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Los Microclimas Urbanos

Mamani Flores W. (1), Yucra Chura O. (2), Chambilla Sacari J. (3), J. (4).

Estudiantes del 4to.semestre.

RESUMEN

Los Microclimas Urbanos juegan un rol importante en el consumo energético de los edificios y en
las sensaciones de confort en los espacios exteriores. La urgente necesidad de aumentar la
eficiencia energética, reducir las emisiones de los contaminantes y paliar la evidencia fatal de
sostenibilidad que afecta a las ciudades, ha puesto la atención en el urbanismo bioclimático como
referente para una propuesta de cambio en la forma de diseñar y vivir la ciudad.

PALABRAS CLAVES: Los Microclimas Urbanos, Islas Urbanas Calientes, Niebla Toxica .
INTRODUCCION

Las zonas urbanas crean sus propios microclimas con diferencias significativas en
cuanto a temperaturas, precipitaciones y patrones de flujo de los que se producen
las áreas rurales que las circundan. El resultado es un incremento en el uso de la
energía y una disminución en la calidad del aire, lo que con lleva efectos adversos
para la salud pública, en los días cálidos de verano. Con vientos escasos o nulos,
la temperatura del aire en las zonas urbanas puede ser varios grados más elevada
que en la zona rural circundante. como resultado, los científicos denominan estas
zonas urbanas como <<islas urbanas calientes>> las razones que las áreas
urbanas son más cálidas que los ambientes rurales de sus alrededores es el
resultado de su equilibrio de energía o la diferencia de la cantidad de energía
ganada o pérdida en los ambientes rurales la energía solar adsorbida por la
vegetación y el terreno es en parte disipada por la evaporación del agua en la
vegetación y el suelo en las zonas urbanas hay poca vegetación y por lo tanto los
edificios las calles y las aceras absorbe la mayor parte de la energía solar con
calles angostas y edificios altos las paredes de los edificios irradian calor entre
ellas en vez de hacerlo en dirección al cielo además como las superficies de
asfalto construidas por el hombre el cemento y los ladrillos no son porosos, gran
parte de las lluvias se pierden como residuo liquido en las tuberías de los
desagües antes que la evaporación pueda enfriar el aire el calor que emanan los
automóviles , buses y edificios también contribuyen el ingreso de energía aunque
este desecho de calor finalmente se dirige a la atmosfera puede contribuir tanto
como un tercio del que se recibe de la energía solar a esto se suma el problema
de que los materiales de construcción (asfalto, concreto, ladrillo y alquitrán son
mejores conductores del calor que la vegetación que domina el paisaje de las
zonas rurales circundantes.
Observa el mapa de abajo. Se trata del mapa de las temperaturas
promedio en Zaragoza tres horas despúes de la puesta del sol. Se ve
claramente como en la zona del centro hay una temperatura superior en
1,5ºC sobre la temperatura media, y como entre el centro y las afueras
hay una diferencia de 3ºC
LOS MICROCLIMAS URBANOS

En las ciudades se concentra una buena parte de los agentes contaminantes: las
actividades industriales, los sistemas de transporte, los grandes mercados, los
aeropuertos, la mayor parte del transporte privado, grandes masas de població n, etc.
son elementos altamente contaminantes. El resultado de esta mayor contaminació n
atmosférica es que las ciudades tienen un microclima propio, que se caracteriza por
una temperatura ligeramente superior a la de su entorno. Cuanto má s grande es esa
ciudad y cuanta má s cerca estemos del “centro” urbano, mayor es la temperatura.

En un complejo urbanístico, las piedras, el asfalto y otros tipos de pavimento, así como
los edificios, comparten una gran capacidad de absorció n e irradiació n de calor. Estos
componentes con su baja conductancia térmica sustituyen a la vegetació n natural. La
lluvia que cae sobre superficies impermeables, fluye sobre ellas rá pidamente, antes de
que su evaporació n llegue a enfriar el aire. El calor metabó lico derivado de las masas
humanas y el calor sobrante de los edificios, la combustió n industrial y los vehículos,
hacen que la temperatura del aire se eleve considerablemente. Las actividades
industriales, la producció n de electricidad y los vehículos liberan vapor de agua, gases
y materia particulada a la atmó sfera en grandes cantidades.

Todos estos procesos crean una cúpula de calor sobre las ciudades, sean grandes o
pequeñ as. Dentro de esta cú pula, la temperatura puede llegar a ser entre 6º y 8ºC
mayor que en el terreno circundante. Las cú pulas de calor presentan unos gradientes
de temperatura muy acusados. Las temperaturas má s elevadas se registran en las
zonas má s pobladas y activas, mientras que las temperaturas disminuyen
considerablemente hacia la periferia de la ciudad. Aunque se manifiestan a lo largo de
todo el añ o, las cú pulas de calor son má s marcadas en invierno y en verano. Cuando
mejor se distinguen es por la noche, momento en que el pavimento y los edificios
irradian al aire el calor absorbido.

Durante el verano, los edificios y el pavimento del centro de la ciudad absorben y


almacenan mucho má s calor que la vegetació n del terreno adyacente. En las ciudades
con calles estrechas y edificios altos, las paredes irradian calor hacia las paredes de
enfrente, no hacia el cielo. Por la noche, estas estructuras liberan lentamente el calor
almacenado durante el día.

En invierno, la radiació n solar es mucho menor, debido a que el sol está má s bajo, pero
el calor es producido igualmente por el metabolismo de personas y animales, la
industria, los hogares, la producció n de electricidad y los transportes. De hecho, el
calor originado por estas fuentes es 2,5 veces mayor que el de la radiació n solar. Al
calentar la atmó sfera, directa o indirectamente, esto hace que el invierno sea má s
suave en las ciudades que en el campo.
A lo largo del añ o, las á reas urbanas se hallan cubiertas de materia particulada,
dió xido de carbono y vapor de agua. Esta bruma reduce la radiació n solar que llega a
la ciudad, siendo ésta entre un 10 y un 20 por ciento menor que en el terreno
circundante. Al mismo tiempo, la cubierta brumosa absorbe parte del calor que irradia
del suelo y lo refleja de nuevo hacia abajo; parte de este calor caldea el aire, y otra
parte hace aumentar la temperatura del suelo. Cuanto mayor sea la polució n del aire,
má s intenso será el efecto de la cú pula de calor.

La materia particulada tiene otros efectos microclimáticos. Debido a la baja tasa de


evaporació n de la ciudad y a la ausencia de vegetació n, la humedad relativa es menor
en la ciudad que en las á reas rurales de los alrededores. Sin embargo, la materia
particulada actú a como un nú cleo de condensació n del vapor de agua en el aire,
induciendo la aparició n de niebla y brumas. La niebla es, por tanto, mucho má s
frecuente en las á reas urbanas que en el campo, especialmente en invierno.

TIPOS DE ISLAS URBANAS CALIENTES (UHI).

En el espacio urbano se distinguen dos tipos de Islas Urbanas Calientes (UHI), la


superficial y la atmosférica.

La isla urbana de calor superficial.- Se genera cuando las superficies de suelos,


techos y fachadas registran una temperatura superior a la del aire. En general la isla
de calor superficial se produce tanto por el día como por la noche, pero tiende a ser
má s fuerte por el día cuando el Sol está alto y el cielo está claro. Para identificar la isla
de calor superficial normalmente se pueden emplear métodos de medició n directos o
indirectos, modelos numéricos o métodos de estimació n empíricos. En muchos casos
se recurre a técnicas de medició n indirectas para estimar la temperatura superficial,
obtenida con el soporte de mapas térmicos e imá genes radiométricas.

La isla urbana de calor atmosférica.- Se identifica con la diferencia de temperatura


del aire entre las á reas urbanas y las rurales. Normalmente se identifican dos tipos de
isla de calor atmosférica:

∙ La UHI a nivel de suelo que existe en la capa de aire que afecta directamente a los
habitantes, entre el suelo y el nivel superior de los techos o á rboles;

∙ La UHI de la capa en altura que empieza por encima de los techos o á rboles y se
extiende en altura hasta el punto en el que el paisaje urbano influye en la temperatura
del aire. Esta altura generalmente no supera los 1,5 km.
El efecto de la isla de calor atmosférica no se manifiesta hasta el atardecer y es má s
importante por la noche que por el día. En algunos casos puede no alcanzar su pico
má ximo hasta el amanecer. (Ponencias, 2008).

CAUSAS GENERADORAS DEL FENÓMENO “ISLAS URBANAS CALIENTES”

La razó n por la que las á reas urbanas son má s cá lidas que los ambientes de sus
alrededores es el resultado de su equilibrio de energía o la diferencia entre la energía
ganada y la pérdida.

Las causas que generan este fenó meno son complejas y está n relacionadas con el
balance energético en los espacios urbanos debido a:

La sustitució n de las superficies vegetales por edificios y superficies impermeables


como calles, plazas, etc. La sustitució n del manto vegetal por superficies artificiales
tienes efectos directos e indirectos sobre la isla de calor urbana.

a) Efectos directos.- Son aquellos relacionados directamente con los edificios y su


contexto, debido a la protecció n solar de fachadas y huecos, la reducció n de la
absorció n y la creació n de vientos.

b) Efectos Indirectos.- Son aquellos que afectan al entorno urbano principalmente


mediante la evapotranspiració n, que en general influye en el flujo latente del balance
energético del espacio.

-La diferente respuesta a la absorció n de los rayos solares de los materiales de


acabado, debido a las características específicas como reflectancia, absortividad e
inercia térmica. La distribució n de la temperatura en las á reas urbanas está afectada
por el balance de la radiació n urbana. La radiació n solar incidente en las superficies
urbanas es absorbida y transformada en calor sensible.

-El calor generado por fuentes antropogénicas, como las industrias, los edificios y los
coches.

Los materiales de construcció n (asfalto, concreto, ladrillos y alquitrá n son mejores


conductores del calor que la vegetació n que domina el paisaje de las zonas rurales
circundantes). Por la noche, estas estructuras despiden lentamente el calor que
almacenaron durante el día.

Con calles angostas y edificios altos, las paredes de los edificios irradian calor entre
ellas envés de hacerlo en direcció n al cielo.
La superficie de asfalto construido por el hombre, el cemento y los ladrillos no son
porosos, gran parte de las lluvias se pierden como residuo liquido en las tuberías de
desagü es antes de que la evaporació n pueda enfriar el aire.

El calor que emanan los automó viles, autobuses y edificios también contribuye al
ingreso de energía. Aunque este deshecho de calor finalmente se dirige a la atmosfera,
puede contribuir tanto como un tercio del que se recibe de la energía solar.

-La contaminació n atmosférica.

La intensidad de la isla urbana caliente (Urban Heat Island, UHI) depende también de
otros factores como: el tamañ o y la morfología urbana, la topografía, las actividades
antró picas y las características climá ticas (viento, temperatura, inversió n térmica,
etc.). (Ponencias, 2008).

EFECTOS DEL FENOMENO DE LAS “ISLAS URBANAS CALIENTES”

El efecto de la isla caliente dentro de las á reas urbanas también tiene impacto en la
calidad del aire. A lo largo del añ o, las á reas urbanas se cubren de materia en forma de
partícula y agentes contaminantes que provienen de la combustió n de los
combustibles fó siles y de la actividad industrial. La niebla toxica se crea por reacció n
fotoquímica de los agentes contaminantes de la atmosfera. El ritmo con el que estas
reacciones ocurren aumenta con las temperaturas má s elevadas. En los Á ngeles, por
ejemplo, por cada grado que sube la temperatura de má s de 20°C, la incidencia de la
niebla toxica aumenta en un 3%. Esta niebla toxica contiene ozono. Los NOx,
producidos en los procesos de combustió n a alta temperatura, son un precursor para
la formació n del ozono troposférico (O3), un gas toxico de color azul, principal
contaminante de lo que se define como smog fotoquímico. La producció n de O3 se
produce bajo la acció n de los rayos solares y es mayor en los meses má s calurosos y en
las horas de mayor soleamiento, un agente contaminante que es nocivo cuando hay
niveles elevados en el aire que respiramos. Ademá s, el ozono influye de manera
adversa en la vegetació n, tanto la del ambiente urbano como la que se encuentra en
las zonas rurales circundantes. Entonces el aumento de la temperatura tiene serias
consecuencias para la salud del hombre y del medioambiente como ya se dijo.
El efecto de la isla caliente agrava estos efectos sobre la calidad del aire ya que las
temperaturas ambientes má s elevadas durante los meses de verano incrementan el
uso de la energía del aire acondicionado, ya que los edificios en su interior presentan
una elevada temperatura y se necesita el enfriamiento del aire.

Hay que tener en cuenta que los sistemas de aire acondicionado usan energía
eléctrica, lo que crea importantes problemas en el suministro energético, ademá s de
traducirse en un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, de los
contaminantes como dió xidos de sulfuros, monó xido de carbono, los NOx y de las
partículas volá tiles producidas por la plantas de generació n.

A medida que las centrales eléctricas queman má s cantidad de combustibles fó siles,


ocasionan un aumento tanto en los niveles de polució n como de los costes de la
energía.

La materia en forma de partículas tiene otros efectos microclimaticos. Debido a la


menor velocidad de evaporació n en una ciudad y a la falta de vegetació n, la humedad
relativa es menor en las zonas urbanas que la que existe en las zonas rurales
circundantes. Sin embargo, la materia en forma de partículas actú a como nú cleos de
condensació n para el vapor de agua ocasionando niebla y bruma. L a niebla es mucho
má s frecuente en las zonas urbanas que en las rurales, especialmente en invierno.

CUESTIONARIO:

1.- ¿Cuáles son los simples pasos que se pueden dar para disminuir el efecto de la
isla caliente en las zonas urbanas?

-El uso de espacios verdes y á rboles es la primera y má s efectiva medida que se puede
poner en marcha para reducir la isla de calor urbana.

-Tener buenas estrategias de planificació n. El proyectista tiene que considerar los


diferentes factores y promover un desarrollo eco‐compatible con el medio, que
promocione la eficiencia y el ahorro energético, ademá s de la funcionalidad y la
salubridad.

- La cantidad de calor recibida por los edificios puede ser controlada por medio de la
orientació n y disposició n de los edificios. Así las calles orientadas en sentido Este‐
Oeste quedan expuestas a los rayos solares a lo largo de todo el día, a diferencia de las
orientadas en sentido Norte‐Sur.

- La orientació n de los edificios es importante también para la ventilació n de los


espacios urbanos. Se considera ó ptima una disposició n de los edificios con un á ngulo
de 45º respecto a la direcció n del viento dominante. Una buena orientació n de las
calles es por lo tanto fundamental para el diseñ o de edificios bioclimá ticos y el uso de
sistemas de refrigeració n pasiva.

-Reducir la emisió n de gases contaminantes.

2.- ¿Cómo puede influir el efecto de la isla caliente en los ambientes rurales
circundantes?

A lo largo del añ o, las á reas urbanas se cubren de materia en forma de partículas y


agentes contaminantes que por reacció n fotoquímica se crea la niebla toxica, y esta
niebla contiene ozono, un agente contaminante que es nocivo cuando hay niveles
elevados en el aire que respiramos. Al haber un exceso sobre la atmosfera de la
ciudad, estas por diferentes causas pueden llegar hasta las zonas rurales que la
rodean, ocasionando consecuencias sobre la salud de personas e influyendo de
manera adversa sobre la vegetació n.

BIBLIOGRAFIA:

-Tumini, Irina (2008). Estrategias para reducción del efecto isla de calor en los espacios
urbanos. Estudio aplicado al caso de Madrid. GBC-Españ a, Madrid.

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