Hoy en día para las empresas y quienes tienen el compromiso de liderarlas, es importante
buscar nuevas maneras de manifestarse a los desafíos de la globalización, la digitalización
y la politización de las organizaciones, con la globalización se incrementan las relaciones transnacionales a partir de la mayor habilidad de interacción entre personas. El desafío está en la penuria de creer al otro, ganar en reconocimiento, forjar una conversación concedida de importancia y preeminencia. Con la digitalización se inicia con una nueva forma de generar y capturar valor en las organizaciones, las diferentes comunidades mancomunadas por valores simultáneos con la organización suministran ideas creativas que se suman en sus procesos de innovación. En un mundo en red, la co-creación se sostiene en valores que son vividos, cooperados y tácitamente notificados por las marcas. Sin embargo, con la politización se desfiguran los límites entre lo privado y lo público, formando que las compañías entablen a cubrir el rol de árbitros en lo económico, político y legal; con el fin de lograr un arqueo entre peticiones de sus recepciones clave del ámbito privado, y su responsabilidad y consciencia social. Dentro de los sectores económicos, un actor importante es el mercado laboral que constantemente está cambiando y el cual va a continuar así en los próximos años. Esto teniendo en cuenta la tecnología y las reformas de los marcos que mandan las relaciones profesionales, que podrían confluir en nuevas congruencias para unos trabajadores, pero además en una mayor discrepancia de ingresos, en nuevas grafías de trabajo y en perplejidad, al menos durante el proceso de transición hacia el nuevo statu quo de un mercado laboral en el que surgirán nuevos trabajos y desaparecerán otros. A todo ello se le suma la vertiginosa decadencia de la localidad, que logra subrayar la causa de automatización, por un lado, y generar escasez de trabajadores de perfiles específicos por otro. Inclusive aquellos que tienen acceso a la formación y las iniciativas de formarse, están angostamente mezcladas a los compromisos de hoy por lo que podrían no estar preparados para la transformación hacia un nuevo trabajo y mucho menos para una nueva carrera, en el que se analiza la mutación que se están produciendo en el mercado laboral y, sobre todo, los cambios que vienen de la mano de la tecnología, la globalización y las reformas en materia de legislación laboral (a menudo muy relacionados con el proceso globalizador). De este modo, lo que sí se va a originar con seguridad es una innovación significativa de la forma de trabajar (tanto forma como contenido), no sólo por la tecnología o la globalización, el rápido declive de la población está cambiando los esquemas de consumos hacia una mayor demanda de servicios (sobre todo sanitarios, pero también de otros tipos) en detrimento de bienes perennes de consumo (como coches). Por otro lado, la masiva salida del mercado laboral de una de las fecundaciones más grandes puede generar insolvencia de ciertos perfiles y que a su vez podrían acelerar el proceso de automatización. Finamente y de manera general estas nuevas formas de dirigir, impactan de gran manera en todos los sectores económicos, para ser más concreto, se tomó el mercado laboral para poder explicarlo, debido a que este es un factor fundamental en la economía de cualquier país. Por un lado, la globalización abarca avances tecnológicos que en su defecto remplazan de gran manera la mano de obra a la que el mundo ha estado acostumbrado, ya que la mayor parte de las empresas piensan en su propio interés, en gastar menos en producción y recibir más ganancias y la globalización ofrece eso. Por otro lado, está la politización, encargada de gobernar un país, tomando decisiones por el bien común, y el sector económico es uno de los patentes más importantes en este campo, puesto que de este depende la estabilidad del país en muchos aspectos y este impacta en los sectores de la economía con las enmiendas o reformas que son establecidas en la normativa legal y jurídica a la cual empresas, ya sean privadas, publicas, mixtas o sin ánimo de lucro deben regirse. Y por último la digitalización, lo cual se ha convertido en una moda, pero más allá de eso ha suplido mucha necesidad, ya que actualmente el mundo atraviesa una catastrófica situación pandémica (COVID-19) en donde los individuos se han visto forzados a estar en sus casas, debido a la gravedad de este y es en situaciones como esta que la digitalización mas que impactar ha sido vista por muchos como una salvación a sus trabajos, a sus negocios, empresas, entre otros; esto gracias al buen uso de herramientas como la tecnología, que sin salir de casa se puede ejecutar las labores pendientes reflejadas en teletrabajo, las tele ventas, etc. Es así como estas tres tendencias impactan no solo a un sector de la economía sino a todos en general, pero a cada uno de diferente manera.
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