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INEMBARGABILIDAD, RECURSOS PÚBLICOS Y DE CUENTAS DE AHORRO

Concepto 2009076328-001 del 4 de noviembre de 2009.

Síntesis: No es dable a la entidad financiera oponerse a la ejecución de una medida


cautelar bajo el argumento de que los recursos son inembargables, pues es al juez a quien
corresponde emitir las órdenes y determinar los bienes sobre las cuales recaen tales
medidas. Acatado el embargo el establecimiento bancario debe informarle al juez acerca
del carácter de los recursos con el fin de determinar si mantiene o revoca la medida. El
beneficio de inembargabilidad de los depósitos efectuados en los bancos procede
únicamente para recursos depositados en cuentas de ahorros cuyos titulares sean personas
naturales. El beneficio de inembargabilidad no cobija las cuentas de ahorro de personas
jurídicas, categoría de la cual gozan los municipios. En el caso de procesos que se
adelanten contra personas jurídicas no existe límite de inembargabilidad.

«(…) consulta “cuál es el límite de inembargabilidad de las cuentas de ahorro de un


municipio que tiene más de 10 cuentas para evadir embargos judiciales ordenados por un
juez de la república, y los bancos contestan que dichas cuentas, las 10 tienen un límite de
inembargabilidad”.

Al respecto, proceden los siguientes comentarios:

Sea lo primero precisar que para dar respuesta a su petición (se) hace necesario efectuar una
distinción acerca de si los dineros depositados en las cuentas de ahorro del municipio
obedecen a recursos públicos que tengan el carácter de inembargables, como por ejemplo
que correspondan (al) presupuesto nacional, o, si por el contrario, se trata de recursos que
no tengan tal naturaleza.

Pues bien, en tratándose del primer evento es importante advertir que existen disposiciones
que consagran cuáles bienes no son embargables como sucede con los dineros públicos, tal
es el caso de las rentas y recursos incorporados al Presupuesto General de la Nacional
(artículo 16 de la Ley 38 de 1989); los recursos originados en transferencia de la Nación a
las entidades territoriales1; los destinados a un servicio público cuando éste se preste
directamente por un departamento, un municipio o un establecimiento público; pero es
embargable hasta la tercera parte de los ingresos del respectivo servicio sin que el total de
los embargos exceda de dicho porcentaje (art. 684, num. 2 del Código de Procedimiento

s1 El porcentaje de los ingresos corrientes que la Nación transfiere a las entidades territoriales, para la atención de los servicios de
educación preescolar, primaria, secundaria y media y salud, o para financiar áreas prioritarias de inversión social son inembargables y ese
beneficio no sólo comprende el dinero trasferido, sino los rendimientos que producen tales dineros, dado que el capital principal tiene una
destinación específica, y los rendimientos que produzcan siguen la suerte de aquél, incrementando simplemente ese capital, que goza de
tal prebenda. (ver auto del Consejo de Estado del 3 de septiembre de 1998, Exp. 15.1555, Magistrado Ponente Daniel Suárez Hernández
y Sentencia del 22 de febrero de 2001, Expediente 18.844, Consejero Ponente Ariel Eduardo Hernández Enríquez).
Civil); las dos terceras partes de la renta bruta de los departamentos, los municipios, los
distritos especiales (ibídem, numeral 3º) 2.

Como se desprende de lo anotado, algunos de los recursos pertenecientes a entidades


territoriales, pueden considerarse como no embargables. Luego, no sólo se predicaría tal
características por encontrarse depositados en cuentas de ahorro que tiene como beneficio
la inembargabilidad, sino por la naturaleza propia de los recursos, situación que podría
afectar la ejecución de la medida cautelar respecto del saldo existente en la cuenta
susceptible de embargo.

No obstante lo anterior, esta Superintendencia ha impartido instrucciones a sus vigiladas en


relación con el procedimiento que deben observar para el acatamiento de las órdenes
judiciales que recaen sobre recursos inembargables, las cuales se encuentran contenidas en
la Circular Básica Jurídica, en el Título II, Capítulo Cuarto, numeral 6 en el siguiente
sentido:

“1.7 Embargos sobre depósitos de rentas y recursos pertenecientes al


presupuesto general de la Nación

“En aplicación de la jurisprudencia constitucional contenida en la sentencia T-025/95


del 1o. de febrero de 1995 - expediente T-46448, emanada de la Corte Constitucional,
este Despacho se permite impartir las siguientes instrucciones sobre el procedimiento
que debe adoptarse por las entidades, en aquellos eventos en los cuales reciban
órdenes de embargo sobre depósitos de rentas y recursos del presupuesto nacional.

“En adelante todas las órdenes de embargo que afecten o recaigan sobre las rentas y
recursos incorporados al Presupuesto General de la Nación, emanadas de juez
competente, serán de inmediata ejecución o cumplimiento por parte de los
establecimientos de crédito.

“Decretada debidamente una medida de embargo, los establecimientos de crédito no


son competentes para establecer si la respectiva decisión judicial recae sobre rentas y
recursos incorporados al Presupuesto General de la Nación para, con base en ello,
abstenerse de darle cumplimiento en atención a su carácter de inembargables, pues no
siendo esas instituciones parte en el proceso, no tienen posibilidad, y aún menos
obligación, de oponerse a tales órdenes de embargo. Su actuación no puede ir más
allá que la de mero ejecutor de la orden judicial en lo concerniente con la existencia
de los recursos, su cuantía y la identificación del titular, aspecto cuya verificación se
encuentra implícita en la ejecución de la orden de embargo.

2 “La sala considera que el principio legal de inembargabilidad que prevé el Estatuto Orgánico del Presupuesto (D.111/96 art. 19) para
ciertos bienes, derechos y recursos de propiedad de los órganos que conforman el Presupuesto General de la nación, no se extienden a las
entidades territoriales y sus organismos descentralizados.
“Por consiguiente, tales bienes son en principio embargables, tan sólo serán inembargables en los términos indicados en el artículo 684
del Código de Procedimiento Civil...”
“Lo anterior debe entenderse sin perjuicio de dar estricto cumplimiento a lo ordenado
por el artículo 3o. del Decreto 1807 de 1994, según el cual, ‘...el establecimiento de
crédito que reciba una orden de embargo en contravención a lo dispuesto por el
presente decreto, deberá informar inmediatamente a la Contraloría General de la
República para que inicie un juicio fiscal contra el funcionario judicial que ordenó el
embargo’.

“Igualmente, sin dejar de cumplir en forma diligente las referidas órdenes judiciales
de embargo, en la comunicación mediante la cual se pone en conocimiento del juez la
ejecución de dicha orden, deberá informársele que la medida afecta Rentas y
Recursos pertenecientes al Presupuesto General de la Nación, para su evaluación y
fines pertinentes, lo cual no exonera para que se efectúen de inmediato los traslados
de los recursos embargados, en los términos dispuestos por la Autoridad Judicial.

“Para su cumplimiento, los establecimientos de crédito deberán adoptar e impartir las


medidas e instrucciones internas pertinentes, a la mayor brevedad posible. No sobra
recordar que la inobservancia de esta preceptiva dará lugar a aplicar, por parte de la
Superintendencia Bancaria, las sanciones institucionales o personales previstas en los
artículos 209 y 211 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, sin perjuicio de la
aplicación que las autoridades judiciales puedan hacer de otras normas legales para
quien desobedezca o retarde la ejecución de sus órdenes”.

En ese sentido, no sería dable a la entidad financiera oponerse a la ejecución de una medida
cautelar bajo el argumento de que los recursos son inembargables, pues recordemos que es
al juez a quien le corresponde emitir las órdenes y determinar los bienes no sobre las cuales
recaen tales medidas. En todo caso, una vez acatado el embargo el establecimiento bancario
debe informarle al juez acerca del carácter de los recursos con el fin de determinar si
mantiene o revoca la medida.

Asimismo, importa destacar que existen ciertas circunstancias que levantan el beneficio de
la inembargabilidad de dichos recursos públicos, como por ejemplo cuando se trata de
garantizar el pago de obligaciones laborales3.

De otra parte, en el segundo evento, esto es, si los dineros depositados en las cuentas de
ahorro del municipio no corresponden a aquellos que tengan el carácter de inembargables,
valga señalar que tratándose de cuentas de personas jurídicas no se aplica este beneficio.

Sobre el tema la extinta Superintendencia Bancaria, hoy Superintendencia Financiera, en


concepto No 2005045452 del 29 de diciembre del 2005 expresó su criterio en el siguiente
sentido:

s3 Ver Corte Constitucional, Sentencia T-262, mayo 28 de 1997, Magistrado Ponente José Gregorio Hernández Galindo. En ella se
expresa: “Si ese carácter absoluto de la inembargabilidad pudiera predicarse, cobijando aun los casos en que el embargo busca garantizar
el pago de acreencias laborales, se violaría el artículo 25 de la Constitución, por contradecir la especial protección que él consagra a favor
del trabajo.
En efecto, la inembargabilidad del presupuesto está fundada en la protección del bien público y del interés general (...)
La norma que establece la prioridad del interés general no puede ser interpretada de tal manera que ella justifique la violación de los
derechos fundamentales de unos pocos en beneficio de interés de todos”
“Antes de dar respuesta a su interrogante es preciso remontarnos a los antecedentes
de las normas materia de consulta, como el artículo 115 de la Ley 45 de 1923, cuya
finalidad fue la entrega directa de dineros a los herederos del titular de los depósitos
de ahorro constituidos en las corporaciones de ahorro y vivienda y en las secciones de
ahorro de los bancos sin necesidad de juicio de sucesión. En efecto, el inciso final de
la norma en mención preveía:

“Si muere una persona dejando una cuenta en la sección de ahorros cuyo saldo a
favor de aquella no exceda de quinientos pesos, y no hubiere albacea nombrado o
administrador de los bienes de la sucesión, el establecimiento bancario puede, a su
juicio, pagar el saldo de dicha cuenta al cónyuge sobreviviente, al pariente más
próximo, al director de exequias, o a cualquier otro acreedor que parezca tener
derecho para ello. Como condición de este pago el establecimiento bancario puede
requerir declaraciones juradas respecto a las partes interesadas, la presentación de
las debidas renuncias, la expedición de un documento de garantías por la persona a
quien el pago se haga y el recibo del caso, como constancia del pago. Por razón de
tal pago, hecho de acuerdo con este artículo, el establecimiento bancario no tendrá
responsabilidad para con el albacea o administrador nombrado después” (se
resalta).

Del tenor literal de la norma transcrita se deduce que las sumas de dinero depositadas
en cuentas de ahorro en las secciones de ahorro de los establecimientos bancarios
debían entregarse a los herederos o a las personas allí señaladas sin necesidad de
juicio de sucesión. De acuerdo con las expresiones utilizadas por la ley al referirse a
los destinatarios del pago, esto es: “… al cónyuge sobreviviente, al pariente más
próximo, al director de exequias, o a cualquier otro acreedor…”, es claro que tal
posibilidad se consagró únicamente para personas naturales titulares de las citadas
cuentas. En tal virtud, la entrega sin juicio de sucesión de tales recursos corresponde a
un privilegio que sólo puede predicarse de las personas naturales, toda vez que, se
insiste, la norma contiene expresiones, tales como, muerte, sucesión y herederos las
cuales sólo se predican de una persona física y no de personas jurídicas de quienes se
predica es su liquidación y disolución en caso de extinción.

Sin perder de vista la anterior consideración, con la expedición del Decreto 2349
de 1965, por el cual se fomentó el ahorro popular, se encauzó hacia la construcción y
adquisición de vivienda, se estimuló la inversión y se combatió el desempleo, se
adicionó al beneficio de entrega sin juicio de sucesión el de inembargabilidad de los
depósitos de ahorro constituidos en las cajas de ahorro y secciones de ahorro de los
bancos, quedando así ambos privilegios contenidos en la norma, en los siguientes
términos:
“… hasta la cantidad de $ 30.000.00, dichos depósito s4 no serán embargables y hasta
$ 50.000.00 podrán ser entregados directamente al cónyuge sobreviviente, o a los
herederos, o a uno y otros conjuntamente, según el caso, sin necesidad de juicio de
sucesión, según las condiciones del inciso 10º del artículo 115 de la Ley 45 de 1923”

De lo anterior se observa que esta disposición incluyó un nuevo beneficio para los
citados recursos, el de inembargabilidad de los depósitos de ahorro puro y contractual
–respecto de los cuales nos referiremos más adelante-, reiterando la entrega de
dineros al cónyuge sobreviviente o a los herederos o a uno y otro sin necesidad de
juicio de sucesión. Es así como este nuevo privilegio fue concebido siguiendo los
mismos parámetros del anterior al referirse “…al cónyuge sobreviviente, o a los
herederos, o a uno y otros conjuntamente…” –expresiones éstas últimas que, como
ya se indicó, aluden a personas naturales. Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que
la finalidad de las disposiciones contenidas en el Decreto 2349 de 1965 el cual buscó
fomentar el ahorro popular -entendido éste como el ahorro del pueblo- y combatir de
desempleo, aspectos que sólo se invocan respecto de personas naturales.

Así pues, atendiendo el tenor literal de la norma, así como la finalidad de la


reglamentación que la contiene debe deducirse que tales beneficios son aplicables
únicamente a personas naturales.

En la misma línea, la norma actualmente vigente -el numeral 4º del artículo 126 del
Estatuto Orgánico del Sistema Financiero (Decreto 663 de 1993)- prevé que las
sumas depositadas en la sección de ahorro de los establecimientos bancarios “(...)
no serán embargables hasta la cantidad que se determine de conformidad con lo
ordenado en el artículo 29 del Decreto 2349 de 1965” (se subraya).

En tal virtud, para interpretar los alcances y aplicación de la norma actualmente


vigente no pueden desconocerse los antecedentes a que se hizo referencia y que
fueron el origen del numeral 4 del artículo 126 del actual Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero citado, pues dicha disposición expresamente remite a lo señalado
en el artículo 29 del Decreto 2349 de 1965 que antes comentamos.

Ahora bien, en cuanto al límite de la inembargabilidad para los depósitos de ahorro,


vale mencionar que el Decreto 564 de 1996 en su artículo 1º señala lo siguiente:

“Se establece en siete millones setecientos veintiún mil trescientos noventa y siete
pesos ($7.721.397) moneda corriente el monto de inembargabilidad de los depósitos
de ahorro constituidos en las corporaciones de ahorro y vivienda y en las secciones
de ahorro de los bancos. Igualmente, se establece en doce millones ochocientos
sesenta y ocho mil novecientos noventa y cuatro pesos ($12.868.994) moneda
corriente la suma que podrá ser entregada directamente al cónyuge sobreviviente, a
los herederos o a uno y otro conjuntamente según el caso, sin necesidad de juicio de
sucesión”.
s4 Se refiere a los depósitos de ahorro puro y contractual constituidos en las cajas de ahorro y secciones de ahorro de los bancos
señalados en el inciso primero de la misma norma.
El artículo 2º del decreto en mención dispuso que los límites allí señalados se
reajustarán anualmente de forma automática con base en el índice anual promedio de
precios para empleados suministrado por el DANE y que la Superintendencia
Bancaria divulgará los valores reajustados5

En conclusión, las normas referidas así como los antecedentes legales permiten
advertir el interés del legislador en establecer y rodear de especiales beneficios los
dineros recaudados a través de dineros depositados en las secciones de ahorro de los
bancos cuyos titulares son personas naturales, de acuerdo con los argumentos antes
señalados, pues el objetivo de tales beneficios fue fomentar el ahorro popular y
combatir el desempleo, por lo que este Despacho estima que el beneficio de
inembargabilidad de los depósitos efectuados en los bancos procede únicamente
para recursos depositados en cuentas de ahorros cuyos titulares sean personas
naturales. (Resaltado por fuera del texto).

Conforme a lo anotado, en concepto de este organismo el beneficio de inembargabilidad no


cobija las cuentas de ahorro de personas jurídicas, categoría de la cual gozan los
municipios.

El anterior criterio coincide con lo dispuesto en materia tributaria, toda vez que el artículo
837-1 del Estatuto Tributario (Decreto 624 de 1989) adicionado por el artículo 9° de la Ley
1066 del 29 de julio de 2006 consagra:

Límite de inembargabilidad. Para efecto de los embargos a cuentas de ahorro, librados por
la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales dentro de los procesos administrativos de
cobro que esta adelante contra personas naturales, el límite de inembargabilidad es de
veinticinco (25) salarios mínimos legales mensuales vigentes, depositados en la cuenta de
ahorros más antigua de la cual sea titular el contribuyente. (resaltado extratextual)

En el caso de procesos que se adelanten contra personas jurídicas no existe límite de


inembargabilidad”.

(…).»

s55 En desarrollo de ello anterior este organismo expidió la Carta Circular 53 del 10 de octubre de 2005, divulgando la cifra reajustada
del beneficio de inembargabilidad de los depósitos de ahorro constituidos en las secciones de ahorro de los bancos hasta 21’097.926.00,
valor que rige entre el 1 de octubre de 2005 y el 30 de septiembre de 2006.

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