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BULBO RAQUÍDEO.

En su vida diaria, el ser humano realiza una gran cantidad de conductas y acciones. Nos
duchamos, vamos a trabajar, hablamos e interactuamos con otros, caminamos, comemos
o nos acostamos. La mayor parte de estas acciones las realizamos de forma consciente y
voluntaria. Sin embargo, nuestro organismo hace mucho más que eso. 

Independientemente de nuestra voluntad, nuestro cuerpo hace latir el corazón de manera


constante, mantiene la función respiratoria, sigue un largo proceso para desear, digerir y
posteriormente a la digestión excretar los alimentos, regula la respuesta sexual o nos
prepara para reaccionar ante peligros o estímulos apetecibles. La regulación de las
funciones corporales básicas es llevada a cabo por una de las partes del
cerebro conocida como tronco del encéfalo. Dentro de esta estructura, hay otra que es
conocida como bulbo raquídeo y que tiene un papel muy importante.

Estructura Del Bulbo Raquídeo.

También llamado mielencéfalo, el bulbo raquídeo es una estructura subcortical situada en


la parte baja del tronco del encéfalo. Con una forma semejante a un cono, se trata de la
estructura del sistema nervioso que conecta el encéfalo y la médula espinal (de ahí otro
de sus nombres, médula oblongada), limitando con la decusación de los haces
piramidales y la protuberancia.
En el bulbo raquídeo se pueden encontrar conexiones nerviosas tanto motoras como
sensoriales, pasando a través de él los diferentes tractos nerviosos. Se trata de un núcleo
neurovegetativo, encargándose del mantenimiento y funcionamiento de los órganos de
forma automatizada y ajena a la consciencia. Mantiene asimismo las constantes vitales.
Se trata pues de una zona de gran importancia para la supervivencia del ser humano.

Configuración Anatómica.

Al hablar del bulbo raquídeo estamos hablando de una estructura que no es homogénea
en su composición y función. Al contrario, esta estructura está conformada por diferentes
núcleos, empezando en ellos algunos de los tractos nerviosos más conocidos. 

Generalmente se considera que el bulbo raquídeo es principalmente divisible en tres


partes: pirámides y su decusación piramidal, lemniscos y decusación lemniscal y complejo
olivar inferior. A continuación, podemos observar algunas de las estructuras más
relevantes de cada uno de estos núcleos cerebrales, además de otros núcleos de interés
del bulbo raquídeo.

1. Pirámides bulbares y decusación piramidal

Denominadas así por su forma, en las pirámides del bulbo raquídeo se localizan los haces
de fibras nerviosas que conectan la corteza con el bulbo y la espina dorsal. Así pues, es
en esta zona donde se conecta el cerebro con el resto del organismo, enviando
información motora hacia fibras musculares repartidas por todo el organismo.

En la decusación piramidal, las fibras nerviosas de las pirámides decusan, es decir en su


mayoría cambian de lado, estando las fibras de la pirámide izquierda en la derecha y
viceversa. Concretamente, en esta zona decusan especialmente las vías motoras.
2. Lemniscos y decusación lemniscal

Los lemniscos son haces de fibras nerviosas cuya función, igual que en el caso de las
pirámides, es la de transmitir la información entre encéfalo, concretamente el tálamo, y
médula espinal. En este caso, sin embargo, la información que llevan es principalmente
de tipo sensorial.

Al igual que en el caso de la decusación de las pirámides, los haces de fibras de los


lemniscos decusan, siguiendo el mismo proceso en este caso para la información
sensorial.

3. Complejo olivar

El complejo olivar es una estructura situada en el tronco del encéfalo, estando parte en la


protuberancia y parte en el bulbo raquídeo. La región presente en el bulbo conecta con el
cerebelo, estando vinculada al control de la motricidad. También se ha vinculado con la
visión.

Otros núcleos y tractos relevantes

Estas son otras estructuras que también se encuentran dentro del bulbo raquídeo:

Núcleo ambiguo

En esta estructura se inician los nervios vago, accesorio y glosofaríngeo. Dichos nervios


participan en el control de la alimentación y la digestión, controlando los músculos de la
faringe y laringe. Así pues, son los que permiten que traguemos y que la comida se
mueva por el tubo digestivo.

Núcleo del tracto solitario

Se trata de la parte del bulbo raquídeo que regula la sensibilidad de las vísceras,


interviniendo del mismo modo en la función cardiorespiratoria. Asimismo, la parte rostro-
lateral también participa en la percepción del gusto, un proceso que tiene lugar
exclusivamente en el interior del cráneo.

Núcleo dorsal del vago

Este núcleo, por donde pasa el nervio vago, está vinculado a la digestión, controlando la
producción y emisión de los flujos gástricos. Es, por consiguiente, parte de un entramado
de redes neuronales implicadas en el sistema nervioso entérico, enmarcado en parte en
el sistema nervioso periférico.
Núcleo del trigémino

En esta localización podemos encontrar el nervio trigémino, el cual es de especial


relevancia a la hora de transmitir la información del dolor, la temperatura y el tacto. Es una
zona en la que los somas neuronales se acumulan para procesar información a un nivel
muy básico; otras estructuras cerebrales se encargarán de seguir trabajando a partir de
esta información cuando las células nerviosas transmitan la señal hacia la zona superior.

Funciones del bulbo raquídeo.

El correcto funcionamiento del bulbo raquídeo es vital para los seres humanos.


Literalmente, dado que la destrucción o cese del funcionamiento de esta área provoca la
muerte. Para comprender el porqué de tanta importancia es necesario que consideremos
algunas de las principales funciones tiene esta estructura.

 Transmite la información de la médula espinal al encéfalo y viceversa

Siendo la parte del sistema nervioso que conecta encéfalo y médula espinal, una de las
principales funciones del bulbo raquídeo es la de servir de enlace entre cerebro y/o
cerebelo y médula. Así, se encarga de transmitir la información nerviosa tanto sensorial
como motora del resto del cuerpo.

 Control del ritmo cardíaco y la tensión arterial

El bulbo raquídeo nos mantiene con vida, ya que tiene la importante función de controlar
elementos vitales e inconscientes tales como los latidos del corazón y la tensión arterial.
Así, se encarga de mantener el ritmo cardíaco y regular la vasoconstricción.

 Regulación de la respiración

La respiración es una de las funciones básicas que permite la vida, ya que necesitamos
de la presencia de un suministro constante de oxígeno para el funcionamiento de los
diferentes órganos. El bulbo raquídeo gestiona el control de la función respiratoria,
manteniéndola en todo momento. 

Se trata de un proceso que justamente por su importancia no puede depender de nuestra


capacidad para gestionar el foco de atención, lo cual se plasma por ejemplo en el hecho
de que nunca nos olvidamos de respirar, por compleja que sea la tarea que estemos
realizando, o incluso aunque durmamos. En general, el bulbo raquídeo es útil justamente
por esa jerarquización de tareas que permite establecer y gracias a la cual hacemos un
uso más óptimo de los recursos del sistema nervioso.
 Participa en la nutrición y digestión

El control de los músculos involuntarios, como los que empujan la comida a través del
tubo digestivo cuando comemos, depende de un parte del complejo bulbar. Además del
control muscular, el funcionamiento del sistema digestivo también está vinculado al bulbo
raquídeo al regular éste la emisión de los flujos gástricos. Esto significa que es una
estructura del encéfalo que contribuye a mantener los equilibrios químicos ideales en el
cuerpo.

Problemas en el bulbo raquídeo y sus consecuencias.


En el bulbo se encuentran algunos pares craneales (IX, X, XI, XII), su daño provoca
problemas en las regiones y funciones que controlan:

GLOSOFARINGEO O IX PAR CRANEAL. -Recoge la información gustativa y la


información sensitiva de la faringe. Facilita la deglución al coordinar diversos músculos del
cuello. Además, transmite señales a la glándula salival.

NERVIO VAGO O X PAR CRANEAL. -También se le conoce como neumogástrico. Inerva


la faringe, el esófago, la tráquea, los bronquios, el corazón, el estómago y el hígado. Es
decir, Regula nuestro sistema autónomo.

NERVIO ACCESORIO O XI PAR CRANEAL. -También es conocido como espinal. Se


encarga del movimiento cefalogiro. Por lo tanto, interviene en movimientos de la cabeza,
cuello y hombros.

NERVIO HIPOGLOSO O XII PAR CRANEAL. -Interviene en los músculos de la lengua y


en la acción de tragar.

Los problemas y lesiones en esta estructura pueden provocar diferentes dificultades


relacionadas con muchos sistemas sensitivos y coordinadores. Estos pueden traducirse
en problemas en la degustación, el movimiento, la respiración o incluso frecuencia
cardíaca.
Como hemos explicado anteriormente, el bulbo raquídeo está implicado en muchos
procesos físicos importantes, como la respiración e incluso el diámetro de las arterias y
venas, el estornudo o incluso la deglución. Es por ello que un daño en esta estructura
puede interferir en funciones cruciales, dando lugar a problemas como:

 Parálisis

 Vertigo
 Problemas para tragar

 Problemas para hacer movimientos como girar la cabeza

 Dificultades respiratorias

 Pérdida de coordinación muscular

 Al ser punto de encuentro entre los dos hemisferios, un daño en un lado del bulbo
raquídeo puede ocasionar problemas en el otro lado del cuerpo.

Algunos de estos déficits pueden ser causados por el consumo de drogas como
los opiáceos. Estos, en grandes cantidades pueden inhibir el funcionamiento de esta
estructura, con la consecuente dificultad para respirar o para mantener la frecuencia
cardiaca, lo que en casos de sobredosis grave puede llegar a ser mortal. Debido a que es
el punto de encuentro clave entre los nervios de cada hemisferio y los tractos
ascendientes y descendentes del sistema nervioso, su daño puede llegar a suponer un
peligro para las funciones normales de los seres vivos.

Patologías Del Bulbo Raquídeo.

 La atrofia multisistematica. - De tipo neurodegenerativo es esta que tiene una


causa desconocida y que suele producirse en adultos. Una atrofia del cerebelo es
básicamente la principal consecuencia que tiene aquella.

 La esclerosis lateral amiotrofica. - Una de las enfermedades más frecuentes en lo


que respecta a la afección del bulbo raquídeo es esta que se traduce en lo que
sería una atrofia y posterior degeneración de lo que son las fibras cortico-
espinales.

 La esclerosis múltiple. - Son numerosos, lamentablemente, los casos de personas


con esta patología que no tienen cura y que es habitual que aparezca en mujeres
con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. La principal consecuencia de
la misma es la disminución notable de la movilidad, aunque puede degenerar
incluso en invalidez absoluta.

 La enfermedad de Behcet. - Ulceras de diversa índole y también lesiones de clase


nodular son las principales manifestaciones de aquella.

 El cáncer del bulbo raquídeo. - De esta grave patología habría que subrayar que
presenta diversos tratamientos tales como la cirugía o la quimioterapia. Problemas
de visión o audición, vómitos, debilidad o incluso aletargamiento son algunos de
los síntomas que presenta.

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