UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN CRISTÓBAL DE
HUAMANGA
Facultad de Ciencias Biológicas
Escuela Profesional de Biología
SERIE: EL BIÓLOGO Y LA LUCHA
CONTRA EL COVID-19
DESINFECTANTES
NúmeroPARA
06 LA
PROTECCIÓN FRENTE AL COVID-19
¿Cómo actúa el jabón, el alcohol y la
lejía frente al COVID-19?
Ayacucho, mayo de 2020
INTRODUCCIÓN
Hace más de 150 años no sabíamos que los microorganismos (gérmenes)
eran los causantes de muchas enfermedades en el hombre, animales y
plantas; sino hasta que Louis Pasteur, lo demostró en su teoría germinal de
las enfermedades infecciosas, que luego conllevó a búsqueda de
compuestos químicos para luchar contra los patógenos.
Gracias al uso de desinfectantes y sustancias potabilizadoras, se mejoró
considerablemente la higiene y salubridad de nuestros alimentos, del agua y
de los lugares en los que vivimos y trabajamos. Sin embargo, es necesario
tener claro los conceptos de limpieza, que se refiere a la eliminación de
suciedad e impurezas de las superficies utilizando agua, jabón, detergente o
sustancia química; y desinfección, que consiste en la reducción del número
de microorganismos presentes en una superficie o en el ambiente, hasta un
nivel que no ponga en riesgo la salud, por medio de sustancias y/o métodos
físicos.
Compuestos químicos relativamente sencillos, como el jabón, la lejía, el
agua oxigenada o el alcohol, han sido en buena parte responsables de que
hoy vivamos más años y con mejor calidad de vida. Los desinfectantes
constituyen nuestra primera barrera de protección contra los patógenos; por
eso, las autoridades nos recomiendan lavarnos frecuentemente las manos
con agua y jabón durante 20 segundos o usar el alcohol de 70°, porque
específicamente el virus del COVID-19, puede mantenerse viable en
muchas superficies durante varias horas o días, de ahí la necesidad de
practicar responsablemente buenos hábitos de higiene.
EL
JABÓN
Desde el punto de vista químico, un jabón es una sal de un ácido graso. Se
obtiene por reacción entre un lípido (como un aceite vegetal) y un álcali,
generalmente hidróxido sódico o potásico, se consideran de dos tipos de
tocador y de lavar, cuya naturaleza química le confiere la capacidad de
limpiar y/o desinfectar. La forma mediante la cual los jabones acaban con la
mayoría de los microorganismos patógenos es la lisis celular; es decir,
ruptura de la membrana celular desintegrándola completamente, porque los
jabones, son capaces de solubilizar las proteínas e interrumpir las
interacciones entre lípidos de la membrana. Las mismas propiedades tienen
los detergentes, los de la primera generación, son compuestos de benceno
sulfonato de sodio, actualmente una segunda generación de detergentes
son los alquilsulfonatos lineales, que resultan menos tóxicos
ecológicamente al ser biodegradables.
A su vez, los virus como el coronavirus COVID-19 o los de la gripe, cuentan
con una envoltura vírica de membrana lipídica con espículas
glucoproteínicas que se proyectan hacia el exterior del virus como si fuesen
púas. Esta envoltura vírica es sensible al jabón y a los
detergentes, porque destruyen las
interacciones entre lípidos de la bicapa y con
las glucoprotínas; por tanto, el virus se
inactiva. El jabón presenta moléculas
surfactantes que contienen cadenas formadas
por átomos de carbono capaces de disolver
las interacciones entre los lípidos que
protegen el material genético del virus,
dejándolo indefenso.
El jabón tiene característica polar y apolar, su extremo polar es afín al agua,
tiene carga negativa y el extremo apolar tiene carga positiva que ataca a la
grasa. Cuando un tensioactivo está disuelto en agua, estos forman unas
estructuras esféricas denominadas micelas, que son capaces de encapsular
a las grasas hacia el interior de la micela que tiene afinidad por la grasa,
mientras que, hacia el exterior tienen afinidad con el agua. Esa es la manera
por la cual pueden solubilizar la envoltura lipídica del virus y arrastrar con el
agua.
Todos los tensioactivos son
elementos de suma importancia en la fabricación de detergentes y
productos de limpieza, intervienen en la tensión superficial de los líquidos,
manteniendo la emulsión de una sustancia constante.
LOS ALCOHOLES COMO EL ETANOL O EL ISOPROPANOL
Inactivan al virus a través de un mecanismo
diferente al de los tensioactivos. Lo que
hacen los alcoholes es desnaturalizar las
proteínas de la envoltura vírica, es decir,
reorganizan los enlaces químicos entre
proteínas transformándolas en compuestos
con propiedades diferentes. Por eso se
pueden limpiar los teléfonos móviles, tablets y
otros dispositivos usando un algodón o gasa
impregnado en alcohol sanitario; también se
pueden usar las toallitas limpiagafas o limpiapantallas, que contienen
tensioactivos o alcoholes, además no dejan residuos. El alcohol de 96° se
tiene que diluir, para usar a una concentración de 70°, se obtiene
mezclando 7 partes de alcohol de 96°, con 3 partes de agua.
LA LEJÍA
Conocida también como hipoclorito de sodio, es muy útil como
desinfectante, muchos estudios han demostrado que inactiva al virus luego
de 5 minutos de contacto con este compuesto químico. Una solución de
hipoclorito sódico (lejía) que contenga 1000 ppm de cloro activo, es un
producto «extraordinario» para desinfectar superficies; esta concentración
se obtiene con la dilución 1:50 de la lejía a concentración 40-50 gr/litro, y
debe prepararse al momento de usarlo; se recomienda leer las indicaciones
COMISIÓN DE PUBLICACIONES SOBRE COVID-19
Compiladores:
Blgo. Fidel R. Mujica Lengua Blgo. Jime J. Rivera Villar
Blgo. Jorge Arenas Terrel Blga. Miriam Moreno Hinojosa
descritas en el envase del producto (lejía) antes de su uso.
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