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Segundo Congreso Internacional Extraordinario de Filosofía

San Juan-República Argentina 9 de Julio de 2007

HOMENAJE A KURT HUBER 1893-1943

La resistencia a Hitler: la Filosofía y un filósofo

Crítica a la valoración de Arnold Toymbee

Autor: Doctor Gabriel Eduardo Brizuela

Institución a la que pertenece: Universidad Nacional de San Juan


Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. Departamento de Historia
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Comisión: Historia de la Filosofía Contemporánea

2007

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El historiador Arnold Toymbee en su obra: “La Europa de Hitler”, T.I, pág. 52 en un

subtítulo “F) La oposición alemana, 1941-1944 toma en su apartado 1- La Iglesia. pág.53 y en la

pág.55 en 2) La oposición político militar. En esta última se lee textualmente:

“....y las manifestaciones de octavillas que organizaron Hans y Sophia Sholl en la misma

ciudad (Munich) el 19 de febrero de 1943 había sido obra de individuos que no estaban conectados

con los grupos antinazis principales”.

Sin embargo, al hacer una cita –158- aclara que: “Hans Scholl y su hermana, Sophie,

creyendo que era el momento adecuado para la agitación abierta contra Hitler, distribuyeron

centenares de octavillas antinazis desde un balcón de la Universidad de Munich. Traicionados por

un vigilante del edificio, fueron torturados, juzgados y ejecutados”

Nunca pensé que en una obra de tan distinguido historiador se cometiesen tantas omisiones

y errores como ésta. Dejemos de lado el rol de la Iglesia Católica y de las fuerzas armadas. ¿Por

qué? Por que en el primer caso hubo clérigos que adularon directamente al nazismo –Monseñor

Rarkowiski, obispo castrense o el Superintendente General Evangélico Tugüel que describió a

Hitler como un instrumento de Dios....y que el poderío alemán era...el cumplimiento de la “Ley

Divina”.

No se puede juzgar a la Iglesia Alemana por dos representantes, los hubo críticos y duros tal

vez en Marzo de 1941 el Arzobispo de Friburgo, Gröeber, uno de los más críticos del régimen

difundió y dio a conocer sus ideas por una carta pastoral en muchas iglesias.

Otros movimientos se dieron a conocer después del ataque a la URSS en Junio de 1941. O

sea, que la Iglesia estaba dividida, pero su estructura formal intacta, y podía hacer frente a un

gobierno, por más que muchos conventos fueron requisados para ser transformados en hospitales.

Pero volvamos a nuestro tema, el de los hermanos Scholl.

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Al ejército se le puede hacer una crítica mayor, por que si había algo que poseía era el poder.

Pero la resistencia tiene un valor relativo: una cosa es ser resistente al nazismo antes de la II Guerra

Mundial o durante la época de las victorias.

Otra es la resistencia de la derrota, como la del 20 de Junio de 1944, para salvar lo poco que

quedaba de Alemania. Si ponemos en una balanza lo segundo es infinitamente más temerario y real:

la bomba en la cervecería de Munich el 9 de Noviembre de 1939 y la fallida intentona de volar el

avión de Hitler –Marzo de 1943-, un mes después de Stalingrado cuando el ejército alemán aún era

un ejército.

Devalúa la resistencia universitaria al hablar de “centenares de octavillas”, en realidad

fueron miles, tal vez más de un millón. Además, entre la escasa oposición fue la única protesta

pública. El III Reich no tuvo manifestaciones opositoras ni en su débil principio ni en su amargo

final. La cara visible de este foco de resistencia universitario conocida como la “Rosa Blanca” era

Hans Scholl, 25 años (1918) estudiante de medicina y su hermana, Sophie (1921) –nacidos en Ulm,

el mismo pueblo de Rommel-. A ellos –desde un primer momento se les sumaron sólo por amistad

Alexander Schmorell, Christoph Probst, soldado de la fuerza aérea ( Luftwaffe, casado y con dos

hijos–compañero de Schmorell, medio ruso –su madrastra era rusa- y no deseaba una guerra, menos

con su segunda patria. Willi Graf fue transferido a Mónaco y conoció allí a Huber que enseñaba en

ese Estado, y así cinco estudiantes -entre 20 y 25 años- y el sexto el Profesor de Filosofía Kurt

Huber conformaron, posteriormente, la Rosa Blanca.

La ramificación era lo bastante grande para tener conexiones con muchas otras

universidades. Este movimiento clandestino se interrumpió entre Agosto y Noviembre por que

varios de sus integrantes estaban en el frente ruso como enfermeros y se intensificó después de la

catastrófica derrota de Stalingrado –Febrero de 1943- pero su inicio efectivo es en 1942. Sólo pudo

dar a conocer seis documentos. Hay que destacar que todos fueron mecanografiados lo que hacía

más lento el proceso de copiado o duplicación. Cuando Sophie entró en la Universidad de Munich

para estudiar Biología y Filosofía se unió a ellos.

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Así se conformó el grupo autodenominado “Weisse Rose”, que estaba perfectamente al tanto

de lo que estaba ocurriendo en los frentes de batalla, ya que al ser estudiantes de medicina oficiaban

de enfermeros en los diversos frentes. A su vez el Dr. Huber había sido reprendido en varias

ocasiones por los textos recomendados, el último de ellos del filósofo Spinoza (de origen judío),

que conocía además los atropellos del nazismo y la cuestión judía.

Sin embargo, detrás de la cara visible de esta rebelión estudiantil, había un cerebro pensante,

muy agudo y un antinazi confeso: el profesor de filosofía Kurt Huber. Nacido en Suiza en 1893, de

padres alemanes, se radicó con su familia en Sttutgart a los cuatro años. Dotado para la música,

estudió Psicología y se doctoró en Filosofía en 1917. El sería contactado por Sophie y el grupo para

escuchar sus clases. Se había casado en 1929 con Clara Schlickenrieder y tuvieron dos hijos.

Entre esto último y ayudar a redactar la quinta y redactar la sexta proclama y dar ideas a

otras conformaron “La Rosa Blanca”. Toda la actividad se centró en la Universidad de Munich,

aunque lograron una célula en la de Hamburgo. El movimiento se extendió por Baviera, Sttutgart,

Frankfurt y Viena, especialmente en los centros universitarios.

Las proclamas eran enviadas por correo, desde diferentes lugares y con ayuda monetaria de

otras personas. En algún caso fueron enviadas por tren o dejadas clandestinamente en los depósitos

del correo del mismo ferrocarril. A falta de direcciones, tomaron muchas de la guía telefónica. El

incremento de la actividad aumentó las averiguaciones de la Gestapo. Otros problemas eran la

escasez de papel y la lentitud para la realización.

La primera de ellas era –literariamente- bastante “rústica” y expresaba que:”...nada es tan

indigno de una nación como el permitir que sea gobernada sin oposición por una casta que ha

cedido a los bajos instintos....”.Ya la segunda aportaba datos concretos:” Desde la conquista de

Polonia 300.000 judíos han sido asesinados, un crimen contra la dignidad humana”. El tercero

llamaba a la resistencia: ”Sabotaje a las fábricas de armamentos, periódicos y ceremonias públicas

del Partido Nacional Socialista....”. La cuarta atacaba directamente a Hitler y decía de él:”....Para

Hitler y sus seguidores ningún castigo guarda relación con la magnitud de sus crímenes”. El quinto

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folleto determinaba que:”.... Hitler está llevando al pueblo alemán al abismo...” y lógicamente el

sexto daba a conocer las cifras de la hecatombe de Stalingrado. Hay que tener en cuenta que todas

estas cosas eran ocultadas sistemáticamente al pueblo alemán por su ministro de propaganda: Dr,

Joseph Goebeels. Decía;” Alemanes! ¿Queréis vosotros y vuestros hijos padecer la suerte de los

judíos?, ¿queréis que juzguen con la misma medida a vuestros líderes?, ¿queréis que seamos para

siempre el pueblo más odiado y excomulgado del mundo entero? ¡No!, Nuestro pueblo está

mirando conmovido y emocionado la destrucción de los hombres de la defensa de Stalingrado,

330.000 hombres han sido arrastrados irrazonable e irresponsablemente a la muerte merced a la

estrategia genial del ex cabo de la Primera Guerra Mundial: Führer, te damos las gracias”. Ya se

conocía que Hitler manejaba el ejército por la “incompetencia de sus generales”.

El 18 de Febrero de 1943 la rebelión pasó de la clandestinidad a ser pública. Los estudiantes

salieron a la calle lanzando panfletos y haciendo “pintadas” en edificios gubernamentales y

emblemáticos. Sin embargo, al día siguiente ambos hermanos –en la creencia de que el pueblo se

les uniría- lanzaron panfletos desde una ventana de la misma universidad. Pero delatados por un tal

Jacob Schmidt –maestranza y miembro del partido-, la Gestapo cercó la Universidad y así cayó todo

el grupo. Todos fueron ejecutados –previa parodia de un juicio- el 22 de febrero de 1943, el 13 de

Julio (Hubert) que se encontraba en su celda trabajando sobre su próximo libro: “Filosofía y

Matemática de Leibniz” también fue ejecutado.

La Plaza central de la Universidad de Munich ha sido denominada “Hermanos Scholl Platz”

y la plaza contigua “Profesor Hubert Platz”. Además en Alemania hay calles y monumentos que

recuerdan a los integrantes de la “Rosa Blanca”.

¿Es que no hubo otros hombres de ciencias, de pensamiento, universitarios que viesen como

se sucedían los hechos?. En realidad con la llegada de Hitler al poder se instauró un régimen férreo,

de delaciones e intrigas, pero pronto con la obligación de afiliarse al partido, la brutalidad de la

GESTAPO y –por ejemplo- la intervención de 10.000 teléfonos sólo en Berlín, el nazismo sabía

cuáles eran sus enemigos. Esto alcanzó a los políticos –que al ser disueltos los partidos- se quedaron

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sin maquinaria propia. En el ejército muy pocos –aún en 1944- se animaban a complotar- y la

iglesia –de diversas confesiones- (Hitler era católico, en la tierra de Lutero) fue desmantelada

prácticamente.

Las Universidades llevaron una vida medianamente normal hasta que se reimplantó el

servicio militar obligatorio y por lo tanto éstas se hallaban despobladas de hombres hacia 1939, más

aún con las bajas de la guerra. Pero todos los universitarios tenían en claro qué se podía hacer,

estudiar y leer. Lo que no se podía leer sucumbió en la hoguera en muchos casos libros arrojados a

las llamas por los mismos estudiantes.

Y tal vez sea por su edad, en ellos se basó el nazismo con sus “Juventudes Hitlerianas”. Los

más jóvenes –hasta adolescentes-estaban inmersos en ese aparato y los que eran veteranos de la I

Guerra Mundial, de las tradiciones prusianas y de su patria, veían como un acto de traición el operar

contra Hitler, pues según sus valores era alta traición.

Las detenciones de posibles opositores o de algunas mentes brillantes, de judíos y de

cualquiera que pudiese molestar al régimen más los campos de concentración hicieron el resto. La

emigración de la mayor parte de los intelectuales le ahorró un problema a Hitler. Su manejo de los

medios de comunicación fue una de sus mejores armas. Todo estaba dado para que nadie protestase

o se expresase en público.

Cuando Kurt Huber se unió a la Rosa Blanca, sabía lo que le esperaba si era descubierto.

Sólo el ser nacido en Suiza o el reconocimiento que tenía en otros países podrían atenuar en algo un

“error” menor –como el antes mencionado de las lecturas-. Pero la actividad en la que se

comprometió lo llevaba a un camino sin retorno.

Este trabajo –que no puede extenderse más- demuestra como un sólo filósofo y cinco

estudiantes pudieron realizar la mayor protesta pública dentro de la Alemania de Hitler. Fue

efímera, pero marcó un camino. Un sólo guía, un filósofo que hoy recordamos: Kurt Huber

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Bibliografía

BRACHER, Karl: “La dictadura alemana”

HOFER, Walter: “El nazismo”

TOYMBEE, Arnold:”La Europa de Hitler”

Resumen

Este trabajo rescata la memoria de un simple profesor de Filosofía: el Dr. Kurt Huber, si bien

nacido en el extranjero, Suiza, hijo de padres alemanes, eligió la patria de ellos para radicarse

Ingresó en la universidad y se doctoró años después de terminada la I Guerra mindial.

Prosiguió su carrera en la Universidad de Munich donde tuvo como alumnos a algunos de los

integrantes de lo que sería el único foco público de resistencia a Hitler.

Allí, en 1942 conformó junto a cinco estudiantes de la Universidad de Munich el grupo

opositor a Hitler conocido como la Rosa Blanca, que actúo durante 1942 y 1943 dando a conocer

sus ideas en seis proclamas en forma clandestina y pública. Arrestado y ejecutado, al igual que

todos los integrantes del grupo, su figura como mentor de este grupo es poco conocida, por lo que

rescatarla para este Congreso, permitirá una valoración histórico-filosófica.

RESUMEN (400 p)

Este trabajo rescata la memoria de un simple profesor de Filosofía: el Dr. Kurt Huber, si bien

nacido en el extranjero, hijo de padres alemanes, eligió la patria de ellos para radicarse.

Allí, en 1942 conformó junto a cinco estudiantes de la Universidad de Munich el grupo

opositor a Hitler conocido como la Rosa Blanca, que actúo durante 1942 y 1943 dando a conocer

sus ideas en seis proclamas en forma de panfletos mecanografiados y en forma clandestina y

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pública. Arrestado y ejecutado, al igual que todos los integrantes del grupo, su figura como mentor

de este grupo es poco conocida, por lo que rescatarla para este Congreso, permitirá una valoración

histórico-filosófica.

Se ha discutido bastante sobre la importancia, alcance o influencia de este movimiento

clandestino. En realidad, la importancia del mismo es ser los primeros en oponerse en forma pública

.-generaron manifestaciones estudiantiles en otras ciudades alemanas- aún cuando la II Guerra

Mundial podría ganarse. Pero sus integrantes –por las prácticas médicas- conocieron el desastre de

Stalingrado y los campos de concentración. El aparato represor de la GESTAPO –que esta muy bién

nutrido de informantes- se encontró desorientado en un principio por las actividades de este grupo

ya que muchas de las proclamas fueron enviadas por tren y repartidas en otras ciudades como

Hamburgo que estaba bajo feroces bombardeos. Cierto es que solo una delación permitió su captura

“enjuiciamento” y ejecución.

Si embargo las plazas que rodean el frente de la Universidad de Munich recuerda a este

grupo, sus integrantes y una de ellas esta dedicada a Kurt Huber, quien era docente de esta

universidad.

No se ha querido hacer un repaso de la resistencia alemana: ni el papel de la Iglesia ni de

otras instituciones estructuradas dentro del estado alemán. Se ha querido rescatar y recordar a este

filósofo y sus estudiantes por la real oposición a una autoridad sin límites que llevó a la ruina a

Alemania en 1945.

El autor de este sencillo recordatorio demuestra como a veces la filosofía –y los filósofos-

no son sólo conocidos por sus obras, sino por sus actos.

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