“La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego” (William Butler Yeats) 1. ¿Cuál debe ser la reflexión del docente frente a su quehacer profesional que con lleve al mejoramiento de los procesos formativos? Mi reflexión como docente del presente y del futuro se basa en la pasión, el compromiso, la dedicación y el amor por ser parte de un proceso formativo de los jóvenes de hoy que serán hombres del mañana, porque si no hacemos nuestro quehacer pedagógico reflejando todo lo que decimos difícil será que estos jóvenes se apasionen por lo que quieren y hacen. Cuando un proceso formativo es ejecutado con esos sentimientos las actividades a realizar serán con más agrado e interés; todo esto debe de ser también con el engranaje del conocimiento teórico y el manejo del aprendizaje que debe tener el docente, con las estrategias metodológicas y las técnicas didácticas activas que le permitan el mejor desarrollo del proceso de formación, con las diferentes situaciones que se pueden presentar en este proceso; también mantener una actualización de su rol como docente contemplando siempre la mejora continua. La reflexión debe iniciar desde mi rol como docente y mi quehacer profesional como integrante de un modelo pedagógico y mediador de enseñanza, no solo en educación sino también de personas para la vida, la sociedad, el mundo laboral; todo esto llamado integralidad. Generando personas transformadas, con mucha visión de futuro positivo, resolviendo conflictos y llegando a un punto de personas felices y con éxito. Como elemento importante de esta reflexión es que el docente debe saber liderar un proceso formativo, para la búsqueda y enmarcación de esa integralidad en los estudiantes, como también mejorando o transformando sus actitudes. La labor de un docente no debe ser pasajera o estacionaria para los estudiantes, esta es la razón para darnos cuenta que la labor de enseñar es continua y que es de responsabilidad, dedicación y calidad en un proceso formativo porque es una etapa fundamental para el joven de hoy y el hombre del mañana. 2. ¿Cuáles son las competencias pedagógicas y actitudinales de un buen docente? Como se mencionó anteriormente el docente debe ser líder del proceso de enseñanza- aprendizaje y tiene un papel fundamental en él, porque en el docente depende la calidad y el objetivo de la formación. Para que se cumpla con estos parámetros el desempeño del docente es clave y acorde con el proceso formativo, utilizando un equilibrio entre el conocimiento teórico y técnico, la pedagogía y la metodología de su perfil profesional y la forma de trasmitirlo; un buen docente debe saber mantenerse actualizado, realizar constante retroalimentación de aprendizaje e ir con la evolución de la educación. En esos constantes cambios en la educación la tecnología juega un papel muy importante como es el manejo de las TIC, también de estar enterado e informado de las nuevas teorías, metodologías y estrategias didácticas para fortalecer mi pedagogía a la hora de planear y ejecutar los procesos formativos de estas generaciones. Por último tiene que ver con aspectos actitudinales como la responsabilidad, la solidaridad, la organización, la disciplina, el entusiasmo, entre otras virtudes, deben ser parte del conjunto de valores que cada docente tenga y fortalezca.