Вы находитесь на странице: 1из 14

BAUTISMO

Objetivos
 Comprender la importancia de este sacramento, pues es el inicio de odo dentro
de nuestra vida como cristianos.
 Entender que sin Fe no hay sacramento.
Ideas básicas
 Es el sacramento que nos inicia en la vida cristiana. Nos hace Hijos de Dios y
miembros de la Iglesia.
 Los hombres nacemos con el “pecado original” que cometieron nuestros
primeros padres, Adán y Eva.
 El Bautismo, como todos los otros sacramentos fue instituido por Cristo. Él le
dio el mandato a los apóstoles de “ir y bautizar” a todas las criaturas.

“Id y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”.
Mateo 28,19-20

Desarrollo del tema


¿Qué es el Sacramento del Bautismo?
El bautismo o bautizo es el primero de los sacramentos del cristianismo. Su nombre
significa “inmersión” y se realiza para simbolizar la entrada de la persona a la
Iglesia, con el agua que lava del pecado anterior. Se instauró para imitar la vida de
Cristo, que antes de ir a predicar se hizo bautizar por Juan Bautista. Este sacramento es
instituido por la iglesia, el cual se ofrece a las personas para hacerlas miembros de ella,
hermanos de Jesús, hijos de Dios y herederos del cielo.
Es la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos ya que por estos somos liberados
del pecado y así mismo preparados para recibir a Cristo, a la iglesia y a su misión,
haciéndonos parte de ella. La Iglesia Católica empieza a bautizar desde el día de
Pentecostés.

¿Por qué es importante el Bautismo?

La iglesia necesita de muchas personas para poder crear aquí en la tierra el Reino de
Dios, un lugar lleno de amor, paz, perdón y todo lo lindo que pueda existir en la Tierra.
De no Bautizarnos se acrecentaría el mal en el mundo, el odio, la envidia y todo lo
opuesto al Reino de Dios, empezando a formar parte de nuestras vidas y así
haciéndonos partícipes de ellos. Entonces, si esto pasara, Dios no tendría a nadie que
formara parte de su gran grupo, la Iglesia, quedándose el mundo vacío y sin disfrutar de
todo lo lindo que posee el Reino de Dios.
Al nacer heredamos las virtudes del bien y del mal; para eliminar el mal (pecado
original) de nuestro cuerpo acudimos a la gran fiesta del Bautismo, a través de la cual
nos convertimos en personas de bien, para lo que fuimos creados. Haciendo el bien y
sumándonos a la Iglesia del Señor formamos parte de aquella profecía que dijo Dios a
Abraham: “Te daré un pueblo numeroso como las estrellas del cielo”.

El Bautismo como sacramento

El Bautismo es un sacramento ya que nos proporciona un encuentro con espiritual con


Dios, osea que no lo vemos ni lo tocamos, pero si lo sentimos en nuestro corazón,
aunque no estemos conscientes de ello. En la aplicación del Bautismo se utilizan los
diferentes signos.
 El agua: como elemento purificador. Así como el agua nos quita el sucio de las
manos también nos quita el sucio del alma.
 El aceite o crisma: nos suaviza la piel y el alma para hacernos defensores de la
fe en Dios y su gracia.
 El cirio: la luz simboliza la claridad que Cristo nos proporciona para que
veamos por donde caminamos y no andemos perdidos entre tinieblas, oscuridad y frío.
Además de que nos indica que nuestro corazón debe tener una llama de amor y paz
siempre prendida, buscando iluminar a quienes nos rodean.
 Vestimenta blanca: Cuando vamos a una fiesta queremos estar limpios y
arreglados, pues que mejor fiesta que el Bautismo para vestir de blanco, no solo por
fuera sino por dentro también, ya que la blancura es un símbolo de pureza y paz.

SIN FE NO HAY SACRAMENTO

Todos los sacramentos implican la fe de la persona. Un sacramento no es algo de “quita


y pon”, ni de “usar y tirar”, sino que es algo comprometedor, que implica a la persona
en el seguimiento real de Jesús y su Evangelio.

En todos los sacramentos tiene que estar presente la fe. También en el Bautismo: “El
que crea y se bautice se salvará” (Mc. 11,16)
Los creyentes, los que formamos parte de la Iglesia y queremos ser sinceros con nuestra
fe y nuestro seguimiento de Jesucristo, nos alegramos cuando alguien pide la fe y el
Bautismo, y además procede con toda honradez. Pero sufrimos en nuestros
convencimientos más profundos cuando comprobamos que alguien dice que es creyente
y que tiene fe, pero estamos seguros de lo contrario.
Recibir sin fe un sacramento, o sin el compromiso de educar en la fe en el caso de los
niños, no es más que una ceremonia teatral de la que Dios no puede estar muy contento.
EUCARISTÍA
Objetivos
 La eucaristía es el encuentro con el Señor.
 El niño debe comprender el inmenso amor que tiene Jesús al instituir la
Eucaristía para quedarse con nosotros hasta su próxima venida.
 Que el niño descubra la relación entre el concepto de ‘luz’ y la Palabra de Dios
en la Celebración Eucarística
 A que participe más consciente y activamente en la Misa.

Ideas básicas
 Eucaristía es el memorial eficaz de la presencia de Cristo entre los suyos.
 Es la presencia viva y real de Jesús en medio de nosotros en este sacramento.
 La Eucaristía es el mayor regalo que Dios ha dado a los hombres.
 La comunión acrecienta nuestra unión con Cristo.

Yo soy el pan de vida, el que viene a Mí ya no tendrá hambre; el que cree en Mí,
jamás tendrá sed (Jn 6, 35)

Desarrollo del tema

La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre


que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La
Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote
consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo
simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que
cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidentes -forma, color, sabor, etc.-
permanecen iguales.

La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró
con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la
consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que, en la
realidad histórica, la celebración de la Eucaristía (Fracción del Pan) comenzó en la
Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.

Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre
los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las
palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena.

¿Cómo descubrimos a Cristo en la Eucaristía?

Contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera que Él se manifieste, en sus


multiformes presencias, pero sobre todo en el Sacramento vivo de su cuerpo y de su
sangre. La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada.
La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz». Cada vez que la
Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos
discípulos de Emaús: “Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron”, (Lc 24,
31).
¿Y qué pasa cuando comulgamos?

La eficacia salvífica del sacrificio se realiza plenamente cuando se comulga recibiendo


el cuerpo y la sangre del Señor. De por sí, el sacrificio eucarístico se orienta a la íntima
unión de nosotros, los fieles, con Cristo mediante la comunión: le recibimos a Él
mismo, que se ha ofrecido por nosotros; su cuerpo, que Él ha entregado por nosotros en
la Cruz; su sangre, “derramada por muchos para perdón de los pecados”, (Mt 26, 28).
La Eucaristía es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento.

¿Está realmente Cristo presente en este sacramento?

Recordemos la doctrina siempre válida del Concilio de Trento: «Por la consagración del
pan y del vino se realiza la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del
cuerpo de Cristo Señor nuestro, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su
sangre. Esta conversión, propia y convenientemente, fue llamada transubstanciación por
la Iglesia Católica».

Verdaderamente la Eucaristía es un misterio que supera nuestro pensamiento y puede


ser acogido sólo en la fe. “No veas, exhorta san Cirilo de Jerusalén, en el pan y en el
vino meros y naturales elementos, porque el Señor ha dicho expresamente que son su
cuerpo y su sangre: la fe te lo asegura, aunque los sentidos te sugieran otra cosa”.

¿Cómo nos ayuda en nuestra vida cristiana?

Una consecuencia significativa propia de la Eucaristía es que da impulso a nuestro


camino... poniendo una semilla de viva esperanza en la dedicación cotidiana de cada
uno a sus propias tareas (y así) contribuir con la luz del Evangelio a la edificación de un
mundo plenamente conforme al designio de Dios.
CONFIRMACION
Objetivos
 Comprender que este sacramento nos aumenta la fe, para que tengamos la
seguridad de que Él está con nosotros hasta que lleguemos al Cielo
 La fe en Cristo debe ser nuestro timbre de gloria como para un soldado es su
bandera. Negarla o avergonzarnos de ella es indigno de un hijo de Dios.

Ideas básicas
 El sacramento de la confirmación es la investidura de una misión a favor de la
Iglesia y del mundo.
 Nos hace soldados de Cristo.
Desarrollo del tema
El Concilio Vaticano II en su documento "Lumen Gentium" (La Luz de las Naciones)
dice: "Por el Sacramento de la Confirmación (los fieles) se vinculan con más
perfección a la Iglesia, se enriquecen con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De
esta forma se obligan con mayor compromiso a difundir y defender la fe, con sus
palabras y sus obras como verdaderos testigos de Cristo". (LG 11)
La Confirmación imprime en el alma ese carácter indeleble de testigo
de Cristo y da la fuerza necesaria para confesar la fe sin temor ante
los respetos humanos y defenderla, si es necesario, con la ofrenda de la vida.
 ¿Por qué, además del bautismo, es necesaria la Confirmación?
El Bautismo, que hace nacer nuestra alma a la Vida Divina y que nos hace miembros de
la Iglesia de Cristo, es tan solo el principio, como el niño que es dado a la luz posee la
vida humana y es miembro de su familia, pero debe llegar a su plenitud en la madurez.
En el terreno espiritual, la Gracia Santificante se desarrollará con la recepción de los
demás Sacramentos y la Confirmación produce en nosotros el crecimiento necesario
para llegar a la madurez cristiana: el Espíritu Santo nos comunica sus siete Dones y nos
hace adultos en la fe, capaces de dar testimonio de ella y de luchar como soldados por
el
Reino de Dios en la tierra. Ciertamente ya desde el Bautismo Dios habita en nosotros
con sus Tres Divinas Personas, pero en la Confirmación se nos da el Espíritu Santo con
más abundancia: es como un Pentecostés para los discípulos de Cristo.
El Signo: La Materia y la Forma
La materia de este sacramento es el “santo crisma”, aceite de oliva mezclado con
bálsamo, que es consagrado por el Obispo el día del Jueves Santo. La unción debe ser
en la frente.

La forma de este sacramento, palabras que acompañan a la unción y a la imposición


individual de las manos “Recibe por esta señal de la cruz el don del Espíritu Santo”. La
cruz es el arma con que cuenta un cristiano para defender su fe.
La celebración de este sacramento comienza con la renovación de las promesas
bautismales y la profesión de fe de los confirmados. Demostrando así, que la
Confirmación constituye una prolongación del Bautismo. (Cfr. SC 71; Catec. n. 1298).
El ministro extiende las manos sobre los confirmados como signo del Espíritu Santo e
invoca a la efusión del Espíritu. Sigue el rito esencial con la unción del santo crisma en
la frente, hecha imponiendo la mano y pronunciando las palabras que conforman la
forma. El rito termina con el beso de paz, que representa la unión del Obispo con los
fieles. (Catec. no.1304).

PENITENCIA
Objetivos
 Comprender la importancia de la confesión
 Entender la gravedad de los pecados y su influencia en nuestra vida.
Ideas básicas
 Es el sacramento instituido por Jesucristo para perdonar los pecados cometidos
después del Bautismo.
 Cuando pecamos, nuestro ser se debilita, por eso necesitamos acercarnos a
Diospara fortalecernos.
 Dios nos perdona porque nos ama.
Desarrollo del tema

Los cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que vivir en gracia de Dios;
pero podemos perder la gracia bautismal por el pecado mortal, que mata la vida
sobrenatural del alma y rompe la amistad y la comunión con Dios. El pecado, como
explica el Papa Juan Pablo II, es un acto suicida, porque, ante todo, el hombre se daña a
sí mismo, destruyendo toda obra buena.

el sacramento de la El Señor Jesús ha instituido penitencia, que se llama también y muy


adecuadamente "Sacramento de la Reconciliación" o Confesión, para perdonar los
pecados cometidos después del Bautismo y abrirnos así la puerta a la reconciliación con
Dios.

Jesucristo, por ser Dios, tiene poder para perdonar los pecados, y dio este poder a los
Apóstoles y sus sucesores en el sacerdocio, quienes actúan "en la persona de Cristo"; o
sea que, de hecho, es el mismo Jesucristo el que perdona por el misterio del sacerdote.

¿Qué es el pecado?
El pecado es aquello que nos aleja de Dios, Cuando pecamos lo estamos ofendiendo.
Nuestro espíritu se entristece al pecar, pues estamos perdiendo el gozo de la presencia
de Dios.

Podemos pecar:

Con el pensamiento: Ej. Desear el mal a alguien, tener malos pensamientos, etc

Con la palabra: Ej. Mentir, insultar, faltar el respeto, etc.

Con las acciones: Ej. Ser mal compañero, ser violento, robar, etc.

Con las cosas buenas que dejamos de hacer: Ej. Darnos cuenta de que alguien necesita
ayuda y no ayudarlo.

Todos somos pecadores, por lo tanto, todos estamos necesitados del perdón de Dios

¿Qué es necesario para hacer una buena confesión?

Para hacer una buena confesión es necesario:

1º Examen de conciencia: Es recordar los pecados cometidos desde la última confesión


bien hecha.
2º Dolor de los pecados: Es un sentimiento o pena interior de haber ofendido a Dios.
3º Propósito de enmienda: El propósito de la enmienda es una firme resolución de no
volver a pecar y de evitar todo lo que pueda ser ocasión de cometer pecados.
4º Decir los pecados al confesor: Debemos confesar todos los pecados mortales no
confesados anteriormente, con su número y circunstancias. Conviene decir también los
pecados veniales.
5º Cumplir la penitencia: Cumplir la penitencia es rezar las oraciones y hacer las
buenas obras que manda el confesor.

¿Cuáles son los efectos del sacramento de la Penitencia?

Son la reconciliación con Dios y con la Iglesia, la recuperación de la gracia santificante,


el aumento de las fuerzas espirituales para caminar hacia la perfección, la paz y la
serenidad de la conciencia con una vivísima consolación del espíritu.

¿Cómo se puede superar la dificultad que se siente para confesarse?

El que tiene dificultades para confesarse debe considerar que el sacramento de la


Penitencia es un don maravilloso que el Señor nos ha dado. En el "tribunal" de la
Penitencia el culpable jamás es condenado, sino sólo absuelto. Pues quien se confiesa
no se encuentra con un simple hombre, sino con Jesús, el cual, presente en su ministro,
como hizo un tiempo con el leproso del Evangelio (Mc 1, 40ss.) también hoy nos toca u
nos cura; y, como hizo con la niña que yacía muerta nos toma de la mano repitiendo
aquellas palabras: "¡Talita kumi, niña, a ti te digo, levántate!" (Mc 5, 41).

¿La confesión nos ayuda también en el camino de la virtud?

La confesión es un medio extraordinariamente eficaz para progresar en el camino de la


perfección. En efecto, además de darnos la gracia "medicinal" propia del sacramento,
nos hace ejercitar las virtudes fundamentales de nuestra vida cristiana. La humildad,
ante todo, que es la base de todo el edificio espiritual, después la fe en Jesús Salvador y
en sus méritos infinitos, la esperanza del perdón y de la vida eterna, el amor hacia Dios
y hacia el prójimo, la apertura de nuestro corazón a la reconciliación con quien nos ha
ofendido. En fin, la sinceridad, la separación del pecado y el deseo sincero de progresar
espiritualmente.

UNCION DE LOS ENFERMOS

Objetivos

 Saber la importancia de este sacramento, pues nos ofrece la gracia de Dios.


Ideas básicas

 La unción de los enfermos es el sacramento que da fuerza, ánimo y consuelo a


una persona enferma y la prepara.
 No es bueno pensar que este sacramento debe darse cuando la persona ya está
muriendo, pues la Iglesia recomienda que se dé al comienzo de la enfermedad,
para que la persona lo reciba con lucidez 
 Este Sacramento se puede volver a recibir, luego de unos meses, si la
enfermedad se agrava.

"(...) y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo" (Mc.6,13).

"(...) impondrán las manos sobre los enfermos, y los curarán" (Mc.16,18).

Desarrollo del tema

¿QUÉ ES LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?


Dios Padre nos ama tanto que ha querido dejarnos un sacramento especial para cuando
nos acercamos a esos momentos tan difíciles para cualquier persona: la enfermedad
grave y la muerte. La unción de los enfermos es el sacramento que da fuerza, ánimo y
consuelo a una persona enferma y la prepara, si es necesario, para una santa muerte.
La Unción de enfermos se conocía antes como "Extrema Unción", pues sólo se
administraba "in articulo mortis" (a punto de morir). Actualmente el sacramento se
puede administrar más de una vez, siempre que sea en caso de enfermedad grave.
 
¿CUÁNDO EMPEZÓ LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?
Durante su vida, Jesús siempre mostró un gran amor por aquellos que padecían algún
mal, que tenían alguna enfermedad o dolor. Recuerda que el Evangelio nos cuenta cómo
Jesús curó a paralíticos, ciegos y otros enfermos.
Esta preocupación por los enfermos, el Señor, la comunica a sus discípulos. Jesús, en
dos momentos del Evangelio, les decía lo que debían hacer con los enfermos:

 "(...) y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo" (Mc.6,13).


 "(...) impondrán las manos sobre los enfermos, y los curarán" (Mc.16,18).

  El apóstol Santiago nos cuenta la costumbre que ya existía entre los primeros
cristianos con estas palabras:

 "Si alguno entre ustedes está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia,
para que oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración que
nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le
serán perdonados" (Sant.5,14-15).

¿CUÁNDO SE RECIBE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?


La Unción se recibe cuando se comienza a estar en peligro de muerte por causa de
enfermedad o por la vejez. Es importante no esperar a que la persona esté agonizando.
En esto la familia es muy importante, ya que son ellos, los que, sin miedo, tienen que
llamar al Sacerdote cuando la persona no lo puede hacer por si misma.
Este Sacramento se puede volver a recibir, luego de unos meses, si la enfermedad se
agrava. En el caso de que se lo haya recibido por vejez, y no haya enfermedades graves,
también puede volver a recibirse cada dos años.

¿CÓMO SE HACE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?


Primero se debe saber que solo el SACERDOTE puede dar este sacramento. En el caso
de que la persona no pueda ir a la Parroquia, los familiares más directos, llaman al padre
para que vaya a donde se encuentra el enfermo o el anciano. El padre unge con el Óleo
de los enfermos (el óleo es un aceite de oliva que es bendecido por el Obispo el jueves
santo) la frente y las manos del enfermo y dice la siguiente oración:
"Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la
gracia del Espíritu Santo. Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te
conforte en tu enfermedad".
Recordemos una vez más que no es bueno pensar que este sacramento debe darse
cuando la persona ya está muriendo, pues la Iglesia recomienda que se dé al comienzo
de la enfermedad, para que la persona lo reciba con lucidez (o sea que sé de cuenta)
y fervor, ya que la unción ayuda también, si así Dios lo quisiere, para curar la
enfermedad.

¿QUÉ EFECTOS TIENE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS?

La unción une al enfermo a la Pasión de Cristo para su bien y el de toda la Iglesia;


obtiene consuelo, paz y ánimo; obtiene el perdón de los pecados (si el enfermo no ha
podido obtenerlo por el sacramento de la reconciliación), restablece la salud corporal (si
conviene a la salud espiritual) y prepara para el paso a la vida eterna.

 
ORDEN SACERDOTAL
Objetivos
Ideas básicas
 Este sacramento imprime el carácter indeleble
 Este sacramento consagra al que recibe, configurándolo de un modo particular
con Jesucristo, y capacitándolo para actuar en la misma persona que de Cristo,
cabeza del cuerpo místico de la iglesia.
 Este sacramento se llama orden por que comprende varios grados subordinados
entre sí.
 El oficio principal de los sacerdotes es celebrar el Santo Sacrificio de la Misa.
Desarrollo del tema
El Orden es el sacramento por el que algunos de entre los fieles quedan constituidos
ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble, y así son consagrados
y destinados a apacentar el pueblo de Dios según el grado de cada uno, desempeñando
en la persona de Cristo Cabeza las funciones de enseñar, santificar y regir.

Jesucristo es el verdadero y supremo Sacerdote de la Nueva Ley, pues sólo Él nos


reconcilió con Dios por medio de su Sangre derramada en la Cruz (Hebreos 8,1; 9,15).
Sin embargo, quiso Jesús que algunos hombres, escogidos por Él, participaran de la
dignidad sacerdotal de modo que llevaran los frutos de la Redención a todos los
demás. Con ese fin instituyó el sacerdocio de la Nueva Alianza (Lucas 22, 19). 

A su vez los Apóstoles, inspirados por Dios, sabían que el encargo de Jesús no acabaría
con ellos, y por eso transmitían el ministerio mediante el sacramento del Orden, que
administraban por la imposición de las manos y la oración (Hechos 14,23-24). De este
modo comunicaban a otros hombres el poder de regir, santificar y enseñar lo que ellos
habían recibido directamente del Señor.
¿Cuáles son los grados del sacramento del Orden?
Los grados del sacramento del Orden son:

 EL Episcopado. - es el grado más alto del sacramento del Orden,


correspondiente a los Obispos, quienes reciben la plenitud del sacerdocio y son
los sucesores de los apóstoles.
 El Presbiterado. - es el grado del sacramento del Orden correspondientes a los
sacerdotes, que son los colaboradores de la Misa.
 El Diaconado. - es el grado del sacramento del Orden correspondiente a los
Diáconos, quienes reciben la ordenación para ayudar a los obispos y a los
sacerdotes en su ministerio.

EFECTOS DEL ORDEN SACERDOTAL


 Aumento de la gracia santificante
 Las gracias sacramentales para desempeñar dignamente las funciones sagradas
 Los poderes especiales de cada orden
 Imprime carácter Indeleble. El Orden, una vez recibido, no se pierde nunca. El
sacerdote será siempre sacerdote.
 Este sacramento solo lo reciben los varones bautizados que reúnan ciertas
condiciones.

SIGNOS EXTERNOS DEL SACRAMENTO

Materia
La materia del sacramento del Orden es la imposición de las manos. En otros
sacramentos la materia es una cosa (p. ej. agua, aceite, etc.), porque el efecto del
sacramento no deriva de algo que tenga el ministro; en cambio en el sacramento del
orden se comunica una potestad espiritual que viene de Dios, pero que es participada
por quien lo confiere: por eso la fuerza de la materia está en el ministro y no en un
elemento material.

Forma
La forma es la oración consagratoria que los libros litúrgicos prescriben para cada
grado. En la ordenación de presbíteros son las palabras de la oración que el obispo dice
después de que el ordenado ha recibido la imposición de las manos. Las esenciales son:
“Te pedimos, Padre Todopoderoso, que confieras a estos siervos tuyos la dignidad del
presbiterado; renueva en sus corazones el Espíritu de santidad; reciban de Ti el
sacerdocio de segundo grado y sean, con su conducta, ejemplo de vida” (Ritual de
Ordenación de Presbíteros).
MATRIMONIO
Objetivos
 Entender que el Matrimonio no es un juego y que se debe llevar con respeto,
como Dios manda.
 El sacramento del matrimonio es la presencia de Cristo, presencia
sacramental. 
Ideas Básicas

 El Matrimonio es el sacramento que santifica la unión indisoluble entre un


hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente
sus deberes de esposos y de padres.
 El matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la
voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de
amor fiel y fecundo.
 Como sacramento es un signo del amor y de la alianza de Cristo con su Iglesia.
Desarrollo del tema

El Matrimonio fue instituido por Dios cuando creó al hombre y a la mujer. Para los
cristianos, Jesucristo lo elevó a la dignidad de sacramento; un sacramento que da a los
esposos una gracia especial para ser fieles una al otro y santificarse en la vida
matrimonial y familiar, ya que el matrimonio cristiano es una auténtica vocación
sobrenatural.

El matrimonio religioso se establece con el consentimiento libre de cada uno de los dos
contrayentes manifestado ante el representante de la Iglesia.

El Matrimonio por su naturaleza está ordenado a la generación y la educación de los


hijos, al amor y ayuda entre los esposos y a su santificación personal.

El matrimonio implica una entrega total al otro, una donación de todo el ser. Es vivir
pensando cómo hacer feliz al otro antes de pensar en cómo voy a ser feliz yo. Significa
“servir” a los demás por amor.
Esto supone "renuncia" y "desprendimiento". Renuncia en el aspecto, que muchas veces
nos tendremos que desprender de "nuestros gustos", de "lo que yo quiero" para el
beneficio de toda la familia. Si esperamos a que mejor nos hagan felices a nosotros,
seguramente vamos hacia el fracaso.

Los efectos del sacramento del Matrimonio


El vínculo matrimonial

El vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, de modo que el matrimonio


celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. Este vínculo que
resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del matrimonio es una
realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios.
La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría
divina (cf CIC can. 1141).

La gracia del sacramento del Matrimonio

Cristo es la fuente de esta gracia. "Pues de la misma manera que Dios en otro tiempo
salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador
de los hombres y Esposo de la Iglesia, mediante el sacramento del Matrimonio, sale al
encuentro de los esposos cristianos" (GS 48,2). Permanece con ellos, les da la fuerza de
seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse
mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros (cf Ga 6,2), de estar "sometidos unos
a otros en el temor de Cristo" (Ef5,21) y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y
fecundo. En las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto
anticipado del banquete de las bodas del Cordero.

La apertura a la fecundidad

Por su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal


están ordenados a la procreación y a la educación de la prole y con ellas son
coronados como su culminación" (GS 48,1):

«Los hijos son el don más excelente del matrimonio y contribuyen mucho al bien de sus
mismos padres. El mismo Dios, que dijo: "No es bueno que el hombre esté solo
(Gn 2,18), y que hizo desde el principio al hombre, varón y mujer" (Mt 19,4), queriendo
comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y
a la mujer diciendo: "Creced y multiplicaos" (Gn 1,28). De ahí que el cultivo verdadero
del amor conyugal y todo el sistema de vida familiar que de él procede, sin dejar
posponer los otros fines del matrimonio, tienden a que los esposos estén dispuestos con
fortaleza de ánimo a cooperar con el amor del Creador y Salvador, que por medio de
ellos aumenta y enriquece su propia familia cada día más» (GS 50,1).

Sin embargo, los esposos a los que Dios no ha concedido tener hijos pueden llevar una
vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente. Su matrimonio puede irradiar
una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio.

Вам также может понравиться