El ejercicio de la potestad de inspección y su especial relación con la autorización

judicial de entrada.
1. EL EJERCICIO DE LA POTESTAD DE INSPECCIÓN Y SU ESPECIAL
RELACIÓN CON LA AUTORIZACIÓN JUDICIAL DE ENTRADA
La potestad de inspección es una situación de poder que habilita a su titular para
imponer conductas mediante la constitución, modificación o exclusión de relaciones
jurídicas, o mediante la modificación del estado material de cosas existente.

2. LA COMPETENCIA DEL JUEZ DE LO CONTENCIOSO-

ADMINISTRATIVO PARA AUTORIZAR LAS ENTRADAS EN SEDE DE
INSPECCIÓN

El art. 87.2 de la LOPJ atribuía la competencia para autorizar las entradas de la

Administración en sede de ejecución forzosa a la jurisdicción penal, artículo que fue
aplicado por el Juez de instrucción «en una lectura por analogía». Ante ello el Tribunal
Constitucional valora que «[n]o es arbitraria sino muy razonable la extensión analógica
del único precepto legal existente al respecto, ante el silencio de la Constitución, si se
repara en las características de tal actuación administrativa, muy cercana en más de uno
de sus eventuales aspectos a la jurisdicción penal como consecuencia de la equiparación
del injusto de tal naturaleza y del administrativo [ ... ]».
3. ALGUNAS DE LAS PECULIARIDADES MÁS DESTACADAS DE LA
AUTORIZACIÓN JUDICIAL DE ENTRADA EN SEDE DE INSPECCIÓN

A) La autorizaci6njudicial de entrada protege esencialmente el domicilio en

sede de inspección; la protección de la propiedad privada como excepción.
La exclusión de la obligación de impetrar la autorización judicial para acceder a la
propiedad privada en sede de inspección no es de carácter material. Es decir, no radica
en el hecho de la ejecución material de Ja inspección no se encauce por el
procedimiento de ejecución forzosa al uso, sino en el hecho de que la legislación tanto
recoge de forma explícita que Ja Administración está facultada para acceder a los
espacios sujetos a Ja inspección, como paralelamente impone al administrado la
obligación de someterse a la inspección 149 así como una posible sanción en caso de
oponer resistencia.
La justificación de que la autorización no se imponga para inspeccionar propiedad
privada ajena al domicilio, podría fundamentarse en las finalidades perseguidas por el
ejercicio de la potestad de inspección, alegándose que de someterse también a la previa
autorización judicial en caso de propiedad privada sea gravemente perturbadas.
a) El especial supuesto de la ley Orgánica 312013, de 20 de junio, de protección
de la salud del deportista y lucha contra el dopaje en la actividad deportiva
Aquí sucede la intervención del Juez de lo contencioso-administrativo cuando, al objeto
de inspeccionar «los botiquines y demás instrumentos que permitan custodiar o albergar
los productos y sustancias susceptibles de dar positivo en un control de dopaje», sea
preciso que la Administración ingrese en un espacio constitutivo de un domicilio
constitucionalmente protegido.
B) La inspección y su condición de actuación sorpresiva. La posibilidad de
recabar la autorización no sólo ante la oposición del administrado o en defecto de
su consentimiento, sino ante el riesgo de oposición.
El juez contencioso administrativo autoriza la entrada sin que previamente Ja
Administración haya solicitado al administrado el acceso al espacio en gestión del
domicilio o propiedad privada- y, por tanto, no conste si el administrado consiente o se
opone a la misma en el supuesto de la inspección, el Juez podrá conceder la autorización
judicial de entrada simplemente ante el riesgo de oposición del administrado.

No obstante lo anterior, cabe tener en cuenta que no toda la actuación inspectora exigirá
en el mismo grado el factor sorpresivo, de modo que en aquellos supuestos en los que
no concurran circunstancias o motivos suficientes que justifiquen la inmediatez de
inspección -esencialmente, evitar que se frustre la consecución del fin que persigue-,
debe seguir exigiéndose a la Administración inspectora que respete el requisito de
requerir previamente al administrado su consentimiento para proceder a la inspección

De lo contrario, los Juzgados de lo contencioso-administrativo podrían verse sumidos

en una avalancha de peticiones de autorizaciones de entrada, siendo algunas de ellas
innecesarias porque si se hubiese intentado la inspección, quizás el administrado se
habría sometido voluntariamente a la misma.

C) El contenido de la resolución judicial que autoriza la entrada para el

ejercicio de las funciones de inspección
En especial debe tenerse en cuenta aquí el art. 558 de la LECrim., según el cual:
El auto de entrada y registro en el domicilio de un particular será siempre fundado, y el
Juez expresará en él concretamente el edificio o lugar cerrado en que haya de
verificarse, s i tendrá lugar tan sólo de día y la Autoridad o funcionario que los haya de
practicar.
A partir del precepto transcrito, el TC establece cuál debe ser el contenido de la
resolución que en sede de inspección autorice una entrada y que se divide en tres
contenidos específicos: el subjetivo, el espacial y el temporal.
El Subjetivo se refiere la identificación de los agentes o personas que se autoriza para
que efectúen la entrada, en todo caso debiendo constar su número o, de ser imposible,
limitarse su número máximo. El elemento espacial se refiere a la correcta identificación
de los espacios que se van a someter a la inspección. Por último, el temporal alude a la
concreción del día o días en los que se realizará la inspección o, acaso fuera ello de
difícil determinación al establecimiento de un límite máximo, pudiendo en todo caso la
Administración solicitar su prórroga posteriormente.
4. COACCIÓN DIRECTA Y AUTORIZACIÓN JUDICIAL DE ENTRADA: SU DIFÍCIL
CONJUGACIÓN

La coacción directa es otra de las manifestaciones clásicas de la autotutela ejecutiva de

la Administración. Define la coacción administrativa directa como «el empleo de la
fuerza en el desarrollo de funciones administrativas, motivada por una situación de
urgencia, que legitima la acción inmediata con fundamento en una decisión no
procedimentalizada, la cual, en todo caso, se encuentra sometida al principio de
legalidad y guiada por los principios de oportunidad, congruencia y proporcionalidad».