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Así, este procedimiento de constitución ha abreviado las etapas, se puede realizar a través
de internet y, en términos relativos, ha pasado de ser un procedimiento que podía tardar
entre un mes y mes y medio, a unos cuantos días.
Como sabemos, una empresa, ya sea que esté organizada como una sociedad o como
una empresa individual de responsabilidad limitada (EIRL), es una persona jurídica que
debe pasar por un procedimiento formal para su constitución y ser considerada como tal,
es decir, como un sujeto de derecho distinto a las personas naturales o jurídicas que la
constituyen.
Por ello, el procedimiento de disolución y extinción puede tomar un tiempo largo y requiere
del cumplimiento de varias formalidades al interior de la empresa y también frente a otras
entidades privadas y públicas.
2. Marco legal
La Ley General de Sociedades (en adelante, la Ley) regula el procedimiento para la
extinción de las sociedades a través de tres etapas: la disolución, la liquidación y la
extinción, en sus artículos 407 al 422. En tanto que para el caso de las EIRL la norma
aplicable es el Decreto Ley N.° 21621, Ley de la EIRL.
Las causales de disolución son los motivos que justifican la adopción del acuerdo
disolución. De acuerdo al artículo 4071 de la Ley, estas causales son las siguientes:
1. Vencimiento del plazo de duración, que opera de pleno derecho, salvo si previamente se
aprueba e inscribe la prórroga en el Registro;
4. Pérdidas que reduzcan el patrimonio neto a cantidad inferior a la tercera parte del capital
pagado, salvo que sean resarcidas o que el capital pagado sea aumentado o reducido en
cuantía suficiente;
• Pérdidas que reduzcan el patrimonio neto a cantidad inferior a la tercera parte del
capital pagado, salvo que sean resarcidas o que el capital pagado sea aumentado o
reducido en cuantía suficiente.
Además de estas causales generales, existen algunas causas específicas para las
sociedades colectivas y las sociedades en comandita. Así, el artículo 408 señala que la
sociedad colectiva se disuelve también por muerte o incapacidad sobreviniente de uno de
los socios, salvo que el pacto social contemple que la sociedad pueda continuar con los
herederos del socio fallecido o incapacitado o entre los demás socios.
Una vez que se ha producido alguna de las causales de disolución antes mencionadas, el
directorio, o cuando se trate de sociedades en las que este órgano no exista, cualquier
socio, administrador o gerente, debe convocar a la junta de socios para que en un plazo
máximo de 30 días se realice una junta general, con el fin de adoptar el acuerdo de
disolución o, dependiendo de la causal, tomar las medidas necesarias para subsanar la
situación.
Cualquier socio, director, o gerente puede requerir al directorio para que convoque a
la junta general si, a su juicio, existe alguna de las causales de disolución
establecidas en la ley. De no efectuarse la convocatoria, ella se hará por el juez del
domicilio social.
El acuerdo de disolución debe publicarse dentro de los diez días de adoptado, por tres
veces consecutivas. De acuerdo al artículo 43 2 de la Ley, las publicaciones deben
efectuarse en el periódico del lugar del domicilio de la sociedad encargado de la inserción
de los avisos judiciales. En el caso de sociedades con domicilio en las provincias de Lima
y Callao, las publicaciones se harán cuando menos en el diario oficial El Peruano y en uno
de los diarios de mayor circulación de Lima o del Callao, según sea el caso.
Las publicaciones a que se refiere esta ley serán hechas en el periódico del lugar del
domicilio de la sociedad encargado de la inserción de los avisos judiciales.
Las sociedades con domicilio en las provincias de Lima y Callao harán las publicaciones
cuando menos en el Diario Oficial El Peruano y en uno de los diarios de mayor circulación
de Lima o del Callao, según sea el caso.
La falta de la publicación, dentro del plazo exigido por la ley, de los avisos sobre
determinados acuerdos societarios en protección de los derechos de los socios o de
terceros, prorroga los plazos que la ley confiere a estos para el ejercicio de sus derechos,
hasta que se cumpla con realizar la publicación.
Existe un supuesto excepcional de disolución que corresponde a los casos en los que la
existencia de una sociedad es contraria al orden público y a las buenas costumbres. En
tales casos, la Ley prevé un procedimiento por el cual es el Poder Ejecutivo el que requiere
la disolución de la sociedad en la vía judicial, tal como lo indica el artículo 410.
Producida la resolución de disolución y salvo que la Corte haya dispuesto otra cosa,
el directorio, el gerente o los administradores bajo responsabilidad, convocan a la
junta general para que dentro de los diez días designe a los liquidadores y se dé
inicio al proceso de liquidación.
Los liquidadores pueden ser personas naturales o jurídicas. En este último caso, esta debe
nombrar a la persona natural que la representará, la misma que queda sujeta a las
responsabilidades que se establecen en la Ley para el gerente de la sociedad anónima, sin
perjuicio de la que corresponda a los administradores de la entidad liquidadora y a esta.
Los socios que representen el 10 % del capital social pueden designar a un representante
que vigile las operaciones de liquidación.
Una vez iniciada la liquidación, las funciones de los liquidadores cesan por los siguientes
motivos:
• Por remoción acordada por la junta general o por renuncia. Para que la remoción o
la renuncia surta efectos, conjuntamente con ella debe designarse a los nuevos
liquidadores.
• Por resolución judicial emitida a solicitud de socios que, mediando justa causa,
representen por lo menos la quinta parte del capital social.
La responsabilidad de los liquidadores caduca a los dos años desde la terminación del
cargo o desde el día en que se inscribe la extinción de la sociedad en el registro.
• Realizar las operaciones pendientes y las nuevas que sean necesarias para la
liquidación de la sociedad.
En el resultado positivo, las deudas de la sociedad han sido totalmente pagadas, y queda
un remanente del patrimonio o este ha sido agotado. Si quedara un remanente, se deberá
distribuir entre los socios de acuerdo a su porcentaje de participación en el capital social.
La resolución que declara la quiebra será publicada en el diario oficial El Peruano por dos
días consecutivos.
La distribución del haber social se practica con arreglo a las normas establecidas
por la ley, el estatuto, el pacto social y los convenios entre accionistas inscritos ante
la sociedad. En defecto de estas, la distribución se realiza en proporción a la
participación de cada socio en el capital social.
1. Los liquidadores no pueden distribuir entre los socios el haber social sin que se
hayan satisfecho las obligaciones con los acreedores o consignado el importe de
sus créditos;
Una vez efectuada la distribución del remanente del patrimonio social o con la declaratoria
judicial de quiebra, se produce la extinción de la sociedad y se inscribe en los Registro
Públicos.
Una vez efectuada la distribución del haber social la extinción de la sociedad se inscribe en
el Registro.
Cabe señalar también que existe responsabilidad por la distribución indebida del
patrimonio remanente de la sociedad, cuando han quedado acreedores impagos, conforme
al artículo 422 de la Ley:
Sin perjuicio del derecho frente a los socios colectivos previsto en el párrafo
anterior, los acreedores de la sociedad anónima y los de la sociedad en comandita
simple y en comandita por acciones, que no hayan sido pagados no obstante la
liquidación de dichas sociedades, podrán hacer valer sus créditos frente a los socios
o accionistas, hasta por el monto de la suma recibida por estos como consecuencia
de la liquidación.
Los acreedores pueden hacer valer sus créditos frente a los liquidadores después
de la extinción de la sociedad si la falta de pago se ha debido a culpa de estos. Las
acciones se tramitarán por el proceso de conocimiento.
Al igual que en el caso de las sociedades, la disolución de las EIRL procede en virtud a la
existencia de alguna de las causales señaladas por Ley, conforme al artículo 80 4 del
Decreto Ley N.° 21621, las cuales detallamos a continuación:
a. Voluntad del Titular, una vez satisfechos los requisitos de las normas legales vigentes;
c. Pérdidas que reduzcan el patrimonio de la Empresa en más de cincuenta por ciento (50
%), si transcurrido un ejercicio económico persistiera tal situación y no se hubiese
compensado el desmedro o disminuido el capital;
f. Muerte del Titular, si se da el caso señalado en el último párrafo del artículo 31;
• Voluntad del titular, una vez satisfechos los requisitos de las normas legales
vigentes;
• Muerte del titular, si se da el caso señalado en el último párrafo del artículo 31;
El acta se debe elevar a escritura pública ante notario e inscribirse en los Registros
Públicos.
4.3. Liquidación
El liquidador, al iniciar sus funciones, deberá publicar por tres veces seguidas un aviso de
convocatoria a los acreedores de la empresa para que presenten los documentos
justificativos de sus créditos dentro del plazo de 30 días contados a partir de la última
publicación, bajo apercibimiento de no tomar en consideración las acreencias que no
figuren en la contabilidad de la empresa.
5. Conclusiones
Los procedimientos para la extinción de empresas no son sencillos. Requieren del
cumplimiento de varias formalidades y de un cuidado especial en el orden con que se
maneja el patrimonio de la empresa, con la finalidad de cumplir con aquellas obligaciones
que estuvieran pendientes o de reconocer los derechos que se hayan derivado de las
actividades de la empresa.
Por ello, el cumplimiento de las normas aplicables resulta fundamental, pues las
consecuencias ante una irregularidad pueden ser graves para los administradores,
liquidadores y socios de la empresa.