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Comunidad Shalom

Unidos en el Amor de Dios, Juntos para servir

EL SILENCIO DEL MUSICO

“ Hay un tiempo de callar y un tiempo de hablar”


Dios no solamente nos pide que guardemos silencio, sino que sepamos discernir cuándo y cómo
hacerlo. Recordemos que hay una clase de silencio que se convierte en OMISION por no hablar
cuando es preciso o, en nuestra condición de músicos, por no cantar cuando se debe.
(Discernimiento musical)
Los músicos que saben callar son poderosos instrumentos en las manos del Señor y el Enemigo lo
sabe.
“Quien no puede guardar silencio frente a Dios, no podrá escucharlo”
Recordemos que para afinar bien una cuerda es necesario que las otras permanezcan en silencio.
Cuando Dios afina nuestro corazón necesita lo mismo de nosotros.
Este silencio no es de callar los labios y permanecer quietos sin hacer ruido; sino que es mucho
más; un tiempo para oír muchas cosas:
• A ti mismo.
• Las cosas que te rodean.
• Desde luego a Dios.

Cuidado que el no escuchar puede ser:


a- Torpeza espiritual: ya que no saber dominar el silencio nos vuelve necios, incapaces de admitir
otra frecuencia: nos niega la oportunidad de escuchar la Verdad. “...¿ por qué no pueden
escuchar mi palabra?” (Jn.8, 43).
b- Dureza de corazón: puede nuestro corazón engordar y atrofiarse impidiendo en nosotros la
circulación de Su Amor y Su Palabra.
No aceptar las corrección que viene de Dios es la principal causa para endurecernos. Por eso la
palabra dice: “... han hecho duros sus oídos...” (Hch.28,27).
c- Indiferencia: también puede decirse que no hay peor sordo que el que no quiere oír (v.Prov. 21,
13).
Hacerse el tonto frente a las cosas de Dios y sus exigencias es lo mismo que serlo, pues Dios no
puede ser engañado. Preferimos cantar lo que queremos y dejamos de lado lo que se debe
cantar. Escapamos por la puerta falsa pensando que esa indiferencia no es observada. “ Aquel
que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado” (St. 4, 17).

APREDIENDO A ESCUCHAR.
Leer 1 Samuel 3.
Como músicos debemos dominar una gran cantidad de disciplinas y conocer muchos instrumentos,
pero por sobre todas las cosas debemos conocer la voz de Dios, porque somos sus profetas y no
podemos representar a una voz desconocida.
Cuando cantemos, tal vez nuestro manejo de voces llamarán la atención de quien nos oye; quizás
los arreglos sean magníficos y la ejecución de nuestros instrumentos impecable, pero de cierto te
digo: lo único con poder en nuestro arte será el transmitir la voz de Dios que muchas veces solo
puede oírse en el silencio, y que no nos debe resultar ajena. “...las ovejas escuchan su voz (del
Pastor), y a sus ovejas las llama una por una...” (Jn 10,3).
Citas bíblicas donde nos recuerda la importancia de escuchar:
“ Escucha Israel, los preceptos y las normas que yo pronuncio hoy a tus oídos.” (Dt.5,1).
“ Si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré a su casa...” (Ap.3,20)
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“Dichoso el hombre que me escucha...porque ha hallado la vida...” (Pr.8,34).


“Voy a escuchar de que habla Dios, sí el habla de Paz para sus amigos...” (Sal 85,9).
“Lo que les mandé fue esto: escuchen mi voz ... para que en todo les vaya bien.” (Jer. 7,23).

LA VOZ DE DIOS:
Escuchar la voz de dios en una cabeza llena de ruidos y de voces es en verdad muy difícil, porque la
voz de Dios es un susurro. (v. 1Reyes 19,9 ss)
El susurro simboliza la delicadeza del Señor, su deseo de buscar intimidad con los que ama.
En cualquier presentación nuestra música debe mostrar la fuerza del Poder y la Autoridad de Dios
(viento, temblor y fuego), pero debe tener ese toque de intimidad y espiritualidad que la haga
especial y diferente a otras. Es por ello que debemos evitar la tentación de quedarnos con el ruido
confudiéndolo con la voz de Dios. No importa se trate de música cristiana, si no contiene este
detalle se vuelve nula e ineficaz..

SILENCIO DE DIOS.
Muchas veces Dios en la partitura de nuestra vida, escribe esta nota que se llama “silencio” con un
propósito muy amoroso. Para muchos es difícil de aceptar, cuando se acostumbra a oír su voz por
todas partes y de mil maneras distintas. Pero Dios a veces usa ese silencio para instruirte, pues
significa un paso de maduración en tu relación con El y créeme: El confía plenamente en ti y en la
fuerza de tu corazón para salir avante de la prueba.
Conocer su voz es también conocer su silencio.
No luches contra el Silencio de Dios y ni siquiera sientas enojo o extrañeza por vivirlo, mejor
acéptalo como un curso intensivo de la Escuela de la Vida, como un momento privilegiado en la
composición que Dios escribe en tu corazón.

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