Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
hoy
La literatura mexicana reciente no sólo despliega una variedad y una vitalidad más que
alentadoras, también una participación femenina que viene a transformar la historia
cultural de nuestras letras. A la revisión de las escritoras nacidas en las décadas de los
cuarentas y los cincuentas, se dedica este texto más que entusiasmado por las páginas de
nuestras novelistas y poetas y dramaturgas, mujeres de letras.
1
(1950) y Carmen Boullosa (1954). Son tan similares y diferentes entre ellas como
cualesquiera otras seis que se hubiera seleccionado. Precisamente esas similaridades y
diferencias las convierten en representativas de las escritoras mexicanas de hoy.
Brianda Domecq nos dice en BD/De cuerpo entero (1991) que nació en Nueva York de
padre español y madre norteamericana y, por consiguiente, el inglés fue su primera
lengua. Comenzó a escribir en español relativamente tarde en su vida, como a los 25
años. Hizo en ese momento un esfuerzo consciente por apartarse de su origen
norteamericano y de su lengua y cultivar sus raíces mexicanas. Fue después de casarse y
criar a sus hijos cuando decidió estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de
México y dedicarse a escribir, el pasatiempo de su infancia y adolescencia. Domecq es
muy consciente de su status de mujer y de escritora. Cree que la literatura escrita por
mujeres forma un corpus muy específico, con un contexto, voz y visión propios, al que
hay que juzgar de acuerdo con sus propios méritos.
La primera obra de ficción que publicó Domecq, la novela Once días…y algo más
(1979), se basa en el secuestro y los once días de cautiverio que vivió y sufrió en 1978.
Esta novela de carácter autobiográfico pone a prueba toda la habilidad de Domecq como
narradora, porque su autora, basándose en esa experiencia, crea una historia singular.
Con los ojos vendados, imagina el aspecto de los secuestradores, la mejor manera de
acercarse a ellos, en que tono de voz hablarles y cómo convencerse a sí misma de su
propia cordura. La facilidad excepcional que posee Domecq para divertir, lisonjear,
distraer y convencer con el lenguaje es evidente en esta primera novela que expone su
capacidad de narradora.
2
colección de textos breves (cuentos, capítulos de novelas) escritos por autores
mexicanos sobre la virginidad, desde la época colonial hasta el presente. Lo precede un
estudio sobre el tema en la sociedad mexicana así como su frecuencia en las letras
mexicanas. A través de ejemplos Domecq rastrea el culto a la virginidad y al himen, y
los mitos y costumbres que lo rodean.
María Luisa Puga empezó a escribir de niña; desde los nueve años llevaba un diario o
cuaderno y entonces tomó la temprana decisión de ser escritora. Puga nunca estudio
literatura a nivel formal. Tomó cursos y leyó por su cuenta, primero sumergiéndose en
la literatura inglesa y después en los escritores del boom latinoamericano, en los
austriacos y en los italianos. Su interés por la literatura se nutre de la lectura
ininterrumpida de diferentes escritores, desde mexicanos hasta norteamericanos, rusos y
franceses. Puga se considera algo así como una “fuereña” por haber abandonado la gran
ciudad dos veces, una en 1968 por diez años, cuando vivió en Europa y Africa Oriental,
y después en 1985, cuando partió a vivir a Zirahuén, Michoacán. Allí encontró el lugar
ideal para escribir, libre de las exigencias del mundo literario, que suelen ser de carácter
tan poco literario. En Michoacán, Puga tampoco forma parte de la sociedad rural y
también allí se considera “fuereña”. No obstante, este entorno le proporciona la
tranquilidad y la ausencia de distracciones que ella anhela. A pesar de la necesidad que
siente de silencio e intimidad, Puga participa activamente en talleres literarios para
niños, adultos y maestros. Ese trabajo ocupa un lugar importante en su vida porque
proporciona un espacio literario a quienes no han tenido la oportunidad de trabajar con
la lengua y disfrutar de la lectura. La autora también colabora regularmente en El
Economista; considera su trabajo periodístico como una conversación entre ella y el
lector.
3
Miembro de una generación de escritoras consagradas en la escena literaria, Puga tiene
una opinión sensata de las mujeres escritoras y del concepto de “literatura feminista”.
Para ella, el ascenso de las escritoras muestra su evolución desde una especie de
aislamiento que insistía en temas feministas hasta la incorporación más completa al
mundo literario, mundo enriquecido con los puntos de vista de las mujeres sobre la
naturaleza humana y toda una amplia gama de tópicos.
Puga es tan diestra en el cuento corto como lo es en la novela. Dos colecciones dignas
de atención, Accidentes (1981) e Intentos (1987), sobre variados lemas, demuestran su
habilidad para recrear la conversación. Esta capacidad también se observa en su última
novela, Las razones del lago (1992), en la que se dirige a un entorno rural (una
población de Michoacán), valiéndose de perros callejeros como narradores.
María Luisa Puga es sin lugar a dudas una escritora en serio. Su vida y actitud hacia la
profesión la han hecho versátil y prolífica. Trabaja con ahínco en varios proyectos,
algunos de los cuales verán luz pronto.
Silvia Molina hizo su debut literario en 1977 con una novela, La mañana debe seguir
gris, que ganó el premio Xavier Villaurrutia. Comenzó a escribir de niña, pero sólo
hasta que participó en un taller literario se dio cuenta de que tenía vocación. Esta
vocación se afianzó cuando estudió literatura en la Universidad Nacional Autónoma de
México o, como ella dice, cuando aprendió a leer. La experiencia universitaria le
compensó su anterior acercamiento a la literatura que, según ella, hizo más para
4
distanciarla que para atraerla a la lectura. La mañana debe seguir gris contiene
elementos que caracterizarán las obras posteriores de Silvia Molina: un marco de
referencia histórico, la búsqueda de identidad por parte de la protagonista y un estilo de
prosa escueto y pulido. La trama de su primera novela, considerada autobiográfica por
muchos, trata de una joven que parte de su país a finales de los sesentas, rompe con su
familia y se une a un amate. Molina niega la interpretación biográfica de la novela,
rechaza que hable de sí misma en alguna de sus obras y reivindica que ella se inventa a
través de sus textos en un juego con reglas complejas. Atribuye su éxito a una ruptura
con el tipo de novela que se había escrito en México hasta entonces, al aura de
autenticidad que crea mediante el uso de nombres de gente real en una obra de ficción y
al personaje de una mujer rebelde como protagonista.
Otros textos de Molina son su novela, Imagen de Héctor (1990), y las notables
colecciones de cuentos cortos Dicen que me case yo (1989) y Un hombre cerca (1992).
También escribe crítica y libros de niños, textos ilustrados que hacen la historia y las
leyendas de México atractivas y comprensibles a lectores jóvenes. Silvia Molina
también es directora de una pequeña editorial.
5
Carmen Boullosa es una autora apasionada para quien la escritura comenzó casi como
una llamada espiritual cuando era adolescente. A los 15 años, empezó a escribir poesía y
prosa y decidió que esta sería su profesión. Más tarde, con más madurez y experiencia,
se percata de que la ambición sin disciplina no conduce a nada. Ni su temprana pasión
ni la absorción por la profesión han disminuido: su persona y su mundo se definen por
la escritura, parte integral de su vida cotidiana.
Antes ganó el premio Xavier Villaurrutia y, aunque recuerda a su primera novela, sus
divertidas anécdotas aligeran la lectura. Antes parece autobiográfica pero la autora
insiste en que no lo es. La novela, narrada por la más pequeña de tres hermanas, trata de
la educación y los acontecimientos, en el hogar y en la escuela, que constituyen el
6
mundo de la narradora. Como en Mejor desaparece, también aquí muere la madre. Pero
Antes no es una novela propiamente realista pues contiene muchos elementos
sobrenaturales y fantásticos.
En 1990, Boullosa publicó Son vacas, somos puercos, una novela ambientada en el
siglo XVII y desarrollada en la isla de Tortuga entre piratas de una comunidad en la que
están proscritas las mujeres. En 1992 se publicaron El médico de los piratas y Llanto,
novelas imposibles, obras que llevan al Lector a mundos extraños y difíciles. La
imaginación de Boullosa no para; trabaja constantemente produciendo y afinando ideas
para otros libros. Para ella, un libro debe ser una obra de arte sometida a la disciplina
del oficio. En la actualidad, prepara una novela sobre un arqueólogo que acompaña a
Maximiliano y Carlota a México, y otro sobre mujeres piratas.
Tanto Angeles Mastretta como Laura Esquivel escribieron primeras novelas que se
convirtieron en best-seller. Ambas han abierto brecha en la historia editorial rompiendo
records de ventas en México y en el extranjero con la traducción de sus novelas a varias
lenguas. Arráncame la vida (1985) de Mastretta nos lleva al mundo de la política de los
años treinta y cuarenta en México en un estudio sobre la interacción del poder en el
gobierno y en las relaciones entre hombres y mujeres. En Como agua para chocolate
(1989), Esquivel nos transporta a las primeras décadas del siglo y a la Revolución
mexicana. Su historia trata del destino de las hijas en una familia encabezada por una
madre dominante. Curiosamente las recetas y la cocina forman el marco de referencia
de la novela y ejercen poderes mágicos en lo que de otro modo sería una narración
realista.
A Angeles Mastretta el éxito le llegó por sorpresa. Antes de publicar Arráncame la vida,
era periodista, dirigía entrevistas en televisión y radio y también un museo. Su novela
fue cobrando forma en su imaginación durante un tiempo y la escribió en un año,
cuando el editor le dio un adelanto de las regalías en compensación por el salario que
perdía. Ganó el premio Mazatlán de Literatura y pasó de inmediato a una edición tras
otra y a múltiples traducciones. La obra se desarrolla en Puebla, donde Mastretta nació y
vivió los 20 primeros años de su vida, y sigue la carrera política del corrupto, cruel e
inhumano general Andrés Ascencio y su manipulación del poder. La narra su esposa,
Catalina, una mujer joven e ingenua que pasa por un proceso de autodescubrimiento y
desarrollo, llega a tener ideas propias y toma la determinación de llevarlas a cabo. Para
Mastretta, la trama de su novela es una mezcla de realidad y ficción: realidad en tanto
7
que existió ese general sobre el que escucho historias de horror cuando era niña, y
ficción porque la narradora es más una mujer de hoy que de los treinta o cuarenta. Las
letras de canciones populares desempeñan un papel importante en la novela y sirven de
conexión entre sus diversos niveles. Mastretta atribuye el éxito de su novela a varios
factores: se lee bien y con facilidad, sus personajes son atractivos e interesan a lectores
de ambos sexos, y es una historia sobre el poder. Cuando se le acusa de escribir
“literatura fácil”, Mastretta se indigna y dice, “si yo me propusiera escribir libros
oscuros podría escribir libros oscuros. Quiero regalarles a los lectores un boleto de
avión a otro mundo”.
La única obra de Laura Esquivel que se ha publicado hasta la fecha, Como agua para
chocolate, es un best-seller en México y en los Estados Unidos. Ha sido traducida a
muchas lenguas y la versión única, un éxito extraordinario en México, ha atraído a
grandes públicos en otros países. En realidad, la película ha hecho de la novela un éxito
aun mayor.
8
escritura de su novela y le dio la estructura de una película ideal, aunque nunca creyó
que llegaría a serlo. Lo consideraba un guión suyo que no iba a sufrir en manos de los
editores. En la trama hay un elemento autobiográfico, el personaje de la madre
dominante que no le permite casarse a su hija más pequeña porque su obligación era
cuidarla a ella. La autora recuerda a una tía abuela solterona que se ocupó de su madre
viuda hasta que esta falleció.
¿Qué le depara el futuro a Laura Esquivel como escritora? Además de guiones de cine,
trabaja en una novela de misterio desarrollada en el año 2200. Su vasto público de
admiradores esta a la expectativa.
La literatura mexicana contemporánea escrita por mujeres es un fenómeno que hay que
tomar en cuenta.
Sin duda es demasiado pronto para predecir cómo responderán los críticos a este
conjunto de escritoras mexicanas treinta años después. Pero una vista panorámica de lo
que sucede actualmente nos revela que las mujeres nacidas en los cuarentas y cincuentas
trabajan activamente y producen narrativa, poesía y teatro. Contribuyen con sus talentos
a la sociedad a través de talleres de redacción, en la preparación de ediciones y
participan en todo tipo de actividades literarias. Domecq, Puga, Molina, Mastretta,
Esquivel y Boullosa son representativas de esta generación. Comparten algunas
características y difieren en muchas otras. Algunas se han consagrado por completo a
9
escribir en una decisión consciente de que la literatura iba a ser su profesión. Otras
llegaron a la escritura relativamente tarde. No todas coinciden en si el hecho de ser
mujeres ha contribuido al éxito de sus obras.
Las escritoras que hemos presentado si coinciden en que tienen una deuda con otras que
las precedieron, especialmente con Rosario Castellanos (1925-1974), Elena Garro
(1920) y Elena Poniatowska (1933). Son también conscientes de que hubo otras
escritoras con obra importante; sin embargo, en su momento estas no recibieron el
reconocimiento que merecían. A cada quien le atemoriza a su manera el interés que ha
despertado su obra, sobre todo fuera de México y del mundo de habla hispana. Ninguna
siente que la sociedad o el mundo de las letras la haya discriminado o colocado en una
categoría diferente por ser mujer. Todas están convencidas de su profesionalismo y de la
seriedad de su trabajo. Su máxima esperanza es que las consideren buenas escritoras, no
mujeres que escriben.
10