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RESUMEN

UNIDAD 1: “FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA”



I. DIOS SALE AL ENCUENTRO DEL SER HUMANO EN LA VIDA COTIDIANA

1. Dios sale al encuentro del ser humano y lo acompaña en la vida social.

Una de las principales caracteristicas del Dios del cristianismo, es que Dios se hace hombre para acompanarnos
en nuestra vida no es un Dios lejano sino cercano que camina junto a nosotros, es decir, Dios sale al encuentro
del ser humano y lo acompaña en la vida social.

Dios, es por esencia un Dios relacional, que se relaciona con el ser humano. Dios en la persona de Jesús
muestra su verdadero rostro amoroso, por lo tanto, Dios no es un ser alejado de la realidad cotidiana, ni
tampoco lo debe ser el cristiano.

Exige de parte de nosotros, la transformación de la sociedad según el proyecto original de Dios, a esto
llamaremos la Civilización del Amor, definida como: “ese conjunto de condiciones morales, civiles y
económicas, que permiten a la vida humana una mejor posibilidad de existencia, una razonable plenitud, un
feliz destino eterno”.

La presencia de Dios en nuestra vida y sociedad, nos impulsa a preguntarnos qué tiene que decir el
cristianismo. Al respecto San Alberto Hurtado decía: ¿Qué haría Cristo en mi lugar?

2. Naturaleza1 y sentido de la Doctrina social de la Iglesia.

Así pues, debido a esta mirada desde Dios podemos decir que la DSI es de naturaleza teológica, es decir
pertenece a la ciencia que estudia a Dios, porque es desde la perspectiva de Dios que se estudia el hecho
social. Entonces, podemos definir a la DSI como un conjunto de enseñanzas que nos da la Iglesia para vivir de
manera plena en la vida social.

Cabe senalar, que la DSI no es propiamente un invento del ser humano pues emana de una sola fuente, la
revelación que corre por dos cauces, por una parte la Escritura o la Biblia, y por otra, la Tradición de la Iglesia.
Por tanto, la DSI tiene como fuente esencial la Escritura y la Tradición, por eso no es un invento del
primeramente humano, es decir, es una propuesta que realiza la Iglesia en función de una sociedad más justa,
más fraterna, según el Evangelio.

Para cumplir su objetivo más plenamente, la DSI es interpretada y actualizada por el Magisterio, para que
responda a las problemáticas sociales y no esté descontextualizada. Además, se sirve también de ciencias
auxiliares, como la antropología, psicología, y economía, las cuales ayudan a comprender y resolver una serie
de desafíos sociales, ampliando la comprensión del ser humano.

La tarea de la DSI es doble, por una parte anuncia a Cristo y la transformación de la sociedad, según su modelo
para construir la Civilización del Amor y denuncia los atropellos a la dignidad del ser humano en la vida social.


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Esencia y propiedad característica de cada ser, o también, Virtud, calidad o propiedad de las cosas.

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Por otra parte, la Iglesia a través de la DSI tiene la obligación de salvaguardar la dignidad de la persona,
promover una Civilización del Amor y una cultura de la vida para que éste se desarrolle plenamente.

3. Cristo en medio nuestro: Actualidad de la DSI.

En el sermón de la montaña o comúnmente conocido las bienaventuranzas, se ve como las problemáticas
cotidianas que vive todo ser humano, desde la perspectiva de Dios, se pueden resolver desde otra mirada.

En las bienaventuranzas Jesús nos da una guía de como actuar y conformar una Civilización del Amor, se nos
presentan problemáticas que en nuestra sociedad se viven a diario: injusticias, hambre y las personas que
sufren, pero lo novedoso es la valoración que hace Jesús de estas situaciones que comúnmente miramos como
desgracias.

Cuando el ser humano comienza a mirar y a vivir a través de Dios, cuando camina con Jesús entonces vive con
los criterios de amor con Jesús entra la felicidad en la tribulación y desolación.

II. CRISTO: EL MODELO A SEGUIR

1. Dios sale al encuentro de la persona en Cristo.

Una de las características esenciales del cristianismo es revelarnos que Dios es Trino: es Padre, Hijo y Espíritu
Santo. No es que sean tres dioses, sino que es un Dios en tres Personas: el Padre crea, el Hijo redime y el
Espíritu Santo santifica con su amor.

Dios acompaña a la persona en todas las etapas de su vida y en el contexto social en el que éste se
desenvuelve, Dios es amor y muestra su rostro amoroso en Jesús, entregando su vida por todos los seres
humanos.

¿Quién es Cristo Jesús? Es el centro de la vida cristiana, el Hijo de Dios, es la segunda Persona de la Santísima
Trinidad, el Hijo, que se encarnó en la Virgen María. Este conocimiento de Cristo es muy importante, porque en
la medida que conocemos a Jesús vamos adentrandonos más en el misterio de Dios, y por consiguiente, vamos
conociendo más quien es la persona humana. Pues, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios,
fuente última de la dignidad humana.

Es importante recordar que el nombre de Jesús (Jeshua) significa “salvación” o “Dios salva”: “Él salvará a su
pueblo de los pecados”. A su vez, el término Cristo significa “mesías” que además viene de “ungido”, es decir,
es el elegido de Dios para salvar al ser humano y a todo el mundo del pecado y sus consecuencias.

2. El Evangelio: Jesús y la Buena Noticia.

En su bondad, Dios para revelarse a los seres humanos les habla en palabras humanas, por lo tanto, la Palabra
de Dios expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano como la Palabra del eterno
Padre asumiendo nuestra débil condición humana se hizo semejante a los hombres.

La Palabra de Dios escrita, es decir las Sagradas Escrituras, es el elemento clave para comprender cómo Dios se
ha ido manifestando y regalando a la persona, y para conocer quién es Jesús. La Sagrada Escritura (o Biblia) se
divide en dos partes, el primer grupo de libros (Antiguo Testamento) nos relata como Dios fue preparando la
venida de Jesús y la pedagogía que Dios ha propuesto para salir al encuentro del ser humano. El otro grupo, el
Nuevo Testamento, nos ofrece la verdad definitiva de la Revelación divina, su objeto central es Jesucristo, el

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Hijo de Dios encarnado. La Palabra de Dios es sagrada, pues los libros se escribieron inspirados por el Espíritu
Santo y el autor último es Dios mismo.

Dios sale al encuentro del ser humano en las Sagradas Escrituras, y de manera plena en Jesucristo, el rostro de
Dios revelado progresivamente en la historia de la salvación resplandece plenamente en el rostro de Jesucristo
crucificado y resucitado.

En resumen, podemos afirmar que así como el corazón de Cristo está expresado fielmente en las
Bienaventuranzas, también podemos decir que es imprescindible conocer a Jesús para descubrir su proyecto
social, que hemos llamado la Civilización del Amor.

3. Las Bienaventuranzas: El corazón de Jesús.

La palabra bienaventuranza, la podemos entender como “feliz”. Al leer las bienventuranzas, lo primero que nos
llama la atención es lo paradójicas que son, parecen lo contrario de lo que acostumbramos a describir como la
felicidad o el triunfo en la vida.

Las Bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad, de ellas, nacen las exigencias para
el cristiano en cuanto persona y en su proyecto de sociedad, son un mensaje que Jesús entregó al ser humano
y que demuestra realmente cómo es el corazón de Jesús

III. LA IGLESIA, LOS APÓSTOLES Y SUS SUCESORES LOS OBISPOS

1. La Iglesia, los Apóstoles y la realidad social.

Al estudiar cómo se transmite la enseñanza de Jesús, nos referiremos a su Iglesia, los apóstoles y la tradición, y
cómo éstos se vinculan estrechamentre con la Doctrina Social de la Iglesia. La palabra Iglesia proviene del
griego que significa “convocar” o “asamblea”. Podemos decir, que la Iglesia son todos los convocados a seguir
las enseñanzas de Jesucristo, es decir, la comunidad de creyentes en Jesús.

Podemos también definirla, como el “Pueblo de Dios”. Es todo el Pueblo reunido en el Espíritu, sin distinción de
nación, lengua o cultura. La Iglesia como Pueblo de Dios, tiene por “jefe” a Jesús, su identidad es la dignidad y
la libertad de los hijos de Dios, su ley es el amor como el mismo Cristo amó, su misión es ser luz del mundo y un
germen para la salvación de todo el género humano y su destino es el Reino de Dios, que Él mismo comenzó.

La Iglesia no se puede restar de los problemas que aquejan a la sociedad precisamente porque Jesús que es la
cabeza de la Iglesia y acompaña al ser humano en toda su vida, porque todo lo que le afecta a la persona
también le importa a Cristo.

Jesús tenía muchos seguidores; discípulos y apóstoles. Los primeros eran anunciadores de su Evangelio y de sus
enseñanzas, que se sentían atraídos por su persona. Jesús eligió a un grupo de doce, a los que dio el nombre de
Apóstoles. Este grupo ya no sólo son seguidores, sino que Jesús los elije como enviados suyos con
representación oficial. Esta comunidad tiene también una cabeza y ese es Pedro, El Señor hizo de Él, la piedra
de su Iglesia le entregó las llaves de la Iglesia, lo instituyó Pastor de todo el rebaño y de todo el Pueblo de Dios.

Como las enseñanzas de Jesús deben permanecer hasta el final de los tiempos, la misión de los apóstoles está
llamada a prolongarse a lo largo de los siglos. los obispos son los sucesores de los Apóstoles y el Papa es el
Sumo Pontífice, obispo de Roma y sucesor de san Pedro.

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Podemos ver entonces, que la estructura o jerarquía de la Iglesia no es una cuestión antojadiza ni un simple
invento humano, sino que es el mismo Jesús quien la ha configurado. Así, la Iglesia o todo el Pueblo de Dios
dirigida por el Papa y los obispos, se hace parte de los padecimientos y las alegrías que aquejan a toda la
sociedad.

2. La Tradición y la Doctrina Social de la Iglesia.

La tradición se define como el conjunto de verdades reveladas que miran a la fe y costumbres y que no se
contienen en la Sagrada Escritura, sino que las transmite Dios oralmente. Esta forma de transmitir la fe de
generación en generación manteniendo viva la vida de Cristo y su Iglesia es lo que denominamos Tradición.
Entonces, la Tradición aunque distinta de la Sagrada Escritura está estrechamente ligada a ella.

Al ser parte de la sociedad la fe de la Iglesia incluye una mirada de los problemas que la aquejan insertándose
en ella y dándole un sentido de trascendencia según el camino de amor de Jesucristo. De esta manera, la
Sagrada Escritura y la Tradición no están alejadas de la realidad social ni de lo que vive el ser humano. Así
podemos decir que la Iglesia o Pueblo de Dios, camina y contempla a Dios en la realidad concreta del día a día.

Esta fe de la Iglesia ilumina la realidad dando cuerpo a la DSI, como una respuesta constantemente actualizada
a los caminos nuevos de la humanidad.

IV. EL MAGISTERIO Y LA TEOLOGÍA MORAL, DOS CAMINOS PARA ACOGER EL PROYECTO DE DIOS

1. Luz en el quehacer social: El Magisterio.

Para que la enseñanza de la Iglesia sea novedosa y fructífera para iluminar el camino de la humanidad, la Iglesia
recoge gracias el Magisterio, la invitación que nos hace Jesús “que todos vayan y enseñen todo lo que yo les he
ensenado”. El resultado de la interpretación de las Sagradas Escrituras y la Tradición da origen al Magisterio, así
el magisterio consiste en el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios oral o escrita.

La palabra magisterio deriva de la palabra maestra, apuntando a la misión que tiene la Iglesia de ser maestra de
los seres humanos. Una tarea del Magisterio, es velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad,
para que las enseñanzas de Jesús sean entendidas tal cual como Él las transmitió pero en un contexto actual.

Este magisterio evidentemente no está sobre la Palabra de Dios, sino que la sirve enseñando solamente lo que
le ha sido confiado, por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, la escucha, la guarda con
exactitud y la expone con fidelidad y de este único depósito de la fe, saca todo lo que propone como verdad
revelada por Dios que se ha de creer.

El oficio de enseñar, la Iglesia lo cumple comúnmente mediante homilías, catequesis y los documentos escritos
como los que provienen de un Concilio y las cartas llamadas encíclicas. Una de estas encíclicas se llama Rerum
Novarum, que significa “De las cosas nuevas”, muy importante pues es la primera carta que aborda
específicamente la cuestión social, desde la coyuntura de la situación de los obreros durante la revolución
industrial, siendo lo particular de esta encíclica su tema central, que son las problemáticas sociales.

2. Las decisiones éticas en la vida cristiana: la teología moral.

Cuando la Teología quiere iluminar la forma de actuar del ser humano recibe el nombre de Teología Moral y
por ello la DSI se ubica dentro de ella, ya que reflexiona sobre la realidad. La teologia moral para orientar el
acto humano, tiene como fuentes la Sagrada Escritura, la Tradicion y el Magisterio.

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En este sentido la teologia moral es una ciencia eminentemente practica pues tiene que ver con el actuar de la
persona. La persona es un ser con capacidad de elegir libre y voluntariamente, y además tiene responsabilidad
sobre sus actos, las decisiones se toman en base a criterios específicos que están presentes en la Teología
Moral.

Podemos decir entonces, que la DSI en su naturaleza pertenece a la teologia moral, pues orienta el actuar
humano en la sociedad a la luz de los valores cristianos, se propone como un instrumento para el
discernimiento moral y pastoral de los complejos acontecimientos que caracterizan nuestro tiempo, como una
guía para inspirar en el ámbito individual y colectivo los comportamientos y opciones que permitan mirar al
futuro con confianza y esperanza.

La enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición y del Magisterio en el ámbito social, se resumen en una
propuesta social denominada Doctrina Social de la Iglesia, con el fin que el ser humano pueda construir la
Civilización del Amor.

3. El cristiano: Luz en la vida social.

A nuestro alrededor podemos apreciar una serie de hechos sociales que estan muy alejados del espíritu
cristiano; violencia, desconfianza, pobreza, vulneración de la dignidad humana en el mundo laboral,
acumulación injusta de la riqueza etc. Para saber qué y cómo realizar acciones que respondan a los criterios
cristianos, primero que todo, debemos tener como criterio último las enseñanzas de amor que nos regaló Jesús.

Cristo es la luz del mundo, y nos envía diciéndonos brille que la luz de ustedes delante de los hombres, para
que viendo sus buenas obras glorifiquen al Padre que esta en los Cielos. En efecto, especialmente hoy es una
aventura vivir la fe y no considerarla solo como una teoría, sino arriesgarse realmente a ser cristiano, es decir,
no basta con escuchar alguna enseñanza religiosa o aprender una doctrina, lo que queremos es vivir como Jesús
vivió.

En suma, en la medida que vivamos los valores y principios cristianos vamos a ir construyendo una Civilización
del Amor y una sociedad más justa.

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