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Nivel Primavera Conociendo a Piazzola Jueves 07 abril 2016


07 al 28 abril 2016

[ ] = Comentario, opiniones, parerga y paralipómena que este cronista asume con toda
responsabilidad; y puede omitirse sin que afecten la reseña que se hace de las clases de
Pololo. O que Ud. puede eliminar en caso que de resultarles molestas.
[ Estos apuntes no sustituyen el placer de la asistencia a clases, donde además de la
amistad, se comparte la energía del grupo y de Pololo. Es una experiencia irrepetible,
como cuando asistimos a una sala de concierto o de teatro.
Sugerimos  repetimos  el disfrute de lo recibido del Grupo Apreciación Musical
Biblioteca Herrera Luque, en casa  recurriendo a esa inmensa audioteca que
es youtube.com, donde también pueden comparar las diferentes interpretaciones hasta
encontrar las  que más les gusten.  Use y disfrute el Canal Clásico y TVe a la carta de
España ( www.rtve .es)]

Convocatoria al Curso de Primavera


Astor Pantaleón Piazzolla fue un bandoneonista y compositor argentino,
considerado uno de los músicos más importantes del siglo XX. De excelente
musicalidad folclórica y nacionalista de su patria Argentina, expresada en
forma sinfónica y de gran profundidad orquestal con una excelsa participación
de su bandoneón como solista. Sus obras tienen unas abundantes líneas
melódicas y danzantes de tango que despiertan una grata audición y un
sorprendente sentimentalismo propio de su expresión orquestal e
instrumental vivida personalmente en su talentoso valor musical de
compositor, solista y Director.

Bienvenida 07 abril de 2016


No hay nada mejor en esta vida que comprobar de principio a fin si ese argumento para
decir ¡ No! Es válido. La primera vez que escuche a Stravinsky dije “no lo quiero” y
después me resultó una maravilla. Los argentinos dicen tócalo y cántalo como lo hago
yo, como lo hacía Carlos Gardel , Como veremos en este Curso, Piazzolla tenía dos
naturalezas humanas maravillosas. La primera el amor musical hacia el tango y la
segunda, la convicción que tenía de crear música sinfónica con el tango. Los
instrumentos de nuestro joropo son cuatro, arpa y maracas pero cuando lo interpreta una
orquesta se transforma, se crece [ recordar los movimientos en este sentido de Juan
Vicente Torrealba y de Aldemaro Romero]. Un tango tiene un ritmo muy marcado y
particular que Piazzolla conserva pero introduce variaciones, por eso lo escribo así en el
pizarrón:

“Bienvenidos al Curso de Primavera Conociendo a Piazzola (1921-1992) sesiones


donde daremos a conocer y disfrutar de un personaje que fue instrumentista y
compositor nacionalista sinfónico que logró unir el tango y la orquesta en una
espectacular forma musical dando prioridad al bandoneón.”

Inmediatamente Pololo deja oí Adios Nonino (1969) para que nos familiaricemos con
ciertos sonidos. Pieza compuesta a la muerte de su padre y cuando Piazzola estaba de
gira por Puerto Rico. Llamaba a su papá Nonino, al igual que a su abuelo. Es el
sentimiento de un hijo hacia su padre con sabor propio de su expresión sonora con un
cierto ritmo tanguero. Hay un lamento, una tristeza y una imagen de esperanza y
felicidad que oirán en los dos temas que se cruzan. De las muchas versiones, se ha
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seleccionado una versión orquestal con piano [ buscarla en Youtube]. Cuando suenan
las cuerdas, “Mi padre era así, lo sentía así y me enseñó a ser así”. Vuelven el piano y
las cuerdas mas serenamente. Está exteriorizando todos sus sentimientos y recuerdos, su
amor y esperanza. Piano solista. Juega con los sonidos de los diferentes instrumentos,
como el xilófono y la percusión. Escalas descendentes en el piano dan paso al
bandoneón. Éxtasis en la cuerdas y la percusión. Los sonidos graves son un Requiem.

Díganme si esta obra no les transmitió un sentimiento fuerte de pésame, de amor, de


cariño de reconocimiento. Seguidamente Pololo leyó el siguiente resumen:

Piazzolla nació en Mar del Plata el 12 de marzo de 1921 y muere en Buenos Aires el 4
de julio de 1992. Hijo único de inmigrantes de Trani, en la región de Puglia, Vicente
Piazzola y Asunta Mainetti. Astor Piazzola es considerado como bandoneonista y
compositor argentino uno de los mejores músicos del siglo XX. Estudió armonía y
música clásica contemporánea en Paris con la compositora y pedagoga francesa Nadia
Boulanger. Estoy tratando de organizar un curso sobre compositoras y directoras pero
hasta ahora he conseguido muy pocas grabaciones; de Teresa Carreño algunas obras de
piano, pero seguimos trabajando en ello. En su juventud, Piazzolla hacía arreglos para
bandoneonistas, compositores y directores argentinos como Anibal Troilo. Cuando
empezó a hacer innovaciones en el tango, respetando el ritmo y el timbre que le dan los
instrumentos y la armonía, fue muy criticado por los tangueros de la vieja guardia. En
los años posteriores sería reivindicado por los intelectuales y los músicos de rock,
Piazzolla sinfonizó la música folclórica. En los años 1950 y 1960 los tangueros
ortodoxos lo consideraban el asesino del tango y Piazzolla les respondió que su música
era música contemporánea de Buenos Aires. Sus obras no eran difundidas por la radio
ni los sellos discográficos se atrevían a grabarlo. Declaró en 1954 para la revista
Antena: “Soy enemigo del tango como ellos lo entienden no como tiene que ser. Ellos
siguen creyendo en el compadrito, yo no. Creen en el farolito, yo no. Todo ha cambiado,
también debe cambiar la música de Buenos Aires.” Entre los compositores que admiró
están Alfredo Gómez y Osvaldo Pugliese, éste último compositor Negracha,
Malandraca y La Yumba composiciones de 1943 que se adelantaron a lo que Piazzola
luego realizó como músico. Siempre hubo entre ellos una relación de respeto y
admiración mutua; compartieron un recital el 29 de junio de 1989 en el Teatro Carré en
Amsterdam, cerrando con La Yumba y Adios Nonino. La obra que dio pie al sentido
tanguero tan particular de Piazzola fue el tango instrumental A fuego lento, de Horacio
Salgán (1916). En 1970 se une al poeta Horacio Ferrer . Piazzolla tuvo dos hijos,
Daniel (1944), que es músico y Diana (1943), ambos de su primer matrimonio en 1942
con Dedé Wolf. El nombre de Astor lo tomó su padre de un amigo, Astor Bolognini,
corredor de motos y primer violonchelista de la Sinfónica de Chicago. Cuando la
familia se traslada a Nueva York, el joven Piazzola entró en contacto con el jazz y la
música barroca de Bach. La calle 8 era un barrio violento, hambre y bronca, pandillas
que se peleaban entre sí, oyendo cantar en el bar Orpheum que quedaba en la esquina
de su casa. “Todo eso entra en mi música”. Mientras vivió allí aprendió a hablar
fluidamente el inglés, el francés y el italiano. Comenzó a tocar el bandoneón en 1927,
cuando su padre nostálgico por su Italia le compró un bandoneón por $18 en una casa de
empeño. Tomó clases del violinista húngaro Bela Wilda, discípulo de Rachmaninov, y
con quien aprendió a amar a Bach.

Pasaremos ahora a ver el reportaje Astor Piazzolla. Su vida y su música [ disponible en


versión corta de 27 minutos en Youtube] en la cual familiares y músicos que lo
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conocieron dan su testimonio como ser humano y músico de Astor: sus hijos Diana y
Daniel (como hijo y como músico), Oscar López Ruiz (guitarrista) Donna Carroll
(pianista), Fernando “Pino” Solanas, Horacio Malvicino (guitarrista) , Amelita Baltar,
Oswaldo Ruiz ( percusionista), José Correale ( percusionista), el poeta Horacio Ferrer, y
las opiniones de Daniel Barenboim y Yo-Yo-Ma.

Piazzola regresa a Argentina en 1937 y en 1953 gana el premio Fabien Sevitzky por la
que en 1953 el gobierno francés le otorgó una beca parta estudiar en Paris con Nadia
Boulanger, mujer muy importante en su carrera, ya que hasta su encuentro con ella,
Piazzolla se debatía entre ser un músico de tango o un compositor de música
clásica. Nadia Boulanger lo animó a seguir con el tango. "Astor, sus obras eruditas están
bien escritas pero aquí está el verdadero Piazzolla, no lo abandone nunca". Estudió 11
meses con Boulanger, pero al mismo tiempo formó una orquesta de cuerdas
con músicos de la Ópera de París, con Lalo Schifrin y Martial Solal. Años más tarde
Piazzolla recordaría a Boulanger diciendo:
Ella me enseñó a creer en Astor Piazzolla, en que mi música no era tan mala como yo creía. Yo
pensaba que era una basura porque tocaba tangos en un cabaré, y resulta que yo tenía una cosa
que se llama estilo.

En 1955 volvió a Buenos Aires, donde formó una orquesta de cuerdas y el


famoso Octeto Buenos Aires, conjunto considerado como el iniciador
del tango moderno, tanto por su instrumentación (incluía por primera vez una guitarra
eléctrica en un conjunto de tango), como por sus novedades armónicas y
contrapuntísticas (acordes con 13as. aumentadas, seisillos, fugas). En 1958 disuelve
ambas formaciones y se marcha a los Estados Unidos, donde graba los dos únicos
discos de lo que él llamó el Jazz-Tango (actualmente son muy difíciles de encontrar).

Su hijo Daniel dice que no sólo era un gran músico sino un trabajador incansable, que
provocaba inspiración. Era un buen pianista, pero sus grandes manos eran para el
bandoneón no para el piano. La etapa electroacústica de su padre se inició en 1975 y
duro unos dos años. Oscar López se refiere a una fotografía con el pianista Dante
Amicarelli y rememora cuando Astor le llevó en un papel manuscrito a lápiz, Adios
Nonino. La letra de Astor era muy difícil de entender porque era zurdo., pero Dante tocó
impecablemente de primera lectura. La cantante Donna lo conoció en 1966, y en unas
vacaciones en Punta del Este en 1982, le dió a conocer el Concierto para bandoneón y
orquesta (flauta, oboe, fagot, clarinete y cuerdas) que acababa de escribir. Siempre
incluyo en mi repertorio “Balada para mi muerte”, Chiquilín de Bachin” y “Che, tango,
che”. Amelita Baltar, la cantante con la cual Astor mantuvo una relación sentimental
con ella hasta 1974. Amelita habla de sus experiencias con la ópera-tango María de
Buenos Aires y del éxito de Balada para un loco (1969). Fernando Solanas habla de su
experiencia con Astor y la música para su película Sur, y cojo surgió el tema “Volver al
Sur”, pues “Sur” que inicia la película es para Solanas el mas bello tango de Aníbal
Troilo. Dice que Astor era buen conversador, vehemente y apasionado, y que no se
media en sus críticas, tiraba munición gruesa. El percusionista Oswaldo Ruiz dice que
lo hacía trabajar mucho y aunque había momentos melancólicos también tiene su
dramatismo. Horacio Ferrer recita la letra de la Balada para un loco y muestra los dos
tomos de canciones escritas por él y musicalizadas por Astor. La segunda esposa de
Astor, Laura Escalada (se conocieron en 1976) da sus impresiones y muestra el
museo-fundación que mantiene en Buenos Aires. Daniel dice que su padre era muy
divertido y duro, y que el segundo viaje con la familia a Nueva York no resultó como
esperaban. A su madre, Dedé, le hacían falta sus cosas, sus recuerdos. No hablaba inglés
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por lo que y no salía del apartamento, se separarían en 1966. En 1959 su padre recibió
una llamada que le cambiaría la vida, Nonino había muerto en un accidente de bicicleta
en Buenos Aires. Su tango Nonino es un antecedente del célebre Adiós Nonino, obra que
refleja una emocionada despedida por la muerte de su padre. En 1990, durante una
entrevista declaró que: «El tango número uno es Adiós Nonino. Me propuse mil veces
hacer uno superior y no pude». Daniel narra el regreso a Nueva York de su padre
Papá nos pidió que lo dejáramos solo durante unas horas. Nos metimos en la cocina. Primero hubo
un silencio absoluto. Al rato, oímos que tocaba el bandoneón. Era una melodía muy triste,
terriblemente triste. Estaba componiendo Adiós Nonino.

Imágenes de Piazzolla como actor infantil en El día que me quieras, con Carlos Gardel
en Nueva York. Astor se salvó de morir en Medellín cuando su padre su padre le
prohibió que a sus trece años se uniera a la orquesta del Zorzal criollo [ Buscar en los
en google el relato “Adios Nonino” del 28 de octubre de 2015, por Martín Llade para
Sinfonía de la mañana ]. Su encuentro con Nadia Bouolanger, a quien Astor consideraba
su segunda madre, “!El tango es una música hermosa y el bandoneón un instrumento
maravilloso. Esto si es Piazzolla” le dijo ella. Astor había estudiado durante seis años
con Ginastera [ el programa Grandes ciclos, del Canal Clásico, ha comenzado a celebrar
el centenario del nacimiento del compositor Alberto Ginastera]. Yo-Yo Ma dice que
Astor tiene todo lo que se puede hacer en la música, el anhelo y la pasión, la pasión
contenida. Yoyo Ma interpreta Libertango (1974) en su disco El alma del tango. Pololo
comenta como Astor va incorporando instrumentos, como el chelo, la guitarra eléctrica,
la percusión, la marimba, porque va concibiendo los timbres que pueden dar ritmo ,
melodías y armonías , pero sobre todo el color del timbre a sus composiciones. Le
gustaba que los músicos nuevos agregaran algo distinto, porque pensaba que casa
instrumento podía tener una forma de ser interpretado o tocado para enriquecer mucho
mas la forma de oír la pieza. Uno puede admirar las obras de Beethoven, Schubert,
Mozart, etc., las respetamos y las admiramos, pero cuando oímos estas cosas que son
nuevas para nosotros, modernas, con una mentalidad distinta también las admiramos
porque tienen un aporte especial para la apreciación musical. Pololo nos deja oír partes
de La Misa tango de Luis Bacalov, para apreciar como en el Gloria y el Credo se siente
el ritmo del tango. Cantan Plácido Domingo y Ana María Martínez.
Al finalizar la clase escuchamos la célebre obra de Piazzolla, LIBERTANGO. Pudiendo
constatar su estilo y características musicales y su genial prioridad sonora del
bandoneón entre la participación del resto de la orquesta.

[PARERGA Y PARALIPÓMENA
De entre los CD y DVD que llevó Pololo a la clase: Daniel Barenboim ( dirección y
piano) , Rodolfo Mederos ( bandoneón) y Héctor Console ( contrabajo). Tango
argentino, En vivo Buenos Aires 31 de diciembre de 2006.
Le otto stagioni. A Vivaldi e Astor Piazzolla. Piazza Duomo, Milano 8 luglio 2007, con
la Cameristi della Scala. Tango Maestro. Tango Nuevo.

Búsquese en youtube Astor Piazzolla- The next tango. Entrevista de Andrés


Salcedo, Alemania 1986, en dos partes. En la primera del concierto para piano que
compuso para Arthur Rubinstein a los 18 años y de Nadia Boulanger. En la segunda
parte habla del bandoneón y la técnica de como tocarlo, en sus viajes por Alemania
Astor se nutre de la historia del bandoneón. El bandoneón fue inventado en 1854 en
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Alemania por Hermann Uhlig y llega a Buenos Aires para empezar a ser tocado a partir
de 1890 porque su sonido triste, “aterciopelado” compatibiliza con el tango.

El bandoneón es un instrumento musical de viento, de lengüetas libres a fuelle. Se dice


que fue creado en Alemania como un órgano de iglesia portátil para la tarea
de evangelización. Por esa razón tiene los botones ordenados de tal forma de facilitar la
ejecución de las canciones evangelistas, por lo que resultan muy "desordenados" a la
hora de tocar una escala. El origen religioso explica su sonido sacro y melancólico
único. Al llegar al Río de la Plata de la mano de marineros e inmigrantes, fue adoptado
por músicos de la época y fue así que colaboró en la formación del sonido particular
del tango rioplatense, constituyéndose en un verdadero símbolo de éste.

Además de la notable diferencia tímbrica entre el bandoneón y el acordeón y otros


instrumentos de lengüetas sueltas (free-reed), el bandoneón utiliza botones en lugar de
teclas, por lo que se habla de botoneras en lugar de teclados. El bandoneón utilizado en
ambos países tangueros, Argentina y Uruguay, se conoce como Rheinische Tonlage
38/33. Estas dos cifras significan que consta de 38 botones para el registro agudo
(discante) y 33 para el grave (bajo): un total de 71 botones. Técnicamente, el bandoneón
posee botonera cuádruple, ya que cuando se abre el fuelle cada botón oprimido genera
un tono y cuando se cierra el fuelle el mismo botón emite otro tono. Por lo tanto, es
necesario aprender la ubicación de 71 tonos abriendo el fuelle y otros 71 cerrándolo.
Para cada botón existe un sistema de lengüetas - voces de acero remachadas a un
soporte (llamado peine) de zinc, aluminio o de duraluminio (este último en los
bandoneones de inferior calidad)-, similar al de la armónica. El número 142 no se
refiere a la cantidad de botones (que son solo 71 en los modelos utilizados en Uruguay y
Argentina) sino al número de tonos que generan las lengüetas

A Fuego lento, de Horacio Salgán ( Buenos Aires, 1916)


"Esta obra, de notable fuerza rítmica, comienza desarrollándose dentro de un clima
musical al que podríamos llamar ´obsesivo´, siempre dentro de los cánones de lo
milonguero. Después de una parte melódica, vuelve, hasta el final, a marcar ese ritmo
avasallante y atrapador que lo distingue entre todos los tangos de corte semejante..." A
fuego lento" marca el punto más extremo de sus innovaciones en cuanto a composición
se refiere: es el límite, consciente y voluntario, impuesto por su apego –por sensibilidad
musical y afecto-a las formas más evolucionadas dentro de la tradición del género.”

Salgán contó que desde chico lo atrajo la ópera italiana y que en El barbero de Sevilla le
había fascinado el aria de bajo titulada La calumnia donde el texto dice:”…va
corriendo, va corriendo por la oreja de la gente…” que le dio una idea de algo que se
sucede sin interrupción, y en crescendo. Esta fue una de las ideas que le llevó a escribir
el que es “posiblemente el más vanguardista de todos mis tangos. En 1950, graba con
Astor Piazzolla, quien en la década siguiente se consagrará como máximo exponente del
tango de vanguardia, un disco titulado Para fanáticos solamente, que en el Lado A lleva
dos temas interpretados por Piazzolla y en el Lado B tiene "A fuego lento", que se
convertirá en uno de los temas más célebres de Salgán.

Hay tangos instrumentales que han marcado hitos en la historia y se han transformado
en sinónimos de sus autores. Recordemos algunos: "La yumba", de Osvaldo Pugliese;
"Saludos", de Domingo Federico; "Responso", de Aníbal Troilo. Indudablemente "A
fuego lento" es la marca en el orillo de Horacio Salgán. "Esta obra, de notable fuerza
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rítmica, comienza desarrollándose dentro de un clima musical al que podríamos llamar


´obsesivo´, siempre dentro de los cánones de lo milonguero. Después de una parte
melódica, vuelve, hasta el final, a marcar ese ritmo avasallante y atrapador que lo
distingue entre todos los tangos de corte semejante..." ("Los Grandes del Tango").Fue
estrenado por Horacio Salgán en 1953, y resultó un verdadero impacto, a pesar de la
concepción ultramoderna. La primera grabación se realizó en el sello "T.K." en 1955, y
en "CBS Columbia", con el Quinteto Real, en 1959. Otra vez con la orquesta, en
"Philips", en 1966.Fue grabado también por Aníbal Troilo, por el "Octeto de Buenos
Aires" dirigido por Astor Piazzolla; por el "Trío de Eduardo Rovira", por el "Sexteto
Tango" y por el "Trío Federico-Berlinghieri-Cabarcos", entre los más destacados. En
internet se encuentra la siguiente letra agregada a algunas versiones que le han agregado
A fuego lento tu mirada
A fuego lento tú o nada
Vamos fraguando esta locura
Con la fuerza de los vientos y calor de la ternura
Sigue el camino del cortejo
A fuego lento a fuego viejo
Sigue avivando nuestra llama
Con todo lo que te quiero y lo mucho que me amas

A fuego lento me haces agua


Contigo tengo el alma enamorada
Me llenas, me vacías, me desarmas
Ay ay ay amor cuando me amas
A fuego lento revoltosas
Caricias que parecen mariposas
Se cuelan por debajo de la ropa
Y van dejando el sentimiento amor forjado a fuego lento

A fuego lento mi cintura


A fuego lento y con lisura
Vamos tramando este alboroto
Con la danza de los mares y el sabor del poco a poco
Sigo el camino del cortejo
A fuego lento a fuego añejo
Sigo avivando en nuestra llama
Tantos días como sueños, tantos sueños que no acaban

A fuego lento me haces agua


Contigo tengo el alma enamorada
Me llenas, me vacías, me desarmas
Ay ay ay amor cuando me amas
A fuego lento revoltosas
Caricias que parecen mariposas
Se cuelan por debajo de la ropa
Y van dejando el sentimiento amor forjado a fuego lento

A fuego lento, a fuego lento ay ay ay….


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Balada para un loco (1969) Astor Piazolla y Horacio Ferrer

En 1967 Astor Piazzola y Horacio Ferrer habían comenzado una prolífica asociación
musical-poética que duraría varios años. Ferrer ha contado que Piazzola fue y le dijo:
"Quiero que trabajes conmigo porque mi música es igual a tus versos". El primer
resultado de esa asociación fue la composición de la operita María de Buenos Aires,
estrenada con gran éxito en 1968. A partir de ese momento Piazzolla y Ferrer
comenzaron a componer canciones populares, entre las que se encontraba por ejemplo
"Chiquilín de Bachin", pero sin lanzarlas masivamente.
La oportunidad se presentó en el Primer Festival Iberoamericano de la Danza y la
Canción que se realizó en el Luna Park de Buenos Aires entre octubre y diciembre de
1969. Ferrer contó que después de ver la película "Rey por Inconveniencia" o "Rey de
Corazones", de Philippe de Broca, comenzaron a hablar sobre la idea de hacer un tema
inspirado en esta película. Ya en el segundo semestre de 1969, le llevó a Piazzola una
frase para tratar de armar la canción: "ya sé que estoy piantao...":Después me dice "y
cómo seguimos". Le digo "bueno, hacé vos una segunda que diga loco, loco, loco", e
hizo esa hermosura. Y después dice "cómo seguimos", mirá, le digo, a mí me gustaría
hacer un recitativo en el medio, y también uno al principio. Así surgió una de las
canciones más populares de la música argentina, que además sacudiría los
fundamentos de la canción rioplatense. El resultado fue una balada con ritmo de
valsecito y dos recitados hechos a la medida de la expresividad de Amelita Baltar, por
entonces esposa de Piazzola.
La canción fue estrenada de inmediato en Michelángelo, pero poco después Piazzola,
Ferrer y Baltar deciden presentarla para concursar en el Primer Festival
Iberoamericano de la Danza y la Canción que se realizó en el Luna Park de Buenos
Aires entre del 9 al 14 de octubre de 1969, con un jurado de alto nivel internacional
que integraban entre otros Vinicius de Moraes y Chabuca Granda. La Balada fue
presentada la primera noche y tuvo una excelente acogida por parte del jurado, que la
declaró finalista en el rubro "tango". Pero la decisión del jurado generó una
controversia entre los organizadores, muchos de ellos tradicionalistas, que llevó a una
modificación de las reglas del festival, desplazando al jurado de músicos por un
"jurado popular" que en la final del 14 de octubre declaró ganadora a otra canción y en
segundo lugar a "Balada para un loco". Pero pese a perder el festival y a la
controversia entre tradicionalistas y vanguardistas sobre si "eso" era tango o no lo era,
la canción ya había deslumbrado el gusto popular. Al día siguiente de finalizado el
festival la canción cantada por Amelita Baltar fue lanzada como simple editado por
CBS junto con "Chiquilín de Bachin" como lado B. Al mes siguiente, se lanzó una
nueva versión editada por RCA Victor, cantada por Roberto Goyeneche con la
Orquesta de Astor Piazzolla.

La canción comienza con una notable melodía lenta en ritmo de vals, con un toque
psicodélico, ejecutada por el piano, sobre el que la cantante interpreta un recitado que
comienza con la frase: Las callecitas de Buenos Aires tienen ese, qué se yo, ¿viste?

Un aparente narrador testimonial en segunda persona, se dirige de manera cómplice al


oyente, para volverse narrador en primera persona y empezar a hablar de sí mismo:
De repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo.
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El narrador se describe entonces a sí mismo, como un personaje improbable y


desopilante:
Medio melón en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias
suelas clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.

La narración pone al oyente frente a ese personaje que salta y baila frente a ella (se
trata de una mujer), y que la hace reír. Hasta que le regala una banderita y empieza a
cantar los versos más famosos de la canción:

¿No ves que estoy piantao, piantao piantao?. //¿No ves que va la luna rodando por
Callao?

La canción hace una defensa de la locura. "Piantao" es un término lunfardo del argot
rioplatense, común a Buenos Aires y Montevideo, que significa "enajenado", "loco".
Y "Callao" es la avenida Callao, que naciendo en el Congreso de la Nación se dirige
hacia el Barrio Norte, barrio de clase alta, en donde es una de sus arterias centrales.

Ferrer le dice a Piazzolla "mirá, vamos a hacer una primera bis donde él le diga a ella
que lo quiera así como es": quereme, está bien, pero quereme así, piantao, es mucho
más tierno, quereme como soy, que ésa es la verdad del amor.
El loco no solo le propone a la mujer quererlo tal como es, sino que la invita a
compartir su locura y a vivir la vida con la misma locura que él ("¡Bailá! ¡Vení!
¡Volá!").

Al promediar la canción aparece un nuevo recitado, similar al primero, pero con una
letra distinta. Si en el primer recitado el loco se encuentra con la mujer y la seduce, en
este segundo recitado ella se ha sumado a su locura y salen a recorrer Buenos Aires,
corriendo por las cornisas con una golondrina en el motor. Pasan por el manicomio y
reciben los aplausos de los locos allí recluidos ("De Vieytes nos aplauden"). La gente
los saluda y bailan un vals con "un ángel y un soldado y una niña". Ferrer ha dicho
que la canción estuvo en parte inspirada en la película Rey por inconveniencia, que
narra la historia de un grupo de internos de un manicomio francés, durante la Segunda
Guerra Mundial, que quedan dueños de un pueblo, cuando todos huyen ante la llegada
de los soldados alemanes. Para el canto final la música de Piazzolla subraya ese
espíritu de alegría y felicidad subiendo un tono y medio la escala mientras la letra
dice:

Quereme así, piantao, piantao, piantao...


abrite los amores, que vamos a intentar,
la mágica locura total de revivir,
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!

Balada para un loco


Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo, viste?
Salgo de casa por Arenales, lo de siempre en la calle y en mi...
Cuándo, de repente, detrás de un árbol, se aparece el.
Mezcla rara de penúltimo linyera
y de primer polizonte en el viaje a Venus.
Medio melón en la cabeza,
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las rayas de la camisa pintadas en la piel,


dos medias suelas clavadas en los pies
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
Parece que solo yo lo veo,
Porque él pasa entre la gente y los maniquíes le guiñan,
los semáforos le dan tres luces celestes
y las naranjas del frutero de la esquina
le tiran azahares.
Y así, medio bailando y medio volando,
se saca el melón, me saluda,
me regalo una banderita y me dice:
(Cantado)
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao,
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión
y a vos te vi tan triste... ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...
el loco berretín que tengo para vos.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!
(Recitado)
Y asi diziendo, el loco me convida
a andar en su ilusión super-sport
Y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!
De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",
los locos que inventaron el Amor,
y un ángel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.
Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco, pero tuyo, ¡qué sé yo!:
provoca campanarios con su risa,
y al fin, me mira, y canta a media voz:
(Cantado)
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Quereme así, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la mágica locura total de revivir...
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¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!


(Gritado)
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!
Loca el y loca yo...
¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!
¡Loca el y loca yo

Cuando Yo Yo Ma se acercó a Piazzolla

Cuando Yo Yo Ma decide interpretar a Piazzolla, el maestro había muerto hacía cinco


años, algo que Yo Yo Ma siempre lamentará porque desde la primera vez que escuchó
su música se propuso grabar con él, y si bien no pudo darse el gusto ello no impidió
que gracias a la intervención del productor brasileño, Oscar Castro Neves, organizaran
una grabación para el sello Sony, considerado por los expertos una obra maestra, a tal
punto que según la opinión autorizada de Malvicino, “es el mejor disco de música de
Piazzolla sin Piazzolla”. Se trata de “Yo Yo Ma soul of the tango” (Alma de tango),
una pieza discográfica que en Estados Unidos causó verdadero furor de ventas, al
punto que desplazó durante dos o tres años a Standing Stone de Paul Mc Cartney. Una
vez más el tango recibía en el extranjero un reconocimiento que en su tierra de origen
no se lo otorgaban con tanta facilidad, por lo menos eso era lo que pensaba, entre
otros, el propio Astor Piazzolla; quejas coincidentes con las que expresaran en
diferentes momentos Carlos Gardel y Julio de Caro.
A Yo Yo Ma lo acompañó en esta verdadera obra de arte un plantel de músicos
argentinos de primer nivel. Allí estuvieron entre otros, Héctor Console en contrabajo,
el excepcional violinista Antonio Agri, Néstor Marconi en el bandoneón, Horacio
Malvicino con guitarra y Leonardo Marconi y Gerardo Gandini en el piano. Fueron
sesenta y tres minutos de grabación en tres escenarios diferentes donde todos tuvieron
oportunidad de lucirse
El primer tema que grabaron fue Libertango, una creación que Piazzolla hizo en Italia
en 1973 cuando accedió a seguir los consejos de sus colaboradores que le insistían en
la necesidad de hacer temas más cortos para el gran público, una sugerencia que por
primera vez en su carrera el maestro se dignó a atender. No se equivocó. Libertango,
junto con un puñado de composiciones de esa época, fue una de sus principales cartas
de presentación en Europa.
Yo Yo Ma, considerado con justicia unos de los grandes chelistas del mundo -para
muchos el primero- asumió con responsabilidad el compromiso, motivo por el cual
estudió al detalle las principales obras de Piazzolla. Malvicino, integrante de todas las
iniciativas musicales de Piazzolla y, muy en particular, Alfredo Radoszynski, se
preocuparon por hacerle llegar los principales textos del creador de Adiós Nonino. Por
su parte, Jorge Calandrelli y el brasileño Sergio Assad se encargaron de adaptar las
partituras. En 1999 este excelente compositor y pianista que es Calandrelli recibió el
premio Grammy por su singular participación en el tema séptimo del álbum: “Tango
Remebrances”
Yo Yo Ma prestó atención a una sesión grabada con tangos de Piazzolla que hiciera en
París el maestro ruso Rostrapovich, acompañado en la ocasión por la pianista
argentina Susana Mendelevich y la mirada atenta del mismísimo Piazzolla. Provisto
de esta valiosa información Yo Yo Ma salió airoso donde el violinista Gidón Kremer
y el pianista Daniel Barenboim fracasaron o no estuvieron a la altura de las
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expectativas creadas, poniendo en evidencia una vez más su genio y ese singular
talento que le permite captar en sus más sutiles variaciones la singularidad de una
composición. Particular mención merece en este notable emprendimiento tanguero, el
maestro Néstor Marconi, un bandeononista nacido hace casi setenta años a pocos
kilómetros de Rosario, que se educó con los mejores maestros del bandoneón y que
antes de cumplir 25 años ya había tocado con José Basso y con Francini y Pontier. Su
itinerario artístico da cuenta de la propuesta estética de estos singulares creadores
abiertos a las grandes novedades de su tiempo y firmemente plantados en las mejores
tradiciones del género, tradiciones cuya expresión más elocuente en el bandoneón son
Pedro Maffia, Aníbal Troilo y Pedro Laurenz, además, por supuesto, de
Piazzolla.Marconi fue uno de los animadores de esos dos grandes templos del tango
que fueron el cabaret Marabú -el mismo donde Troilo se inició en 1937 y donde
Carlos Di Sarli fuera la estrella estelar durante largos años- y el mítico Caño 14 de
calle Talcahuano al 900, dirigido por Atilio Stampone, por donde desfilaron las
grandes luminarias del tango de la segunda mitad del siglo pasado.
El tema número nueve de Yo Yo Ma soul of the tango es Tres minutos con la
realidad y lo interpreta la pianista Kathryn Stott. Sobre la calidad de esta artista nada
más oportuno que citar el comentario que en su momento hiciera Malvicino: “En
cuarenta años ésta es la primera vez que escucho todas las notas”, un sobrio homenaje
a alguien que, como dijera un crítico cuando la oyó interpretar un tango, “parece
argentina”, una oportunidad exquisita para disfrutar de un piano y un cello que al
decir de Pablo Espinosa, el crítico mexicano del diario La Jornada: “Pareciera que
hicieron un pacto con los ángeles”.
En un concierto realizadp en la sala mayor del local de la comunidad judía de
Belgrano, después de disfrutar del repertorio, se iniciaron los previsibles pedidos del
público. Entusiasmados por lo que acababan de escuchar, pidieron que se interpretara
Libertango. La respuesta de Marconi fue la más clara que se escuchó esa noche: NO,
dijo con una sonrisa amable, pero convencido de que sabía de lo que estaba hablando.
No hicieron falta más explicaciones. Basta con escuchar la versión con Yo Yo Ma, la
vibración singular de su arco que al decir de un crítico, permite reconocer su identidad
hasta con los ojos cerrados, y ese torbellino de notas que Marconi saca del bandoneón,
para aceptar que después de semejante despliegue de talento, Libertango no admite
improvisaciones.

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