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MISTERIOS DE LA SANGRE

Las leyendas no deben contemplarse como divertimento que civilizaciones antiguas creaban para
distraer y entretener al hombre de siglos venideros. Mirar con ojos arrogantes a las civilizaciones
antiguas es una necedad. Tras cada mito, tras cada leyenda hay una verdad resplandeciente, una
enseñanza del Hombre para los hombres.

Steiner recordaba el famoso verso “la sangre es un fluido muy especial” exclamado por
Mefistofeles cuando Fausto le pregunta el motivo de tener que firmar con sangre el contrato de
venta de su alma.

Estoy de acuerdo con Mefistofeles, la sangre es de lo más especial. No hay civilización, cultura o
religión que no otorguen a la sangre una imperial importancia:

Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: Tomad, esto es mi
cuerpo. Después tomó un cáliz, dio gracias y se lo pasó a ellos, y bebieron todos. Y les dijo: Esta es
mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos

Marcos 14-22

Como veis, los cristianos hablamos de redención y vuelta a la vida verdadera gracias a la sangre.

En Camboya, antiguamente, se derramaba sangre en los campos de cultivo para favorecer las
cosechas y lograr que fuera un buen año.

Los griegos para evitar que el alma de los muertos se transformara en tenebrosas sombras,
regaban las tumbas con sangre, era una forma figurada de dar de comer a los difuntos. Como
podemos ver, el verso de Goethe era muy acertado. ¿por qué ese afán con la sangre?

La Historia dice que en el año de 1418 Segismundo de Luxemburgo, que fuera emperador del
Sacro Imperio Germánico entre los años 1411 y 1431 y rey de Hungría y Bohemia desde 1420,
fundó la Orden del Dragón Invertido con la misión de derrotar a los turcos.

La verdad esta envuelta en los perfumados velos de los vencedores, hay una historia
sorprendente, oculta tras estos hechos “históricos”.

-Supercherias- dirán unos. –cuentos irracionales—dirá otros.


Como si el devenir del ser humano hubiera demostrado racionalidad. Recuerdo una frase de
Litchtemberg: si una cabeza y un libro sufren una colisión, produciendo como resultado un sonido
hueco la culpa no la tiene necesariamente el libro. Litchtemberg es otro de mis condenados
favoritos.

Esta es la verdadera historia:

Abraham, no el bíblico, sino uno que nació hacia 1362, era un hombre culto, buscador del tesoro
de la Alta Ciencia. Estaba desesperado ante toda una vida de búsqueda infructuosa de
conocimiento. Conoce a Abramelin, un personaje de lo más extraño. Abramelin el Mago esta entre
la leyenda y la historia, fue un Elegido, la secta más antigua y secreta de Egipto le revelo sus
secretos milenarios, entre ellos el dela Inmortalidad siguiendo los preceptos de Seth y Osiris.
Como iba diciendo, Abraham tras conocer a este personaje es un hombre nuevo, regresa a Europa.
En uno de los lugares donde se detiene en su camino es en Venecia. Detengámonos nosotros
también un momento en esta maravillosa ciudad. Venecia fue fundada por romanos que huían de
las hordas bárbaras en el siglo VI en un emplazamiento conocido desde antiguo como lugar de
sacrificios de sangre. Curioso ¿verdad? Venecia es una ciudad de negros misterios. No es
casualidad que fuera el lugar donde cuatro siglos después se encontrará la único copia que existe
de “Magia Sagrada” escrito por el propio Abraham. El afortunado descubrimiento fue realizado
por Antoine René Voyer D’Argenson, marqués de Paulny, que se encontraba buscando libros para
la biblioteca de Arsenal, en París. Un siglo después Samuel Liddell McGregor Mathers encontró
esta obra en la mencionada biblioteca. Mathers fue el fundador de Golden Dawn, sociedad secreta
a la que perteneció Bran Stocker. ¿vais atando cabos? Es una tela de araña muy espesa, pero
continuemos. Abraham influyó en las cortes de Europa Central, fue consejero del emperador
Segismundo y el verdadero instigador de la Orden del Dragón Invertido con el propósito de
preservar la “sangre eterna”. ¿A qué se refiere Abraham con esta oscura cita? La orden tiene como
símbolo un dragón derribado, su simbología es clara, el dragón simboliza al turco al que hay que
derribar. Pero es evidente que hay algo más, hay toda una simbología esotérica tras este
emblema. Una sorpresa más: Alfonso V de Aragón también estableció la misma orden en su reino.
Tras la muerte de Seguismundo y de Alfonso V la orden parece evaporarse, poco a poco se van
extinguiendo su memoria, el último brillos fugaz de la orden es hacia 1717. No nos detengamos,
aun queda lo mejor de la historia. Que Phosphoros nos alumbre.

En 1418 Mircea Cel Batrim el Viejo, voivoda de Valaquia, muere. Le sucede su hijo tras años
tormentosos en 1436 como el nombre de Vlad II. En 1431 es armado caballero de la Orden del
Dragón Invertido en la ciudad de Buda, ciudad que se encuentra separada de Pest por el Danubio,
hoy forman una sola ciudad. Realiza el juramento de vasallaje ante el emperador. A partir de ahora
se denominará Vlad Dracul, es decir Vlad el Dragón.

Segismundo, casado en segundas nupcias, amaba más allá de la razón a su esposa Bárbara de Cilly.
Esta mujer era llamada entre los suyos la Mesalina de Alemania. Recordemos que la verdadera
Mesalina pasó a la historia entre otras cosas por su vida disoluta. Para la Orden del Dragón,
Mesalina era una brillante musa. Su muerte enloqueció a Segismundo, presa de una terrible
melancolía suplicó a Abrahan que la devolviera a la vida. Abraham comenta que sólo dos veces
realizó el ritual. Pero, siempre según sus mismas palabras, este terrible ritual sólo podía traer a la
vida al cuerpo durante siete años. No sabemos si tuvo éxito.

Pero lo cierto es que la bella Bárbara de Cilly esta enterrada en un castillo en Varazdin, en Croacia,
a unos sesenta kilómetros al NE de Zagred. Lugar donde se han producido atroces asesinatos a lo
largo de la historia, asesinatos donde las victimas morían desangradas. Curioso verdad. No afirmo
nada, simplemente miro y veo lo que los otros no se atreven. ¡Y sin embargo se mueve! Como
diría Galileo.

Bran Stocker tuvo una estrecha relación con la Golden Dawn. Mathers , el fundador de la sociedad
tuvo acceso al libro de Abraham Magia Sagrada. ¿Hay algo más en la obra literaria Drácula que se
nos ha pasado por alto? El personaje elegido por Stocker para encarnar a Dracula es el hijo de Vlad
Dracul, es decir Vlad III conocido en su época como Vlad Draculea (el hijo del Dragón) y por el
menos refinado apodo de Tepes (empalador) por su forma de dar muerte a sus enemigos.

Antes de abandonar la cacería husmeo un último rastro simbólico: el emblema de la sociedad


secreta de Thule (hermana de la Golden Dawn), que tanto influirá en Adolfo Hittler y la ideología
nazi, eran dos estacas cruzadas. ¿coincidencia?

¿Ensoñaciones, divagaciones? Puede que si, pero hay cosas que existen y no vemos. Algunas de
estas como la electricidad o las ondas de radio, las aceptamos con naturalidad. Otras son enviadas
a la hoguera de la ignorancia.

Cum luce salutem. (Con la luz la salvación)

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EL MISTERIO DE LA SANGRE
¡LA SANGRE!  ¡Cuántas cosas vibran en esta palabra! ¡Cuán abundantes e
intensas son las impresiones que ella es capaz de causar y qué inagotable
fuente de hipótesis rodea a esta palabra tan trascendental!
Y a partir de esas hipótesis, ya han surgido conocimientos que se han
revelado como saludables para los cuerpos terrenales humanos. Tras
penosa búsqueda y abnegados trabajos, hombres privilegiados, movidos
por la pura voluntad de socorrer desinteresadamente a la humanidad,
consiguieron descubrir, mediante una rigurosa observación,
un camino  que conduce  al conocimiento de la finalidad  propiamente
dicha  de la sangre, pero que no es aún esa finalidad.
Es menester seguir dando otras indicaciones sobre el particular, a fin de
que, poniéndolas como base, los que tengan vocación sean capaces de
completar la obra mediante el conocimiento de las leyes divinas y sus
vibraciones. Se erigirán en ayudas  para los hombres de la Tierra, ayudas
en el sentido más verdadero, cuya recompensa más preciosa serán las
acciones de gracias de todos aquellos cuyos caminos hayan sido soleados
por ellos, pudiendo proporcionar, gracias a los nuevos conocimientos
sobre el misterio de la sangre, una ayuda tan insospechada como ninguno
otro, hasta ahora, ha conseguido proporcionar.
Indico a continuación el fin fundamental de toda sangre humana:  debe
constituir el puente para la actividad del espíritu en la Tierra , esto es,
en la materialidad física.
Parece algo tan simple; y sin embargo, lleva en sí la Llave de todo  el
saber relativo a la sangre humana.
Así pues, la sangre debe de constituir un puente para la actividad del
espíritu o, digamos en este caso particular, “alma”, para que los lectores
me entiendan mejor, ya que el término “alma” les es más familiar.
A fin de que la actividad del espíritu pueda manifestarse debidamente a
través del ser humano, el espíritu forma la sangre humana.
Que existe una relación entre el espíritu y la sangre, es algo fácil de
demostrar. Basta considerar que en el preciso instante de la introducción
del espíritu en el cuerpo infantil en gestación, es decir, en el momento de
la encarnación, operada a la mitad del embarazo, cuando el cuerpo ha
llegado a un cierto grado de desarrollo, provocando sus primeros
movimientos, también la propia  sangre del cuerpecito empieza a
circular, mientras que al sobrevenir la muerte terrenal, cuando el
espíritu abandona el cuerpo, la sangre cesa de pulsar, deja de existir
absolutamente.
Por consiguiente, la sangre existe sólo durante el espacio de tiempo
comprendido entre la entrada y la salida del espíritu, o sea, mientras éste
se encuentre dentro del cuerpo. Más aún: por el hecho de que falte la
sangre se puede constatar que el espíritu ha roto definitivamente su
ligazón con el cuerpo terrenal, esto es, que la Muerte ha llegado.
En realidad, pasa lo siguiente: la sangre humana no puede formarse más
que después de la introducción del espíritu en el cuerpo; y al salir de
éste, ya no puede seguir existiendo como tal sangre.
Pero no vamos a conformarnos con este nuevo conocimiento y
prosigamos. El espíritu — o el “alma” — contribuye a la formación de la
sangre, pero él — o ella — no puede manifestarse exteriormente, en el
plano terrenal, por medio de la sangre. La diferencia entre ambas
especies es demasiado grande para ello. El alma, que contiene al espíritu
como germen, es, en su envoltura más física, aún demasiado sutil, y sólo
puede manifestarse exteriormente por medio de la irradiación de la
sangre.
Así pues, la irradiación de la sangre constituye, en realidad, el puente
propiamente dicho para la actividad de la sangre, y ésto solamente si
dicha sangre es de una composición  exactamente
determinada, apropiada para el alma en cuestión.
Según esto, en el futuro, todo médico de conciencia podrá intervenir
conscientemente para proporcionar ayuda, en cuanto haya adquirido este
saber y lo haya asimilado realmente. Esto constituirá, precisamente, la
ayuda más grande y más eficaz de los médicos para toda la humanidad;
pues los efectos serán tan diversos que, mediante la juiciosa aplicación,
los pueblos habrán de prosperar en medio de un maravilloso querer y
poder, puesto que, entonces, serán capaces de desplegar toda su fuerza,
que no será empleada para la destrucción, sino para la paz y para una
agradecida aspiración a la Luz.
Ya he hecho mención varias veces de la importancia de la composición de
la sangre que, al ser modificada, cambia naturalmente su irradiación, la
cual, entonces, produce efectos correspondientes y diversos, tanto en el
hombre en cuestión como en todo su medio ambiente terrenal.
En mi conferencia sobre la importancia de la fuerza sexual, dije que ésta
sólo se manifiesta a partir de un estado de madurez corporal
perfectamente determinado, y que para el alma, protegida y aislada del
mundo exterior hasta entonces, eso significa bajar un puente levadizo
que no solamente permite al alma influir en el exterior, sino que también
da acceso a ella a influencias externas, siguiendo el mismo camino.
Sólo entonces, el individuo se hace plenamente responsable frente a las
divinas leyes de la creación, tal como acontece frente a las leyes
terrenales en esa misma edad aproximadamente.
Ahora bien, el puente levadizo se baja automáticamente por la acción
exclusiva de la modificación de la composición de la sangre — provocada
por la maduración del cuerpo terrenal y por el empuje del alma — la cual,
entonces, por efecto de la modificada irradiación, ofrece al espíritu la
posibilidad de ejercer su actividad en la Tierra.
Por tal actividad no quiero dar a entender, como es natural, los actos y
trabajos mecánicos del cuerpo terrenal, sino que me refiero al verdadero
“elemento dirigente”, es decir, a lo que procede de la voluntad, que es
trasformado en actos terrenales por el cerebro y el cuerpo en calidad de
instrumentos.
En mi conferencia sobre los temperamentos me referiré también a la
sangre, que constituye la base de los mismos por efecto de la diversidad
de sus irradiaciones, porque el alma está ligada hasta cierto punto, en
sus actividades, a la naturaleza de las irradiaciones de la sangre.
Ahora bien, comoquiera que la madurez y el estado de salud, así como la
edad del cuerpo, contribuyen a modificar la composición de la sangre,
una sujeción semejante podría implicar una injusticia, que queda
descartada por el hecho de que el espíritu  puede modificar la
composición de la sangre, en lo que reside, al mismo tiempo, el secreto
de las palabras: “El espíritu forma al cuerpo”.
Mas siempre que un espíritu sea demasiado débil para ello, o esté
impedido por algún acontecimiento externo, como, por ejemplo, un
accidente o una enfermedad corporal, el médico podrá intervenir
eficazmente gracias a su saber.
Y lleno de asombro, se dará cuenta de lo mucho que depende, para el
hombre terrenal, de la buena composición de la sangre. Pero no se debe
establecer, a tal respecto, un sistema rígido, pues el proceso es
completamente diferente para cada ser humano. Hasta ahora, no han
sido descubiertas más que las diferencias más resaltantes. Existen aún
numerosos matices, desconocidos todavía, que son de importancia
capital y causan efectos decisivos.
Las clasificaciones de los grupos sanguíneos, establecidas recientemente,
no bastan todavía, y sólo pueden servir para confirmar lo que he
mencionado.
Esas clasificaciones indican, efectivamente, un camino hacia lo
fundamental, y su empleo se ha revelado, ya, como beneficioso por
demás; pero no pasan de ser un  camino entre muchos, no son el fin
propiamente dicho,  capaz de encumbrar al hombre en todos los aspectos,
y no solamente bajo el punto de vista de la salud y vigorización del
cuerpo.
En mi conferencia: “Posesos”, indico que cuando tienen lugar sucesos de
naturaleza espectral, como golpes, ruidos, objetos arrojados, etc. la
composición de la sangre de un hombre determinado es también lo único
que puede ofrecer la posibilidad de tales manifestaciones. Ese hombre ha
de hallarse siempre en las inmediaciones de donde acontezcan esos
fenómenos, puesto que de sus irradiaciones emana la fuerza que los
provoca.
Semejantes circunstancias pueden ser, asimismo, modificadas
inmediatamente por la sensata intervención de un médico iniciado que
cambie la composición sanguínea del paciente, con lo que la irradiación
también se modificará, cesando así las molestas posibilidades.
No sucede de otro modo en lo referente a los llamados posesos, de los
cuales hay muchos, pese a todas las dudas. El proceso en sí es sencillo, si
bien terriblemente grave para el afectado y para su ambiente, y doloroso
para sus allegados.
En el caso de esos seres, se ha formado una composición sanguínea que
no ofrece al alma que mora en ellos sino una posibilidad muy remota — o
absolutamente ninguna — de manifestarse exteriormente en toda su
fuerza, si bien la irradiación de la sangre puede dar ocasión a otra alma
— separada, tal vez, del cuerpo y con pocas cualidades buenas o, incluso,
con cualidades netamente malas para influir desde el exterior y llegar
hasta a dominar al cerebro y al cuerpo, ya sea temporalmente, ya sea
para siempre.
También aquí puede un médico proporcionar ayuda eficaz mediante la
modificación de la composición sanguínea, modificando igualmente, al
mismo tiempo, la naturaleza de las irradiaciones, con lo que quedarán
neutralizadas las influencias externas y se dará posibilidad a la voluntad
que mora en lo íntimo de ese hombre, para desplegar su propia fuerza.
Como ya he dicho, la clasificación de los grupos sanguíneos pone a los
investigadores en un camino muy bueno y saludable. Precisamente, las
observaciones verificadas al poner en práctica esos conocimientos habrán
de dar confirmación a mis indicaciones.
Si, en una transfusión de sangre, se empleara un grupo sanguíneo
diferente, el alma que morara en ese cuerpo se vería impedida de
desplegar íntegramente su voluntad, pudiendo, incluso, quedar
imposibilitada por completo, puesto que una composición sanguínea
distinta supone una irradiación distinta también, imposible de ser
adaptada al alma en cuestión. Esta no puede emplear apenas — o en
absoluto — una irradiación de distinta naturaleza.
Ese hombre daría la impresión de estar impedido exteriormente en sus
pensamientos y acciones, pues su alma no podría manifestarse como
debiera, pudiéndose llegar hasta el extremo de que esa alma, al no poder
actuar, se desprendiera, poco a poco, del cuerpo y terminara por
separarse de él, lo que equivale a la muerte terrenal.
Asombrados, los médicos se darán cuenta del gran alcance y de la gran
variedad de ramificaciones que presentan, en el plano terrenal, los
efectos de la adecuada composición sanguínea de cada cuerpo en relación
con la facultad de acción de su alma. Se percatarán de cuántas
enfermedades y demás inconvenientes pueden ser eliminados mediante
el verdadero saber, en tanto que el “misterio de la sangre” quedará
aclarado y será la llave necesaria para el ejercicio de una gozosa
actividad en la maravillosa creación de Dios.
Pero una modificación duradera  no puede operarse a base de
inyecciones, sino siguiendo el camino natural, mediante alimentos y
bebidas apropiados, que, durante un corto espacio de tiempo, serán
distintos en cada caso particular, pero siempre sin restricciones
unilaterales.
De estas consideraciones se desprende, asimismo, que un gran número
de los niños considerados como “retrasados mentales” pueden ser
socorridos radicalmente. ¡Basta con dar a sus almas el puente necesario
para el desarrollo de sus fuerzas! Veréis, entonces, cómo se expansionan
y actúan gozosamente en la creación, ya que almas enfermas no existen
en realidad.
El obstáculo para el alma o, digamos mejor, para el espíritu, lo
constituye siempre la deficiente o impropia irradiación de la sangre y
sólo ella, a no ser que tenga como causa forzosa una enfermedad del
cerebro.
En la trama de la creación está todo tan maravillosamente entrelazado,
que ninguno de mis lectores se asombrará si digo que la naturaleza de la
irradiación de la sangre de una futura madre, puede ser decisiva para
determinar la especie del espíritu que habrá de encarnarse en ella, el cual
se regirá necesariamente por la ley de la atracción de las afinidades; pues
cada una de las distintas irradiaciones sanguíneas sólo puede preparar la
aproximación y la introducción de un alma de naturaleza absolutamente
correspondiente a la suya, del mismo modo que, como es comprensible,
las mismas especies de almas habrán de esforzarse en producir idénticas
composiciones sanguíneas, siendo así que sólo pueden actuar con éxito
por medio de irradiaciones de naturaleza perfectamente determinada,
que, a su vez, varían con las diferentes edades de la vida.
De todas formas, el que quiera comprender exactamente estas
indicaciones referidas al nacimiento, deberá familiarizarse, al mismo
tiempo, con lo expuesto en mi conferencia: “El misterio del nacimiento”,
ya que, siguiendo las leyes de la creación en su automática actividad, me
veo precisado a sacar a la luz esto o aquello, a pesar de que todo
constituye un conjunto inseparable, y nada de eso puede ser descrito
como un hecho aislado, sino como parte constitutiva del Todo e
intrínsecamente unida a él, una parte que se hace visible una y otra vez
en diferentes lugares, colaborando con el conjunto y destacando,
conforme a las leyes, como un hilo coloreado de la trama.
Más adelante hablaré con todo detalle de estas particularidades,
necesarias para completar plenamente el cuadro que hoy de dado a
grandes rasgos solamente.
Espero que, un día, todo esto pueda servir de gran bendición para la
humanidad.
Sobre este particular, creo conveniente dar otra indicación: el hecho de
que la sangre no está relacionada únicamente con el cuerpo, puede ser
fácilmente constatado en la diferencia existente entre la sangre humana y
la del animal, diferencia que se puede apreciar inmediatamente.
Las composiciones fundamentales de ambas naturalezas sanguíneas son
tan distintas, que necesariamente han de saltar a la vista. Si el cuerpo
fuera el único que formara la sangre, el parecido tendría que ser mucho
más grande. Por lo tanto, ahí tiene que intervenir otro elemento:
el espíritu,  en cuanto a la sangre humana. El alma animal, en cambio,
que actúa a través del cuerpo, se compone de una esencia distinta y no es
de naturaleza espiritual, que es lo que da al hombre su carácter humano.
De aquí que la sangre también tenga que  ser completamente diferente.

(Fuente: El Mensaje del Grial)


Los misterios de la sangre
Fragmento de  pp.15-17 - Healing Wise

(Blood Mystery)

Illustracion de Healing Wise


por Durga Bernhard

Al principio, según la Tradición de la Mujer Sabia, todo empezó, como siempre,


en el nacimiento. La Gran Madre de Todo dio a luz y la Tierra salió del vacío.
Entonces la Gran Madre de todo dio a luz una y otra vez, y la gente, los animales
y las plantas aparecieron en la Tierra. Todos tenían mucha hambre. ¿Qué
comeremos? Preguntaron a la Gran Madre. “Ahora vosotros me coméis a mí”,
respondió con una sonrisa. Pronto hubo muchas vidas, pero a la gran Madre de
Todo le gustó tanto crear y dar a luz que no quiso parar. “Ah”, dijo sonriendo,
“ahora yo os como”. Y así sigue haciendo.

Todos venimos de la misma madre. La mujer sabia. Volveremos a su abrazo, su


vientre rico en sangre, su sangre que es vida y da vida. Su poder es su sangre que
fluye y fluye, su sangre que es vida y da vida. La sangre menstrual de cada mujer
y la sangre de cada nacimiento son un misterio sagrado.

¿Qué son los misterios de la sangre? ¿Por qué son tan importantes para entender
la Tradición de la Mujer Sabia? 
Los misterios de la sangre nos enseñan que la sangre menstrual y la sangre del
parto son sangres sagradas, sangres de poder, sangres curativas. Los misterios de
la sangre nos enseñan a recordar que la vida y la curación vienen de una mujer y
vuelven a ella, a la mujer que sangra y sangra. Y no muere. 

Los misterios de la sangre revelan que la sangre menstrual (en tiempo lunar) y la
del parto son tan sagradas, tan llenas de potencial, de vacío, que se pueden usar,
no sólo para curar, sino para nutrir. La sangre de la mujer sagrada es sangre
nutritiva, sangre de amor, de abundancia, sangre que cura la tierra.

Los misterios de la sangre recuerdan el inmenso poder de la mujer que sangra.


Un poder suficiente para compartir de madre a madre, de nutriente a nutriente.

Cuando sangramos en la tierra (en la fantasía o en la realidad) nuestro poder nos


arraiga a la vez que fluye nuestra sangre a través de la chakra de raíz en la tierra.

Al sangrar en la tierra, sangrar libremente, nos conocemos como mujeres, como


nutrientes de la vida, como quienes dan alimento a las plantas, un alimento
sagrado: nuestra sangre de luna.

Soy mujer que da alimento para asegurar la vida en la tierra. Con el poder de mi
sangre lunar, mi sangre, el poder de mi parto, mi sangre, alimento a la tierra, que
nos alimenta a todos. Cada mes recuerdo: Soy mujer. Soy tierra. Soy vida. Soy
alimento. Soy cambio.

Soy mujer, que mira sus cambios de frente: visiones lunares hormonales
armónicas y agitadas, oráculos de ovulación, locuras premenstruales, orgasmos
de complicidad, éxtasis de partos, bendiciones de lactancia, emociones de
menopausia.

Soy un todo. Soy mujer. Conozco la vida, la muerte, el dolor, y la salud de mi


médula, de mi vientre. Conozco los lugares sangrientos: el espacio estrecho entre
la vida y la muerte, el espacio sangriento del nacimiento, el desorden de la vida
nutriente, el flujo de sangre al dejar pasar la vida. Soy mujer. La sangre es mi
poder. Un poder de paz. Sangre de paz.

Mi sangre es alimento sagrado. Mi sangre nutre al feto que crece. Mi sangre se


vuelve leche para alimentar a mi hijo. Mi sangre fluye en la tierra como alimento
sagrado para la gran Madre, Gaia, Madre Tierra. 
Gaia, la de formas sangrientas. Mujer, la de formas sangrientas. Sangre de
alimento. Pero sangrienta. Sangre menstrual sangrienta, sangre de parto
sangrienta. Sangre de paz, sangre de alimento. Sangre de
salud/plenitud/sacralidad, no de sacrificio. La Tradición de la Mujer sabia es una
mujer de manos ensangrentadas, de muslos ensangrentados, una mujer que da a
luz, que ve el otro lado de las cosas. 

La salud/plenitud/sacralidad está siempre cambiando. La vida es misteriosa, se


mueve en espirales de cambio. Las espirales se mueven hacia, a través de y desde
el vacío. Cambian creando un agujero para que podamos ver el sagrado regalo de
salud de nuestra totalidad.

“Siéntate aquí, hermana, en el suave césped verde, y da tu sagrada sangre de luna


a la tierra, de vuelta a la espiral de la vida. Deja fluir la sangre roja de tu vientre
en el verde y marrón de la tierra. Siéntate aquí. Relájate, cierra los ojos y recibe
las visiones. Descansa ahora y da tu sangre lunar como alimento a las madres que
nos alimentan. Relájate y recibe las visiones”. 

El tiempo de la menstruación, según la Tradición de la Mujer Sabia, es un tiempo


de visiones. Cualquier mujer que preste atención a estas visiones encontrará el
poder de los chamanes, los curanderos, las mujeres de medicina.

“Añade una pedazo de hoja roja a tus preparaciones, cualquier hoja roja excepto
de hiedra venenosa. Hará la medicina más fuerte”, dice una amiga, aprendiz de
chamana de una nativa americana.

Estos son los poderes de la mujer menstruante, la menopáusica, y la post-


menopáusica:

-Unidad con la tierra como presencia de respuesta nutriente.

-Comunicación con plantas, animales y piedras.

-Creadora del tiempo meteorológico.

-Cambiante de formas.

-Invisibilidad.

-Comunicación con hadas, devas, elfos, dragones, unicornios.


-Presciencia.

-Agudeza de olfato, gusto, oído, vista, tacto.

-Curación.

La Tradición de la Mujer Sabia entiende la curación como un misterio de sangre.


Sangre de vida y muerte, sangre de nutrición, son el conocimiento natural de la
mujer, las cosas que nos hacen sabias.

LOS GUARDIANES DE LA SANGRE ETERNA

En este artículo extractamos un capítulo del libro “Hitler, el elegido del Dragón” de Jean Robin.
Ajenos a cualquier tipo de idea política coyuntural, hemos limitado el contenido del texto a la
esencia de la cuestión, desdeñando cualquier tipo de comentario o simple opinión política a la
que, en más de una ocasión, hace alusión Jean Robin.

Trata el texto sobre la siempre interesante función de la sangre como vehículo del espíritu, vínculo
o puente entre la realidad material y el espíritu. Es necesario fulgurarla y encenderla (la sangre),
para darle vida como manifestación del espíritu en este mundo .

Los misterios de la sangre constituyen el substrato de la mitología de nuestros más antiguos


antepasados. Vamos a tratar de situarlos en su dimensión correcta, para lo cual hemos de
conseguir separarlos de las prácticas degeneradas que habrían de surgir con el tiempo.

Veamos a este propósito lo que escribe el académico francés Jean Guitton en su Portrait de
Marthe Robin (Ed. Gasset et Fasquelle, 1985):

“Como todos los símbolos, el de la sangre es enigmático, ambiguo, y puede convertirse en


equívoco (...) El mito de la sangre, por el pensamiento de la sangre, se metamorfosea en misterio
de la sangre (...) ¿Y qué es ese torbellino líquido de la sangre que nos une al cosmos, lo mismo que
nos une a nuestra raza y a nuestras herencias? (...) He oído decir a Jean Bernard que la sangre es
un fuego líquido, la medida del tiempo en nuestros cuerpos, el piloto de nuestras historias
efímeras.

En el castillo de Krasznahorka, en el norte de Hungría, se exhibe el cadáver intacto de una antigua


señora del lugar, Zsofia Seredy, que “duerme” desde hace más de doscientos años. De vez en
cuando, su traje se deshace, convertido en polvo, y hay que revestirla con un nuevo traje negro,
pero ella es imperecedera. También es curioso advertir que tiene el antebrazo derecho un poco
alzado y que hace un signo con el dedo (...) Por este signo se reconoce a los adeptos de la antigua
magia turca a la que hacía referencia Von Sebottendorf, gran maestre de la Orden de Thule. El
índice levantado corresponde al fuego. Von Sebottendorf precisa, efectivamente que “conjugada
la A –que hace nacer el elemento líquido–, la Y –que se obtiene con el índice tendido– permite al
discípulo franquear los límites de la muerte sin perder la consciencia. Esperar la inmortalidad”.

Nos encontramos aquí, la vivencia ancestral del misterio al que se refiere Jean Guitton cuando
describe “la relación de la sangre con el fuego. (...) Es el fuego del espíritu el que insufla la vida a la
sangre, troncándose esta sangre en llama, se convierte en el principio de un mundo nuevo...”

Cristof Steding escribía en 1938 que “para que una nación o una raza alcance el plano superior al
que corresponde la idea del Estado o del Imperio, tiene que ser sellada y transformada por el
“rayo de Apolo”, por el fuego de las alturas (...). La sangre necesita esta fulguración fundamental,
esta transformación, esta transmutación que la lleva de los oscuros vínculos telúricos al plano
superior del espíritu donde se cumple y se realiza el ser imperial, la vida política de dimensiones
planetarias”.

El color verde acompaña siempre a la búsqueda de la inmortalidad. Color tradicional de los


dragones, asimilados a los guardianes del umbral, es el símbolo de la eterna juventud. El verde
remite también al conocido “Rayo Verde” del que Jean-Louis Bernard (Aux Origines de l’ Egipte),
nos dice que “fue uno de los secretos de los templos egipcios (...) Al parecer tenía como efecto
estimular las células sanas, conduciéndolas a la mutación, pero también acelerar la
degenerescencia de las células enfermas. (...) La diosa verde Hathor Sekhmet (la bebida de esta
diosa es la cerveza) concentra la fuerza divina en un “rayo verde”, que es la esencia de la vida
biológica en todos los reinos de la naturaleza”.

El rayo verde se halla presente en “La raza futura” de Bulwer Lytton, miembro eminente de la
Societas Rosicruciana in Anglia, de la que nacerá la Golden Dawn. Llamado también Vril, el
poderoso rayo es una posesión de la raza subterránea “agártthica”.

La entidad más esotérica del Islam se denomina El Khidr, es decir, el Verdescente, que se abreva
en la “Fuente de la Inmortalidad” y que se caracteriza por su ubicuidad y su trascendencia con
respecto al tiempo y al espacio. Pero lo más interesante se encuentra sin duda en el Iskender
Nameh de Nizami. En efecto, El Khidr (el verde) enseña a Alejandro Magno que “de todos los
países, el mejor es la Tierra Sombría, donde existe un Agua que da la vida” y que “la fuente de ese
Río de la Vida está al norte, bajo la Estrella Polar”. A. K. Coomarswamy, que cuenta esta leyenda
persa, precisa que “el reino de El Khidr “se conoce con el nombre de Yuh (...). Está situado en el
Extremo Septentrión”.

Palabras a las que hacen eco las líneas siguientes de Jean Parvulesco: “En un texto iniciático
fundamental, puesto que se trata de las instrucciones de Abdul Fazl a Hassan, hijo de Sabbah, más
conocido este último como el Viejo de la Montaña, gran maestre oculto de la Orden de los
Hassasin, está escrito: “¿Te acuerdas?. Te he hablado de una montaña, completamente al Norte.
Voy a decirte cómo llegar a ella. Tendrás que andar mucho tiempo. Pero incluso antes de que la
alcances, los verdaderos amos del Irán serán avisados y te esperarán”. Los “verdaderos amos del
Irán” son los Señores de Ariana (Patria de los Arios), los Señores del Imperio.

Los misterios egipcios establecen un lazo directo entre la sangre, la inmortalidad... y el Polo. Para
Plutarco, lo mismo que para la tradición griega, la Osa Mayor (Arktos) es la morada de Set-Tifón.

Martin Bormann dice que “prácticamente no existe la muerte. No hay extinción total del hombre.
Debemos afirmar el principio de que todo Despierto continúa viviendo indefinidamente en sus
manifestaciones vitales”.

Es, en efecto, con este estado sutil o etéreo de la materia a que se refiere Bormann con lo que hay
que relacionar todos los fenómenos del desdoblamiento. La tradición hindú llama a dicho estado
Taijasa, porque tiene la misma naturaleza que el elemento ígneo, el fuego (tejas), a la vez luz y
calor. Mediante un simbolismo que define bien la jerarquía existente en el mundo que los
ocultistas llaman Astral, las tradiciones islámicas precisan que Dios creó a los ángeles a partir de la
luz del fuego, a los genios de su calor y a los demonios de su humo.

El cuerpo físico está en contacto con el mundo astral –a la vez luz y calor– gracias al sistema
nervioso y a la sangre. En efecto, la luz tiene su sede en el sistema nervioso; el calor tiene su sede
en la sangre. Así se comprenden ciertos fenómenos luminosos que rodean a los mediums durante
las sesiones espiritistas y que van incluso hasta la exteriorización de una substancia etérea, de halo
luminoso. Explica también las sensaciones físicas de frío experimentadas por estos mismos
mediums con ocasión de su fuerza nerviosa. Puede padecerse desgaste del sistema nervioso y, en
su caso, trastornos físicos.
EL MISTERIO DE LA SANGRE – PORTAL ROSACRUZ

EL MISTERIO DE LA SANGRE
En las Escrituras Cristianas se les da gran importancia a las siguientes doctrinas:
1. Contaminación de la sangre por la generación.
2. Purificación de la sangre por medio de la regeneración.
Se escribe ampliamente sobre la doctrina de la sangre en cada página de la Biblia
desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Es innegable que la sangre es la base de
todas las formas que tienen vida senciente; pero, hasta donde la que escribe ha
pedido saber, el ocultismo oriental no tiene una sola palabra sobre este importante
tema. La Enseñanza de la Sabiduría Occidental, por otra parte, arroja una luz sobre
el “Misterio de la Sangre” que ilumina muchos de los más íntimos problemas de la
vida. Presenta varias ideas de gran alcance con relación a la sangre. Llama a la
sangre “posición ventajosa del Espíritu”, vehículo directo e individual a través del
cual el hombre por medio de su calor, controla y dirige su cuerpo físico. Cuando el
hombre hubo entrado al reino humano estaba desarrollando su individualidad,
control sobre sus acciones era ejercido hasta cierto punto por el espíritu racial,
quien, de una manera algo análoga a la del control del espíritu grupal sobre el reino
animal, mantenía dominio sobre el preservando la pureza de la sangre tribal o
familiar; entre más cercana la mezcla de la sangre por medio del matrimonio en el
clan, la casta o la tribu, más fuerte era el poder del espíritu de la raza. Puesto que la
sangre es el vehículo del ego, portador de sus sentimientos y emociones y el
registrador de su memoria, la entremezcla de la sangre familiar tenía el efecto de
reproducir las imágenes mentales de los padres en sus descendientes, quienes se
veían a sí mismos en esta memoria de la naturaleza a través de una larga línea de
antepasados. Los acontecimientos de las vidas de sus ancestros parecían así
haberles sucedido a ellos mismos. A través de esta memoria o consciencia común
se dijo que el hombre vivió muchas generaciones. Cuando leemos que Adán vivió 900
años y que los patriarcas vivieron durante centurias, significa, no que ellos
mismos hubiesen vivido tanto sino que sus descendientes se ,sintieron ser Adán,
Matusalén, etc., debido a la sangre ancestral trasmitida directamente a través del
matrimonio entre parientes, que era el almacén de toda experiencia, y llevaba
consignó Ias imágenes de la memoria de la vida de estos patriarcas. Así es que
ciertas facultades y rasgos fueron obtenidos y el tipo se fortaleció hasta que la
humanidad pudo pararse sobre sus propios pies sin la ayuda del espíritu familiar o
racial. Durante la más antigua evolución de la auto-conciencia, él vivía ‘bajo este
régimen de ley que sumergió al individuo en la nación, en la tribu o en la familia para
que el tipo pudiese formarse.
Existe evidencia de que los primitivos judíos tenían enseñanza especial concerniente
a la sangre, como se ve en el versículo 14 del capítulo 17 del Levítico, en el cual se
les prohibe comer sangre “porque el alma de toda carne está en la sangre.” Entre
ellos el espíritu racial era más fuerte que el individuo, porque todo judío pensaba de
sí mismo primero como perteneciente a una cierta tribu o familia, y su más grande
orgullo era ser de “la simiente de Abraham”.
Los semitas originales fueron los primeros en desarrollar el libre albedrío. Ellos en
cierta medida rompieron el asidero del espíritu de la raza por medio del matrimonio
con otras tribus, y esta introducción de sangre extraña interrumpió la consciencia
común que compartieron con sus antepasados, y la que fue reemplazada por la
consciencia individual. Pero por medio de este acto perdieron también gradualmente
la así llamada “segunda vista”, retenida hasta el presente día por la mayoría de los
escoceses que se casan dentro del clan.
El gran significado de la religión Cristiana yace en su enseñanza de que Cristo vino
a preparar el camino para la emancipación de la humanidad de la influencia del
espíritu de la raza, y a unir la multiplicidad de razas en una fraternidad universal; a
reemplazar el reino de la ley con el reino del amor y del sacrificio de sí mismo; para
instilar en la nueva raza el ideal de la amistad, ideal que con el tiempo nivelará todas
las distinciones y traerá paz a la tierra y buena voluntad entre los hombres. Por el
interés de la paz fundamental, el trajo una espada, porque hasta que no haya sido
destruido el reinado de los hombres, pueden construirse el reinado de Dios – el
reinado de Dios que se construye desde adentro a través del libre albedrío humano
como individuo que se gobierna a sí mismo, cooperando con la divina voluntad.
El hombre está construyendo en todos los mundos, y aunque a veces parezca
construir sólo para el yo separado, sin embargo existe hoy día en el mundo un ideal
de amistad y de altruismo que fue raramente conocido en las antiguas civilizaciones.
A través de esta expresión del altruismo, el hombre está llevando a la perfección su
cuerpo vital, que es la más elevada expresión de la sangre. Este vehículo es también
el asiento de la memoria y está correlacionado con el unificante Espíritu de Vida
como la sombra al cuerpo. Los glóbulos rojos sanguíneos de los animales inferiores
son nucleados, y estos núcleos son la posición ventajosa de los espíritus grupales
que controlan cada especie a través de estos centros de vida. Cuando se desarrolla
la individualidad, los núcleos desaparecen, como sucede con los mamíferos
superiores, que están muy cerca de la individualización. En el feto humano los
glóbulos rojos sanguíneos son nucleados durante las primeras pocas semanas,
mientras la madre trabaja sobre el cuerpo; pero éstos son desintegrados por el ego al
entrar a su vehículo físico, y cuando el feto da las primeras señales de vida, esto
es, cuando toma definitiva posesión de su cuerpo como individuo, los últimos
núcleos se destruyen, porque no puede haber otro principio gobernante cuando está
presente el espíritu interno. Así es que la sangre de todo ser humano es diferente de
la sangre de cualquier otro individuo, hecho que será pronto descubierto por la
ciencia. Se nos dice en la Enseñanza de la Sabiduría Occidental que el cuerpo vital
será nuestro más denso vehículo en el próximo cielo ascendente; de aquí que la
necesidad de su adecuado desenvolvimiento sea fácilmente comprensible. La
Enseñanza de la Sabiduría Occidental da una definida explicación con relación a los
éteres constituyentes del cuerpo vital, así como con relación a sus funciones en el
desarrollo del hombre y la relación del cuerpo vital con la segunda venida de Cristo.
Incluye instrucciones para este desarrollo por medio de la purificación de la sangre, y
este método encuadra con la mente y el cuerpo que hemos desarrollado bajo los
ideales modernos y progresistas del Occidente. Es un Método Occidental para
Occidentales; de aquí que sea seguro y digno de confianza, como la autora lo sabe
por experiencia.
Cuando estudiamos más cuidadosamente esta maravillosa enseñanza, podemos
comprender en cierta medida el intrincado problema de la sangre racial, que ha
jugado un papel tan importante en la historia del mundo y en la perpetuación de las
ideas de familia, tribu y nación. La ciencia está todavía buscando el significado de
esto; reconoce el hecho de que la transfusión de sangre de un animal de una
especie superior a otro de especie inferior, mata a este último (hemólisis). Pero esta
Enseñanza de la Sabiduría Occidental explica más ampliamente que cuando la
humanidad evolucione hacia la estatura divina, la mezcla de sangre humana será
imposible. En una lejana edad futura la propagación de la raza por medio de la
mezcla de sangres en el matrimonio ya no será necesaria, porque el hombre habrá
entonces aprendido a crear desde adentro por medio de la Palabra. Aún hoy día, el
hombre está construyendo un cuerpo físico más fino y mejor que el que tuvo en el
pasado, más flexible, más adaptable; está aprendiendo a conocer sus funciones, y
está comenzando a redimirse de la influencia cristalizadora de la sangre racial para
convertirse en un ciudadano del mundo.
del libro Cristo o Buda
por ANNET C. RICH
Prologo por M A X H E I N D E L

LOS GRUPOS SANGUINEOS

Los misterios que encierran los grupos sanguíneos son múltiples y muy difíciles de explicar. Pero
comencemos por el principio. Hacia 1665, un científico experimental inglés, el anatomista Richard
Lower, intentó practicar transfusiones sanguíneas en perros y, dos años más tarde, el cirujano
francés Jean-Baptiste Denis realizó con éxito la primera transfusión de una oveja a un hombre
joven. En esos tiempos, la muerte por pérdida de sangre era común.
En un campo de batalla, por ejemplo, morían más hombres porque se desangraban —sin
mencionar la septicemia1 — que por la naturaleza y gravedad de sus heridas. Por lo tanto, era
muy importante para los médicos descubrir un medio instantáneo para proveer de sangre a una
víctima y así compensar la pérdida por hemorragia. Además, en ese entonces, la cirugía todavía
utilizaba procedimientos primitivos y el choque causado en el paciente por el puro dolor de una
operación —realizada sin anestesia—, aunado a la pérdida de sangre, podía provocar un desenlace
fatal.

s50-ciencia-sangre-1

Aquellas tempranas transfusiones de sangre entre animales algunas veces daban buen resultado,
pero esto no era lo más frecuente, pues se ignoraba que si no se realizan entre tipos sanguíneos
compatibles, se generan diversas reacciones que van desde hemólisis,2 anemia, fallas renales,
shocks e, incluso, la muerte. Cuando esas mismas técnicas se usaban en seres humanos, los
resultados seguían la misma azarosa pauta de éxitos y fracasos. En realidad, fue hasta principios
del siglo xx cuando los médicos comprendieron por qué se producían tantas muertes después de
las transfusiones, pues se halló que la sangre humana podía ser dividida en cuatro categorías o
grupos principales.

Primer descubrimiento

En 1901, el médico vienés Karl Landsteiner descubrió cuatro clases distintas de glóbulos rojos a las
que llamó O, A, B y AB, lo que le valió recibir el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1930.
Encontró que los glóbulos rojos de nuestra sangre están suspendidos en un líquido llamado
plasma,3 de modo similar a las partículas de tierra que enturbian el agua. Cuando se mezcla
sangre de diferentes grupos —es decir, cuando por transfusión una persona recibe sangre
perteneciente a un grupo incompatible con la suya—, los glóbulos rojos se «aglutinan», es decir,
comienzan a juntarse unos con otros formando una especie de grumos, y dejan de transportar
oxígeno, que es su función específica.

s50-ciencia-sangre-2

En la sangre están presentes dos elementos más que son determinantes para clasificarla: los
antígenos,4 en los glóbulos rojos, y los anticuerpos, en el plasma. Así, cuando una persona tiene
glóbulos rojos con antígenos del tipo A en su suero sanguíneo, también está presente una
sustancia llamada anti-B, que es el anticuerpo. Y si una persona del grupo A recibe una transfusión
de sangre de otra persona con glóbulos rojos cuyos antígenos son del tipo B, las sustancias anti-B
presentes en la sangre de la persona del grupo sanguíneo A producirán aglutinación. En otras
palabras, sus glóbulos rojos se agruparán formando grumos.

No se puede, por lo tanto, mezclar los grupos sanguíneos A y B a causa de las sustancias anti-B que
hay en la sangre del tipo A y de las sustancias anti-A que hay en la sangre tipo B.

Las personas con tipo sanguíneo O5 se diferencian de las demás, porque sus glóbulos rojos no
contienen sustancias A ni sustancias B y pueden dar sangre a cualquier persona; de hecho, a
quienes pertenecen a este grupo se les llama «donantes universales».

s50-ciencia-3

Al cuarto grupo sanguíneo, llamado AB, pertenece gente cuyo suero no contiene sustancias anti-A
ni anti-B, por lo que pueden recibir sangre de cualquiera de los tres grupos restantes. En otras
palabras, son «receptores universales».

Así pues, las reglas de la transfusión se reducen a que cualquiera puede recibir sangre de otra
persona de su mismo grupo sanguíneo, así como de una persona del grupo O, ya que los
afortunados del grupo AB pueden recibir sangre de cualquiera.

Segundo descubrimiento

Todo lo anterior corresponde a la composición básica de la sangre; sin embargo, la situación se


complica cuando toma relevancia otro factor, esa misteriosa cosa denominada Rh, descubierta en
1940 por el mismo Landsteiner, junto con Alexander Solomon Wiener, y que resulta enigmática
hasta para los científicos.
Landsteiner observó que si inyectaba sangre de unos pequeños monos de la especie Macacus
rhesus a unos conejillos de indias, éstos producían ciertas «antisustancias»; es decir, se creaba
sangre que contenía un factor anti-Rhesus, a partir de la cual era posible preparar un suero —que
no es otra cosa que sangre sin células ni corpúsculos sanguíneos— que sintetizaba, a su vez, ese
factor. De esto surgió algo verdaderamente relevante: se descubrió que la sangre humana podía
ser clasificada en dos tipos principales o grupos especiales.

Aproximadamente 83% de los seres humanos tiene sangre que aglutina o forma grumos cuando se
le inyecta un suero similar al del experimento y que contiene ese factor anti-Rhesus o anti-Rh. Este
grupo se denomina «Rhesus positivo» o Rh+. La minoría restante, o sea, la sangre de 17% de la
población mundial, no se aglutina en presencia del suero anti-Rhesus, por lo que pertenece al
grupo Rhesus negativo o Rh–.

Lo curioso de esta reacción Rhesus es que parece variar de unas razas a otras. Cerca de 85% del
total de los individuos de la raza caucásica o europea tiene reacciones Rhesus positivas; 90% de
todos los individuos de raza negra también son Rh+, mientras que las razas mongólicas puras son
positivas por completo.

Tercer descubrimiento

Pero no faltará quien se pregunte para qué sirve todo esto. La respuesta se encuentra en la
minoría que es Rh–. Los individuos que pertenecen a este grupo pueden verse en una situación de
peligro potencial si reciben una transfusión de sangre Rh+, pues crearán anticuerpos en su
corriente sanguínea. Ya hemos visto que, si bien los grupos sanguíneos son los mismos, en sus
categorías A, B y O, en realidad son muy diferentes.

Los anticuerpos, desde luego, forman parte del sistema de inmunidad propio de nuestro
organismo, que nos ayuda a resistir todo tipo de infecciones, pero, y aquí está el meollo del
asunto, si una persona tiene esos anticuerpos en su sangre y recibe más adelante otra transfusión
de sangre Rh+, tendrá una reacción gravísima, ya que dichos anticuerpos tenderán a destruir la
sangre nueva.
Una situación similar ocurre cuando una mujer Rh– procrea con un hombre Rh+, pues el futuro
bebé puede ser Rh+ o Rh–. Si el embarazo es Rh+, el feto tiene el mismo efecto de producir
anticuerpos en la sangre materna, en cuyo caso, el bebé nacerá sin mayores consecuencias.6 Pero
si esa misma pareja procreara un segundo hijo Rh+, las sustancias anti-Rh, o anticuerpos,
presentes en la sangre de la madre, pasarían al feto a través de la placenta y provocarían la
destrucción de los glóbulos rojos del bebé. Este problema se denomina «incompatibilidad Rhesus»
—o incompatibilidad Rh— y sólo es grave cuando se ha destruido la mayor parte de los glóbulos
rojos.

Así que más nos vale ser comunes y corrientes y no andar presumiendo que somos de sangre azul,
¡no vaya a ser el diablo!

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Este estado sutil, polarizado en luz y calor, da cuenta de los fenómenos no explicables, ya
procedan de los vivos o los muertos. Situado inmediatamente más allá de la materia, permite
igualmente explicar los fenómenos estudiados por la parapsicología. Y, repitámoslo, el cuerpo
astral, el doble del ser, pertenece a este universo de la materia trascendente o no captable
fácilmente por los sentidos físicos. Por ejemplo, una persona, al transferir su consciencia a este
estado (no sometido ya al espacio-tiempo ordinario), puede exteriorizarse en un lugar de su
elección y condensar en él una apariencia corporal correspondiente a la imagen que mentalmente
proyecta.

La antigua religiosidad europea pre-cristiana, tenía esta visión del mundo y dio la debida
importancia al desarrollo de estas capacidades, con iniciaciones duras, largas y no exentas de
peligro. Siempre existe el riesgo de disociación total entre el doble y el cuerpo. En las sociedades
“paganas”, se buscaba mediante estos estados el contacto con los dioses y los antepasados.

El cuerpo astral, o el doble, por mucho que se haya alejado de su prisión de carne, continúa unido
a ella por una especie de cordón umbilical muy tenue. Si se rompe, se produce la muerte
inmediata, como sucede tras una rotura de aneurisma. Durante el sueño, el cuerpo astral se
exterioriza de forma natural. Agotado por el gasto de energía nerviosa sufrido durante el día, se
inmerge en el océano astral, a fin de aprovisionarse en él de fuerzas nuevas. Pero salvo excepción,
apenas se aleja de sus “restos” físicos.
Es necesario haber endurecido y templado el cuerpo y las emociones para poder acceder de forma
consciente a estos estados. De otro modo, las consecuencias pueden ser terribles: posesión, locura
o muerte.

La Orden del Dragón ha tenido diversas apariciones a lo largo de la historia, actuando siempre de
forma oculta. Sigismundo de Luxemburg, rey de Hungría en 1387 y Emperador de Alemania de
1411 a 1437, crea la Orden del Dragón en 1418 para defender Europa de la invasión turca. El
Príncipe Vlad IV de Valaquia formó parte de ella y pasó a la posteridad con el nombre de Drákula,
el Hijo del Dragón. Del Dragón Verde, que simboliza el cuerpo astral o doble y que es el guardián
de la sangre eterna, del fluido vital. En la saga nórdica, Siegfried mata al Dragón apropiándose con
su sangre de sus poderes, incluso de la inmortalidad.

La Orden del Dragón es vehículo transmisor de misterios antiguos entre los que encontramos el
Primer Egipto, cuando los divinos fundaran y levantaran aquella civilización “venida de las
estrellas”. Su “biblia” es un tratado titulado “La Magia Sagrada de Abramelín”, nombre que puede
traducirse por “Padre de las arenas”. A Egipto acudió a instruirse el autor de “La Magia Sagrada” (e
iniciador del Emperador Sigismundo). Veamos tal como él lo cuenta, las consideraciones que le
hizo su maestro Abramelín:

“Te doy y te permito practicar esta ciencia sagrada, que habrás de adquirir respetando las leyes de
estos dos pequeños cuadernos, sin omitir la menor cosa, por inimaginable que pueda parecer. Te
servirás de la Ciencia Sagrada para recuperar tus antiguos poderes y convertirte de nuevo en un
dios inmortal, vencedor de la Vida y la Muerte. Entonces la Sombra (el doble astral) no podrá nada
contra ti, porque te habrás convertido en amo de la Sombra y penetrarás en la cadena de sombras
que pueblan la Eternidad. No ofrezcas esta Ciencia más que a aquellos cuya mirada pueda afrontar
la oscuridad sin temblar, a aquellos cuyo corazón es lo bastante fuerte para sostener la
inmensidad y la eternidad sin ceder bajo su carga. (...)

Otros vendrán que recogerán la antorcha, para llevarla cada vez más lejos, a través de los mundos,
en el nombre del Señor Supremo Portador de la Piedra Sagrada (la esmeralda del Grial que vio
Alejandro). Que la curiosidad no te empuje a querer saber las causas de todo esto, a menos que tu
corazón sea suficientemente firme para acoger la vida infinita en sus más vastos límites. Observa
entonces que nos ven tan malvados que nuestra orden se ha vuelto insoportable no sólo para el
mundo, sino para los dioses a los que los hombres adoran”.

El tratado de Abramelín el Mago, que su autor trajo de Egipto, fue descubierto en el S. XVIII en la
Biblioteca Marciana de Veneccia, por el marqués de Argensón, que lo donó a la biblioteca de
Arsenal, de París, donde continúa en la actualidad.
El Sagrado Corazón de Jesús (P. Julio Chevalier MSC)

Nota: Al comienzo de la página le ofrecemos los puntos saltantes del capítulo y al final del
resumen encontrará los enlaces que lo llevarán inmediatamente al tema que pueda
interesarle.

Libro II

Capítulo Sexto

LA SANGRE DEL CORAZÓN DE JESÚS

Resumen de este capítulo:

 El corazón, su cometido.- Su formación.- Qué decir de la Sangre  

 I. Naturaleza de la sangre humana.- La vida de la sangre.- La ciencia de las armonías es la inteligencia
del simbolismo de la naturaleza. - El cuerpo, imagen del alma; el alma, imagen de Dios.- Maravillosa
armonía entre nuestras facultades y sus órganos correspondientes, según santo Tomás.- Relaciones
que unen todas las vidas según Mons. Baudry.- Leibniz afirma que hay algo en el alma, que responde a
la circulación de la sangre.- Virtudes del Corazón de Jesús, simbolizadas en algunos elementos de la
sangre                              

 II. La sangre evoca la idea de entrega, abnegación y sacrificio. - Valor infinito de la sangre divina y de
cada gota de esta sangre.- Maravillosos efectos de esta sangre, según testifica san Juan Crisóstomo,
igual que san Gregorio Magno y san León.- Fue el principio y la fuente de la vida humana del
Salvador                             

 III. Es al Corazón de Jesús, que la sangre del Redentor debe su formación, su conservación y su
efusión física.- Nueva efusión sobre el altar, de donde pasa a nuestras almas.- Y es el Corazón de
Jesús, que es su fuente y origen, fuente que guarda en el cielo, pero en un estado más perfecto que
sobre la tierra, todas sus propiedades               
 IV. Este corazón fue formado de la sangre de la Santísima Virgen. - Es en el seno de la Virgen que
obtuvo todos sus elementos.- Es también a la Virgen, que Jesús hizo entrega de todos sus méritos, al
pie de la cruz.- Herida hecha por la lanza del soldado, en el Corazón de Jesús.- Misterios significados
por la sangre y el agua, que brotaron del costado traspasado del Salvador.- Dicen que María recogió en
un vaso esa sangre y esa agua; fue ella también, que habiéndolos recibido un día, tiene el privilegio de
distribuirlos a sus hijos.    

I. La sangre en la vida humana


II. La sangre, símbolo de la remisión de los pecados
III. La sangre de Cristo procede de su corazón
IV. Méritos de la sangre de Jesucristo  y Misterios que revela
NOTAS DEL CAPITULO SEXTO, DEL SEGUNDO LIBRO

Nos hemos preguntado ¿qué es el corazón del hombre, para


el hombre y para Jesús?: la filosofía, la teología y la mística, nos
han contestado que lo debemos considerar como la sede de los
sentimientos, el horno del amor, y el principio de la vida.

¿Qué rango asignar a la sangre de Jesucristo, en el misterio de la


Redención? ¿Y qué relación puede tener María con estasangre adorable,
que fue el precio de nuestra Redención?

El examen serio de estas cuestiones, tiene que interesarnos vivamente.

I. La sangre en la vida humana

"Dios al crear los seres corporales, ha puesto en ellos la imagen de las


cosas invisibles"  . No podemos captar siempre éstas imágenes,
41

pero no por eso dejan de existir. El Todopoderoso, habiendo


impreso su sello  sobre la
42
creación toda entera y en
particular sobre el hombre, obra maestra de sus manos, todo ser,
sea cual fuere, tiene que detentar la huella de sus divinos
atributos .  Y el alma, hecha a su semejanza, encuentra en el
43

cuerpo que animay de la que es forma, los rostros de las cualidades


que ella posee  ; de suerte que el cuerpo es un espejo de muchas
44
facetas, que todas reflejan las propiedades del alma. "Cada uno de
sus estados, dice un profundo pensador, tiene en la creación física
una cierta parábola que le indica".  "La visible es la parte material
45

de las cosas, la invisible es su parte espiritual" . La una conduce a


46

la otra; y es su imagen bien clara, bien evidente, por cierto .47

De ahí procede la perfecta armonía entre nuestro cuerpo y nuestra


alma. Hechas para completarse mutuamente, esas dos partes de
nosotros mismos, tan parecidas  como diferentes, se adaptan
48

perfectamente; los órganos del cuerpo responden a las facultades del


alma, las facultades a los órganos, los dos no hacen más que uno. 49

"El hombre no sería perfecto, dice Sto. Tomás, si todo lo que está
contenido implícitamente en el alma, no estuviera externamente
explicado, manifestado en el cuerpo, y si el cuerpo no estuviera
proporcionado al alma y no le respondiera plenamente". 10

Escuchemos a Mons. Baudry sobre este tema: "Los órganos del


cuerpo, su vida, sus funciones, dice, tienen por objetivo el expresar la
vida del alma, sus funciones y sus destinos..."

"Así, vendrá el día cuando la luz del día iluminará nuestras sombras y
entonces el hombre verá lo que había de figurativo y de glorioso en
todas sus funciones de la vida, incluso animal, que realizaba en su
prueba, sin penetrar su sentido. —Comprenderá las armonías que
existen en su naturaleza.— Captará las relaciones de su vida material
con su vida moral, de esta vida del corazón  con el mundo de la
inteligencia y del amor. Contemplará sus relaciones simbólicas con los
misterios más santos y más divinos, con los misterios de la gracia y de
la gloria, en el orden sobrenatural; después, con los de la unión
hipostática, realizada en Jesucristo; y finalmente con los misterios
mismos de la vida divina. Es que entonces el hombre, conociendo al
Corazón de Jesús, conociendo su propio corazón;  podrá decir con el
Apóstol:Todo es nuestro, y nosotros de Jesús y Jesús de Dios.11 Es que
entonces, el universo todo entero aparecerá tal cual es, como una
palabra proferida en el tiempo, para expresar los secretos de la
eternidad".12
Ya véis como esa ciencia de relaciones y analogías se amplía, como se
vuelve armoniosa y sublime! Puesto que Dios creador de los mundos,
ha impreso su sello sobre todas esas obras, como un Señor universal,
es justo que todas, en la esfera que les es propia, acusen su
presencia, expresando sus atributos y proclamando su soberanidad. 13

"Pero hay también otro mundo, donde las llamadas corres ponden a
una maravillosa armonía y con un paralelismo cuya significación no
podría eludir el ojo más clarividente: es el mismo hombre,
ese microcosmos,  como lo llamaban los antiguos. Existe una relación
evidente entre las facultades del alma y los órganos del cuerpo". 14 Y
Leibniz no tenía miedo de decir que existe siempre una exacta
correspondencia entre el cuerpo y el alma: "Yo sostengo incluso,
decía, que sucede algo en el alma que responde a la circulación de
la sangre  y a todos los movimientos internos de las vísceras, algo que
nos pasa desapercibido". 15

Estando aún entre las sombras de la vida, no podemos captar todos


esos maravillosos mensajes. Esta satisfacción nos será dada en el
cielo, donde todos los velos se habrán disipado.

En efecto, hay dos atributos que parecen dominar en Dios:


la misericordia  y el poder   ;  es el suaviter  et fortiter  de que nos ha-
16

blan los Libros Santos. 17

Aquí tenemos los dos sellos especiales que El imprime en la criatura,


hecha a su imagen; y el cuerpo de esta criatura privilegiada recibirá la
huella en lo más íntimo de su substancia.

El Corazón de Jesús posee en un grado eminente esas dos virtudes;


ellas presiden todos los actos del Salvador, ellas inspiran todos sus
movimientos, son como el carácter distintivo de su misión: Discite a
me quia mitis sum corde.18

Desde el pesebre hasta la cruz, la dulzura  y la fuerza  aparecen en El


con un esplendor incomparable: Ego sum Pastor bonus.   La 19

misericordia acompaña siempre sus pasos: Pertransiit bene


faciendo,  y el poder no le abandona jamás:Jesus... vir... potens in
20

opere.21
La hora del supremo combate se acerca. Se trata de luchar contra
todas las fuerzas del infierno, de derribar a Satanás y de vencer a la
muerte. ¿Qué hacer? El Verbo Encarnado salta a la arena y encuentra
en su Corazón la energía que necesita para reducir sus ene migos y
obtener una sonora victoria. 22

Creados a su semejanza, todos los hijos de Adán y Eva deben estar


marcados con este doble carácter; eso es lo que dice San Pa blo con
insistencia: No es un espíritu de temor lo que Dios nos ha dado, es la
fuerza y el  amor.  Y también,lo puedo todo en Aquel que me
23

conforta.  La mansedumbre nos asegura el dominio de la tierra y la


24

fortaleza, el reino del Cielo. 25

¿Qué es la vida del hombre? Según enseña el Espíritu Santo, es un


combate perpetuo.  Y añade también: "no ceséis de luchar por la
26

justicia, hasta el último suspiro; sólo a este precio conseguiréis la


victoria.27

En una palabra, sed dulces,  sed fuertes.


28 29

II. La sangre, símbolo de la remisión de los pecados

En todos los pueblos y principalmente entre los judíos, la sangre  de


las víctimas era esparcida para la expiación y reparación de los
pecados.30 Esta efusión, dice san Pablo, era la figura del sacrificio de la
cruz. Jesucristo ofreció toda lasangre  de sus venas para nuestra
salvación. Se entregó enteramente, en holocausto, para aplacar la ira
divina. Susangre,  que era la de un Dios, fue una sangre  pacificadora.
También era de un valor infinito.31 Su valor, sobrepasaba las deudas
de todos los hombres; bastaba ampliamente para satisfacer a la
justicia celeste, y para expiar todos los crímenes del pasado, presente
y futuro. Esta sangre  fue como un tesoro universal, donde todos los
pecadores pudieron desde entonces extraer su rescate, y como una
fuente, puesta a disposición de los justos, para extraer la vida de la
gracia.
No solamente toda esta sangre  reunida tenía este valor, sino cada
gota en particular tenía un precio inestimable. San Pedro dirige a
todos los fieles estas palabras memorables: "Sabed que no por cosas
corruptibles, como el oro y la plata, habéis sido rescatados, sino con la
sangre preciosa del Salvador".  "Y esta sangre  adorable, exclama san
32

Juan Crisóstomo, tiene más eficacia que la del Cordero Pascual: Esta
última, aplicada sobre las puertas de los judíos, preservó a sus hijos
solamente de la muerte temporal; mientras que la primera, vertida
sobre las almas, las libra de la muerte eterna". 33 "Esta sangre  divina,
continúa el mismo santo Padre, expulsa los demonios y convoca a los
ángeles. Ha purificado al mundo entero y purifica el vestíbulo del
Santo de los Santos. Una vez vertida, abre el camino del Cielo: con
ella Jesucristo compró a su Iglesia y la ornamentó". 34

"La sangre del Salvador, dice a su vez san Gregorio Magno, co mo la de


Abel, lanza también un grito, pero es un grito de misericordia, pues la
sangre de Abel pedía la muerte del fratricida Caín, en cambio
la sangre  de Jesucristo obtiene el perdón de sus perseguidores, es
decir nuestra Redención".  "Y esta sangre,  derramada para reconciliar
35

al mundo, exclama san León, se convierte en su precio". 36  Por él nos


hemos aproximado a Dios, de quien el pecado nos tenía alejados. 37

"Ella aplaca la justicia divina y  nos obtiene la misericordia. Nos purifica


nuestras manchas y nos abre las puertas del Cielo. Remite los
crímenes de los pecadores y hace crecer las virtudes de los
justos".  Nos es aplicada cada día por medio de los Sacramentos, que
38

consiguen de ella toda su virtud.

¡ Oh Sangre adorable de Jesucristo! ¡Cuán preciosa sois! ¡ Qué


maravillas habéis ocasionado! ¿Quién podrá explicar su eficacia?
Durante 33 años habéis sostenido las fuerzas del Salvador! Erais Vos
quien mantenéis y renováis, a cada instante, la vida de sus miembros,
esta vida más excelente que la de todas las criaturas,
incomparablemente más elevada que la de los ángeles; esta vida que
sirvió para alabar, para adorar la augusta Trinidad, tanto como ella lo
merecía; esta vida que se consumió, sin interrupción, para la gloria de
Dios y la salvación de las almas; esta vida que dispuso a Cristo para
merecernos la gracia y a la vez obtenemos el Cielo, y que fue
aceptada por la justicia divina como un holocausto tan perfecto, como
agradable.  Vos sois el principio y la fuente simultáneamente. Seáis
39

bendita! Purificad mi corazón  de sus manchas, y hacedle digno de las


complacencias del Altísimo!

III. La sangre de Cristo procede de su corazón

Pero esta sangre misteriosa, vertida tantas veces para la redención del
mundo, ° que ha pacificado el cielo y la tierra," y que ha operado
4

tantos prodigios, ¿de dónde procede? ¿de qué fuente sagrada ha


surgido? Del Corazón de Jesús!" ...

Este Corazón divino, no sólo ha concurrido en la formación de esa


sangre adorable, que se convirtió en precio de nuestro res cate, sino
también a su conservación; siendo la causa motriz de su circulación en
todo el organismo del Salvador, por la misma razón se convierte en
causa determinante de su efusión en todas las circunstancias que se
han producido después de la Circuncisión, hasta la inmolación del
Calvario."

El Verbo Encarnado podía libremente retenerla en sus venas, si lo


hubiera querido, pero prefirió que su Corazón la esparciera al exterior
para la salvación de los hombres. 44

Aquí tenemos otro Misterio de Amor!

Esta sangre divina que brotó del Corazón de Jesús, como de su fuente
natural, cuando este adorable Salvador estaba en la tierra, todavía
opera nuevos prodigios. Como antaño en el árbol de la Cruz, es
ofrecida cada día en sacrificio, de una manera mística, pero real, para
aplacar la cólera del cielo, satisfacer su justicia, dar gracias a Dios,
expiar nuestros crímenes, lavar nuestras iniquidades y obtenemos la
ayuda de que tenemos tan urgente necesidad.  Está en el cáliz de
45

salvación, como la sangre de la nueva alianza," el precio de la


Redención,47  como signo de una caridad sin fronteras, como la prueba
más radiante del amor de Dios hacia nosotros."

Mas aún, por esta nueva efusión sobre el altar, fluye hasta  el seno de
la Iglesia, como un río abundante y continuo que da a todos los
sacramentos una virtud divina, eficaz y vivificante,  de suerte que
49

cada cristiano, al degustarla, participa de sus méritos, calma la sed


de sus deseos celestes, contiene la violencia de  sus pasiones y
restaura las fuerzas de su alma; pues esta sangre  preciosa es
verdaderamente una bebida que hace que, el que la  beba,
permanezca en Cristo y tenga vida eterna .50"  "Sí, grita san Juan
Crisóstomo, esta bebida es tan saludable que el que la bebe se
siente revivir, puesto que posee el secreto de librarnos de la  peste
de las pasiones, de matar nuestros pecados, que como gu sanos o
serpientes nos roen interiormente".51

Pues bien, digámoslo! ¿De dónde sale esta sangre adorable, que circula


con tanta abundancia sobre nuestras mesas eucarísticas, para
esparcir por todas partes la fecundidad de la vida? Del Corazón  de
Jesús!  "Sí, este Corazón sagrado la proporciona! "Sí, es el que la
52

destila cada día, en todas esas gotas del cáliz eucarístico."  "Por lo
53

tanto, apresuraos a acercar vuestros labios; allí se encuentra esta


fuente misteriosa que brota hasta la vida eterna"  Ya que este divino
54

Corazón participa en la glorificación de la naturaleza humana de


Jesucristo, no ha perdido nada de sus propiedades naturales, todas
las que tenía en la tierra; las posee todas, pero en un estado más
perfecto todavía.
55

IV. Méritos de la sangre de Jesucristo y


Misterios que revela

Y este Corazón sagrado, ¿de qué substancia ha sido formado? De la


sangre de la Inmaculada Virgen María.  Ahora que ya está formado y
56

organizado y en actividad, de dónde extraerá los materiales de esta


sangre preciosa, que lanzará por todos los tejidos  del cuerpo para
alimentarlo y desarrollarlo?

"Los extraerá, como todo corazón  humano en su origen, de los


elementos de la sangre materna".  Y estos elementos, es de Vos, Oh
57

María, de quien el Verbo se ha dignado solicitarlos; Vos  no sois pues


extraña a esta sangre adorable, a ese tesoro de la Redención, a este
precio inestimable de nuestra Salvación! 58

¿Habría que sorprenderse, si Jesucristo, vuestro Hijo, depositara


todos los méritos en vuestras manos? Este gran misterio  de
amor se desenvolvió al pie de la cruz, cuando vos esta bais allí,
erguida y valiente, fija la mirada sobre la víctima  propiciatoria.
Escucháis de pronto los pasos precipitados del soldado romano. ¿Y
qué es lo que visteis? La punta acerada de una lanza que él
esgrimía. ¿Qué pretende? Traspasar el  pecho del divino
crucificado!!!   El golpe que asestó, fue tan rápido como el rayo...
59

¡Estaba hecho! El Corazón de Jesús estabaabierto 6 ° y de la herida


entreabierta, brotó inmediatamente y en abundancia, sangre y
agua.  Y esta sangre y esta agua salen al mismo tiempo, pero
61

distintamente, sin mezclarse, nos dice un eminente teólogo.  Este 62

hecho, aunque milagroso, no es menos cierto.  La sangre  que brotó


63

es sangre  verdadera y el agua que la acompañaba era agua pura y


verdadera, como lo definió el Papa Inocencio III. 64

¿Qué significa este doble prodigio? Encierra grandes misterios! Primero,


indica que aquel que estaba crucificado era Dios y hombre a la
vez.  "He aquí porqué, dice san Juan Crisóstomo, el centurión testigo
65

de este extraño suceso, como todos los que pasan por el Calvario,


exclama asombrado:

"Este hombre verdaderamente es Hijo de Dios". 66

Y en segundo lugar, esta sangre  y esta agua  son figura de


la Iglesia, que sale viviente del costado de Cristo, con todos los sacra-
mentos que la constituyen y que son los canales de la gracia. 67 "Esta
nueva creación, dice Suárez, no podía realizarse antes de la muerte
de Cristo, pues este poder de fundar y de santificar, pro pios de la
Iglesia, extraen su virtud sólo de la Redención consumada" . 68

"San Cirilo y san J. Crisóstomo afirman que el agua  significa el


bautismo, que es el principio de la Iglesia y la puerta de los
otros sacramentos; y la sangre,  la Eucaristía,  que los contiene todos
y puede ser considerada como su fin y su complemento". 69 Tertuliano
añade que "la sangre  es el símbolo de la fe católica, y que
el agua  denota los efectos o las ventajas que se derivan".  Y al 70
dejarse horadar el costado en la cruz, comenta un docto comenta -
dor de los Libros Santos, Jesucristo ha querido hacernos comprender
que el cielo, cerrado desde hacía más de 4000 años, estaba des de
ahora abierto a los hombres y que su Corazón sagrado sería como un
paraíso donde los elegidos deberían refugiarse". 71

Otros muchos misterios surgen todavía de la herida del Cora zón


de Jesús. 72

¿Comprendéis
ahora por qué la Madre de Jesús estaba allí de pie, junto con el
discípulo amado? Tal vez no...! Pues bien! Escuchad una antigua
historia, que cuenta: "Todos los apóstoles huyeron por temor a los
judíos ;  María se queda sola con san Juan, para ser testigo de todas
las escenas del Calvario. Cuando ella vio el costado de su Hijo
abierto tomó un vaso y recibió la sangre  y el agua  que se escapaban
de este corazón adorable. 73

Así María quedó en posesión de todos los tesoros de la Redención. Por


sus manos virginales el Cordero sin mancha, inmolado para la
salvación del mundo, quiere distribuirlos a todos los pueblos» Es
pues a esta virgen incomparable, a quien debemos el po der ser hijos
de Dios y de la Iglesia; es a ella pues a quien somos deudores de
todos los beneficios de la fe, de nuestra regeneración espiritual, del
don de los sacramentos, de las riquezas de la gracia y del reino
eterno.

Nos está permitido por lo tanto llamarla Nuestra Señora


del Sagrado Corazón, pues por este hermoso título reconocemos
la influencia maternal que ella ejerce sobre los méritos de
la sangre de su Hijo y, en consecuencia, sobre su
divino Corazón que es su fuente adorable

NOTAS DEL CAPITULO SEXTO, DEL SEGUNDO LIBRO

1. Invisibilia enim ipsius, a creatione mundi, per ea quae facta sunt, intellecta
conspiciuntur. (Rom 1, 20).
—Ut ex invisibilibus visibilia fierent, (Heb. 11, 3).

—Ille qui omnia in sapientia fecit, ita creavit unamquamque visibilium speciem
in terris, ut in his... agnitionem rerum invisibilium poneret... ita... in animatibus
intelligi potest, ut usum quidem et ministerium hominibus praebeant corporale,
habeant autem incorporalium rerum formas et imagines, quibus doceri anima
possit, et instrui ad contemplandam etiam ea quae sunt invisibilia et coelestia.
(Origenes, in Cant., lb. 3o, p. 173 y 174).

—Id., Thmassin., de Deo, lib. 3o, c. 18 y 19, p. 164.

2.     Velut sigillum maximum. (Clemens Alex., Fragmenta,  n. 16, et $ 7, t.


2o, p. 767.

3.     S. Tomás, I, q. 15, art. 2 — Id., I Sent,  dist. 36, Q. 2a, art. 2; t. 19, p.
413414.

—Vestigia Creatoris nostri sunt mira opera visibilis creaturae. (Sam Gregor. M. Mo-
ral,  lib. 26, c. 12, n. 17; t. II, p. 358).

—Per ea quae sunt in publico, illud ad nos emanat, quod latet in occulto. (id.,
Ibid., lib. V, c. 29, n. 52; t. I, p. 707).

—Rationes rerum quae sunt intelligibiliter in Deo, sunt sensibiliter in creaturis cor-
poralibus. (s. Tomas, in apit. ad Heb., t. 7, c. 9, lect. 2, p. 429).

4.        Revera quae videntur manifestae sunt imagines eroum quae non videntur. (s
Dion aerop., Epist. X, p. 1118, éd. Migne).
5.        Schiller, t. VII, p. 322-324.

6.        Jouffroy, Cours d'estbét.  p. 132.


7.        San Cirilus Alex. in Oseam prophet. c. 30, t. 4o, p. 98, éd. Migne.

8.        Corpus hominis est imago mentis. (Corn. a Lap., in Genes. c. 1,  v. 26, t. I, p.
71 —Id. Petavius, lib. II, c. 11).
9.        Finis proximus humani corporis est anima rationalis, et operationes ipsius. (s.
Tomas, I, q. 91, art. 3).

10.     Quidquid in partibus corporis apparet, totum originaliter, et quodammodo impli-


cite, in anima continetur. Nec homo posset esse perfectus, nisi totum quod in
anima implicite continetur, exterius in corpore explicare= ; nec etiam corpus
animae ad plenum proportionaliter responderet... Eadem est comparatio totius
corporis ad totam animam, et partium ad partem, ut dicitur in II de Anima, text.
9 (s. Tomas,supplem. q. 80, art 1, et ad 1.).
11.     Omnia enim vestra sunt; vos autem Christi; Christus autem Dei. (1 Cor 3,
22.23).
12.     Mons. Baudry le Coeur de Jesus, p. 1, $ 16, p. 74 y 75.

13.     Significant autem hujuscemodi creaturae hujus mundi sensibiliis invisibilia Dei


partim quia Deus est omnis creaturae origo, exemplar... omnis enim creatura ex
natura, est illius sapientiae quaeddam effigies et similitudo. (s.
Buenaventura, Itiner. mentis, c. 2, t. XII, p. 10, éd. Vivés).
14.     Quibus colligatio harrnoniaque anima continetur. (s. Basilio, homil. in Ps.
22, n. 13, T. I, p. 383).

15.     Leibniz, Nouveaux Essais;  t. II, $ 15, p. 225, éd. Berlín.


16.     Tu solus bonus et potens est. (Judit 11, 6).

17.    Sapient. 11,


29.

18.   Mat. 11, 29.

19.   Juan 1 0 , 11 .

20.   Actos 10, 38. Viscera misericordiae Dei nostri (Luc 1, 78) — Per misericordiam
Dei (Rom. 12, 1) — Misericors Dominus est, et miserator. (Jacb. 5, 11) — Misereor
turbae. (Mat 15, 32) — Misit me sanare contritos corde. (Luc. 4, 18).
21.   Luc. 29, 19.
22.   Hi cum Agno pugnabunt, et Agnus vincet illos. (Apoc. 17, 14).
23.   Non enim dedit nobisDeus spiritum timoris, sed virtutis et dilectionis. (2 Tim 1,7).
24.   Omnia possum in Eo qui me confortat. (Philip. 4, 13).

25.   Beati mites, quoniam ipsi possidebunt terram. (Mat 5, 4) — Regnum coelorum


vim patitur, et violenti rapiunt illud. (Mat 11, 12).
26.   Militia est vita hominis super terram. (Job 7, 1).
27.   Usque ad mortem certa pro justitia. (Eccl. 4, 33).
—Labora sicut bonus miles Christi. (2a Tim. 2, 13).
—Nam et qui certat in agone, non coronabitur nisi legitime certaverit (Id 2, 5).
28.   Esto... misericors. (Eccl. 4, 105).

29.   Esto robustus. (Deut. 31, 7 et 23).

30.   Levit., 1, 15 — Et omnia pene in sanguine, secundum legem, mundantur ; et sine san-


guinis effusione non fit remissio. (Heb. 9, 22).
31.   Empti estis pretio magno. (1 Cor. 6, 2).

Pacificans per sanguinem crucis ejus, sive quae in terris, sive quae in coelis
sunt. (Col. 1, 20).

32.   Scientes quod non corruptibilibus auro vel argento redempti estis... sed
pretioso sanguine. (1 Pet. 1, 18 et 19).

33.   S. Juan Crisóstomo, Hom. 27, n. 1, I, in epist ad Hebreos,  t. 12, p. 185 éd.


Migne.

34.   Ibid. Hom. 46, in Joan.  n. 3, t. VIII, p. 261.

35.   S. Gregorio Magno, Moral. lib. 13,  cap. 23, n. 26, t. I, col. 1029.

36.   S. León, serm. II de Passione,  c. 3o, t. 1, p. 351.

37.   Nunc autem in Christo Jesu, vos, qui aliquando eratis longe, facti estis prope in
sanguine Christi. (Eph 11, 13).

38.   S. Fulgencio, de Verit, praed. et grat.  lib. 3, c. 23, p. 670.


39.   Hebr. 10, 8.

40.   In circumcisione, scilicet, agonia, flagellatione, spinarum coronatione, via cricis, cru-
cifixione ac tandem lateris et Cordis transfixione. (Thesis de cultu SS. Cordis
Jesu a PP. Martorelli et Jos. Castella, p. III, de Propietat.,  Thes. I de
Excellent.,  p. 134).

41.   Pacificans per sanguinem crucis ejus, sive quae in terris, sive quae in coelis
sunt. (Coloss. 1, 20).
42. A nullo alio membro SS. Corporis Christi elaboratur est, atque copiosa exibitur,
nisi a SS. ejus Corde ille sanguis qui per septem mirabiles effusiones totus in salutem
generis humani exhaustus est: in circumcisione, etc. (Theses de cultu SS. Cordis
Jesu a PP. A. Martorell et Jos. Castella, p. III de Propietatibus. thes. 1, de
Excellent., p. 134).

43.     Jamvero ad hujus sanguinis formationem et conservationem, SS. Cor Jesu summopere


concurrit ; et cum sit causa motus ejus circulatorii, fuit etiam determinans effusionem ejus
sive, in sudore sanguineo ex vehementibus Cordis impulsibus orto, etc. (De SS. Corde
Jesu ejusque cultu, a L. Leroy, cap. 1, q. 4, n. 55, p. 56 — Ibid., Perrone, de
Incarnat. p. 2, c. 4, prop. 2, n. 562, p. 193, in n. 1).

44.     Quem (sanguinem) cum libere retinere posset divina virtute Verbum, pro
salute hominum todo Corde diffundere maluit. (De SS. Corde Jesu ejusque cultu, c.
1, q. 4 n. 55, p. 57).
45.     Ardentissimus Christi erga homines amor non in ea tantum manifestatione
sese continere potuit, qua in cruce sacrificio cruento oblatus est; sed voluit
praeterea, ut multo mirabiliore modo per incruentum sacrificium continua ac copiosa
hujus sanguinis scaturigo in sinu Ecdesiae efflueret: qua et illius merita fideles
propia sibi facerent. (Theses de cultu SS. Cordis Jesu, a P.P. Martorell et Castella,
p. 3,

 Propietat., Thes. 1, de Excellent. pag. 134.

46.     Accipiens calicem, dicens: "Hic est enim sanguis meus novi Testamenti, qui pro multis
effundetur in remissionem. peccatorum". (Mat. 26, 27 et 28).

47.     In quo habemus Redemptionem per sanguinem ejus, remissionem peccatorum, se-
cundum divitias gratiae ejus. (Ephes. 1, 7).

48.     Majorem hanc dilectionem nemo habet, ut animam suam ponat quis pro amicis
suis (Juan. 15, 13).

49.     A fonte scilicet arcano profusum (pretium sanguinis redemptionis) vim daret sacra-
mentis. (s. Buenaventura, de Ligno vitae, t. 12, p. 78, éd. Vivés).

50.     Sanguis ejus eucharisticus vere est potus, quem qui bibit, in Christo manet et
vitam aetemam habet. (Theses de culto SS. Cordis a PP. Martorell et Castella, p. 3, de
Propietat, theis I, de Excell., p. 134 — Juan 6, 55).

51.     Quomodo poterimus ab hac peste (passionum) liberad? Si illam potionem


bibamus, quae possit intus positos vermes et serpentes extinguere: Ecqua potio ulla est,
quae tantum vim habet? Pretiosus sanguis Christi, si cum fidutia sumatur, morbos
quipe omnes extinguere poterit. (s. J. Crisost, in Matt Hom. IV,n. 9, t. VII, p. 50,
ed. Migne).

52.     Hic Sanguis, qui ex altaribus nostris, veluti effluvium, effunditur ubique, idem habet,
sui cursus principium, Cor nempe gloriossisimum Christi, quod beatorum Chorus coelestis
inter extases sine velamine contemplantur gloriae radiis colustratum; nos yero sub
speciorum tegmine velatum supplici veneratione celebramus. (Theses de cultu SS.
Cordis Jesu, etc., p. 134 — S. Bonav. Op. Cit.).

53.     Oeuvres du Card. Pie, Obispo de Poitiers, t. VI, p. 611 — Sanguis in cratere in


tuam purificationem ex immaculato latere effusus est... quasi divino et impolluto
lateri admotti labiis, sic salutari sanguini participemus. (s. J. Crisostomo, de Poenit.
hom. IX, t. VII, p. 545, éd. Migne).
54.     A fonte scilicet Cordis arcano profusum (pretium sanguinis redemptionis)... esset jam
in Christo viventibus poculum fontis vivi, salientis in vitam aeternam... Surge, ibi os
appone, ut haurias aguas de fontibus Salvatoris. (s. Bonav. de Ligno Vitae, t. XII, p.
78, éd. Vivés).

55.     In vita gloriosa Christi, et in humana natura Christi glorificata, SS. Cor Jesu et ipsum
gaudens propietatibus vitae gloriosae, nihil amisit ilius dignitatis et excellentiae quibus in
his terris vivens temporali vita gaudebat, a contra suis propietatibus et vitalibus
functionibus excellentiori modo praeditum fuit.(de SS. Corde Jesu ejusque cultu, a L.
Leroy, cap: I, Q. 4, n. 55, p. 57).

56.   Conceptus ex utero Virginali, carnem non de nihilo, non aliunde, sed


materna traxit ex carne Christus. (V. seda, Exposit. in Luc., lib. 4, t. 30, p. 480).

57.   Cl. Bernerd, la Science experimentale. La fisiología del corazón Vol. I, in-12, p.


335.

58.   Habuit, ob Filii Dei maternitatem, dominium in omnia. (Com. a Lap. t. 15, p.


59. col. 2, éd. Vivés).
—Imo ratione maternae dignitatis habet singulare jus ad bona Filii. (Suarez, in III
p., disp. I, sect. 2, n. 7, t. XIX, p. 10, éd. Vivés).
59.   Unus militum lancea latus ejus apperuit. (Juan 19, 34).

60.   Vulnus hoc videtur totum latus Christi penetrasse, ut videlicet, lancea haec
adapta per dextrum latus Christi, transierit per Cor et pericardium, atque cuspis ejus
exierit per latus sinistrum ad papillam. (Corn. a Lap. in Juan. 19, 34).
—Prudentius, Dittochoeum,  n: 42, v. 165, p. 108.
—Theophylac, Enarr. in evang. Joan., c. 19, v. 34, t. II, éd. Migne.
—Apeno latere, et extracta lancea, sanguis in cuspide quasi brunei coloris apparuit, ut
ex eo hoc intelligeretur Cor transfixum. (s. Brigid. Revel lib. IV cap. 7o.)'
—Infixit lanceam in Tatere ejus dextro. (Id. lib. VII, c. 15).

—In Corde punctus erat tam amare et inmisericorditer, quod pungens non
distitit, donec lancea attigit costam, et ambae partes Cordis essent in lancea. (Id.
lib. 2, c. 21).

61.     Et continuo exivit sanguis et aqua (Juan 19, 34).

62.     Non prius sanguis, deinde aqua, sed simul sanguis et aqua, impermixta tamen
ut unum ab altero discerni posset. (Corn. a Lar. in Joan. 19, 34).
—Suárez sostiene, apoyándose en San Jeronimo, que la sangre manó primero y
el agua después: "Intelligi potest, primum totum sanguinem exiisse, deinde yero
aqua manasse. Et hic modus videtur facilior, accomodattis tum ordini narrationis
Joannis, tum etiam mysterio. Prius enim Christus suum sanguinem effudit; multique pie
meditantur totum sanguinem suum in passione fudisse, et in hujus rei signum ac testi-
monium, id quod reliquum erat, accepto lanceae vulnere, profundisse. Postea
yero, effuso sanguine, et quasi pretio soluto, manavit aqua, quae virtutem
sanctificandi an illo sanguine habitura erat. Unde Jeronimus", etc. (Suarez, in III p.,
disp. 41, sectl, n. 6, p. 688, éd. Vivés).

63.   s. Ambrosio, in cap. 23 Lucas,  lib. X, n. 135.

64.   Innoc. III, de sacrific. Missae,  lib. 30, c. 29, p. 876, t. IV, éd. Migne.

65.   Sanguis symbolum quod horno sit is qui crucifixus est; aqua yero, quod is sit
super hominem, hoc esr Deus. (Thephylact. Enarr. in evang. Joan., c. 19, v. 34, t.
II, p. 1474, éd. Migne).

66.   Verus Filius Dei erat iste. (Mat. 27, 54).

67.   In hoc vulnere lanceae fluxuque sanguinis et aquae, significatam esse Ecclesiae forma-
tionem ex latere Christi dormientis in cruce, dicunt Patres. (Suarez, in IV p.,
disp. 41, sec. I, n. 4, p. 687, éd. Vivés).

—Ecclesia de latere Christi in cruce per passionem et soporem monis formata


est. (s. Ambrosio, de Trinitate, c. 17,  t. II, p. 530).

—Ista mulier (Gen. 3, 15) est Ecclesia, de latere Adae dormientis, id est. Christi

morienti formata. (S. Bonav., Serm. IV dominicas post Epiphan.,  t. 13, p.


113). —Latus ejus aperuit... ut illic quodammodo vitae ostium panderetur, unde
sacramenta Ecclesiae manaverunt. (s. August. in Joan. Evang,  c. 19, t. 220, n.
2). —Ecclesiae vita per duo ista (aquam et sanguinem) et fit et consistit.
(Theophil Enarra, in Evang. Joan., cap. 19, v. 31-34, t. II, p. 282 — S. Crisóstomo,
in Joan homil. 85,  n. 3, t. 8, p. 463).

—Nam Baptismo nascitur, Corfirmatione roboratur, Eucharistia pascitur et perficitur.


Poenitentia sanatur, Extrema Unctione munitur, Ordine gobernatur, Matrimonio
propagatur. (Cor. a Lap., in Joan. 19 34).
68.   Haec effusio sanguinis Christi non est facta ante mortem, quia tota haec virtus
sanctificandi et fundandi Ecclesiam ex morte Christi potissimum dimanavit. (Sua-
rez, in in  p., disp. 41, sect. i, n. 4, p. 687, col. 2 éd. Vives).
69. Aqua significat Baptismum, qui est principium Ecclesiae et sacramentorum
caeterorum ; sanguis veto repraesentat Eucharistiam, quae omnium
sacramentorum  finis est et complementum, ad quae duo, quasi ad principium et
finem, caetera sacramenta omnia reducuntur.(Corn. a Lap. in Joan.  19, 34 — Ita
s. J. Crisost., homil. 85, in Joan., n. 3, t. VII, p. 678 — S. Cyril., in Joan, Lib. 12,
t. 7, p. 678).
—Agua enim indicat Baptismum, qui est janua; sanguis yero Eucharistiam, quae
est finis et consummatio sacramentorum ; et ideo sub his duobus reliqua
comprenhenduntur. (Suarez, in III p., disp. 41, sect. 1, n. 4, t. 19, p. 687, éd.
Vivés).

70.     Quia qui in sanguinem ejus crederent, agua lavarentur; qui aqua lavissent,
etiam sanguinem potarent. (Tertul. de Baptism., c. XVI).
71.     Reseratio Haec lateris Christi in morte, adumbrabat per mortem ejus
reseratum esset jam coelum, quod per quator annorum millia clausum fuerat.
(Com. a Lap. in Joan.,  XI, 34, t. 19, p. 621, col. 2, éd. Vivés).
72.     He aquí los que Suárez enumera: 1. Ecclesiae institutionem ac formationem; que-
madmodum Eva ex latere dormientis Adae formata est, ita Ecclesia ex latere dor-
mientis Christi in cruce. — 2. Mysterium ipsum divinitatis et humanitatis cum
Verbo inexplicabile unionem copulatarum ; —3. Ecclesiae redemptionem et
ablutionem ; 4. Sacramentorum institutionem ; 5. Duplicem Baptismum aquae et
sanguinis; 6. Abundantiam gratiae a Christo prevenientis. (Suarez, in III p., disp.
41, sect. 1, n. 3, t. XIX, p. 686, éd. Vivés).

—Ipse Salvator, emisso in Cruce jam spiritu, sustinuit perforad lancea latus suum
ut, inde sanguinis et aquae profluentibus undis, formaretur unica, et immaculata
ac virgo sancta Mater Ecclesia, sponsa sua. O Beatissima ipsius sacri lateris
apertura, unde tot et tanta divinae pietatis dona fluxerunt! (Sean. Innoc. papae
VI, in decret. de  fest. Lanceae — Vide Offc. SS. Lanceae, noct. II, lect : IV).

73.       Quum yero metu homicidarum omnes profugissent, sola ibi aderat Maria, et
quem diligebat discipulus, qui omnia quae vel ante vel post mortem ejus gesta
essent oculis ipsi spectarunt, sanguinemque et aquam e latere ejus, quasi adhuc
viventis, recens profluentem, religiose simul et honorifice admodum vasculo
exceperunt. (Niceph. Call., Hist. eccl. lib. I, c. 30, t. I, p. 723).

74.       in manibus tuis sunt thesauri miserationum Domini. (s. Pedro Damiano, serm. I,
in Nat. B.M.V.,  p. 740, t. I, éd. Migne).

—Omnis gratia... a Virgine in nos ordinatissime dispensatur. (s. Bernardino de


Sena, pro fest V.M., s. 6, art. 1, c. 1, de Annuntia. B.V.).

—Nihil nos Deus habere voluit, quod per Mariae manus no transiret. (s. Bern.,
Serm. III, in Vigil Nativi. Domini, n.  10).

Nota Bene — Podría aquí hacérsenos una objeción, diciéndonos: ¿Por


qué atribuir tan grandes misterios al Corazón de Jesús, traspasado en la
cruz? Todos saben que Jesucristo, una vez muerto, ya no podía
merecer. No es correcto, por lo tanto, atribuir una virtud meritoria a su
Corazón inerte, incapaz en aquél momento de hacer nada en absoluto."

Esta virtud misteriosa que los santos Doctores y la misma Iglesia en su


santa liturgia atribuyen a la llaga del Sagrado Corazón, no viene
naturalmente del hecho material, es decir de la apertura que le fue
practicada por la lanza del soldado, si se la aisla de toda relación
precedente, sino más bien de que el Salvador, antes de morir, había
previsto y querido los prodigios que acabamos de mencionar y que esta
divina voluntad no había sido revocada.

"Attendendum est hoc vulnus sibi suoque Cordi inferendum a Christo


fuisse ante mortem praevisum, et ab illo libere admissum et volitum ;
quae voluntas et acceptatio praecedens et virtualiter perseverans,
tantoque magis perseverans quod voluntas divina et humana Christi
post mortem utique potuisset gloriossisimam hanc injuriam avertere,
omnino sufficiens esse ad valorem meriti in ipsa voluntate praecedente
et acceptante fomaliter constituendum et ipsi vulneri deinceps illato com-
municandum." (De SS. Corde Jesu ejusque cultu, a L. Leroy, c. I, q. 4,
n. 57, p. 59).

LOS SECRETOS MAGICOS DE LA SANGRE

Quizá muchos no se hayan percatado de las abundantes referencias que hacen las
distintas religiones en sus libros sagrados a la sangre. Referencias que recorren desde el
horror concreto de los sacrificios humanos y animales como ofrendas a los dioses, hasta la
sublimidad simbólica de asociaciones con lo inmortal, los linajes divinos y los procesos de
purificación, redención o expiación, asunto este último que queda plasmado en libros como
el Levítico, del Antiguo Testamento: ‹‹Porque la vida de la carne está en su sangre, y os la
he dado para hacer expiación por vuestras vidas en el altar, porque, como la vida, es la
sangre la que hace expiación››

En la Biblia se menciona la sangre desde el Génesis (primer libro del Antiguo Testamento)
hasta el Apocalipsis (último libro del Nuevo Testamento), y no se escatiman detalles a la
hora de delinear los linajes (cuestión de sangre en tanto ligada a la identidad en relación a
los ancestros) de los personajes o dar explicaciones teológicas para la transformación del
vino en sangre divina. Y es que la importancia bíblica de la sangre arranca claramente con
los judíos, para quienes era la expresión por excelencia de la fuerza vital, la cual podía
tributársele a Dios en inmensas inmolaciones, tal y como la ordenada por el famoso rey
sabio Salomón, cosa que vemos en este pasaje del Segundo Libro de Crónicas: ‹‹Entonces
todos los hijos de Israel, viendo descender el fuego y la Gloria de Yahvé sobre la casa, se
postraron sobre el pavimento, adoraron y alabaron a Yahvé: “Porque es bueno, porque es
eterno su amor”. Luego el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios a Yahvé. El rey
Salomón ofreció en sacrificio 22000 bueyes y 120000 ovejas.››

[1]

Pero como muchos saben, Yahvé no fue el único dios que recibió sacrificios, estuvieron
también Baal, Marduk, Amón, Zeus, Viracocha, Quetzalcoatl, y muchos otros más. De entre
los mencionados, algunos exigían sacrificios humanos, y no solo de animales como los que
pedía Yahvé. Así y por ejemplo, sobre el caso de la América Prehispánica, dice la
Enciclopedia Británica en su edición del 2007: ‹‹El ofrecimiento sacrificial de humanos a un
dios ha sido bien establecido sólo en pocas culturas. En lo que hoy es México la creencia de
que el sol necesitaba de alimento humano condujo al sacrificio de miles de víctimas
anualmente en los rituales del calendario azteca y nahua del maíz. Los incas restringían
sacrificios masivos a la ascensión de un soberano››

Por otro lado y dejando el asunto de los sacrificios, a nivel esotérico la sangre ha sido
vinculada con una pureza propia de las sociedades humanas primitivas, la cual habría
estado sustentada sobre la endogamia y habría permitido el desarrollo de una especie de
clarividencia. Sin embargo, posteriormente y con los cruces raciales de la exogamia, el
conocimiento ancestral se habría perdido junto con la mencionada clarividencia, aunque
como contraparte se habría dado un gran desarrollo intelectual. Claro que nosotros
sabemos que eso estaría causado por los cruces culturales antes que por los cruces de
sangre, y un ejemplo sería el gran crecimiento intelectual que tuvo la Grecia de Platón y
Aristóteles, situada en pleno Mediterráneo como un punto de comercio e intercambio
cultural. No obstante, a nivel esotérico está la opinión antes dicha, que adquiere un
carácter radical en la propuesta del famoso Rudolf Steiner, fundador de la Antroposofía,
quien en su libro El significado oculto de la sangre escribió lo siguiente: ‹‹En el reino
humano, la sangre extraña mata lo que está íntimamente ligado a la sangre de la tribu; la
clarividencia vaga y confusa. Nuestra conciencia de vigilia, corriente, es, por consiguiente,
el resultado de un proceso destructivo. En el decurso de la evolución, la vida mental
producida por la endogamia ha quedado destruida, pero la exogamia ha dado nacimiento al
intelecto, a la amplia y clara conciencia de vigilia actual.››

'.'Sangre y cuerpos sutiles

Desde un punto de vista espiritual, la sangre expresa el pasado evolutivo del hombre,
pues lleva grabado, a nivel vibratorio, lo creado a través de su pensamiento, su palabra y
su acción. Esto rige sobre todo para el “pasado evolutivo” de la presente vida, ya que de su
esencia de vidas anteriores solo preserva las tendencias que más cultivó (buenas y malas),
pero estas tendencias preservadas se actualizan en la vida presente, manifestándose en
pensamientos, acciones y palabras, y manifestándose por ello nuevamente en la sangre.

El proceso de grabado vibratorio de pensamientos, acciones y palabras en la sangre, se


da gracias a la interrelación y compenetración del cuerpo físico, el cuerpo astral y el cuerpo
vital o doble etérico. El cuerpo astral, tras recibir las emanaciones del cuerpo etérico, las
trasmuta y manifiesta en la sangre, por lo que se dice que ésta es “la manifestación
material del cuerpo etérico”. Cabe aquí explicar que el cuerpo astral es el cuerpo sutil
vinculado a las sensaciones, sentimientos y emociones, y que cuando éstas se producen,
desencadenan diversas reacciones en función del tipo de emoción (dolor, alegría, ira, etc),
y estas reacciones involucran a varios cuerpos sutiles (que son siete según la mayoría de
teorías).

Según Rudolph Steiner en su libro El significado oculto de la sangre: ‹‹Todo cuando rodea
al hombre está impreso en su sangre; y de ahí que el ambiente alrededor modele al
hombre interno de acuerdo con el mundo externo››. Posteriormente, Steiner afirmá
también que la sangre es la expresión material del yo superior o ego interno, y que ésta no
puede plasmar algo diferente a lo que posee.

Por todo lo anterior es importante estar en buenos ambientes y rodearnos de personas


con “buena naturaleza vibratoria”, cuyas energías repercutan positivamente en nuestros
cuerpos sútiles y por ende en los aspectos espirituales de nuestra sangre. Esto es
importante si queremos avanzar espiritualmente, porque ese avance precisa fortalecer
nuestra voluntad, además de encauzarla hacia cosas elevadas, pero ese proceso no solo
puede darse teniendo como raíz a nuestra interioridad, sino que puede ser suscitado o
nutrido por influencias externas.

'.'Sangre y rituales

Citando por última vez a Rudolf Steiner, quien sigue estando entre las máximas
autoridades dentro de la teorización esotérica sobre la sangre, éste dice en su ya
mencionado libro lo siguiente, refiriéndose al poder de la sangre según se refleja en la
famosa novela Fausto, del escritor alemán Goethe: ‹‹Fausto debe escribir su nombre con su
propia sangre, no porque el Diablo sea enemigo de ella, sino, más bien porque desea
obtener poder sobre la misma. Ahora bien, en ese pasaje se oculta una observación digna
de tenerse en cuenta: que el que obtiene poder sobre la sangre de un hombre obtiene
poder sobre el hombre mismo y que la sangre es un “fluido muy especial”››

Las explicaciones anteriores, sobre la relación de los cuerpos sutiles con la sangre,
permiten entender por qué, quien “obtiene poder sobre la sangre de un hombre, obtiene
poder sobre el hombre mismo”. Y es que la magia es un sistema sustentado sobre el
manejo de energías, cuyos principales agentes estructurales son el emisor del ritual, el
beneficiario del ritual, el destinatario del ritual y, si las hay, las entidades espirituales
involucradas; pero, en la práctica de ese sistema que es la magia, muchas veces las
realidades implicadas (sean estos sujetos o situaciones) no pueden estar presentes, por lo
que se necesita de representaciones, ya sea de las fuerzas convocadas (piénsese en las
estatuillas de Baphometh), de los fines deseados (velas rojas que representan amor-
pasión, y se usan en “hechizos de amarres”) o del destinatario del ritual-hechizo. Entonces,
es sobre todo a nivel de las representaciones del destinatario donde entra la sangre, a la
manera de un elemento que implica la energía del destinatario, y que funciona como
puente o canal para que el ritual le llegue más pronto y más efectivamente; pues, en
última instancia, lo que persiguen en la magia las representaciones, es hacer presente la
energía de lo representado, y esto puede darse a través de diversos mecanismos, ya sean
indirectos como en el caso de los símbolos, o directos como en el caso del cabello, la
sangre y otros fluidos corporales, aunque cabe destacar que la sangre es el más poderoso
de esos fluidos.
[2]

Según dicen las brujas contemporáneas, los viernes son los mejores días para efectuar
rituales con sangre, ya que en estos es mayor el flujo de los tipos de energía con los cuales
labora la magia negra; y, cabe aclararlo, el uso de sangre es propio de la magia negra, y de
la roja, que es una variante de aquella.

En cuanto a sus usos concretos, además de lo antes dicho (que se refería al uso de esta
para crear vínculos con el destinatario), vemos que la sangre se emplea también para crear
vínculos entre los participantes —cuando es algo grupal, como los rituales satánicos—, para
comprometer al hechicero o los participantes con entidades invocadas (por ejemplo, firmar
un pacto con sangre), para traer la colaboración de personas no presentes (huesos u otras
cosas de difuntos, con restos de sangre), para personalizar objetos y vincularse con éstos
(por ejemplo, un talismán), o simplemente para potenciar el hechizo, tal y como
supuestamente, en opinión de algunos, sucede cuando se sacrifica un animal y se derrama
su sangre.

Hay sin embargo cierta polémica en cuanto a qué es lo que hace que los sacrificios de
seres vivos potencien el hechizo: para la mayoría la sangre sería la causa, pero Anton
Szandor LaVey, fundador de La Iglesia de Satán, opina distinto en su texto La Biblia
Satánica: ‹‹El supuesto objetivo que se busca al hacer un ritual de Sacrificio es el de
arrojar la energía proveída por la sangre de la víctima recientemente sacrificada a la
atmósfera del trabajo mágico, intensificando así las posibilidades de éxito del mago. 'El
mago “blanco” asume que, como la sangre representa la fuerza vital, no hay mejor forma
de aplacar a los dioses o demonios que presentárseles con una cantidad considerable de
ésta. Combina este razonamiento con el hecho que una criatura moribunda está gastando
una cantidad abundante de adrenalina y otras energías bioquímicas, y entonces tendrás lo
que parece una combinación imbatible. El mago “blanco”, consciente de las consecuencias
que atrae el matar un ser humano, utiliza naturalmente pájaros, u otras criaturas
“inferiores” en sus ceremonias (…). El hecho es que si el “mago” es digno de tal nombre,
será lo suficientemente desinhibido para liberar la fuerza necesaria desde su propio cuerpo,
en lugar de una víctima que no desea serlo, y que no lo merece! Contrario a la teoría
mágica establecida, la liberación de tal forma NO está en el hecho de derramar sangre, sino
en la muerte de la criatura viviente! Tal descarga de energía bioeléctrica es el mismo
fenómeno que ocurre durante cualquier otro aumento profundo de las emociones, tales
como: orgasmo sexual, furia ciega, terror mortal, angustia, una pena que lo consume a
uno, etc. De ésas emociones, la más fácil de entrar a nuestra voluntad son el orgasmo
sexual y la furia ciega, con el dolor en un cercano tercer lugar››.

Independientemente de la polémica, lo cierto es que la sangre se usa fundamentalmente


en un tipo de magia negra llamado “magia roja”, la cual es un tipo de magia y práctica
adivinatoria cuyo componente principal, a nivel de elementos empleados, es la sangre y
otros tejidos y elementos orgánicos, provenientes casi siempre del destinatario del hechizo
o de víctimas inocentes (animales casi siempre), antes que del brujo… Esta magia,
fuertemente asociada al sexo y plasmada sobre todo en un enorme abanico de hechizos
con fines sexuales o sentimentales, recurre frecuentemente a la invocación de entidades
espirituales oscuras, en un contexto de fines donde la manipulación y la destrucción
prevalecen. Según se ha señalado desde una perspectiva racional, la magia roja responde a
un tipo de prácticas ocultistas que emergieron de un “pensamiento mágico lineal”, en el
cual la sangre y la carne son vistas como portadoras, en cierta forma y medida, de la
esencia y energía de sus propietarios. Y es que existe un innegable vínculo entre la vida y
la sangre; pero, en el marco de la experiencia humana a través de los siglos, el hombre ha
ido asociando la sangre al dolor, al miedo y a la pasión, indiscutiblemente porque sí hay un
vínculo objetivo entre tales emociones y la sangre, pero la gran pregunta es: ¿realmente
hay algo sútil en todo esto, algo que vincule a la sangre con nuestro ser en un nivel
energético que vaya más allá del nivel de tosca y predecible causalidad de átomos y
fuerzas empíricamente constatables?… Si la respuesta es afirmativa, entonces se
comprende por qué, en la magia roja, el empleo de la sangre suele exigir que ésta esté
asociada a fuertes emociones, a experiencias que de algún modo comporten una energía
psíquica, vital o espiritual, tal y como sucede con la sangre impregnada de terror y dolor
que se consigue en los sacrificios, o con la sangre llena de “gérmenes de vida” propia de la
menstruación.

Lugar aparte merece el uso de la sangre menstrual en la magia; ya que, si bien ésta ha
sido señalada como impura en diversas tradiciones (tal y como la hebrea, del Antiguo
Testamento), en otras era empleada y hasta dada por sacerdotisas, aunque a fin de
cuentas, no ya tanto a nivel de lo estrictamente concerniente a magia sino más bien a
ceremonias sagradas, ésta fue reemplazada por la sangre obtenida en sacrificios de
animales e incluso de personas, tal y como refiere Sharuhh Hussein en La diosa. Creación,
fertilidad y abundancia. Mitos y arquetipos femeninos.

[3]

Si nos preguntamos por qué la sangre menstrual es una de las sustancias más poderosas
que se pueden usar en magia al punto de que en la Europa Medieval era célebre entre las
brujas, tenemos que remitirnos a la concepción del útero como matriz donde se desarrolla
la vida, al hecho de que esa matriz ha sido sacralizada en distintas culturas a lo largo de la
historia, y a planteamientos como el del Tantra, que habla de “kalas” o sustancias con
potencial psíquico que, en el caso de la sangre menstrual, se corresponderían con las
sustancias que habrían servido para engendrar nueva vida pero que, por no haber podido
cumplir con ese propósito, experimentaron un incremento en su potencial psíquico-
energético, al punto de que, en virtud de ese potencial, la sangre menstrual suele ser
bebida por brujas y ciertos ocultistas para supuestamente incrementar las habilidades
psíquicas…

Transubstanciación

La disputa del Sacramento, por Rafael Sanzio, Vaticano, Estancias de Rafael.

La Transubstanciación o Transustanciación es una doctrina católica romana de la


Eucaristía, definida por un canon del Concilio de Trento. Aunque en realidad ya figuraba
desde el siglo IV, puesto que Cirilo de Jerusalén ya lo había redactado en el Catecismo a los
catecúmenos. Posteriormente el Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía
1.500 años se venía creyendo en lo referente a que "la consagración del pan y del vino que
se opera en el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo y
de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre".1 Significando "especie" para
estos efectos, los "accidentes" del pan y del vino: color, gusto, cantidad, etcétera.
Esta conversión se opera, de acuerdo a lo establecido en el Catecismo Católico romano,
en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y
de la acción del Espíritu Santo.2 Se considera que bajo las especies consagradas del pan y
del vino, "Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y
substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad" (cf Cc. de Trento: DS 1640;
1651)"3 Dicha presencia eucarística se mantiene mientras subsistan las especies
eucarísticas.4

La Transubstanciación se basa en el sentido literal e inmediato de las palabras de Cristo


en la Última Cena: "esto es mi cuerpo... y mi sangre" Marcos 14:12-16 16:22-26, Mateo
26:26-28, Lucas 22: 14-23. Si bien en el evangelio de Juan no se hace mención a la
instauración de la Eucaristía, Jesús hace mención a dar de comer su carne como alimento
de vida eterna (Jn 6: 51-58). Los cristianos de la Iglesia ortodoxa aceptan también esta
doctrina, opuesta a la doctrina luterana de la consubstanciación. Las Iglesias de Comunión
Anglicana aceptan la presencia real de Jesús en los elementos consagrados, sin entrar a
discutir la manera en cómo ocurre el Misterio, simplemente en las palabras de Jesús: "este
pan es mi Cuerpo", "este vino es mi Sangre". Los Protestantes la rechazan, argumentando
que para obtener la vida eterna, no es necesaria otra cosa que una fe verdadera en Jesús,
lo que eliminaría la necesidad de cualquier sacramento. A veces, también bajo el
argumento de que a los judíos les tenían (y tienen) prohibido beber sangre y ellos aún
estaban bajo esa ley.

Índice [ocultar]

1 Doctrina de la Transubstanciación

2 Referencias

2.1 Bibliografía

2.2 Enlaces externos

3 Véase también
Doctrina de la Transubstanciación[editar]

La doctrina de la Transubstanciación halla su base en la narración bíblica de la última cena


y en la interpretación literal que de ella se hace. Se basa en las palabras de Cristo:

"Tomad y comed, esto es mi cuerpo. " ... "Tomad y bebed, esto es mi sangre"

Mateo 26: 26-29, Marcos 14: 22-25, Lucas 22: 14-20

Que son interpretadas de manera literal, sin simbolismos. De hecho, el texto original del
Evangelio según San Juan utiliza las palabras griegas "fagon" que en español significa
literalmente "comer".

Se debe al monje benedictino y abad de la Abadía de Corbie, Pascasio Radberto el primer


escrito en defensa de la transubstanciación en su De Corpore et Sanguine Domini del año
831. El monje Ratramnus, de la misma abadía, sostenía en su De corpora et sanguine
Domini que en el pan consagrado hay pan y Cristo, y que en el vino hay vino y Cristo, por
lo tanto Cristo está presente en el pan y el vino en una manera espiritual, pero que no era
la misma carne y sangre que nació de María y que fue crucificada.5 La posición de
Ratramnus es prácticamente la misma que la consubstanciación o panificación que siglos
después sostendría Martín Lutero. Las ideas de Ratramnus serían retomadas por Berengario
de Tours en 1047.6

Como tal, el término transubstanciación parece haber sido utilizado por primera vez por
un discípulo de Berengario, Hildeberto de Lavardin alrededor del 1097.

Durante la historia, esta presencia real de Cristo en las especies de pan y vino fue negada
por diversos grupos cristianos de manera directa o indirecta, como los docetas, y más tarde
por Wyclif, Juan Calvino, Zwinglio, y en cierto aspecto Lutero. Este último elaboró la
doctrina de la Consubstanciación como opuesta a la Transubstanciación, que aunque no
negaba la presencia real, hacía permanecer la substancia del pan y el vino al lado de la
substancia del cuerpo y sangre de Cristo.
La Transubstanciación fue declarada como doctrina sobre todo contra las sectas
espiritualistas nacidas de la Iglesia Católica en el siglo XII, como los albigenses, cátaros o
petrobrusianos, quienes atacaban la jerarquía eclesial, con ello el poder del sacerdote o
presbítero de consagrar y por último la presencia real de Cristo en la eucaristía. La doctrina
fue reafirmada por el Concilio de Trento a medidados del 1.500, esta vez contra los
reformadores.

Para explicar y entender la doctrina de la Transubstanciación se emplean dos términos


filosóficos básicos: sustancia y accidentes. Sustancia es aquello que hace que una cosa sea
lo que es. Accidente corresponde a las propiedades no esenciales de una cosa y que son
perceptibles por los sentidos.

Los partidarios de la Transubstanciación creen que la sustancia del pan cambia, por un
milagro y por las palabras de la consagración que pronuncia el sacerdote, y se convierte en
la sustancia del cuerpo de Cristo, el pan ya no tiene lo que lo hacía pan, ahora es el cuerpo
de Cristo. De igual manera pasa con el vino, pero permaneciendo los accidentes del pan y
el vino como su olor, textura, sabor y otros elementos perceptibles. Como la substancia es
la de Cristo, cualquier pedazo minúsculo contiene a Cristo todo entero, igualmente
cualquier gota del vino. De este modo comiendo sólo el pan o bebiendo sólo el vino se
come o bebe el cuerpo entero de Cristo.

El Catecismo de la Iglesia Católica romana afirma al respecto:

"La presencia del verdadero Cuerpo de Cristo y de la verdadera Sangre de Cristo en este
sacramento, `no se conoce por los sentidos, dice S. Tomás, sino sólo por la fe , la cual se
apoya en la autoridad de Dios'. Por ello, comentando el texto de S. Lucas 22,19: `Esto es
mi Cuerpo que será entregado por vosotros', S. Cirilo declara: `No te preguntes si esto es
verdad, sino acoge más bien con fe las palabras del Señor, porque él, que es la Verdad, no
miente"
S. Tomás de Aquino, s.th. 3,75,1, citado por Pablo VI, MF 187

LA SANGRE EN EL PAGANISMO Y EL CRISTIANISMO.

Los misterios de la fe son los misterios de la sangre, nos dice Zahed. Por esta razón, todos
los misterios religiosos son también misterios de la sangre.

No hay cultos sin sacrificios, ni dioses sin sed de sangre.

El sacrificio que omite el acto sangriento no podría existir salvo como metáfora de la
verdadera sangre, cálida y humeante, cuya virtud principal es la expiación de los pecados.

Los dioses de la antigüedad adoraban la sangre. Los demonios y vampiros la exigían como
tributo a la inmortalidad. Semejante asociación fue metabolizada por el misterioso conde
Joseph de Maistre, quien sostuvo que el suplicio suplicaba, que todo patíbulo es un
complemento del altar, y que el verdugo, en realidad, es un sustituto del sacerdote.

Paracelso, en el Liber de Nymphis, sylphis, pygmaeis et salamandris et de caeteris


spiritibus, sostiene que:

Del vapor de la sangre nace la fuente de dónde la imaginación extrae todos los fantasmas
que engendra. Las visiones son el delirio de la sangre; es el agente secreto de las
simpatías, propaga la alucinación como un sutil veneno; cuando se evapora su serum se
dilata, sus glóbulos se hinchan, se deforman y dan cuerpo a las más extrañas fantasías.
Paracelso sostiene que es la sangre quién engendra las fantasías, lo cual nos permite
pensar que los individuos son meros vehículos para que la sangre se manifieste.

Más adelante, Paracelso especula que nadie (ni siguiera un H.P. Lovecraft o un E.A. Poe,
añadimos nosotros) sería capaz de inventar los monstruos que la sangre hace brotar de las
brumas de la imaginación.

En este contexto, la sangre es el poeta de la mente.

Los sacerdotes y hechiceros de los antiguos cultos coincidían en adorar a la sangre, y sobre
todo en vertirla profusamente. Todas las religiones ofrecen algún tipo de sacrificio de
sangre, ya sea concreto o metafórico.

Y todos los dioses, paganos y oficiales, han degustado esas prebendas.

Moloch se diferencia de Jehová únicamente por carecer de ortodoxia. Recordemos que los
monjes de la Edad Media se sangraban periódicamente, al igual que los sacerdotes de Baal.

Se ha dicho que la sangre es la madre de la tragedia: exige, maldice, induce oráculos; y,


sobre todo, reclama sacrificios aún de personas probadamente racionales, tal como lo
sugieren las palabras del juicioso Jerónimo en una carta a su discípulo Eliodoro:

Si tu padre se acuesta sobre el umbral de la puerta,

si tu madre descubre ante tu vista el seno con el que os alimentó,


holla con los pies el cuerpo de tu padre,

pisotea el seno de tu madre,

y, con los ojos secos, acude al llamado del Señor.

No sólo el paganismo centró su culto en la sangre. Abel, primogénito de Adán y Eva,


probablemente fue el primer personaje de los mitos bíblicos en practicar una especie de
sacerdocio sangriento.

Abel fue el primero en derramar la sangre de las criaturas de Dios, paradójicamente, en


honor al Señor.

Ofrecía, dicen las Escrituras, las primicias de su rebaño. Caín, en cambio, ofrecía
únicamente frutas a Dios. Naturalmente, el Señor rechazó los vegetales y optó por la
sangre, pero no hizo que Abel fuese intocable, porque la sangre de los animales es la figura
y no la realización del verdadero sacrificio.

Fue entonces cuando el rencoroso Caín consagró sus manos en la sangre de Abel,
convirtiéndolo en el primer sacrificio humano.

No solo Astaroth y Asmodeo clamaban por sangre. El Dios del Antiguo Testamento
disfrutaba con de la sangre de los reyes. Josué le ofreció opíparas hecatombes de monarcas
vencidos. Jefté le sacrificó a su hija. Samuel cortó en pedazos al rey Agag sobre la piedra
sagrada de Galgal...
Resulta curioso que los antiguos dioses que tanto temor le causaban en los hebreos, y
luego a los cristianos, sean apenas tenues reflejos de lo que ellos mismos proponen cómo
castigo a los réprobos.

Sólo el monoteísmo fue capaz de concebir un Dios cuya cólera es eterna e insaciable; un
Demiurgo que condena, sin derecho a apelación, a una eternidad de suplicios y tormentos
por unos pecados acaso pueriles.

Básicamente, el monoteísmo destruyó las hogueras del paganismo para instaurar la


antorcha inmortal del infierno.

Los griegos se hubiesen reido de ésto, tanto de un Dios con el que no puede negociarse
como de la idea de un castigo eterno.

El sacerdote pagano no asesina, no ejecuta: sacrifica.

El sacrificador asume sobre sí todas las faltas y pecados.

Con todas sus contradicciones, aquí radica revolución racional de Jesús.

Sacrificar a otros para sí, ése es el antiguo dogma de Zeus y Odín. Sacrificarse para otros,
es la única revelación que vale la pena descubrir. Matar para vivir era la gran felicidad de
los antiguos misterios. Morir para que otros vivan es el legado, quizás el único, de aquel
reformador.
Así Dios se sacrifica a sí mismo como único medio de redimir a la humanidad.

Pero todo sacrificio exige un pago. En adelante, cada hombre le pertenece a Cristo, el
máximo sacrificador; quien ha pagado con su sangre inocente la totalidad de las faltas de la
Creación.

Desde entonces cada hombre es llamado al arrepentimiento y cualquiera que pueda


arrepentirse es sagrado, aún cuando sus pecados no le pertenezcan enteramente, sino que
subyacen en la sangre desde Adán y Eva resolvieron probar del Árbol del conocimiento,
cuyo fruto, como todos saben, nunca fue una manzana.

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