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Tania Sarabia

Su padre murió . Ella y su hermana estaban rezando para que Dios se lo llevara,
porque ya estaba sufriendo mucho. Tenía 90 añ os.
Yo quisiera hacer un documento notariado para asegurarme de que no me van a
prolongar la vida innecesariamente. No quiero que me entuben ni me lleven a
terapia intensiva para prolongarme la vida u día má s. Mi madre tuvo lo que se llama
una madre sú bita, que no es infarto sino que, simplemente, el corazó n de latir. Y esa
me parece la muerte ideal, es la que quiero para mí. Tampoco quiero ser cremada
porque estoy convencida de que a los dolientes les dan una cajita con huesos del
deudo suyo y del otro y del de má s allá .
La muerte de mi padre fue anunciada, esperada, pero de todas foras hay una
ausencia. Un dolor.

El padre murió el miércoles 18 de noviembre. Hacemos la entrevista cuando su


padre tienen 4 días de muerto. A las 8 y media de la mañ ana. El jueves tocaba
funció n, pero no la hizo, a esa hora estaba de regreso del cementerio. Pero el viernes
sí salió al escenario. Tania en pelotas. El teatro es sanador, cuando yo estaba en
plena quimioterapia, en 2001, que es un tratamiento muy fuerte, yo hacía
Monó logos de la vagina, Y el doctor no lo podía creer, mi oncó logo, el doctor Carlos
Sucre. Fue a verme y me dijo que no podía creer que yo estuviera en un escenario.
Me concentré en la pieza. Me ayuda a dominar tus sentimientos, a tener má s control.
Después llegué a mi casas y lloré. Yo solita. Así como anoche volvía a llorar viendo
ó pera en televisió n. Tú tienes fiebre de 40; llegué al teatro vuelta un trapo, abrí una
ampolleta de conmel y en vez de inyectá rmela, me la tragué (lo má s amargo que he
probado en mi vida). Y así salí a escena. Estaba perfecta.
Tania en pelota. Todo empezó porque yo no entendía nada de béisbol. Está bamos
en la preventa de Unió n Radio en Margarita y oí a César Miguel Rondó n y a Mari
Montes conversando. Me acerqué y no entendía nada. Les pregunté de qué hablaban.
De béisbol, e dijeron. Les comenté mis perplejidades frente a un deporte en el que
los jugadores se pintarrajean las caras de negro, se disfrazan de tortugas ninja, se
dan batazos en los pies para sacudirse el tierrero e inmediatamente volverse a para
en la tierra, escupen una bola de chimó , para qué la gorra si ahora todos los juegos
son de noche, se molestan, se dan barrigazos, baten la gorra contra el suelo y con eso
termina la culebra. Eso de que los faná ticos le quitan el sonido al televisor para
escuchar la narració n de radio. Es un stand up comedy teatralizado. Es mi primer
trabajo donde van má s hombres que mujeres a verla, porque se sienten retratados.

Los actores son una materia dú ctil, debemos amoldarnos a lo que se está
proponiendo, si es un ciego, un pusilá nime, una maravilla, un perverso, una puta.
Hacer exteriormente eso, pero interiormente se trata de dar las emociones. Somos
un medio de transmisió n de conceptos, emociones, delirios. Hay actores que
destruyen lo que el dramaturgo quiso decir y hay otros que agigantan lo que era una
línea menor.
Uno a veces se vuelve muy errá tico. Uno siempre está esperando que suceda el
milagro en el escenario, una expectativa de magia. Uno está convencido de que
siempre puede suceder el milagro. El milagro es lograr la comunicació n con el
pú blico, eso no se puede intelectualizar, lo siente y ya. Es algo irracional, pero tú
sientes cuando el pú blico está contigo, sientes su silencio, su risa, sus lá grimas, su
aplauso. No se parece en nada a hablarle a una cá mara de TV o de cine.

El pú blico nunca es igual. Yo estoy convencido de que ellos se llaman antes de la


funció n y se ponen de acuerdo: hoy no nos reímos, aunque sea una comedia, hoy nos
vamos a reír por cualquier, o vienen todos con gripe y es una tocedera y una
estornodudadera. Un día vienen todos los maleducados, desconsiderados con
celulares y Black berries, provoca reventá rselos en la cabeza. No hay duda de que se
trata de gente que jamá s ha ido al teatro, que no lo aprecia. Ya con los Black berries
llegó el burro a las batatas, a veces un voltea en el escenario y los ve escribiendo en
los aparatitos.

Yo debo ser masoquista, porque todas las noches experimento un gran


sufrimiento en el momento justo antes de salir a escenario. Como ellos son disímiles,
todos los pú blico, me pregunto, con quién me voy a enfrentar hoy, con un dragó n, un
gorila, un perro… todas las noches es una experiencia, a veces me contestan, a veces
se me olvida una frase o no hago un movimiento que debí hacer, porque yo no soy
un robot, Por eso es que no aburro haciendo lo mismo todas las noches. Porque no
es lo mismo.

Me pasó algo insólito haciendo El día que me quieras, en el añ o 79, en el teatro


Alberto de Paz y Mateo. Segundo acto. Entramos mi tía María Luisa, mi tía Elvira y
yo, Matilde, venimos de ver a Gardel en el teatro Gardel, yo estoy feliz hablando de
Gardel y me arrodillo. Digo la frase. Entonces ha entrado un perro, porque ese teatro
tenía unas puertas batientes. El perro se ha subido al escenario por las escaleritas. Y
yo arrodillada, y el perro ha empezado a cogerme por el abrazo. Y Amalia Pérez
decía, con tono teatral, “sale, perro”. El perro se me guindaba del perro. Gloria Miró s,
mi tía María Luisa, se salió del escenario porque no aguantaba la risa, y José Ignacio
estaba allí con Jean Carlo, Luis Rivas y Fredy Galavís. Y llegó Gloria: José Ignacio, a
Tania se la está cogiendo un perro. Explica: subió al escenario. La gente no sabía si
reír, llorar, aplaudir (el pú blico siempre es muy solidario con los percances). José
José Ignacio en la pata )lado del escenario) detrá s de una pata haciendo ruiditos
para atraer al perro, al que no le entraban balas. Hasta que subió Un señ or que
estaba en la primera fila. Un señ or que se compadeció de mi desesperació n y me lo
arrancó . Y yo tenía que decir: (hablando de Gardel) “Dios mío de mi vida, qué
humedad de hombre…”. Por supuesto, las carcajadas de la gente se oían en el
teleférico. José Ignacio decía en los anales de la historia, de lo griegos hasta nuestros
días, no hay referencia de que alguien le haya pasado algo igual.

Yo debo tener algo con los perros. Un día estaba en El Hatillo, que mi mamá me
venia a buscar. Y de pronto siento algo tibio en la espalda… era un perro que levantó
la espalda y me orinó . Un día, en Sevilla, Españ a, en el 77, con Acto cultural, teatro
Lope de Vega. Un muchacho me invitó a salir. Dimos una caminata en el malecó n
junto al Guadalquivir. Un perro empezó a seguirme. Luego otro se sumó . Un tercero,
un cuarto, llegaron a ser media docena. Nos sentamos en un banquito y los perros se
sentaron a contemplarme. Yo me paré y ellos se pararon.

Siente que su modelo de actriz es Giulietta Massina

Ahorita no tengo compañ ero. Estoy en promoció n. Estoy asumiendo mi soledad


con alegría, sin traumas. Me imagino que es la edad, los añ os, pues, pero el caso es
que no interesada en eso. Ademá s, ya no quiero que me regalen cosas, lo que quiero
es que me regalen buenos recuerdos, y sobre todo risa y pasarla bien. Yo me siento
muy bien. Creo que pasé muchos añ os deprimida. A pesar de la situació n del país,
que me aflige y me atormenta, ya no lo estoy.
Papeles. Le pregunto si con la edad hay papeles. Mientras uno tenga memoria,
hay papeles para uno

Uno no puede estar al margen de lo que está ocurriendo en el país y sin


involucrarse e lo que pasa. Hay una total separació n de la realidad del país y el
discurso del poder. El presidente y sus voceros solo atienden a la guerra con
Colombia y no mencionan lo apagones, la falta de agua, la inseguridad, las huelgas,
los puentes cayéndose no por bombas sino por abandono e indolencia.
El tipo anuncia que compró 300 tanques para su guerra con Colombia y el país
cayéndose. Para los actores es terrible la inseguridad y la falta de gobierno porque la
gente tiene pá nico de salir de noche. Y resulta que el teatro se hace de noche.
El odio que han fomentado.
En un canal Chá vez mandando a levantar la mano a quienes está n dispuestos a ir
a la guerra en el TT Carreñ o (cuatro gatos, por cierto). Y cambias de canal y está la
gente llorando a las puertas de la morgue porque les mataron los muchachitos. Y los
empleados de los hospitales denunciando que la comida se echa a perder porque las
neveras de las instituciones no funcionan.
Una amiga le dice que hay que tener dos totumas. Una roja y una azul: para agua
caliente y fría.
Yo siempre me he quejado má s que un camió n de cochinos con todos los
gobiernos, pero esto rebasa la condició n de mal gobierno, que lo es, malísimo, el
peor. Pero el asunto es que parecen estar en otro país, completamente alienados de
la realidad. No sé dó nde está n, pero en Venezuela no.

Tiene propuestas para cine.

Chá vez es histrió nico, pero no es un actor. El no está bien de la cabeza, es un


perturbado, está aislado de la realidad, no se da cuenta de que está n matando hasta
a los bebés y él no se da cuenta de eso. Es histrió nico en el sentido de que tiene
siempre que hacer una gesticulació n para estar siempre en las pantallas y en los
perió dicos. En fin, si es histrió nico o no, eso no importa. El punto es que es un loco a
quien nadie toma en serio.
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Cá ncer de mama

En 2001. Se acaba de mudar a este apartamento. Con los peroles, sin desembalar.
Se empezó a sentir mal. Como siempre, se toco, poniéndose la mano en la nuca y con
la otra mano te tocas toda la mama y la axila. Y sintió un bultito, una redondez dura
como del tamañ o de una moneda de diez céntimos de hoy, en la zona inferior
derecha de la mama derecha. No me gustó . Tenía tres de retraso con respecto a la
fecha habitual de hacerse la mamografía y el eco mamario.
Fui al doctor. Me dijo que el bulto era maligno. Tiene cá ncer, me dijo. Revisó y
también los ganglios estaban tomados. Vas con todo, me dijo. Qué es eso. Operació n,
quimioterapia y radioterapia. Le pregunté si me iba a morir y me dijo que eso
dependía de có mo reaccionaba a los tratamientos.
Eso te hace cambiar lo que tu habías pensado de todas las cosas. Para empezar,
no tengo ningú n apego a lo material. No me importa si me invitan o no me invitan a
algo.
Hizo todo. Con la firme convicció n de que saldría con bien. Se operó , se sometió a
8 sesiones de quicio, una cada 21 días. Y 33 de radioterapia. Se me cayó el cabello,
las pestañ as, las cejas… todo. Casi todas las uñ as de manos y pies. Es importante
decir que cada día la ciencia avanza y ahora hay má s protocolos que defienden al
paciente de la fuerza devastadora de la quimio, má s formas de proteger al paciente y
ahora la quicio es menos brutal.
Jamá s me autocompadecí. Nunca sentí lá stima de mí misma ni me sentí víctima
de infortunio inmerecido o algo así. Luché contra la tendencia a la depresió n. Oré
mucho, la oració n es fundamental. Busqué maneras de reconfortarme. Trabajé
muchísimo. Mis compañ eras de Monó logos de la vagina, Carlota Sosa y Gldys Ibarra,
me ayudaron mucho. El país… la gente me paraba, me daban bendiciones, me daban
estampitas, me decían que estaban orando por mí y que con toda seguridad me
repondría. Fui mucho al cine, el cine ayuda a concentrarte en otra cosa y salir
momentá neamente de tu realidad. Cuidé muchísimo mi alimentació n e hice ejercicio
leve.
Empiezas a considerar tu cuerpo, que uno no lo valora lo suficiente, lo maltrata
mucho. Empezó a respetarlo, a considerarlo, cuando vas a comer a ver qué te vas
meter por esa boca.

Tuve mucha ayuda de mi familia, mi hija, mi pareja.

Le prometí a Dios que si yo sobrevivía eso tenía que servir para algo, porque una
experiencia tan fuerte no podía quedar en nada, que haría un apostolado. A través
de la fundació n y todas las organizaciones que me requieran en todo el país. Quiero
hablarles a las mujeres, que se cuiden, que e hagan responsables de su cuerpo, que
vayan al ginecó logo.
He ido a montones de charlas, en centros comunales, fá bricas, industrias,
empresas privadas, universidades, colegios, he perdido la cuenta de los lugares a los
que he ido.
El mensaje.
Los médicos dan tanta informació n y en términos tan científicos y como
apartados del lenguaje cotidiano de la gente, que las mujeres quedaban má s
asustadas que informadas. El mensaje era cierto, era muy informativo, pero no
llegaba a las audiencias con la eficiencia necesaria porque el lenguaje era demasiado
científico, no tocaba la cotidianidad y las vivencias particulares de las personas. Opté
entonces por escribir un monó logo, el añ o asado
Las mjeres tienen mucho miedo de ir al ginecó logo. La gente no va por flojera y
por desdia, pero también por miedo y, claro, irresponsabilidad.

El monó logo, La costilla de Adá n estaba piche. Lo estrené este añ o. Hablo de las
diferentes etapas que pasamos las mujeres con nuestra naturaleza: la menstruació n,
la pérdida de la virginidad, el embarazo, el parto, la lactancia, los primeros días
meses del bebé en que tu cuerpo no te pertenece a ti sino a esa cosas que llora todo
el tiempo, el climaterio, nada de eso les pasa a los hombre, sino a las mujeres,
derivadas de una costilla piche. Y como guinda de la torta, nos da cá ncer de mama.
Yo concientizo a la gente diciendo que somos muy diferentes de los hombres, lo que
implica muchas cosas pero, sobre todo, que debemos cuidarnos mucho má s que los
hombres. Baste considerar que engordamos con mayor facilidad que ellos, el
cigarrillo y el alcohol nos afecta el doble, por decir lo menos; tenemos que tomar
má s agua para liberar ese montó n de toxinas que nos enferman. Y la parte
psicoló gica, el secular maltrato hacia la mujer, la violencia de género por el
machismo y por que su fuerza física es superior, hacen doble jornada y ganan
menos, la pobreza se abate contra las mujeres con mayor brutalidad.
Es determinante que el acumulaíto, que llaman, de rabia y depresió n enferman,
inclusive de cá ncer.

Y có mo llega el mensaje

Yo les hablo de lo que ellas han vivido, experiencias de la vida femenina, que yo
conozco perfectamente porque yo las viví. Ellas se identifican, reconocen idénticas
vivencias. Cando las tengo cautivadas y alineadas en un plano especular )unas
espejos de las otras), entonces introduzco el relato de ese episodio. Para ese
momento las mujeres han evocado lo que han vivido con todas las experiencias
propias de la peripecia femenina, entonces intuyen que si a mí me pasó a ellas
también les puede pasar.

El mensaje en los medios

No s suficiente. Es lo mismo que ocurre con el sida, son realidades desconocidas.


No hay verdaderas campañ as. No hay programas de educació n sexual, pero el sexo
sigue siendo tabú . Tú vas a una no sacarlo má s nunca. Aludía a tocarse los senos
para detectar alguna alteració n.
Nunca insistiremos lo suficiente en que las mujeres deben ir anualmente a
hacerse la mamografía desde los 35 añ os.

Otra cosa muy importante: para recibir un buen diagnó stico el mamó grafo tiene
que estar técnicamente perfecto. Y aquí como no hay mantenimiento, hay
mamó grafos poco confiables. Una negligencia trá gica.

Esa concientizació n debe estar de manera permanente. Lo mismo que el sida, el


cá ncer de ú tero y el de pró stata. Que se convenzan de que se tienen que dejar meter
el dedo.

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