Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
CONSCIENCIA H’INFINITA
EL NIÑO ALEGRE Y EL NIÑO HERIDO
Ese dolor es el que crea otra parte del niño interior, el niño interior herido.
La mayoría de nosotros en la infancia tuvo heridas emocionales que, si no
pudo solucionar en su momento, aún están vivas en nuestro interior.
La buena noticia es que ahora, de adultos, podemos intentar comprender lo
que le pasa a nuestro niño interno para sanarlo.
Cuando sientas una emoción negativa, pregúntate por qué te sientes así y
trata de comprenderte. Cuando sientes dolor, es porque tu niño interior
necesita amor y aceptación.
De este modo, al lado de nuestro niño interior inocente y espontáneo, que
representa el amor que somos, también vive un niño interior herido que
representa el amor que no pudimos recibir.
Detrás de estos momentos se expresa el niño interior sano y feliz que aporta
valor a la vida conyugal.
…Nuestros padres.
Toda relación de pareja comienza con papá y mamá. Para la mente infantil
no existe otra realidad que la que representan los padres.
Y sucede que cuando iniciamos el camino del amor, éste conlleva aprender
a amar no sólo a la parte adulta de nuestra pareja, sino que también al niño
o niña que ésta trae consigo de fábrica.
Hay, por lo tanto, un poderoso vínculo entre nuestro niño interior y las
relaciones de pareja.
Solo podemos dar a nuestra pareja el amor que tenemos dentro, ese amor
contenido en el «tanque emocional personal».
Ese tanque de amor propio pudimos llenarlo, o no, cuando fuimos niño.
Sanar nuestro niño interior es revivir de nuevo el pasado para dejar salir el
dolor que aún nos sigue afectando en el presente.
Pero también tenemos que recuperar a nuestro niño interno feliz, sano y sin
miedo; porque esa parte de nosotros nos dará la fuerza necesaria para
abrirnos a la vida como adultos responsables.
Ese niño herido aún está esperando que su dolor sea sanado. Y es desde la
madurez como podemos integrar y liberar ese dolor.
La vida es un devenir. Todo lo que sucede en nuestra vida tiene una razón
de ser, y comprenderlo es el primer paso para transformar aquellos patrones
de comportamiento que nos causan dolor.
Los adultos con el niño interior herido se reprimen cuando deseas hacer
cosas propias de la infancia. Desean dar una imagen correcta, seria, de
adultos. No se dan cuenta de que todos los humanos tenemos la necesidad
de volver a ser niños de vez en cuando. Y no es malo, no es inmadurez, sino
que están dejando a su niño interior que se divierta.
“Los hombres o las mujeres no dejan de jugar porque envejecen; envejecen
porque dejan de jugar” –Oliver Wendell Holmes-
Lo cierto es que no hay nada más saludable que dejar que tu niño interior sea
espontáneo. No lo reprimas, la edad adulta también necesita de vez en
cuando sacar esa parte divertida.