¿Para qué sirve realmente la ética?

Comenzaremos nuestro texto basados en la premisa de la ética como pilar fundamental en el

objetivo de hacer de esta un conjunto de valores y normas adecuadas de conducta que sean

rentables frente a la gran desconfianza generalizada de la ciudadanía en los actores políticos y

condiciones adversas económicas a nivel social; fortaleciendo la confianza y el compromiso

moral donde se genere el bien común de forma recíproca en los distintos contexto económicos y

de participación ciudadana, buscando de forma adecuada desarrollo; así como también una

transición hacia la calidad de vida, eliminando la actitud equivoca del aprovechamiento de los

vacíos éticos que permiten preponderar los intereses individuales y dirigir los estamentos hacia la

sectorización en los distintos mecanismos y herramientas de competencias que relacionan el

sector público con el social, incubando estructuras de corrupción. Buscando reivindicar así, el

carácter moral de las instituciones políticas y económicas orientado desde el nivel educativo;

esto, en conjunto con la moral y ligado a las conductas del buen carácter nos será de ayuda para

dar solución al interrogante que responda la pregunta del - ¿Para qué sirve realmente la ética?

La palabra ética, nacida del griego “ethos”, se refiere pues al carácter que forjamos en nuestro

madurar, para cumplir con el fin mismo de la vida humana. Mientras que la moral, del latín

“mos-moris”, se refiere al carácter, costumbres y usos, pero también a la morada en que habita el

individuo, de este modo, la ética trata de “la formación del carácter de las personas, de las

instituciones y de los pueblos”. Desde nuestra libertad podemos escoger entre diferentes cursos

de acción. Forjarse un buen carácter es uno de los fines mismos de la vida, cultivar hábitos que

sean positivos “a través de la educación es lo que requeriría una educación de calidad”. Siendo

así la ética nos sirve como punto de partida para analizar el idealismo que representa la evolución
humana, separado de un status quo carente de nociones y criterios básicos y estructurados

moralmente, que inhiben el desarrollo en todo el espectro de clasificaciones multiculturales en

los cuales se manifiestan las sociedades.

La evolución de la sociedad en todas sus manifestaciones representa una condición sinérgica y de

autosuficiencia de los individuos y entre estos así como con su entorno en las cuales se obtenga

el mayor provecho de las circunstancias y objetivos generalistas en la búsqueda del bienestar , la

eficacia y optimización como fundamentos éticos en las respuestas y soluciones de las distintas

problemáticas en la estructura social, cuando se carece de cualidades éticas en el ser se generan

inconsistencias en las dinámicas de relación entre las personas entorpeciendo fines progresistas,

siendo la mesura democrática y pacifista la puerta abierta hacía la transición al “ideal”.

Cronológicamente y antropológicamente se puede observar que a medida que el desarrollo

cognitivo y consciente de las personas entre otros factores anatómicos y externos tocan la

especie, proporcionan mejores capacidades en distintos aspectos y nosotros como seres con la

capacidad de dirigir nuestra persona, mediante los buenos valores, implementados con las

normas éticas encaminadas hacía los derechos humanos y todo lo que representa la dignidad

humana en relación con los distintos ecosistemas y entornos políticos y sociales dotar la sociedad

de la adecuada estructura sistemática que ponga fin a la incapacidad del orden de satisfacer las

necesidades sociales en un grado superlativo.

 PARCIAL TERCER CORTE ÉTICA

 GRUPO Y

 Ramírez Bayeh Michael David

 1065899229

UNIVERSIDAD DE PAMPLONA NORTE DE SANTANDER; FACULTAD DE

INGENIERÍAS Y ARQUITECTURA; INGENIERÍA QUÍMICA.