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Es el inicio porqué lo que se busca con entender algo como sistema es comprender
no sólo sus componentes como totalidad, así como entender las relaciones,
reacciones y consecuencias que se dan entre cada uno de sus componentes. De
ahí que analizar cómo afecta una pandemia (o cualquier evento extraordinario,
imposible de ser objeto de dominio y control de la acción humana) resulta una tarea
lejos de ser sencilla.
Un ejemplo de ello es ver cómo fue la transición del nuevo gobierno, el cual planteó
las cosas claras. Primero los pobres, primero el Estado. Desde antes que
comenzará a gobernar jurídicamente hablando, el nuevo gobierno ya había
cancelado un aeropuerto de nivel internacional, con contratos millonarios que
pudieron evitar su litigio porque el Estado mexicano se comprometió al reintegro de
las inversiones.
Un acto que ni siquiera tenía tipología en el sistema normativo, surtió efectos validos
al punto en que se cancelo la obra. Este caso esta lejos de demostrar que nuestro
país vive en un Estado de Derecho. Y este caso se suma a muchos otros, en dónde
el discurso vació de realidades predomina intentando cambiar la realidad, aunque
lo único que logra es crear una realidad alterna.
Pero ¿por qué hablo sobre lo político en este trabajo? Sencillamente porque si
buscamos entender que un sistema (en este caso México como sistema) se da por
las interacciones de sus partes, encontramos que el sistema económico se relaciona
con el político y más aún con el jurídico. Los cuales vemos que también hay
repercusión en el sistema social o la sociedad porque los cambios en los usos e
instituciones sociales a partir de la pandemia se están empezando a manifestar
(principalmente en los casos de violencia de género, durante el confinamiento
aumentaron tales casos, pero este no es el único fenómeno social que está
produciendo la pandemia).
Por eso, este problema no es nuevo, han sido años en que las instituciones sociales
han cambiado, se han mermado con la violencia, la falta de opciones para una
calidad de vida y la ausencia de una autoridad (otra vez el Estado de Derecho que
no existe) para evitar que jóvenes y niños opten por una vida digna a través del
trabajo constante, esfuerzo y convicciones.
Si bien las experiencias del pasado han sido un eco en la idiosincrasia del nuevo
gobierno y los gobernados. El haber cerrado los canales de comunicación con parte
del sector privado, sólo demuestra que la idea de Estado de Derecho de este
gobierno está lejos de buscar el bienestar general.
Las decisiones políticas que se han tomado están afectando de sobremanera las
dinámicas económicas y sociales. Tan grave puede ser esto que, las calificadoras
de riesgo Crediticio como Fitch Ratings, Estándar & Poor’s y otros prevén que, para
antes del 2022, México pierda el grado de inversión.
La pandemia nos está dando muchas lecciones, no solo a nivel global, sino también
en lo local. Ha transformado las formas de relacionarse socialmente, así como está
modificando la forma en que se está gobernando. Sin embargo, lo que más ha
dejado y trascendido es las crisis que vienen.
La pandemia ha evidenciado los peligros que vienen si se deja que lo político como
sistema afecte, predomine e influya los otros sistemas e instituciones de nuestra
sociedad. Es un aviso para estar atento a las próximas decisiones que sin duda,
empezará a sentir el grado de afectación en la mayoría de las personas. Es
importante que la realidad alterna del gobierno se imponga como discurso y
predomine la realidad de todos.