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“Las Iluministas”
Claudia Torres
Lorenza Antúnez
Contacto: melymerlo2010@hotmail.com
Unidad 2: La narrativa………………………………………………………………………………………………………………….. 67
Hacia una definición de las crónicas de Indias……………………………………………………………………………………… 68
Lo fantástico y lo literario en las Crónicas de Indias………………………………………………………………………………… 71
77
Los primeros cronistas………………………………………………………………………………………………………………….
87
Inicios de la narrativa en Latinoamérica……………………………………………………………………………………………… 88
Pensamiento y narrativa en la Latinoamérica del siglo XIX………………………………………………………………………… 91
El Periquillo Sarniento…………………………………………………………………………………………………………………..
Esteban Echeverría.................................................................................................................................................................
Manuel Payno……………………………………………………………………………………………………………………………
José Victorino Lastarria Santander……………………………………………………………………………………………………
Actividades didácticas…………………………………………………………………………………………………………………..
113
Unidad 3: La poesía latinoamericana………………………………………………………………………………………………….
La poesía latinoamericana……………………………………………………………………………………………………………… 114
159
Unidad 4: Diversidad poética del siglo XVIII y XIX………………………………………………………………………………….
Neoclasicismo en Hispanoamérica …………………………………………………………………………………………………… 160
En la clase:
INSTRUMENTO DIAGNÓSTICO
Literatura Latinoamericana I
Sor Juana Inés de la Cruz es considerada la personalidad más destacada de las letras
virreinales del
a. periodo de la conquista.
b. Siglo de las luces.
c. siglo XVII.
d. Renacimiento europeo.
e. Siglo XX.
Sor Juana Inés de la Cruz escribió una epístola en la que defendía sus intereses profanos y
reivindicaba la igualdad de oportunidades educativas para las mujeres. Esta carta lleva por
título
a. El Lazarillo de Tormes.
b. Estebanillo González.
c. El Lazarillo de ciegos caminantes.
d. La vida del Buscón Don Pablo.
e. El Periquillo Sarmiento.
Escribe en orden cronológico los hechos relacionados con el siglo XVI en México;
La caída de México-Tenochtitlán
El establecimiento del virreinato
La expedición Juan Grijalva
El primer viaje de Cristóbal Colón
El gobierno de la Primera Audiencia
Menciona los libros de la literatura prehispánica que han llegado hasta nuestros días.
Conocimientos previos:
Se requiere que el educando cuente con el dominio de:
Comprensión lectora.
Fundamentos teóricos de los géneros literarios.
Elementos generales para el análisis y comentario de textos literarios.
Redacción de resúmenes y síntesis argumentales.
Fundamentos básicos de informática.
Competencias genéricas
1. Capacidad para análisis y síntesis.
2. Capacidad para comunicación oral y escrita en la lengua materna.
3. Capacidad para trabajar en equipo.
4. Capacidad para gestionar el aprendizaje autónomo, crítico y creativo.
Competencias específicas
1. Capacidad para diferenciar las posturas teóricas relacionadas con el surgimiento y
desarrollo de la literatura latinoamericana.
2. Capacidad para analizar los diferentes enfoques acerca de la periodización literaria
latinoamericana.
3. Capacidad para caracterizar la literatura de la época colonial.
4. Capacidad para relacionar la producción literaria con el contexto económico político y
social, de la época colonial al periodo pre independentista.
5. Capacidad para criticar y valorar los hechos literarios latinoamericanos, desde la época
precolombina hasta el periodo pre independentista.
Áreas temáticas:
a.-Orígenes de la prosa latinoamericana
a.- Expresiones literarias precolombinas: El Popol Vuh, Los Libros del Chilam Balam.
b.- La narrativa:
b.1.- La novela: El surgimiento de la novela latinoamericana: El periquillo sarniento
b. 2.- El cuento: Desde sus primeras manifestaciones hasta el periodo pre independentista.
c.- La poesía latinoamericana
c1.- Muestras poéticas prehispánicas: Lírica náhuatl
c2.- Primeras manifestaciones líricas en lengua castellana y portuguesa: sonetos, redondillas,
Primero sueño de Sor Juana Inés de la Cruz. Sermón del primer domingo de cuaresma de
Antonio de Vieira. Música del parnaso, Hay amigo para amigos, y amor, engaños y celos de
Manuel Botelho de Oliveira.
C3.- La diversidad poética del siglo XVIII y XIX: Claudio Manuel Dacosta, José Basilio Da Gama,
José de Santa Rita Durao, Bello/Heredia/Olmedo.
Indicadores de logro:
- Clasifica los elementos de forma ordenada y sistemática.
- Identifica los elementos relevantes en los textos latinoamericanos.
- Diseña formas originales e innovadoras para presentar la información.
- Organiza y participa en debates, conversatorios, exposiciones y discusiones.
- Presenta sus propias conclusiones o análisis sobre los textos estudiados.
- Realiza las tareas que le son asignadas dentro del grupo en los plazos requeridos.
Metodología de evaluación:
El facilitador del aprendizaje establecerá de mutuo acuerdo con los participantes, el plan de
evaluación, el cual se llevará a cabo de acuerdo al siguiente proceso:
Evaluación Diagnóstica:
La cual se realiza al inicio de la asignatura y pretende identificar el nivel de competencia que el
estudiante tiene en relación a la temática a desarrollar.
Evaluación Formativa:
Se llevará a cabo durante el transcurso de desarrollo de la asignatura y en ella se informará a
los alumnos sobre sus aciertos y desaciertos, y se les brindará la oportunidad de que realicen
actividades de reforzamiento que les permitan alcanzar los indicadores de logro establecidos.
Evaluación Sumativa:
Se llevará a cabo desde el inicio del curso y permitirá al finalizar el mismo asignar una
calificación al estudiante. Para su realización se utilizarán entre otras las siguientes estrategias
de evaluación: Presentaciones orales de los avances de las lecturas utilizando diversas
técnicas como: diálogos, conversatorios, comentarios y otras. Informes escritos sobre
verificaciones y exploraciones en el proceso de lectura de las obras. Creación y presentación
de textos paralelos. Informes de investigación sobre aspectos de las obras y adaptaciones
curriculares. Exámenes comprehensivos. Asesoría y evaluación de la planificación de aula,
acompañamiento docente, informes técnicos, planificación y realización acciones
socioeducativas, guías de observación de actitudes, autoevaluación y coevaluación, y
portafolio del estudiante.
Bibliografía mínima:
1. Flores Ángel. (1984) La narrativa hispanoamericana 1816- 1981, historia y antología,
México, Siglo Veintiuno, Editores S.A.
2. Oseguera de Chávez Eva lidia (2000) Literatura Latinoamericana México D.F. Pearson
3. Villar Raso, M. (1987) Historia de la literatura hispanoamericana, Madrid. (Primera
Reimpresión, 2000)
Bibliografía complementaria:
1. Aínsa Fernando, (1991) “La reescritura de la historia en la nueva narrativa
latinoamericana”, en la novela de Cuadernos Americanos Nueva Época, Nº 28.
2. Alexis Márquez Rodríguez, (1991) “Raíces de la novela histórica”, en Cuadernos
Americanos, Nº 30.
3. Arturo Uslar Pietri, Cuarenta Ensayos, (1985) Caracas, Avar Ávila Editores.
4. Díaz Seijas, Pedro (1992) La gran narrativa latinoamericana, Venezuela, Monte Ávila
Latinoamericana, C.A.
5. Escritura e Identidades Criollas modalidades discursivas en la prosa hispanoamericana
del siglo XVII, (2001) Amsterdan- New York.
6. Fernández Ariza, Guadalupe (Coordinadora). (2000) Literatura hispanoamericana del
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a.- Expresiones literarias precolombinas: El Popol Vuh, Los Libros del Chilam Balam.
b.- La narrativa:
b. 2.- El cuento: Desde sus primeras manifestaciones hasta el periodo pre independentista.
d.- La diversidad poética del siglo XVIII y XIX: Claudio Manuel Dacosta, José Basilio Da
Gama, José de Santa Rita Durao, Bello/Heredia/Olmedo.
Conocimientos previos:
Se requiere que el educando cuente con el dominio de:
Comprensión lectora.
Competencias genéricas:
En este espacio pedagógico se pretende alcanzar un alto nivel en el dominio de las siguientes
competencias:
Competencias genéricas:
1. Capacidad para análisis y síntesis.
2. Capacidad para comunicación oral y escrita en la lengua materna.
3. Capacidad para trabajar en equipo.
4. Capacidad para gestionar el aprendizaje autónomo, crítico y creativo.
Competencias específicas
1. Capacidad para diferenciar las posturas teóricas relacionadas con el surgimiento y
desarrollo de la literatura latinoamericana.
2. Capacidad para analizar los diferentes enfoques acerca de la periodización literaria
latinoamericana.
3. Capacidad para caracterizar la literatura de la época colonial.
4. Capacidad para relacionar la producción literaria con el contexto económico político y
social, de la época colonial al periodo pre independentista.
5. Capacidad para criticar y valorar los hechos literarios latinoamericanos, desde la época
precolombina hasta el periodo pre independentista.
a1.- Expresiones literarias precolombinas: El Popol Vuh, Los Libros del Chilam Balam.
b.- La narrativa:
b. 2.- El cuento: Desde sus primeras manifestaciones hasta el periodo pre independentista.
C3.- La diversidad poética del siglo XVIII y XIX: Claudio Manuel Dacosta, José Basilio Da
Gama, José de Santa Rita Durao, Bello/Heredia/Olmedo.
Metodología de evaluación:
El facilitador del aprendizaje establecerá de mutuo acuerdo con los participantes, el plan de
evaluación, el cual se llevará a cabo de acuerdo al siguiente proceso:
Evaluación Diagnóstica:
La cual se realiza al inicio de la asignatura y pretende identificar el nivel de competencia que
el estudiante tiene en relación a la temática a desarrollar.
Evaluación Formativa:
Se llevará a cabo durante el transcurso de desarrollo de la asignatura y en ella se informará a
los alumnos sobre sus aciertos y desaciertos, y se les brindará la oportunidad de que realicen
actividades de reforzamiento que les permitan alcanzar los indicadores de logro establecidos.
Evaluación Sumativa:
Se llevará a cabo desde el inicio del curso y permitirá al finalizar el mismo asignar una
calificación al estudiante. Para su realización se utilizarán entre otras las siguientes
estrategias de evaluación: Presentaciones orales de los avances de las lecturas utilizando
diversas técnicas como: diálogos, conversatorios, comentarios y otras. Informes escritos sobre
verificaciones y exploraciones en el proceso de lectura de las obras. Creación y presentación
de textos paralelos. Informes de investigación sobre aspectos de las obras y adaptaciones
curriculares. Exámenes comprehensivos. Asesoría y evaluación de la planificación de aula,
acompañamiento docente, informes técnicos, planificación y realización acciones
socioeducativas, guías de observación de actitudes, autoevaluación y coevaluación, y
portafolio del estudiante.
Exámenes: 50%
Total: 100%
Fuentes de consulta:
A continuación se presenta una serie de libros que el estudiante debe procurar adquirir y leer
para apoderarse de la experiencia fenomenal de entrar en el mundo de la novela.
Las fuentes de la web les llevarán a portales que serán de increíble utilidad. Pueden encontrar
ahí libros completos en formato PDF, estrategias de aprendizaje y de enseñanza, revistas
virtuales para realizar investigación, links a bibliotecas virtuales y diccionarios. En fin, serán
una herramienta útil para la vida estudiantil y profesional de los participantes de este curso.
Poesía: www.poesia.com
Suele utilizarse también el adjetivo prehispánico con un significado casi idéntico, aunque
limitado a Hispanoamérica. También se ha creado el término pueblos originarios para referirse
a los pueblos indígenas americanos existentes antes de la llegada de Colón.
Culturas indígenas
Siglos antes de la llegada de los españoles, existía en el continente americano áreas
pobladas por gran variedad de pueblos indígenas, muy civilizados (Mayas, Aztecas e Incas) y
de culturas intermedias (Tainos, Araucanos, Guaraníes, Charrúas, Pampas). De las más
avanzadas surgieron tres grandes centros de civilización: el de los mayas, en Guatemala y
Yucatán; el de los aztecas en México; y el de los Incas, en el Perú, que han dejado un legado
artístico admirable (templos, palacios, cerámicas, esculturas, pinturas, industria del tejido,
orfebrería y tallas en madera).
Ahora bien, se dice literatura precolombina a toda manifestación de carácter literario "de
acuerdo a los estándares actuales", procedente de las culturas y pueblos de América, anterior
a la llegada de Cristóbal Colón y de la cultura europea, o más bien, la cultura medieval
española. A menudo se incluye en esta definición el concepto de literatura como toda
expresión escrita, por su fuerte carácter artístico-religioso que busca explicar el mundo. Sin
Los diferentes grupos indígenas precolombinos comparten en sus literaturas las siguientes
características:
Visión.
Escribieron obras que tenían definidas la concepción de un mundo y de una historia vinculada
con la visión de "fatalidad y Catástrofe".
Tristeza.
Los indígenas enfrentaron sus dolores y sus angustias. No le dieron la espalda al lado amargo
de la existencia. Convirtiendo su literatura en escritos sinceros, en los que la tristeza es un
tema frecuente.
Repetición
La repetición de palabras y de frases en sus relatos, lo que sirve para destacar las cosas
importantes y fijar la atención sobre ellas.
Didáctica
Los más grandes, de cada comunidad siempre buscaron compartir con los niños y jóvenes su
experiencia y lo que aprendieron de los relatos antiguos. El objetivo era que los más jóvenes
conocieran el camino de la vida recta y feliz.
Metáfora
La literatura indígena está abierta a lo sagrado. Dios o las divinidades eran y son el cimiento,
el centro y la meta de las culturas indígenas. Lo sagrado es lo que da cohesión y fuerza a la
vida de las comunidades y las personas que pertenecen a los pueblos indios. De modo que la
literatura indígena no podría ser de otra forma: su razón es lo sagrado.
Para el caso de los pueblos Nahuas del centro de México, empleaban la literatura oral, no
escrita, y estaría constituida básicamente por poesía, narraciones (leyendas) y las
huehuetlahtolli o palabras de los mayores.
En cuanto a las huehuetlahtolli, eran discursos que el padre o la madre daban a los hijos para
enseñarles la correcta forma de conducirse en la vida. Existían desde las palabras que daban
al hijo o hija al momento de nacimiento, como los que iban compartiéndoles a lo largo de su
infancia y juventud.
Estás aquí, collar mío, plumaje fino mío, criatura mía, hija mía: prueba de la fuerza viril, de mi
sangre y de mi linaje. Óyeme pues ahora y acoge lo que te diga:
Has nacido, has llegado a la vida, que te envía acá nuestro señor el creador de los hombres.
Por estas razones suele estudiarse con mayor detenimiento el registro de los cronistas y
otros, para evaluar las características de lo que fue o debió haber sido la literatura anterior de
los aztecas, mayas e incas, civilizaciones que más se desatacan en la época precolombina y
que estudiaremos a continuación.
Llamados también los Mexicas (de ahí el término México), fueron una civilización
precolombina mesoamericana que se originó como resultado de una sucesión de pueblos o
culturas, entre las que destacan los toltecas por sus logros culturales civilizadores, quienes
florecieron entre el siglo X y XIII seguidos por los chichimecas, inmediatamente anteriores y
prácticamente fundadores del Imperio Azteca después de la caída del Imperio Tolteca.
Los aztecas eran un pueblo indígena de América del Norte que asumirían el poder después
del año 1200 d.C, pertenecían al grupo nativo Nahua (de ahí que su lengua fuera el Náhuatl).
Y migraron hacia el valle de México (o Anáhuac) en el principio del siglo XIII y se asentaron
inicialmente en la isla mayor del lago de Texcoco, siguiendo instrucciones de sus dioses para
establecerse donde viesen una águila posada en un cactus, devorando una cobra.
Los aztecas, alcanzaron un alto grado de sofisticación tecnológica y cultural la que floreció
entre los siglos XIV y XVI (desde los años 1325 hasta el año 1521 fecha de la conquista de
México por parte de los españoles, comandados por el conquistador Hernán Cortez, quienes
derrotaron a los aztecas y destruyeron su civilización), eran gobernados por una monarquía
electiva, y se organizaban en diferentes clases sociales, tales como nobles, sacerdotes,
guerreros, comerciantes, agricultores y esclavos. Al estudiar a la cultura Azteca, se debe
prestar especial atención a tres aspectos: la religión, que demandaba sacrificios humanos en
gran escala, particularmente al dios de la Guerra, Huitzilopochtli; la tecnología avanzada,
como la utilización eficiente de chinampas (islas artificiales construidas en los lagos para la
agricultura) y la vasta red de comercio y sistema de administración tributaria.
El emperador Moctezuma II, fue un gobernante pacifico y justo, pero también fue débil en sus
decisiones, permitiendo que los españoles entrasen en sus dominios, incluso después de
noticias de que estos habían masacrado a muchas tribus, es posible que la interpretación de
antiguos presagios sobre el regreso del dios Quetzalcóatl indujera a Moctezuma a confundirlo
con Cortés, si bien lo que más interesaba al emperador era colmar de regalos a los españoles
para que se retiraran, pero lo que recibió a cambio fue que su imperio perdió su solidez, lo que
finalmente degeneraría en su extinción.
Pero, al igual que en otras culturas, los antiguos mexicanos, pasaron de la etapa meramente
pictográfica, a la de los glifos ideográficos que simbolizan ideas. Estos glifos les servían para
representar los números, de acuerdo con su sistema vigesimal. Por medio de ellos hacían
también sus anotaciones, indicando las fechas en función de sus dos calendarios, el
Xiuhpohualli o "cuenta del año" de 365 días y el Tonalpohualli, o "cuenta de los destinos" de
260 días. Poseían también los nahuas ideogramas o símbolos para representar conceptos
metafísicos como el de Dios, Teotl, el de movimiento ollin, el de la vida yolilliztli, etc.
Finalmente, hizo su aparición en el México antiguo la tercera forma de escritura, conocida
como fonética, o sea representativa de sonidos. Los glifos fonéticos de que se valieron los
antiguos mexicanos fueron unas veces silábicos y otras alfabéticos. Estos glifos fonéticos se
derivaron de la representación estilizada de diversos objetos, cuyo nombre comenzaba por la
sílaba o por la letra que se pretendía representar. La escritura fonética náhuatl llegó a
desarrollar glifos silábicos en general, glifos monosilábicos que representaban diversas clases
de partículas, como por ejemplo las de carácter locativo, dan, "lugar de", etc. Aparecieron
también, aunque de modo incipiente, glifos que representaban letras, concretamente la "a",
como resultado de la estilización del glifo pictórico de a-tl (agua); la "e" de e-tl (frijol) y la "o" de
o-tli (camino). Los escribanos prehispánicos, valiéndose de esas formas de escritura, pudieron
consignar en los antiguos códices algo así como el esquema y los elementos fundamentales
de su mitología, su calendario, la descripción de los atributos de sus dioses y del ritual
religioso, la historia de sus peregrinaciones, la memoria de su vida social y política, la
sucesión de sus gobernantes, de sus guerras, sus triunfos y derrotas. Si se recuerda el modo
como eran empleados esos códices en los centros prehispánicos de educación, se podrá
entender la forma en que con la ayuda de esos libros de pinturas, fueron apareciendo los
textos propiamente literarios. Se sabe por el testimonio directo de conquistadores y cronistas
En un territorio y zona geográfica muy variada, pero bien delimitada, se desarrolló una
civilización, cuyos vestigios siguen causando admiración y asombro.
Esta extraordinaria civilización, en la cual se dieron lugar las más diversas manifestaciones
culturales como arquitectura, escultura, pintura, astronomía e importantes conocimientos
matemáticos. Y ha llegado hasta nuestros días a través de sus ciudades, templos, palacios,
estelas, altares, murales y códices, entre otros objetos. Dicha civilización es la que ahora
conocemos como Maya.
Esta cultura tuvo avances impresionantes aún para nuestra época particularmente en
matemáticas, astrología y el calendario.
Este territorio presenta una gran rica variedad geográfica: montañas, pantanos, planicies,
selvas tropicales, bosques de altura, etc., por lo que climas, suelos, lluvias y vegetaciones
diferentes, albergaron diversos grupos étnicos, lenguas y estilos de vida que integran la gran
familia Maya, agrupada comúnmente bajo el nombre de Mayense.
Los Mayas y sus descendientes han ocupado este territorio desde hace aproximadamente
5000 años; sin embargo, la Civilización Maya probablemente se remonta a tiempos mucho
más antiguos. De hecho, los orígenes de la civilización maya son objeto de discrepancias
académicas en virtud de las contradictorias interpretaciones de los hallazgos arqueológicos.
Considerando los indicadores geológicos y climáticos, existen dos ambientes en el área maya,
el de las tierras altas y el de las tierras bajas. Aunados a estos indicadores, factores culturales
y desarrollo histórico diferenciado, el territorio maya se divide en tres zonas, a las que por su
ubicación se les denomina: sur (meridional),
central y norte (septentrional)
Zona central.- La zona central, llamada también de las tierras bajas, se extiende desde la
vertiente norte de las serranías de Chiapas, Guatemala y
Honduras, y tiene como centro la meseta de El Peten en
Guatemala, donde las aguas que bajan de las tierras altas
forman dos sistemas fluviales, al poniente el del rio
Usumacinta y al oriente el del rio Motagua; al norte
comprende la zona de Belice, Tabasco, y la parte sur de los
estado de Campeche y Quintana Roo.
Dio inicio con el primer asentamiento en las montañas del oeste de Guatemala por el año del
2 500 a.C. Los primeros mayas que se establecieron en la península de Yucatán lo hicieron
en el año 1 600 a.C y los primeros que se establecieron en Tabasco lo hicieron para el año de
900 a.C.
En el preclásico inferior vivían en casas que tenían por paredes, palos unidos entre si por
barro y estaban provistas de techo de paja. Estas casas siempre estaban alrededor de los
cenotes. Sus actividades económicas mas importantes en la recolección de frutos,
practicaban la caza y la pesca; tenían una agricultura de temporal. En el preclásico medio, sus
actividades económicas más importantes eran la agricultura, el comercio y la cerámica.
Mejoraron la agricultura, por lo cual se volvieron autosuficientes. En el preclásico superior, los
mayas tienen contacto con los olmecas, lo cual trae como consecuencia la introducción del
calendario, la cuenta larga y la escritura incipiente.
En este periodo, el proceso cultural de los mayas alcanzó su máximo desarrollo, tanto en el
campo tecnológico, como en el social, económico, político, religioso y
artístico. Fue la denominada época de oro de los mayas. La población
había crecido y la agricultura se había desarrollado bastante. Con los
nuevos adelantos se diversificó mucho más y surgieron los artesanos
especializados en distintas manifestaciones culturales; igualmente se
incremento el comercio.
Se desarrollo en la Zona Norte, ya que los mayas que vivieron ahí, sobrevivieron a la
catástrofe que provocó el abandono de las ciudades de la zona Central y continuaron su
desarrollo durante el periodo posclásico afectados por las influencias culturales de grupos
extranjeros que irrumpieron en la región.
En el periodo posclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI, la
civilización maya tenía su centro en el norte de Yucatán. La migración tolteca de los itzáes,
procedentes del valle de México, impactó fuertemente en sus estilos artísticos. Chichén Itzá,
Mayapán y Uxmal fueron ciudades esplendorosas. La Liga de Mayapán, que dominó la
península de Yucatán durante dos siglos, preservó la paz durante algún tiempo, pero tras un
periodo de guerra civil y de revolución, las ciudades quedaron abandonadas. Los españoles
vencieron con facilidad a los grupos mayas más importantes, pero el gobierno mexicano no
logró subyugar las últimas comunidades independientes hasta 1901. Actualmente los mayas
forman la mayoría de la población campesina en Yucatán, Guatemala y Belice, quienes
conservan la lengua maya, también llamada yucateca, siendo alrededor de 350,000 hablantes
ubicados en esas regiones.
En el siglo XVI se escribieron textos en lengua maya pero con alfabeto latino, y entre los más
importantes se encuentran el Popol Vuh,
relato mítico sobre el origen del mundo y
la historia del pueblo maya, y los llamados
libros de Chilam Balam, crónicas de
chamanes o sacerdotes en las que se
recogen acontecimientos históricos. La
obra del obispo fray Diego de Landa,
Relación de las cosas de Yucatán, ha
resultado una fuente importantísima para
descifrar la grafía maya.
La primera hace referencia a dos deidades, hijos del Dios Sol que un buen día emergieron
del Lago Titicaca con la misión de formar un gran imperio, sus nombres eran Manco Cápac –
quien fue el primer inca, fundador del imperio- y Mama Ocllo, su mujer. La segunda leyenda
cuanta que existieron cuatro hermanos llamados los Hermanos Ayar de los cuales Ayar
Manco (Manco Cápac) fue el encargado de fundar el Imperio Incaico.
Los incas adoraban al Sol como ser supremo aunque eran politeístas y en general adoraban a
las fuerzas de la naturaleza. Tenían aun calendario muy preciso y un año agrícola bien
organizado. En este sentido impusieron la técnica de los andenes que tenían la doble función
de controlar la erosión de las montañas donde luego se construiría y también como recurso en
la industria agrícola.
Si alejamos más la lupa veremos que las provincias se agrupaban a su vez dentro de cada
uno de los cuatro Suyos que existían. El gobernador de cada uno de estos cuatro suyos
formaba parte del Concejo Inca y eran generalmente familia directa del Inca. Además de esta
organización social, existía la casta sacerdotal dentro de la nobleza y por supuesto la realeza
incaica.
Entre las costumbres sociales del Imperio Incaico podemos destacar que el Inca poseía
una esposa principal llamada Coya –era su hermana o parienta más cercana con la cual
necesariamente debía tener descendientes que asegurasen la continuidad de la nobleza- y
muchas concubinas entre pallas, acallas y ñustas. Al interior del pueblo inca llano la
virginidad no tenía valor alguno y las relaciones diversas eran consideradas normales. Sin
embargo, el matrimonio dentro del pueblo era monógamo y en las clases privilegiadas era
polígamo.
El Inca Garcilaso, que conoció la lengua imperial dice que "es lástima que se pierda o
corrompa, siendo una lengua tan galana". Las fuentes de la primitiva literatura quechua,
además de la tradición oral, son los libros escritos por los españoles del tiempo de la
Conquista, quienes han dejado transcriptas muchas composiciones de la época y aun
anteriores.
Literatura inca
La poesía Quechua
La poesía incaica se caracteriza por el panteísmo o adhesión a la tierra, propio a una
civilización agrícola-militar, en la que los animales, las plantas y las flores, ocupan un lugar
importante. El espíritu de la mentalidad indígena es difícil de comprender por el
hombre occidental, ya que los valores de ambos mundos son distintos.
Además del panteísmo, es perceptible en la poesía incaica una tristeza típica del indígena,
que, sin embargo, no tiene el mismo sentido que le
da el hombre moderno. Por otra parte, casi no existe
diferencia para el alma indígena entre los conceptos
de tiempo y espacio. Otra característica es un cierto
"franciscanismo" (como lo designo Luis Alberto
Sánchez) que consiste en el amor especial que el
indio siente por los animales, que comparten el hogar
casi en calidad de hermanos. Este matiz hace pensar
en la sicología de san Francisco de Asís, que
consideraba hermanos a las bestias y cosas
naturales.
Método arqueológico:
El método arqueológico (estudio de los restos materiales del continente americano) es
imprescindible para el estudio, clasificación y periodización de las culturas prehispánicas,
centrándose sobre todo en la moda, la vivienda y las pautas de comportamiento.
Sin embargo, este método solamente sería eficaz si el espacio que excavamos no ha sido
violado, ya que a menudo los saqueadores se adelantan a los arqueólogos y les privan de
importantes restos. Por eso las hipótesis son muy ajustadas y establecer una cronología
precisa es muy complicado.
Escritura:
Los testimonios y documentación escrita acerca de estas culturas, tanto los propios textos
indígenas como los recogidos por historiadores del Viejo Mundo a partir de testimonios orales
o traducción de los escritos, son una fuente importante de conocimiento sobre estas culturas,
aunque puede ser imprecisa y errónea por los siguientes factores:
En el área andina no se conocía la escritura pero fueron capaces de obtener una cultura
superior sin la palabra escrita, a pesar de lo cual cultivaron la memoria del pasado, a través de
relatos de transmisión oral invariable.
Por eso, en este espacio les fue difícil a los indígenas entender que las palabras podían
representarse por signos, lo que dificultó la adaptación a la representación gráfica(escritura).
Esto se consiguió pasadas dos generaciones, lo que significó una cierta pérdida del
significado real y la veracidad de estos relatos orales debido a la ausencia de un sistema de
memorización común.
Los Incas, por su parte, intentaron crear, conservar y transmitir la historia de su pueblo, pero
ates manipulaban la información para omitir o resaltar ciertos pasajes, por los intereses
políticos.
En el área mesoamericana la tradición se encuentra reflejada en pictogramas que serán
recogidos y traducidos por escrito por los primeros españoles.
Sin embargo, las primeras transcripciones al español fueron hechas por personas que
desconocían la lengua original, por lo que recurrían a intérpretes que no siempre captaban el
significado real o que lo modificaban según su conveniencia. Además los relatos
prehispánicos no tenían un valor histórico sino que eran textos aislados sobre los jefes o la
población. De este modo, desde una época temprana se pretendió elaborar una crónica del
pasado indígena teniendo el cuenta el punto de vista europeo, insertando una cronología que
los relatos originales no tenían, además de resaltar la figura de los grandes héroes cuando los
indios atendían más a la colectividad. Como la evangelización de los indígenas era el fin
último de los europeos, los misioneros intentaron aprender las lenguas indígenas para
convertirles con más facilidad. Se aprendió, pues, antes la lengua indígena que éstos la
española. Así las primeras obras se corresponden a españoles que aprendieron el idioma
para traducirlo.
Uno de ellos fue Pedro Cieza de León. En el año 1540 cuando a América arribó a los 32 años
de edad, editó su primera obra, muriendo tan solo dos años después.
Desde su llegada al Nuevo continente, pretendió elaborar una historia global del Nuevo
Mundo desde un punto de vista moderno. El esquema que siguió fue el siguiente:
Durante el Siglo XV los mayores hitos de la expansión americana hay que citar:
El descubrimiento del istmo de Panamá por Vasco Núñez de Balboa en 1513, que
confirmó la realidad continental de América y la existencia de otro océano que llamaron
Pacífico
La conquista del Imperio Azteca realizado entre 1519 y 1521 por Hernán Cortés.
La conquista del Imperio Inca realizada entre 1531 y 1533 por Francisco Pizarro.
La exploración del Río de la Plata realizada entre 1535 y 1533 por Pedro Mendoza
La expedición a Chile realizada en 1540 por Pedro Valdivia.
Algunas conquistan tropezaron con fuertes resistencias. Pero a pesar de ello, la expansión
militar fue bastante rápido, debido al uso de armas de hierro y fuego y la utilización de
animales desconocidos en el Nuevo Continente como los caballos.
2. Los virreinatos eran los máximos representantes del poder central en América. Se crearon
dos virreinatos:
Nueva España(Méjico, Guatemala) en 1535
Perú en 1542
Los mayas escribieron en el Popol Vuh y en otros libros de carácter nacional y sagrado, sus
antiguas tradiciones cosmogónicas e históricas, así
como también sus ritos y costumbres e impregnaron esa
obra de los caracteres típicos de su cultura; esos libros
empiezan hoy a ser estudiados a la luz de los modernos
métodos de investigación y causan asombro a los
críticos así como al público curioso que día a día los lee
con más interés.
Este libro no parece haber escapado a algo que resulta casi una ley que rige la formación de
los libros sapienciales primitivos: su periódica transformación. La dificultad de precisar el
pensamiento es muy grande cuando el escriba sólo utiliza signos jeroglíficos; esa vaguedad
de la expresión provocada por dicha escritura permite que las escuelas sacerdotales
modifiquen, de acuerdo a sus puntos de vista, el texto primitivo, de antigüedad venerable y
cuyo prestigio impide que se choque abiertamente con él. Los libros sufren así recensiones y
reelaboraciones a través del tiempo. El ejemplo típico, para la literatura egipcia, es el caso del
Per-em-hru ("Libro de irse alejando en el día") divulgado en Occidente con el nombre de "Libro
de los muertos". También en Babilonia se alteraron los viejos relatos de procedencia acadia y
Hasta donde aprovecharon el autor o autores del Popol Vuh los relatos de la cosmogonía
náhuatl es un punto casi imposible de dilucidar en el estado actual de las investigaciones,
pero en todo caso es evidente el aire de parentesco que tienen las concepciones
cosmogónicas y escatológicas de los mayas si se las compara con las de los pueblos del
México central.
De cualquier modo, puede decirse, en sustancia, que existen, por lo menos, dos redacciones
del Popol Vuh; la primera es una redacción en jeroglíficos cuya fecha, aunque muy antigua,
no es fácil de precisar; la segunda redacción (manuscrito de Chichicastenango) se hizo
inmediatamente posterior a la conquista española, cuando un escriba quiché (sacerdote o por
lo menos iniciado en los misterios religiosos) que aprendió los signos de nuestro alfabeto
decidió fijar el texto -siempre conservando el idioma quiché- por medio de una escritura que
permitiera, no sólo una divulgación mayor (ya que era más fácil aprender los escasos signos
fonéticos de un alfabeto que no una multitud de jeroglíficos) sino también una claridad
superior en los planos de la expresión. Ese mismo problema enfrentan hoy los libros chinos y
existe una corriente de opinión, menos tradicionalista, que es favorable a su fijación por medio
de una escritura fonética.
¿Cómo era el Popol Vuh en su redacción jeroglífica? No hay ninguna duda de que esta obra
estuvo primeramente constituida por un conjunto de textos compuestos en distintas épocas y
escritos en pictogramas, ya que el escriba de la recensión alfabética, en una introducción o
preámbulo agregado posteriormente dice : "éste es el primer libro pintado antaño", lo que da
idea, no sólo de su antigüedad, sino de la forma en que estaba escrito; era un libro hecho en
escritura pictórica.
Sin embargo, parece evidente, a poco que se lea con atención, que el Popol Vuh, en su
redacción más primitiva, contenía pasajes que no se leen en el Popol Vuh tal como ha llegado
a nosotros, pero también puede observarse que ha recibido agregados ulteriores. Así, por
ejemplo, el escriba de la recensión alfabética (o códice de Chichicastenango, del cual se
conserva la copia ulterior hecha por Ximénez) omite el desarrollo detallado del acto de
formación de los planos cósmicos cuadrangulares, así como de la medición, por los dioses,
de los cuatro ángulos que, según los mayas tenía el mundo. Sólo hace una alusión a la parte
omitida por medio de estas palabras:
Grande era la descripción, el relato de cómo se acabó de formar todo el cielo y la tierra, de
cómo fue formado y repartido en cuatro partes..." También hay otro ejemplo de omisión
confesada cuando el autor de la recensión alfabética, antes de referirse a la genealogía de los
héroes Hunahpú e Ixbalanqué dice: " dejaremos en la sombra su origen y dejaremos en la
oscuridad el relato y la historia del nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué. Sólo diremos la
mitad, una parte solamente de la historia de su padre".
Pero si hay pasajes omitidos en el Popol Vuh que hoy se lee, los hay añadidos y son
seguramente el preámbulo y el final del libro. Otro problema es el de dilucidar si la parte
cosmogónica formaba originariamente un todo con la parte histórica, en la que se narra la
migración de los quichés; el punto es verdaderamente difícil de resolver, pues ambas
soluciones pueden ser en parte defendidas y en parte objetadas. De cualquier manera esto
está fuera de lo que corresponde a un artículo de divulgación, como el que se intenta hacer
ahora.
Dichos libros, aunque perseguidos, están a veces en manos de los españoles (algunos de
los misioneros, como ser Alonso de Zorita, llegó a saber acerca de la organización política de
los quichés, "por las pinturas que tenían de sus antigüedades de más de ochocientos años".
Zorita visitó a los quichés a mediados del siglo XVI o sea a unos veinticinco años más o
menos de la destrucción de Utatlán y en la misma época en que Recinos, tras concienzudo
análisis, fija la redacción alfabética del Popol Vuh.
Por estas razones es aceptable la hipótesis de que este libro maya fue fonetizado teniendo su
escriba pictogramas a la vista, aunque también pudo haber escrito otras partes fiado de su
memoria.
¿Cómo fue descubierto el Popol Vuh fonetizado? Un indígena lo puso en manos de Fray
Francisco Ximénez, cura de la aldea de Santo Tomás Chichicastenango. Ximénez, hombre de
gran conocimiento de la lengua maya autor de diccionarios y gramáticas, copió dicho
Popol Vuh, el cual, según parece, volvió a manos de los aborígenes. Ximénez escribió:
"Todas sus historias... las traduje en nuestra lengua castellana de la lengua quiché en que las
hallé escritas desde los tiempos de la conquista, que entonces (como allí dicen) las redujeron
de su modo de escribir al nuestro; pero fue con todo sigilo y se conservó entre ellos con tanto
secreto que ni memoria se hacía entre los ministros (curas) de tal cosa... ―Ximénez, pues, hizo
la primera traducción del quiché al español, la cual fue publicada muchísimo tiempo después
en Viena, en 1861, por Scherzer, ya que no hubiera sido permitida su publicación en el
imperio español. Otras traducciones posteriores al texto quiché son la francesa, de Brasseur
de Bourbourg, la alemana de Pohorilles, la nueva traducción al francés hecha por Reinaud y
por último dos al español: una de Villacorta-Rodas y otra de Recinos
.
El Popol Vuh es un libro sapiencial; la concepción que del mundo tenían los quichés aflora
desde sus páginas iniciales, en las que se cuenta el origen del mundo y la creación del
hombre según sus mitos. Tras esta parte cosmogónica, la acción se hace más rápida y llena
de dramatismo, al narrarse el descenso de los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué al
Xibalba, o mundo inferior, para vencer a sus deidades poderosas y malvadas e imponer el
triunfo del Sol.
Luego el Popol Vuh se convierte en libro histórico, y después de referirse a la formación de los
cuatro clanes primitivos de los mayas, narra la migración, rey por rey de los quichés hasta su
asentamiento en Guatemala. La última parte es predominantemente dinástica.
Libro lleno de leyendas, de hermosos mitos y de tremendas intuiciones filosóficas, así como
de una concepción científica muy adelantada, es la piedra angular de la literatura de este
continente. Porque la literatura floreció en América siglos antes de que Colón pisara las playas
de sol y de verdor de este nuevo mundo -quizá no tan nuevo- y del cual debemos esperar
tanto.
¿El mundo en que vivimos es el primero y último a existir? se preguntaban los pueblos
americanos de las grandes culturas: nahua, maya e inca. ¿Existieron formas anteriores, con
manifestaciones vitales que fueron un día disueltas en la sombra? ¿Qué hubo antes de que
apareciera la forma de vida que conocemos? Estas preguntas indican ya un grado de
madurez intelectual, una curiosidad de investigación que aparece cuando un pueblo ha
recorrido ya las etapas primitivas de su cultura y empieza a forjarse hipótesis (mitos, al
principio, que poco a poco van dejando paso a conclusiones más serias y científicas).
El Popol Vuh admite la existencia de cuatro edades o etapas en el proceso creador por el que
los dioses crean la vida en el planeta. Vimos en el artículo anterior cómo ellos habían dado los
primeros impulsos creadores, cómo habían hecho salir la tierra de las aguas. Surge así el
mundo mineral, envuelto en una especie de neblina. "Primero, se lee en el Popol Vuh, se
formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las corrientes de agua; los arroyos
se fueron corriendo libremente entre los cerros y las aguas quedaron separadas cuando
aparecieron las grandes montañas". Luego, tras el mundo mineral, crean los dioses el mundo
vegetal: "al instante -dice el poeta anónimo- nacieron los cipresales, los pinares". Después los
dioses se preguntan: "-¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los bejucos?
Conviene que en lo sucesivo alguien los guarde. Por eso hicieron a los animales del monte,
los guardianes de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros,
leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles (víboras) guardianes de los bejucos".
Ese impulso vital, simbolizado por los dioses, actúa con un plan preconcebido; crear la
criatura dotada de razón. Pero la divinidad (o suma de divinidades) del Popol Vuh no posee,
desde el principio, una inteligencia omnipotente; es una fuerza más o menos ciega al principio
pero que se desarrolla o despierta cada vez más; al principio yerra en la creación y actúa a
lentos tanteos, pero rehace la obra luego, mejorándola. A Bergson le hubiera interesado
encontrar esta construcción filosófica en la mentalidad del hombre americano prehispánico. El
contraste con la concepción que del mundo y sus problemas trae el conquistador español es,
por otra parte, evidente.
Creados los reinos mineral y vegetal, los dioses quieren hacer al hombre para nutridor de ellos
(por medio de las ofrendas y sacrificios) y también para cantor de sus glorias. Pero siendo las
deidades fuerzas poco desarrolladas, no logran formar de una primera vez a la criatura dotada
de razón; de sus manos salen los animales. El animal es, en el Popol Vuh, el hombre
frustrado, pero el hombre está concebido como una etapa de superación del animal, en la
misma línea de evolución y bajo el mismo plano. Las bestias, debido a la inexperiencia de los
dioses, a la falta de fuerza y dirección en el impulso creador inteligente, carecen de
inteligencia y por eso las deidades deber reajustar el plan creador.
"Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y aves, les fue dicho a los
cuadrúpedos y pájaros por el creador y el formador y los progenitores: -"Hablad, gritad,
gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno."
Los animales intentan la adoración, desean alabar a los dioses, pero no saben hacerlo. "No
pudieron hablar como hombres, solamente cacarearon, solamente mugieron, solamente
graznaron; no se manifestó ninguna clase de lenguaje, hablando cada uno diferentemente".
Por esta razón, los dioses cambian el destino de las bestias. Así concluye esta primera edad
del mundo de acuerdo al Popol Vuh.
Entonces se intenta una segunda creación del hombre. Los dioses modelan ahora seres que
tienen la forma del hombre actual, pero en realidad, nada más que su apariencia. Y los hacen
como en cantidad de mitos antiguos, amasando estatuillas de barro a las que dan vida. Este
ser de tierra, aunque de forma humana, carece del don de la palabra. Además, como se lee
en el libro maya, "se caía, se amontonaba, se ablandaba, se mojaba, se cambiaba en tierra,
se fundía..." El autor anónimo de este canto cosmogónico quiere señalar con esto que dicha
segunda etapa de creación da por resultado un ser que no puede adaptarse a la vida y que
está condenado a desaparecer, o sea a volverse de nuevo tierra.
Luego lo describe como a una criatura monstruosa, tal vez como la de los fósiles que veían
los mayas al excavar la tierra: "el rostro quedábase vuelto a un sólo lado, la vista estaba
velada, no podían mirar detrás de ellos, al principio hablaron pero sin sensatez". Es decir: Este
ser pronunció algunos sonidos incoherentes y perdió luego la facultad de la voz. Ser mudo,
sumido en un estado como de imbecilidad, terminó por licuarse, por no sostenerse en pie. ¿A
qué remotísimo antecesor del mono y de la especie humana hacía alusión el autor de este
cantar maya? ¿Y qué intuición científica no manifiesta a través de esas páginas profundas?
Los dioses tienen un instante de desaliento en sus tanteos; así, dicen: "-mientras más se
trabaja, menos puede andar y engendrar. Que se celebre, pues, consejo sobre eso". Al
instante deshicieron, destruyeron una vez más su construcción, su formación y después
dijeron: "-¿Cómo haremos para dar nacimiento a adoradores, invocadores?" Es notable,
pues, el cuadro de estas deidades luchando por crear, del mismo modo que un equipo de
sabios modernos investiga en un laboratorio, realiza experiencias, duda, se desalienta y
vuelve a ensayar, destruyendo el fruto de su cálculo mal hecho.
Se rehacen los dioses, entonces; no están vencidos; deciden realizar una tercera prueba.
Ahora bien: el autor de esta notable obra de la literatura maya quiere reafirmar una vez más
que el principio vital (los dioses) está constituido por una fuerza ciega al principio, pero que se
desarrolla entre lentos tanteos oscuros y lo manifiesta por medio de este símbolo: los dioses
deciden tirar a la suerte a fin de resolver si el nuevo hombre debe esculpirse utilizando, como
material, no ya el barro, sino la madera.
"Echad suerte con vuestros granos de maíz y de "tzite"(árbol de pito) y resultará si labraremos
y tallaremos su boca y sus ojos con madera". Pero, el hombre tallado en madera le sale de
Al leer estas páginas del cantar maya es fácil adivinar la concepción de un desarrollo casi
evolucionista de la vida y un lento ascender hacia formas más perfectas e inteligentes. Para el
autor de este libro, el hombre de madera no llega todavía a la etapa de humanidad, pero da,
por resultado, el mono. Es decir: para el autor del Popol Vuh el mono es también un intento
frustrado de creación de una criatura inteligente
Esta evolución de la vida llega, en fin, a su punto culminante; tras el mono, los dioses logran
hacer al hombre inteligente. Hecho de la masa de maíz (la planta sagrada y nacional de los
mayas) simboliza, por ello mismo, el ser capaz de cultura, el "junco pensante" de Pascal. Con
esta cuarta creación, los dioses, ya perfeccionados ellos mismos, logran una obra casi
perfecta. Los hombres, creados tras lento ascender, tan paciente, desde el antiguo esquema
animal, poseen ahora una inmensa sabiduría; ven lo cercano y lo lejano y hasta los ángulos
de los planos cósmicos. Y cuando los dioses los incitan a contemplar el mundo y a entonar la
alabanza a los creadores, los cuatro hombres exclaman: -"En verdad os damos gracias dos
veces y tres veces. ¡Hemos sido creados! ¡Se nos ha dado una boca y una cara! ¡Hablamos,
oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que
está cerca! ¡Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra! Os damos
gracias por habernos creado, ¡oh creador y formador! por habernos dado el ser ¡oh Abuela
nuestra, oh Abuelo nuestro!, dijeron dando las gracias por su creación y formación. Pero las
divinidades no oyen estas palabras con agrado; habían dado a los humanos una sabiduría
que usurpaba las prerrogativas de los dioses. Y así exclaman:
-"No está bien lo que dicen nuestras criaturas, nuestras obras; todo lo saben; lo grande y lo
pequeño -dijeron-.
Y así celebraron consejo nuevamente los progenitores. ¿Qué haremos con ellos? ¡Que su
vista sólo alcance a lo que está cerca, que sólo vean un poco la faz de la tierra! No está bien
lo que dicen. ¿Acaso no son, por su naturaleza, simples criaturas y hechuras nuestras? ¿Han
de ser ellos también dioses? Entonces decidieron -continúa el Popol Vuh- petrificar los ojos de
los hombres, hacer que ellos no vieran sino lo próximo y perdieran su primitiva sabiduría" El
poeta expresa esto por medio de una hermosísima comparación: "entonces el Corazón del
Cielo, les echó un vaho en los ojos, los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la
luna de un espejo".
Así, el poeta filósofo del Popol Vuh enfrenta un problema eterno cuya raíz está ya en casi
todas las literaturas antiguas. El hombre que inconscientemente se atreva a desafiar su Moira
efímera y a ir más allá del destino que avaramente le han señalado los dioses, se atrae la
cólera de estos. Ya sea en la aventura de la sabiduría (Adán comiendo el árbol de la ciencia,
Prometeo regalando al hombre el fuego, padre de la civilización), ya sea en la aventura de la
inmortalidad (Guilgamesh buscando la planta de la vida eterna, que le es al final arrebatada
por una serpiente), el concepto es siempre el mismo: el hombre alza los ojos y quiere
comprenderlo o poseerlo todo, pero su titanismo irrita a las deidades.
Así, los libros fueron objeto de veneración. En aquel entonces, los textos sagrados se leían en
los rituales y ceremonias litúrgicas para que la comunidad fuera consciente del sentido de su
existencia, tal como hoy sucede con los libros de otras religiones, como la judía o la católica.
Además, eran anónimos. A nadie se le habría ocurrido firmar su obra, pues los autores no
eran vistos como tales, sino como meros transmisores de la voluntad divina y de la herencia
espiritual de su pueblo.
Balam significa "jaguar" o "brujo", y es, en realidad, un nombre de familia. Se dice que Chilam
Balam fue un taumaturgo, un sacerdote del pueblo de Maní que vivió poco antes de la
Conquista y que tenía gran reputación como profeta. Cuentan que junto con otros sacerdotes,
llamados Napuctun, Al Kauil Chel, Nahau Pech y Natzin Yubun Chan, predijo la llegada de
una nueva religión; tras la Conquista, esto se interpretó como un aviso de la llegada de los
españoles y del cristianismo.
Generalmente, las profecías se encuentran en los libros sagrados; de ahí derivó el llamarles
genéricamente chilam balames. Cada poblado escribió su propio libro, por lo que existen
chilam balames de numerosas poblaciones; entre ellas: Maní, Tizimín, Chumayel, Kahua, Ixil,
Tekax, Nah y Tusik.
Procede del pueblo de Chumayel, Yucatán. Fue propiedad del Sr. Obispo Crescencio Carrillo
y Ancona. Pasó a la Biblioteca Cepeda en Mérida en 1915 de donde fue sustraído juntamente
con otros manuscritos, antes de 1918.
Procede de la villa de Tizimín, Yucatán, y fue hallado allí a mediados del siglo XIX. El párroco
de este lugar lo donó al Obispo Carrillo y Ancona en 1870, quien originalmente lo llamó
Códice Anónimo. Hoy se encuentra en el Museo Nacional de Antropología (Ciudad de
México), en donde se conserva juntamente con el de Ixil.
La única traducción completa del Chilam Balam de Tizimín es obra de Maud Worcester
Makemson, quien con el título de The Book of the Jaguar Priest la publicó en 1951.
Éste también fue de la colección del Obispo Carrillo y Ancona y formó parte del grupo de
manuscritos que fue extraído de la Biblioteca Cepeda de Mérida, poco después de haber sido
depositado en ella en 1915. No se conoce su actual paradero. Es tercero en importancia, el
más voluminoso sin embargo, con 282 páginas; nunca ha sido totalmente traducido ni
publicado. Sólo se le han sacado copias manuscritas o fotográficas y traducidas algunas de
sus recetas médicas por Roys en 1931.
Pío Pérez, en su miscelánea de extractos de Libros de Chilam Balam conocida ahora como
―Códice Pérez‖, describe este documento y menciona que el lugar de su procedencia es el
pueblo de Ixil. No se sabe cómo pasó a manos del Obispo Carrillo y Ancona. Estuvo incluido
en el mismo legajo del Libro de Tizimín, se halla ahora separado de éste en la Biblioteca del
Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México. No ha sido traducido, ni publicado,
salvo en pocas copias fotostáticas y manuscritas. Contiene un recetario médico.
Es semejante al de Káua, pero mucho más corto, pues solamente contiene 36 páginas. Es
calendárico y médico. Nunca ha sido traducido ni parcialmente. Formó parte de la Colección
de William Gates. Se ignora cuál es su paradero. Existen de él copias fotográficas en algunas
bibliotecas.
Procede de Teabo, Yucatán. Es también del mismo tipo de Káua, con 64 páginas e
igualmente formó parte de la Colección de Gates. El material médico que contiene fue
traducido por Ralph L. Roys al inglés y publicado en 1931. Se ignora dónde para actualmente.
Códice Pérez:
Por su importancia este manuscrito debería ocupar uno de los primeros lugares; es porque en
sí mismo ni es copia hecha por indígenas mayas, ni lo es de un sólo libro, sino un conjunto de
fragmentos de varios, principalmente de los Libros de Maní (ahora desaparecidos), Ixil y Káua,
recopilado por D. Juan Pío Pérez alrededor del año de 1840. El nombre de Códice Pérez se lo
asignó el Obispo Carrillo y Ancona en 1870. Fue compilado entre 1837 y el siguiente año.
Juan Pío Pérez lo dividió en dos partes que se citan como Pérez I y Pérez II.
Los textos del Chilam Balam se ven directamente relacionados con el calendario maya,
puesto que las profecías relataban hechos presentes y futuros, que estaban predestinados por
el calendario, ya que para ellos el tiempo era algo cíclico, esto quiere decir que los hechos
volvían a ocurrir de acuerdo a un determinado periodo de tiempo. Por eso es importante tener
un conocimiento de cómo los mayas se manejaban con el tiempo.
Calendario azteca
En Zotz los apicultores comenzaban los preparativos pero celebraban su fiesta en el uinal
siguiente Tzec, los sacerdotes y oficiales ayunaban, así como algunos voluntarios.
En Zec, no derramaban sangre, los dioses venerados eran los cuatro bacabs, especialmente
Hobnil. Ofrecían a los bacabs platos con figuras de miel, y los mayas bebían un vino llamado
―Balche‖ el cual se procesaba de la corteza de un árbol llamado con el mismo nombre
(Lonchucarpus violaceus), los apicultores regalaban miel en abundancia.
En el uinal Mol, los apicultores oraban a los dioses para que hubiese buenas flores y de esta
manera tener una buena producción de las abejas, en este mes era cuando fabricaban las
efigies o ídolos de madera, los cuales eran de alguna forma bendecidos por los sacerdotes, y
se practicaba un ritual en el cual se sangraban las orejas.
En cualquiera de los uinales Chen o Yax, hacían una fiesta llamaba Ocná, que quiere decir
―renovación del templo‖, la hacían en honor de los dioses de los maizales; los mayas
En Zac, el sacerdote y los cazadores hacían una ceremonia para aplacar a los dioses de la
ira, y como una forma de penitencia por la sangre derramada durante la cazas, (los mayas
tenían como ―cosa horrenda‖ cualquier derramamiento de sangre si dicho derramamiento no
era en sus sacrificios), por eso cuando iban a la caza invocaban al dios de la caza, le
quemaban copal y si podían le untaban al rostro del ídolo de la caza, la sangre del corazón de
la presa.
En las proximidades del inicio del uinal Ceh, existía una fiesta muy grande y de fecha movible
que duraba tres días, con quema de copal, a la cual Landa llamaba ―sahumerías‖, ofrendas y
borrachera. Los sacerdotes tenían cuidado de avisar con tiempo para realizar un ayuno
previo.
En Mac, la gente anciana realizaba una ceremonia llamada ―Tupp kak‖ (matar el fuego), era
dirigida a los dioses de los panes y a Itzamná, en una fogata quemaban corazones de aves y
animales, una vez incinerados los corazones apagaban el fuego con cántaros de agua. Se
juntaba el pueblo y los sacerdotes y untaban con lodo y betún azul los primeros escalones de
las escaleras de sus templos.
En esta fiesta no realizaban ayuno, a excepción del sacerdote. No describe ceremonias
correspondientes al uinal Kankin, hasta la fecha se desconocen los dioses que se honraban
en este período del año maya.
En Muan correspondía a los cultivadores de cacao realizar una ceremonia a los dioses Chac
Ek chuah, y Hobnil, sacrificaban un perro manchado con el color de cacao, y quemaban
incienso y ofrecían iguanas de las azules (probablemente untadas de betún azul) y ciertas
plumas de pájaros, terminada la ceremonia los mayas se comían las ofrendas.
En Pax, la ceremonia se llamaba Pacum chac, y por un período de cinco noches se juntaban
los señores (batab) y los sacerdotes (ah kin) de los pueblos menores (batabil), en las capitales
y veneraban a Cit chac cob. Se homenajeaba con copal al jefe de los guerreros (Nacom)
durante cinco días, realizaban un baile de los guerreros llamado Holkanakot.
El sentido de esta ceremonia era para pedir a sus dioses alcanzar la victoria frente a sus
enemigos. Se sacrificaba un perro, al cual se le extraía el corazón, se rompían ollas grandes
que contenían bebida, y daban por finalizada la ceremonia, regresando a sus pueblos.
Durante Kayab y Cumku en cada población hacían fiestas a las cuales llamaban Zabacilthan,
se reunían para presentar ofrendas, comer y beber preparándose para el Uayeb, el mes corto
de los cinco días nefastos.
Cuando llegaban los cinco días sin nombre conocidos como Uayeb, los mayas no se
bañaban, no hacían obras serviles ó de trabajo, porque temían que al realizar alguna
actividad, les iría mal.
Como hemos indicado antes, los mayas trataron de recopilar toda la información que pudieron
sobre su ciencia, sus costumbres y sus creencias antiguas.
En sus profecías se relacionaban directamente con el cosmos, de acuerdo al ciclo solar, los
calendarios, los dioses y sus sacerdotes (chilames), esto nos hace cuestionarnos sobre como
los mayas alcanzaron tanta sabiduría y precisión, si no tenían herramientas indicadas a su
alcance. ¿Cómo lograron crear el sistema vigesimal?, ¿Cómo lograron confeccionar uno de
los calendarios más exactos y complejos que existe, y además complementarlos con otros
para manejarse en amplios periodos de tiempo?, ¿Cómo lograron descubrir e interpretar las
pléyades? Estas y otras incógnitas aun no han sido solucionadas, por los investigadores, nos
resta como estudiantes apoderarnos de su maravillosa literatura, que aunque no sea copia fiel
de los originales, podemos creer que tiene semejanza.
Trece veces ocho mil Katunes reposaron en su piedra. Entonces se movió la semilla de Hunac
Ceel Ahau. Éste es el canto:¿Son los hombres como el sol? De la Piedra del que es Amarillo,
¿de ahí son los hombres buenos? Mi ropa, mi vestido, dijeron los dioses. Así se sabe, lo sabe
cualquiera. Al agua tierna de la orilla del pozo, a la tierra suave llegaron conquistando,
haciendo la guerra. En Chichén estaban los Itzáes, los herejes. Allí estaban, el día uno Imix
alcanzaron el cielo, el Señor fue al pozo del Poniente. Allí estaban los dioses. Así se habló el
día uno Imix. En Chichén estaban los Itzáes, los herejes. Allí estaban. ¡Ocultos, ocultos! Así
se exclamaba. ¡Ocultos, ocultos! El espíritu de los muertos lo sabe. Cuando llegó el espíritu de
los muertos, en ese día resplandeciente, gritó con dificultad. ¡Estaban, estaban, estaban, allí
estaban! ¿Alguien acaso está despierto? Tres veces en el día resplandeciente, en el día de
los dioses, ¡Estaban! gritaron. Son pobladores, son moradores. Así se oía. Pero no es que
hubieran llegado a Chichén los Itzáes, ¡Allí estaban los herejes! Sí, allí estaban. Tres veces
gimen en ese día. El espíritu del hombre dice: ¿Somos alguien? ¿Somos alguien? Esa es la
palabra del espíritu del hombre. Adivínalo, sabio. Yo fui engendrado en la oscuridad, de ahí
nací. ¿O tampoco esto es verdad? Fui engendrado por Mizcit Ahau. Y hasta el final fue roto.
¿He amargado a alguien con mi canción? Allí estaban. Estoy muerto, lo dijo el sacerdote del
pueblo, estoy escondido, lo dijo el que pierde al pueblo. Así lo creyó su espíritu, así su
corazón. El sabio, el que pierde al pueblo, se llena de amargura con mi canción. ¡Allí estaban!
Este canto, todo este canto, es en justa alabanza del Señor Dios…
Esto es lo que escribo: En mil quinientos cuarenta y uno fue la primera llegada de los Dzules,
de los extranjeros, por el Oriente. Llegaron a Ecab, así es su nombre. Y sucedió que llegaron
a la Puerta del Agua, a Ecab, al pueblo de Nacom Balam, en el principio de los días de los
años del Katún Once Ahau. Quince veintenas de años antes de la llegada de los Dzules, los
Itzáes se dispersaron. Se abandonó el pueblo de Zaciahtun, se abandonó el pueblo de Kinchil
Coba, se abandonó Chichén Itzá, se abandonó Uxmal y, al sur de Uxmal, se abandonó
Kabah, que así es su nombre. Se abandonaron Zeye, y Pakam, y Homtun, el pueblo de
Tixcalomkin y Ake, el de las puertas de Piedra.
Se abandonó el pueblo Donde Baja la Lluvia, Etzemal, allí donde bajó el hijo del todo Dios, el
Señor del cielo, el Señor-Señora, el que es Virgen Milagrosa. Y dijo el señor: "Bajen los
escudos chimallis de Kinich Kakmo". Ya no se puede reinar aquí. Pero queda el Milagroso, el
Misericordioso. "′Bájense las cuerdas, bájense los cintos caídos del cielo. Bájese la palabra
caída del cielo." Y así hicieron reverencia de su Señorío los otros pueblos, así se dijo, que no
servían los Señores dioses de Emal.Y entonces se fueron los grandes Itzáes. Trece veces
cuatrocientas veces cuatrocientos millares y quince veces cuatrocientas veces cuatrocientos
centenares vivieron herejes los Itzáes. Pero se fueron y con ellos sus discípulos, que los
sustentaban y que eran muy numerosos. Trece medidas fue Iximal y a la cabeza de la cuenta
de los de Iximal hubo nueve…
Descripción
Rabinal, municipio de Baja Verapaz situado en la región norte Guatemala a 150 Km. de la
capital. En este lugar arribaron los Rabinaleb, donde hoy en día se practica y presenta el
Rabinal Achí o Xajooj tun, que quiere decir Baile del Tun.
Es una obra en la que se dramatiza el rompimiento de la alianza entre los K‘ich‘e y los
Rabinaleb; la obra se divide en cuatro actos, cuyo desenlace es la muerte de K‘iche‘e Achí, es
decir, el triunfo de los Rabinaleb, el primer acto suele ser el más largo.
El Xajooj Tun ha superado diversos problemas por los que ha estado en peligro de
desaparecer, entre ellos, la precariedad económica y el impacto que tuvo en la comunidad el
conflicto armado interno.
El otro gran guerrero de Rabinal, llamado Rabinal Achí, rescata a su señor Hob Toj y después
captura a K´iche´Achí a quien ata a un árbol frente a Cajiup y a quien luego recrimina y
discute el por qué de su captura y prisión. En esta discusión, ambos contendientes se
intercambian apologías de sus propias hazañas y andanzas por diferentes ciudades del
―imperio‖ K´iche´, a la vez que uno al otro se recriminan fechorías como la del rapto de los 14
mancebos de Rabinal, por Achí, y otras.
Rabinal Achí informa al Ajau Hob Toj sobre la captura de K´iche´ Achí y éste responde que lo
recibirá cuando se le rinda en vasallaje, pero el guerrero Cawec prefiere morir antes que
humillarse y, al quedar libre ataca a Rabinal Achí en señal de descontento.
Luego K´iche´ Achí se presenta ante el Ajau Hob Toj y todo el cortejo gobernante, nobles,
servidumbre y guerreros águilas y tigres. Hob Toj pretende respetar el liderazgo de K´iche´
Achí, pero Rabinal Achí se ofende por ello, así lo hace saber a Hob Toj y éste rectifica su
parecer.
Vuelve Rabinal Achí a explicarle al guerrero Cawec que Hob Toj lo perdonaría si se le
humillase pero K´iche´ Achí rechaza la propuesta y, como antes, prefiere morir. Cuando se le
hace conocer su sentencia de muerte pide se le concedan sus últimos deseos que son: probar
fuerzas en combate con los guerreros águilas y tigres, comer y beber de lo que comen y
beben sus captores, vestirse con los atuendos de Rabinal y bailar con música de pito y tum
con U Chuch Gug, la madre de los pajarillos verdes, quien es una doncella proveniente de la
región de Carchá.
Todo esto se le concede, pero cuando solicita 260 días y 260 noches para ir a despedirse de
sus montañas y valles en la región propiamente K´iche´, nadie responde, aunque parece ser
que va. A su regreso es ejecutado por los guerreros águilas y tigres.
Esto se demuestra en el epílogo del texto original donde K´iche´ Achí exclama a su regreso
momentos antes de morir: ―Huyó‖ habéis dicho. No he huido. Sólo salí a encomendarme a mis
montañas y valles donde permanecía y solía alimentarme de hierbas tiernas.
Estos sucesos aquí relatados constituyen una síntesis del texto que escribió Bartolo Sis en
1850, al sacarlo de la clandestinidad de 225 años, como consta en la copia hecha por Manuel
Pérez en 1913, según aparece en su parte inicial, el texto en posesión actualmente del señor
José León Coloch y cuya primera traducción directa al español fue realizada por el historiador
Hugo Fidel Sacor, trabajando en ello desde 1986 para la Dirección General de Investigación
de la Universidad de San Carlos de Guatemala y que vio la luz en 1991 en uno de sus
cuadernos de investigación, el No. 1-90. García Escobar (2001).
Historia
En 1850, Bartolo Sis puso por escrito los diálogos del Rabinal Achí (o Xahoh Tun o Baile del
Tun). Cinco años después se los dictaba al francés Charles- Étienne Brasseur de Bourbourg.
Sin embargo, no fue sino hasta un año después, el 25 de enero de 1856, día de la Conversión
de San Pablo, y tras mucha insistencia del francés que el baile-drama se representó por
primera vez después de 30 años.
Aunque no existen evidencias concretas, sino hasta un siglo después del inicio de la
colonización española, se cree que el teatro danza k‘iche´ llamado Rabinal Achí, pero
popularmente conocido en el siglo XVI como Danza del Tun, del Uleutum o, del Tum Teleche,
tomaba lugar en esas épocas en recuerdo de aquellos memorables sucesos antiguos en que
los de Rabinal habían vencido a los de la casa Cawec y sacrificado a uno de sus más insignes
guerreros, el valiente K´iche´ Achí.
Por ello, en vista de que la danza del Tun personificaba el sacrificio de un guerrero esclavo
(llamado en K‘iche´ ―Teleche‖ es decir ―esclavo o cautivo‖) y su representación como ritual
dramático danzario causaba gastos, costumbres y ritos no aceptados por la concepción
cristiana de la religión católica, el Oidor Juan Maldonado de Paz prohibió este tipo de
representaciones populares en el año de 1625, lo que produjo, en consecuencia, que se
continuaran representando pero en la clandestinidad.
En efecto, algunas de ellas, transformadas a través del tiempo han llegado hasta nosotros y
entre ellas, El Rabinal Achí que, de todos modos, es la que con más autenticidad preserva la
cosmovisión original de las épocas antiguas de los pueblos k‘iche´.
Ahora bien, todo texto oral al transformarse en texto escrito va contaminando poco a poco su
originalidad primigenia en tanto que de acuerdo con su contexto histórico va interpolando e
incorporando nuevos elementos. En este sentido nos preguntamos cuánto habrá cambiado el
texto oral tradicional del Rabinal Achí al ser primeramente transcrito al K´iche´ por Bartolo Sis
Arquitectura
Tecnología
Ciencia
Astronomía
Agricultura
Escritura
Describa cuáles eran los temas de la literatura prehispánica de cada uno de los grupos.
Mayas
Aztecas
Incas
Mencione cuáles eran los géneros literarios que desarrollaron los mayas.
Por qué la forma de expresión escrita no es considerada escritura propiamente dicha entre los
grupos prehispánicos
Exponga las razones por las cuales las tres civilizaciones mencionadas son comparadas con
las civilizaciones clásicas antiguas.
Cuáles son los criterios para considerar la expresión escrita y oral de las civilizaciones
prehispánicas como producciones literarias.
Por qué considera, que a pesar de las distancias geográficas entre los mayas y aztecas las
similitudes en sus manifestaciones culturales se produzcan.
Comente según sus criterios, cuál de las tres culturas prehispánicas logra mayor desarrollo
literario.
Justifique por qué el Popol Vuh es considerado una obra literaria clásica de la Cultura Maya.
Exponga sus argumentos para valorar las obras de las culturas hispánicas como elementos
que enriquecen nuestra cultura hoy en día.
Exprese su opinión con respecto al hecho que los colonizadores tomarán la decisión de
eliminar los códices sagrados de los mayas.
Tamayo Vargas, Augusto (1973) Literatura en Hispano América, Volumen 1. Ediciones Peisa.
Zea, Leopoldo (1993) Sentido y proyección de la Conquista/ Feeling and Projectoin of the Conquest. Universidad
de Virginia.
Para percibir la realidad tenemos que nombrarla y las palabras frecuentemente no se ajustan
al objeto que designan. Tal es lo que ocurre cuando hablamos de ―crónicas de Indias‖ para
referirnos a un conjunto de textos, preferentemente históricos, que sólo parcialmente es
denominado así, con el agravante de cometer un anacronismo, pues, en pureza terminológica,
dicho vocablo define la forma más característica de la escritura histérica en la Edad Media.
Sin embargo, no toda la culpa es nuestra si tenemos en cuenta la dificultad que entraña
cambiar un nombre afianzado por la tradición.
―tener siempre hecha descripción y averiguación cumplida y cierta de todas las cosas del
Estado de las Indias, así de la tierra como de la mar, naturales y morales, perpetuas y
temporales, eclesiásticas y seglares, pasadas y presentes‖.
Prácticamente se nos ofrece en esta cita una definición de lo que vamos a encontrar en los
cronistas de Indias: una información, lo más completa posible, sobre ―todo‖ lo relacionado con
Indias. Aun así, veremos, que tal definición se queda corta. Debe tenerse en cuenta, además,
la existencia de otros cargos paralelos al de cronista, como es el de ―cosmógrafo‖ que llegaría
a definirse como ―Cosmógrafo Mayor de Indias‖, y que en ocasiones se acumula al de
cronista, como es el caso del primer cronista mayor, Juan López de Velasco, cuya obra
―Geografía y Descripción Universal de las Indias‖ supone un enorme esfuerzo por resumir lo
que hoy día denominaríamos geografía física y humana referente al conjunto de Indias, con lo
que podemos apreciar la amplitud de objetivos que pueden ser tratados en las crónicas.
Una vez más se pone de manifiesto el relativismo de las palabras al ser empleadas en
diferentes épocas, ya que un mismo término se utiliza para identificar objetos que, con el paso
del tiempo, han variado sustancialmente. De una crónica de Indias y un libro de historia actual
que trate de las mismas cuestiones se pueden obtener una serie de datos verificables y
coincidentes en ambos casos; sin embargo, la presentación formal de esos datos es
totalmente distinta y, por otro lado, al margen de esos datos coincidentes, los contenidos de
otro tipo son también diferentes.
Aunque en cierta manera nos hemos acercado a una definición, apenas si poseemos más
que unos frágiles conceptos, bastante nebulosos, a los que hay que dotar de contenido, de
materialidad. Sólo así una definición como la que se ha dado podrá considerarse válida,
puesto que en sí misma, si bien es exacta, apenas puede comunicar nada al que la utiliza. El
mejor medio de conseguir esa entidad necesaria es adentramos en las crónicas buscando su
―clasificación‖. Al clasificar las crónicas definimos también parcelas particulares y el conjunto
de esas definiciones es el que da validez a la definición general.
Conquistadores.
―[…] nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a las cosas y encantamiento que
cuentan en el libro de Amadís, […]‖1
La colisión entre el mundo europeo y el mundo americano fue violenta, en todos los sentidos.
Y los textos hoy en día conocidos como las Crónicas de Indias, curiosa mixtura de
historiografías, ensayos, letras narrativas de ficción, poesía épica y libros de viaje, son los
mejores testigos de este choque.
Además, la lectura de estos textos ofrece una oportunidad única para llegar a un mejor
entendimiento del pasado y de la forma de pensar y ver el mundo en aquel tiempo.
Uno tiene que recordar que la Historia no es una ciencia exacta, sino que siempre refleja la
época en la cual se escribe. Cuando fueron escritas las crónicas de Indias, la historiografía
estaba todavía, según Víctor Frankl, estrechamente ligada a las concepciones legendarias, al
recuerdo y a una realidad espiritual. Leyendas y cuentos mitológicos de la antigüedad,
profecías y la tradición bíblica formaba parte del pensamiento histórico del período.
Al examinar los rasgos literarios en las crónicas de Indias, hay que mencionar que incluso si
hoy en día nos parece curioso encontrar cuentos y elementos literarios en una obra de
historia, una mezcla entre historiografía y literatura había sido la norma desde los principios de
la historiografía. Borges ha indicado que lo que anteriormente se leía como historia épica
(como las obras de Homero) hoy lo leamos como literatura, y esto podría eventualmente ser
aplicable también a partes de las crónicas de Indias
Existe en la época del Renacimiento una interpretación de la verdad histórica, según la cual
ésta se refiere a una realidad espiritual oculta a los ojos de los hombres vulgares y carnales, y
accesible solamente a los hombres dotados de una visión poética […], apareciendo en esta
concepción, como descubridor de esta ‗verdad‘, el historiador-poeta. (Pupo-Walker, E. Pág 40)
La aparente confusión entre historiador y poeta podría parcialmente explicar el estilo poético
de muchas crónicas, y el hecho que muchos cronistas se dedicaban a incluir cuentos y
narraciones, fantásticas o no, que para nosotros parece no corresponder al propósito
historiográfico. Aquí uno debe mencionar La Araucana de Alonso de Ercilla, que no era una
crónica sino una épica en verso. Sin embargo, el tema es típico de las crónicas de Indias. Esto
demuestra que la diferencia entre historiografía y literatura era muy imprecisa en esta época
Otro aspecto importante es que las crónicas de Indias fueron escritas en un tiempo en el que
el pensamiento medieval chocó con el conjunto de las ideas renacentistas. Esta mezcla entre
tradición y lo nuevo se ve claramente en la manera de escribir y pensar sobre la historia.
Según Simón Valcárcel las crónicas de Indias deben ser situadas entre ―la crónica medieval
castellana, nacionalista y providencialista, y el texto historiográfico humanista‖. La tradición
historiográfica medieval se apoyó esencialmente en la Biblia, y en el concepto moral y
alegórico de la historia. Se caracterizó por las ideas de providencia divina y del modo de mirar
al pasado como modelo insuperable. La Historia, en el tiempo medieval, no era separable del
progreso del propósito de Dios. En la historiografía humanista, por otro lado, la forma y la
retórica eran aspectos muy importantes. Escritores clásicos como Cicerón y Horacio tuvieron
una gran influencia estilística sobre los historiadores renacentistas y los otros escritores
humanistas. También había surgido la noción de que el presente se pueda mejorar e incluso
superar al pasado. La meta de la historiografía renacentista era sobre todo recordar los
grandes hechos, los héroes y los hechos dignos de recuerdo. El gran humanista y filósofo
español Juan Luis Vives apuntó que la historia no debe perpetuar las infamias, y cronistas
como Cortés e Inca Garcilaso tuvieron una opinión similar.
En efecto, si uno quiere señalar un objetivo que tienen en, común todos los cronistas es, sin
lugar a dudas, que quieren perpetuar las hazañas y los asuntos curiosos que habían vivido los
españoles en América. Una variante exagerada de esa concepción de la historiografía es la
interpretación aristotélica individualista de la historia, que se manifiesta entre otras, en la
crónica de Francisco López de Gómara. Según él, la historia ―es la obra de grandes hombres,
heroicos, elegidos por el destino‖. En su crónica sobre la conquista de México, Hernán Cortés
es uno de esos hombres elegidos. Pupo‐Walker señala que este tipo de persona histórica tuvo
modelos literarios.
Los cronistas de Indias seguían la tradición historiográfica medieval con respecto a la visión
providencialista de la Historia. Por ejemplo, para Inca Garcilaso y Oviedo no quedaba duda
de que la conquista de América formaba parte del orden divino. Sin embargo, en casi todas
las crónicas hay también rasgos del pensamiento historiográfico renacentista y humanista.
Como lo indica Serna, los cronistas pueden dividirse en dos grupos: los que describieron lo
que habían visto y vivido, y los que escribieron lo que habían oído y leído, sin haber estado
nunca en América. Entre los últimos hallamos a Gómara, a Pedro Mártir y su crónica en latín
De Orbe Novo, y parcialmente al Inca Garcilaso, que escribió su primera crónica La Florida a
pesar de que él nunca había estado allí. Serna sugiere también que las crónicas se dividan
Gonzalo Fernández de Oviedo, en su Historia general y natural de las Indias aseguró que no
se tratara de un mundo nuevo, sino de un redescubrimiento de unos países perdidos desde la
Antigüedad. Oviedo, que fue cronista oficial de la corona evocó el mito griego de las
Hespérides (o las Islas Afortunadas) cuando propuso, no solamente que las Hespérides eran
las islas de las Indias, sino también que el nombre provenía de Hespero, rey de España 1658
a.C. y que lo único que había hecho Colón era, con la ayuda de Dios, hacer volver a España
la tierra que ya había sido suya.
Aunque sea probable en el caso de Oviedo, que se trate principalmente de un deseo de servir
fielmente a la corona, la confusión entre mitos antiguos y la realidad americana es obvia en
casi todas las crónicas. Muchos afirmaban que los antiguos griegos conocían el Nuevo
Mundo, y que Aristóteles había escrito sobre América, cuando describió la isla en el mar
Atlántico descubierto por los mercaderes cartagineses. Tanto en los textos de Bartolomé de
Las Casas y de Gómara como en los de Pedro Mártir se identifica partes del Nuevo Mundo
con islas y países míticos como la Atlántida (mito que proviene de los diálogos Timeo y Critias
de Platón), las Hespérides, Tarsis, Ofir y Saba (los últimos tres son ciudades míticas que
aparecen en el Antiguo Testamento).
[…] los europeos que tomaron contacto con América confundirían aquellas tierras con los
esquemas mentales de una geografía que en parte habían profetizado Platón y Aristóteles.
[…]
Debe comprenderse que ese registro inmenso de creencias que precede al Descubrimiento
no era fácilmente refutable, ya que se autorizaba, […] en las Homilías de San Juan
Crisóstomo y en las mismas Epístolas de San Pablo y de Gregorio Nacianceno. (Pupo-
Walker, E. Pág. 43)
Para resumir, es probable que esta tradición aumentara la confusión entre realidad y fantasía
en las crónicas de Indas.
Mitos y leyendas:
Tanto en América como en Europa circulaban numerosos mitos que hicieron crecer el
carácter imaginativo de las crónicas de Indias. Mitos que se tomaban muy seriamente: el de
las Amazonas, originalmente guerreras míticas griegas, empujó a exploradores españoles
como Francisco de Orellana a organizar expediciones para buscarlas, y es de allí que
proviene el nombre del gran río, Las crónicas están llenas de mitos: unos tratan de gigantes,
sirenas, grifos, dragones y monstruos de todo tipo, mientras otros evocan países, ciudades y
lugares, como el país de la Canela, el paraíso terrenal, el reino de Omaguas, las siete
ciudades de Cíbola y el país de Meta. También había mitos y cuentos de tesoros escondidos.
Los mitos más conocidos son quizá el de la fuente de la eterna juventud, y el de El Dorado.
Supuestamente, el mito de El Dorado aparece por la primera vez en un texto del conquistador
Jiménez de Quesada, pero se divulgó rápidamente y durante los siglos varias expediciones
intentaron encontrarlo (la de Gonzales Pizarro y Francisco de Orellana en 1541 es famosa). El
mito de la fuente de la eterna juventud es uno de los variantes del mito del elixir de vida
eterna, que es muy antiguo y existió tanto en Europa como en Asia. Y, también en América
había entre los indígenas un mito parecido, que trataba de un río de la juventud. La fusión
entre esos mitos resultó en numerosas expediciones con el propósito de localizar la fuente.
El hecho que aparecen tantos mitos en las crónicas de Indias, y que las personas creían tanto
en ellos que arriesgaron sus vidas guiados por ellos, indican que tienen una gran importancia
con respecto a la mezcla entre realidad y fantasía en textos de esta época.
La literatura de la época, en toda su diversidad, tuvo una gran influencia sobre lo que
escribieron los cronistas. En el siglo XVI, un género literario era especialmente popular, quizás
sobre todo entre los soldados que fueron al Nuevo Mundo, a saber: las novelas de caballerías.
Las historias fantásticas sobre héroes de ficción como Amadís de Gaula, despertaron
indudablemente la imaginación de muchos, aparte de un cierto ingenioso hidalgo de la
Mancha. Irving Leonard señala en Los libros del conquistador que:
Al igual que las cintas cinematográficas de hoy día, esta literatura ejerció una profunda
influencia en la conducta, la moral y el pensamiento de la sociedad de su tiempo, y propició la
aceptación de valores artificiales y de falsas actitudes con respecto a la realidad… y puso
algún color en la existencia gris de los lectores, quienes, […] continuaron hallando en ellas
retratos auténticos de la vida, de los que adquirieron no sólo modalidades de conducta e ideas
sobre una realidad más amplia, sino una incitación para las hazañas. (Serna, M. Pág. 67. En
el libro de Leonard, que no he encontrado, la cita se halla en la página 29.)
Acerca de las novelas de caballerías Serna también señala que ―[…]aunque constituían la
lectura favorita desde el siglo XV, no se citaban porque los moralistas y humanistas
protestaban‖, lo que podría explicar por qué la mayoría de las cronistas no hacen alusiones a
obras literarias de este tipo. La excepción más famosa es Bernal Díaz del Castillo, como se ha
indicado en la cita inicial de esta unidad. A un veterano de guerra como éste, se supone, poco
le importaba lo que iban a pensar unos moralistas eruditos. Además, Serna anota que:
―La influencia de los libros de caballerías contribuyó a crear este ambiente de realismo mágico
en el que se desarrolla la crónica‖
Otros tipos de literatura influyeron también las crónicas de Indias, y posiblemente la mezcla
entre realidad y fantasía que uno encuentra en ellos: el curioso Libro de las maravillas del
mundo de Juan de Mandeville había sido traducido del inglés y Colón y muchos otros
disfrutaron de los relatos fantásticos de la obra. Las historias de náufragos y los libros
medievales devotos eran géneros literarios leídos tanto por conquistadores como por frailes.
Rasgos de los libros devotos aparecen en las obras de Gómara, Bernal Díaz y en las del Inca
Garcilaso, en forma de intervenciones militares de seres divinos. Y en cuanto a las historias
de náufragos, vamos a examinar no solamente la obra de Cabeza de Vaca, cuya obra incluso
se llama Naufragios, sino también la relación sobre el naufragio de Pedro Serrano, que
aparece en Comentarios Reales del Inca Garcilaso.
Los primeros cronistas están directamente asociados con el descubrimiento (en el caso de
Colón) o con la conquista (Bernal Díaz del Castillo, Cabeza de Vaca) del Nuevo Mundo. La
mayoría de estos textos toman la forma de cartas, diarios y relaciones, pero con Oviedo y
luego con Inca Garcilaso comienza a aparecer la crónica propiamente dicha.
Cristóbal Colón:
El primer cronista, el mismo Cristóbal Colón es uno de las personas más conocidas de la
historia mundial, pero no se sabe mucho sobre su vida, aparte de los cuatro viajes a América
que emprendió aunque él nunca entendió que se tratara de un nuevo continente. Hay
relaciones de todos los viajes, pero ninguno de su propia mano ha sobrevivido. La relación del
primer y tercer viaje son transcripciones de Bartolomé de Las Casas La del segundo, escribió
Pedro Mártir de Anglería en latín, y la del cuarto escribió su hijo Hernando dictándola Colón,
pero se conoce solo a través de copias.
El pensamiento medieval y la prefiguración de otro mundo (en este caso se trata de un mundo
asiático fantástico que, con la ayuda de unos libros, había imaginado) se ven con claridad en
los textos de Colón. La obra cosmográfica Imago Mundi de Pedro de Ailly, inspiró a Colón
hasta hacerle creer que había encontrado el Paraíso Terrenal, que según d‘Ailly se debía
encontrar en una región templada más allá del ecuador, cuando estuvo ante la
desembocadura del Orinoco: ―[…] creo que allí es el Paraíso Terrenal, adonde no puede llegar
nadie, salvo por voluntad divina.‖
Otro libro que uno debe mencionar, cuando de la lectura de Colón se trata, es el libro de viajes
de Marco Polo, que fue su fuente esencial sobre Asia. Polo había viajado en el continente
asiático en el siglo XIII y hasta servido al Gran Khan de China. Esta lectura, junto al deseo de
conciliar lo leído con la realidad física, explica el hecho que Colón no sólo buscó al Gran Khan
y a su pueblo, sino que también creyó entender lo que los indígenas decían: ―Los indios, […]
dicen Cariba (refiriéndose a los antropófagos) y Colón oye caniba, es decir la gente del Khan‖
Con respecto al hecho que Colón escribe que podía, entender el idioma de los indígenas
desde el primer día (incluso se queja de la mala pronunciación de los indios), se debe
reconocer que la confusión entre la realidad, la imaginación de Colón y la literatura que había
leído es muy notable.
Mostróles oro y perlas, y respondieron ciertos viejos que en un lugar que llamaron Bohío
había infinito […]. Entendió también que lejos de allí había hombres de un ojo y otros con
hocicos de perros que comían los hombres […]. (Serna, M. Pág. 137)
En este caso, la fantasía de Colón es doble. Primero, no puede entender a los indígenas así
que la conversación debe ser inventada, y segundo, los cíclopes y los hombres con hocicos
de perros mencionados son sin duda el resultado de la lectura de fábulas populares. Pero es
imposible saber si el almirante lo cree de verdad o si lo escribe con un propósito especifico.
Otros ejemplos de una mezcla entre realidad y fantasía son las islas maravillosas
mencionadas por Colón escribiendo sobre su primer viaje. Una es la isla de mujeres ―en la
cual no hay hombre ninguno‖, hecho muy improbable y posiblemente inspirado por las
leyendas de amazonas o quizá de la Odisea (recordemos la isla de Calipso). Otra isla
fantástica es una ―en que las personas no tienen ningún cabello. En ésta hay oro sin cuento‖.
El almirante habla también de una provincia llamada Auan ―adonde nace la gente con cola‖.
También aquí lo probable es que estas islas sean el resultado de la fantasía y las lecturas de
Colón. Según Serna, cuando Colón, en el cuarto viaje, describe las minas de oro y piedras
preciosas, lo hace para confirmar que se halla, en efecto, en Asia, puesto que minas como
esas son descritas en los viajes de Marco Polo por el continente asiático.
Es posible que la misma intención lo hiciera escribir sobre seres sobrenaturales e islas
maravillosas ya que ellos formaban parte de la imagen que tenían los europeos del continente
asiático. Otra razón podría ser que Colón simplemente quiso hacer su historia más digna de
ser leída y más divertida, agregando detalles fantásticos. No hubiera sido la primera vez que
alguien lo hacía. Lo que hace Colón una y otra vez es imponer un modelo literario sobre la
realidad. Identifica repetidamente los sitios que descubre con los lugares descritos por autores
antiguos y medievales. Identifica por ejemplo con las islas perlíferas de Asia, que había
descrito De Ailly las islas de la costa de Venezuela: Serna señala que en los textos de Colón.
―no es la realidad lo que importa, sino tan sólo la confirmación de lo escrito, […]. Colón
reescribe su realidad mental hecha de lecturas, testimonios, fantasías, rumores […].‖ A
propósito de los rasgos literarios: en las descripciones de la naturaleza en los textos de
Colón, podemos constatar que más tienen que ver con modelos literarios que con la realidad
física. Lo que describe en su texto es un locus amoenus (que en ésta época representaba la
forma correcta de describir la naturaleza), y poco importa el paisaje verdadero. Serna explica
que: ―La convención literaria privaba de libertad al poeta o al escritor. El paisaje, siempre
‖Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras.‖
(11 de octubre, 1492.) ‖Esta isla es bien grande y muy llana y de árboles muy verdes, y
muchas aguas […].‖(13 de octubre, 1492.) ‖[…] están huertas de árboles las más hermosas
que yo vi, e tan verdes […] y mucho agua.‖ (14 de octubre, 1492.) (Los ejemplos son los de
Serna, pág. 38)
En los dos últimos viajes sin embargo, el tono de Colón cambia radicalmente, y la amargura y
la desesperación que siente por ser tan mal recompensado por los Reyes Católicos hacen
surgir descripciones de una naturaleza cruda, fea, completamente opuestas a las del primer
viaje:
―Ojos nunca vieron la mar tan alta, fea y hecha espuma. El viento no era para ir adelante ni
daba lugar para correr hacia algún cabo‖.
No cabe duda de que Colón tenía mucha aptitud para la escritura, y el lector siente el dolor del
almirante cuando termina en estilo sencillo, franco y poético su relación de su cuarto viaje con
estas tristes palabras:
Yo estoy tan perdido como dije. Yo he llorado hasta aquí a otros. Haya misericordia ahora el
cielo y llore por mí la tierra. […] aislado en esta pena, enfermo, aguardando cada día por la
muerte y cercado de un cuento de salvajes y llenos de crueldad y enemigos nuestros, […].
Llore por mí quien tiene caridad, verdad y justicia. Yo no vine a este viaje a navegar por ganar
honra ni hacienda: esto es cierto, porque estaba ya la esperanza de todo en ello muerta. Yo
vine a Vuestras Altezas con sana intención y buen celo, y no miento.
En calidad de tesorero y alguacil, Alvar Núñez Cabeza de Vaca viajó en junio de 1527 a
Florida con el gobernador Pánfilo de Narváez y seiscientos expedicionarios. La misión de la
expedición era conquistar esta nueva tierra, descubierta 14 años antes. Sin embargo, el
proyecto fracasó por completo, y solo cuatro hombres sobrevivieron. Cabeza de Vaca fue uno
de esos hombres, y en 1542 publicó su obra titulada Naufragios, y relación de la jornada que
hizo a la Florida con el adelantado Pánfilo de Narváez, en la cual cuenta su historia de
supervivencia en la tierra salvaje de Florida, Texas y el norte de México y sus desventuras
―tan fabulosas e insólitas que el texto cobra un cariz novelesco y fantástico‖ que había vivido
durante nueve duros años. Cabeza de Vaca y unos compañeros terminaron siendo
prisioneros, esclavos y médicos de varias tribus indígenas. Queda claro el hecho que la
historia de Cabeza de Vaca tiene muchos rasgos comunes con una novela (o una película) de
Con la narración de sus hazañas podría hacerse el guión de una película de aventuras. No
faltan ninguno de los ingredientes clásicos del género: naturaleza hostil, indios feroces y
astutos, […], luchas por la tierra y el oro, un protagonista cuya figura prevalece, y hasta esa
dosis de inverosimilitud que permite la evasión. (Lacalle, C. Pág. 11)
Es la gente del mundo que más aman a sus hijos y mejor tratamiento les hacen, y cuando
acaece que a alguno se le muere el hijo, llórenle los padres y los parientes, y todo el pueblo, y
el llanto dura año cumplido, que cada día por la mañana antes que amanezca comienzan
primero a llorar los padres, y tras esto todo el pueblo; y esto hacen al mediodía y cuando
amanece; […]
Luego añade:
Otra costumbre hay, y es que cuando algún hijo o hermano muere, en la casa donde muriere,
tres meses no buscan de comer, antes se dejan morir de hambre, y los parientes y los
vecinos les proveen de lo que han de comer. […] (Serna, M. Pág. 440,441)
Sin embargo, la visión que tiene el autor de los indígenas es compleja. Lo fascinan y lo
horrorizan al mismo tiempo, le curan cuando está muriendo pero luego le tratan como un
esclavo. Esta resistencia a la simplificación nos conduce a los rasgos literarios que se halla en
los Naufragios. Según Serna, Cabeza de Vaca rompe por completo con dos mitos
establecidos por los cronistas anteriores: el mito del glorioso y indestructible conquistador
español, descrito como un héroe sacado de un libro de caballerías, y el mito del Nuevo Mundo
como únicamente una tierra de abundancia. Según ella, los Naufragios, con su realismo
despiadado, parece más a una novela picaresca que a una obra crónica historiográfica o a un
libro de caballerías:
El mito de América como tierra paradisíaca desaparece en la crónica de Cabeza de Vaca para
dar paso a una tierra vasta, indomable, inhóspita […]. El modelo épico de conquista
(representado por Cortés) se verá sustituido por la imagen de un ejército débil, vulnerable,
desorientado, agotado y destruido. El conquistador es conquistado por tribus indígenas […]. El
único objetivo de los expedicionarios será sobrevivir, como en la novela picaresca y, como en
Sin embargo, aquí el argumento de Serna parece muy débil puesto que la novela picaresca
apareció muchos años más tarde y además no se puede decir que cada libro en el que se
describe hombres débiles, pobres o agotados sea una novela picaresca. Sin embargo, con los
Naufragios estamos verdaderamente muy lejos de la imagen del conquistador indestructible
que dieron cronistas como Cortés y Gómara. Las personas en la obra sufren y mueren sin
gloria alguna, de enfermedades tropicales y trabajo durísimo. Otro aspecto notable es la
descripción de la cobardía, el egoísmo, la insubordinación y la insolidaridad de ciertos
españoles. En el capítulo X, Cabeza de Vaca y sus hombres están perdidos en medio del mar
en unos pequeños barcos, remando para salvar la vida hacia tierra firme. Un barco va más
rápido que el otro, y cuando Cabeza de Vaca manda al capitán del otro barco que les ayude a
él y a los en su barco:
Él me respondió que ya no era tiempo de mandar unos a otros, que cada uno hiciese lo que
mejor le pareciese que era para salvar la vida; […]. Y diciendo esto, se alargó con su barca,
[…]. (Serna, M. Naufragios, Capítulo X. Pág. 433
En su libro Valiente mundo nuevo, Carlos Fuentes define a Bernal Díaz del Castillo como
―Nuestro primer novelista por la descripción de las grandezas de México‖ y distingue en la
obra de éste el amor por la caracterización, el detalle, la teatralidad, la intriga y el chisme.
Díaz llegó a América hacia 1514, y en 1519 fue uno de los soldados de Hernán Cortés. Es
sobre sus experiencias personales de la expedición militar extraordinaria de Cortés que
escribe Bernal Díaz en su obra Historia verdadera de la conquista de la nueva España.
Comenzó a escribir en 1545 pero no lo terminó hasta el año 1575 cuando ya era un hombre
muy anciano, ciego y sin ―otra riqueza que dejar a (sus) hijos y descendientes, salvo esta (su)
verdadera y notable relación‖. Sin embargo, el libro no fue publicado hasta 1632, y además
existe tres manuscritos diferentes. En el título, la palabra verdadera es acentuada, y alude a
la crónica Conquista de México del humanista erudito Francisco López de Gómara, que
describe a Cortés como un héroe de un libro de caballerías, conquistando el imperio Azteca el
solo. Bernal Díaz no podía soportar estas mentiras de un hombre que ni había pisado la tierra
americana y se puso a contar los sucesos que había vivido. Pero, como en el caso del Inca
Garcilaso, uno tiene que recordar que, a pesar de la sensación de inmediatez del estilo, el
Hernán Cortés:
En 1519 gana a los aztecas. Entre 1528-1530 vuelve a la península y le es concedido el título
de Marqués del Valle de Oaxaca. Hacia 1540 regresa a Nueva España.
Sus crónicas son importantes porque cuenta paso a paso lo que ocurre en la conquista de
Nueva España: problemas, descripciones de la tierra, etc.
Las cartas de relación es una obra que consta de cinco cartas, que actualmente se
encuentran en la biblioteca Imperial de Viena:
Primera Carta: se ha perdido. Sabemos de su existencia por referencias. Parece que fue
escrita en 1519 en Veracruz.
Segunda Carta: escrita en 1520 e impresa en Sevilla en 1522. fue traducida al latín en 1524.
lleva, adjunto, un plano de la ciudad de México que dibujó él mismo. En esta carta se
describen las maravillas del lugar conquistado.
Tercera Carta: escrita en 1522 e impresa en 1523. cuenta cómo ha sido la conquista de
México (el avance de las tropas españolas hacia la capital, el asedio y la caída de
Tenochtitlán) y la intención de extender la conquista.
Cuarta Carta: escrita en 1524 e impresa en 1525. Es la organización y crecimiento del nuevo
estado.
Quinta Carta: escrita en 1526. Trata de la expedición a Honduras y posterior llegada a México.
A Hernán Cortés le llena de admiración esa realidad que ha encontrado. Al contrario que a
sus compañeros de conquista, esa admiración no es tanto por la naturaleza, sino por el
hombre y su hábitat en sociedad.
Es el símbolo del cronista que va a evangelizar esas tierras. Juega un papel histórico
importante: es, a la vez, actor y testigo de las hazañas españolas en el Nuevo Mundo. Será el
defensor de los indios. Toda su vida fue una continua lucha para tratar de mejorar la forma de
vida indígena, quienes estaban mal tratados por los españoles. Nace en Sevilla, en 1484 (o
1474, según que manual utilicemos, veremos una fecha u otra de nacimiento) en el seno de
familia de mercaderes. Hacia 1500 viaja a Nuevo mundo y está allí en el comienzo de la
explotación de la isla La Española. Va viendo el aniquilamiento de indígenas que viene dado
por el trabajo, al que los indígenas no están acostumbrados y por las enfermedades a las que
los indígenas no estaban inmunizados. En 1510 existen ya las Leyes de Burgos, con buenas
intenciones, pero no consiguen terminar con el sistema casi feudal que existía allí. De hecho,
Fray Bartolomé tuvo su repartimiento de indígenas, a los que no trató nunca mal.
En 1513 estaba en Cuba y presenció la matanza de Caonao; ante esto, reaccionó con fuerza
porque entendió que el sistema era esclavista y, como tal, injusto. En 1514 renuncia a su
repartimiento de indígenas y regresa a España para hablar con el rey, Fernando El Católico,
para promulgar unas leyes nuevas, ya que las de Burgos no eran suficientes. De hecho habla
con el Cardenal Cisneros e intenta que se supriman los repartimientos de indios.
En 1544 regresa a La Española como obispo. Se encuentra con el rechazo de todos los
españoles que estaban allí; con resistencia imposible de controlar, e incluso desde la
península, donde se vuelven a establecer las encomiendas. Durante unos años, Fray
Bartolomé está aislado, decepcionado. En 1547 vuelve a la península para volver a hablar con
la corte. Escribe poniéndose al servicio de los indígenas. Tanto la Historia general de las
Indias como Apologética Historia no fueron editadas hasta el siglo XIX.
Historia general de las Indias: ofrece una de las grandes historias de la conquista escritas en
el siglo XVI ya que se basa no solo en su experiencia (característica principal de las crónicas)
sino en documentos que conoce de primera mano, como el diario de Colón. Recoge la historia
del descubrimiento hasta 1520, donde destacan dos figuras: colón y Fray Bartolomé. La obra
está dividida en tres libros y se comenzó a escribir en La Española, pero se terminó en la
península. El prólogo se escribió en 1552 y los dos primeros libros están dedicados a Colón
(considera la misión de Colón querida por la providencia divina para descubrir el Nuevo
Mundo). El tercer libro trata sobre él mismo, en su época de clérigo hasta su entrada en la
orden dominica. Aquí hay datos biográficos gracias a los cuales conocemos su evolución con
respecto a los problemas del Nuevo Mundo.
Esta obra es importante porque en ella se denuncian los abusos cometidos por parte de los
conquistadores y las consecuencias negativas que ello tuvo para los indígenas. Además, todo
está descrito con un tinte trágico.
Brevísima relación de la destrucción de las Indias: al contrario que las otras obras, sí fue
editada en su momento, en Sevilla en 1552. En un principio estaba destinada a la mejora de
las condiciones indígenas y sirvió a los enemigos de la corona española para extender la
leyenda negra española. Es una crónica atroz, donde se describen barbaridades cometidas en
Hispanoamérica. Tuvo su proyección europea: en la edición alemana de 1597 aparecían
láminas donde se representaban escenas macabras hechas por españoles con al finalidad de
que, aquel que no supiera leer, por lo menos que conociera la historia. En esta crónica están
descritos unos atropellos contra los indígenas. Hay una clara diferenciación entre los
indígenas (que representan el bien) y los españoles (que representan el mal). La comienza a
escribir entre 1542-1543 y hasta que la edite irá añadiendo párrafos, sobre todo del
incumplimiento de las leyes por parte de los españoles. Está dedicado a Felipe II, algo
corriente en la época, ya que esperaba el apoyo del príncipe. Tiene una estructura sencilla y,
a pesar del título, es una larga sucesión de acciones (matanzas, destrucciones, barbaridades,
etc.) que se hacen en la primera mitad del siglo de conquista en el nuevo territorio. Lleva un
orden geográfico que se corresponde, más o menos, con la cronología de la conquista.
Con esta obra, Fray Bartolomé será el precursor de la literatura indianista (llamada así en el
siglo XIX) e indigenista (en el siglo XX). Marca el camino que seguirán otros ante la injusticia
de la situación inhumana de los indígenas en la sociedad.
Así como Cristóbal Colón y Hernán Cortes simbolizaban a los cronistas conquistadores y Fray
Bartolomé de las Casas al cronista sacerdote, Garcilaso de la Vega, el Inca, representa el
cronista soldado. También simboliza el Nuevo Mundo ya que es donde nace. Nace en Cuzco
en 1539 y por sus peculiaridades se convierte en el símbolo de la sociedad del Nuevo Mundo.
Su padre era un capitán español y su madre era una princesa inca nieta del antepenúltimo
emperador inca. Sebastián Garcilaso de la Vega, el padre del cronista, llega a América en las
primeras décadas del siglo XVI y fue enviado a Perú. En un primer momento comienza a
conspirar y llega a montar la primera guerra civil del virreinato de Perú, donde toma parte.
Esto le acarrea problemas con Pizarro y con la corona española.
Tras mantener una relación con la princesa inca Isabel, el padre del cronista abandona a su
madre y se casa con una española de la aristocracia instalada en Perú. Por su parte, su
madre se casa con un soldad español de clase más humilde. Esto influye en la vida y obra del
inca ya que, por la diferente cultura de sus padres, conocerá tanto la cultura indígena como la
española a la perfección.
Los doce primeros años de su vida los pasa junto a sus padres en un ambiente noble. Hubo
guerras civiles y vivió en un ambiente quechuizante. En esta etapa está en contacto con la
cultura y el mundo indígena ya que no deja de convivir con la familia materna a pesar de vivir
en el ambiente noble.
Después vivirá con su padre y se mezcla en la sociedad hispana de Cuzco, formada por la
primera generación de mestizos y criollos. Aquí se fue "españolizando"; además, aprende
humanidades y el manejo de las armas. Se prepara para lo que vivirá posteriormente.
Hacia 1560 su padre muere y el inca viaja a la península para instalarse en Montilla. Una de
sus intenciones es conseguir alguna renta por parte del consejo de indias, pero sus intentos
son nulos hasta que participa como soldado en la guerra de las Alpujarras y consigue una
"conducta de capitán".
A finales del siglo XVI se instala en Córdoba. Son unos años relajados ya que recibe una
herencia a la muerte de sus tíos. Aquí comienza a escribir lo que había preparado en Montilla.
Muere en Córdoba, en 1616 (en la mezquita de Córdoba está su tumba).
Una de las características de la obra de Garcilaso es el largo período que pasa entre cuando
las escribe y cuando las imprime (algunas ni siquiera se imprimieron en vida del cronista).
En 1593 termina la Introducción de la Historia del adelantado Hernando de Soto, que no será
impresa hasta 1605.
- Comentarios Reales: En 1596 tiene avanzada esta crónica, cuyo verdadero título es Primera
parte de los comentarios reales de los incas. A pesar de la fecha, no fue publicada hasta
1609, en Lisboa.
Gracias a esta obra sabemos que el inca es una verdadera autoridad en el pasado incaico,
por eso se explica el estilo de su crónica, que son cuentos (como hará después Miguel Ángel
Asturias) debido a que conoce el pasado por las leyendas incaicas que le han contado.
Aquí se nos presenta la historia y civilización incaica y, a través de sus nueve libros, la llegada
de los españoles. Intenta destacar que el pasado inca es glorioso; así nos encontramos con
un proceso histórico del incanato. Cada uno de los nueve libros está dedicado a una parte del
incanato (la corte del inca, la sociedad, etc.). El tema está concretado. Se puede decir que se
evoca al pasado y recuerda lo que ha vivido y le han contado describiéndonos el drama que
alcanzó al pueblo inca. Constituye una apología de los incas.
Igual que Bernal escribe contra ciertas crónicas, Garcilaso de la Vega también escribe contra
las crónicas que se empeñan en demostrar la fiereza de los incas.
- Historia general del Perú: comenzada en 1609, se concibe como Segunda parte de los
comentarios reales de los incas. También fue publicada más tarde, en 1617.
Sigue el mismo esquema que los Comentarios Reales: cuenta las campañas españolas,
llegadas de España a Perú, las guerras civiles entre los diferentes bandos y la instauración del
coloniaje hispano. La historia llega hasta 1569, cuando fue virrey Francisco de Toledo.
Tanto los Comentarios Reales como la Historia general del Perú se entienden como un todo
porque en los Comentarios Reales de lo que se nos habla es del honor y la nobleza del inca y
en la Historia general del Perú se demuestra el honor de su sangre española.
Escribe estas crónicas porque cuando le negaron los favores al llegar a España y lo llamaron
"hijo de traidor" se siente con la obligación de dignificar su condición de mestizo y reivindicar
el honor y la honra que le habían negado.
No podemos cerrar el siglo XVI, cuando se concreta la conquista del nuevo mundo, sin hacer
referencia a la Araucana de Alonso Ercilla y Zúñiga, sin duda uno de los ejemplos más
acabados de la poesía épica en las Indias.
El siglo XVII, marco otros derroteros porque, aunque siguió imperando el represivo ambiente
religioso, las grandes ciudades del continente se convirtieron en ―centros de lujo y
ostentación‖. Comenzó a surgir una cultura más autóctona o, por lo menos las corrientes
llegadas del viejo mundo, ya no se aceptaban a ciegas. Así, el barroco adquirió características
propias y se transformó. La ostentación llevó a la construcción de muchas y monumentales
catedrales cuyos ejemplos más acabados se hallan en México. En escultura y pintura los
temas continuaron siendo religiosos. De finales del siglo XVI y XVII es la pintura cuzqueña
que desarrolló un estilo popular anónimo y es una de las formas más acabadas de la cultura
mestiza. En las letras se destacaron Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos Sigüenza y Góngora.
El siglo XVIII fue el siglo de las luces en Europa y la centuria pre independentista en América.
Ya por entonces los criollos cultivados, poderosos económicamente e influyente socialmente,
comenzaron a exigir mayor participación en el gobierno de sus países. Surgió claramente la
conciencia ―de un destino separado de España‖. Este proceso se aceleró con la expulsión de
los jesuitas en 1767 quienes, eran los educadores por excelencia y los misioneros más
activos, como es natural la orden se convirtió en enemiga de España y, gracias a una
abundante literatura desde el exilio que atacaba al gobierno colonial, se transformó en
precursora de la independencia. A ello hay que agregar que, a pesar de las medidas tomadas
por la corona para limitar la introducción de las ideas ilustradas, en América se leían las obras
de Rousseau y Voltaire. A finales del siglo el tipo de literatura más leído en el nuevo mundo
era el pasquín, el libelo, y el periódico que reflejaban el grado de inconformidad y plasmaban
Los conceptos filosóficos no se expresan siempre, por ser considerados por el poder como
demasiado abstractos, pero siempre están en el trasfondo del discurso político que traduce la
ideología. El discurso político tiene como objetivo el convencer a la gente de lo bueno que es
el poder. En cuanto a la religión, el poder la utiliza o no, según sus intereses. La situación de
este pensar religioso ofrece muy diferentes aspectos según los grupos sociales, Puede
b) El grupo criollo, que se sentía con aptitudes y capacidades para gobernar y no podía. En la
práctica, se le vedaba el acceso a los puestos de responsabilidad. Volcó sus actividades hacia
el comercio (futura burguesía) o hacia lo intelectual. Para escapar a la dominación del primer
grupo, procuraron los criollos mostrar su superioridad adquiriendo una formación intelectual
esmerada. Este deseo de independizarse les llevó a viajan a leer, y, con esto, a recibir una
formación que el poder no dejaba circular libremente: las ideas de la Ilustración y, en lo
e) El grupo mayoritario en cuanto a número era el que tenía que aguantar a los otros y se
sabe muy poco de su pensar. Este grupo se componía de una multitud de castas, eran sus
miembros sobre todo peones (agrícolas o mineros) o criados. Formaban una gran masa en su
inmensa mayoría analfabeta que aguantaba la situación hasta más no poder. Sólo pudo
estallar su descontento cuando, en algunas circunstancias recibieron información suficiente
que les permitió tomar conciencia—momentáneamente— de su situación y se desahogaron
en diversas ocasiones (Grito de Dolores, Querétaro, Guanajuato). Este desacuerdo no se
manifestó siempre por falta de medios de expresión. En este contexto descrito rápidamente,
hay que situar al escritor criollo José Joaquín Fernández de Lizardi. Como criollo, había
recibido una formación intelectual (frecuentó el Colegio San Ildefonso) y pudo, a partir de su
saber adquirido y de las informaciones extra-oficiales que recibió, transmitir una visión del
mundo anxiógena para el poder y sus seguidores, tranquilizadora para los de su grupo.
Periquillo Sarniento es una obra significativa que pone de relieve que:
a) el pensar oficial está presente pero no aceptado en su totalidad (lo que dice el padre de
Periquillo del joven noble que mató a un titiritero o lo que dice don Antonio de la Justicia). Para
esto, Lizardi adopta parcialmente la fórmula de la novela picaresca. Este relato en forma de
autobiografía permite la movilidad social del héroe y a través de sus aventuras se puede
criticar lo que se ve.
b) un pensar anxiógeno se manifiesta esencialmente en la tercera parte: la esclavitud, la isla
comparada con la sociedad mexicana, que sale mal parada. Estos trozos son los que le
valieron problemas con la censura a Lizardi.
La ideología que recoge el autor, a través de su narración es significativa del pensar criollo y
claro está, la estructura de la novela revela este criollismo: adopta formas de la picaresca pero
sólo las que convienen al propósito reformador del autor. Por ejemplo, utiliza la autobiografía,
pero en vez de una estructura abierta, la cierra; el honor no es el de la picaresca, etc.
Si se analizaran detalladamente algunos trozos de la novela de Lizardi, se podría ver que:
a) Las fuentes de información de Lizardi pertenecen en gran parte al mundo occidental
clásico, ya que, así, todos podían aceptar su autoridad.
b) Otras fuentes venían de Francia, Inglaterra, a veces a través de la traducción española y
servían para informar un pensamiento heterodoxo, para no decir herético.
No se puede hablar, a propósito de El Periquillo Sarniento de novela picaresca propiamente
dicha, entonces, hay que buscar otro término, y para esto, podemos emplear o criollismo que
más bien se refiere a una situación histórica determinada, o de lépero que alude al personaje.
En todo caso, cualquiera de los dos resultaría mejor y más adaptado que el de picaresca. En
conclusión, podemos decir que El Periquillo Sarniento representa un ejemplo de la actitud
creadora que nace de la disconformidad, tal como se definió al principio.
Pero no por eso juzgue ninguno que yo lo retrato; hagan cuenta en hora buena que no ha
pasado nada de cuanto digo, y que todo es ficción de mi fantasía; yo les perdonaré de buena
gana el que duden de mi verdad, con tal que no me calumnien de un satírico mordaz. Si se
Así, pues, no hay que pensar que cuanto hablo de algún vicio retrato a persona alguna, ni aun
con el pensamiento, porque el único que tengo es de que deteste el tal vicio la persona que lo
tenga, sea cual fuere, y hasta aquí nada le hallo a esta práctica ni a este deseo de
reprensible. Mucho menos que no escribo para todos, sino sólo para mis hijos, que son los
que más me interesan, y a quienes tengo obligación de enseñar.
Pero aun cuando todo el mundo lea mi obra, nadie tiene que mosquearse cuando vea pintado
el vicio que comete, ni atribuir entonces a malicia mía lo que en la realidad es perversidad
suya, (…).
En fin, tengo un consuelo, y es que mis escritos precisamente agradarán a mis hijos, para
quienes, en primer lugar, los trabajé, si a los demás no les acomodare, sentiré que la obra no
corresponda a mis deseos, pudiendo decir a cada uno de mis lectores lo que Ovidio a su
amigo Pisón: ―Si mis escritos no merecen tu alabanza, a lo menos yo quise que fueran dignos
de ella. De esta buena intención me lisonjeo, que no de mi obra‖.
Cuando escribo mi vida, es sólo con la sana intención de que mis hijos se instruyan en las
materias que les hablo.
No quisiera que salieran estos cuadernos de sus manos, y así se los encargo; pero como no
sé si me obedecerán, ni se les antojará andar prestándolos a éste y al otro, me veo precisado
(para que no anden royendo mis podridos huesos, ni levantándome falsos testimonios) a
hacer yo mismo, y sin fiarme de nadie, una especie de Prólogo; porque los prólogos son
tapaboca de los necios y maliciosos, y al mismo tiempo son, como dijo no sé quién, unos
remedios anticipados de libros, y en virtud de esto digo: que esta obrita no es para los sabios,
porque éstos no necesitan de mis pobres lecciones; pero sí puede ser útil para algunos
muchachos que carezcan, tal vez, de mejores obras en que aprender. O también para algunos
jóvenes (o no jóvenes) que sean amigos de leer novelitas y comedias; y como pueden
faltarles o no tenerlas a mano algún día, no dejarán de entretenerse y pasar el rato con la
lectura de mi vida descarriada.
En ella presento a mis hijos de los escollos en donde más frecuentemente se estrella la
mocedad cuando no se sabe dirigir o desprecia los avisos de los pilotos experimentados.
Si les manifiesto mis vicios no es por lisonjearme de haberles contraído, sino por enseñarles a
que los huyan pintándoles su deformidad; y del mismo modo, cuando les refiero tal o cual
acción buena que he practicado, no es por granjearme su aplauso sino por enamorarlos de la
virtud.
No es exagerado decir que para este conjunto de humanistas, la literatura fue una necesidad,
a juzgar por la frecuencia del quehacer y la talla de los hacedores. Las temáticas y principales
motivaciones se vinculaban a la política, a la docencia, y a la divulgación literaria. La creación
de periódicos, boletines literarios, editoriales y universidades constituye también una seria
motivación para la actividad literaria.
Los primeros cuentos aparecen en la revista Miscelánea que editaba José María Heredia
En Miscelánea aparecen la serie de "Cuentos orientales" y otros más Estos cuentos no
pueden considerarse como los primeros cuentos hispanoamericanos porque no fueron
escritos por Heredia, sino traducidos y compilados por él.
En "El matadero" de Esteban Echeverría, da paso a la crítica política del régimen del dictador
Rosas. El tema de "El matadero" es el conflicto entre unitarios y federales o entre civilización y
barbarie La barbarie en este cuento, se dramatiza al final en la muerte del unitario que
revienta de indignación.
Las ideas centrales de este tiempo en las colonias fueron muy similares a las ideas
prevalentes en Europa. Primero, los cuentos se enfocan en la rebelión contra regulaciones, y
defienden la evolución y la expansión. Segundo, se concentran en la belleza de la naturaleza
indómita y dan prioridad al corazón. Halstead sostiene que los Románticos sentían que, ―El
corazón tiene razón que la lógica no comprende‖. Para ellos el corazón fue la fuente de
información y sabiduría y en vez de centrarse en lo lógico, exaltaban el instinto, de manera
que el análisis racional destruye la experiencia de la sensación. En tercer lugar, el
romanticismo desarrolla un gusto especial por lo exótico, por lo diferente y lejano.
Un cuento que ejemplifica estas ideas perfectamente es el cuento del amor imposible, ―Amor
Secreto‖ por Manuel Payno (México, 1810-1894). Este cuentista mexicano narra una breve
historia entre dos personajes centrales, Alfredo, un hombre pobre, y Carolina, una mujer rica.
Payno no nos cuenta una larga historia recargada de dialogo, sino que este cuento es más
como una narración de lo que ya sucedió al pobre Alfredo para que podamos aprender de
esta situación. Y para demostrar esta lucha romántica, Payno desarrolla un protagonista
romántico que no piensa en lo racional. A todo lo largo del cuento el narrador recuerda el tono
de Alfredo como todo ―sentimental‖. Payno describe con mucho detalle el proceso de su
corazón.
Los protagonistas románticos se caracterizan por querer escapar de algo y abrazar algo
nuevo, diferente. Alfredo es un protagonista verdaderamente romántico en la medida en que
sigue e intenta cumplir con su corazón en vez de lo que sabe que es aceptable socialmente.
No escucha a su mente, a las reglas de la sociedad. Con referencia a Carolina dice que ―La
amé en el mismo momento‖ en que la vio. Su amor no es una cosa racional. Payno muestra la
idea de un amor imposible a la misma vez que un rechazo de la clase alta.
Otro cuento que también tiene que ver con la lucha entre clases diferentes y las reglas de la
sociedad es mi segundo ejemplo, ―Rosa‖ por José Victorino Lastarria (Chile 1817-1888).
Como el otro ejemplo, se caracteriza por el conflicto histórico y personal a la vez. Pero esta
vez no es sólo de una persona sin el reconocimiento de la otra. Este cuento se trata de un
Esteban Echeverría:
Nació en La ciudad de Buenos Aires el 2 de septiembre de 1805. Era hijo de la argentina doña
María Espinosa y del vasco español José Domingo Echeverría. A
temprana edad perdió a su padre y fue iniciado en sus primeras
letras por su madre y comenzó la escuela primaria, pero al perder a
ésta, quien falleció en 1822, hizo que, huérfano, comenzara una
vida adolescente de joven mujeriego y guitarrero, lo que agravó
ciertos problemas cardíacos que lo aquejaban. Esto lo obligó a
cambiar de vida y asentarse. Ingresó en el Departamento de
Estudios Preparatoria de la Universidad y en la Escuela de Dibujo
de la misma, a la vez que comienza a trabajar como dependiente
en la fuerte casa comercial Lezica Hermanos. Resolvió a los 20
años completar su educación en Europa. Esa ausencia de la patria
(1825-1830) le fue provechosa; en París se interesó por las Letras,
se familiarizó con las tendencias literarias ideológicas de la época, y estudió con afán
ejemplar, logrando una sólida cultura. En junio de 1830, regresó a Buenos Aires, e introdujo
en la zona del Río de la Plata el romanticismo literario, participó activamente en las reuniones
de los Salones Literarios y logró una renovación. Publicó sus primeros versos en periódicos
porteños, en 1831, y al año siguiente, en 1832, editó en forma de folleto, "Elvira o la Novia del
Plata" considerada la primera obra romántica en lengua castellana. Posteriormente publicó
"Los Consuelos", (1834) y sus "Rimas" (1837), donde se incluye su obra más importante en
verso: "La Cautiva".
En 1837 participó activamente en el Salón Literario en la librería de don Marco Sastre. Juan
Manuel de Rosas ordenó la clausura del Salón, y Echeverría funda una sociedad secreta, la
Asociación de Mayo, alrededor de 1838. Y publicó las ideas de su generación en el "Credo de
esta Asociación", y que servirán de base para la publicación posterior de "El Dogma
Socialista" en 1846.En este tiempo (1839) Echeverría residía en su estancia "Los Talas",
cerca de Luján. Pero los problemas políticos y las persecuciones a los "unitarios" por parte de
los "federales" en la época de Rosas, hicieron que emigrara a Montevideo a finales de 1840,
adonde vivió dedicado a la literatura hasta su muerte, ocurrida en 1851.Esteban Echeverría
El Matadero (fragmento)
"La perspectiva del matadero a la distancia era grotesca, llena de animación. Cuarenta y
nueve reses estaban tendidas sobre sus cueros y cerca de doscientas personas hollaban
aquel suelo de lodo regado con la sangre de sus arterias. En torno de cada res resaltaba un
grupo de figuras humanas de tez y raza distinta. La figura más prominente de cada grupo era
el carnicero con el cuchillo en mano, brazo y pechos desnudos, cabello largo y revuelto,
camisa y chiripá y rostro embadurnado de sangre. A sus espaldas se rebullían caracoleando y
siguiendo los movimientos, una comparsa de muchachos, de negras y mulatas achuradoras,
cuya fealdad trasuntaba las arpías de la fábula, y entremezclados con ellas algunos enormes
mastines, olfateaban, gruñían o se daban de tarascones por la presa. Cuarenta y tantas
carretas toldadas con negruzco y pelado cuero se escalonaban irregularmente a lo largo de la
playa y algunos jinetes con el poncho calado y el lazo prendido al tiento cruzaban por entre
ellas al tranco o reclinados sobre el pescuezo de los caballos echaban ojo indolente sobre uno
de aquellos animados grupos, al paso que más arriba, en el aire, un enjambre de gaviotas
blanquiazules que habían vuelto de la emigración al olor de carne, revoloteaban cubriendo
con su disonante graznido todos lo ruidos y voces del matadero y proyectando una sombra
clara sobre aquel campo de horrible carnicería. Esto se notaba al principio de la matanza."
(...)
"Hacia otra parte, entretanto, dos africanas llevaban arrastrando las entrañas de un animal;
allá una mulata se alejaba con un ovillo de tripas y resbalando de repente sobre un charco de
sangre, caía a plomo, cubriendo con su cuerpo la codiciada presa. Acullá se veían
acurrucadas en hilera cuatrocientas negras destejiendo sobre las faldas el ovillo y arrancando
uno a uno los cebitos que el avaro cuchillo del carnicero había dejado en la tripa como
rezagados, al paso que otras vaciaban panzas y vejigas y las henchían de aire de sus
pulmones para depositar en ellas, luego de secas, la achura."
Esteban
Echeverría
(Escrito en 1839;
publicado por
primera vez,
postmortem, en
1871)
En la Revista Científica y Literaria de México dio a conocer parcialmente su novela El fistol del
diablo (1844-46), publicada posteriormente (México, 1859). Con El fistol del diablo, Payno
señala el principio de la novela romántica de folletín. En 1861 escribe El hombre de la
situación, cuadro de las costumbres virreinales del siglo XVIII y principios del XIX.
Los bandidos de Río Frío, la novela más famosa de Payno, fue escrita en España entre 1888
y 1891 bajo el seudónimo de ―Un ingenio de la corte‖. Producto tardío de las novelas por
entregas, es la pintura de todas las capas sociales de México en la primera mitad del siglo
XIX, importante por la riqueza de conjunto y su profundo mexicanismo.
4.- La frase: ―Si mis escritos no merecen tu alabanza, a lo menos yo quise que fueran dignos
de ella. De esta buena intención me lisonjeo, que no de mi obra‖. Se refiere a:
a) Un reconocimiento por el valor de lo escrito
5.- La frase: ―Nadie tiene que mosquearse cuando vea pintado el vicio que comete‖. Se refiere
a:
a) Que a veces nos sentimos culpables.
b) No debemos perder la calma o si sentimos criticados.
c) Que nadie debe sentirse una mosca en la sopa.
d) Que algunas personas se sienten mal por ser criticadas.
e) Que las personas son viciosas en general.
6.- En la frase: ―En ella presento a mis hijos muchos de los escollos en donde más
frecuentemente se estrella la mocedad cuando no se sabe dirigir o despreciar los avisos de
los pilotos experimentados‖. Los antónimos de las palabras en negritas son:
a) Obstáculos-juventud
b) Pericias-madurez
c) Huecos-destreza
d) Problemas-senectud
e) Tropiezos-pubertad
Explique que es una ―Crónica de Indias‖ y donde cree Ud. Que deben ser clasificadas.
(Historia, literatura)¿Por qué?
¿Cuáles son las diferencias entre ―El Matadero‖ de Esteban Echeverría y ―El Periquillo de
Sarniento‖ de José Joaquín Fernández de Lizardi?
6. Lea ―Amor secreto‖ de Manuel Payno, y descubra el contexto en que fue escrita la obra, el
tema y la intención de la misma.
7. Lea ―Rosa‖ de José Victorino Lastarria, e investigue el porqué de las faltas ortográficas en
la misma.
¿Cuál de las opciones describe más acertadamente las actividades religiosas en la vida de los
indígenas en el siglo XVI?
a) Los religiosos ejercían un gran control en todos los niveles de la organización social de los
pueblos indígenas.
b) La influencia de los religiosos era notable sólo en el ámbito político.
c) Los frailes se mantuvieron al margen en los pleitos de sucesiones, herencias y tutorías de
huérfanos entre los indígenas.
d) La relación de los frailes con los indios se circunscribió solamente a su labor
evangelizadora.
¿En cuál de las opciones se describe más acertadamente de la actitud de los religiosos en el
trato de los indígenas en el siglo XVI?
a) Los frailes crearon en cada pueblo una caja de comunidad de la que se pagaban los gastos
generales de la orden.
b) Los frailes crearon junto a los conventos escuelas en donde todos los niños y adultos
recibían instrucción a la usanza española.
c) Algunos religiosos en sus actividades desarrollaron un profundo paternalismo hacia los
indios.
d) Los religiosos en su enseñanza a los indígenas evitaron que conociera nuevas técnicas
agrícolas y el cultivo de otras materias.
Habría que comenzar diciendo que el poblamiento de América se inicia 35.000 años antes de
nuestra era, aproximadamente, causado por hordas que cruzaron el estrecho de Bering. En
Centroamérica las primeras civilizaciones datan de cerca del 1.500 a.C. y los pueblos más
representativos de éstas fueron los que conformaron los imperios Maya y Azteca.
Civilizaciones de gran complejidad social y sentido religioso que practicaron una escritura
jeroglífica. En cuanto a su alimentación, el cultivo del maíz fue de vital importancia. Más al sur,
en la zona andina, destacó el imperio Inca cuyo régimen político era una especie de
comunismo de Estado. Estos llegaron a extender sus dominios hasta el río Maule donde
fueron detenidos por los Mapuche, pueblo que resistió la presencia de los españoles durante
tres siglos. La historia de esta epopeya quedó testimoniada en el poema épico de Don Alonso
de Ercilla y Zúñiga: "La Araucana".
Para este breve recorrido por la poesía precolombina nos basaremos fundamentalmente en
las culturas azteca, maya, e inca, siendo la idea resaltar aspectos que, si bien pueden resultar
generales, acerquen al lector, de algún modo, a la literatura
practicada por nuestros antepasados más cercanos,
permitiéndonos, a la vez, una especie de reencuentro con
nuestras raíces prehispánicas.
Ubicación de los
Mayas, Aztecas e
Incas en
Latinoamérica.
Los aztecas en el siglo XIII, alcanzan una situación hegemónica dentro de México dominando
a los aborígenes vecinos. En el siglo XV los aztecas dominan el valle de México; en el poder
estaba Moctezuma; los Mayas se hallaban en total decadencia; los incas se encuentran en el
momento de florecimiento del imperio. Los arqueólogos y los paleontólogos están de acuerdo
en que los amerindios llegaron de otra parte y se establecieron en el continente americano.
No existen en América vestigios de seres humanos primitivos de dónde hubiera podido
proceder la población indígena, y por ello se supone que los primeros pobladores pasaron de
Asia a América, probablemente por el estrecho de Bering.
Esta inmigración comenzó al parecer, terminados los períodos glaciares. Los inmigrantes
pertenecían sin duda a la etnia mongólica, y por consiguiente, los indios primitivos de
América estarían emparentados con los chinos. Los inmigrantes ocuparon América del norte,
luego el centro y por último el sur. Eran cazadores y en su existencia nómada iban de unas
comarcas a otras en busca de plantas comestibles y de caza. Se ignora cómo ni cuándo
comenzaron a cultivar el maíz, único cereal que conocían. La aparición de la agricultura puso
fin al nomadismo y cimentó estructuras sociales más perfeccionadas, empezando a
destacarse manifestaciones culturales.
Los Aztecas: en México no ha podido descubrirse su cultura más remota, pero se ha podido
delimitar un período muy primitivo que ha recibido el nombre de "época arcaica". En los
primeros siglos antes de nuestra era, florecía una población que cultivaba el maíz: los
Olmecas, que eran hábiles escultores. En el siglo X de nuestra era, los habitantes de las altas
mesetas fueron materialmente desbordados por una poderosa invasión de toltecas, que
crearon un imperio tan notable como el del pueblo vecino. En el siglo XIII de nuestra era, los
aztecas se establecieron en el centro de México.
Luego de vencer a pueblos antecesores, los aztecas fundaron sobre unos islotes del lago
Texcoco, una ciudad llamada Tenochtitlán, "la ciudad de la rosa-cacto", según la tradición
hacia 1325. Hasta el siglo XV no tuvieron gran importancia como comunidad histórica, pero
en éste siglo pactan alianzas con otros pueblos a los que pronto sometieron y llegaron a
dominar gran parte de lo que hoy es México. Las tribus anexionadas conservaron su
autonomía, si bien pagando tributo a Tenochtitlán.
En el siglo XV, los aztecas poseían una poesía lírica y épica ampliamente desarrollada. Se
han conservado algunas piezas de su lengua aborigen: el náhuatl, entre los que se hallan los
cantos atribuidos a Netzahualcoyotl, rey de Texcoco y los Himnos Sacros de los nahuas, que
un misionero recogía de los nativos poco después de la llegada de los españoles.
Un año más tarde Cuauhtémoc, último emperador azteca, entregaba los restos humeantes de
Tenochtitlán, la ciudad imperial, centro de una civilización segada en mitad de su evolución.
Desaparece una cultura de la cual quedan pocos testimonios, entre ellos los de sus
destructores y de algunos indígenas que cuentan la tragedia de su pueblo aniquilado.
Los aztecas fueron un pueblo que tomó muchos elementos culturales de los Olmecas
(mencionados anteriormente); de los Zapotecas, que poseían un sistema de escritura que
grabaron en pergaminos y piedra. De los Mixtecas, de los cuales se conservan códices
pintados sobre piel de animales y de los Teotihuacanes cuyo legado religioso fue profundo.
Fueron politeístas con un marcado antropomorfismo. En el aspecto lingüístico no
pronunciaban la b, g, r y s. Usaban mucho los sonidos p, c, l y x, predominando el tl. Los
poetas en esta cultura poseían un elevado rango que los ponía a la par con sacerdotes,
nobles y príncipes. Algunos nombres que se conservan son los de Netzahualcoyotl,
Tlacahuepan, Tozcuatectli y Tlatecatzin, entre otros. La mayor parte de la poesía azteca o
Náhualtl es anónima y priman los poemas de corte místico donde la relación con la divinidad
prevalece, tal como se expresa en este fragmento: "Y decían que a los primeros hombres/ que
dios los hizo, los forjó de ceniza./ Eso lo atribuían a Quetzalcóatl, cuyo signo es el viento" (...)
"Se cimentó luego el tercer Sol. Su signo era lluvia" (...) "Y decían que en él llovieron las
pedrezuelas que vemos,/ que hirvió la piedra tezontle/ y que entonces se enrojecieron los
peñascos", perteneciente al texto "Rito de los cinco Soles". Otro poema importante se titula
"Poema de Quetzalcóatl y el nacimiento de Huitzilopochtli". Vale destacar unos singulares
concursos de poesía llamados Huehuetitlan donde participaban los caudillos y guerreros.
Estos fueron recogidos luego en los Cantares Mexicanos.
En un poema festivo, "Canto de Chalco" donde se eleva la figura del vate, se canta: "¡Oh!,
llegaron las flores,/ las flores en primavera:/ bañadas de sol están las múltiples flores;/ son tu
corazón, tu cuerpo, ¡oh dador de la vida". Los aztecas practicaron los sacrificios humanos y
mantuvieron un permanente estado de guerra con sus vecinos, lo que también quedó
reflejado en su poesía: "¿Qué estáis pensando, príncipes de Huexotzinco?/ Fijad la vista en
Acolhuacan, / la tierra arrasada, como sementera de Huexotla/ de Itztapalocan. / ¡reina la
noche en la ciudad!" (...) "¿Por qué motivo nos aborrece Tezozomoctzin?/ ¡Acaso muerte nos
prepara y guerra quiere!/ ¡Ya está tendida la batalla en Acolhuacan!/ Aunque afligidos, damos
Teotihuacá
Tenochtitlán
Anónimo de Chalco.
Cantares mexicanos
Mi poema
Totoquihuatzin,
rey de Tlacopan
(principios del siglo XVI)
Yo perforo esmeraldas,
yo oro estoy fundiendo:
¡Es mi canto!
En hilo ensarto ricas esmeraldas:
¡Es mi canto!
Tochihuitzin,
señor de Mexicaltzinco
(entre 1510-1520)
Cantares mexicanos
Kuicatl anyolke
Kuicatl anyolke,
Cual un canto habéis vivido,
xochitl ankueponke,
cual una flor habéis brotado,
antepilwan,
oh príncipes.
ni zakatimaltzin, in Tochiwitzin,
Yo soy Tochihuitzin que dejé la grama:
ompa ye witze
¡aquí va el sartal de mis flores!
xochimecatl.
Cantares mexicanos
El colibrí florido
Cantares mexicanos
Cantares mexicanos
De Tenochtitlan,
con ocasión de la muerte del príncipe Tlacahuepan (1493-98)
Cantares mexicanos
Sueño de palabras
Tecayehuatzin
Cantares mexicanos
Itlatol temiktli
Qué es la poesía
Netzahualcóyotl
(1450)
Romance de los Señores de la Nueva España.
Netzahualcóyotl
Cantares mexicanos
Mi hermano el hombre
Netzahualcóyotl
Netzahualcóyotl
Romances de los Señores de la Nueva España
En sus comienzos las tribus Mayas se habrían establecido en el norte de Petén y Tikal. Su
economía estaba basada en el cultivo del maíz, algodón, cacao y ciertas fibras nacionales.
Por voluntad de la clase dominante se construyeron templos en forma de pirámide truncada
en la que se levantaba una construcción rectangular con varias salas y a la que se llegaba por
escalinatas laterales, también se edificaron palacios.
Quizá hayan sido los primitivos métodos de cultivo que paulatinamente fueron inutilizando la
tierra, uno de los motivos que obligó a los mayas a emigrar a otras regiones. Es en el oriente
de la península yucateca, que el nuevo imperio señala su florecimiento con las ciudades de
Chichén Itzá, Mayapán y Uxmal, vinculadas entre sí por pactos de alianza. La sociedad
estaba constituida por la nobleza, el clero, el pueblo y los esclavos.
Con el tiempo Mayapán llegó a sojuzgar a las restantes ciudades y las mantuvo bajo su
dominio cerca de dos siglos, hasta que el levantamiento de las poblaciones vasallas la
derrotó. Esta lucha inició el desmembramiento total de la organización política existente y
junto con la destrucción del poderío de Mayapán comenzó la decadencia de la civilización
maya a mediados del siglo XV.
En 1527 llegaba una expedición española a las órdenes de Francisco Montejo, quién como los
demás conquistadores, solo deseaba encontrar oro y conquistar tierra, y sus hombres no se
comportaron con mucha corrección con respecto a los indios, quemando sus libros sagrados y
destruyendo sus ídolos. Tras quince años de luchas encarnizadas y de violencias,
consiguieron aniquilar la última rebelión de los indígenas y el Yucatán se convirtió en otra
posesión española.
Aquella conquista significaba la desaparición de una cultura que suscita aún hoy admiración y
asombro. Se han preservado, sin embargo, algunas obras literarias, entre ellas se destaca el
"Popol-Vuh" que fue estimado como libro sagrado del pueblo maya-quiché. El sacerdote
Francisco Jiménez incluyó la transcripción y traducción en el primer tomo de su "Historia del
origen de los indios de esta provincia de Guatemala".
La poesía debió ser, en los tiempos antiguos y durante el periodo colonial, el género literario
por excelencia de la literatura en lengua maya. De ahí que resulte importante recordar el
desarrollo histórico de la poesía Maya Aunque en la actualidad ya no se pone en duda la
existencia y la calidad poética de los textos mayas contamos, a la fecha, con escasos estudios
(lingüísticos y literarios) en relación a la poesía maya esta carencia de investigaciones
produce dificultades. Poder advertir, por ejemplo, el peligro que representa confundir el uso de
un lenguaje esotérico con la posibilidad o certeza de hallarnos ante un texto poético; y se nos
hace difícil también establecer, sobre todo al analizar textos coloniales, si nos encontramos
frente a una prosa poética o frente a una poesía (o texto versificado). A esta problemática se
enfrenta Arzápalo cuando, partiendo de la estructuración interna del texto y apoyándose en un
estudio retórico del mismo (localización de metaplasmas y metataxas), consigue ofrecernos
un esquema rítmico del Ritual de los Bacabes; no olvida comprobar cómo la sintaxis de esta
obra colonial no es la del lenguaje coloquial, ni siquiera la del estilo narrativo. La transcripción
rítmica del Ritual nos ayuda a sustentar la opinión de que la poesía habría alcanzado un
desarrollo y una importancia singular dentro de la cultura maya. Un estudio comparativo del
Ritual de los Bacabes con un texto moderno como el de la Ceremonia de Balankanché podría
abrir nuevas perspectivas en relación a la poesía en lengua maya; pero capítulo aparte deben
ocupar estos textos de tipo religioso (o sagrado) que aparecen en forma de oración, en un
ritual, y que son creados (y rezados) por un batab, por un h-men o sacerdote.
En este sentido podemos destacar el trabajo de Galina Yershova que, en los últimos años, ha
ofrecido interesantes aportaciones al arte poético escrito representado por textos en vasijas.
Esta autora considera que las vasijas y los versos en ellas escritos están dedicados a las
mujeres ardientemente amadas en vida, y que fueron ejecutadas, por encargo, por un poeta
profesional. De ser ciertos los descubrimientos de Yershova seria en la escritura jeroglífica
uno de los pocos momentos en que la literatura íwaya, que hasta hoy conocemos, alcanza a
producir obras de autor; esta hipótesis, sin embargo, queda pendiente de corroboración.
Alrededor del año 1942, en Mérida, cayó en manos del profesor Alfredo Barrera Vásquez el
legajo que contenía los Cantares, y éstos pudieron fecharse hacia la mitad del siglo XVIII,
aunque sin duda se trata de una copia de un documento mucho más antiguo. Textos poéticos
únicos y de suma importancia. Los Cantares se publicaron por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia en 1965. La introducción, la transcripción, la traducción al castellano y
las notas corresponden al efectivo trabajo del propio Barrera Vásquez. Los quince textos, y la
portada, son una preciosa ilustración de la antigua poesía maya: los Cantares se
acompañaban con música y danza. Yershova comenta que:
El estilo de los Cantares es, más bien, diverso: mientras unos parecen narraciones o
explicaciones por su forma descriptiva, y otros se asemejan a oraciones, existen cantares
puramente líricos. De éstos, según Barrera Vásquez, los más representativos son el Cantar II
En los diccionarios mayas (Motul, Pérez o Viena) y en las obras de Fray Diego de Landa y
Sánchez de Aguilar, entre otros autores, se registraron los nombres que los antiguos mayas
usaban al referirse a su música y a sus cantos: el breve listado que hemos seleccionado,
recurriendo a los datos que Barrera Vásquez nos ofrece en su ―Introducción a los Cantares‖,
se limita a las voces mayas que tienen relación con la poesía lírica.
KAY Canto.
Parecería que estas artes, al igual que el teatro, eran comunales; y la representación
(actuación) de los cantos implicaría la existencia de una masa coral, con solistas. La reflexión
de Barrera Vásquez al indicar que los mayas en el periodo colonial
―siguieron practicando secretamente ritos de su religión; mas el canto y la danza los hubiese
denunciado y las farsas requerían de las poblaciones‖ (1980: 21)
Hace presuponer que quedaban prohibidos los recitales, afectando a la poesía pues ésta era
mayoritariamente cantada. Queda de manifiesto, una vez más, que ante la consiguiente
represión que sufrieron las actividades culturales y religiosas indígenas a partir de la
presencia española en la península yucateca la resistencia maya solamente encontraba
refugio en el silencio.
―Tienen atabales pequeños que tañen con la mano, y otro atabal de palo hueco, de sonido
pesado y triste, que tañen con un palo larguillo con leche de un árbol puesta al cabo; y tienen
trompetas largas y delgadas, de palos huecos, y al cabo unas largas y tuertas calabazas; y
tienen otro instrumento (que hacen) de la tortuga entera con sus conchas, y sacada la carne
táñenlo con la palma de la mano y es su sonido lúgubre y triste. Tienen silbatos (hechos con
las) cañas de los huesos de venado y caracoles grandes, y flautas de cañas, y con esos
instrumentos hacen son a los valientes‖ (Landa, 1982: 38-39).
La escasez de investigaciones literarias que existe de los textos coloniales conocidos con el
nombre de Chilames no nos permite todavía hablar, con autoridad, de su contenido y función
poética. Mientras Mediz Bolio, al estudiar y traducir al castellano el Chilam Balam de
Chumayel, no duda en consignar el dramatismo y la calidad poética de algunos fragmentos
basta llegar a su versificación, más recientemente George Haudot, al referirse a los Chílames,
rechaza incluso la existencia de una ambición propiamente literaria. Pero la transcendencia
cultural de la antigua poesía maya, junto al valor poético que Arzápalo ha reconocido en el
Ser conscientes, en todo caso, como nos previene Silvia Rendón de que
―las dificultades que para la investigación presentan en general los textos escritos en lenguas
indígenas por nativos doctos, son varias y radican tanto en el estado del manuscrito como en
el desconocimiento de la materia que tratan propiamente, así como en las oscuridades y
ambigüedades que los caracterizan, acentuadas éstas por el estilo literario y el lenguaje ritual
de su redacción‖ (Barrera, 1948: 77).
Viajeros, estudiosos y religiosos europeos visitan las tierras mayas en el siglo XIX. El
aventurero Federico de Waldeck recoge sus impresiones en la obra ―Viaje pintoresco y
arqueológico a la provincia de Yucatán‖ (París, 1838). Waldeck, recorriendo Yucatán durante
los años 1834 y 1836. Descubrió algunos viejos papeles en la hacienda sobre el terreno de la
cual se hallan las ruinas de Uxmal. Entre esos papeles hay una rarísima pieza de poesía:
―Es una balada en diecisiete estancias de cuatro versos; ha sido recogida de boca de los
indios que la cantaban, y traducida en mal español por cierto fray Ignacio Gordillo, de Maní. El
manuscrito de esta traducción está dedicado a don Juan Bautista de Campo, alcalde de la
Hermandad, y lleva la fecha del 14 de marzo de 1577‖ (Waldeck, 1930:77).
―La balada data de 1518‖ afirma Waldeck más adelante; año en que, sí recordamos, Francisco
Montejo (el Adelantado) viaja a Yucatán en la segunda expedición de los españoles
capitaneada por Juan de Grijalva, y acompañan a los conquistadores, en esta ocasión, los
mayas Julián y Melchor como traductores. Pero la prolongada (y no comprobada) estancia de
fray Ignacio Gordillo en Yucatán que se deduce entre ambas fechas (1518-1577) solamente
contribuye a crear más confusión en relación al origen del documento. Sería menester cotejar
otros escritos de la época (cartas, relaciones, etc.) y localizar el manuscrito castellano a fin de
probar su autenticidad. El fondo de la balada le parece ―evidentemente auténtico‖ a Waldeck,
dado que la historia de los amores de Cancoh seguía en la tradición de los mayas que en el
siglo XIX vivían cerca de Uxmal. Impregnado de idolatría, las palabras finales del canto
parecen una profecía cristiana añadida, quizás, por el fraile español que lo registró por escrito;
la analogía de esta balada con la historia europea de la Vestal es reconocida por el propio
Waldeck. El contenido lírico (amor romántico) y el estilo literario ofrecen la posibilidad de
comparar la balada con los mencionados Cantares de Dzítbalché; y pienso sobre todo en el
A John Stephens que, acompañado del médico Dr. Cabot y el dibujante Catherwood, recorrió
las tierras mayas de Yucatán en los años 1841 y 1842 le debemos la más detallada guía de
las antiguas ciudades mayas. El desconocimiento de la lengua maya por parte de Stephens
impide que en su relato ―Viajes a Yucatán‖ aparezcan opiniones y datos de tipo literario. El
mismo se lamenta de ese desconocimiento cuando, por ejemplo, en una fiesta es objeto de
burla por parte de un ―fiscal‖ que se dirige a él en lengua maya; también, en Maní, intenta
infructuosamente leer un volumen de antigua y venerable apariencia pero que
―desgraciadamente estaba escrito en lengua maya‖.
En su relato apenas recoge algunas palabras mayas y se refiere de pasada a ciertas leyendas
antiguas; en relación a la lírica sólo existe una breve alusión al recordar una fiesta celebrada
en la población de Nohcacab (Santa Elena). ―Luego que se concluyó el primer baile —dice
Stephens- , comenzaron a cantar dos muchachas mestizas. Todo el pueblo parecía entregado
al placer del momento, y aunque había allí facciones repugnantes a la vista y al buen gusto,
también se veían muchachas bonitas y bien vestidas, y en todo el concurso se observa cierto
aire de franqueza y alegre desembarazo, que no podía menos de atraerse las simpatías del
espectador. Cuando el padrecito y yo regresábamos al convento, al subir las escaleras del
atrio, alcanzamos a oír todavía el coro de voces que cantaban, dulce y armonioso por la
mezcla de acentos femeninos y que parecían nacer del fondo del corazón, el coro decía: ―Qué
bonito que es el mundo; ¡Lástima es que yo me muera!‖ (1984: 365).
Estas fiestas y estos cantos parecen indicar un resurgimiento de las antiguas tradiciones
mayas en el siglo XIX; en Yucatán habría de desencadenarse. Por entonces, La violenta y
conocida Guerra de Castas (1847-19 10).
Benjamín Moore Norman recorrió Yucatán en aquellos años, y el barón alemán Frederichstahl
fue el primero que visitó y dio a conocer a Europa las ruinas de Chichén Itzá. Vale la pena
recordar la importancia de los 51 cantos lacandones recogidos por Alfred M. Tozzer en
Chiapas entre los años 1902 y 1905. Puesto que se trata de unos cantos y conjuros de
naturaleza netamente indígena. Pero de todos los viajeros destacamos la figura del abad
Brasseur de Bourbourg que, gracias a sus conocimientos de lenguas mayas y su interés
cultural. Escribió ―Chrestomathie ou choíx de morceaux de littérature maya‖ (Paris, 1870). Allí
―Yacunah Cay‖ es un canto de amor, y tiene una importancia singular dentro del desarrollo
histórico de la literatura maya de Yucatán pues podemos considerarlo como el primer texto
lírico, en lengua maya, registrada en los tiempos modernos. El canto procede de Izamal y está
fechado en el mes de diciembre de 1864. A Brasseur de Bourbourg le debemos otro
documento Iiterario importantísimo: la recuperación del drama-ballet – en lengua quiché,
―Rabinal Achí‖; único texto que se conserva hoy del antiguo arte escénico maya.
El interés por la cultura maya ha ido en aumento desde el siglo pasado y en la propia
península, sobre todo en Mérida, surgió un importante grupo de estudiosos, narradores y
poetas; se empezó a hablar de ―literatura yucateca‖ (en castellano). Autores como Rejón
García. Mediz Bolio y Rosado Vega, entre otros, han publicado antologías en donde
presentan versiones castellanas de tradiciones mayas, con un predominio de los textos
narrativos (cuentos y leyendas).
asaetéalo de nuevo.
Se caracterizaba por una agricultura eficiente, excelente artesanía textil, cerámica delicada y
una escultura y arquitectura altamente desarrollada. Lo mismo que en América Central esa
edad de oro siguió un prolongado período de decadencia, seguido a su vez por un
renacimiento. Con la diferencia de que la civilización maya, volvió a decaer en el siglo XV,
mientras que la cultura india del Perú alcanzó su mayor desarrollo a lo largo de éste siglo.
Los Incas no eran el único ni el primer pueblo civilizado de aquella parte del mundo, sino los
herederos de otras civilizaciones que habían florecido muchos siglos antes. El primer
emperador inca que la historia ha podido señalar, gobernó con toda probabilidad a principios
del siglo XII. El imperio inca estaba constituido política y culturalmente desde hacía tiempo y
sus soberanos habían organizado una administración centralizada en su célebre capital
Cuzco, al noroeste del lago Titicaca.
La unidad fundamental de todas las estructuras sociales que a lo largo de los tiempos,
nacieron y se desarrollaron en los Andes era el "ayllu", significa la tribu, el clan. En la cima de
la pirámide social se encontraba el soberano, el inca. Una red de carreteras facilitaba la
inspección de todas las zonas del país, despertando la admiración de los españoles. Las
carreteras imperiales franqueaban elevados desfiladeros y bordeaban precipicios, y a menudo
túneles excavados en la montaña, salvaban los pasos difíciles; sobre ríos y valles se
extendían puentes colgantes inteligentemente construidos y a lo largo de la carretera los
viajeros podían descansa
Pueden mencionarse distintos tipos de poesías: el wawaki, que era entonado por coros
juveniles en las fiestas de la luna; el huahuay, un canto de lamento; el yaravía, un tipo de
poesía lírica que trataba sobre el amor; el huaino, de contenido erótico; el triunfo, un canto a
la victoria; y el aymoray, unos poemas que se inspiraban en la vida rural.
Por último puede mencionarse que los incas contaban con poetas oficiales de la corte, a los
que denominaban amautas. Los poetas populares, en cambio, recibían el nombre de haravec.
Los arawikus o poetas incas siempre prefirieron los versos cortos, de cuatro, cinco o seis
sílabas y raras veces los de ocho. Los poemas incaicos más comunes tratan del hombre
poniéndose en contacto con la divinidad donde expresa sus sentimientos religiosos. Es
entonces una oración aunque puede ser un himno. Estos poemas son mejor conocidos
como jaillis sagrados. De losjaillis como oraciones es muy común encontrar al hombre
tuteando al Dios. Viracocha, el Dios creador, es el Dios al que más se dirigen en estos
poemas. El jaillisagrado era cantando en festividades religiosas, acompañado de música y
posiblemente de danza también.
Otro tipo de poema quéchua es el jailli agrícola. Este tipo de poema es una canción realizada
por los campesinos para descansar de su tarea, alude al trabajo concreto que ha reunido a
hombres y mujeres en el campo. El wawaki, similar al jailli agrícola era una canción de tipo
dialogada. El wawaki parece tener una directa relación con las festividades a la Luna, provoca
Madre Luna
Básicamente, del modelo euro mantuvo rasgos esenciales como el dinamismo de la forma, la
monumentalidad y la actitud aristocratizante y latinizante, pero se volvió mestizo. Sin
embargo, excepto en sor Juana y unos pocos, los americanos hicieron una imitación
extremosa de los maestros peninsulares. Y muy pocos lograron reflejar las contradicciones
fundamentales barrocas.
El fenómeno del Barroco americano expresa una realidad ella misma caótica. Por lo que la
exuberancia barroca favorece a la expresión chocante de un arte que en América ha sido
reinterpretando a partir de su circunstancia: la naturaleza exuberante, la arquitectura colonial
Y de ahí surge sor Juana como modelo intelectual del sabio criollo. Surge de un sufragio
estético y cultural, y de una ansiedad por manifestarse en su singularidad. En sus poemas y
villancicos la monja mexicana no sólo usa admirablemente el habla popular de mulatos y
criollos sino que incorpora la lengua misma de los indios, el náhuatl. También se vale de
imágenes y símbolos de las antiguas culturas amerindias.
“Sou homem do tempo; com ele vivo, com ele morro, com ele adoeço, com ele saro”
P. Antonio Vieira.
Las Profecías constan de tres obras: Historia del Futuro, Esperanzas de Portugal y Clavis
Prophetarum. En ellas se notan el sebastianismo y las esperanzas en que Portugal se
volvería el "quinto imperio del Mundo". Según él, ese hecho estaba escrito en la Biblia. Aquí
él demuestra su estilo alegórico de interpretación bíblica (una característica casi constante de
los religiosos brasileños íntimos de la literatura barroca). Además, claro, de revelar un
nacionalismo megalómano y una servidumbre fuera de lo común. Lo grueso de la producción
literaria del Padre Antonio Vieira está en sus aproximadamente 500 cartas. Éstas tratan de
las relaciones entre Portugal y Holanda, de la Inquisición y los cristianos nuevos y de la
situación de la colonia, transformándose en importantes documentos históricos.
Lo mejor de su obra, sin embargo, está en los 200 sermones. De estilo barroco conceptista,
totalmente opuesto al Gongorismo, el predicador portugués juega con las ideas y los
conceptos, según las enseñanzas de retórica de los jesuitas. Uno de sus principales trabajos
es el Sermón de la Sexagésima, pronunciado en la Capilla Real de Lisboa, en 1655. La obra
también quedó conocida como "La palabra de Dios". Polémico, dicho sermón resume el arte
de predicar. Con él, Vieira trató de tocar a sus adversarios católicos, los gongorinos
dominicanos, analizando en el sermón "Por qué no Fructificaba la Palabra de Dios en la
Tierra", atribuyéndoles la culpa.
¿Quién habla? (¿De quién es la voz poética que escuchamos?) ¿A quién se dirige?
¿Cuál es el tono del poema (la actitud del hablante hacia su tema)?
Poemas lacandones:
Frente a ti ofrezco mi copal, es para ti. Ofrécelo al padre, es para ti, elévalo al padre. Cumpliré
de nuevo con mi ofrenda de pozol, es para ti, ofrécelo al padre. Cumpliré de nuevo con mi
ofrenda de pozol para ti, para ti. Frente a ti hago mi don, de nuevo, para tu felicidad. La he
ofrecido para que mi don no se corrompa, permanezca entero, sea la cabeza (parte principal)
de mi don, para ti. ¡No se quiebre el don que te hago! ¡No se rompa el don que te hago!
¡Mírame haciéndote un don, oh Padre! ¡Que no sea yo hundido en el fuego de la fiebre! Yo te
he colocado en el nuevo brasero, mírame haciéndote nuevamente un don para tu felicidad,
mírame haciéndote un don para el espíritu de mis hijos. Que no queden cercados, que no los
aprisione la enfermedad, el frío, la fiebre. Entra, camina hacia mis hijos, cura a mis hijos.
Las imágenes
Los símbolos
Una vez contestadas las preguntas elabore un ensayo de 2 páginas, sobre este soneto.
Neoclasicismo y romanticismo
En los inicios de la era republicana figuran cuatro grandes nombres de las letras
venezolanas: Andrés Bello, Fermín Toro, Rafael María Baralt y Juan Vicente González. El
más destacado poeta, de clara autenticidad romántica, se llama Juan Antonio Pérez Bonald.
Entre los costumbristas venezolanos están Daniel Mendoza, Francisco de Sales Pérez,
Nicanor Bolet Peraza, Francisco Tosta García, Rafael Bolívar Álvarez, Rafael Bolívar
Coronado y Miguel Mármol. Dos escritores de carácter señalan la transición hacia nuevas
posiciones intelectuales y creadoras: Cecilio Acosta y Arístides Rojas.
Aparte la obra y los hechos ingentes de los pensadores, científicos y hombres públicos del de
entonces, se descubre el doble estímulo de la libertad y de un positivismo material (que
acelerase el progreso) en los discursos y páginas literarias de sus figuras más destacadas.
El neoclasicismo, en el campo de la poesía no vino sino tras la independencia
hispanoamericana. Nacidos en el Ecuador, Venezuela y Cuba, respectivamente. Todos ellos
pusieron en ejercicio un gusto inconfundiblemente neoclásico. Tuvieron predilección por los
mismos autores.
Neoclasicismo Hispanoamericano
Además una entrada al léxico poético de voces regionales o populares y la aparición en el Río
de la Plata de la poesía gauchesca. Hubo también una poesía revolucionaria, aunque
de valor estético limitado. Ésta celebraba los triunfos de las armas americanas, enaltecía a los
héroes de la guerra, promovía el entusiasmo nacional y atacaba a España, sus hombres y sus
actos. Esta poesía se ha recogido en cancioneros, y algunas de las composiciones son
anónimas, mientras que otras aparecen firmadas.
En la prosa, los fenómenos fueron los siguientes: el surgimiento del periodismo político, social
y económico, como medio de difusión de la nueva ideología y revolución. Una preferencia por
los ensayos, proclamas, historias y discursos; el nacimiento de la verdadera novela realista
hispanoamericana en México. Un ejemplo de este genero son los himnos nacionales escritos
en este estilo. Aunque el periodismo fue la actividad literaria más inmediata y directa, la prosa
revolucionaria es riquísima en memorias, autobiografías, cartas, discursos, artículos, ensayos,
panfletos y traducciones. En el teatro, sin embargo, no hubo grandes novedades. Se
representaban las comedias y tragedias del repertorio clásico español. Hubo, con todo,
intentos de teatro popular, que pueden considerarse como los precursores de los teatros
realistas locales. El monólogo o unipersonal tuvo bastante auge en esos momentos.
Los temas preferidos por los neoclásicos hispanoamericanos fueron de libertad y progreso
inspirados por los generales Simón Bolívar, Sucre y José de San Martín. El máximo
representante de la época es José Joaquín Olmedo (1780-1847), ecuatoriano que compuso
una famosa oda en elogio a Simón Bolívar La victoria de Junín. También está José María
Heredia (1803-1839), cubano y humanista, autor de dos célebres odas: En el teocalli de
Cholula y Niágara.
Dos son los poetas que sobresalen como representativos de una poesía neoclásica: el
ecuatoriano José Joaquín de Olmedo (1780-1847) y el venezolano Andrés Bello (1781-1865).
En ellos existe una evidente preocupación métrica y un interés por resaltar aspectos políticos
y sociales, además de hacer patente la presencia de lo americano.
Por su parte, la poesía romántica encontró favorable eco en un abundante número de
escritores. Entre ellos destacan los argentinos que conforman el grupo de los proscritos,
opositores a la dictadura de Juan Manuel Rosas (1835-1852). Entre ellos se encontraba la
figura de José Esteban Echeverría (1805-1851). De sus poesías, Elvira o la novia del
Plata (1832), Consuelos (1834) y Rimas (1837), resalta «La cautiva» (del último libro), un
largo poema que trata de las desventuras de una mujer blanca, retenida por los indios. En
Cuba son especialmente significativas las obras de Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-
1873). Paralelamente, durante el XIX se desarrolla en torno al Río de la Plata la poesía
gauchesca. Centrada en la figura del campesino nómada de la Pampa, recurre, en general, a
un lenguaje que recoge los usos dialectales y vulgares de este colectivo. El interés por el
mundo del gaucho se enmarca en el renacimiento del nacionalismo y la búsqueda de lo
autóctono propios del siglo XIX. La fama de José Hernández (1834-1886) queda ampliamente
justificada con el poema narrativo Martín Fierro (ver Obras clave), la obra más significativa del
período. Su éxito provoca la prolongación de la poesía de materia gauchesca en el siglo XX.
Pero, además de estos primeros poetas, destaca un grupo de autores más jóvenes que
siguen también la estela de la estética romántica. Con ellos se desarrolla la última etapa del
movimiento. Cabe destacar entre ellos al chileno Guillermo Blest Gana y al colombiano Rafael
Pombo (1833-1912). Así también merece una atención especial la figura del uruguayo Juan
Zorrilla de San Martín (1855-1931), autor de Tabaré, un poema que convierte en mito la figura
del indio uruguayo.
Narrativa
Dentro de la prosa ilustrada destaca la obra del mexicano José Joaquín Fernández de
Lizardi (1776-1827), que consolidará el género novelesco en Hispanoamérica. Su labor como
novelista se desarrolló en los siguientes títulos: Periquillo Sarniento(1816), La Quijotita y su
prima (1818), Noches tristes y día alegre (1818) y Don Catrín de la Fachenda (1832). En el
prólogo a la obra, el narrador de Periquillo Sarniento manifiesta sus intenciones: «Cuando
escribo mi vida, es solo con la sana intención de que mis hijos se instruyan en las materias
sobre que les hablo», y, aún más, «si les manifiesto mis vicios no es por lisonjearme de
haberlos contraído, sino por enseñarles a que los huyan pintándoles su deformidad». Esta
intención pedagógica, edificante, moralizadora, es la nota relevante de la narración del pícaro
mexicano, desde su nacimiento hasta su muerte. Asimismo, su obra supone una virulenta
sátira política a las costumbres de una nueva sociedad.
Teatro
Estas dos líneas teatrales se afianzan definitivamente durante la época romántica; sobresale
ahora especialmente la costumbrista. Es el momento en que los teatros nacionales logran su
autonomía como expresión artística; el costumbrismo va a convertirse en un motivo generador
del teatro latinoamericano. Daniel Barros Grez (1834-1904) es considerado el padre del teatro
en Chile. De su extensa obra sobresalen La beata, Cada oveja con su pareja, El vividor y El
ensayo de la comedia. Otros dramaturgos chilenos de este período fueron Salvador
Sanfuentes y Román Vial. En México destacan Ignacio Rodríguez Galván y Fernando
Calderón. Manuel Ascensio Segura (1805-1871) es la figura más destacada del teatro
peruano. Ña Catita, una de sus comedias más difundidas, contiene todos los elementos
configuradores de su teatro: sátira a las costumbres y realidades sociales, afán europeizante,
ironía, personajes que entran en conflicto por sus distintas intencionalidades (arribismo,
oportunismo), contradicciones valorativas, etc. A la par con Segura, realiza su obra Felipe
Pardo y Aliaga.
Significativa es también la obra del colombiano Luis Vargas Tejada (1802-1829), que cultivó la
tragedia de corte neoclasicista y la comedia costumbrista.
El mayor desarrollo del teatro naturalista tuvo lugar en el Río de la Plata, siguiendo la línea
costumbrista legada de generaciones anteriores. En Argentina, la novela de Eduardo
Gutiérrez Juan Moreira (1879) fue adaptada por el cómico uruguayo José Podestá para el
teatro en 1884. Este hecho se considera como el punto de partida del teatro rioplatense. Otro
dramaturgo argentino fue Martiniano Leguizamón, autor de Calandria.
Desde niño tuvo pasión por la lectura, particularmente de los clásicos del Siglo
de Oro español. Frecuenta el Convento de Las Mercedes, donde aprende latín, con el Padre
Cristóbal Quesada. A la muerte de éste (1796), Bello traduce el libro V de la Eneida. Estudió
desde 1797 en la Real y Pontificia Universidad de Caracas y se graduó de Bachiller en Artes,
el 14 de junio de 1800.
En 1810, ya en pleno inicio del movimiento autonómico, Bello es ascendido por la Junta
Suprema a Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Las pocas obras juveniles de Bello conservadas tienen fecha imprecisa. Compuso algunas
poesías: el poema A la Vacuna, la oda Al Anauco; el soneto A una Artista; la égloga Tirsis
Escribió también los dramas Venezuela consolada y España restaurada, así como el
Resumen de la Historia de Venezuela, la más antigua prosa que poseemos del gran
humanista.
En 1813, solicita ser incluido en la amnistía que había acordado España a los patriotas
americanos. En 1814, se casa con María Ana Boyland, de la que enviuda en 1821, de
este matrimonio tiene tres hijos.
En 1824, se casa con Isabel Antonia Dunn, de cuyo matrimonio nacerán 13 hijos. En 1825, se
encarga de la Secretaría de la Legación de la Gran Colombia. En 1826, es elegido Miembro
de Número de la Academia Nacional, que se había creado en Bogotá. En 1828, se le nombra
Cónsul General en París, pero decide trasladarse a Santiago de Chile en 1829.
Sus trabajos en Londres abarcan una considerable lista de asuntos políticos, diplomáticos y
hacendísticos americanos a él confiados; investigó frecuentemente en el Museo Británico;
completa sus conocimientos lingüísticos, filológicos y de historia literaria; se prepara en
experiencias diplomáticas y en estudios de Derecho Internacional; se dedica a
la enseñanza privada; dirige publicaciones; llena sus páginas con escritos de carácter
enciclopédico; crea sus más grandes poemas originales, entre ellos la Silva Alocución a la
Poesía, que imprime en 1823 y la Silva a La Agricultura de la Zona Tórrida , que ve luz en
1826. Elabora estudios de crítica y de historia literaria y filológica. Realiza traducciones del
francés y del inglés, y elabora investigaciones sobre el idioma castellano (ortografía,
etimología).
En 1864, se le elige árbitro para resolver una diferencia internacional entre el Ecuador y
los Estados Unidos y, en 1865, es elegido para ser árbitro en la controversia entre Perú y
Colombia.
La gran pregunta que Bello se formula, es sin duda, cuál debía ser la educación de cada
pueblo, para desarrollar la cultura peculiar, equilibrada, sólida, totalizadora, a fin de construir
el futuro. Además, su mayor preocupación fue cómo definir "las bases jurídicas del Estado".
Sin embargo, la gran preocupación de Bello fue siempre la educación, su dedicación a los
temas de la enseñanza desde la docencia superior hasta la escuela primaria y su interés por
divulgar el conocimiento de las ciencias.
Sobre estos firmes pilares (organización del Estado, vida internacional, lenguaje, educación y
formación del buen gusto) edifica su obra ingente. Bello fue un gran humanista, un gran
educador.
Como lo dice su biógrafo Miguel Luis Amunátegui, "puede afirmarse sin inexactitud que pasó
la vida enseñando".
Los diversos cambios no impidieron que estudiara con regularidad, pues su progenitor José
Francisco Heredia, se encargó de su iniciación humanística, al punto que a los ocho años era
capaz de traducir obras del poeta latino Horacio.
Al regresar a La Habana siguió los pasos de su padre y comenzó a estudiar Leyes, pero
simultáneamente actuó en representaciones en Matanzas de su obra ―Eduardo IV‖ y también
compuso la tragedia ―Moctezuma‖ y el sainete titulado ―El campesino espantado‖.
Durante su estancia en Cuba, lo denunciaron en Matanzas por conspirar contra España y ser
miembro de los Caballeros Racionales, una rama de la Orden de los Soles y Rayos de
Bolívar. El gobierno dictó una orden de prisión contra Heredia, quien embarcó
clandestinamente hacia Boston y de ahí fue a varios sitios de Estados Unidos, entre ellos las
cataratas del Niágara.
Por esos días se desempeñó además como catedrático y conspirador, lo que acompañado de
una sobrecarga de trabajo le llevó va a una actitud de gran desaliento, que aumentó con sus
serios problemas de salud y la muerte de su hija Julia.
La grave enfermedad de su madre le hizo escribir una carta en abril de 1836 al Capitán
General de la Isla de Cuba don Miguel Tacón, en la que se retractaba de sus ideales
revolucionarios, pues sabía que sólo así recibiría el permiso para regresar del exilio.
Concedida la autorización llegó a La Habana en noviembre de ese año, pero sus antiguos
amigos desaprobaron su actitud y rehuyeron su compañía.
Dos meses más tarde, en enero de 1837, volvió a México, pero ya había perdidos influencia
política en el lugar y de Ministro de la Audiencia pasó a ser un simple redactor del Diario del
Gobierno. También realizó una amplia tarea como traductor de inglés, francés, italiano y latín
para compensar sus grandes problemas económicos, hasta su muerte ocurrida en Ciudad
México el 7 de mayo de 1839.
Medio siglo después, en Nueva York, José Martí, quien admiró con verdadera pasión a José
María Heredia, pronunció un memorable discurso, considerado una de sus piezas oratorias
más perfectas, en el que da a conocer su gran conocimiento y devoción por el poeta
santiaguero.
Oda al Niágara
Templad mi lira, dádmela, mis plantas despeñados:
que siento Vórtice hirviente abrir, y Crúzanse en él mil iris, y
En mi alma estremecida y amé el peligro. asordados
agitada Mas del mar la fiereza Vuelven los bosques el
Arder la inspiración. ¡Oh! En mi alma no produjo fragor tremendo.
¡cuánto tiempo La profunda impresión que En las rígidas peñas
En tinieblas pasó, sin que tu grandeza. Rómpase el agua:
mi frente vaporosa nube
Brillase con su luz...! Sereno corres, Con elástica fuerza
Niágara undoso, majestuoso; y luego Llena el abismo en
Tu sublime terror solo En ásperos peñascos torbellino, sube,
podría quebrantado, Gira en torno, y al éter
Tornarme el don divino, Te abalanzas violento, Luminosa pirámide
que ensañada arrebatado, levanta,
Me robó del dolor la mano Como el destino irresistible Y por sobre los montes
impía. y ciego. que le cercan
¿Qué voz humana Al solitario cazador
Torrente prodigioso, describir podría espanta.
calma, calla De la sirte rugiente
Tu trueno aterrador: disipa La aterradora faz? El alma Mas ¿qué en ti busca mi
un tanto mía anhelante vista
Las tinieblas que en torno En vago pensamiento se Con inútil afán? ¿Por qué
te circundan; confunde no miro
Déjame contemplar tu faz Al mirar esa férvida Alrededor de tu caverna
serena, corriente, inmensa
Y de entusiasmo ardiente Que en vano quiere la Las palmas ¡ay! las
mi alma llena. turbada vista palmas deliciosas,
Yo digno soy de En su vuelo seguir al Que en las llanuras de mi
contemplarte: siempre borde oscuro ardiente patria
Lo común y mezquino Del precipicio altísimo: mil Nacen del sol a la sonrisa,
desdeñando, olas, y crecen,
Ansié por lo terrífico y Cual pensamiento rápido Y al soplo de las brisas del
sublime. pasando, Océano,
Al despeñarse el huracán Chocan, y se enfurecen, Bajo un cielo purísimo se
furioso, Y otras mil y otras mil ya mecen?
Al retumbar sobre mi las alcanzan,
frente el rayo, Y entre espuma y fragor Este recuerdo a mi pesar
Palpitando gocé: ví al desaparecen. me viene...
Océano, Nada ¡oh Niágara! falta a
Azotado por austro ¡Ved! ¡llegan, saltan! El tu destino,
proceloso, abismo horrendo Ni otra corona que el
Combatir mi bajel, y ante Devora los torrentes agreste pino
La Estrella de Cuba.
Olmedo apoyó inicialmente a Juan José Flores por la separación del territorio del Distrito del
Sur de la Gran Colombia. Tras la creación de la República del Ecuador, Olmedo fue
designado como primer vicepresidente, sin embargo, decidió renunciar debido a divergencia
con el presidente Flores. Ocupó varios otros cargos menores, hasta el gobierno de Vicente
Roca fuerte, donde fue el presidente de la Convención Nacional que redactó la segunda
constitución ecuatoriana. Tras la nueva ascensión al poder por parte de Flores, criticó
duramente al régimen militarista. Impulsó la Revolución marcista, derrocando con ello a Flores
e instaurando un triunvirato, del cual también formó parte.
Durante su vida, dedicó parte de su tiempo a la creación de novelas, cantos, odas, poemas,
entre otros tipos de obras literarias. Entre sus más conocidas obras está Canto a Bolívar, Al
General Flores, vencedor en Miñarica, y Alfabeto para un niño. Diseñó la bandera y
el escudo de Guayaquil, además de componer la letra para su posterior himno.
Después de nueve años de edad en Guayaquil, su padre lo llevó a Quito a cursar estudios en
el Convictorio de San Fernando regentado por los dominicanos, donde aprendió Latinidad y
Gramática Castellana, y además tuvo el honor de tener entre sus maestros al Dr. Francisco
Javier Eugenio de Santa Cruz y Espejo. En 1792 estaba de regreso en Guayaquil. En 1794
fue enviado a Lima, encomendado a su pariente el Dr. José de Silva y Olave, quien lo
matriculó en el Colegio de San Carlos. En 1799 fue alumno de la Universidad de San
Marcos y figuró en un acto público de filosofía y matemáticas. En 1800 obtuvo por oposición
en San Carlos la cátedra de Filosofía. En 1802 escribió "Epitalamio" con ocasión de las bodas
de una pareja amiga. En 1803 escribió el poema "Mi retrato" y se lo envió a su única hermana
Magdalena que residía en Guayaquil, pidiéndole que al pie pusiera como letrero: "Amó cuanto
era amable, amó cuanto era bello". El 15 de junio de 1805 obtuvo el doctorado en
Jurisprudencia y pasó a dictar Derecho Civil en el Colegio de San Carlos. El 6 de noviembre
del mismo año se recibió en práctica y al año siguiente alcanzó el doctorado en ambos
derechos Civil y Canónigo, escribiendo sus poemas "Matemáticas" y "Loa al Virrey".
Para 1807 publicó "En la muerte de doña María Antonia de Borbón, princesa de Asturias".
Entre 1828 y 1829, y por dos ocasiones fue designado Ministro de Relaciones Exteriores de la
Gran Colombia pero se excusó en ambas. En 1830 fue Prefecto de Guayaquil y el 19 de mayo
suscribió el Acta de Anexión del Departamento de Guayaquil a la República del Ecuador. En
agosto concurrió a Riobamba de Diputado a la primera Convención Nacional, fue nombrado
Miembro de la Comisión compuesta para redactar la primera Constitución y el 12 de
septiembre obtuvo catorce votos y salió electo Vicepresidente de la República. En febrero
asumió interinamente la presidencia por ausencia del titular. Poco después renunció por tener
que ausentarse a Guayaquil, y en noviembre nuevamente fue Prefecto del Departamento de
Guayaquil como tal autorizó la toma de posesión de las islas de archipiélago de las Galápagos
y viajó a Bogotá en calidad de Comisionado de Límites para solucionar un diferendo con
la Nueva Granada por la anexión de Pasto hasta 1833 donde prosiguió estas negociaciones
en Quito.
En 1833 fue designado por Vicente Roca fuerte para discutir la paz con los delegados del Jefe
Supremo, Dr. José Félix Valdivieso. En 1835 escribió su poema "Al General Flores, vencedor
en Miñarica", fue electo Diputado por Guayaquil y luego Presidente de la Convención Nacional
reunida en Ambato que eligió a Vicente Roca fuerte como nuevo presidente. En 1836 fue
comisionado para la mediación entre Chile y Perú.
En 1837 escribió la "Canción del 10 de agosto", que como bien lo ha demostrado el Padre
Espinosa Pólit, sirvió de antecedente al actual Himno Nacional, e intervino en la elaboración
de las bases del Tratado con España que firmó Pedro Gual. En l838 fue Alcalde Primero
Municipal de Guayaquil, después Gobernador interino de la Provincia y comisionado por el
Presidente para liquidar el capital e intereses del crédito público de Miguel de Anzoátegui
Cossío, que nunca se llegó a pagar.
En 1839 fue Subdirector de Estudios, prologó la "Historia del Reino de Quito" del padre Juan
de Velasco y redactó un proyecto de "Reglamento de Policía". En 1840 escribió "En la muerte
En 1846 fue comisionado con el General Antonio Elizalde para traer los restos de Lámar
a Guayaquil, escribió un soneto "Al General Lamar", y viajó a Lima, donde no encontró
mejoría a su antigua dolencia del estómago. Nuevamente en Guayaquil ejerció la
Subdirección de Estudios del Guayas y prematuramente avejentado a causa de continuos
dolores al estómago y estitiquez ocasionados por un cáncer lento falleció el 19 de
febrero de 1847, a la 01: 15 de la mañana, de 66 años y 11 meses de edad. Antes de morir
había dicho: "He cumplido, no sin gloria, mi destino".
De allí en adelante sus cantos comenzaron a republicarse con gran éxito. En 1848 salió
en Valparaíso un volumen de "Obras Poéticas", única colección revisada y corregida por
Olmedo, meses antes de su muerte. La segunda edición data de 1853, París, 214 págs. Hay
otras posteriores.
Olmedo era de estatura mediana, rostro ovalado, ni blanco ni trigueño, labios gruesos, ojos y
cabellos negros, sus funerales se celebraron en todas las ciudades del Ecuador y sus restos
se enterraron en la Iglesia de San Francisco y se quemaron durante el Incendio Grande del 5
al 6 de octubre de 1896. En su tumba está la siguiente inscripción:
Entre los personajes que destacan en el poema tenemos en primer lugar la figura del héroe, el
portugués Gomes Freire de Andrada; luego, la de los indígenas Cacambo, Cepé, Caitutú y la
de la desventurada Lindoya, la heroína. Con un tema pobre de argumento, la inspiración de
Basilio da Gama lo lleva a componer cuadros descriptivos notables en los que brota el paisaje
americano con plástica belleza. Estas vívidas descripciones llenan de riqueza e interés al
poema. En el episodio escogido, puede comprobarse como el poema, utilizando tópicos de
descripciones pastoriles, pero que tienen por fondo una naturaleza salvaje, logra componer un
cuadro lleno de patético sentimiento que concluye con un verso magistral.
Algunas obras suyas son Declamação trágica (1772), poema dedicado a las bellas
artes; Soneto ao Rei D. José (1775), compuesto para el día de la inauguración de su estatua
ecuestre; Os Campos Elísios (1776); Lenitivo da saudade na morte do Sereníssimo Senhor D.
MUERTE DE LINDOYA
Terror helado corre por las venas El diestro Caitutú, sin más demora,
de Caitutú, quien deja ahí a los suyos; pues tiembla ante el peligro de la hermana,
y a la hermana en la umbría de los árboles tensó el arco, y quiso, por tres veces,
va buscando, temblando de encontrarla. lanzar el dardo, y vaciló tres veces
Entran por fin en la honda y escondida entre temor y furia. Al fin crujió
parte del viejo bosque, oscuro y negro, el arco revolando aguda flecha,
donde al pie de una roca cavernosa, que alcanza el pecho de Lindoya y hiere
cubre una ronca fuente murmurante, la testa de la sierpe y boca y dientes
ramada de jazmines y de rosas. clavados deja en el vecino tronco.
Este lugar tan triste y delicioso, Fustiga el campo con ligera cola
cansada de vivir, escogería El monstruo airado y con tortuosos giros
para morir la mísera Lindoya. se enrosca en el ciprés y vierte envuelto
Reclinada allí, como que dormía en negra sangre el lívido veneno.
en las mimosas flores y en el césped; En brazos alza a la infeliz Lindoya
las manos en el rostro y en el tronco el hermano infeliz y al despertarla
de un fúnebre ciprés que desparecía siente ¡con qué dolor! en la faz fría
melancólica sombra. Mas, cercano los signos del veneno, viendo herido
descubren que enredándose en su cuerpo por el diente sutil el blanco pecho.
verde sierpe en paseándola le ciñe Los ojos, en que Amor reinaba un día,
garganta y brazos y le lame el seno. llenos de muerte; y muda aquella lengua,
Huyen al verla así sobresaltados que al viento tantas veces y a los ecos
y paran con temor a la distancia; contó la larga historia de sus males.
que no se atreven a llamarla, y temen Caitutu no derrama triste llanto
que despierte asustada e irrite al monstruo mas rompe en profundísimos suspiros, l
y huya y aprese en el huir la muerte. al leer en entrada de la gruta
Extraído de POESÍA BRASILEÑA COLONIAL. Traducción y prólogo de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Centro de
Estudios Brasileños, 1985. 117 p. (Tierra Brasileña. Poesía 23)
Extraído de CUATRO SIGLOS DE POESÍA BRASILEÑA. Introducción, Traducción y Notas de Jaime Tello. Caracas: Centro
Abreu e Lima de Estudios Brasileños; Instituto de Altos Estudios de América Latina; Universidad Simón Bolívar, 1983.
Nacido en una pequeña localidad próxima a la ciudad de Mariana, pronto abandonó la tierra
serrana y minera en la que había venido al mundo para afincarse en Río de Janeiro, donde
recibió sus primeras lecciones en el colegio regentado por los padres jesuitas. En vista de las
asombrosas dotes intelectuales que demostró en esta primera etapa de su formación, sus
maestros aconsejaron a sus familiares que lo enviaran cuanto antes a Lisboa, pues era muy
probable que en la Corte portuguesa llegase a adquirir una espléndida formación académica y
lograse desarrollar una brillante carrera en el seno de la Iglesia.
Fue así como, con tan sólo nueve años de edad, el jovencísimo José de Santa Rita se
embarcó rumbo a Europa, sin llegar a sospechar que jamás habría de retornar al continente
que le había visto nacer. Llegado a Lisboa en 1731, completó allí su formación básica bajo la
tutela de los jesuitas y, al cumplir los quince años de edad (1737), ingresó en la Orden de los
Eremitas de San Agustín, para recibir sus primeras órdenes religiosas en 1738, en el
Convento de la Gracia.
No dejó, entretanto, de ser ese alumno aventajado que había sorprendido por su precocidad a
sus maestros cariocas, por lo que, en el transcurso de aquel mismo año de 1738, marchó, con
el beneplácito de los superiores de su Congregación, a la ciudad portuguesa de Coimbra, en
cuya archifamosa universidad cursó estudios superiores de Filosofía y Teología hasta el año
de 1745. En esa fecha regresó a Lisboa para recibió las órdenes que le facultaban para actuar
como presbítero, y al poco tiempo retornó a su amada Universidad de Coimbra, donde siguió
ampliando sus ya vastos saberes hasta alcanzar, en 1756, el grado de doctor en Teología.
Para aquel entonces, hacía ya más de un lustro que ejercía la docencia, compaginando sus
estudios e investigaciones con las clases de Teología que impartió primero en Braga (1750-
1754) y, poco después, en su propia alma mater, donde, al tiempo que preparaba su
Ya empezaba a ser célebre por la brillantez y eficacia de sus prédicas cuando, en 1759,
pronunció en dicha población de Leiria un inflamado sermón contra los jesuitas, a los que
acusaba de haber tramado el magnicidio que, en la noche del 13 de septiembre de 1758,
estuvo a punto de acabar con la vida del rey José I -que, por su talante abierto y proclive a las
ideas ilustradas, habría de pasar a la historia de su pueblo con el sobrenombre de "el
Reformador".
Poco después, don João Cosme le pidió que redactase una carta Pastoral -como tal, firmada
por el propio obispo- en la que reiterase las acusaciones que había lanzado en aquel famoso
sermón; y unas semanas después recibió de su superior un encargo similar, esta vez
consistente en la redacción de una epístola donde Fray José de Santa Rita pusiera en boca
del obispo -que era quien habría de firmarla- una serie de retóricas alabanzas del rey don
José. Al mostrar, de esta forma, su apego al monarca reformista y su consecuente enemistad
con el sector más reaccionario de la Iglesia (encabezado por la Compañía de Jesús), don
João Cosme da Cunha -merced, en parte, al talento oratorio y epistolar de Fray José de Santa
Rita- ascendió vertiginosamente en la jerarquía eclesiástica y en la Corte portuguesa (en muy
poco tiempo fue promovido a Obispo de Évora, de ahí a Inquisidor General, más tarde a
Regidor de Justicia, a Ministro y, finalmente, a Cardenal).
A comienzos de la década de los años sesenta, las siempre tensas relaciones entre Fray José
de Santa Rita Durão y su ambicioso superior eran ya insostenibles, por lo que el teólogo
brasileño -considerando también que en Portugal estaba seriamente amenazado por los
jesuitas a los que tanto había atacado-, decidió huir del territorio luso y pasar discretamente a
España (1762). Malvivió durante algún tiempo en Ciudad Rodrigo y Zaragoza, de donde pasó
a Francia y, tras haber permanecido una temporada en Toulouse, continuó su huida-
peregrinación por tierras de Italia.
En 1763, después de haber visitado por vez primera en su vida Roma, Florencia y Viterbo,
regresó a Francia y volvió a afincarse en Toulouse, donde, por influencia de los poderosos
jesuitas, fue retenido por las autoridades y sufrió un breve período de encarcelamiento,
Una vez puesto en libertad, Fray José de Santa Rita Durão pasó a Marsella y, finalmente,
decidió que su destino le empujaba, por fuerza, hasta Roma, ciudad en la que se asentó a
finales de aquel año de 1763, después de haber residido unas semanas en Montefiasione
(Italia).
Tan pronto como se hubo asentado en la Ciudad Eterna, el religioso agustino decidió confesar
sus "crímenes" -según su propio testimonio- en una sincera retractación, que de forma oral y
por escrito, presentó ante el papa Clemente XIII. Este escrito, redactado íntegramente en latín
y conocido como Poenitens confessio (Retractación), consta de tres documentos de
información autobiográfica, aderezados de curiosas noticias sobre la situación política y social
en el Portugal de la segunda mitad del siglo XVIII. Presa de una aguda crisis moral -en la que,
además de la mala conciencia derivada de su innoble actuación contra los jesuitas, influía
también su sensación de sentirse engañado y abandonado por el obispo don João Cosme-,
Fray José de Santa Rita Durão relata los pormenores de su vida y describe lujosamente la
obra desarrollada por la Compañía de Jesús en Portugal, así como la enrarecida situación
política que precedió a sus sermones acusatorios; y confiesa, además, que redactó cartas y
piezas oratorias difamatorias contra los jesuitas por encargo de su superior don João Cosme,
quien había tramado presentar estos escritos como propios ante el todopoderoso marqués de
Pombal -enemigo acérrimo de la Compañía de Jesús-, con la intención de ganar sus favores y
medrar en la Corte (como así sucedió).
La sincera, brillante y elocuente retractación del religioso natural del lejano Brasil -considerada
actualmente como una pequeña joya de la literatura testimonial- causó un buen efecto en el
ánimo de Clemente XIII y la curia romana, hasta el punto de que Fray José de Santa Rita
Durão fue autorizado a permanecer en Roma, con el privilegiado cargo de la Librería (es decir,
"biblioteca") Pública Lancisiana. El religioso agustino, feliz en su nueva ubicación romana,
permaneció en la Ciudad Eterna durante cerca de diez años (1763-1774), hasta que la caída
en desgracia de Pombal y la restauración del régimen político y la mentalidad conservadora
anteriores a sus reformas ilustradas (fenómeno conocido en la historia lusa como "A
Viradeira") propició su retorno a Portugal.
Al poco tiempo de haberse asentado nuevamente en el territorio que le había acogido cuando
arribara a Europa con tan sólo nueve años de edad, Fray José de Santa Rita Durão ocupó
una cátedra de Teología en la Universidad de Coimbra, donde volvió a ejercer la docencia
hasta que, ya muy enfermo, decidió retornar a Lisboa para morir, en el convento de los
agustinos en la capital lusa, a comienzos de 1784. Durante aquellos postreros años de su
vida, compaginó su dedicación a las lecciones de Teología con la redacción de la obra por la
que ha pasado a la Historia de la Literatura universal: el gran poema épico Caramuru (Lisboa:
Régia Oficina Tipográfica, 1781). Esta publicación fue recibida con total indiferencia por parte
de los lectores y estudiosos de su tiempo, lo que sumió a Durão en una nueva fase de
amargura que, entre otras decisiones, le llevó a destruir las poesías líricas que había ido
componiendo a lo largo de toda su vida.
Caramuru (fragmento)
-Todavía es temprano.
La joven como si luchase con encontrados sentimientos, fijó irresoluta sus bellos ojos en los
de su amante.
-No sé... pero me parece que no todos duermen... van a sorprendernos, Amaro; más vale que
lo dejemos para mañana.
-¡Mañana! ¡Imposible, imposible! repitió el gaucho con acento sombrío; mañana vendrá tu
padre a buscarte. Lía, es preciso que me sigas ahora mismo.
-Mira, repuso la niña medio turbada por el modo imperativo con que se le exigía una
obediencia que no estaba acostumbrada a prestar a nadie: mira, no he podido ganar al
esclavo que debía favorecer mi evasión, y...
-No tengo por donde salir, contestó Lia humildemente, fascinada por aquella terrible mirada y
dejando caer una lágrima sobre la mano de su amante, que tenía cogida entre las suyas.
-¿No es más que eso? preguntó este trocando en alegría su enojo; ¿si tuvieras por donde
salir, me seguirías?...
AMOR de patria comprende IRA hace al hombre un tirano respeto y amor al padre,
cuanto el hombre debe amar: de inferiores y de iguales: amor, ternura a la madre,
Su Dios, sus leyes, su hogar, la ira es propia de animales, reverencia a los mayores.
y el honor que los defiende. porque no es afecto humano.
SOCIEDAD es el estado
BONDAD, bella cualidad JUEGO es una diversión en que con otro vivieres,
que siempre logra alabanza, honesto, si es moderado; y serás social si fueres
aplausos y premios alcanza, pero si es inmoderado justo, modesto y aseado.
inmensa felicidad. causa nuestra perdición.
TIRANÍA y opresión
CANDOR en toda expresión, LIBERTAD ¡oh dulce nombre! suenan y expresan lo mismo:
callar lo más que pudieres; hermoso y celeste don: para salir de este abismo
muy cortés con las mujeres, tú eres la misma razón, es honrosa toda acción.
pero sin afectación. tú eres el alma del hombre.
VENGANZA, nunca jamás:
DIOS es el sabio creador MORAL, la sana moral nunca, nunca odio o rencor;
que conserva y ama al hombre, consiste en amarse bien, porque no hay placer mayor
sea cual fuere su nombre, en hacer a todos bien, como amar y perdonar.
condición, secta y color. y en no hacer a nadie mal.
YO debo ser el primero
ESTUDIO y aplicación NATURALEZA sagaz para mi conservación;
forman a la juventud, llena y rige al universo: mas por buena educación
y emulación de virtud todo está bien; el perverso en sociedad el postrero.
sin envidia ni ambición. solamente está de más.
ZELO en cumplir su deber
FRANQUEZA, nunca ORO es un bien apreciable en cualquier condición,
indecencia, para el cómodo sustento; será la única ambición
usa en la conversación; pero es el mayor tormento que un niño debe tener.
disimulo y no ficción; la sed de oro insaciable.
libertad, nunca licencia. Estas reglas niño amado,
PEREZA es enfermedad te harán un niño gracioso,
GRATITUD siempre al favor tan mala como la muerte; un joven pundonoroso,
es un deber justo y grato; así no cabe el inerte un hombre bueno y honrado
y es por eso el hombre ingrato en ninguna sociedad. y un anciano respetado
es un monstruo que da horror. que a sus iguales auxilia,
QUIJOTERÍA es un vicio sus diferencias concilia,
HONOR es en sumo grado que causa risa y desprecio, con bondad, no con rigor,
el alma del ciudadano: pues es un quijote necio y muere siendo el honor
sin honor es miembro vano, corre aventuras el juicio. de su patria y su familia.
o pernicioso al Estado.
RESPETO a los superiores,
¿Quién habla? (¿De quién es la voz poética que escuchamos?) ¿A quién se dirige?
¿Cuál es el tono del poema (la actitud del hablante hacia su tema)?
Con la lectura previa de Caramuru de Fray José de Santa Rita Durão determine lo siguiente:
El argumento y el tema
La originalidad de presentación
La claridad de exposición