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Oraciones en tiempo de pandemia - 1

ORACIONES EN TIEMPO DE PANDEMIA


Parroquia Ntra. Sra. de Fátima
Maracaibo

Oraciones con adaptaciones a nuestros tiempos de


pandemia

Animación Virtual Parroquial


PASTORAL FAMILIAR
Oraciones en tiempo de pandemia - 2

25 de junio 2020
POR LA FRATERNIDAD HUMANA UNIVERSAL

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre nuestro y de todos los hombres,


creador providente todo cuanto existe,
en este momento de tragedia mundial, debido al coronavirus,
imploramos tu misericordia para toda la humanidad sufriente.

Tú que eres uno en la Trinidad,


reúne, cada día con más intensidad, en un solo proyecto de bien común,
a todos los líderes de las diversas religiones y creencias, culturas y pueblos.

Tú que nos enviaste a tu Hijo, Jesucristo, para revelarnos tu familiaridad divina,


y, por Él, nos enseñas a ayunar y a orar con insistencia
para alcanzar victorias sobre el maligno y sus insidiosas divisiones,
danos fuerza de voluntad para poner en nuestras plegarias y sacrificios
el deseo de fraternidad salvadora para el género humano.

Tú que enviaste a tu Hijo, Rey y Señor de toda criatura,


para anunciar el tu reino, el Reino de Dios,
suscita en tu pueblo santo, la Iglesia, el deseo de servicio
para la implantación de tu Reino de amor, de justicia y de paz.

Tú que nos quieres misericordiosos y samaritanos,


como nos lo enseñó Jesús, divino Maestro,
concédenos salir de nuestras zonas de confort
que nos garantizan salvaciones egoístas y autoreferenciadas.

Concédenos el don del Espíritu Santo,


Espíritu de amor y caridad,
que nos permita pensar en la tragedia de tanta gente,
en las consecuencias económicas que empobrecerán a las naciones,
en las consecuencias educativas
que pudieran entorpecer la correcta formación de las próximas generaciones.

Tú que enviaste a tu Santo Espíritu, Espíritu de unidad,


ayúdanos a no confundir la solidaridad para el bien común
con el relativismo religioso, el oscurecimiento de la verdad
o la confusión de la rectitud del camino.

Porque la más profunda verdad de la existencia


es la unidad entre Tú, Padre eterno, y tu Hijo, eternamente engendrado,
y el amor entre ambos del que procede el Espíritu divino,
permítenos abrazarte y experimentar tu paternidad universal,
permítenos congregarnos en la fraternidad universal
de una humanidad reconciliada en la cruz de tu Hijo,
permítenos ser impulsados por el mismo Espíritu,
que está ya presente en los grandes valores de cada cultura, religión y pueblo.

Permítenos dirigirnos a Ti, Dios, tres veces santo,


en comunión con quienes te alaban con otras palabras,
con otros ritos, con otras costumbres,
pero con un mismo corazón sediento de paz y fraterna convivencia.

Perdona, Oh Dios, aquellos pecados con los que hemos estimulado la división,
aquellos pecados que nos ciegan al dolor de los moribundos, de los hambrientos,
de los que sufren guerras, trata de personas, explotación laboral, falta de educación…

Oh Dios, Padre bueno y misericordioso, detén la pandemia del coronavirus


y ayúdanos a superar todas las pandemias no declaradas
que humillan y hacen infelices a los pobres de este mundo, tus hijos y hermanos nuestros.
Amén.
Inspirada en las palabras del Papa Francisco
Misa en Santa Marta del 14 de mayo del 2020.
Oraciones en tiempo de pandemia - 3

26 de junio 2020
POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES
EN TIEMPO DE PANDEMIA

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Señor Jesús, Sumo y Eterno sacerdote,


los actuales medios de comunicación
nos hacen dolientes de los más de doscientos presbíteros
fallecidos en el mundo por el coronavirus;
manifestación martirial de su entrega y servicio al pueblo de Dios
incluso en los momentos de mayor riesgo y peligro.

Hoy queremos rogarte por las vocaciones sacerdotales y religiosas,


haciendo caso a tu mandato: “Oren al dueño de la mies, que envíe obreros a la mies” (Mt 9,38).

Danos pastores según tu corazón,


que nos apacienten con la suavidad de tu cayado
nos guíen con la ternura de tu corazón,
nos orienten con la dulzura de tus silbidos,
nos iluminen con la hermosura tu rostro,
nos eduquen con la luminosidad de tu sabiduría,
nos reúnan con el afecto de tu abrazo,
nos sanen con el saludable sacramento de tu cuerpo y de tu sangre.

Tú que nos has hecho partícipes a todos


de tu condición sacerdotal, profética y real,
suscita en nuestras comunidades
abundantes vocaciones que se entreguen, valiente y generosamente,
a promover nuestro sacerdocio común,
que nos permita santificar toda nuestra existencia,
a educar nuestro compromiso profético
que nos haga protagonistas en la tarea de gestación de una nueva sociedad según tus valores,
a consolidar nuestro liderazgo, familiar y social,
que nos permita suscitar la comunión humana
en favor de la civilización del amor y la cultura de la vida.

Danos sacerdotes sumergidos en tu misterio de amor,


capaces de descubrirnos tu presencia aún en los momentos más duros,
configurados contigo, buen Pastor.

Danos sacerdotes fraternos,


que susciten la comunión entre ellos y nuestro obispo,
y que promuevan parroquias en comunión, comunidad de comunidades.

Danos sacerdotes testigos de tu evangelio ¡Oh Cristo!


ungidos para santificarnos y ponerse al servicio de la nueva evangelización.

Danos sacerdotes llenos del Espíritu Santo, conscientes de su debilidad,


pero capaces de avivar su carisma y misión recibida mediante la formación integral permanente.

Que la sangre de los sacerdotes fallecidos en el servicio a los enfermos de coronavirus,


sea ahora, como en tiempos de los primeros mártires, semilla de abundantes vocaciones sacerdotales.

Amén.

Inspirada en el documento del Concilio Plenario de Venezuela:


Obispos, presbíteros y diáconos al servicio de una Iglesia comunión.
Oraciones en tiempo de pandemia - 4

27 de junio 2020

ORACIÓN POR LOS HIJOS,


A NTRA. SRA. DEL PERPETUO SOCORRO
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza has querido que te invoquemos como
Madre del Perpetuo Socorro! Yo te suplico me socorras en todo tiempo y en todo lugar; en mis
tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de mi vida y,
sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, amorosa Madre, el pensamiento y la
costumbre de recurrir siempre a ti; porque estoy seguro de que, si soy fiel en invocarte, tú serás
fiel en socorrerme. Alcánzame, pues, la gracia de acudir a ti sin cesar, con la confianza de un
hijo, a fin de que obtenga tu perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendíceme y ruega por
mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.

¡Socorre a mis hijos, Madre mía! ¡Madre mía socorre y preserva


¡Madre mía, socorre a mis hijos! de todo mal a mis hijos!
que esta palabra sea el grito de mi corazón Cuando se dirijan a buscar
desde la primera aurora. el remedio de sus males
¡Oh María! que tu bendición los acompañe, y la curación de sus heridas
los guarde, los defienda, los anime, en el Tribunal de la
y los sostenga en todas partes reconciliación y de la paz.
y en todas las cosas. ¡Madre mía socorre a mis hijos!
Cuando la presencia del Señor, Cuando se acerquen a la Sagrada Mesa
postrados, le ofrezcan sus alabanzas para alimentarse
y oraciones, con el Pan de los Ángeles,
cuando le presenten sus necesidades, con el Verbo, hecho carne por nosotros
o imploren sus divinas misericordias. en tus purísimas entrañas.
¡Madre mía socorre a mis hijos! ¡Madre mía bendice a mis hijos!
Cuando se dirijan al trabajo Cuando, en la noche,
donde el deber los llama, se dispongan al descanso,
cuando pasen de una ocupación a otra, a fin de continuar
a cada movimiento que realicen, con nuevo fervor al día siguiente
a cada paso que den, su camino hacia la patria eterna.
y a cada nueva acción que ejecuten. ¡Madre mía bendice a mis hijos!
¡Madre mía socorre a mis hijos! Que tu bendición, Madre mía,
Cuando venga la prueba descienda sobre ellos,
a ejercitar su debilísima virtud en el día, en la noche,
y el cáliz del sufrimiento en el consuelo, en la tristeza,
se muestre antes sus ojos; en el trabajo, en el descanso,
cuando la Divina Misericordia, en la salud y en la enfermedad,
quiera instruirlos y purificarlos en la vida y en la muerte
por el sufrimiento y desespero. y que ésta no sea repentina,
¡Madre mía socorre a mis hijos! y que, contigo, por toda la eternidad
Cuando el infierno, Puedan bendecir a tu Hijo
desencadenado contra ellos, y Señor nuestro Jesucristo
se esfuerce en seducirlos en la gloria del Padre
con los atractivos del placer, y en la luz del Santo Espíritu.
las violencias de las tentaciones Amén.
y los malos ejemplos.

Portal de Aleteia. es.aleteia.org.


Oraciones en tiempo de pandemia - 5

28 de junio 2020
ORACIÓN PARA PEDIR
LA PRONTA BEATIFICACIÓN DEL DOCTOR JOSÉ GREGORIO
HERNÁNDEZ.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oh Señor, Dios mío,


que todo lo puedes
y que escogiste en tu seno eterno
a tu amado Siervo, el doctor José Gregorio Hernández,
a quien, por tu gran misericordia,
le concediste el poder de curar enfermos ya en este mundo,
Escucha, Señor, la oración que hoy elevo hacia Ti,
nuestro Médico espiritual,
por medio del Venerable Siervo de Dios
y, por su poderosa intercesión,
y concédeme la gracia de conservar siempre la salud
y de no contagiarme con el peligroso coronavirus
que nos acecha en esta pandemia.
Sana a quienes puedan ya haberse enfermado
y resguarda a mi familia y a mis amistades de todo mal.
Esto te pido, Dios mío.
En nombre de tu amado Hijo,
Nuestro Señor,
quien nos enseñó a orar diciendo:

Padre Nuestro que estás en el cielo…

Te pido también, Padre misericordioso,


que te has dignaste escoger al Venerable Dr. José Gregorio Hernández
para que, movido por tu Gracia,
practicara, desde niño, las más heroicas virtudes;
En especial una fe ardiente,
una pureza angelical
y una encendida caridad.

Siendo éste el camino


por la cual su alma voló a tu divino encuentro,
cuando recibiste el holocausto de su vida,
concédenos que brille pronto sobre su frente
la aureola de los santos,
sí es para tu mayor gloria,
para el bien de la santa Iglesia,
y para la evangelización de nuestra patria, Venezuela.

Amén.

Del portal: https://www.josegregorio.org/


Oraciones en tiempo de pandemia - 6

29 de junio 2020
ORACIÓN PARA ENTRONIZAR
LA IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN EN EL HOGAR
UTILIZADA EN LA CASA
DEL DOCTOR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

DESPUES DE RECITAR EL CREDO EN FAMILIA:

"Dígnate visitar, Señor Jesús, en compañía de tu dulce Madre,


esta casa, y colma a sus dichosos habitantes
de las gracias prometidas a las familias
especialmente consagradas a tu Corazón divino.

Tú mismo, ¡oh Salvador del mundo!,


con fines de misericordia,
solicitaste, en revelación a tu sierva Margarita María,
el homenaje solemne de universal amor a tu Corazón,
que tanto ha amado a los hombres
y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse.

Por ello toda esta familia, acudiendo presurosa a tu llamada,


y en desagravio del abandono y de la apostasía de tantas almas,
te proclama, ¡oh Corazón Sagrado!, su amable Soberano,
y te consagra de manera absoluta las alegrías,
los trabajos y las tristezas, el presente y el porvenir de este hogar,
de hoy para siempre enteramente tuyo.
Bendice, pues, a los presentes;
bendice también a los que, por voluntad del Cielo,
nos arrebató la muerte;
bendice, Jesús a los ausentes;
establece en esta tu casa,
te lo suplicamos por amor a la Virgen María,
establece aquí, ¡oh Corazón amante!,
el dominio de tu caridad:
infunde en tus miembros tu espíritu de fe,
de santidad y de pureza;
arrebata para Ti solo estas almas,
despegándolas del mundo y de sus locas vanidades;
ábreles, Señor, la herida hermosa de tu Corazón piadoso,
y, como en arca de salud,
guarda en ella a todos éstos que son tuyos hasta la vida eterna.
"Viva siempre amado, bendecido y glorificado entre nosotros
el Corazón victorioso de Jesús.
Así sea."
Del libro: Nuestro tío José Gregorio
de Ernesto Hernández Briceño.

Se termina entronizando
el cuadro del sagrado corazón en el hogar diciendo

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


LIBRANOS DE TODA PANDEMIA Y DE TODO MAL. AMÉN.
Oraciones en tiempo de pandemia - 7

30 de junio 2020

ORACIÓN DEL DOCTOR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ


AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

"Gloria al Sagrado Corazón de Jesús,


cuya misericordia ha sido infinita con los siervos felices de este hogar,
al escogerlo, entre millares, como herencia de amor
y santuario de reparación por la ingratitud humana.
¡Con cuanta confusión, Señor Jesús, esta porción de tu rebaño fiel
acepta el honor insigne de verte presidir nuestra familia!
¡Cómo te adora en silencio y se regocija
al verte compartir bajo el mismo techo
las fatigas, los afanes y también los castos goces de estos hijos tuyos!
¡Ah!, no somos dignos, es verdad,
que Tú entres en esta humilde morada,
pero Tú has dicho ya unas palabras reveladoras, en tu Corazón Santísimo,
y nuestras almas han sentido sed de Ti,
y han hallado las aguas vivas, que saltan hasta la Vida eterna,
en tu Costado herido, ¡oh buen Jesús!
Por eso, contritos, venimos a entregarnos a Ti, que eres la Vida inmutable.
Permanece entre nosotros, ¡oh Corazón sacrosanto!
pues sentimos ansias supremas de amarte y hacerte amar.
Y Tú eres la razón ardiente que ha de abrazar al mundo para regenerarlo.
¡Ah, sí! Que esta casa sea tu refugio, tan dulce como el de Betania,
donde encontraste solaz en las almas amigas
que escogieron la mejor parte en la intimidad venturosa de tu Corazón;
Sea éste, Salvador amado, el asilo pobre
pero cariñoso del Egipto en el destierro de tus enemigos.
'Ven, Señor Jesús, ven..., pues en esta casa, como en Nazaret,
se quiere con entrañable amor a la Virgen María,
a esa Madre tan tierna que Tú mismo nos diste:
Ven a llenar con tu presencia deliciosa
los vacíos que la muerte y la desgracia han dejado entre nosotros...
¡Ah! Si Tú, el Amigo fidelísimo, hubieras estado en nuestras horas de duelo,
¡cómo se hubieran endulzado tantas lágrimas
y cuánto bálsamo de paz hubiéramos sentido
en aquellas heridas secretas que solo Tú conoces!
¡Ven! Porque se acerca, tal vez para nosotros,
la tarde angustiosa de nuevos pesares,
y declina el día fugaz de nuestra juventud y de nuestras ilusiones;
Quédate con nosotros, porque ya anochece,
y el mundo perverso quiere envolvernos
en las tinieblas de sus negaciones
y nosotros te queremos a Ti,
porque sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida Eterna, Jesús.
Como dijiste en tiempo antiguo:
"Es preciso que, desde hoy, me deis hospedaje en vuestra casa".
Sí, Señor, establece aquí tu tabernáculo,
a cuya sombra vivimos de tu compañía,
nosotros que te proclamamos nuestro Rey,
porque no queremos que otro reine sino sólo Tú,
¡Viva siempre amado, bendecido y glorificado en este hogar
el Corazón triunfante de Jesús:
ven a nos tu Reino! Amén".
Se reza la Salve
y se dicen las siguientes jaculatorias:
"Divino Corazón de Jesús: ten piedad de nosotros" (tres veces).
"Corazón Inmaculado de María: ruega por nosotros."
Del libro: Nuestro tío José Gregorio
de Ernesto Hernández Briceño

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