AÑO 13 — N° 610— 8 PÁGINAS LA PAZ, DOMINGO 9 DE ENERO DE 2011

Alan Pauls explora las Entre obras clásicas

relaciones de pareja
desde El pasado
El argentino reconstruye la historia personal des-
de el dolor de la separación, en una excepcional
novela posteriormente adaptada al cine.

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FONDO
NEGRO
T E E S C R I B O D E U N PA Í S D O N D E
E S TÁ N E G R O Y N O E S D E N O C H E
y nuevas, el país vivió
un año de reediciones
Además de mostrar una importante producción
editorial original, 2010 estuvo marcado por la
vuelta a la luz de clásicos de las letras bolivianas.

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Las editoriales más

grandes del país
ofrecen un
muestrario de las
ofertas y títulos
que tienen
preparados para
este año.
Entre las
novedades
destacan las
novelas de Adolfo
Cárdenas,
Edmundo Paz
Soldán, Juan de
Recacoechea y
William Camacho,
y los poemarios de
Matilde Casazola,
Humberto Quino y
Vadik Barrón.
Además, autores
nacionales que
comienzan a
publicar con
regularidad en el
extranjero anuncian

2011
las obras que
estarán circulando
en editoriales de
varios países.

PÁGINAS 4-5

un año de novedades literarias

 2
DOMINGO 9
El Pasado
Pasado,,
de Alan Pauls
ENERO
DE 2010

Christian J. Kanahuaty *

E
l escritor argentino Alan Pauls es
una de las figuras más interesantes
del panorama narrativo sudameri-
cano actual. El pasado (2003), su
quinta novela, es la obra que cuenta la historia
de Rímini y Sofía, su separación y su entrega
total a olvidarlo todo para continuar, o al
menos eso es lo que sucede en el caso de Rí-
mini, porque Sofía es la que no está dispuesta
a olvidarlo, ni a olvidar lo que tuvieron; es ella
la que está al acecho y marca con sus propios
pasos el camino que Rímini recorre a solas o
con sus nuevas parejas. La situación se vuelve
insoportable cuando Sofía empieza de nuevo
a buscarlo y seducirlo cuando él, Rímini, ya
está de nuevo casado y con un hijo. Pero en
realidad, ya nada sorprende, porque Sofía ha
demostrado sistemáticamente que es capaz les la grandiosidad de su perfección matri- para que quien olvida siga como si nada por la
de todo para recuperar al amor monial. Y sin embargo, al sepa- vida. No hay niveles de locura, no hay niveles
de su vida y así la historia verda- rarse confirman su propia nuli- de esquizofrenia ni de estupidez crónica en
dera de Rímini y Sofía no es la La novela dad como personas, porque no ninguno de los personajes de Pauls, lo que sí
que se cuenta cuando conviven del argentino pueden hacer eso, porque sen- existe es una amplia gama de invocaciones de
como pareja, sino que su histo- cillamente no pueden decirles a la pasión amorosa, y de la pasión sexual. Y es
ria, y no sólo la de la novela, em- recrea el las demás personas que ellos llamativa la forma en que la vida de Rímini tras
pieza cuando ellos se separan. pasado, no sin también son mortales. la ruptura sólo se calibra a través de la expe-
El amor no muere ni se La perfección no existe, se riencia sexual, como si el sexo, la pulsión se-
transforma; se divide. Y en esa
malicia, para inventa o, en el mejor de los xual, redimiera el perjuicio del daño causado
división algunos arrastran los explicar casos, se la imagina. Ésa parece por el abandono y la desorientación. Pero tras
recuerdos materiales, fotografí- ser la consigna de Pauls en esta el segundo divorcio Rímini se olvida del cuer-
as, adornos, cuadros, vajillas y
después las novela, una novela no sobre las po, ya no les funcionan los anteriores place-
otros se llevan la sensación de ruinas del redes del amor, sino de la seduc- bos, ni hacerse la paja lo reanima; él simple-
haber perdido algo o de haber presente. ción, de la obstinación y de las mente se deja morir, como contraparte nos
abandonado algo que a su vez variables perversas que contie- enteramos de que tiempo antes Sofía también
lo ha abandonado. Rímini se ne el olvido entró en esa espiral. Pero Rímini sale, no por
encamina en una adic- fuerza propia sino por un catalizador exterior,
ción simple: un amigo de su padre, entrenador en un gim-
traduccio- nasio que lo somete a una rigurosa forma de
nes —que conocer de nuevo su cuerpo y pronto Rímini
ése es su vuelve casi a ser el que conocimos antes, pero
trabajo—, algo en él ha cambiado y es su forma de pro-
cocaína y la cesar la realidad, no hay fantasía, sino simple-
masturbación; mente desorientación, él tiene que apren-
Sofía sólo se derlo todo de nuevo, de la forma en que
Fondo negro

encamina a con- su cuerpo se conecta con el exterior y de

vertirlo a él en su la manera en que sus sentimientos
única obsesión y vuelven a aflorar. Rímini en la novela
en su razón de es el permanente resucitado, un
vivir. El aliento del tipo que está a un paso de la des-
suicidio pasional es aparición, a dos de la soledad y
despachado rápida- a tres de la evasión.
mente por un eco Y no lo hace porque
más bien desgarrador quiera hacerlo, lo hace por-
que te impulsa a la re- que no conoce otra forma
construcción perma- de estar en el mundo. El
nente del pasado, como pasado es una novela
si el pasado no existiera sobre una ruptura
hasta que se lo reconstru- amorosa, pero es,
ye y se lo dota de sentido, a sobre todo, una
pesar de que cuando el pa- performance
sado era parte de un presen- de las esquir-
te las cosas no tenían mucho las que deja
sentido; ocurrían sólo por su- la separa-
ceder, pero en el caso de la no- ción del ser
vela de Pauls, eso no es así; el amado. Y tam-
pasado es reinterpretado bajo la bién sobre la forma perver-
luz de las adicciones de todos sa en que reconstruimos el
aquellos que compartieron la his- pasado para justificar nues-
toria del amor de Rímini y Sofía. tro presente.
Dos seres que en el colmo del amor
molestaron a los demás mostrándo- * Escritor cochabambino
 Errores en la teoría DOMINGO 9
3
contra Nataniel Aguirre ENERO
DE 2011

Jaime de la Fuente Patiño*

L
a teoría del doctor en filoso-
fía y letras Gustavo García
sobre la autoría de la famosa
novela Juan de la Rosa. Me-
morias del último soldado de la inde-
pendencia indica que esta obra no ha-
bría sido escrita por el ilustre político,
escritor e historiador cochabambino
Nataniel Aguirre, sino por un octoge-
nario y veterano coronel de la Guerra
de la Independencia que se presenta a
sí mismo con el enigmático seudóni-
mo de Juan de la Rosa y que habría
sido un compañero de armas del
padre de Aguirre, motivo por el cual,
en 1884, dicho coronel, supuestamen-
te radicado en la localidad paceña de
Caracoto, envió los manuscritos de su
obra para su publicación al hijo de su
compañero: Nataniel Aguirre, quien
vivía en la ciudad de Cochabamba.
Aguirre los habría recibido y apropia-
do de ellos, para luego editarlos y pu-
blicarlos en el periódico local El Heral-
do, en 1885.
Pero este argumento de García es
equivocado porque se basa en una
distorsión histórica al afirmar que el
padre de Aguirre, el célebre financista
cruceño Miguel María de Aguirre, fue
un “soldado” patriota y un “compañero”
de armas del octogenario coronel, cuando
en realidad fue un alto funcionario financis-
ta y realista, lo que echa por tierra la desa-
fortunada teoría, puesto que si el mentado
coronel no fue un “compañero” de armas
del padre de Aguirre, mal pudo haber con-
fiado en su hijo Nataniel y enviarle sus va-
liosos manuscritos, sin conocerle siquiera.
Nadie en su sano juicio enviaría una obra
tan valiosa a una persona desconocida
para una incierta y opcional publicación a
Aguirre reunía todos ticipación femenina de las heroínas patrio-
los antecedentes y requisitos necesarios tas de la Coronilla.
para poder escribir esta extraordinaria y
compleja novela histórica. Era abogado y rencia escrita al final del capítulo XV, da a
fue profesor universitario.
También un destacado par-
lamentario, diplomático, co-
ronel asimilado del ejército
nacional y ministro de Esta-
do. Aparte de haber sido un
notable escritor e historia-
dor que tuvo en su haber dos
obras históricas (aunque in-
A lo que se suma que Aguirre po-
seía una magnífica biblioteca que tuvo
que rifar por motivos de salud, según
el testimonio de su amigo y periodista
José Quintín Mendoza. Biblioteca que
estaba muy lejos de tener el imagina-
rio coronel en el alejado pueblo de
Caracato y que, obviamente, contenía
los libros que consultó Aguirre para
escribir su cuestionada novela históri-
ca Juan de la Rosa y que incluía dos
obras de reciente publicación en el ex-
terior, que precisamente menciona en
dicha novela. Obras que ni siquiera las
había podido conseguir y citar el his-
toriador contemporáneo Eufronio Vis-
carra en sus Apuntes para la Historia
de Cochabamba, obra publicada en
1882. Dichas obras son La Historia de
Belgrano y de la Independencia Ar-
gentina, del célebre militar, político e
historiador argentino Bartolomé
Mitre, quien llegó a ser presidente de
su país; y La educación de las madres
de familia, del escritor francés Louis
Aimé Martin, utilizadas por Aguirre
para relatar, por primera vez en la his-
toriografía boliviana y como un histo-
riador revisionista, el combate de la
Colina de San Sebastián, resaltando la par-
Más aún, Aguirre, en una nota de refe-
entender que no le fue fácil
conseguir la obra de Mitre di-
Basándose ciendo: “Al fin, después de
tantos años llega a mis manos
en cartas
personales y
libros de la
época, el autor
un hermoso libro, pero no es
nacional. Hablo de la historia
de Belgrano (escrita) por el
general don Bartolomé
Mitre”. Supongo que el
FONDO
NEGRO
TE ESCRIBO DE UN PAÍS DONDE
ESTÁ NEGRO Y NO ES DE NOCHE

criterio y voluntad de esa persona.
Siendo además ilógico y equivocado el
suponer, como García, que un verdadero y
veterano coronel, en vez de referirse
en un lenguaje simple a las ac-
ciones bélicas y batallas en
las que llegó a intervenir,
hubiese escrito esta com-
plejísima novela, rela-
tando sus supuestas
memorias de cuando
era un niño de 10 a12
años. Y, además,
sobre la base de los
supuestos recuerdos y
relatos de otras perso-
nas mayores, pero to-
mados de libros de his-
toria que va citando y
hasta transcribiendo,
como si fuese un verdadero
historiador. Lo que implica in-
eludiblemente que este veterano
coronel, Juan de la Rosa, no pudo ser el
autor de la novela, y que más bien es sólo
un personaje ficticio y el seudónimo utiliza-
do por Aguirre, quien es el verdadero autor
de esta novela histórica.
Y afirmamos esto porque, además,
conclusas por su prematuro refuta la tesis mismo Mitre pudo haberle
fallecimiento a la edad de 45 enviado a Aguirre esta su va- Editor:
años): una biografía del Li- que quita la liosa obra de cuatro tomos.
bertador Simón Bolí- autoría de Posteriormente, el historia- Sebastián Antezana
var y un ensayo dor Porfirio Díaz Machicado, diocucs@hotmail.com
sobre la Guerra Aguirre. en su biografía de Aguirre,
del Pacífico. dice que le contaron que
Llegó a cuando Mitre leyó el libro de Diseño:
escribir poesías y cuen- Aguirre (con el seudónimo de Juan de la
tos, pero sobre todo Rosa) llegó a exclamar: “Solamente Nata- Vicente Mancilla Vargas
tres obras precisa- niel Aguirre ha sido capaz de escribirlo”.
mente de carácter Más de 20 años después de publicarse
histórico y de manera Juan de la Rosa, Viscarra, en su biografía Colaboradores en este
novelada y dramáti- sobre Esteban Arze, publicada en 1910, re- número: Christian Jimé-
ca, una de ellas, la no- cién copiaría lo transcrito por Aguirre de la
vela referida a ciertas obra de Mitre y del citador autor francés. nez / Jaime de la Fuente
tradiciones históricas De todas maneras, todos estos impor- Patiño / Magela Baudoin /
potosinas y coloniales, tantísimos antecedentes de Aguirre no pa-
titulada La Bellísima Flo- recen haber sido tomados en cuenta por Harold Suárez Llápiz /
riana; las otras dos obras García al momento de elaborar su teoría. Santiago Espinoza
son dos textos teatrales o Incurriendo así en una serie de graves erro-
dramas de carácter histórico res de omisión y llegando a atribuir, alegre
de la Guerra de la Independen- y equivocadamente, la autoría de esta ex- Fondo Negro:
cia Hispanoamericana: Visionarios y traordinaria novela histórica al mentado
Mártires o los Protomártires de la Inde- coronel, pero sin presentar ningún antece- es el título de un
pendencia del Perú, sobre los patriotas dente literario o histórico de este imagina- poema del
peruanos Manuel Ubalde y Gabriel Agui- rio personaje.
lar; y Represalia de Héroe, sobre el pa- poeta francés
triota mexicano Nicolás Bravo. * El autor es investigador de Historia Eugene Guillevic
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DOMINGO 9
ENERO
DE 2011
Portada de un nuevo título de La Hoguera
Comienza un año de novedades literarias
Sebastián Antezana
S
i se hace una revisión de la oferta litera-
ria aparecida durante el año pasado, el
balance general puede ser positivo,
sobre todo por la explotación, hasta
entonces casi nula, de géneros tradicionalmen-
te dejados de lado y por la revaloración de obras
que no habían visto estantes de librerías en al-
gunas décadas. Más allá de las fallas y éxitos de
tipo literario, la oferta editorial nacional logró al-
gunos avances importantes, como la visita por
vez primera a la Feria Internacional del Libro de
Buenos Aires y la consolidación de las tres ma-
yores Ferias Internacionales del país —aunque
es claro que, pese a los avances, existen todavía
en ellas falencias evidentes.
Pese a las luces y sombras del año ya ido, he-
chos ya análisis y elegidas obras representativas,
tocaría ver qué es lo que espera a los lectores en
esta nueva gestión. Para ello, representantes de
algunas de las casas editoriales más importantes
de Bolivia proponen, a manera de un temprano
escaparate, algunas de las ofertas que tienen re-
Fondo negro
servadas para este 2011. De la misma forma, es
importante rescatar el hecho de que varios auto-
res nacionales comienzan a publicar con regulari-
dad en el extranjero, clara señal de que la literatu-
ra nacional comienza a ser, lentamente pero cada
vez más, un producto de exportación. A conti-
nuación, ofertas y nuevos títulos.
PLURAL EDITORES
ENSAYOS:
– Obra completa. Tomo I. Ensayos 1957-1974,
René Zavaleta Mercado.
– Ensayos, Luis H. Antezana.
– La crítica ante el poeta: Jaime Saenz, Mónica
Velásquez et al.
“Qué hacer con los indios…” y otros traumas
irresueltos de la colonialidad, Pablo Stefanoni.
HISTORIA:
– Fragmentos de la patria. Doce estudios sobre
la historia de Bolivia, Alberto Crespo Rodas.
– Historia de la rebelión de Túpac Catari, 1781-
1782, María Eugenia del Valle de Siles.
– La utopía social conservadora en Bolivia: el
Gobierno de Manuel Isidoro Belzu (1848-1855),
Andrey Schelchkov.
– El complejo proceso hacia la independencia
de Charcas (1808-1826), María Luisa Soux.
– Huanuni: Minería estañífera y movimiento mi-
nero, 1900-2010, Magdalena Cajías.
POESÍA:
– Antología personal, Humberto Quino.
– Roncanrol y canciones del futuro, Vadik Barrón.
– Cualquier dedo fracturado, Pamela Romano.
– Extravíos y memorias, Javier Ernesto Fernán-
dez Espejo.
– Bijeuterie finee, Diego Mejía.
– El tótem oculto, Marco Antonio Barrón Már-
quez.
NOVELA:
– La biblia copta, Juan de Recacoechea.
– Los muertos están cada día más indóciles, Fer-
nando Medina Ferrada.
LETRAS FUNDACIONALES:
– Narrativa andina: La quena y otros relatos,
Juana Manuela Gorriti. Edición e introducción
de Leonardo García Pabón.
– Relatos, Adela Zamudio. Edición e introduc-
ción de Virginia Ayllón.
– Raza de bronce, Alcides Arguedas. Edición de
Antonio Lorente Medina. Introducción de Ed-
mundo Paz Soldán y Antonio Lorente Medina.
CRÉDITO : ALMAZEN.BIZ
– El Loco, Arturo Borda. Selección e introduc-
ción de Aldo Medinaceli.
EDITORIAL SANTILLANA
– La lluvia de piedra, Rodrigo Urquiola Flores,
novela ganadora de una mención de honor en
el Premio Nacional de Novela 2010.
– Jach’a Tantachawita Pachakutiru, Federico Tó-
rrez, novela ganadora del Premio Guamán
Poma de Ayala (en lengua nativa) 2010.
– Se vende una familia (traducción al castella-
no), Socorro Ascioli (Brasil), novela Banda Azul.
– El lugar del cuerpo (segunda edición), Rodri-
go Hasbún, novela.
EDITORIAL EL CUERVO
– Los abismos posibles, Mauricio Murillo Aliaga,
novela.
– Trayéndolo todo de regreso a casa, Patricio
Pron, escritor y periodista argentino (Rosario,
1975). Primer libro suyo editado en Bolivia.
Cuentos.
– Los lemmings y otros, Fabián Casas (Buenos
Aires, 1965), poeta narrador, ensayista y perio-
dista. Primer libro suyo editado en Bolivia.
Cuentos.
– Antología de cuento latinoamericano aún sin
título, Salvador Luis (Perú, 1978).
EDITORIAL GENTE
COMÚN
NOVELA:
– De la ventana al parque (reedición), Un verano
con Marina San Gabriel (reedición), Los tejedo-
res de la noche (reedición) y Un hazmerreír en
apuros (reedición), Jesús Urzagasti.
– Las puertas del infierno, Silvio Mignano.
– El caso del Pérez Holguín, Adolfo Cárdenas.
– Novela aún sin título, Adolfo Cárdenas.
– La noche de las calacas, William Camacho.
POESÍA:
– Poesía completa (pendiente de la edición en
italiano). Jesús Urzagasti.
– Poemario aún sin título, Matilde Casazola.
CUENTO:
– Estuche original, Zulma Montero.
– El torturador y otros cuentos, Mauricio Murillo
et al, Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo
2010.
OTROS:
– Las tentaciones de San Ricardo (reedición),
Marcelo Villena, crítica literaria.
– De búhos y gatos, Mario Castro, artículos de
prensa.
– Prosa poética aún sin título, Wilma Tapia.
– El pulso de la gramática, Fernando Molina,
textos sobre el lenguaje.
EDITORIAL TATÚ
– Diario de la Guerra del Chaco aún sin título,
autor desconocido, diario.
EDITORIAL LA HOGUERA
– Colección 450 años. Serie sobre la historia de
Santa Cruz. Historia.
– Historia del teatro en Santa Cruz, René Ho-
henstein. Historia.
– Historia de la conquista del oriente boliviano,
Enrique Finot. Historia.
– Santa Cruz era una fiesta. Antología de viaje-
ros que visitaron Santa Cruz, Alcides Parejas
CRÉDITO : ALMAZEN.BIZ
Moreno, antología de crónicas.
– Cronistas Cruceños al Alto Perú Virreinal, va-
rios autores, crónicas.
– Texto aún sin título, Manfredo Kempff.
– Texto aún sin título, Alcides Parejas Moreno.
– Texto aún sin tírulo, Wolfango Montes.
– Texto aún sin título, Róger Otero.
– Texto aún sin título, Giovanna Rivero.
EDITORIAL NUEVO
MILENIO
– La guerra del Chaco (segunda edición), Ed-
mundo Paz Soldán (abuelo), diario.
– Morir en La Paz (edición de bolsillo), Bartolo-
mé Leal, novela ganadora de la Semana de la
Novela Negra en Gijón, España.
– Antología de cuentos del mes. Ecdótica, va-
rios autores, cuento.
– Alrededor de la torre (reedición), Edmundo
Paz Soldán.
BOLIVIANOS EN
EL EXTERIOR
Edmundo Paz Soldán:
– Después de un cambio de editorial, de Al-
faguara a Mondadori, el cochabambino presen-
tará su nueva novela, Norte, en España en marzo
y en México en junio. Como Mondadori no tiene
sucursales en el país, Norte no llegará a Bolivia,
pero el cambio de editorial augura nuevos y me-
jores caminos para Paz Soldán.
Giovanna Rivero:
– Publicará en Editorial Bartleby, de Ma-
drid, un libro de crónicas de viajes: Crónicas de
Oreja de Vaca, elaborado entre la propia Rive-
ro, el argentino Juan Terranova y la chilena An-
drea Jeftanovic, y auspiciado por Casa de Améri-
ca de Madrid. Sobre el libro indica Rivero: “Entra-
rá a imprenta ahora, en una semana, pero quere-
mos hacer una presentación tripartita, de modo
que hemos elegido abril como el mes más conve-
niente para su presentación. Decidimos el título
DOMINGO 9
ENERO
DE 2011
de este libro, que incluye tres crónicas de explo-
ración del Viejo Mundo, como un guiño a un deli-
cioso plato típico de Alcalá que sirve para curar
borracheras y patear hígados: la oreja de vaca frita
en aceite de oliva. Es deliciosa pero letal!”.
Santiago Espinoza, Andrés Laguna:
– Los autores de El cine de la nación clandesti-
na. Aproximación a la producción cinematográfica
boliviana de los últimos 25 años. (1983-2008), libro
que vino a llenar un vacío enorme en la revisión de
la historia del cine boliviano, tienen un segundo
libro en preparación, otra vez sobre cine boliviano.
Sobre él indica Espinoza: “El nuevo texto abarca la
producción estrenada entre 1980 y 2010. Es, de al-
guna forma, complementario al anterior y busca
una suerte de actualización del mismo, aunque, a
diferencia de ése, propone una revisión más crítica
de las películas, y tiene un enfoque más invididuali-
zado. Al igual que el libro anterior, éste lo hemos es-
crito Andrés Laguna y yo. La editorial no está del
todo confirmada”.
Maximiliano Barrientos:
Fondo negro
– El autor cruceño, una de las voces más des-
tacadas de la actual literatura nacional, indica:
“Este año voy a sacar dos libros con la editorial es-
pañola Periférica (Madrid). Se trata de reedicio-
nes corregidas de mis dos primeros libros. Uno se
llamará Fotos tuyas cuando empiezas a enveje-
cer, que es una selección de cinco cuentos de Los
Daños y Hoteles. El otro es la novela breve Hote-
les. Los libros saldrán a principios de este año.
Originalmente fueron planeados para febrero,
pero no sé si Julián Rodríguez, el editor, manten-
drá esa fecha. También saqué hace muy poco, en
una edición de la municipalidad, una nueva no-
vela breve que ganó el Premio Municipal de
Santa Cruz 2010. Se llama Western. Como los
premios del concurso cruceño no tienen distri-
bución comercial —una falla que se mantiene
hace años y llama poderosamente la atención—
se está viendo la posibilidad de publicarla con
alguna editorial nacional”.
Rodrigo Hasbún:
– El joven escritor presentará en Duomo
Ediciones, editorial barcelonesa, Los días más
felices, su segundo libro de cuentos, hasta
ahora inédito en Bolivia.
 6
DOMINGO 9
ENERO
DE 2011
Un año de reediciones literarias
Magela Baudoin *
E
n las ferias del libro realizadas en
2010 destacaron la reedición de
obras fundacionales y en muchos
casos de autores sustanciales, pero
poco visibilizados, lo que sin lugar a dudas
constituye un notable aporte. Plural presentó
como platos fuertes Juan de la Rosa, una her-
mosa reedición crítica realizada por Gustavo
V. García que ha puesto en relieve todo un de-
bate sobre la autoría y otros datos importan-
tes acerca de “la novela romántica y decimo-
nónica nacional”. El otro gallo (de Jorge Suá-
rez), la novela corta o el cuento largo —según
se quiera— que relata la épica del bandolero
más entrañable de la narrativa boliviana, des-
empolvando al gran narrador que fue Suárez.
Y Tirinea (de Jesús Urzagasti), una de las no-
velas clásicas de nuestra literatura, acaso la
más bellamente escrita. Como siempre, des-
taca en las publicaciones de Plural su cuidada
—diría incluso primorosa— edición.
Por su parte, La Hoguera lució el catálo-
go más abundante en lo que a narrativa se re-
Fondo negro
fiere, destacándose las reediciones de Enri-
que Kempff, Óscar Barbery, Hugo Molina
Viaña, Raúl Otero Reiche y Giovanna Rivero.
En el caso de Kempff, fueron presentadas
tres obras importantes, entre las que vale la
pena subrayar Pequeña hermana muerte,
una pieza referencial que marcó la narrativa
nacional en la década de los 70. Puerto
Ancho, de Barbery, es otro acierto de la edi-
torial cruceña, tratándose de la primera nove-
la boliviana que se instaló en el realismo má-
gico con solvencia. Así como El quirquincho
bolita y otros cuentos, y Poemas para llevar
en la mochila, de Hugo Molina Viaña que,
junto a Óscar Alfaro, es el autor de poesía
para niños por excelencia. De Giovanna Rive-
ro fue presentada La dueña de nuestros sue-
ños, que es quizás una de sus obras más ori-
ginales. Además de la antología de Raúl
Otero Reiche preparada por Édgar Lora Gu-
miel, que sin duda vale la pena.
La editorial El País también dedicó energías
a la reedición de El run run de la calavera
(Ramón Rocha Monroy), de una antología poé-
tica de Pedro Shimose (De naufragios y sonám-
bulos) y de Mirabilia, este último es un esfuerzo
que merece una mención particular, pues este
entrañable libro de poesía de Eduardo Mitre ya
era muy difícil de conseguir. Gente Común tam-
bién hizo lo suyo en cuanto a reediciones, allí
destacan las antologías de cuentos escogidos
de Manuel Vargas, Cé Mendizábal, Edmundo
Paz Soldán y Rodrigo Hasbún, un emprendi-
miento interesante dado el formato accesible y
económico de esta colección.
En cuanto a obras inéditas, es imprescin-
dible hacer algunas menciones por su calidad
y rareza original. En narrativa, no puede omi-
tirse la segunda novela de Juan Pablo Piñeiro,
Illimani Púrpura (Gente Común), con su
humor desternillante y habilidoso para fugar-
se de la realidad, pero arañando; y una intere-
sante propuesta de Claudia
Peña Claros, La furia del río (Plu-
ral), que es una reflexión sobre Entre
los desbordes humanos que antologías,
ocasionan las injusticias, muy
bien escrito, por cierto. Así títulos
como es ineludible comentar originales y
He de morir de cosas así (Alfa-
guara), de Eduardo Scott-More- reediciones,
no, Premio Nacional de Novela
2010 mostró
2009 y que fue presentada este
año. La novela de Scott-Moreno una alta
nos lleva a entender la vida
desde los resquicios más ínti- diversidad.
mos de la cotidianidad, desde
la fricción que ocasiona la convi-
vencia y sus vacíos, desde los dolores que
proporcionan las pérdidas y también desde
las pequeñas compensaciones del mundo, a
pesar de la inmundicia y de la imperfección
común y generalizada.
Máximo Pacheco acaba de ganar el Pre-
mio Nacional de Novela 2010 con Lanoche-
comounala, que habrá que leer. Igual que
queda pendiente Academia Europa, de Bra-
yan Gabriel Mamani Magne (23), que resultó
ganador del Premio de Novela Juvenil de Al-
faguara 2010.
En poesía, el panorama no ha sido dema-
siado prolífico en novedades, salvo por dos
excepciones notables: por una parte, El viaje
de Narciso (Plural), de Gary Daher, que es el
tránsito vital de un héroe muy singular, que
exhala la vida en 24 horas, a través de un cir-
cuito poético planteado con absoluta destre-
za. Sencillamente, recomendable. Y por otra
está El agua iluminada (La Hoguera), de Ga-
briel Chávez Casazola, en el que me deten-
dré, pues se desprende de todo lo anterior y
destaca por su radical belleza y transparen-
cia. No se trata de una jugada ligera ni indul-
gente, mucho menos ingenua. Al contrario,
hay mucho de astucia e inteligencia reposa-
da. Es un libro que parece diáfano, como el
agua iluminada, pero que esconde —igual a
una caracola— el rumor y la memoria de
aguas más profundas. En ella se escuchan,
pues, las preguntas, respuestas y susurros del
autor sobre la complejidad de los días y la
simplicidad final de la vida, sobre la nostalgia
y la inocencia, sobre el arte como un suceso
rutinario, sencillo, entrañable y habitante de
los recuerdos; sobre cosas mun-
danas que terminan siendo eté-
reas, como las familias, los li-
bros, las cucharas, los cines y las
mesas, que luego nos hablan de
magia, de fe y de querencias. En
fin, estamos ante un libro im-
prescindible y hermosamente
escrito.
Finalmente, me refiero a dos
antologías destacables, por el
conjunto de voces que contie-
nen y por la calidad literaria de
las propuestas. Una, Gritos de-
menciales (Gente Común), una
compilación de cuentos bolivia-
nos de terror realizada por William Camacho y
Daniel Averanga, en la que se mezclan auto-
res consagrados con noveles escritores que
encaran el desafío del género desde lo terre-
nal hasta lo sobrenatural. La otra, Lo más pro-
fundo… ¿La piel?, una antología a cargo de
Giovanna Rivero, que recoge los cuentos de
13 escritoras bolivianas emergentes y cuya
propuesta es mucho más que una provoca-
ción estética-narrativa-femenina.
Es un libro que no habla de mujeres, sino
de seres humanos "en relación o en colisión"
con el mundo, dibujados con notable agude-
za y pericia literarias.
Eso. Un 2010 a vuelo de pájaro, que se va
con estos libros llenos de enigmas, acertijos,
aparentes moralejas, de juegos de espejos,
de imágenes que se quedan reverberando en
el lector. En buena hora.
*Escritora cruceña. Brújula
Harold Suárez Llápiz*
Juan Rimsa, un maestro 7
L
a figura del eximio pin-
DOMINGO 9
tor Juan Rimsa (1903-

1978), activo en nues-
tro país entre 1935 y
1950, es fundamental en el esce-
nario artístico de la época. Inició
su formación artística en Lituania
y Rusia. Al arribar a nuestro con-
tinente, estudió pintura en la Es-
cuela de Bellas Artes de Buenos
Aires, bajo la tutela del maestro
argentino Pío Collivadino. Indu-
dablemente existe un antes y un
después de la llegada de este
destacado maestro al país. El li-
tuano abrió un sendero clave
para posteriores generaciones
de artistas en La Paz y Sucre, de-
jando en estos lugares destaca-
dos discípulos que posterior-
mente incursionaron con éxito
en el ámbito artístico internacio-
nal, entre ellos se destacan Gil
Imaná, María Esther Ballivián,
Graciela Rodo Boulanger, Anto-
nio Mariaca, Enrique Valda del
Castillo, Mario Eloy Vargas, Juan
Ortega Leytón, José Ostria,
entre otros.
Un trotamundos, pese a ser
considerado como uno de los
artistas más importantes de su
Lituania natal, abandonó su
país a muy temprana edad para
explorar el nuevo mundo. Resi-
dió en Argentina, Brasil, Bolivia,
Tahití, entre otros países, para
finalmente establecerse en Ca-
lifornia, donde pasó sus últimos
días. Recibió el Cóndor de los
Andes, máxima condecoración
del Gobierno Boliviano. Al
mismo tiempo obtuvo por sus
méritos en el desarrollo de
nuestra cultura la nacionalidad
boliviana. La Universidad Mayor
Real y Pontificia de San Francis-
co Xavier de Chuquisaca le con-
cedió el título de Profesor Ho-
noris Causa. La calidad de la
obra del lituano está fuera de
lituano en Bolivia
ENERO
DE 2011
al país, su colega, contemporá-
neo y amigo Cecilio Guzmán de
Rojas, puesto que otorgó a sus
personajes representados
mayor movimiento, color y plas-
ticidad. Dueño de una paleta
expresionista, aplicaba una pin-
celada elegante, larga, gruesa,
rica en materia y brillante en
cuanto al tratamiento cromáti-
co; todo ello resuelto con un
uso magistral del claroscuro.
Por lo general, cada cuadro de
Rimsa nos brinda la impresión
de tener enfrente a una especie
de reflector, que creaba en ellos
un efecto de portentosa lumi-
nosidad. El sutil contraste de los
claroscuros otorga a cada esce-
na un aire casi místico y un signi-
ficado simbólico.
Cabe destacar el hecho de
que, con un pincel amplio y libre,
pintó colores vivos de forma rá-
pida y luminosa, creando zonas
cuyo efecto espacial no se fun-
damenta en una formación pers- como título Fiesta indígena más del movimiento de las figu-
pectiva exacta, sino principal- (1945), donde la expresión del ras y la impresionante atmósfe-
mente en intensi- cuadro de reduce ra. Parecía querer expresar su
vos contrastes cro- primeramente al utopía de un mundo andino pa-
máticos. La acen- Mientras vivió rostro iluminado radisíaco mediante formas nue-
tuación de los obje- en Bolivia, de una única figu- vas e intensos colores. Es evi-
tos y de las figuras y ra inmersa en una dente que el color se convertiría
el intento de expre- Rimsa hizo composición esta- en el elemento principal de
sar lo significativo y escuela de blecida dentro de composición en sus obras. De
característico de lo un paisaje noctur- este modo el pintor consiguió
representado con- amplio no. Ella mira fija- efectos sugestivos y emociona-
dujeron a menudo seguimiento y mente al ocasio- les jugando vigorosamente con
a Rimsa a deformar nal espectador, la técnica de los claroscuros.
la realidad y a crear recibió, entre una bella mucha- Rimsa plasmó con su pincel
un espacio sugesti- otros, el Cóndor cha de rasgos ai- muchos retratos de indígenas,
vo. Lo comproba- maras y tierna ex- paisajes altiplánicos, de los Yun-
mos en el enorme
de los Andes. presión; todo lo gas, los campos paceños de Río
lienzo que descan- demás se resume Abajo, Següencoma, etc. Por
sa en las paredes del Museo Na- a una síntesis de lo representado otro lado, además de pintar du-

discusión. Aventajado dibujan-
te y colorista, resolvía su
obra mediante una figu-
ración estilizada y elegan-
te. Seguidor en primera
instancia del expresionis-
mo alemán de clara in-
fluencia en la Europa de la
época, para posterior-
mente quedar de manera
definitiva fascinado con la
obra impresionista y neo-
figurativa de Vincent Van
Gogh y Paul Gauguin, res-
pectivamente, desarrolló
una neofiguración expre-
sionista, puesto que no
pretendía representar la
visión inminente sino que
deformaba lo visto para
acrecentar la impresión y
al mismo tiempo elevar
sus sentimientos.
Estilizó e idealizó aún
más la figuración indige-
nista que había impuesto,
años antes de su llegada
cional de Arte de La Paz y lleva
Fondo negro
y su tratamiento pictórico. rante un período de su carrera
Otra pintura ma- escenas europeas de circos y
gistral es la que lleva bailarinas, al incursionar en tie-
como título Corrida de rras bolivianas inmortalizó en sus
toros (1944), que repre- lienzos a nuestros músicos y
senta una escena cos- danzas andinas y los tambos. Fi-
tumbrista llevada a nalmente, retrató a varias perso-
cabo en la localidad nalidades vinculadas a la cultura
chuquisaqueña de Ta- de la época, como a Yolanda Be-
rabuco, la cual está dregal, Guzmán de Rojas, Nora
compuesta dentro de Beltrán y Josefina Reynolds. El
una triangulación maestro lituano pudo finalmen-
áurea perfecta: se ad- te plasmar la fuerza telúrica del
vierte profundidad en altiplano boliviano, su esencia y
la composición, ade- espíritu. Juan Rimsa fue, además
más se luce cargada de de un prolífico pintor, un gran
luz, fuerza, intensos maestro formador de maestros
brochazos, pero por que dejó a su paso una huella
sobre todo movimien- profunda por estos rincones del
to. El secreto está es- mundo; nos queda su invaluable
condido en la misma legado: una producción que
composición. Rimsa está considerada entre lo más
otorgaba la máxima representativo del arte boliviano
importancia a los me- del siglo XX.
dios pictóricos, como
el color, luz, forma y el * Crítico e investigador
ritmo del cuadro, ade- de arte cruceño
 De castings, gasolinazos, corralitos
y otras películas de terror bolivianas
Santiago Espinoza A.*
S
ólo a un completo desubicado se le
pudo ocurrir lanzarse al cine para ver
una película boliviana un jueves de fin
de año, a mediodía y en pleno paro
de transporte. Algo parecido me sugirió la mi-
rada desconcertada de la boletera, que me
pidió esperar unos minutos antes de vender-
me la entrada, cuyas funciones ni siquiera es-
taban registradas en su sistema. Ni hablar de la
sonrisa compasiva del empleado que revisó mi
boleto y me dejó entrar en la sala, donde, al
parecer, él y el proyeccionista arrancaron la ex-
hibición minutos antes de la hora señalada,
confiados en que a ningún desubicado se le
ocurriría ir a ver una película boliviana un jue-
ves de fin de año, a mediodía y en pleno paro
de transporte. Como fuere, ya estaba sentado
en mi butaca, con pipocas y todo, procurando
encontrarle el ritmo a Casting, el largo escrito
y dirigido a cuatro manos por Denisse Aranci-
bia y Juan Pablo Richter, que ha sido promo-
cionada como la primera película boliviana de
terror (gore, para ser más precisos).
De más está decir que era el único espec-
tador en la sala. La premisa es la siguiente: un
pequeño grupo de cineastas —director, pro-
ductora y camarógrafo— realiza el casting de
la que dicen será la primera película boliviana
de terror, probando la resistencia al dolor físico
de las ingenuas postulantes que se presentan
para hacer las pruebas, sin sospechar lo que
les espera. La idea es que la mujer que aguan-
te más sea la protagonista de la obra; y en ese
afán, el director (Bernardo Arancibia) somete a
las actrices a cuanto vejamen se le venga a la
cabeza: pinchazos con fierro caliente, cortadas
con cuchillo, martillazos en los dedos de los
pies, palazos por la espalda, baldazos de agua
fría… La producción empieza a marchar mejor
cuando los realizadores dan con Alejandra
(Daniela Lema), una actriz que se resigna y so-
porta las terribles torturas infligidas, en un
comportamiento que, más allá de ser favora-
ble para la cinta, despierta sospechas. remite al Haneke de Código desconocido
Tratándose de una película ajustada a esa (2000) o, yendo más atrás, al Michael Powell de
suerte de subgénero que se ha dado en llamar Peeping Tom (1960).
“cine dentro del cine”, lo que se nos muestra En un año en el que el cine boliviano ha
en Casting es lo que va grabando el camaró- dado películas de terror, de una factura visual y
grafo del experimento (Diego Revollo). De discursiva tan deprimente y capaz de poner-
esta manera, se busca generar en el especta- nos los pelos de punta al momento de pensar
dor un margen de duda sobre la verosimilitud el futuro de nuestra cinematografía, Casting
de lo que se muestra. El solvente trabajo del ha tenido la decencia de entregarnos un expe-
reparto (en especial, de Arancibia y Revollo), el rimento visual y narrativo coherente con las
acertado diseño escenográfico y el sorpren- pretensiones de sus directores: entretener. Es
dente esfuerzo en el maquillaje y los efectos cierto, no es una cinta de terror impecable o
especiales son elementos que podrían llevar a modélica, pues no alcanza las cotas de sus-
que el espectador cuestione si lo visto es com- penso y tensión ideales para una obra de sus
pletamente ficcional. A la cons- características. Pero a pesar de
trucción de este clima diegético sus evidentes limitaciones ma-
contribuyen también los guiños Pese a ciertas teriales o, incluso, haciéndolas
hacia el quehacer cinematográfico jugar a su favor, la cinta ofrece
boliviano y, en particular, hacia al- limitaciones, la unos agradecibles sobresaltos,
gunas películas nacionales, de las incomoda con algunas imáge-
que Arancibia y Richter parecerían
cinta de Richter nes repulsivas, despierta risas
burlarse, aunque sin renunciar del y Arancibia por la espontaneidad de sus
todo a la función dramática de las actores, sorprende por su con-
referencias. Ahora bien, este entretiene, sistencia argumental (su des-
marco de verosimilitud que resulta sobresalta y enlace revela el cuidado con
del rudimentarismo de la produc- que ha sido engranada la histo-
ción no es incompatible con el re- promete ria) y hasta se permite una refle-
gistro del cine gore. Con la salve- mejores cosas. xión mínima sobre el oficio ci-
dad de las imágenes domésticas, nematográfico y la perversidad
la obra rebosa de sangre, heridas a la que puede llevar. En fin, di-
supurando, llanto desbocado, gri- vierte. Y, por qué no, promete,
tos escalofriantes y otros recursos muy propios porque resulta prometedor el curso que vayan
del género, cuyos códigos parecen conocer a seguir las carreras de sus jóvenes directores y
bien Arancibia y Richter. Así pues, más que actores.
miedo, lo que provoca la película son sobre- Si eso no resulta suficiente, evoque la si-
saltos por el grado de explicitación de las se- guiente secuencia terrorífica: salir a la calle, in-
cuencias de violencia. Sazonados con el tentar tomar un micro que le cobre menos de
humor destilado por los realizadores y sus 2,50 bolivianos, buscar en vano azúcar o arroz
chambonadas, lo que tenemos es una especie en los mercados, tratar de cargar combustible,
de cinta de gore chabacano. Pero, más allá del acudir al banco por una simple transacción
divertimento de ensuciar la pantalla con san- para encontrarse con el infierno de los ahorris-
gre, saturar la sala con gritos y provocar algu- tas desbordando a los policías por la alarma
nas carcajadas, Arancibia y Richter revelan un del falso corralito financiero… Ése, y no otro,
interés por sugerir los juegos perversos a los era el horror en los días en que se estrenó Cas-
que puede conducir la manipulación de una ting. Sí, el horror, el horror…
cámara de video y el poder destructivo que
puede ejercer aquel que filma sobre el que es *Crítico y periodista
filmado. Un interés que, por su sugestión, nos cochabambino