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CONCEPTO DE DESGARRO:
Es la lesión sufrida en un músculo o tendón (el tejido que conecta al músculo con el hueso).
Cuando ocurre un desgarro, el músculo o tendón se distiende o se rompe. Los desgarros son
más comunes en la espalda (lumbares) y las piernas (músculos isquiotibiales).
Este tipo de lesiones se diferencian en cinco grupos según la intensidad del traumatismo. A
saber de menor a mayor:
Desgarro miofacial: involucra la fascia y las fibras musculares periféricas. Es una lesión
con un buen pronóstico, ya que suele sanar en 15 o 25 días con tratamiento indicado por el
profesional. Los lugares más frecuentes son isquiotibiales – bíceps crural – tríceps sural
(gemelo).
Desgarro fibrilar: es un dolor lineal, fino, cursa con edema alrededor de la lesión. Tiene
un pronóstico bueno, pues tarda unos 30 días aproximadamente la curación, siempre y
cuando sea con tratamiento indicado por el profesional. Los lugares más frecuentes son
isquiotibiales – cuádriceps.
Desgarro fascicular: es un traumatismo que ocurre en el espesor del músculo, es un
desgarro definido, con más tiempo de recuperación y tratamiento profesional
Desgarro multifibrilar: es una lesión de varios desgarros lineales. Tiene un buen
pronóstico, aunque también es más tiempo el de recuperación y tratamiento (bajo
indicación profesional). Los lugares más frecuentes son el recto anterior de los cuádriceps.
Desagarro total: es una lesión grave, con pérdida de la función muscular y grave
cicatrización. Son visibles los hematomas, que pueden llegar a tener una dimensión
considerable. Requiere tratamiento médico quirúrgico y rehabilitación.
MUSCULO SARTORIO:
La palabra “Sartorio” proviene del latín y se usaba para referirse a los sastres de la época,
quienes al momento de hacer su trabajo acostumbraban a cruzar las piernas. Tal acción es
posible gracias a éste músculo, siendo el más largo en todo el cuerpo humano. Inicia en la
parte superior de la pelvis, cruza posteriormente el muslo y finaliza en la tibia. Cruza dos
articulaciones (cadera y rodilla) y en un adulto con estatura promedio, puede llegar a medir
hasta 60 centímetros. Tanto la arteria como el nervio femoral pasan a través de él. Este
músculo nos permite girar las rodillas hacia el interior facilitando que podamos sentarnos
con las piernas cruzadas; también nos permite doblar la cadera, girarla hacia afuera y
movernos libremente al caminar.
SUS PRINCIPALES FUNCIONES
Por su extenso tamaño, el músculo sartorio es responsable de gran parte de los movimientos
y flexiones que podemos realizar en piernas y cadera. Podemos mencionar movimientos
como las flexiones y movimientos de las rodillas, flexibilidad y alejamiento de la cadera,
entre otros. Gracias a este músculo podemos rotar nuestra cadera hacia afuera del cuerpo
para formar círculos, hacer flexiones de rodillas, elevar una pierna e inclinar nuestro cuerpo
a través de la ejecución de movimientos coordinados y muchos más que forman parte de las
rutinas de calentamiento y entrenamiento a las que nos sometemos constantemente.