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SANTIAGO R U E D A - E D I T O R
BUENOS AIRES
A
Benjamín Péret
p -r o í o ^ o
[9]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[10]
PRÓLOGO
[ 11]
H I S T O R I A DE L S U R R E A L I S M O
[^ ]
“N o tengan duda, son los enem igos d el orden los que ponen
en circulación ese filtro de lo absoluto. L o pasan clandestinam ente
bajo los ojos de los guardianes en fo rm a de libros, de poemas. El
p re tex to anodino de la literatura les p e rm ite dar, a u n precio que
desafía toda com petencia, ese ferm e n to m ortal cuyo uso ya hace
tie m p o debió generalizarse.. ¡ C om pren, com pren la condenación de
sus almas, p o r fin conseguirán la perdición. A q u í tienen la m a q u i
naria que trastorna el espíritu. Yo doy al m u n d o esta noticia de
prim era plana; u n nuevo vicio acaba de nacer, u n vértigo más le
ha sido dado al hom bre: el surrealism o, hijo del frenesí y de lo in
cierto. E n tren , entren, a q u í es d onde com ienzan los dom inios de lo
instantáneo ..
A RA G O N
(L e Paysan de París, 1924)
?rtencia
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HISTORI A DE L S UR R E A L I S M O
[ 16]
ADVER TENCIA
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HI S T OR I A. D E L SURREALISMO
[ 18 ]
J ¡ m a n era J e in tro d iu ccion
André Bretón,
„ r y t J É es el surrealismo?
—Es u n todo. U n todo viviente. H a entrado en la vida
de todos los d ía s 1. T a l novela es surrealista, tal pieza de teatro
tiene un “aire" surrealista. El cartel que nos detiene en la calle,
el escaparate de comercio que nos traga, son ahora surrealistas.
T o d a m anifestación que escapa a la vida chata y común, por
poco que asombre, es surrealista. Este fin de civilización, es su
rrealista.
Sin embargo, se tra ta de otra cosa.
—¿De u n m ovim iento poético?
—¡Ciertamente! ¡Y qué m ovimiento! Sí se habla de ‘'revo
lución” rom ántica, ¿qué térm ino podrá convenir a esta trom ba
m arina q ue no solam ente se tragó al rom anticism o con cola y
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A M A N E R A DE I N T R O D U C C I Ó N
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H I S T O R I A DEL SURREALISMO
e ía í oración
Gf-ílí
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H I S T O R I A DEL SURREALISMO
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LA EL A B O R A CIÓN
"A d m ito que dos más dos cuatro es u n a cosa excelente;, pero,
si es necesario elogiarlo todo, diré que dos ?nás dos cinco es tam bién
una cosa encantadora”.
Dostoievsky
[ 29]
H I ST O R I A DEL SURREALISMO
i.e.fabric
la lluvia
náquinas
]ue le hicie-
ureza su nal, la caída
¡Valient d io el íiorn-
la para j .e la n a tu ra
leza, y, al conseguirlo, no se dio cuenta de que se encerraba a sí
mismo, In ú tilm ente grita, protesta, se deshace los puños contra
los barrotes; éstos resisten, fueron construidos con u n trabajo real
m ente concienzudo, verdaderam ente perfecto. El m al no está sólo
en sus creadores, está en eí hom bre. H a construido una atroz civi
lización norque se convirtió en u n m onstruo cerebral con las facul-
tade icziocínio hipertrofiadas. La razón h lógica, las catego
rías, 1 t j si dos.y dos son ou i> e terin i ■ por
ep-.-]" i'-!'-1-■”! i i h «i ¡e, /¡vientes, cuando no u a n ou i > que
retar
í, infinitam ente superiores al empirismo prim itivo
y a l n isnao religioso, pero simple etapa en- el camino del
pen . o que debía ser superada. El viejo H égel y su dialéc-
tica son los justificativos de esa im prescindible superación y no
es p or casualidad que los surrealistas h arán de esto el eje de su
filosofía. Pertenece siempre, es verdad, al sector de los “razona
dores”, de los lógicos, de los fabricantes de sistemas camisa de
fuerza. ¿Pero quién podrá decir si, tam bién en este sector, algunos
hombres, que h an com prendido el divorcio fundam ental entre
el ser hum ano y el m undo, no lanzarán ■el grito de alarma? Así
en realidad parece. H an ido con prem ura a los cursos del Colegio
de Francia para oír a Bergson vituperar la razón y proclam ar la
om nipotencia del “im pulso vital”, Pero éste, incapaz de definir ese
“im pulso v ital”, no hizo más que proponer nuevam ente la antigua
fórm ula m ística y dar el más sonado ejem plo de su i
filosófica, al caer en los brazos de la iglesia católica. i
es más serio. No siempre se com prende su lenguaje c >,
pero produce extraordinarios resplandores que se expanden de
tanto en tanto en auroras boreales: “Nos hemos equivocad©
l a e l a b o r a c i ó n
—d íte en sí nos,
las concepcl mo;
pasando de ih , .... t i fs j_,a i - 1 --i-' -.-TC qu.- i.snía-
níos, es falsa; falso el tiem po q habíamos fabricado. L a luz
se propaga en línea curva y la masa de los cuerpos es u n verdadero
elástico”. Los epistemologistas le siguen los pasos y gravemente
se interrogan sobre las condiciones y los límites del conocimiento.
Parece que este últim o es otra cosa que la acción, a la que la
ciencia provee de recetas que únicam ente sirven para ella. Ya
no es posible confundirlas: aquí están los matem áticos con su
geom etría que no necesita ele Euclides ni de su famoso pos
tulado. L a razón, la todopoderosa razón, aparece en el banquillo
de los acusados, acusado m udo, que nada puede aducir en su
'defensa. una cosa distinta de lo que vemos, oímos, to-
( i ic" £°n iftius ajustamos, Existen fuerzas desconocidas que nos
: 13 c ! r , u ure las cuales tenemos la esperanza cíe actuar. Sólo
abrirlas.
'E l hom bre se desgarra entre su razón, siem pre orgullosa
aunque agonizante, y u n a región desconocida, que siente corno
el verdadero móvil de sus actos, de sus pensamientos, de su vida,
y que se le revela en el sueño al que consagra casi la m itad de
su existencia. Y es ahí donde se atreve a poner sus ojos. Conoce
así seres extraños, se m ueve entre paisajes nunca vistos y es arras
trado a exaltadas acciones.
U n sabio p siq u iatra de Viena, provisto de u n a linterna sorda,
trata de recorrer ese laberinto' oscuro. Sus descubrimientos son
tan escalofriantes, que el burgués, interrum pido en su diges
tión, se ese ir daliza. Los médicos surrealistas siguen las, huellas
del bonrbre de 'hena, y, por el w i U r o c '1 sombran, se m aravi
llan, descubre.- nuevos tesoros EJ 11 gi e separaba tan ce
lo tan inm utabf i = ¡ - 1 1 11 n de la vida pública,
1 i i n 1 snte de lo c te, el sueño del “pensar dirigido”,
lo&i ^ , su^desrnqrona. w iuire inclinada de la respetabilidad
burguesa se deshace en partículas. ¿ o de la
unidad? ¿Orfeo podrá reu n ir los ped destro
zado? U na enorme esperanza nace. Los surrealistas encuentran
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LA ELABORACIÓN
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LA ELABORACIÓN
Je t’invoque, in q u ie l d ’u n p o u vo ir de m antean
Chim éricjue de fée a tes pas sur la terre,
Un p e u triste p eu t-étre e t rebelle p lu tó l
Q ue to ute abandonée au glacis volontaire.
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LA ELABORACIÓN
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que sucedía en Zuriefa, B retón sólo en 1917 verá por prim era
vez, cu casa de A pollinaire, los núm eros de Dada, D adá no n a
cerá en París sino con la venida, en 1919, de Tzara, “esperado
com o.un mesías”. Por el m om ento se podían leer los poemas de
E luard (Le devoir et Vinquiétude, 1917), los de Soupault (A q u a -
rium, 1917), tentativas de búsquedas personales sin ninguna in
fluencia de Dadá.
Al producirse el armisticio, los futuros fundadores del surrea
lismo se encontraban Im pregnados de una atmósfera especial
m ente propicia para ese movimiento. Q uiéranlo o no, son arras
trados poi corriente que A lbert-B írot llamó Espíritu
Moderno. .. .Picasso, que no lia term inado de asom
brarlos; a “el últim o gran poeta” según Bretón; a
Reverdy, que ya utiliza numerosos procedim ientos surrealistas
en la composición de sus extraordinarios poemas; a M ax Jacob,
el “m istificador de genio”. Los Calligrammes de A pollinaire apa
recidos en Sic, los poemas “para gritar y b ailar” de A lbert-Birot,
son Innovaciones lo bastante considerables como para asombrarlos
e inquietarlos. Y más tarde rom perán con la escuela del cubismo
literario. C uando com prenden que no es más que un cenáculo
igual a los otros y que, con el pretexto de traer lo nuevo, cosa
que Indudablem ente tienen los partidarios del Espíritu M oder
no, no hace más que plantear los mismos problem as sin solu
ción dentro de un círculo vicioso. ¿Será necesario encantar siem
pre los ojos, los oídos y aun la inteligencia? Jacques Vaché había
escrito a Bretón; “El arte es una estupidez”. Y Tzara, desde
Zurich, respondía como u n eco: “Todo lo que se ve es falso”.
¿No era mejor- ■™t'mces, en lugar de seguir ese perpetuo girar-
de calesita, ro e u n a vez con toda esa m entira? En eso se
ocupaba con ' zara, que hacía adeptos entusiastas en la
Alem ania vencida, presa del ham bre, de la miseria y de las
convulsiones revolucionarlas. Y en eso se irían a ocupar por ú lti
mo B retón y su grupo.
3
2 ) a d d
Georges Ribemont-Dessaignee
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LA ELABORACIÓN
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LA ELABORACIÓN
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LA E LABO RAC IÓN
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R n l U l i S
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dos p o r D adá en la "G alerie M ontaigne”, fué porque ese género de recussos
ya no m e atraía. Así pude haber llegado tranquilam ente a mis veintiséis, a
mis treinta años, pero estoy decidido a huir de todo lo que tome la aparien
cia de esa com odidad. . . ” A prés D adá (en Les pas perdus.)
1 “B ien puede nuestra época no estar en una gran reconcentración,
¿pero aceptaremos mantenernos siempre en buenos propósitos? . . Ibi d.
2 André Bretón: Láchez tout! (Les pas perdus).
3 Ibid.
i Ibid.
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LA ELABORACIÓN
L55J
4
esC oó i í i ó t i m a d o reá d ei ó u r r e a í i á m o
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LA ELABORACIÓN
1 R epublicano que adoptó el sombrero marino de ese nombre (N. del T.)
2 V er A lbert Béguin: L ’ám e ro m a n tiq u e et le reve (C oríi).
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1 Rim baud
2 Tzara: E ssa i. . . (loe. cit.)
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LA ELABORACIÓN
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LA ELABORACIÓN
16?!]
HIST O R IA DEL SURREALISMO
1 Ibid.
2 D euxiém e M anifesté du Surréalism e
3 A ndré B retón: Caracteres de l’evolulion m oderne: “ . . . e r a una a ctitu d
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LA ELABORACIÓN
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SEGUNDA. P A R T E
’C 1 p e r ío d o heroico
Á
áurrealiám o
JL ép o i o& m e n o s
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anteriorm ente. Más aún, pretenden que sus recursos son infi
nitam ente más valiosos que cualesquiera otros 1.
M ucho tiem po después de la creación del movimiento, esta
voluntad de investigación científica en la zona develada por
Freud, no los abandona, y es, desde este punto de vista, que
será honesto juzgar los resultados literarios y plásticos a que
llegaron, sin pretender sujetarlos a cánones de arte y belleza a
los cuales jam ás quisieron someterse.
Se sabe cómo Bretón, tuvo por la prim era vez la revelación
de ese extraño m undo, que él y sus amigos debían recorrer
durante años en todo sentido:
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el periodo heroico del surrealism o
1 A ragón: Ibid.
2 A ragón: Ibid.
3 “El gran choque de u n espectáculo sem ejante req u ería £ovzesyme¡ne
cxplicaiones delirantes: el m ás allá, la mefempsiecsis, lo mavavilíoco. El
precio de tal in te rp reta ció n eran la in cre d u lid a d y la b u rla. E n verdad, fueron
menos falsas de lo q u e se p ie n s a , . A ragón: ibid.
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2
creación J e i m o vim i en lo
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¿Quiere decir esto que todos los que utilícen la fórm ula van
a convertirse de pronto en grandes poetas? ¿Que los hallazgos van
a brotar ante sus deslum brados ojos? L a escala de valores del
subconsciente es infinita y si esta liberación del subconsciente
no es otra cosa que la inspiración, ésta no es la misma en cada
individuo, ni para cada o portunidad de su vida, ni en cada una
de sus horas. T iene sus cansancios, sus depresiones; difiere sobre
todo según los sujetos 1. Por esto la posibilidad será dada desde
ahora en adelante sólo a los que posean una inspiración viva
y rica y la capacidad de traducirla en imágenes deslum bradoras,
en símiles fulm inantes, aunque tengan a m enudo apariencia
absurda. Pero q ue les perm ita, en u n a palabra, realizar en m a
nera continua y perm anente actos poéticos y explorar Jo_desco-
i con la misma facilidad con que el hom bre se m aneja
t da práctica aplicando sus facultades razonadoras.
i el m edio más a m enudo em pleado por los surrealistas,
aunque no siempre ni por todos. Ejem plo es E luard, que perso
nalm ente poco practicó la escritura autom ática. Este método, se
gún los individuos, dejará resultados distintos, frutos no de talen
tos desiguales sino de subconscientes diversamente ricos. Si no
puede negarse que u n a gran parte de la producción surrealista
resulta ilegible, tuvo sin duda su papel revelador y dió obras
que alcanzan a las más fascinantes de cualquier época. La poesía
no es ya distracción de adolescentes en trance de crecimiento,
sino u na práctica que presenta la personalidad en su auténtica
integridad y que influye sobre los demás por influjos que perm a
necen en el misterio. El poeta !u : i u lo = l p
p ira”, en el que suscita actos r. ¡ e i? mi n > ° n i n
transform aciones de vida. No
i A ragón p o n ía las cosas en su p u n to justo algunos años más tarde: ‘'El
surrealism o es 3a inspiración reconocida, aceptada y practicada. No ya
como u n a a parición inexplicable, sino como u n a fa cu lta d croe se ejercita.
N orm alm ente lim ita d a por la fatiga. De u n a a m p litu d v ariable según las
fuerzas de cada u no. Y cuyos resultados son de u n interés desigual . . . Ara
el fondo de u n texto surrealista tiene im p o rta n cia en sum o grado, y es
eso lo q u e le da u n precioso carácter de revelación. Así si ustedes, siguiendo
el m étodo surrealista, escriben innocuas im becilidades, no serán m ás q u e in n o
cuas im becilidades. Sin excusa .. A ragón: T raité d u slyle, (1928.)
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A R T A U D Y LA C E N T R A L SU R R EA LISTA
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3
n m e s 'a á arm aá
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HISTORIA BEL SURREALISMO
“¿Dicen que uno se suicida por amor, por miedo, por enfer
medad? No es cierto. Todos am an o creen amar; todos tienen
miedo; todos son más o menos sifilíticos. El suicidio es un
medio de selección. Se suicidan los que no tienen esa casi u n i
versal cobardía de luchar contra cierta sensación de alma, tan
intensa que hay que tom arla, por el m om ento, como u n a sen
sación de lo verdadero. Sólo esta sensación perm ite aceptar la
más realm ente justa y definitiva de las soluciones: el suicidio".
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. .la convicción que aquí com partim os todos, que es saber que
vivimos en el pleno corazón de la sociedad m oderna con u n com
prom iso tan serio como para justificar de nuestra parte todos
los excesos. . . ¿Quién habla de disponer de nosotros, de hacer
nos co ntribuir en la abom inable com odidad terrestre? Queremos,
tendrem os el más allá de nuestros días. Solamente será necesa
rio escuchar nuestra Impaciencia y quedar sin reticencias a las
órdenes de lo maravilloso ..
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satos, escondan las palmas de sus manos con esos callos intelec
tuales de ios que tanto se enorgullecen! M aldigo la ciencia, esta
herm ana gemela del trabajo. ¡Conocer! ¿Bajaron alguna vez al
fondo de esas negras minas? ¿Qué encontraron allí? ¿Qué ga
lería hacia el cielo? En fin, sólo les deseo que u n gran des
prendim iento de grisú los restituya, por últim o, al ocio, que es
la única p atria del verdadero pensam iento . .
l L a R é v o lu tio n Surréaliste, N9 4.
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una fruta, lanzada no se sabe por quién, vuela por los aires y
i-a a reventarse contra uno ele los personajes oficiales, en tanto
que se vocifera “ ¡Viva A lem ania!” Bien pronto el desorden
se transform a en u n tum ulto. Pliilippe Soupault, suspendido de
la araña, que utiliza como u n trapecio, voltea con los pies las
copas y botellas de la m esa1. A fuera los m irones se apiñan.
Los golpes caen a derecha e izquierda. Más tarde, Rachiicle
pretenderá que recibió u n p u ntapié en el vientre, de u n fornido
gañán con acento alem án. N o hay duda que quiso acusar a M ax
Ernst. En m edio de esta baraúnda, el prudente Saint-Pol-Roux,
tal el p iloto de u n navio perdido en m edio de la tem pestad,
trata de conseguir la calma, consternado con lo que sucede. Sus
palabras de apaciguam iento no son escuchadas ni por sus p arti
darios oficiales. L a ocasión se prestaba p ara reducir a silencio
a “esos provocadores surrealistas”, Y como no se puede llam arlos
a razón, se recurre a la defensora n atu ra l de la poesía agraviada,
la policía, a la cual se le señala los que merecen ser apaleados.
E ntre los gritos de “ ¡Viva Alem ania!”, “ ¡Viva la C hina!”, “ ¡Vivan
los rifeños!”, Micliel Leiris abre u n a ventana que da al bulevar
y grita a plenos pulm ones: “ ¡Abajo Francia!”. Invitado a “des
cender” p o r la m uchedum bre, no dejó de hacerlo, y la batallóla
continúa en el bulevar M ontparnassé. Leiris, desafiando a la
m uchedum bre y la policía, p o r poco es linchado. Lo llevan a
la comisaría y allí lo m altratan, en tal form a que le serán n e
cesarios varios días de cama para reponerse de los golpes reci
bidos.
Fué enorme la repercusión de este escándalo y hasta hoy no
se olvida. T odos los diarios clam aron pidiendo justicia y p u
blicaron las entrevistas que, indignada, dió Mine. Rachiicle, vícti
ma de los “agentes alemanes”. “O rion”, de la A ciion Frangaise,
propone, en u n a “C arta abierta a los cronistas literarios”, poner
a los surrealistas en cuarentena 2, organizando, para castigarlos,
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4
i querva de *¥f]arruecoó
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TERCERA P A R T E
*t*>¿p e r io d o re n o v a d o r
óurreahóm
iii¿ o
/
X ■a cnáió
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EL PERÍODO R E N O V A D O R DEL SURREALISM O
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a a ñ o d e taá rectlizacioneó
rea k
1 ]
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EL PERIODO R E N O V A D O R DEL SURREALISMO
1 A ragón.
2 “Las d istintas prefiguraciones de Cristo, desde su somero calzón de
Ecce-Homo flagelado hasta su inverosím il Corazón de jesús, y, adem ás, todos
los m ártires, ¡qué interminable cosecha p a ra los sádicos! Par?, los masoquistas
los sufrim ientos del infierno, los castigos, las disciplinas perm itidas. P a ra los
fetichistas, los escapularios, las reliquias, las cintas ele la V irgen M aría, el
calzado de las santas. T o d as estas inversiones inconscientes q u e p a ra la gente
vergonzante re su lta n ta n cómodas. ¡C uántas vírgenes p a ra Lesbos, cuántos san-
sebastianes p a ra Sodom a!. . . D e esta m an era m uchas fuerzas desviadas en
c u en tran en la iglesia u n a aplicación q u e evita al m u n d o el escándalo. Los
m aniáticos de la castidad se conform arán con ser rozadores de la divinidad,
que, si su tem peram ento lo p e rm ite cuando la h isteria h a y a hecho su obra,
se co n v ertirán en santos y m an c h ará n sus p antalones en los éxtasis, oirán
voces y llegarán h a sta tocar “las vestim entas de los ángeles” . . .
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H I S T O R I A DEL SURREALISMO
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EL PERÍODO R E N O V A D O R DEL SURREALISMO
[ 157 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
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EL PERÍODO R E N O V A D O R DEL SURREALISMO
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H IS T O R IA DE L S U R R E A L I S M O
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4
'iólá l e 1929
[ 161]
H I S T O R I A DEL 3JP, ° F / T ;< .O
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EL PERÍODO R E N O V A D O R DEL SURREALISMO
in d ife ren te (la suerte de León T rotsky) , ¿no cree que, a u n q u e sea en calidad
de testigo, el a u to r de L a R év o lu tio n et les In tellectu els debe estar p re
sente?. .. ”
l “L a lite ra tu ra acecha a su 'víctima en la en crucijada del escepticismo
y de la poesía. Solam ente la acción colectiva puede absolver los errores in d i
v id u a le s ... Se tiene q u e vencer al confusionism o q u e parece m are ar a la
m ayor p a rte de los e s p ír itu s ... N o hay q u e traicionar a los obreros que
hacen la R evolución: las cuestiones personales se deben p la n te a r cuando
uno se da con tra id o re s. . . ”
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EL PERÍODO R E N O V A D O R DEL SURREALISMO
[ 165 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 166 ]
EL P ERIODO R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
clasificar este m ovim iento entre los pasados, los presentes y ios
futuros. Asimismo son irrisorias todas las escuelas artísticas y filo
sóficas que pretendan dar la solución y aun las mismas que se
opongan al arte y a la filosofía con el pretexto de que en estos
terrenos no puede haber tal solución. El surrealismo contiene y
supera estas dos disciplinas y no se preocupa en absoluto por la
fisonomía que pueda presentar, absorbido como está en la búsque
da del referido punto, en el cual la contradicción ya no existe 1
¿Es necesario hacer hincapié en que este propósito supone
ante todo u n a ru p tu ra radical con el m undo, tal cual nos h a sido
dado, por la ejercitación de una violencia constante y total? Si el
surrealismo se asienta sobre u n dogma, éste es “la rebeldía abso
luta, la insum isión a todo, el sabotaje sistemático” 2.
A la vez B retón rehúsa todos los padrinazgos. Recusa asimis
mo a los m uertos que con anterioridad los surrealistas recono
cieron como precursores, a R im baud, Baudelaire, Poe (“Escu
pamos al pasar sobre Edgar Poe”) , Rabbe, Sacie, sosteniendo que
“en trance de rebeldía ninguno de nosotros debe tener necest
dad de antepasados. T odo está por hacerse y todos los medios serán
buenos para em plearlos en dem oler las ideas de familia, de patria,
de re lig ió n .. . La actitud surrealista no soporta el acomodo y
exige de los que la adoptaron tal pureza ,que, sin duda, es casi
imposible m antener. ¡Qué im porta! A unque el últim o surrea
lista defeccione, el surrealismo seguirá viviendo, Siempre h a de
haber hom bres jóvenes que se alzarán en el tiempo, y el tiempo,
enam orado de la honradez y la pureza, ha de tom ar la experiencia
y continuarla. Por ello, en vista de esta acción futura, se necesita
mostrarse intransigente respecto a la conducta de los hombres
[ 167 ]
H I S T O R I A DEL S U R R E A L I S M O
[ 168 ]
EL P E R Í O D O R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
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H I S T O R I A DEL SURREALISMO
1 Bretón.
2 “Desnos tuvo en el surrealismo un papel necesario, inolvidable, y el
m omento es, sin d uda, el m enos indicado para ponerlo en d u d a . . . ”
[ 170 ]
EL P E R Í O D O R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
[ 171 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
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EL PERÍOD O R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
[ 1? 3 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 174 ]
5
“J U áeruicio d e ici re vo lu c ió n
[ 175 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[ 176 ]
el perio do renovador del surrealism o
1 Ribemont-Dessaignes.
2 id.
3 jac q u es Prévert.
i id.
[ 177 ]
H I S T O R I A DEL S U R R E A L I S M O
[ 178 ]
E L P E R ÍO D O R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
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H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
1 André Bretón: “La barca del amor se lia estrellado contra la vida
cotidiana.” (de P o in t d u Jour. 1934) .
2 “A ragón se presentó en el dom icilio de Levinson. Éste, tem iendo por
su integridad física, se refugió tras su m u je r alegando no poder defenderse
“p o r haberse roto un brazo recientem ente”. Aragón, ante tal cobardía, se
las tomó con la vajilla, que arrojó por la ventana. Llamada la policía, en.
presencia de los agentes, Aragón le dió un puñetazo al c rític o . . ” de
H u m a n ité , 3 de ju n io de 1930.
[ 180 ]
EL P ERÍO D O R E N O V A D O R DEL S U R R E A L I S M O
[ 181]
H IS T O R I A DEL SURREALISM O
L a vuelta a la nada:
[ 182]
EL P E R Í O D O R E N O V A D O R D E L S U R R E A L I S M O
[ 183.1
CUARTA P A R T E
Aragón. (1924) .
[ 187 ]
H I S T O R I A DEL S U R R E A L I S M O
[ 188 ]
A U T O N O M Í A DEL S U R R E A L I S M O
[ 189]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[ 190 ]
AUTO NOM ÍA DEL SURREALISMO
Este pedido en pocos días fué firm ado por más d e .trescien
tos intelectuales, muchos de ellos no simpatizantes con el surrea
lismo.
El asunto no se detiene aquí. Si las autoridades parecen dar
; atrás ante el ridículo de la acusación, la polémica se pre-
ntre B retón y algunos intelectuales como R om ain R olland,
¡ Gi l , intérpretes de u n a corriente más amplía» que alcanza has-
ta a verdaderos revolucionarios, y que perm ite censurar a los su
rrealistas p or reh u ir las responsabilidades. P ara u n revoluciona
rio, asum ir la responsabilidad de sus escritos es tanto como asu
m ir la. responsabilidad de sus actos. Pero los surrealistas —ya se
h a visto a propósito de T raité du Style— h an declarado que no
se veían en la obligación de solidarizar sus actos a sus palabras
y que, en últim a instancia, éstas —y es la tesis de B retón— no
p odrían en u n poema, siendo m anifestación del subconsciente,
com prom eter a su autor. A quí se llegaría al denigrante reproche
de que los surrealistas, participando en la lucha revolucionaria,
no quieren aceptar los riesgos, escudados en el “arte que lo ex
cusa todo” y que les perm ite escapar a las consecuencias. Es in
ú til que B retón p or sí solo argum ente; la tom a de posición del
grupo en su totalidad hubiese tenido otro carácter.
Sea como fuere, estos son sus argumentos. Se rebela, en p ri
m er lugar, contra la inculpación, que crea u n precedente repre
sivo peligroso, en m ateria de poesía, por delitos de opinión. H as
ta ahora esta represión se ejercía contra los escritores en prosa,
que es la expresión de u n pensam iento reflexivo, sistemati
zado. Es cierto que B audelaire fué perseguido por la inm orali
dad o la obscenidad con que perfum aba algunos de sus poemas,
[ 191 ]
H I S T O R I A DEL SURREALI SMO
[ 192 ]
A U T O N O M Í A DEL SUR REALISMO
[ 193 ]
H I S T O R I A DEL S U R R E A L I S M O
ra, en conocim iento de los hechos, sabemos por qué p reg u n tar
nos cuál fué su significado. Como final, produce la ru p tu ra de
Aragón con el grupo que había contribuido a fundar y del que
era ju n to con B retón y E luard, uno de sus reconocidos m antene
dores. ¿Tiene su p artid a u n a im portancia general p ara el su
rrealism o o debe considerarse únicam ente como fenómeno p ro
pio a u n individuo? A m enudo en los escritos que tratan del
surrealismo, repitiendo así u n a idea em itida ya por B retón, se
dice que A ragón h abría seguido el mismo camino de N aville h a
cia u n a posición de “oportunism o político”. Lo dos h an roto
con el surrealism o p ara ingresar al P artido Com unista, pero,
en verdad, con m odalidades y en épocas muy diferentes. Naville
planteó abiertam ente la cuestión, no de u n ingreso puro y sim
ple al P artido C om unista, cosa de significación únicam ente forma!,
sino de u n a transferencia por las vías de la nación revolucionaria
en la que consideró debía seguirlo todo el movimiento en procura
de u n a política rnarxista, representada entonces por la Tercera
Internacional. E n ese m om ento su encarnizado adversario fué
Aragón, que tildó de “deshonrosa” la acción política.
Aragón, por su parte, franquea privativam ente el lím ite que
siem pre lia separado al surrealismo de la acción política, del
marxismo, es decir, que reniega del surrealismo' para hacerse co
m unista. Y como su conducta durante m uchos meses carece de
claridad, los surrealistas con justa razón, consideran que m aniobra
p ara llevarlos a pronunciarse burocráticam ente en favor de la
política literaria del P artido Com unista. Los surrealistas no ven
en las exigencias del comunism o otra cosa que u n a abjuración
y u n a servidum bre a la literatu ra de propaganda.
Además, y esto es de sum a im portancia, la evolución de N a
ville y la de A ragón no se producen en la misma época. Aragón
no hace más que seguir paulatinam ente la corriente que lleva a
los intelectuales avanzados de todos los países hacía la U. R. S. S.,
en m om entos en que ese paso no causa a los que lo realizan n in
gún perjuicio. Así los surrealistas consideraron la actitud de A ra
gón como u n a parodia, como u n a “traición”, que le reprocha
ron con am argura du ran te años.
[ 194 ]
AUTO NOM ÍA DEL SURREALISMO
[ 195]
2
%ií y, í a p a r a n o i a - c rític a
I' A salida de Aragón no arrastra a nadie del grupo tras él, Dalí
A“' y B uñuel, que acaban de hacer juntos la gran película cine
m atográfica L ’Age d!or, cuya proyección suscitó la'có lera de las
“Juventudes Patrióticas” que la sabotearon, refuerzan el movi
m iento con. su ingreso. El surrealismo continúa expresándose por
interm edio de Le. Surréalisme au Service de la Révolution, del
que aparecen dos núm eros en 1931 y dos en 1933. D alí infunde,
.además, u n a nueva anim ación al m ovim iento, dotándolo' de su
m étodo de análisis paranoico-crítico.
Ya se sabe lo que es la paranoia. Consiste en u n delirio de
interpretación del m undo y de su yo, a los que da u n a im por
tancia exagerada. Pero lo que diferencia este desequilibrio' de los
otros estados de alteración m ental, es u n a sistematización perfec
ta y lúcida que lleva a u n proceso de supervaloración individual,
conducente a m enudo a la m egalom anía y al delirio de persecu
ciones. Presenta u n a cantidad de formas coherentes, a p artir de
su iniciación, que se acom pañan de alucinaciones, de interpre
taciones delirantes de los fenómenos reales, que a cada m omento
[ 197 ]
H I S T O R I A DEL SURREALI SMO
[ 198]
au to no m ía del surrealism o
[ 199 ]
H I S T O R I A DEL SURREALI SMO
“El prim ero entre ellos que nos atrajo, ejerciendo sobre nos
otros la fascinación de lo nunca visto, fué u n a media máscara
de metal, asombrosa de rigidez y al mismo tiem po de adaptación
[20 0]
A U T O N O M I A DEL SURR EAL ISM O
[ 201 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[ 202 ]
A U T O N O M I A DEL S U R R E A L I S M O
[ 203 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[ 204 ]
A U T O N O M Í A DEL SURREALISMO
[ 205 ]
H I S T O R I A DEL SURREALI SMO
[ 206 ]
o£a política óurreaiiáta
A n d ré B retón.
[ 207]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[208]
A U T O N O M I A DEL SURREALISMO
[ 209 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[ 210]
au tono m ía del surrealism o
[ 211 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[ 212 ]
A U T O N O M Í A DEL SURREALISMO
[ 21 3 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 214 ]
A U T O N O M Í A DEL SUR REALISMO
[ 215 ]
n
J'-íacia u n a r le áiírreciíl&L'a
[ 217 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 218]
A U T O N O M Í A DHL, S U R R E A L I S M O
[ 213]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[2 2 0 ]
A U T O N O M I A DEL SURREALISMO
[ 221 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 222 ]
A U T O N O M Í A DEÍ. S U R R E A L I S M O
[ 223 ]
H I S T O R I A D E L SURREALISMO
[ 224 ]
A U T O N O M I A DEL SURREALISMO
[225 ]
H I S T OR I A DEL S U R R E A L I S M O
Maurice H eine.
(Cié, <■■’ 1, enero de 1939)
[ 227 ]
H IS T O R I A DEL SURREALISMO
[ 228 ]
AUTONOMÍA DEL SURREALI SMO
[ 250 ]
A U T GN O M I A D E L S U R R E A L I S M O
[ 233 ]
H I S T O R I A D E L SURREALISMO
[ 234 ]
POS TDAT A
[ 235 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 236 ]
POS TDAT A
[237 ]
H I S T OR I A DEL S U R R E A L I S M O
[ 238 ]
■onclíióioneó
[239 ]
H I S T O R I A DE L S U R R E A L I S M O
[240 ]
CONCLUSIONES
[ 241]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 242 ]
CON CL USIONE S
[243 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[ 244 ]
CONCLUSIONES
[245 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
B retón tuvo la certeza de que ella los iba a librar para siempre
de esa famosa desesperación que los oprim ía. Ya bastante liemos
tratado en el curso ele la obra este asunto crucial, del que los
surrealistas hicieron el m otor principal de su acción. Sólo anota
remos que fué la única solución que pudo darles función como
grupo y que, al mismo tiempo, fué el fundam ento de su unidad.
Los surrealistas nunca consideraron la poesía como u n a creación
personal sino colectiva, de participaión de toda la hum anidad, y
por lo cual propugnaban, en todo m om ento, las palabras de Lau-
tréam ont: “La poesía debe ser hecha por todos, no por uno solo”
Y su actividad colectiva no fué poca.
Fueron los primeros en hacer poemas colectivos. Esto anu
laba tanto el papel mesíánico del poeta que dicta sus leyes al
m undo desde lo alto del m onte Sinaí, como el del literato que se
siente dueño de lo que ha escrito. Cierto es que, para ellos, el
poeta es u n hom bre más en medio de los hombres, que marcha
con los demás hom bres “a pleno sol”, y que, por reciprocidad,
todos los hom bres son poetas.
Los surrealistas se dedicaron cotidianam ente a juegos colec
tivos, que era m ucho más que u n mero pasatiem po: juego de pa-
pelitos, juego de preguntas y respuestas, “cadáveres exquisitos”,
juego de la verdad 1. Así llegaban, 110 solamente a creaciones que
en forma individual nunca hubiesen conseguido, sino al cono
cim iento profundo de cada uno por los demás. Por esto reinaba
en sus reuniones u n a atmósfera difícil de explicar, hecha de una
com unión de espíritus tocante en la telepatía, de encuentros cris
pantes con carnes puestas al desnudo, y, tam bién con frecuencia, a
antipatías irreductibles. Pero no es cuestión tampoco de idealizai
excesivamente estas reuniones y pensar que se desenvolvían en un
clima religioso, el juego guardaba su carácter de juego. Sin em
bargo en estos momentos los hom bres abandonaban su soledad y
su desesperación.
Estas expresiones, de todo género, contribuían a establecer
una corriente de com unidad y creaban actividades capaces de ven
cer al enemigo. Hemos ensayado revivir todo esto, y, sin repetir
1 Algunos de estos juegos están explicados en las Notas y Referencias.
[ 246 ]
C O N CL XJSIONE S
[247 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
J u l i o de 1944.
[ 248 ]
'otuá uf. tej-erenciaá
EL SURREA LISM O
es la escritura negada.
[253 ]
HISTORIA DE L S U R R E A L I S M O
Si usted am a el A M O R
usted am ará
al SURREALISM O.
EL SURREA LISM O
está al alcance
de todos los inconscientes.
¡PADRES!
C uenten sus sueños a sus hijos.
¿El surrealismo es
el comunismo del genio?
PROVERBIOS SU RR EALISTA S
P a u l E lu a r d y Benjam ín Péret
[255 1
L O S J U EG O S S U R R E A L I S T A S
CADÁVERES EX Q U ISITO S
[257 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
que lo califique o determ ine. Luego hace circular este otro papel
y toma otro de la misma m anera anterior. En esta form a se van
anotando el verbo, a continuación el sustantivo que servirá de
complemento directo, y por últim o el adjetivo o cuerpo de frase
que determ inará o calificará al sustantivo. No queda más que
desdoblar el papel y dar lectura al resultado, luego de haber
concordado gram aticalm ente los cuerpos de la frase.
El ejem plo que se ha dado y que sirvió para dar nom bre
a este juego, es el que se obtuvo en la prim era frase, conseguida
m edíante el sistema que se explica:
“El cadáver exquisito beberá el vino nuevo.”
Georges Hugnet.
P etite A n th o lo g ie P oélique d u Surréalism e, (1934) .
j . Bucher, editeur.
[ 258]
NOTAS Y REF ERE NCI AS
JUEGO DE P R E G U N T A S Y RESPUESTAS
D IA LO G O EN I92S
S. M. y A. B.
M. ¿Qué es el día?
B. U na m ujer que se baña desnuda a la caída de la tarde.
[2 61]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
B, ¿Qué es el suicidio?
Ivl. Varios campanazos ensordecedores.
B. -¿Qué es la ausencia?
M. U n agua tranquila, lím pida, un espejo móvil.
A. B. y B. P.
P. ¿Qué es u n magistrado?
B. U n grosero, un puerco y u n con 1.
B. ¿Qué es la violación?
P. El gusto por la velocidad.
B. ¿Qué es el servicio m ilitar?
P. El ruido de u n par de botas sobre una escalera.
D IA LO G O 1934
M. F. y P. E.
M. ¿Qué es la angustia?
E. U n a llam a que se alarga hum eante con ruido de espadas.
A. B. Y. T .
B. ¿Qué es la pintura?
T. U na pequeña hum areda blanca.
B. ¿Qué es la Bretaña?
T. U n a fruta comida por las avispas.
T. ¿Qué es el am or físico?
B, La m itad del placer.
Documents, n-1? 34. N úm ero Surrealista,
[262]
NOTAS Y REFERENCIAS
Si, cuando
Georges Hugnet.
. Petite A nthologie Poélique du Surréalkme.
J. T. Si no hubiese guillotina
S. M. Las avispas se qu itarían su corsét.
S. M. C uando los aviadores hayan conseguido el séptimo cielo
Y. T. Las estatuas se h arán servir comidas frías.
S. M. Sí la sombra de tu som bra visitara u n a galería de espejos
A. B. La continuación pasaría indefinidam ente al próxim o
núm ero.
IN V E S T IG A CI O N ES E X P E R I M E N T A L E S
[263 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
la T o u r Saint-Jacques?
el Lion de Belfort?
Notre-Dame?
el Panthéont
[264]
NOTAS Y REFERENCIAS
L O S SUEÑOS H IP N Ó T IC O S
Desnos soñando.
[2 65]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[ 266 ]
NOTAS Y REFERENCIAS
RR O SE SELAVY
[267 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
EJEMPLO DE C R Í T I C A L I T E R A R I A
L e Surréalisme au Service de
la R évoluiion. n9 5 (1933) ,
[268]
CARTAS
Carias de ruptura
[2 69]
HISTORIA DEL SURREALISMO
C A R T A DE A D H E S IÓ N
Señores:
E n estos días un joven ha intentado suicidarse arrojándose
al lago de Gérardm er. Este joven era, hace un año, el abate
Gengenbach, que se encontraba con los jesuítas en el Externado
del Trocadero, calle Franldin, núm ero 12 . . . Por esta razón se
ha tratado de acallar el escándalo en Gérardm er, pero yo sé que
el deseo de este joven es, por el contrario, dar publicidad a este
suicidio. Este joven soy yo. Cuando ustedes reciban esta carta
habré desaparecido, pero si mis informaciones no les son suficien
tes, los autorizo a dirigirse a mi prim a, J. M. Viry, institutriz en
R etournem er, cerca de Gérardm er.
Hace exactam ente u n año, yo era abate en el convento de los
jesuítas de París y llam ado a ocupar una envidiable situación en
el m undo eclesiástico, cuando se me presentó un conato de
aventura amorosa con una joven actriz del Odeón, luego de una
función en el teatro Athénée a la que asistí de civil. Se daba
[ 270 ]
NOTAS Y REFERENCIAS
[ 271]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
C ARTAS IN SU L T A N T E S
Aragón a ,
Vieja podredum bre:
Acabo de leer tus canalladas del 15 y 19 de septiembre. T e
encuentro grosero, diarreico, pero más que nacía m entiroso y co
barde. Has necesitado cuatro días para percibir que la imbécil
versión L autréam oní-orador público, que habías aceptado en tu
ignorancia de carpa, era, cuando menos, discutible. Y con refe
rencia al mismo asunto. Has revuelto tu propia m íer . . . para
que se convierta en tu gloria. Ya teníamos el artículo sobre
[ 272 ]
NOTAS Y REFERENCIAS
[273 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
CARTA M A T R IM O N IA L
[274]
NOTAS Y REFERENCIAS
A rtaud. T r o i s i é m e lettre de m én a g e,
A n to n in
en L e Pése -Nerfs. ( L e s C a h i e r s d u S u d . 19 2 7 .)
C A R T A A L A S ESCUELAS DE B U DA
[275 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[276]
NOTAS r REFERENCIAS
C A R T A A L O S D IR E C T O R E S DE L O S ASILO S
DE LO C O S
Señores:
Las leyes, la costumbre» les conceden el derecho para m edir
el espíritu. Esta jurisdicción soberana» tem ible, es sólo con su.
entendim iento que la ejercen. Déjennos reír. L a credulidad de
los pueblos civilizados» de los sabios, de los gobernantes» adorna
la p siquiatría de inexplicables luces sobrenaturales. El proceso
de la profesión de ustedes está hecho por anticipado. No pensa
mos discutir aquí el valor de su ciencia, ni la dudosa realidad
de las enfermedades mentales.- Pero por cada cien patogenias
pretensiosas en las que se desencadena la confusión de la m ateria
y del espíritu» por. cada cíen clasificaciones en las que las m ayor
m ente vagas son las más utílízabies» ¿cuántas nobles tentativas
se pueden contar para acercarse al m undo cerebral en que viven
tantos de sus prisioneros? ¿Cuántos de ustedes no consideran»
■por ejemplo» en el sueño del dem ente 'precoz, las imágenes que
son su consecuencia, nada más que u n a ensalada de palabras?
N o nos asom bra el encontrarlos inferiores a una tarea para
la cual hay muy pocos predestinados. Pero nos rebelamos contra
el derecho que se atribuye a hombres» capacitados o no» para
condenar a encarcelam iento perpetuo las revelaciones del espíritu.
Y qué encarcelamiento. Se sabe —nunca se sabrá lo suficiente—
que los asilos» lejos de ser asilos» son temibles cárceles, en las
que los recluidos proveen m ano de' obra gratu ita y cómoda y
donde la sevicia es regla. T odo esto lo toleran ustedes. El asilo
de alienados» bajo la protección de la ciencia y las leyes, es
com parable a los cuarteles» a las prisiones, a las 'mazmorras.
N o nos referiremos aquí a las internaciones arbitrarías, para
evitarles el trabajo de u n a fácil réplica. Diremos que una gran
parte de sus asilados, en absoluto locos según el fallo de la
ciencia oficial, están internados arbitrariam ente. Y no podemos
adm itir que se im pida el líbre desenvolvimiento de u n delirio
tan legítim o y lógico como cualquier otra serie de ideas y
[ 277 ]
H I S T O R IA DEL SURREALISMO
C A R T A A B I E R T A A L S E Ñ O R P A U L C LA U D E L
[ 278 ]
NOTAS Y REFERENCIAS
ritu. 1
E n esto no podrá haber, para nosotros, ni equilibrio ni un
gran arte. H e aquí que la idea de belleza se encuentra desde
hace m ucho tiem po en reposo. Sólo queda en el tapete una idea
moral, como, por ejemplo, la de no poder al mismo tiem po ser
em bajador de Francia y poeta.
Aprovechamos esta oportunidad para hacer pública nuestra
falta de solidaridad con todo lo francés, tan to de palabras como
de hechos. Declaramos encontrar la traición y todo lo que, de
una m anera u otra, puede atentar contra la seguridad del Estado,
más conciliable con la Poesía, que el conseguir “grandes canti
dades de tocino” por cuenta de un país de chanchos y de perros,
Es un singular desconocimiento de las facultades propias y
de las posibilidades del espíritu, el que hace a los pillos de su
clase buscar esporádicam ente la salvación en u n a tradición cató
lica o grecorrom ana. P ara nosotros, la salvación no está en n in
guna parte. Consideramos a R im baud u n hom bre que h a des
esperado de su salvación y cuya obra y cuya vida son testimonios
puros de perdición.
Catolicismo, clasicismo grecorromano, los abandonam os a sus
santurronerías infames. Que le sean de provecho. Engorde más
todavía y reviente entre la adm iración de sus conciudadanos. Es
criba, rece y babee. Reclamamos para nosotros la deshonra de
haberlo tratado de una vez por todas de pedante y canalla.
[ 279 ]
H IS T O R IA D EL SURREALI SMO
L A R E V O L U C IÓ N A N T E T O D O Y SIE M P R E
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N O TA S Y R EFER EN C IA S
[ 281 ]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
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N O TA S Y R EFER EN C IA S
L A R E B E L IÓ N C O N T R A E L M A E S T R O
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H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
[284]
NOTAS Y RE FE R EN C IA S
P R O T E S T A E N F A V O R DE L E Ó N T R O T S K Y
[285]
H IS T O R IA DEL SU RREA LISM O
[286]
N O TA S Y R E FE R EN C IA S
[287 ]
LOS VALORES SURREALISTAS
i E l de Saint-P ol R oux.
[289]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
l El abate G engenbach.
[290]
EL ESCÁNDALO P O R EL ESCÁNDALO EN ' 1924
PO STER ID A D EV ID EN TE DE DADA
[291]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
[292]
N O TA S Y R E FE R EN C IA S
[293]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
[ 294]
N O TA S Y R E FE R EN C IA S
EL H U M O R N EG R O
f 295 ]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
U n a p alabra severa. N? 58
a Francis Picabia
mis pequeñas calles son Todos los poetas saben
cuchillos dibujar
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N O TA S Y R E FE R EN C IA S
E L PESIM ISMO
[ 297 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
[2 9 8 ]
NOTAS Y REFERENCIAS
II
[2 9 9 ]
Escore des liiteíro
l i asm p i finé"»®
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Sons I ix
le sü ámssstres
[ 300]
NOTAS Y REFERENCIAS
L O M A R A V IL L O S O C O T ID IA N O
[301 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
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NOTAS Y REFERENCIAS
E L A T E ÍS M O Y E L A N T I C L E R I C A L I S M O
II
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HISTORIA DEL SURREALISMO
Á n d ré B retón.
(Citado p o r lle n é Crevel en
L e Clavecín de Diderot.)
111
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NOTAS Y REFERENCIAS
LA LOCURA
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H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
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NOTAS ¥ REFERENCIAS
"L A BE L LE ZA ES C O N V U L SIV A O N O E X I S T E ”
A ndré B retón
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H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
f 308 j
NOTAS Y REFERENCIAS
E L A M O R LOGO, EL A M O R Ü N IC O
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H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
[31 0]
NOTAS ¥ REFERENCIAS
sía. U n tal propósito no podrá ser cum plido por entero, m ientras
en el concepto universal no se haya condenado la enorme idea
cristiana del pecado. N unca existió el fruto prohibido. La
tentación es por sí divina. Sentir la necesidad de cambiar el
objeto de esta tentación, de reem plazarlo por otros, es cenfesar
que se desmerece, que ya se ha desmerecido la inocencia. La ino
cencia en. el sentido de no culpabilidad absoluta. Si verdaderam en
te la elección lia sido libre, no se puede, bajo ningún pretexto,
concebir de quien la hizo el renunciarla. La culpabilidad está ahí
y no en otra parte. Rechazo el argum ento de hábito, de hastío.
El amor recíproco, tal como yo lo considero, es un dispositivo de
espejos que me devuelve en m il ángulos lo desconocido que
puede presentarse a mí, - la im agen fiel de la amada, siempre
más asombrosa en la adivinación de mi propio deseo y más ilu
m inada de vida.
A iidré B retón, L ’A rnour fou.
(Gallimard, 1937.)
II
[311]
HISTORIA DEL SURREALISMO
LA C O N C EP C IÓ N DE "L I B E R T A D S E X U A L ”
DE LO S S U R R E A L I S T A S
[312]
NOTAS Y REFERENCIAS
L A C A S U A L ID A D O B J E T IV A , L A A D I V IN A C I O N
Nadja.
6 de octubre,
P ara no tener que andar vagando m ucho por las calles., salí
a las cuatro con intención de ir a píe hasta la “Nouvelle France”,
donde N ad ja debía encontrarse a las cinco y media. El tiempo
p ara dar una vuelta por los bulevares. No lejos de la O pera re
tiraría mi estilográfica de u n taller de reparaciones. C ontraria
m ente a lo habitual, preferí seguir por la acera derecha de la
Chausée d ’ A ntin, y u n a de las prim eras personas con quienes me
cruzo es Nadja, con todo el aspecto del prim er encuentro. Ella se
acerca como sí no quisiera verme. Y, como en aquel prim er en
cuentro, yo me pongo a su lado. N adja m uestra bastante dificul
tad para explicar su presencia en esta calle, y me dice, dejando de
lado u n a serie de preguntas, que está buscando caramelos holan
deses. Sin pensarlo hemos tom ado otro cam ino y entram os en el
prim er café a m ano . ..
Al llegar al postre, N adja comienza a m irar a su alrededor.
Está segura que bajo nuestros pies pasa u n subterráneo que
viene del Palacio de Justicia (me señala de qué lugar del P a
lacio, un poco a la derecha de la escalinata blanca) y contornea
el “H otel H en ri IV ”. A ella le p ertu rb a la idea de lo que ya
sucedió en este sitio y de lo que podrá ocurrir. En el lugar donde
n ada más que dos o tres parejas se pierden entre las sombras,
cree ver u n a m u ltitu d y “ ¡los muertos, los m uertos!” U n borracho
brom ea lúgubrem ente. La m irada de N adja recorre ahora las
casas. “¿Ves allá esa ventana? Está tan oscura como las otras. Mira
bien. D entro de u n instante se ilum inará. Se volverá roja.” El
instante pasa. La ventana se ilum ina. T iene, efecti.vameH.te, unas
[313]
HISTORI A D E L S U R R E A L I S M O
cortinas rojas, (Lo lam ento, pero nada puedo hacer si esto pasa
los límites de lo creíble. Sin embargo, me parecía m al tom ar
partido: me circunscribo a certificar que de oscura esta ventana
se volvió roja, y esto es todo.) Confieso que sentí miedo, el
miedo que tam bién se apoderó de N adja. “ ¡Qué horror! ¿Has
visto lo que pasó entre los árboles? El azul y el viento, el viento
azul. N ada más que una vez vi pasar p o r estos mismos árboles este
viento azul. Fué desde allí, desde u n a de las ventanas del H otel
H enri IV, cuando mi amigo, ese segundo amigo que te dije,
se despedía. U na voz me advirtió: M orirás, morirás. No quería
m orir, pero sentía u n v értigo. . . Si no me sostienen hubiese caído
al suelo.” Pensé que ya era tiem po de irnos. A lo largo de los
muelles la siento que tiem bla. N adja quiso volver hacia la Con
serjería. Se abandona com pletam ente a mí. Pero algo busca, desea
que entremos, y lo desea en form a absoluta, en algún patio, el
patio de una comisaría cualquiera, que exam ina rápidam ente.
“No es ahí. Pero, dime, ¿por qué tienen que encerrarm e en la
cárcel? ¿Qué harías tú? Ya estuve en u n a cárcel. Yo, ¿quién fui?
Hace siglos. Y tú, entonces, ¿quién eras?” Bordeábamos de nuevo
la reja, cuando, de pronto, N adja se niega a seguir, A la derecha
está una ventana baja que da al foso y de la cual N adja no puede
ap artar su vista. Es ante esta ventana, condenada según toda
la apariencia, donde hay que esperar, y ella lo sabe. De ahí puede
venir todo. De ahí todo comienza. N ad ja se aferra a la reja para
que yo no la arrastre conmigo. Casi no contesta a mis preguntas.
Cansado, term ino por aguardar que por propia iniciativa con
tinúe su camino. La idea del subterráneo la persigue todavía, y
sin duda se cree en una de sus salidas. Se pregunta qu ién ha
podido ser en el séquito de M aría A ntoníeta. Los pasos de los
transeúntes la dejan estremecida por u n tiempo. Estoy preocu
pado y, desprendiéndole las manos de la reja, la obligo a seguirme.
André Bretón. Nadj a. (Galümard, editor.)
[314]
NOTAS Y REFERENCIAS
L A R E V O L U C IO N
[ 31 5]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
II
L A I R R A C I O N A L I D A D C O N C R E T A DE
SALVADOR DALÍ
PO R LA PA R A NO IA -C R IT IC A
[317]
HISTORIA D E L S U R R E A L I S M O
UN T E X T O SU R R E A LISTA
[318]
A /0'fe:5 Y REFERENCIAS
R E L A T O DE SUEÑOS
[ 319 ]
H I S T O R I A DEL, S U R R E A L I S M O
attol y sépulcrons
[ 3 20]
NOTAS Y REFERENCIAS
[321]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
LA POESIA S U R R E A L I S T A
F U N C IO N D E L P O E T A
[ 322 ]
NOTAS Y dS
N A T U R A L E Z A D E L A P O ES ÍA
[323]
HISTORIA DEL SURREALISMO
N O T A S S O B R E L A P O E SI A
[324]
NOTAS Y REFERENCIAS
Qué orgullo escribir sin saber lo que son lengua, verbo, com
paración, cambios de ideas, de tonos; ni concebir la estructura de
la duración de la obra, ni las condiciones de su fin; nada de por
qué, n ad a de cómo. Enverdecerse, azularse, blanquearse ele ser un
p ap ag ay o . . .
L A POESÍA IN S E P A R A B L E DE L A R E V O L U C I Ó N
[ 325 ]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
LA UNIÓN LIBRE
[ 326]
NOTAS Y R EFER EN C IA S
[ 327 ]
H IS T O R IA D EL SU RREA LISM O
DARSE C O N TR A UN MURO
[ 328 ]
N O TA S y R EFER EN C IA S
LA M U E R T E
[ 329 ]
H IS T O R IA D E L SU RREA LISM O
¡H O L A!
[ 330]
H IS T O R IA DEL SU RREA LISM O
O J E A D A
[331]
NO TA S Y R EFER EN C IA S
S E Ñ O R A A E L A N T IF IL Ó S O F O
¡Capitán!
los bólidos, las fuerzas abiertas de las cascadas nos amenazan:
el nudo de las serpientes, el látigo de cadenas avanzan triu n fal
m ente en ios países contam inados de furor perpetuo;
¡Capitán!
todas las acusaciones de las bestias m altratadas, m ordidas sobre
el lecho, bostezan en florones de sangre, la lluvia de dientes de
p iedra y las manchas de excrementos en la jau la nos entierran
en m antos interm inables como la nieve;
¡Capitán!
las claridades del carbón convirtiéndose en focas, en rayos, insecto
bajo tus ojos, los escuadrones de alucinados, los m onstruos a
rueda, los gritos de los sonámbulos mecánicos, los estómagos lí
quidos sobre tabletas de plata, las crueldades de las flores carní
voras invadirán el día simple y ru ral y el cine de tu sueño;
¡Capitán!
ten cuidado con los ojos azules.
T r is t a a T zara, U A n tiiéte.
( Cahiers Libres, 1933).
[332 ]
P or considerar que presen tan inte
resantes aspectos del m ovim iento
su rrealista, el trad u c to r agrega, en
este apéndice, algunas de .las con
testaciones a la ‘‘E ncuesta sobre el
A m o r” realizada por La R év o lu tio n
S’u rréaliste, y fragm entos de ‘‘Notas
sobre ía Poesía” de B retón y E luard.
ENCUESTA SOBRE EL A M O R
[ 335 ]
H I S T O R I A DEL SURREALISMO
de Louis Aragón:
“Me siento capaz de amar, no me creo capaz de esperar. Sin
[336]
APÉNDICE
de Robert Desnos:
“¿Qué es idea del amor? Conozco el am or pero no la idea
con este nom bre. Sin duda carencia de cultura filosófica.
de Paul Eluard:
“ I. L a esperanza de am ar siempre, suceda lo que suceda
al ser que amo.
“ II. L a idea del amor está, para mí, demasiado u n id a a l .
hecho de am ar p ara que pueda concebir el tránsito del uno al
otro. Y amo desde mi juventud.
“Por largo tiem po he creído hacer al am or el doloroso sacri-
[ 337 ]
H I S T O R I A DEL SUR REALISMO
de R e n e Crevel:
[ 838 ]
APÉNDICE
de Blaise Cendran:
“Pongo en el am or u n a sola esperanza: la esperanza de la
desesperación. T odo lo demás es lite ratu ra .”
de Roger Vi trac:
de Jacques Barón:
“Esto no me interesa. Ya estoy harto de todos esos cuentos.”
de Luis Buñuel:
“ 1, Sí amo, toda la esperanza. Si no amo, ninguna.
“ II. 1) Sólo existe para m í el hecho de amar. 2) Haría,
con gusto al am or el sacrificio de mi libertad. Ya lo hice. 3) H aría
al am or el sacrificio de u n a causa, pero eso es cosa de verlo
en su oportunidad. 4) Sí. 5) Lo consideraría m uy bien. Mas,
a pesar de todo, pediría a ese hom bre que no traicionase sus
convicciones. H asta se lo exigiría.
“ III. No quisiera separarm e del ser amado. A ningún
precio.
“ IV . No lo sé.”
(de L a R é v o lu tio n Surréaliste, n9 12» V año.
15 de diciem bre de 1929.)
N O T A S S O B R E L A POESÍA
por André Bretón y Paul Eluard,
Los libros tienen los mismos amigos que el hom bre: el fuego,
la hum edad, los animales, el tiem po y su contenido.
[339]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[ 340]
APÉNDICB
[341]
HISTORI A DE L S U R R E A L I S M O
[342]
. AS DE LOS ESCRITORES SURREALISTAS 1
[ 345 ]
H I S T O R I A DEL SU RR EAL IS M O
[346 ]
BIBLIOGRAFÍA
[ 347 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[ 348]
BIBLIOGRAFÍA
[ 349]
H I S T O R I A B E L SURREALI SMO
[ 350 ]
BIBLIOGRAFIA
(N. R. F,, 1943). Les Ziaux (N .R. F., 1343). Foutaises (fuera
ele comercio, 1944). L oin de R ueíl (N. R. F., 1945).
R e v e r d y , Fierre, — Les Épaves du ciel (N. R . F., 1924) . La Peau
de l’homme (N. R . F., 1926). F erraille (Cahiers des Poetes,
B ruselas). Flaques de verre (N. R . F., 1929). Le G ant de crin
(Plon, 1936). P lu p art du temps (N, R . F., 1945).
R ig a u t , Jacques, — Papiers posthum es (Au Sans Pareil, 1934).
R o s e y , Gui, — La Guerre de 34 ans. (Cahiers Libres, 1932) . Dra-
[ 351 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
No 2. 15 de enero de 192*5.
C a r á t u l a representando u n espantapájaros: “Arte francés de p r in
cipios del siglo X X ,”
S u m a r io : Bretón, Bessiére, Naville, E luard, A rtaud, Vacilé, Des
nos, Aragón, Crevel, Gérard, Leiris. T ra e una encuesta sobre
el suicidio.
Ilustraciones de M an Ray, Picasso, Chirico, Desnos, Naville,
Masson, Ernst, Vaché, Bessiére, Sunbeam.
m 3. 15 de abril de 1925.
C a r á t u l a : M ontaje: “ 1925: fin de la era cristiana”.
S u m a r io : Lessing, Desnos, Barón, Leiris, Morise, A rtaud, Eluard.
Naville, Q ueneau, Boiffard, Péret, Béchet. P ara el Papa. Para
el Dalai-Lama. C arta a las Escuelas de Buda. C arta a los
médicos directores de los asilos de locos. C arta a los Recto
res de las Universidades europeas.
Ilustraciones de Chirico, Klee, Masson, M an Ray, Sunbeam.
[ 35 2 ]
BIBLIOGRAFIA
N 1? 7. 15 de ju nio de 1926.
C a r á t u l a : M u ltitu d con la m irada en el aire: “Las últim as con
versiones”.
S u m a r io : A rtaud, Bretón, Noli, Leiris, Desnos, Soupault, Eluard,
Aragón, Arp, Massot, Péret, Crevel, Fourrier, Alexandre.
Ilustraciones: Arp. C hineo, MalJdne, Masson, Picasso, Man
Ray, Roy, Sunbeam, Tanguy.
[3 5 3 ]
HISTORIA DEL SUR REALISMO
[ 354]
BIBLIOGRAFÍA
REVISTAS SURREALISTAS E N EL E X T R A N JE R O
[355 ]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[354]
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C l a r t é (1925-26-27).
C ahiers G, L. M. (de 1936 a 1939)
.REVISTAS C U B IS T A S, D A D A ÍS T A S Y P A R S U R R E A L IS T A S
O B R A S C R ÍT IC A S A C O N S U L T A R S O B R E
EL M O V IM IE N T O SU R R E A L IST A
[ 357 ]
HISTORIA DEL SUR REALISMO
[358]
B I B L I O G R A F Í A
A R T I C U L O S DE R E V I S T A S A C O N S U L T A R
[ 359]
HISTORIA DEL SURREALISMO
[ 360 ]
PAG.
PR O L O G O 9
A d v e r t e n c ia 15
A M A N E R A DE IN T R O D U C C IÓ N 19
La e l a b o r a c ió n » 23
I. L a guerra 25
II. Los poetas en la guerra 35
III. D adá 48
IV. Los “instigadores" del surrealism o 57
El p e rio d o h e ro ic o d e l s u rre a lis m o 67
I. L a época de los sueños 69
II. L a creación del m ovim iento 77
III. Prim eras armas 95
IV. L a guerra de M arruecos 117
El p e rio d o re n o v a d o r d e l s u rre a lis m o 127
I. L a crisis N aville 129
II. “En claro” 135
III. El año de las realizaciones 147
IV. La crisis de 1929 16Í
V. “Al servicio de la R evolución” 175
A u t o n o m ía del s u r r e a l is m o 185
I. El asunto Aragón 187
II. D alí y la. paranoia-crítica 197
III. L a política surrealista 207
IV. H acia u n “arte surrealista” 217
V. O tra vez la guerra 227
PÁ C .
P o sd a ta 233
C o n c l u s io n e s 239
N o ta s y re fe re n c ia s 249
U na definición del surrealism o 251
Banderillas surrealistas 253
Proverbios surrealistas 255
Los juegos surrealistas 257
Juego de preguntas y respuestas ■ 261
Ejem plo ele critica literaria 268
Cartas 269
Los valores surrealistas ' 289
La poesía surrealista ' 322
A p é n d ic e 883
Encuesta sobre el Am or 535
Notas sobre la Poesía 339
B ib l io g r a f ía 348'
E ste l ib r o
SE T E R M IN Ó DE IM P R IM IR
E N A R TES G R Á FIC A S
BARTOLOM É U. C H IE S 1N O
A M E G H IN O 838 - A V E L L A N E D A
B U E N O S A IR E S
e l d ía ? de O c tu b re
de 1948
IMPRESO EN LA ARGENTINA
QUEDA HECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LET 11.TO
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BUENOS AIRES