que tales como el paro de actividades y la “toma”
ha generado los altos niveles de desigualdad (ocupación) de los centros educacionales. Asi-
existentes (Garretón, Cruz, Aguirre, Bro, Fa- mismo, han ido consolidando organizaciones
rías, Ferreti y Ramos, 2011). A través de estas que han sido capaces de articularse a nivel na-
movilizaciones, los jóvenes han recriminado cional dando mayor visibilidad a los estudiantes
la existencia de un sistema político forma- secundarios en el país (Brook, 2012). En ellas,
do por partidos y grupos aparentemente en procuran legitimar sus demandas por medio
oposición, pero que han apoyado por igual el de mecanismos de participación que tienden a
mantenimiento de reformas educativas que identificarse con un modelo de democracia di-
han favorecido la privatización de un sector de recta en donde la horizontalidad y la igualdad
los establecimientos educativos en beneficio en la toma de decisiones se considera priorita-
de los grupos más acomodados, mientras se rio (Baeza y Sandoval, 2009). Ello ha resultado
empobrece la educación pública que atiende a en la proliferación de asambleas deliberativas
los grupos con menores ingresos económicos en los centros escolares que han procurado ex-
(Borri, 2016). Por ello, los jóvenes no tan sólo pandir los espacios de organización estudiantil
se oponen a este modelo imperante, sino que en base a representantes promovidos por las
demandan un nuevo consenso social que ar- orientaciones de formación ciudadana –como
ticule de mejor manera las necesidades de la los centros de alumnos– de manera de reflejar
ciudadanía (Agacino, 2013). de mejor forma las demandas de los estudian-
tes (Ponce-Lara, 2013, Aguilera, Contreras,
Las movilizaciones estudiantiles y Guajardo y Zarzuri, 2007).
las nuevas formas de participación
política juvenil Las movilizaciones estudiantiles y
la democratización de los centros
Sin intención de establecer relaciones cau- escolares
sales, las directrices sobre formación ciuda-
dana escolar tampoco han ayudado a rever- Dadas las tensiones y conflictos que las
tir ciertas tendencias en los jóvenes chilenos. movilizaciones estudiantiles también han
Aunque recientemente una encuesta de son- generado al interior de los centros escolares
deo mostró entre la juventud una mayor inten- (O’Malley y Nelson, 2013; Cavieres, 2015), no
ción en participar de futuros procesos eleccio- resultan tan evidentes sus contribuciones al

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currículo. No obstante, las movilizaciones sí diantes de universidad que aceptaron ayudar-


han posibilitado que los estudiantes discutan les, se distanciaron de la relación pedagógica
temáticas propiamente curriculares abogando vertical que se implementaba en sus estable-
por objetivos más centrados en la ciudadanía cimientos educativos dada las prescripciones
que en las necesidades del mercado (Araya, contenidas en el currículo oficial y optaron
Gonzalez, Ligüeño, Parra y Velásquez, 2012). por un diálogo pedagógico a través del cual los
Asimismo, O’Malley y Nelson (2013) subra- estudiantes asumieron el protagonismo en sus
yan el valor pedagógico de las movilizaciones estudios y procuraron vincular su aprendizaje
estudiantiles para la formación ciudadana de con la realidad social y política del país. De este
los estudiantes al haberles permitido conocer modo, esta experiencia no tan sólo se vincula
cómo se construyen las políticas públicas en a otras experiencias de democratización de las
educación, cómo generan desigualdad y cuá- escuelas llevadas a cabo en otros países, sino
les son las estrategias y las alianzas colectivas que demuestra que la limitada participación
que pueden desarrollarse para revertir sus de los estudiantes chilenos en sus centros es-
efectos. Cavieres (2015) también ha resaltado colares no se debe necesariamente a su falta de
las implicancias pedagógicas de estas movili- compromiso, sino al currículo escolar mismo,
zaciones al describir cómo los profesores a lo más centrado en los intereses del Estado que
largo del país han utilizado esta experiencia en sus expectativas, y en el cual se ha constre-
de los estudiantes para discutir con ellos sobre ñido su formación ciudadana.
temáticas referidas al bien común y a las pro-
blemáticas que afectan la convivencia social Conclusión
en Chile.
De manera particular, es necesario destacar En este artículo repasamos las limitacio-
el esfuerzo de un grupo de estudiantes durante nes fundamentales de la democracia moder-
las movilizaciones del 2011 por organizar su na bajo el influjo de relaciones económicas
propio currículo para continuar estudiando de carácter capitalista y nos detuvimos en el
mientras “tomaban” (ocupaban) sus centros análisis de la democracia en Chile. Igualmen-
educativos (Colectivo Diatriba-OPECH/Cen- te, comentamos la influencia que esta demo-
tro de Alerta, 2011). Junto a profesores y estu- cracia tiene en las escuelas y en su tarea de

“Ferma x Gaggero (15)”, óleo sobre bastidor de fibrofácil. Gustavo Gaggero

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formar a sus estudiantes para la ciudadanía, Aguilera, O., T. Contreras, S. Guajardo y R. Zarzuri
(2007). La rebelión del coro. Análisis de las movi-
en Chile. En contraste, mencionamos también
lizaciones de los estudiantes secundarios. Santiago:
algunas experiencias sociales y educativas que Centro de Estudios Socioculturales (Cesc). http://
al proponer objetivos y formas colectivas de www.cesc.cl/pdf/LA-REBELION-DEL-CORO.pdf
participación cuestionan el carácter elitista consultado en 21/08/16.
e individualista de la actual democracia. En Araya, R, J. González, S. Ligüeño, D. Parra Y K. Velás-
consonancia con aquellos esfuerzos, revisa- quez (2012). “2011: estudiantes movilizados: nos si-
mos las contribuciones de las movilizaciones guen dando clases” en ACES, Araya, Brzovic, Centro
Alerta, Congreso Social por un Proyecto Educativo,
estudiantiles y concluimos su relevancia no González, Ligüeño, OPECH, Parra, Redondo, Rodrí-
tan sólo para los debates políticos que hoy guez, Salinas, Sánchez, Sobarzo, Valenzuela, Velás-
se desarrollan en Chile, sino específicamente quezy Vielma (Ed.), 2011: Aportes para interpretar
para la formación ciudadana y democrática de una década de lucha por autoeducación. Santiago:
Editorial Quimantú.
los estudiantes.
En efecto, en nuestro análisis hemos seña- Au, W. (2009). Unequal by design: High-stakes testing
lado que las movilizaciones estudiantiles en and the standardization of inequality. New York,
Routledge.
Chile les han ofrecido una oportunidad para
repensar la democracia, les han posibilitado Baeza, J y Sandoval, M. (2009). “Nuevas prácticas políti-
nuevos espacios de participación política ju- cas en jóvenes de Chile: Conocimientos acumulados
2000-2008” en Revista Latinoamericana de Ciencias
venil y han permitido experiencias de demo- Sociales, Niñez y Juventud, 7(2), 1379-1403.
cratización de sus centros escolares. Por cierto,
Barber, B. (2003). Strong democracy. Participatory poli-
reconocemos las contradicciones y fracturas
tics for a new age. Berkeley: University of California
que también han surgido entre los estudiantes Press.
movilizados y que han mantenido a un núme-
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