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30 days of smut

challenge
Día 1: Mimos [desnudos]

Jimin se encontraba aburrido en su departamento. Hacía un calor de los mil infiernos y el


ventilador no funcionaba así que estaba en ropa interior acostado en la sala con un libro
para entretenerse. Todo con tal de no pensar en el calor del asco que hacía.

Yoongi entró al departamento tranquilamente y se detuvo al ver a su novio acostado con un


libro mostrando sus esbeltas piernas y su espléndido cuerpo. Estaba ligeramente brillante
debido al sudor, lo cual, lo hacía ver más apetitoso. Soltó una suave risa y se fue aflojando
la corbata conforme se acercaba a él.

— Demonios, ¿no te mueres de calor? — Jimin bajó el libro para ver a su novio en traje. —
¡Estás loco por salir así a la calle! ¡Estamos a cuarenta grados!

— Bah, trabajo es trabajo. — Yoongi se sentó y colocó las piernas desnudas de Jimin sobre
las suyas para sobarlas suavemente. — Mierda, jodido calor.

— ¿Por qué no te quitas la ropa? — Preguntó Jimin tentador mientras mordisqueaba su labio
inferior.

— No necesitas pedirlo dos veces. — Yoongi le sonrió pícaro y se levantó.

Comenzó a quitarse la ropa lentamente bajo la atenta mirada de su novio. Desprendió la


corbata, abrió poco a poco los botones de la camisa, bajó su cremallera, quitó sus zapatos y
calcetines, y, en ropa interior, se lanzó al sofá cayendo sobre Jimin quien jadeó al sentir todo
el cuerpo del mayor caer sobre él.

— Ugh, me asfixias. — Susurró Jimin debajo de él frunciendo su nariz.

— Lo siento. — Se rió Yoongi pellizcando la nariz de su amado. — ¿No prefieres quitarte


toda la ropa? ¿Mmm?

— ¿Mmm? — Imitó Jimin con una sonrisa mientras rodeaba sus brazos detrás de su cuello.

Comenzaron a besarse lentamente conforme Yoongi sobaba las piernas del menor de arriba
a abajo con suma suavidad. Las apretó una que otra vez antes de dirigir sus traviesas manos
a los calzoncillos del menor para bajarlos con delicadeza, sintiendo el pene de su novio
contra su estómago y el suspiro del contrario en su boca.

— Qué bien se siente estar desnudo. — Susurró Jimin feliz.

— ¿Y por qué no intentas estarlo más seguido? — Yoongi mordisqueó el lóbulo de su oreja.

— Porque será extraño estar desnudo como si nada... ¿qué diré? — Rió Jimin.
— Ah, vamos, cuando estemos solos podrás hacerlo. — Yoongi besó sus labios castamente
y él también se bajó la ropa interior dejándola en el suelo antes de abrazar de nuevo a Jimin.
— Lo estamos casi siempre.

— Ahí tienes un punto. — Susurró el menor con una sonrisa.

Volvieron a unir sus bocas tranquilamente, succionando sus lenguas y sintiendo el roce
electrizante de sus cuerpos desnudos. Sus piernas se enredaron y las manos de Jimin
recorrieron la espalda de Yoongi, apretando sus dedos en los omóplatos del mayor cuando
éste besuqueaba sus pezones con labios empapados de saliva. Suaves jadeos se evaporaban
en sus labios sintiendo los besos en su zona sensible y el masaje por todo su cuerpo.

— Ah... — Suspiró Jimin sonrojado. — Te gusta mucho mimarme.

— Siempre me ha encantado mimarte. — Yoongi le sonrió y mordió su labio inferior


haciendo gemir de nuevo a Jimin. — ¿Cómo no mimar a mi novio?

Jimin rió con suma suavidad y comenzaron a darse besitos castos que tronaban
sonoramente. Reían y repetían el movimiento de inclinarse y alzarse para besar los labios
contrarios. Yoongi se sentó y Jimin se colocó en sus piernas para no dejar aquellos besitos
traviesos mientras Yoongi pasaba sus dedos por su espalda. Acariciaba con sus cortas uñas
el centro hasta la nuca haciendo a Jimin estremecerse y erizar todos sus vellos.

— ¿Sientes rico? — Susurró Yoongi mientras rascaba suavemente la espalda de su novio


quien asintió y reposó su frente en el hombro. Comenzó a suspirar y a cerrar los ojos
adormecido por aquel mimo que adoraba.

Yoongi deslizó su índice por el medio de la espalda de Jimin arriba y hacia abajo con suma
lentitud. Después fue subiendo hasta su nuca donde también acarició en círculos haciendo
a Jimin reír y estremecer todo su cuerpo. Él sonrió y siguió pasando sus manos ahora por
los costados provocando un gran cosquilleo en Jimin quien se sacudió y volvió a reírse.

— Te encanta, ¿verdad? — Yoongi besó su cuello con ternura.

— Mucho. — Susurró Jimin adormilado sobre su hombro. — Me gusta cuando le das mimos
a mi espaldita.

— Niño consentido. — Yoongi frotó su nariz en el cuello de Jimin y lo mordisqueó.

Jimin separó su frente del hombro contrario y sin que Yoongi dejara de rascar su espalda,
se inclinó con un suspiro de placer y relajación para volver a besarlo lento. Unieron sus
lenguas y volvieron a tronar sus labios. Sonrieron sobre los labios ajenos y no se separaron,
se vieron fijo a los ojos pegándose aún más y abrazándose.
— Te quiero mucho, mucho, mucho. — Jimin sobó la mejilla de Yoongi. — Y no me importa
qué digan los de afuera. Te amo y estaré contigo porque te amo y estoy locamente
enamorado de ti, Yoongi.

— Igual te amo mucho. — Yoongi sonrió complacido. — Hermanito...


Día 2: Hablar mucho durante el sexo

Aquel día Min Yoongi se encontraba terriblemente caliente. Así que no dudó en hablarle a
su compañero Park Jimin. Era un chico bastante atractivo con el cual se veía fuera del
colegio, ya que dentro de él, fingían pasarse de largo o ignorarse simplemente.

Jamás nadie pensaría que el problemático de la clase se follaba duro los fines de semana al
hijo de la directora. Era una completa locura, completa locura. Sin embargo, ¿qué más daba?
El lindo hijo de la directora era un jodido dios con las mamadas y follárselo duro era
sencillamente la gloria. Siempre estaba dispuesto a abrir sus lindas piernas si se trataba de
Yoongi.

Tocaron a la puerta. Yoongi corrió a abrir y apenas la cara de Jimin apareció, tiró de su
camisa para jalarlo dentro y besarlo enardecido de besos húmedos. El hijo de la directora
cerró la puerta y le siguió aquel beso caliente mientras se arrastraban al cuarto de Yoongi
que Jimin ya conocía bien.

— Joder, ¿tomaste viagra o algo? — Preguntó Jimin mientras seguía dejando que Yoongi
besara su cuello y arrancara su ropa.

— Vi un video nuestro, de cuando nos grabamos en Navidad. — Susurró Yoongi sonriendo


coqueto sobre su cuello. — Me puso mucho verte gemir.

— ¿Tenía que ser el domingo a las nueve de la noche? ¿Dónde se supone que están tus
padres? — Preguntó Jimin mientras zafaba los pantalones del chico de ojos gatunos.

— Bah, nunca están así que me vale. — Yoongi mordió sus labios cuando ambos
repentinamente ya se encontraban en ropa interior. — Vamos a la cama, el suelo está frío.

— Pff. — Jimin rodó los ojos y se acostó en la cama. Yoongi se colocó a horcajadas sobre él
para comenzar a besarlo mientras buscaba el lubricante debajo de las colchas.

Jugaron con sus lenguas y se bajaron la ropa interior quedando desnudos. Yoongi vio la
apetitosa entrada del chico debajo de él y esbozó una sucia sonrisa mientras llenaba sus
dedos de lubricante. Jimin esbozó una sonrisa.

— Joder, amo cuando me metes los dedos. — Jimin comenzó a tantear su entrada para
prepararla un poco. — Por cierto, ¿hiciste la tarea de química?

— ¿Había tarea de química? — Preguntó Yoongi alzando una ceja e introduciendo sus
dedos, Jimin chilló. — Joder, ¿había tarea?

— C-claro que había... i-diota... — Jadeó Jimin conforme Yoongi bombeaba su interior. —
¿No la hiciste?
— ¿Crees que la hice si te estoy preguntando por la jodida tarea? — Preguntó Yoongi de
mala gana empujando sus dedos hasta el fondo. — ¡Coño, eres apretado!

— ¡No entiendo cómo.. ah! — Jimin ahogó otro gemido. — ¡N-no se te ocurre anotar las
cosas! ¡Para algo tienes una agenda!

— Para algo te tengo a ti. — Yoongi le sonrió comenzando a meter y a sacar sus dedos a
ritmo lento. Jimin se estremeció debajo de él y arqueó su espalda mientras mordía sus labios.
— Mira es un trato justo: tú usas tus manos para hacer mí tarea y yo las uso para
complacerte. Ambos ganamos.

— Agh... — Jimin se acomodó. — Realmente eres idiota.

— Algo, a veces. — Yoongi metió un tercer dedo. — ¿Está complicada la tarea?

— Es un experimento. — Jimin aguantó la respiración cuando bombeó más rápido. — P-


pero puedes hacerlo en la... c-comida... ¡ah!

— El imbécil de tu amigo me acosa, ¿qué se trae contra mí? — Yoongi alzó una ceja. — Me
recuerda a cuando Jeon vivía obsesionado con Taehyung y lo seguía hasta el baño.

— P-porque le gustas a Hoseok. —Jimin apretó sus puños y jadeó otro poco. — ¿No te das
cuenta?

— Realmente no. — Yoongi sacó sus dedos cuando lo vio bien lubricado y comenzó a frotar
su erección. — Qué mal amigo eres por tirarte al chico que ama.

— No te pedí jamás que me follaras el día en que supuestamente ibas a golpearme. — Jimin
se cruzó de brazos mientras Yoongi se acomodaba. — Además, Hoseok aparentemente
también trae algo con Taehyung así que da igual. Hasta que no se decida seguiré contigo.

— Cruel. — Yoongi introdujo la punta de su pene dentro de Jimin. — Eres realmente un mal
amigo y... ugh... tan apretado. Me encantas...

— S-siento tus venas. — Jimin frunció su ceño. — ¿Soy yo o te creció la pollaaaaaaaa?


Ahhh....

— No es bueno hablar mientras te la... joder, qué bueno es esto... — Yoongi comenzó a
embestirlo duramente. — ¿De qué hablabas?

— Ho-Hoseok — Jadeó Jimin aferrándose a las colchas.

— Lo vi el otro día con Seulgi, ¿se trae algo con Kai? — Preguntó Yoongi comenzando a
embestirlo más fuerte. — Bueno el otro día los vi y... oh, joder, vuelve a hacer eso — Gimió
Yoongi cuando sintió el ano de Jimin contraerse — Ah joder, eres bueno... ¿q-qué decía?

— De Kai y Seul... mgh... gi... — Jimin comenzó a delirar. — Joder, tu polla si creció, la siento
más gruesa... ah...
— Cierto, los vi el otro día y bueno — Yoongi comenzó a masturbar a Jimin quién gimió
complacido — Es extraño que siempre se estén... escondiendo... joder, eres tan apretado y
cálido, Jimin. Voy a romperte.

— ¡N-no te detengas! — Gimió Jimin molesto.

— ¡Hasta crees que voy a hacerlo! — Yoongi embistió duro.

— ¡N-no idiota, me refiero al chisme! ¡Ugh! — Jimin volvió a contraerse.

— A la mierda ellos, estamos hablando de tu rico culo y como aprieta mi polla. — Yoongi
siguió moviéndose. — ¿Puedo follarte mañana en la comida mientras haces mi... tarea?

— ¡Si dejaras de hablar y mejor me follaras, quizás!

Yoongi gruñó y siguió embistiendo duro sin dejar el parloteo, porque repentinamente, tanto
Jimin como él habían entrado en la duda de para cuándo era el examen de matemáticas.

— ¡Es para el jueves! — Gimió Yoongi. — ¡Joder!

— ¡V-viernes! ¡La profesora lo cambió al...! ¡Ah! ¡Ah, así!

— ¡J-jueves!

— ¡Viernes, imbécil!

Ambos se corrieron gritando el respectivo día de la semana en que creían que era el examen.

Yoongi cayó rendido sobre Jimin quien tenía la respiración sumamente agitada. Trataron
de componerse un poco, Yoongi tirándose a su costado con la respiración sumamente
irregular.

— Dios... vaya que traías ganas. — Jimin esbozó una sonrisa viéndolo de costado.

— Joder, siempre es exquisito follarte. — Susurró Yoongi también volteando a su costado y


sonriendo.

— Me encantas tanto imbécil. — Susurró Jimin antes de lanzarse a sus labios con una
sonrisa.

Comenzaron a besarse en aquella oscuridad con fuerza, introduciendo sus lenguas y


revolcándose en la ya desarreglada cama hasta que Jimin separó un poco a Yoongi para
verlo serio.

— Por cierto, Yoongi. ¿No venía tu novia hoy a tu casa?


Día 3: Primera vez

Jimin era un adolescente que veía mucho porno. Quizás demasiado. ¡Pero bueno! Era
inevitable cuando dedicaba horas a frotarse frente a la pantalla, pellizcando sus labios
gorditos y sobando sus pezones erectos al ver a aquel guapísimo actor porno de cabello
negro, ojos felinos y de nombre "Min Yoongi" aparecer en su pantalla con su polla de
veintidós centímetros.

Y es que joder. Al nerd de Jimin se le hacía agua la boca y sollozaba lanzando su cabeza
atrás cada que lo veía. Colocaba sus audífonos a tope y se frotaba rápidamente escuchando
los gemidos roncos del guapo hombre en sus oídos, ronroneando y susurrando palabras
sucias que aunque sabía no eran para él, al menos lo disfrutaba.

Con tan solo diecinueve años, Park Jimin jamás creyó que tendría oportunidad alguna de
estar con un hombre como él. Y sin embargo, se negaba a perder su virginidad con alguien
que no estuviese a la altura del guapo actor porno que, para variar, vivía en su ciudad. ¿Las
oportunidades de encontrarlo? Tan altas como bajas. La vida parecía odiarlo y sin embargo,
no.

Min Yoongi se había ido a vivir a su ciudad ya que había cambiado de agencia. Y joder, que
ponerlo de cabello negro había resultado puramente orgásmico para Jimin quien se
masturbó cinco veces esa noche y mordió su almohada tan fuerte que rompió la tela.

Un clásico.

Estaba cumpliendo veinte años ese día. No podía sentirse más avergonzado de seguir siendo
virgen a tal edad pero bueno, cosas de la vida. Cuando le momento llegara, él estaría listo.
O sea quería creer. Últimamente su mejor amigo Jungkook se estaba portando muy raro con
él.

Y no en el sentido de tirarle indirectas de "quiero romper tus nalgas abismales a nalgadas"


sino con miradas pícaras de cuando un niño pequeño hace una travesura. Jeon no se
caracterizaba por hacerle las bromas más lindas a su mejor amigo, Jimin. Así que
francamente, Jimin se preparaba para lo peor aquel día.

— Esta noche no iremos a beber por tu cumpleaños. —Le había dicho Jungkook cuando
salieron de la Universidad. — Te reservé la noche en un hotel de mi padre. Disfrútala.

— Creo que es lo más lindo que he recibido tuyo. — Rió Jimin.

— Oh créeme, vas a agradecerme de por vida. — Sonrió Jungkook esbozando su linda


sonrisa.
Jimin agarró la hoja que le dio Jungkook y como le indicó, hizo una pequeña maleta y se
dirigió al hotel. Le sorprendió ver algunos guardias de seguridad ahí que lo fulminaron de
mala gana antes de dejarlo entrar al elevador. Jimin los observó extrañado y una vez frente
a la recámara 1207, introdujo la llave para entrar en la habitación.

Le sorprendió bastante ver otra maleta ahí tirada y a un hombre apoyado en la ventana
viendo la ciudad. Jimin se congeló durante un breve segundo creyendo que se había
equivocado pero era imposible. La llave encajaba muy bien.

— ¿Park Jimin? — Habló una voz ronca que le erizó hasta los riñones.

— ¿S-sí? — Balbuceó cerrando la puerta detrás de él. — Lo siento... creo no comprender qué
está pasando, ¿quién es usted?

— Dímelo tú. — Río coquetamente la voz ronca-

Jimin entrecerró sus ojos y muy lentamente vio a la figura masculina desconocida acercarse
hasta que la luz le dio. Sintió un golpe interno que le soltó todo el aire y sus ojos se
expandieron hasta casi salirse de sus órbitas. La mandíbula le cayó al suelo y se tornó color
cereza tapando al instante su boca para no gritar.

¿Cada cuando vas a un hotel y te encuentras con tu estrella porno favorita en tu hotel en
ropa interior y una preciosa sonrisa?

— Ay mamá... — susurró Jimin antes de -literalmente-, desmayarse frente a Yoongi.

El de cabello negro pestañeó confundido y al instante se inclinó al adorable universitario de


cabello naranja chillón y hermosos labios. Soltó una risa ronca sin poder evitarlo y acercó
sus dulces labios hasta los más esponjados del otro, para besarlos.

Y si Jimin creía que estar en un cuarto con su estrella porno favorita era el cielo, era porque
definitivamente nunca había cobrado conocimiento con su estrella porno favorita,
comiéndole la boca.

— Amh... — gimió Jimin aferrándose agitado al contrario — q-qué... ¿cómo?

— Menos charla y más acción. Serás el fan más afortunado del mundo. — Yoongi esbozó
una sonrisa deslizando la punta de su lengua por el cuello del menor sacándole un jadeo.
— Recuerdo verte siempre en los comentarios, Park Jimin — se rió — le ponías me gusta a
todos mis videos y tus cartas el fin de semana nunca faltaban ni tu spam de mensajes en mi
bandeja de entrada. Eres tan adorable.

Jimin enrojeció hasta la punta de sus pies. Yoongi se separó de él para cargarlo haciéndolo
enrojecer más y lo tiró a la cama. El aliento de Jimin se cortó por completo.

— Y curiosamente, conocí a tu mejor amigo, Jungkook porque su primo está también en mi


agencia. — Yoongi pellizcó la nariz de Jimin suavemente y comenzó a deslizar los
pantalones del nombrado fuera. — Y me habló de ti... y bueno, no pasó mucho hasta que
reconocí perfectamente quién eras: el lindo niño de cabello naranja que era mi fan número
uno desde hace tres años.

— N-no puedo creerlo... — Susurró Jimin enrojeciendo aún más.

— Créelo. — Yoongi también le quitó la camisa rápidamente y comenzó a besuquear su


pecho sacándole un gemido. — Me contaron de tu cumpleaños y lo virgen que te mantenías
por mí. Me sentí demasiado querido, ¿sabes? Así que vine a compensarte todos esos años
que me acompañaste a través de una pantalla. — Yoongi se separó de la piel para verlo
sonriente. — Créeme que es un honor conocerte, niño.

Jimin quería llorar de felicidad. Sintió sus ojos picotear y sin duda podría también agarrarse
a besos a Jeon Jungkook por ello. ¡Jesús! ¡Era tan feliz! Las palabras se atoraron en su
garganta y bueno, tampoco es como si hubiese podido decir mucho ya que Yoongi ya se
encontraba besándolo con fervor y acariciando sus muslos.

Jimin suspiró en su boca y temblando, comenzó a sentir aquellas manos con las que había
fantaseado tanto colarse en su ropa interior para comenzar a masturbarlo. Mientras tanto,
el otro brazo de Yoongi se mantenía debajo de su espalda, alzándolo un poco para abrazarlo
sin dejar de besarlo lento y coqueto. Sensual como Yoongi era.

— ¿Sientes cómo me pones? — Susurró Yoongi sobre su oreja presionando su erección


contra las caderas del menor quien mordió su labio. — ¿Lo sientes?

— L-lo hago... — Gimió Jimin lanzando su cabeza hacia atrás para liberar otro gemido
cuando su ropa interior fue deslizada fuera de sus piernas y quedó completamente desnudo
frente a la estrella porno.

— Bien. — Yoongi sonrió sobre sus labios. — Trataré de ser suave porque es tu primera vez,
pero no prometo nada.

— Tú solo fóllame... — Suplicó Jimin sin contener las palabras más en su boca.

Yoongi sonrió complacido porque podía ver cómo Jimin lo deseaba. Se quitó la ropa interior
y agarró un preservativo king que se colocó en su grande y gruesa erección. Jimin se relamió
con deseo y por más ganas que tuvo de chuparle aquella polla, no quiso. Era virgen, jamás
había hecho nada y no quería regarla.

— ¿Listo? — Preguntó Yoongi sobando sus muslos de nuevo.

— ¡Sí! ¡Sí! — Gritó Jimin extasiado.

Sus piernas fueron abiertas y Yoongi tiró de ellas hasta colocar a Jimin en el borde de la
cama. Yoongi quedó de pie y se colocó sobre las piernas abiertas del joven debajo de él que
lo veía suplicante. Agarró su pene y lentamente lo dirigió a la virgen entrada del chico de
cabello naranja y se hundió un poco.

Jimin aguantó el aliento y abrió su boca un poco y enterró sus uñas en sus muslos que apretó
acto después. Yoongi gruñó por lo estrecho que era y tuvo que menearse un poco de
izquierda a derecha para comenzar a entrar. Jimin era demasiado apretado lo cual era
delicioso, pero quizás no tanto para el contrario quien chilló agudo.

— Lo siento, eres muy estrecho. — Se disculpó Yoongi.

— T-tú sigue... — Suplicó Jimin arqueándose un poco.

Yoongi suspiró y lentamente siguió entrando hasta hacer gritar a Jimin y que mordiera sus
labios. Observó la erección contraria comenzar a levantarse y los pezones a endurecerse.
Esbozó una sonrisa y comenzó a entrar y a salir suave del chico quien jadeaba debajo suyo
y mordisqueaba sus dedos viéndolo fijamente.

Yoongi se inclinó para besarlo suave sin dejar de moverse. Jimin jadeó dentro de su boca y
rasguñó un poco su espalda con aliento corto. Se separaron para respirar y Jimin lanzó su
cabeza hacia atrás.

— E-es grande... — Gimió sintiendo sus piernas abrirse más.

— Creí que ya lo conocías bien, bebé — Susurró divertido Yoongi pellizcando su pezón con
sus dientes.

Jimin dio un respingo y al instante apretó sus piernas y dientes y jadeó bajito pero constante.
Yoongi aumentó un poco el ritmo viendo a Jimin acostumbrarse poco a poco hasta tenerlo
perfectamente dilatado y gozando la follada.

— ¿Puedo meterlo ya completo? — Preguntó Yoongi con voz pesada.

— ¡¿NO LO METISTE TODO?! — Chilló Jimin escandalizado.

— Eh... no... — Yoongi mordió sus labios divertido — Siquiera metí la mitad.

Jimin casi se va de boca de no ser porque estaba acostado. Abrió su boca grande y Yoongi
bueno, no desaprovechó el momento de shock y se hundió por completo dentro de él de
una sola estocada. El grito que soltó Jimin fue glorioso, un "oh mi dios" que jadeó ahogado
mientras su erección golpeada su vientre y él mismo comenzaba a estimularse los pezones
complacido.

Yoongi comenzó a embestirlo haciendo que el diminuto cuerpo debajo de él se revolcara de


placer puro y comenzara a sollozar debido a lo bien que se sentía. Sus pequeños dedos sin
duda no se comparaban a la bestial polla que se encontraba jodiéndolo delicioso.

Sin duda años de práctica se notaban.


Yoongi siguió embistiendo a Jimin. No fue descaradamente salvaje pero tampoco un Romeo:
lo suficiente para que ambos gozaran y Jimin no se lastimara. Sus alientos pesados se
mezclaron y Jimin llegó a un precioso orgasmo no tanto por la estimulación, sino por el
simple hecho de ver a Yoongi sudoroso y jadeante frente a él, de labios mordidos y cabello
azabache cayéndole en el rostro haciéndolo ver tan... desgarrador.

— Ah... — Yoongi finalmente llegó en un jadeo ronco y se liberó dentro de aquella apretada
entrada que le había gustado demasiado. Ver a Jimin debajo de él azotándose contra la cama
había sido caliente. Ver sus piernas enredadas en su cadera había sido caliente y ver aquellos
pezones había sido sexy.

Se observaron unos pequeños segundos y se besaron nuevamente. Yoongi tironeó del labio
inferior contrario con una sonrisa haciendo a Jimin gruñir complacido.

— Feliz cumpleaños, Jimin... — Susurró Yoongi sobre sus labios.

El despertador hizo que Jimin abriera los ojos. Observó su cuarto, sus colchas y el
despertador anunciando las siete de la mañana. Lanzó los cojines al suelo y maldijo tantas
veces hasta que su garganta dolió.

Solo había sido un maldito sueño. ¡Claro que sí! ¿Qué creía? ¿Que correría con esa suerte
realmente? ¡Patético!

Su teléfono sonó y ya sabía que era Jeon Jungkook felicitándolo por su cumpleaños. Le
agradecería y le contaría la locura de sueño que había tenido. Abrió la bandeja de mensaje
y entró al mensaje recién llegado abriendo un poco su boca.

"Me encantaría repetir lo de anoche, ¿qué dices? ;)

Min Yoongi"
Día 4: Masturbación

Pak Jimin sufría de problemas de peso. Era un lindo gordito bastante nerd que se escondía
en la biblioteca detrás de cómics todos los días y huía desesperado de sus bullys. Uno de
ellos, Min Yoongi, un chico extremadamente guapo y matón que dedicaba horas de su vida
a insultarlo, empujarlo o llegar por atrás y estrujar sus pechos debido a lo gordito que estaba.

Jimin no entendía por qué Yoongi lo molestaba tanto o se dedicaba largos minutos a
observarlo de una forma realmente hambrienta. Jimin deslizaba hacia arriba sus lentes de
pasta gruesa cada que eso pasaba y pasaba saliva. Y es que aunque odiara a Yoongi, no
podía negar que le traía ganas. Muchas ganas. Pero no. Estaba prohibido. Muy prohibido.

Ese 28 de Marzo fue completamente diferente a como esperaba. Normalmente los miércoles
pasaba horas en la biblioteca durante sus recesos pero esta vez le sorprendió ver a Min
Yoongi allí también. Pasó saliva y pasó rápido tratando de esquivarlo provocando que
caminara de una forma bastante graciosa.

Sin embargo parece que no fue suficiente ya que Min Yoongi se levantó rápidamente y
comenzó a tironear a Jimin como pudo a los baños de la biblioteca. El pobre chico no tuvo
el valor de gritar o llevarle la contraria. Yoongi lo empujó dentro con fuerza y colocó el
pestillo.

— ¿Por qué me miras así, eh gordito? — Preguntó Yoongi con una escalofriante sonrisa. —
¿Te asusto?

— No me hagas nada, por favor. — Sollozó Jimin.

— Nah, es divertido humillarte pequeña bola de grasa. — Yoongi pellizcó su mejilla y la


sacudió con cierta fuerza provocando una mueca en Jimin. — Y mira nada más... tan lleno...
— Yoongi estrujó sus mejillas gorditas y de allí pasó a sus labios que sobó morbosamente.
— Joder y tus labios tan gordos como mi polla.

Jimin enrojeció por completo. Chilló después cuando Yoongi tiró de su camisa dejando su
gordita panza a la luz. Se sintió terrible, las lágrimas comenzaron a escurrir de sus mejillas
debido a la vergüenza pero Yoongi se agachó y comenzó a dejar múltiples besos. Jimin se
congeló escuchando a Yoongi gruñir.

— Joder, mira toda esta carne. — Susurró el mayor enterrando sus dedos en la grasa del
menor y jugando con sus lonjas, levantándolas un poco y manoseándolo. — Me abres un
maldito apetito, carnoso y sucio.

— D-déjame... — Suplicó Jimin creyendo que todo esto se trataba de una burla.
— Mierda, no. Ya tuve suficiente. — Yoongi lo azotó con fuerza y Jimin sollozó. — Deja de
sollozar, maldita sea. Vas a quedarte callado y me obedecerás, ¿bien?

Jimin asintió sumiso. Yoongi esbozó una tétrica sonrisa y se alejó de Jimin un paso para
comenzar a frotarse su pene a través de sus jeans. Jimin amplió sus ojos y abrió un poco su
boquita. Yoongi siguió masajeando y gruñó antes de bajar el cierre de su pantalón y sacar
su erecta polla rojiza y mostrando sus apetitosas venas y testículos hinchados. Jimin pasó
saliva.

— Vamos, gordito. — Yoongi se acercó a Jimin y restregó su polla en su barriga haciendo al


menor jadear. — Mastúrbame con tus lindas manos mientras me dejas mamar tus pechos,
siempre he querido sentirlos enormes con tus pequeños pezones hinchados en mi boca.

Jimin se prendió en rojos ante esas palabras. Tragó saliva cuando la polla de Yoongi se
restregó con más fuerza contra él y rindiéndose por completo, llevó su gordita y pequeña
mano al gran miembro que acarició. Yoongi soltó un jadeo y lanzó su cabeza hacia atrás
haciendo un sonido de succión de saliva realmente vulgar.

— Ah joder, tus manitas tan calientes... — Yoongi bajó la vista a las dos manitas que lo
masturbaban y a un Jimin llorón. — ¿Quieres sentirte bien, bebé? ¿Mamo tus pezones? ¿Te
estrujo tus enormes nalgas carnosas? Joder... puedo imaginarme ese pequeño agujero tan
rosado y apretadito...

Jimin enmudeció y un pequeño jadeo brotó poco a después. Sintió cosquillas en su


entrepierna y aquello lo avergonzó. Yoongi esbozó una sonrisa y se acercó más a él. Jimin
no dejó de masturbarlo con suma suavidad, pasando sus manitas por la gran extensión y
sobando después con suaves cosquillas el glande. Yoongi gruñó ronco y levantó
bruscamente la camiseta de Jimin de nuevo. Observó todo su cuerpo con el deseo más puro
lo cual desconcertó a Jimin. ¿No estaba asqueado?

¡Joder, no! Yoongi se sentía venir de tan solo ver tanta piel y aquellos pezones diminutos
entre sus grandes pechos, tan duritos y rosas que su boca se había agua. Se inclinó y agarró
completo con su boca el pezón derecho mordiendo toda la grasa a su alrededor, la piel suave
y tierna y caliente. Apretó el otro estrujando fuerte y sacándole jadeos a Jimin quien se había
pegado a la pared masturbándolo más rápido sintiendo al otro devorarle sus pezones.

— Ah... — Jadeó Jimin bajito y agudo sintiéndose endurecer más.

— ¿Quieres que te devuelva el favor? — Jadeó Yoongi en su oreja que mordió y pegó sus
labios a ellos para comenzar a susurrar suciamente: — Quiero tener tu pequeño pene en
mis manos, Jimin. Quiero chupar tu lindo glande cual rico dulce, devorarme tu entrada y
verte azotar contra mi polla duramente, tu gran cuerpo en mis brazos, sudoroso, salado, mis
manos hundidas en toda tu grasa apetitosa y verte agotar debido a lo fuerte que te voy a
partir.
Jimin mordió sus labios pero sintió el índice de Yoongi meterse rudamente en su boca y
comenzar a follarle la boca con éste. Se atragantó un poco pero Yoongi parecía divertido
metiendo y sacando su dedo de la cálida y húmeda boquita del gordito frente a él. Jimin
aumentó la velocidad de la masturbación haciendo a Yoongi gruñir.

El mayor desesperó y sintiendo su orgasmo cercano, dirigió sus manos al pantalón de Jimin
y los bajó junto con el bóxer. Jimin chilló agudo y trató de apartarlo pero Yoongi rebuscó un
poco entre su cuerpo hasta sentir la cabeza húmeda del pene del gordito rozar sus dedos.
Gruñó de placer puro y dejó de bombear la boca del menor para bajar la vista al pequeño
pene que asomaba entre la panza del menor, una coqueta cabeza rojiza asomando y un pene
bastante pequeño.

Tan adorable y apetitoso.

Yoongi no necesitaba subir su mano de ocho centímetros para frotar todo. Jimin se deshizó
en sus brazos y comenzó a temblar y a sudar bastante. Cerró sus ojitos y comenzó a
menearse rápidamente para aumentar la intensidad. Nunca había tenido unas manos ajenas
a las suyas frotando tan deliciosamente su pequeño pene y sin duda le estaba fascinando.
Bombeó más rápido al mayor mientras Yoongi gemía y gemía bien, consecutivo pero bajo.

Frotó más rápido el pequeño pene de Jimin y acarició sus testículos con una sonrisa viéndolo
a veces perderse nuevamente debajo de su panza. Sin embargo era excitante, veía la piel
rojiza y sudorosa de Jimin, sus pezones como piedras, sus labios muy abiertos, sus mofletes
gordos al rojo vivo y aquel lindo pene comenzar a liberar líquido pre-seminal.

Yoongi echó si cabeza hacia atrás y dejó de masturbar a Jimin para tomarlo del cabello y
agacharlo bruscamente. Jimin iba a soltar un jadeo pero apenas abrió su boquita, la polla del
mayor se introdujo por completo en su boca. Jimin se ahogó pero al instante comenzó a
succionar suciamente aquella gran polla que entraba y salía de su boca. El sonido de succión
parecía como si fuesen chasquidos de besos y "ah" ahogados salían de sus labios conforme
más rápido entraba y salía el mayor. Yoongi se aferró fuerte a su cabellera y empujó sus
caderas hasta adelante enterrando todo su pene en la boca contraria para finalmente,
liberarse.

Jimin se embarró de semen los labios y Yoongi salió de él todavía escurriendo. Jimin sintió
el esposo semen de Yoongi sin pudor, se lo tragó. Yoongi esbozó una sonrisa y comenzó a
frotar rápidamente a Jimin tensándolo bajo su agarre y haciendo que apretara sus manitas
y cerrara sus ojitos. Jimin comenzó a temblar y liberó un agudo gemido antes de que grandes
cantidades de semen comenzaran a brotar. Mucho semen, mucho, mucho semen.

Yoongi empapó su mano y la retiró viendo más gotas caer al suelo y mancharlo. Jimin sentía
que moriría de un paro cardíaco debido a la rapidez con la iba su corazón pero se resistió a
mostrarse más controlado. Yoongi succionó el semen en su mano y besó suciamente los
labios de Jimin sacándole un gemido. Introdujo toda su lengua para pasarla por los dientes,
paladar y lengua húmeda del menor. La succionó con lascivia y la mantuvo atrapada entre
sus labios haciéndolo escurrir un poco de saliva y hacer derretir de placer a Jimin.

Se separaron con los labios muy húmedos y brillantes. Jimin lo observaba rendido de placer
y Yoongi mantenía una hermosa sonrisa de satisfacción en su rostro. EL mayor le guiñó el
ojo y pasó su lengua por su mejilla salada de sudor antes de pellizcar sus pezones una última
vez. Besó castamente sus gordos labios y se ajustó la ropa para salir con una hermosa
sonrisa, dejando atrás a un precioso gordito hecho un desastre.

Jimin se colocó su ropa rápidamente se la acomodó con un potente estallido de rojos y salió
tambaleándose un poco del baño. Sintió unas manos tomarlo para evitar que cayera.

— Wow, ¿estás bien? — Preguntó Jungkook riendo divertido. — ¿Estás mareado?

— Al-algo... — Balbuceó Jimin.

— Vi a Yoongi salir, ¿todo bien? — Preguntó Jungkook ligeramente preocupado. — ¿Te


molesta el imbécil? Puedo darle unos buenos golpes.

— No te preocupes, amor. — Jimin le sonrió tiernamente antes de besar suavemente sus


labios. — El estúpido de tu ex novio no volverá a hacerme nada malo...
Día 5: voyeurismo

Jimin era un híbrido. Ser un lindo minino de un importante mafioso de Corea del Sur podía
parecer trabajo fácil, pero la realidad era que no. Yoongi se la pasaba fuera muchas veces y
no le daba tanta atención a su minino como éste quería o demandaba. Jimin entraba seguido
en celo y podríamos decir que era un gatito que vivía lubricado todo el tiempo,
restregándose todos los días contra su dueño cruel y caliente para que lo mimara. O mejor
dicho, follara.

Sí. Al gatito Jimin le gustaba ser follado por su amo.

Sin embargo habían pasado ya tres meses sin sexo debido a un viaje de Yoongi. Jimin había
sufrido bastante y tuvo que ser encerrado en su recámara. El pobre gatito se restregó contra
todas las cosas y estuvo maullando toda la noche, golpeando con sus manos la puerta y
metiéndose sus pequeños dedos para aliviarse un poco. Estaba empapado de lubricante
producido por su cuerpo, escurriendo realmente.

Iba para el mes cuatro. Yoongi regresaba aquella noche pero Jimin no lo sabía y -
curiosamente- su celo estaba en su máximo esplendor.

Eran las once de la noche. Jimin se observaba al espejo observando su cuerpo humano a
excepción de unas orejas anaranjadas que brotaban de su cabeza y una cola traviesa que
tenía un poco más arriba de su rosado ano lubricado. Sus garritas estaban escondidas al
igual que sus pequeños colmillos. Sin embargo, se encontraba agitado y bastante caliente.
Trataba de divertirse atrapando las luces que producían los autos de afuera pero la atención
caliente de su cuerpo lo estaba sacando de quicio. Hasta su pene se encontraba lubricado y
empapado de sus fluidos.

La mansión estaba vacía ese día así que no le importaba que la puerta del cuarto estuviese
abierta. Se restregó contra las colchas maullando en voz baja, sintiendo el lubricante escurrir
entre sus tiernos muslos haciéndolo morder fuerte su labio. Necesitaba atención con
urgencia.

Y mientras el minino se restregaba en el piso de arriba, Yoongi se encontraba entrando a


casa, zafando su corbata y sacudiendo su cabello platinado. La noche era silenciosa al igual
que la mansión. Estaba ansioso de ver a su gatito nuevamente así que fue subiendo las
escaleras poco a poco escuchando maullidos desesperados de su habitación.

— ¿Estás en celo, travieso? — susurró en voz baja Yoongi con una sonrisa.

Jimin no había escuchado la voz de su amo. Siguió restregándose un poco entre las colchas
desesperado por confort pero al sentirse demasiado caliente, se levantó con rodillas
temblorosas del colchón y avanzó a los cajones junto a la pantalla de plasma. Rebuscó un
poco hasta sacar un vibrador bastante grueso color morado que no dudó en encender
sintiendo su boca hacerse agua.

Se trepó a la cama en un brinco con el vibrador en la boca. Gateó hasta colocarse sobre los
cojines y se masturbó un poco su lindo pene lampiño y rosado. Se humedeció con su líquido
pre-seminal y su lubricante que expulsaba y se frotó con su pequeña mano. Su lindo cuerpo
no estaba tapado más que por un suéter esponjoso color rosado que le llegaba apenas a
medio muslo y que las mangas, le quedaban muy grandes. Lo cual eso provocaba que sus
manitas quedaran ocultas debajo de aquella tela de lana.

Se acomodó en la cama uniendo sus piernitas y levantándolas para dejar su empapada


entrada a la luz. El lubricante se escurrió por las colchas mientras Jimin gemía bajito
encendiendo el vibrador e introduciéndolo dentro de su apretada y húmeda entrada. Apretó
su lengua entre sus labios y también sus ojitos mientras escuchaba el "bzzz” ahogado
mandándole escalofríos por todo su cuerpo.

— Umgh ~ — gimió cerrando sus ojitos con una sonrisa mientras introducía el juguete
vibrador hasta el fondo produciendo sonidos húmedos que lo estaban haciéndose
retorcerse.

Sus pezones tomaron un color sangre y su lindo pene chocó su glande endurecido contra su
ombligo. Sus piernitas temblaron mientras expulsaba más y más lubricante gimiendo en voz
baja, lloriqueando desesperado metiendo y sacando rápido el vibrador de su interior.

Yoongi estaba punto de ingresar a la habitación cuando se detuvo en seco, retrocediendo de


golpe y solo asomándose otro poco. Observó a su lindo minino sacudiendo su cola de
izquierda a derecha mientras se masturbaba suavemente, metiendo y sacando un dulce
vibrador de su interior. Jimin empujaba hasta el fondo arqueándose por completo y secando
su boca, gritando en voz bajita. Alzó más sus piernas y las mantuvo juntas aferrándolas con
el mismo brazo con el que se metía su vibrador.

El mayor sintió un tirón en su entrepierna y apretó sus labios para no gemir. Jimin arqueó
su espalda comenzando a meterlo y a sacarlo más rápido hasta enterrarlo hasta el fondo y
allí dejarlo. Su colita se enroscó y con ambas manitas, comenzó a rozar el cuerpo de su pene
con la yema de sus dedos, frotando con éstas suavemente de arriba a abajo. Gimió agudo
agachando sus orejitas y lagrimeando, sintiendo sus piernitas temblar.

Con una de sus manos, tiró el borde de su suéter rosado hasta sus labios y lo mordió. Así
dejó a la vista un poco su pecho y apenas sus pezones. Mordió fuerte la tela mientras seguía
masturbándose con sus dos manitas, el vibrador empujando y vibrando sobre su próstata
haciéndolo temblar de placer y comenzar a dar brincos y respingos con su cuerpo sobre-
estimulado.
Yoongi gruñó grave viéndolo así y se sintió endurecer al instante, sus ojos bien puestos en
su gatito travieso que comenzaba a temblar, anunciando la llegada de su pronto orgasmo.
Se frotó sobre la tela del pantalón, introduciendo su mano dentro de su ropa interior para
comenzar a frotarse viendo con pupilas dilatadas y hambre voraz a su gatito ronroneante
de placer, ahogado en gemidos y expulsando más lubricante, quedando empapado por
completo y cálido. Sumamente apetecible y listo para engullir un rica polla en su cálido ano.

— Ah~... Y-Yoongi... amo~ — gimoteó poco antes de presionar sobre su glande y temblar
ferozmente comenzando a correr a borbotones. El semen brotó expulsándose en todos los
sentidos. Jimin cerró un ojito sintiendo los rastros de su semen aterrizar en su mejilla y
barbilla, abdomen y piernas.

Yoongi gruñó inevitablemente al escuchar su nombre salir de aquellos deliciosos labios y


después de frotarse otro poco, retiró su mano dejando su gran erección a la vista detrás de
su ajustado pantalón. Jimin trató de recuperarse de su orgasmo poco antes de escuchar
ruidos.

Abrió sus ojos y gimió ahogado viendo a su imponente amo frente a él de brazos cruzados
y con el cinturón a la mano. Pasó saliva viendo la sonrisa del hombre guapo y cruel
devorándolo a través de sus ojos.

— Fuiste un gatito malo... — ronroneó Yoongi antes de esbozar otra sucia sonrisa. —
Daddy deberá castigarte, bebé.
Día 6: vestidos a medias.

— ¡Oh! — gimió agudo Jimin sintiendo al mayor embistiéndolo con fuerza. — ¡Y-Yoongi!

El mayor estrelló a Jimin más fuerte contra la cama, entrando rápidamente de él, los
pantalones deslizándose apenas de sus caderas. La realidad, era que los dos hermanos
tenían prisa ya que sus padres no tardaban en llegar. De hecho, habían llamado apenas
diciendo que iban para allá.

Así que literalmente los hermanos se encontraban a medio vestir. Jimin llevaba puesta toda
su ropa a excepción de sus pantalones y ropa interior que estaban a la altura de sus rodillas
y Yoongi, quien únicamente había sacado su erecta polla de su pantalón y se dedicaba a
embestir a su hermano entre gemidos roncos, sintiendo sus pieles chocando con fuerza.

A decir verdad, desde aquel día en que solamente se habían dado mimos desnudos en la
sala debido al calor, se habían quedado con las ganas de una rica follada. Así que ahora, una
semana después casi, mientras Jimin llegaba de la universidad y Yoongi había entrado antes
del trabajo, lo tiró de la camisa para besarlo con fervor, aventándolo dentro de su cuarto y
arrancándole la ropa para literalmente, embestirlo duro contra la cama.

Yoongi había ido a comer y sus padres no tardaban en llegar, así que aumentó el ritmo de
las embestidas haciendo gemir a Jimin quien lo tiraba de la corbata y lo observaba
anonadado de placer, gimiendo alto y sintiendo sus testículos ser acariciados por su
hermano mayor... por su jodido hermano mayor quien estaba metiéndole su dura polla
entre sus nalgas.

— ¡D-date prisa! — gimió ahogado Jimin rasguñando su espalda y arqueándose por


completo en la cama.

Yoongi gruñó al escuchar la puerta de la entrada ser destrabada. La sangre de ambos se


congeló y Yoongi tiró de las piernas de Jimin para jalarlo al borde de la cama y comenzó a
entrar y a salir bestialmente de él. La cama rechinaba mientras Jimin brincaba sobre ella
ahogando sus gemidos en los labios de su hermano mayor, rasguñando su espalda por
debajo de su ropa y sintiendo sus muslos chocar con repentina fuerza y calor.

— ¡Yoongi! ¡Jimin! — llamó su madre desde abajo.

Estuvo colocando la comida en el centro de la mesa hasta que escuchó unos pasos y un
sonriente Yoongi bajó impecable sonrisa a saludarla.

— Hola, mamá. — Saludó dándole un beso.

— Hola, corazón. — Saludó ella. — ¿Y tu hermano?


— ¡Acá! — Jimin se dirigió hacia ella bajando las escaleras y colocándose junto a Yoongi
quien pasó su brazo detrás de su cuello. — ¿Qué trajiste de comer?

— Pollo y arroz. — Contestó ella. — Vayan a lavarse las manos.

— Mamá, ya no somos bebés. — Se quejó Jimin riendo.

Su madre le sacó la lengua mientras ambos chicos se introducían en el baño. La madre siguió
colocando la mesa esperando a que sus hijos salieran del baño. Alzó una ceja y tocó la puerta.

— ¿Todo bien, chicos? — preguntó.

La puerta se abrió y Jimin asomó la cabeza con una sonrisa: — Sí, mamá. Solo que hay una
pequeña fuga de agua y Yoongi la está arreglando, ya salimos.

— Exacto. — La cabeza de Yoongi apareció encima del hombre de Jimin. — Ahí vamos.

— De acuerdo, allá los espero. — Sonrió la mujer, ignorando completamente que los
pantalones de ambos se encontraban en el suelo, y la polla de su hijo mayor hundida en el
culo del hermano menor, embistiéndolo lento contra la puerta mientras charlaban
tranquilamente con mamá.

Cerraron la puerta y Jimin apoyó su frente en ella para seguir gimiendo mientras sentía a
Yoongi darle palmadas y embestirlo más fuerte y rápido. Duras estocadas que casi lo hacían
babear.

— ¡Aghmm! — Jimin arqueó su espalda y asintió. — ¡C-casi!

Se corrieron después de otras duras estocadas, Yoongi tirando del cabello de su hermanito
menor embistiéndolo más duro, encajando sus dientes en el cuello contrario mientras su
madre muy pacientemente los esperaba sentada en la mesa.

Agarró su teléfono para distraerse hasta que vio a sus hijos acercarse con enormes sonrisas
y tomar lugar. Ella en la cabecilla, Jimin y Yoongi a sus costados viéndose fijamente. Rezaron
antes de comer y finalmente prosiguieron, la madre sonriente y parloteando con sus dos
hijos, mientras el más pequeño, frotaba con su pie desnudo la entrepierna de su hermano
frente a él, tomando delicadamente agua y sonriendo vilmente detrás del vidrio.

¿Me quieres mucho, hermanito?


Día 7: Sexo por Skype

Yoongi se encontraba terriblemente aburrido y caliente. Maldita sea, realmente odiaba


verano. Si bien las vacaciones largas podían ser divertidas, él quería arrancarse el cabello
sufriendo en silencio por no poder hacer nada. Además, ya había acabado oficialmente el
colegio, ahora entraba a la universidad. ¿Y lo peor de todo?

Que el caliente y precioso hijo de la directora, Park Jimin, estudiaría en el extranjero. Joder,
todavía recuerda esa gran cogida en la que terminó muriendo de risa al recordar que
estuvieron hablando acerca de la tarea de química o de cuando era el examen de
matemáticas. Y es que odiaba admitirlo, pero a pesar de tener novia, su saliva escurría con
el sencillo nombre de aquel chico de cabello naranja, abultados labios y rico culo que lo
apretaba muy bien.

Jimin estaba lejos. Se había acabado oficialmente entre ellos. El último día de clases, todos
estaban con sus diplomas, gritando, cantando, abrazándose y era normal. Casi. Yoongi se
encontraba viendo con suma tristeza a Jimin festejar, sabiendo que, esa sería la última que
vería a ese chico. Sintió un extraño pellizco en su pecho y es que desde que tenía memoria,
su corazón latía desde siempre por Park Jimin. Pero era un secreto. Uno muy profundo.

Yoongi conoció a Jimin cuando ambos tenían seis años. Se molestaban y estaban en
constante pelea porque Yoongi le decía "ñoño" a Jimin por ser el hijo de la directora. Era
buen estudiante, disciplinado, de carácter fuerte y algo mamón. Yoongi era un
problemático, parlanchín que siempre lo sacaban de clase, que jamás hacía sus tareas,
coqueteaba descaradamente con todo el mundo, se iba de fiesta y no hacía nada en el colegio.
Aunque por azares del destino, logró salir con buenas calificaciones.

Cuando tenían doce seguían peleándose, empujándose. Jimin lloraba y acusaba a Yoongi
quien se reía de su infantilismo y se juró odiarlo. Y sin embargo, a sus catorce lindos años,
Yoongi comenzó a encelarse de que otras niñas se acercaran a Jimin. Sentía su corazón
hacerse pequeño y celos hervían en su sangre. Trató de ignorar el pensamiento pero a sus
quince años, fue imposible. Estaba enamorado de Jimin y realmente enamorado de él.

Se convirtieron en adolescentes y siguieron peleándose a gritos y a molestarse. Tenían


diecisiete años, mucha testosterona y ganas de descubrirse a sí mismos. Así que cierto día, -
Yoongi lo recuerda bien - llamó a Jimin para golpearlo y.. por cuestiones extrañas... terminó
comiéndole la boca a su peor enemigo desde que son pequeños. Y Jimin, en lugar de
ofenderse y soltarle tremenda bofetada, gimió dentro de su boca y se aferró a él siguiéndole
el necesitado beso. Ese mismo día cogieron, por cierto.

Y así se transcurrió el último año escolar. Yoongi con novia, Jimin como eterno soltero y
angelito frente a todos. Y, cuando nadie volteaba, corrían a sus brazos para meterse la lengua
a la garganta o los fines de semanas se mandaban mensajes para ir a follar.
Desgraciadamente, para la mala suerte de Yoongi, jamás supo si Jimin lo amaba de vuelta.
Jamás sabría, de hecho. El último día no se hablaron casi nada a excepción de un "espero
tengan una buena vida", darse un apretón de manos y alejarse para no volverse a ver nunca
más.

Yoongi se había enterado que Jimin se había ido a vivir a otro país para estudiar en una
prestigiada universidad, producto de sus calificaciones sobresalientes. Claro, era Park Jimin.
El chico que amaba era sumamente inteligente y ahora... lo tenía lejos. Y no le importó. Min
Yoongi comenzó a llorar esa misma noche porque llevaba patéticamente enamorado de
Jimin muchos años. Y era un imbécil, un gran imbécil por jamás tener el valor de confesarse
y convertir al hijo de la directora en su novio.

En el novio que siempre deseó desde que tenía memoria. Él quería a Park Jimin.

Soltó un suspiro y sacó su teléfono ingresando a skype, sorprendiéndose de que el contacto


de Jimin tuviera una burbujita verde a su costado. Eso significaba que estaba en línea. Bien,
era una tontería pero Yoongi sintió su corazón enloquecer de amor y pese a los nervios de
enamorado idiota, le mandó un mensaje:

¡Hola!

Esperó un par de minutos hasta que vio tres puntitos en la parte inferior indicando que
Jimin estaba escribiendo. Sintió sus manos sudar. ¿Y si el menor ya se había olvidado de él?
O peor aún, ¿ya no quería nada y lo mandaba al diablo? Yoongi se emborracharía y lloraría
como nunca si eso pasaba e iría a tirarse a cinco chicos en una orgía forzándose a olvidarlo.
Ya casi podía sentir su corazón romperse en mil pedazos.

¡Hola, Yoongi!

El corazón casi se le sale de la boca. ¡Había puestos signos de exclamación! ¿Eso significaba
que estaba feliz de hablarle o solo lo hizo porque Yoongi lo hizo? ¿Y si no significaba nada?
¿Y si algo malo pasaba? ¿Y si la regaba?

¿Cómo vas?

Bastante bien.

Vaya milagro que me hablas, jajajaja.

Ya no saludas :( ¿te olvidaste de mí?

Bien. Definitivamente Yoongi estaba mordiendo la almohada para no gritar de emoción.

¿Cómo crees que voy a olvidarme de ti?

Solo que he estado algo desconectado últimamente. Lo siento.


¡Me alegro que vayas bien!

No te preocupes, entiendo.

Fue lindo tu comentario, jajajaja.

¿Qué andas haciendo?

No mucho. Estoy aburrido acostado en mi cama.

¿Tú?

Igual.

Mis compañeros de cuarto salieron así que ando solo.

Es extraño estar en otra ciudad y no conocer nada.

Te admiro por eso.

Bueno, siempre fuiste muy inteligente así que vas a adaptarte rápido.

Admito que eso me sonrojó un poco.

No creí que jamás fueses a hacerme un cumplido...

¿Cómo vas con tu novia?

Supongo que bien... aunque no es lo mismo.

Es decir, te extraño, ¿sabes? Realmente la pasaba bien contigo.

Sí... igual te extraño.

¿Puedes llamada?

¡Claro, voy por mis audífonos!

De acuerdo :)

Yoongi se apuró a ir por sus audífonos y con manos temblorosas, le marcó por videollamada
a Jimin. El menor no tardó en contestar acostado en la cama y con una sonrisa.

— ¡Hola! — saludó Jimin peinando su cabello hacia atrás. — ¿Me escuchas bien?

— Perfecto. — Yoongi sonrió y también se acomodó en su cama. — ¿Tú me escuchas bien?

— Sip. — Jimin sonrió de vuelta. — ¿Cómo vas? Hace unas semanas ya no hablábamos.

— Tranquilo. Es algo aburrido ya que no me entretengo, pero supongo que está bien. —
Yoongi relamió sus labios. — ¿Qué tal allá?

— Divertido, algo complicado. ¡Pero me gusta!


— Me alegra.

Siguieron platicando durante dos horas sin parar. Reían, recordaban el pasado, se hacían
preguntas y jugaban. Estaban muy a gusto y solo había pequeños momentos donde no
decían nada, únicamente se observaban con sonrisas. Yoongi relamió sus labios y carraspeó
su garganta cuando se percató que llevaban casi un minuto sin perder contacto visual.

— Y... ¿algo más que me quieras contar? — preguntó el mayor.

— La verdad, no. Pero me pone muy feliz volver a hablar contigo. — Jimin ladeó su cabeza.
— Extraño las veladas juntos. También ir a estudiar a tu casa.

— Sabes bien que hacíamos todo menos estudiar. — Yoongi rió ronco. — Era sexy.

— Muy sexy. — Jimin mordió su labio y sonrió de nuevo.

La tensión aumentaba. Yoongi comenzó a jugar verdad o reto con él para meter sazón al
asunto. Comenzó leve, hasta que poco a poco las preguntas y los retos comenzaron a ser
realmente provocativos. Realmente estaban a nada de pasar a algo más.

— Quiero que te quites toda la ropa. — Le dijo Jimin con una sonrisa pícara. — Ese es mi
reto.

Yoongi rió y colocó su teléfono en la base en su mesa y lentamente se quitó la ropa. Jimin lo
observó con una sonrisa y lentamente volvió a acostarse en la cama.

— ¿Verdad o reto, Jimin? — preguntó el mayor.

— Reto. — Contestó el de cabello naranja.

— Mastúrbate para mí. — Habló ronco el mayor.

— ¿Quieres que me masturbe para ti? — preguntó Jimin coqueto. — ¿Me meto los dedos?

— Joder, sí. — Yoongi mordió sus labios viéndolo a través de la pantalla.

Jimin apoyó su teléfono en sus libros y fue a cerrar con llave su cuarto. Se despejó de su ropa
y cuando estuvo desnudo, se colocó frente a la cámara con una sonrisa antes de decir: — Lo
haré si tú también lo haces.

— Oh, no seas así. — Rió Yoongi.

— Por favooor. — Puchereó Jimin.

— Bien, tú ganas. — Yoongi suspiró acomodando el teléfono junto a su lámpara. — ¿Me ves
bien?

— Lo hago.

— Bien.
Ambos chicos se posicionaron desnudos frente a sus respectivas cámaras. Jimin se sentó y
llevó las rodillas a su pecho, acostándose un poco para mostrar su entrada. Yoongi lo
observó mordiendo su labio antes de llevar su mano a su miembro que comenzó a frotar
viéndolo. Jimin mantuvo la vista fija en la pálida y venosa mano rodeando el miembro
grueso, masturbándose rápidamente mientras él succionaba sus dedos y se metía dos.

El de cabello naranja arqueó su espalda y comenzó a penetrarse con sus dedos soltando
suaves gemidos, viendo al mayor masturbarse más rápido frente a él y respirando pesado.
Intercambiaron posiciones, Jimin dándole la espalda a la cámara y haciéndose hacia
adelante para quedar en cuatro. Prosiguió el movimiento rápido mientras Yoongi seguía
bombeando su polla, observando fijo la pantalla iluminada en la oscuridad de su cuarto,
enfocando bien su polla para que viera cómo lo ponía.

— Así bebé... joder, qué rico culo tienes... — gruñó Yoongi.

Jimin escuchaba las sucias palabras y se contoneaba gustoso. Estimulaba sus pezones y
hablaba sucio con el mayor masturbándose también con él. Ambos lanzaron su cabeza hacia
atrás mientras se corrían, aspirando su saliva y jadeando casi por igual con su gran orgasmo.

Jimin rió agitado mientras Yoongi lamió sus labios secos, viendo pequeñas gotas de semen
en su teléfono. Jimin se acercó a la cámara esbozando una sonrisa a Yoongi quien se la
devolvió.

Se observaron fijamente antes de reír.

— Eso fue bueno. — Habló Jimin ladeando su cabeza.

— Bastante bueno. — Yoongi le sonrió más grande.

— Te estaré buscando. — Jimin observó su reloj. — Acá son las dos de la mañana.

— Acá las doce. — Yoongi observó la hora y volvió a Jimin. — Descansa.

— Descansa igualmente. Me dio gusto hablar contigo.

— Igual a mí. Descansa, precioso.

— También tú, tonto.

Y ambos cortaron guardando sus teléfonos y acostándose en la cama soltando un suspiro.


Jimin apretó sus puños y suspiró tristemente. Le dolía bastante y se estuvo regañando
mentalmente y dando pequeños golpes en la frente. Era un cobarde. Era un cobarde por no
confesarle su amor a Yoongi el último día de clases...

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