Вы находитесь на странице: 1из 6

TEMA 1.

LA CONSTITUCION ESPAÑOLA.
La Constitución Española (en adelante CE) es la ley fundamental que regula los derechos, libertades y deberes de los
ciudadanos, las estructuras de los principales órganos que ejercen el poder, así como las competencias y relaciones entre
ellos. Es la norma jurídica de mayor rango que existe en un país.

Tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, Juan Carlos I es proclamado Rey y Jefe del Estado. Situación
clave para la vuelta a la democracia. Así, el Rey nombra presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, político con profundas
convicciones democráticas. Su papel será clave pues promueve la Ley Fundamental para la Reforma Política (Ley
1/1977, de 4 de enero), aprobada en Referéndum popular el 15 de diciembre de 1976. Esta ley termina de manera formal
con el régimen dictatorial. El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas y los diputados
elegidos serán los responsables de elaborar la Constitución, que será redactada con un amplio consenso de los actores
políticos. Más adelante, el 31 de octubre, el Congreso y el Senado aprueban el texto de manera abrumadora, siendo
refrendado por el pueblo el 6 de diciembre. El Rey sanciona la Constitución el 27 del mismo mes, y se publica en el BOE
el 29 de diciembre de 1978, dos días después. Entrando en vigor ese mismo día.

La CE se caracteriza por ser codificada, extensa y rígida. Es decir, se trata de una norma escrita en un solo texto mediante
un lenguaje técnico que divide el escrito en artículos, secciones, capítulos y títulos, e integrada por 169 artículos que le
dan una elevada extensión en comparación con otras normas constitucionales. Además, existe una gran dificultad para su
reforma dado que requiere de un consenso elevado para ciertos procedimientos relevantes. A su vez, la CE define el
régimen político como un sistema democrático parlamentario clásico o de democracia occidental, donde su autor es la
Nación Española, fundada en la limitación del poder y en los valores de libertad, igualdad, pluralismo político y la
dignidad del individuo.

La CE consta de un Preámbulo, 10 Títulos, 4 Disposiciones Adicionales, 9 Disposiciones Transitorias, 1 Disposición


Derogatoria y 1 Disposición Final.

TITULO PRELIMINAR.
En el mismo vienen recogidos los preceptos de importancia capital, que no han encontrado un lugar a lo largo del texto
constitucional. Comprende los artículos del 1al 9, y recoge así los grandes principios constitucionales:

España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, propugnando como valores superiores de su
ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. La soberanía nacional reside en el
pueblo español, del que emanan los poderes del Estado, y la forma política de este es la Monarquía Parlamentaria. La CE
se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las
nacionalidades y regiones que la integran junto con la solidaridad entre todas ellas. El castellano es la lengua oficial y
todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas también serán oficiales en sus
respectivas Comunidades Autónomas y el patrimonio cultural derivado de las distintas modalidades lingüísticas será
objeto de especial respeto y protección. La bandera está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja,
siendo la amarilla el doble de anchura que cada una de las rojas. La capital será la Villa de Madrid. Los partidos políticos
expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento
fundamental de la participación política. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos. Esto también
deberá cumplirse en los sindicatos y las asociaciones empresariales, que además contribuyen a la defensa y promoción de
los intereses económicos y sociales.

Por otro lado, las Fuerzas Armadas tiene la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su
integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Las bases de la organización militar están definidas en la Ley
Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.

Por último, los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la CE y al resto del ordenamiento, correspondiendo a
los últimos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos sean reales y
efectivas; remover los obstáculos y facilitar la participación en la vida política, económica, cultural y social. Así, la CE
garantiza los principios de:
Legalidad, jerarquía normativa, publicidad de las normas, irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, seguridad jurídica,
responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES.


Están tomados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como de otros textos internacionales, y en la
CE conforman la parte dogmática en el Título Primero, abarcando los artículos 10 al 55. Muchos de los artículos que
amparan los “Derechos y Deberes Fundamentales” han sido desarrollados en leyes orgánicas.

El Capítulo I, artículos 11 al 13, se titula: De los españoles y los extranjeros. Regula las condiciones del ejercicio de los
derechos. Así, la nacionalidad se adquiere, se conserva y se pierde por Ley, prohibiendo la privación de la nacionalidad
por origen. Además, el Estado podrá concretar tratados de doble nacionalidad con países iberoamericanos u otros que
hayan tenido o tengan una vinculación particular con España. También, se establece la mayoría de edad a los 18 años, y
se determina que los extranjeros gozarán de las libertades públicas en los términos establecidos en los tratados y la ley.
Por último, los españoles serán titulares de los derechos del art. 23 de la CE, salvo que por tratado o ley y por criterios de
reciprocidad se permita la participación de extranjeros en el sufragio pasivo y activo en las elecciones municipales. La
extradición solo se concederá por tratado, atendiendo al principio de reciprocidad, y sin incluir los delitos políticos, no
considerándose como tales los actos de terrorismo. La Ley Orgánica 4/200, de 11 de enero, define los derechos y
libertades de los extranjeros en España y su integración social.

El Capítulo II, trata los Derechos y Libertades, y abarca los artículos 14 a 38. Contiene así la declaración de derechos,
precedidos por el reconocimiento del principio de igualdad ante la ley (art. 14). Se divide en dos secciones: De los
derechos fundamentales y de las libertades públicas, artículos 15 a 29; y, de los derechos y deberes del ciudadano,
artículos 30 a 38.

Así, el artículo 15 expresa la abolición de la pena de muerte excepto lo que dispongan las leyes penales militares, pero
que según la Ley Orgánica 11/1995, de 27 de noviembre, queda abolida en tiempos de guerra.
El artículo 16, garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto, con la limitación necesario para el mantenimiento del
orden. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre la misma, y ninguna confesión tendrá carácter estatal. Este derecho
viene regulado en la Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio, de Libertad Religiosa.
El artículo 17, establece el a la libertad y a la seguridad para todas las personas. Negando la posibilidad de ser privado de
la libertad, sino en base a lo establecido en este artículo y en la ley. Determina que la detención preventiva no podrá durar
más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los
hechos y, en todo caso, en un plazo no superior a las 72 horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de
la autoridad judicial. Al ser detenida toda persona debe ser informada inmediata, y de modo comprensible, de sus
derechos y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Por último, establece que la ley regulará
el “habeas corpus”. Esta es la Ley Orgánica 6/1984, de 24 de mayo, reguladora del procedimiento de Habeas Corpus.
El artículo 18 garantiza el derecho al honor, la intimidad y la imagen. Pero lo más relevante es la protección del
domicilio, determinado como inviolable: Ninguna entrada o registro podrá hacerse sin el consentimiento del titular o
resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.
El artículo 19 determina la libertad de los españoles para elegir libremente su residencia, circular por el territorio
nacional y entrar y salir de España en los términos establecidos en la ley.
El artículo 20 reconoce y protege los derechos a expresar y difundir ideas u opiniones, a la creación literaria o científica,
a la libertad de cátedra o a comunicar y recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, teniendo
su límite según establecido en la ley y en los derechos del artículo 18. Por otro lado, sólo se podrá acordar el secuestro de
publicaciones u otros medios de información en virtud de resolución judicial.
El artículo 21 determina el derecho a la reunión pacífica y sin armas, que no necesitará autorización previa. En lugares de
tránsito público sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público con peligro. Este
derecho se desarrolla en la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de reunión.
El artículo 22 reconoce el derecho de asociación, declarando ilegales a las que persigan fines o utilicen medios
tipificados como delitos, y prohibiendo aquellas secretas y las de carácter paramilitar.
El artículo 23 recoge el derecho a la participación política de los ciudadanos, directamente o por medio de representantes,
mediante elecciones periódicas por sufragio universal.
El artículo 24 establece el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos, para evitar la indefensión.
El artículo 25 determina que nadie puede ser condenado o sancionado por acciones u omisiones que en el momento de
producirse no constituyan delito, falta o infracción. Además, las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad
estarán orientadas a la reeducación y la reinserción social y no podrán constituir trabajos forzados.
El artículo 27 defiende el derecho a la educación y reconoce la libertad de enseñanza. La enseñanza básica es obligatoria
y gratuita. Así, los poderes públicos deberán garantizar la misma, inspeccionando y homologando el sistema educativo.
El artículo 28 establece el derecho a sindicarse libremente para todos. Se podrá limitar o exceptuar por ley el ejercicio de
este derecho a las Fuerzas o Institutos armados.
El artículo 29 determina que todos los españoles tendrán el derecho a la petición individual y colectiva, por escrito, en la
forma y los efectos que determine la Ley. En el caso de las Fuerzas o Institutos armados o de los Cuerpos sometidos a
disciplina militar, sólo podrá ejercerse este de manera individual.
El artículo 30 determina que los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España. Regulando las obligaciones
militares y la prestación sustitutoria, si hubiese. Además, establece que una ley regulará los deberes de los ciudadanos en
caso de grave riesgo, catástrofe o calamidad.
El artículo 31 determina que el sistema tributario se inspira en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún
caso, tendrá alcance confiscatorio. También que el gasto público estará supeditado a criterios de eficiencia y economía.

El Capítulo III, trata de los principios recortes de la política social y económica, abarcando los artículos 39 al 52. Pero no
reconoce derechos subjetivos sino “principios” que deben dirigir la acción de los poderes públicos. Entre los artículos
más relevantes tenemos:
El artículo 39, que establece que los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia, o
la protección integral de los hijos y de las madres.
El artículo 40, que determina que los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y
económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, orientada al pleno empleo. Además,
fomentarán una política que garantice la formación y readaptación profesional, velando por la seguridad e higiene en el
trabajo y garantizando el descanso necesario.
El artículo 45, que establece el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de las personas, así
como el deber de conservarlo. Aquí, los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos
naturales. Aquellos que violen este apartado, y en los términos que la ley fije, se establecerán sanciones penales o
administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado.

El Capítulo IV, de las garantías de las libertades y derechos fundamentales, es quizá, el capítulo más importante. Abarca
dos artículos, el 53 y 54, pero regulan las garantías de la plena efectividad de los derechos constitucionales:
El artículo 53, establece que los derechos y libertades del capítulo segundo, vinculan a todos los poderes públicos. Sólo
por ley podrá regularse el ejercicio de tales derechos y libertades, que se tutelarán de acuerdo con lo previsto en el
artículo 161.1.a). Así, cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de las libertades y derechos reconocidos en el artículo
14 y la Sección Primera del capítulo segundo ante los Tribunales ordinarios por un procedimiento basado en los
principios de preferencia y sumariedad y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Este
último recurso será aplicable a la objeción de conciencia reconocida en el artículo 30.
El artículo 54 establece que la ley regulará la institución del Defensor del Pueblo que, como alto comisionado de las
Cortes Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en este título.

Por último, la suspensión de los derechos y libertades vienen regulados en el artículo 55. Así, los derechos reconocidos
en los artículos 17,18.2 y 3, 19, 20.1.a) y d), y 20.5, 21, 28.2, y 37.2, podrán ser suspendidos cuando se apruebe la
declaración del estado de excepción o de sitio. Se exceptúa el 17.3 para el supuesto de excepción.

LA DIGNIDAD DE LA PERSONA.
La dignidad de la persona viene regulada en el artículo 10 de la CE: “los derechos inviolables que le son inherentes, el
libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y los derechos de los demás son fundamento del orden político y de
la paz social”.
El primer texto internacional que constituyó un hito indispensable en la creación de un mundo en el que todas las
personas puedan vivir con dignidad, es la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La dignidad consiste en el derecho de cada cual, a determinar libremente su vida, y debe permanecer inalterada
cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre, constituyendo un mínimo invulnerable que todo estatuto
jurídico debe asegurar.
Las características esenciales de la dignidad de las personas son:
- No admite grados, por lo que todos los seres humanos son iguales en dignidad.
- El respeto a esta dignidad es el fundamento de todo Derecho positivo, estatal o internacional.
- Es irrenunciable.

LA NACIONALIDAD Y LA MAYORIA DE EDAD.


La nacionalidad es el vínculo que determina la pertenencia de un individuo a la población constitutiva de un Estado.
Viene regulada en el artículo 11 de la CE: “La nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de acuerdo con
lo establecido por la ley. Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad. El Estado podrá concertar
tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular
vinculación con España.”
La regulación se desarrolla en el Código Civil, artículos 17 a 28. Así:
El artículo 17 establece que son españoles de origen los nacidos de padre o madre españoles, los nacidos en España de
padres extranjeros si al menos uno ha nacido también en España, los nacidos en España de padres extranjeros cuando
ambos carecieren de nacionalidad, y los nacidos en España cuya filiación no resulte determinada.
En general, la posesión y utilización continuada de la nacionalidad durante 10 años, es causa de consolidación, aunque se
anule el título que la originó. El extranjero menor adoptado por un español adquiere, desde la adopción, la nacionalidad.
Si es mayor, podrá optar pasado 2 años a partir de la constitución de la adopción. La nacionalidad española se adquiere
por carta de naturaleza, otorgada discrecionalmente cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales.
También, por residencia en España, en las condiciones establecidas y mediante la concesión otorgada por el Ministro de
Justicia, que podrá denegarla por razones de orden público o interés nacional.
Para la concesión de la nacionalidad por residencia se requiere que ésta haya durado 10 años, 5 para los que hayan
obtenido la condición de refugiado y 2 para los nacionales de origen de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas,
Guinea Ecuatorial, Portugal o sefardíes. En todo caso, el interesado deberá justificar una buena conducta cívica y
suficiente grado de integración en la sociedad española.
Por otro lado, el artículo 24 establece que pierden la nacionalidad española los emancipados que, residiendo
habitualmente en el extranjero, adquieran voluntariamente otra nacionalidad o utilicen exclusivamente la nacionalidad
extranjera. Se producirá al transcurrir 3 años desde la adquisición o desde la emancipación. La adquisición de la
nacionalidad de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal, no es suficiente para generar
la pérdida de la nacionalidad de origen. En todo caso, pierden la nacionalidad los españoles emancipados que renuncien
expresamente a ella, si tienen otra nacionalidad y residen habitualmente en el extranjero.
Por lo que respecta a la mayoría de edad, la CE establece la misma a los 18 años en el artículo 12. La mayoría de edad
constituye una exigencia para el ejercicio por uno mismo de los derechos de los que es titular. Por último, también el
Código Civil regula aspectos de la mayoría de edad en su artículo 315.
DERECHOS Y LIBERTADES DE LOS EXTRANJEROS EN ESPAÑA.
Estos se encuentran regulados en el artículo 13 de la CE, que dispone que los extranjeros gozarán de las libertades
públicas que garantizan el presente Título en los términos que establezcan los tratados y la ley. Solamente los españoles
serán titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo que, atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda
establecerse por tratado o ley el derecho a sufragio activo y pasivo en las elecciones municipales. Ademas, la extradición
sólo se concederá según tratado o ley, y en base al principio de reciprocidad. Quedan excluidos los delitos políticos, no
considerándose como tales los actos de terrorismo.
La extradición responde a una voluntad de colaboración entre distintos Estados de cara a conseguir la represión de
conductas ilícitas, que se verían libres de sanción al estar fuera del Estado en el que se realizaron. La figura del asilo hace
referencia a la protección que un Estado otorga a una persona considerada refugiada, atendiendo, según lo dispuesto por
la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, a la situación de perseguido o sancionado que sufre en
otro Estado, por causas basadas en actitudes políticas, ideológicas o relativas al ejercicio de derechos y libertades.
Por último, el ordenamiento jurídico español cuenta con la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y
libertades de los extranjeros en España y su integración social. Esta introdujo políticas de integración, ampliaciones d
ellos derechos de los inmigrantes y estableció un principio general de igualdad con los españoles.

Вам также может понравиться