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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0167/2019-S3

Sucre, 16 de abril de 2019

SALA TERCERA
Magistrada Relatora: MSc. Brígida Celia Vargas Barañado
Acción de amparo constitucional

Expediente: 25852-2018-52-AAC
Departamento: Oruro

En revisión la Resolución 5/2018 de 26 de septiembre, cursante de fs. 86 a 89 vta.,


pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por
Iris Judith Baptista Gutiérrez contra Reynaldo Freddy Sangueza
Ortuño y José Luís Choque Navia, Vocales de la Sala Civil Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Oruro y Victoria Cecilia Bernal
Aguilar, Jueza Pública Civil y Comercial Decimoprimera de la Capital
del mismo departamento.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memoriales presentados el 17 de agosto y 1 de septiembre de 2017,


cursante a fs. 1, 33 a 37 vta., y 41 a 42, la accionante expresó los siguientes
fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Beatriz Mendivil Coca de Terrazas inició demanda de regularización de derecho


propietario contra Esteban Baptista Ossio, ante el entonces Juzgado de
Instrucción en lo Civil Cuarto de la Capital del departamento de Oruro, que
emitió la Sentencia “48/2016” declarándola probada; en consecuencia, ordenó
la inscripción del derecho propietario del bien inmueble sito en calle Ayacucho
442 entre Tejerina y Tarapacá en Derechos Reales (DD.RR.) a favor de la
demandante, resolución ejecutoriada que en su tramitación vulneró una
infinidad de derechos, los cuales ni bien fueron de su conocimiento, los
denunció ante la autoridad jurisdiccional.

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El 5 de julio de 2016, planteó incidente de nulidad, denunciando que la
autoridad judicial de primera instancia, tenía la obligación de controlar en la
demanda la proponibilidad, que cumplan los requisitos de forma conforme al
art. 327 del Código de Procedimiento Civil abrogado (CPCabrg) y 110 del
Código Procesal Civil (CPC), especialmente en cuanto a la legitimidad pasiva en
el proceso, aspectos que denunció la demandante señalando que la acción la
dirigía contra el propietario nominal Esteban Baptista Ossio y su vendedor
Esteban Vera Baptista; sin embargo, fue admitida únicamente contra el primero
a sabiendas que este falleció; por lo que, todo el proceso está viciado de
nulidad a partir de la providencia de admisión.

El art. 55 del CPCabrg, invocado para disponer la citación de los herederos


mediante edictos es incorrecto e ilegal; toda vez que, dicha disposición legal
fue aplicada e interpretada erróneamente; puesto que, para aplicar ese
procedimiento se requiere que el fallecido sea parte del proceso y que actúe
personalmente en él, lo que quiere decir que el demandado tendría que haber
finado después de la iniciación de la demanda y haber sido citado para
considerarlo como parte del proceso, al haber fallecido antes se entiende que
su personalidad jurídica se extinguió y no podía ser procesado, recayendo en
sus herederos contra quienes debió dirigirse la misma, los arts. 74 y 75 del CPC
determina que si los mencionados no se apersonaren en el plazo de treinta días
de suspendido el proceso se declararía su rebeldía, lo que no ocurrió; ya que,
contrariamente a la norma señalada el Juez de la causa nombro defensor de
oficio de los herederos, ocasionándole indefensión al no haberse dirigido la
demanda de manera directa contra su persona, se vio impedida de asumir
defensa; por lo que, solicitó la nulidad de obrados, que fue resuelto por Auto
Interlocutorio de 5 de agosto de 2016, señalando en lo principal que al no
haber impugnado dicha resolución se ejecutorió y convalidó el acto.

Todos los agravios señalados fueron expuestos ante la autoridad de segunda


instancia en recurso de apelación que recayó en la Sala Civil Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, la cual mediante Auto de Vista “18/2017”,
confirmó el Auto Interlocutorio recurrido invocando el Auto Supremo 40 de 14 de
diciembre de 2012, señalando: “…cuando un proceso se tramita de inicio
contra una persona fallecida sin que sus herederos hubiesen sido
legalmente citados con la demanda lo que se afecta no es lo previsto en
el art. 55 del Cód. de Pdto. Civil, sino el derecho a la defensa y al debido
proceso (…) por lo que la juez de la causa habría obrado correctamente al
disponer la citación por edictos de los posibles herederos del demandado” (sic),
decisión incongruente, con falta de razonabilidad, pertinencia en la aplicación de la
jurisprudencia ordinaria al caso en análisis; ya que, debieron concluir que al haber
muerto su padre antes de iniciarse la demanda y disponer su citación de manera
directa por edicto y no citarlo en su domicilio real, se vulneró su derecho a la
defensa y al debido proceso, pero no lo hicieron así, los razonamientos del
mencionado Auto de Vista, son aplicables en demandas de usucapión donde de
manera inexcusable la demanda debe dirigirse contra el propietario que cuente
con el registro público en DD.RR., no así en las de regularización de derecho

2
propietario; por todo ello, el citado Auto de Vista lesionó el derecho al debido
proceso en su elemento de una debida motivación y congruencia.

I.1.2. Derechos y garantía supuestamente vulnerados

La accionante denunció la lesión de sus derechos al debido proceso en sus


componentes de fundamentación, motivación y congruencia, y a la defensa,
citando al efecto los arts. 115.II y 117.I de la Constitución Política del Estado
(CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitó se conceda la tutela disponiendo: a) Dejar sin efecto el Auto


Interlocutorio de 5 de agosto de 2016 y el Auto de Vista “018/2017”; y, b) Que
las autoridades demandadas emitan nuevas resoluciones en el marco del respeto
del derecho al debido proceso.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías

Celebrada la audiencia pública el 26 de septiembre de 2018, según consta en


acta cursante a fs. 85 se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La accionante no se presentó a la audiencia, pese a su citación de 18 y 19 de


septiembre de 2018 cursante a fs. 44 y 50.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Reynaldo Freddy Sangueza Ortuño, Vocal de la Sala Civil Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro y Victoria Cecilia Bernal Aguilar, Jueza
Pública Civil y Comercial Decimoprimera de la Capital del mismo departamento,
no se hicieron presentes en audiencia ni presentaron informe escrito pese a su
citación cursante a fs. 50 y 51.

José Luís Choque Navia, Vocal de la mencionada Sala y del referido


departamento, no se hizo presente en audiencia ni presentó informe escrito,
por no haber sido citado, debido a que la accionante no recogió la comisión
instruida para proceder con el mismo.

I.2.3. Intervención de la tercera interesada

Beatriz Mendivil Coca de Terrazas, no se presentó en audiencia, pese a su


citación de 24 de septiembre de 2018, cursante a fs. 51.

I.2.4. Resolución

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El Juez Público Civil y Comercial Decimosegundo de la Capital del departamento
de Oruro, constituido en Juez de garantías, mediante Resolución 5/2018 de 26
de septiembre, cursante de fs. 86 a 89 vta., denegó la tutela solicitada, en
base a los siguientes fundamentos: 1) La SCP 0137/2012 de 4 de mayo,
estableció: “La teleología de la citación a los terceros con la acción de amparo
constitucional es garantizar su derecho hacer oídos, en el entendido que si bien
los terceros interesados no son parte en el amparo constitucional, empero,
tienen un interés legítimo en su resultado por la probable afectación de sus
derechos, que pudiera derivar con el pronunciamiento del fallo de tutela
constitucional. De ahí la relevancia de ser citados con la admisión de esta
acción, a efectos de ser oídos y con la facultad de hacer uso de todos los
medios de defensa que consideren pertinentes (…)Cuando en etapa de revisión
este Tribunal advierte que la acción de amparo fue admitida y se llevó a cabo la
audiencia de consideración pese a la inobservancia de este requisito, dará lugar
a la denegatoria de la acción sin ingresar al análisis de fondo del asunto, sin
perjuicio que el accionante pueda volver a interponer la acción; en cuyo caso se
suspende el computo del plazo de caducidad del amparo constitucional para los
efectos de una nueva presentación, computo que se reiniciara desde la
notificación con la sentencia constitucional que no ingreso al fondo…” (sic); y,
2) Si bien dicha sentencia constitucional se refiere a la notificación del tercero
interesado, la misma tiene estrecha relación con la citación a las partes
procesales con la admisión de la acción de amparo constitucional, la cual
estableció que no podía ingresar al análisis de fondo de la problemática
planteada cuando no se cumplió con ese requisito; por lo que, en el presente
caso al no haberse dado cumplimiento a dicho actuado, respecto a una de las
autoridades demandadas -José Luis Choque Navia- por causas no atribuibles al
Órgano Judicial, sino a la dejadez, abandono y descuido de la accionante
denegó la acción de amparo constitucional.

II. CONCLUSIONES

De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


evidencia lo siguiente:

II.1. Cursa acta de audiencia pública de acción de amparo constitucional de


26 de septiembre de 2018, donde se evidencia que la secretaria del
Juzgado Público Civil y Comercial Decimosegundo de la Capital del
departamento de Oruro, informó que no se notificó a José Luís Choque
Navia -autoridad codemandada- (fs. 85).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante denunció la vulneración de sus derechos al debido proceso en


sus componentes de motivación, fundamentación y congruencia, en razón a
que dentro la demanda de regularización de derecho propietario, planteó
incidente de nulidad el cual fue resuelto por las autoridades demandadas con
un entendimiento erróneo y falta de razonabilidad del Auto Supremo 40,

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estableciendo que la Jueza de la causa obró correctamente al disponer la
citación de los herederos por edictos, cuando debieron concluir que al haber
muerto su padre antes de iniciarse la demanda correspondía la notificación
directa de los causahabientes y al no proceder de esa manera vulneraron sus
derechos.

En consecuencia, corresponde en revisión, analizar si los argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. De las citaciones y la audiencia de acción de amparo


constitucional

La SCP 1047/2012 de 5 de septiembre, haciendo referencia a la SC 0348/2011-


R de 7 de abril, en su Fundamento Jurídico III.1.1, hizo referencia al
inicio del cómputo del plazo para la celebración de la audiencia de la
acción de amparo constitucional y las comunicaciones judiciales,
estableciendo que: «“…la Ley del Tribunal Constitucional que en el art.
100 determina: `Al tiempo de admitir el recurso se fijará día y hora para
audiencia pública, que deberá tener lugar indefectiblemente dentro del
plazo máximo de cuarenta y ocho horas contadas a partir de la
providencia de admisión, ordenando la citación personal o por cédula de
la autoridad o el particular recurrido, emplazamiento que será obedecido
sin observación ni excusa´

Sin embargo, la frase '...contadas a partir de la providencia de


admisión…' fue declarada inconstitucional por SC 0062/2000-R de 30 de
agosto, con los siguientes argumentos: 1) El momento de la citación con
la demanda, es el que genera efectos jurídicos sustanciales, tanto para el
demandado, que asume conocimiento de la sindicación en su contra para
asumir defensa, como para la continuidad del procedimiento planteado;
y, 2) Al determinar el art. 100 de la LTC, que el cómputo del plazo de
cuarenta y ocho horas se realizará a partir de la providencia de admisión
y no de la citación al demandado, está priorizando y sobreponiendo el
plazo de efectivización de la audiencia sobre el que concede al
demandado el art. 19.III de la Ley Fundamental como mecanismo de
materialización de los principios de equilibrio procesal (igualdad ante la
ley) y debido proceso; en consecuencia, está transgrediendo lo
establecido por los arts. 6 y 16 de la Constitución Política del Estado
(CPE).

Ahora bien, la Constitución Política del Estado vigente, en el art. 129


señala: 'III. La autoridad o persona demandada será citada en la forma
prevista para la Acción de Libertad, con el objeto de que preste
información y presente, en su caso, los actuados concernientes al hecho
denunciado, en el plazo máximo de cuarenta y ocho horas desde la
presentación de la Acción' (negrillas agregadas).

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De dicho artículo, se infieren las siguientes normas: a) La persona o
autoridad demandada debe ser citada de manera personal o por cédula
(art. 126.I), con el objeto de prestar información y presente los actuados
sobre el hecho denunciado; y, b) El plazo máximo para que la persona o
autoridad demandada presente su informe y los actuados es de cuarenta
y ocho horas desde la presentación de la acción; de donde se infiere que
la audiencia debe ser desarrollada en dicho plazo.

De acuerdo a lo señalado, el demandado debe ser citado de manera


personal o por cédula; entendiéndose, empero, que en este último
supuesto, no es necesario cumplir con todos los pasos procesales
previstos en el art. 121 del Código de Procedimiento Civil (CPC), pues,
dada la naturaleza de la acción de amparo constitucional, la característica
de sumariedad y el principio de inmediatez, será suficiente entregar la
cédula a las personas mencionadas en el art. 121.I del CPC o fijarla en la
puerta del domicilio.

Por otra parte, el plazo de cuarenta y ocho horas para la


celebración de la audiencia de amparo constitucional, tendría
que ser computado desde la presentación de la acción; términos
que, desde una interpretación gramatical de la norma,
implicarían computar el plazo desde que el expediente radicó
ante el juez o tribunal de garantías e, inclusive antes, desde que
se presentó la acción en plataforma; sin embargo, una
interpretación en ese sentido, no considera, de manera sistemática otras
normas constitucionales, fundamentalmente el derecho a la defensa
contenido en los arts. 115.II y 119.II de la CPE, y el principio de respeto
a los derechos que sustenta la potestad de impartir justicia, de
conformidad a lo previsto por el art. 178.I de la Ley Fundamental.

Efectivamente, de acuerdo al citado art. 115.II el Estado garantiza el


derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones, y conforme
al art. 119.II, toda persona tiene derecho inviolable a la defensa;
derecho a la defensa que, en su contenido incluye el derecho a
disponer del tiempo y los medios adecuados para la preparación de
su defensa, conforme lo establece el art. 14.3 inc. b) del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos. De dichas normas se
concluye que se debe conjugar de manera armónica la celeridad y
oportunidad con el derecho a la defensa, de tal suerte que, en el
caso de las acciones de defensa, sin desnaturalizar su carácter
inmediato de protección, se permita al demandado el ejercicio de ese
derecho.

En ese sentido, debe considerarse, por otra parte, que la admisión


de la acción de amparo constitucional está sujeta a un trámite
previsto por el art. 97 de la LTC y que ha sido desarrollado por la SC
0365/2005-R de 13 de abril, según el cual, el juez o tribunal de
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garantías que conoce la acción, una vez presentada la acción debe
analizar si existe alguna de las causales de improcedencia o si se
cumplieron con los requisitos de admisión previstos en el art. 97 de
la LTC, para en su caso:

a) Declarar la improcedencia in límine de la acción cuando se presenten


las causales de improcedencia previstas en el art. 96 de la LTC, o cuando
se hubiere presentado la acción fuera del plazo de caducidad (seis
meses) previsto en el art. 129.II de la CPE.

b) Rechazar in límine la acción por incumplimiento de requisitos de fondo


previstos en los incisos III, IV y VI de la LTC.

c) Disponer que se subsanen los requisitos de forma observados en el


plazo de cuarenta y ocho horas, para en su caso, admitir o rechazar la
acción.

d) Admitir la acción cuando no existan causales de improcedencia y se


cumplieron con los requisitos de admisión.

Conforme a ello, antes de la admisión y, en consecuencia, antes de la


citación al demandado, existe un trámite previo que se debe cumplir, de
donde se concluye que antes de la admisión de la acción de amparo
constitucional no es posible citar a los demandados.

De acuerdo a lo anotado, efectuando una interpretación sistemática y en


virtud al principio de unidad de la Constitución Política del Estado, la
norma contenida en el art. 129.III de la misma norma constitucional, en
relación con los arts. 115.II y 119.II de la misma norma constitucional,
debe ser entendida en sentido que el plazo de cuarenta y ocho
horas para la presentación del informe y correspondiente
celebración de audiencia se computa desde la admisión de la
acción de amparo constitucional; aclarándose, empero, que para
precautelar el derecho a la defensa de los demandados y
terceros interesados, las citaciones y notificaciones deben ser
practicadas por el oficial de diligencias dentro de las
veinticuatro horas de admitida la acción de amparo
constitucional.

Ahora bien, debe considerarse que el plazo de cuarenta y ocho horas


para la celebración de la audiencia y veinticuatro horas para la citación y
notificación, puede ser excepcionalmente ampliado en los casos en los
que los demandados y terceros interesados tengan domicilio fuera del
asiento del juzgado o tribunal; supuesto en el cual se aplicará el plazo de
la distancia previsto en el art. 146 del CPC, con la finalidad de
precautelar su derecho a la defensa”» (las negrillas corresponden al
texto original).

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III.2. Los actos comunicacionales como requisito para el ejercicio del
derecho a la defensa y la validez de la notificación realizadas en
inobservancia de formas procedimentales

Al respecto la SCP 0672/2018-S1 de 26 de octubre, haciendo referencia a


la SC 0427/2006-R de 5 de mayo, señaló que: «“...los emplazamientos,
citaciones y notificaciones (notificaciones en sentido genérico), que son
las modalidades más usuales que se utilizan para hacer conocer a las
partes o terceros interesados las providencias y resoluciones de los
órganos jurisdiccionales o administrativos, para tener validez, deben ser
realizados de tal forma que se asegure su recepción por parte del
destinatario; pues la notificación, no está dirigida a cumplir una
formalidad procesal en sí misma, sino a asegurar que la determinación
judicial objeto de la misma sea conocida efectivamente por el destinatario
(así SC 0757/2003-R de 4 de junio); dado que sólo el conocimiento real y
efectivo de la comunicación asegura que no se provoque indefensión en
la tramitación y resolución en toda clase de procesos; pues no se llenan
las exigencias constitucionales del debido proceso, cuando en la
tramitación de la causa se provocó indefensión (…)”.

Por su parte, la SCP 1494/2015-S2 de 23 de diciembre, refirió que: “…la


notificación es el acto a través del cual se hace conocer a los sujetos
procesales las providencias y actuados que se generan dentro del
proceso, esto a efectos de garantizar los derechos de contradicción y
defensa, como elementos esenciales del debido proceso consagrado en
el art. 115.II superior; es decir, los actos comunicacionales, en este caso
la notificación, permite que las personas inmersas en una contienda
judicial o administrativa, estén al tanto de las determinaciones que se
asuman, para que, en caso de ser necesario o conveniente a sus
intereses, hagan uso de los mecanismos jurídicos a su alcance en
resguardo de aquellos.

Esto, en consideración a que no puede ignorarse que esencialmente el


propósito básico de la notificación, se halla determinado por el momento
exacto en el que ha conocido la providencia dictada, hecho que implica el
inicio de un término preclusivo previamente establecido dentro del cual
pueda ejecutar los actos que considere pertinentes y que corran a su
cargo; de donde se infiere que, la notificación cumple un doble
propósito: garantizar el debido proceso a partir del ejercicio del derecho
a la contradicción y a la defensa y; asegurar la materialización de los
principios rectores de la administración de justicia ordinaria previsto en el
art. 180.I constitucional de celeridad, eficacia y eficiencia que determinan
el inicio y fin de los plazos procesales, ya que suponen el cumplimiento
de todas las disposiciones legales y que los procedimientos deben lograr
su finalidad, removiendo de oficio los obstáculos puramente formales, sin
demoras innecesarias; así como una mayor seguridad en las resoluciones
y que las personas puedan obtener un oportuno reconocimiento de sus
derechos a través de la ejecución de las resoluciones judiciales, hecho
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que aseguran la prevalencia del principio de verdad material cuya
finalidad es buscar por todos los medios la verdad histórica de los
hechos.

De ahí que, desde una interpretación sistemática, se extrae que las


garantías consagradas en los arts. 115.II, 117.I de la CPE, aseguran que
los procesos judiciales o administrativos se desarrollen dentro del marco
de un debido proceso que materialice el amplio e irrestricto derecho a la
defensa, para que éste no se constituya en un enunciado lírico y
meramente formal, sino para que alcance plena eficacia material;
finalidad que no se cumple si las resoluciones judiciales no llegan a su
destinatario y el medio idóneo es precisamente las comunicaciones
judiciales, pues el objeto de estas comunicaciones es precisamente que
las partes y en su caso terceros, tengan conocimiento del actuado
procesal en cuestión.

En este sentido, las notificaciones, en sus diversas formas y


modalidades, se han instituido como mecanismos idóneos a efectos de
garantizar el derecho a la defensa en actuaciones administrativas y
judiciales, toda vez que su finalidad se centra en garantizar la vinculación
de los sujetos procesales, cuyo interés jurídico se encuentre de por
medio, al proceso en sí, haciéndole conocer las actuaciones emergentes
del mismo; en consecuencia, la falta de notificación de aquellos actos
que involucren derechos y/o garantías constitucionales de las partes
procesales, acarrea indiscutiblemente una disminución o el
cercenamiento total y arbitrario de las posibilidades del ejercicio de la
defensa, lo cual, afecta directamente el desarrollo del proceso dentro de
los cánones del debido proceso.

No obstante lo precedentemente expuesto, es preciso señalar que, en


coherencia con este entendimiento, toda notificación por defectuosa que
sea en su forma que cumpla con su finalidad (hacer conocer la
comunicación en cuestión) es válida (SC 1845/2004-R, de 30 de
noviembre)”».

III.3. Análisis del caso concreto

De los hechos descritos, se constata que la impetrante de tutela,


denunció la vulneración de sus derechos al debido proceso en sus
componentes de motivación, fundamentación y congruencia; toda vez
que, dentro del proceso de regularización de derecho propietario, planteó
incidente de nulidad denunciando varios agravios el cual fue rechazado
mediante Auto Interlocutorio de 5 de agosto de 2016, decisión contra la
que apeló reiterando todos los agravios expuestos en primera instancia;
sin embargo, la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia
de Oruro, confirmó la resolución recurrida mediante Auto de Vista
18/2017 de 16 de febrero, aplicando de manera errónea, irrazonable e
impertinente el Auto Supremo 40; toda vez que, dicho Auto Supremo
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dispone que cuando un proceso se tramita de inicio contra una persona
fallecida sin que sus herederos hubiesen sido legalmente citados con la
demanda se afecta el derecho a la defensa y al debido proceso; empero,
las autoridades demandadas no lo entendieron así y dieron por válidas
las citaciones que les hicieron por edictos en su condición de herederos y
rechazaron su solicitud.

Previo a ingresar al análisis de fondo de la problemática planteada es de


ineludible importancia referirse a la falta de citación a una de las
autoridades demandadas, misma que no se realizó conforme señaló la
Secretaria del Juzgado Público Civil y Comercial Decimosegundo de la
Capital del departamento de Oruro, en el acta de audiencia de acción de
amparo constitucional (Conclusión II.1); asimismo, el Juez de garantías
del citado Juzgado, en la Resolución emitida al efecto, refirió que no se
citó a José Luís Choque Navia -autoridad codemandada- por causas no
atribuibles al Órgano Judicial, sino a la dejadez, abandono y descuido de
la accionante.

Al respecto la jurisprudencia constitucional desarrollada en el


Fundamento Jurídico III.1 del presente fallo constitucional, determinó
el procedimiento a seguir para las citaciones en las acciones
tutelares, señalando que la persona o autoridad demandada
debe ser citada de manera personal o por cédula para que
preste información y presente los actuados sobre el hecho
denunciado, el plazo máximo es de cuarenta y ocho horas desde la
presentación de la acción; por lo que, la audiencia debe realizarse dentro
de ese término, respecto a este último aspecto, en aplicación del art.
115.II de la CPE que garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa
y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin
dilaciones y el art. 119.II de dicha Norma Suprema, dispone que toda
persona tiene derecho a la defensa, efectuando una interpretación
sistemática y en virtud al principio de unidad de la Constitución Política
del Estado, determinó que debía ser entendido, que el periodo de
cuarenta y ocho horas correspondía ser computado desde la admisión de
la acción de amparo constitucional y que para precautelar el derecho a la
defensa de los demandados y terceros interesados, las citaciones y
notificaciones correspondían ser practicadas por el oficial de diligencias
dentro de las veinticuatro horas de admitida la misma, plazo que podía
ser ampliado excepcionalmente en caso de que los demandados tengan
su domicilio fuera del asiento judicial que esté actuando como Juez o
Tribunal de garantías.

De antecedentes se verificó que la audiencia de acción de amparo


constitucional se llevó a cabo, sin la debida citación a una de las
autoridades demandadas, labor que correspondía ser realizada por el
oficial de diligencias, quien tenía la obligación de hacer efectiva la
misma, por su parte el Juez de garantías en su condición de contralor de

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derechos y garantías constitucionales debió cuidar que se lleve adelante
la referida diligencia cumpliendo todas las formalidades en resguardo de
que no se transgredan los mismos, el hecho de haber delegado ese
actuado procesal de vital importancia a la accionante y no vigilar que se
dé cumplimiento efectivo a la citación personal o por los medios
permitidos en derecho, dio lugar a la transgresión del derecho a la
defensa de José Luís Choque Navia -autoridad codemandada- siendo la
finalidad de la misma ponerle en conocimiento de una situación o
determinación judicial a objeto de que asuma defensa y no sea puesto
en estado de indefensión, aspecto que no sucedió conforme reconocieron
expresamente la Secretaria y el Juez del Juzgado Público Civil y
Comercial Decimosegundo de la Capital del departamento de Oruro en la
audiencia de acción de amparo constitucional, situación inconcebible en
todo proceso judicial o administrativo, más en una de protección y
resguardo de derechos y garantías constitucionales; por lo que, es
necesario que se cumpla con dicho actuado previo a que se lleve a cabo
la audiencia de acción tutelar, en ese entendido corresponde anular
obrados hasta el momento del Auto de admisión de 14 de septiembre de
2018, para que se citen a todas las partes procesales y señale fecha, día
y hora de audiencia en la que se dispondrá lo que corresponda en
relación a la problemática de fondo planteada.

En consecuencia, el Juez de garantías al haber denegado la tutela impetrada,


obró en forma incorrecta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: REVOCAR la
Resolución 5/2018 de 26 de septiembre, cursante de fs. 86 a 89 vta.,
pronunciada por el Juez Público Civil y Comercial Decimosegundo de la
Capital del departamento de Oruro; y en consecuencia:

1° ANULAR obrados hasta el Auto de admisión de 14 de septiembre de


2018, para que el Juez de garantías señale inmediatamente día y hora de
audiencia, disponiendo la citación de todas las partes procesales y
desarrolle la misma conforme ordena la Constitución Política del Estado;
en consecuencia, devuélvase el expediente al referido Juez que conoció
la causa para los fines señalados.

2° Se llama la atención al Juez Civil y Comercial Decimosegundo de la Capital


del departamento de Oruro, constituido en Juez de garantías, por no
haber cuidado y resguardado los derechos de las partes procesales,
específicamente de José Luís Choque Navia, Vocal de la Sala Civil Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro -autoridad codemandada-.

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Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.

MSc. Brígida Celia Vargas Barañado Orlando Ceballos Acuña


MAGISTRADA MAGISTRADO

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