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PRAGMATISMO JURÍDICO

1. DEFINICIÓN

 Según el diccionario jurídico de Guillermo Cabanellas de Torres,


define el Pragmatismo de la siguiente forma: “El pragmatismo es la
actitud predominante pragmática (que busca la eficacia y utilidad)”.

 Gustavo Torroella, en la Revista Cubana de Filosofía, escribe lo


siguiente: “La doctrina filosófica del pragmatismo es –como dice
William James– un nombre nuevo para viejos modos de pensar. Sólo
que antes de James se usó fragmentariamente y a modo de preludio,
y él sistematiza la doctrina y generaliza su misión.

El pragmatismo cree que el hombre es incapaz de captar la esencia


íntima de las cosas, que la razón humana es incapaz de resolver los
enigmas metafísicos y desvía entonces su atención a los resultados
prácticos, vitales de las ideas y creencias. La actitud del pragmatismo
es de desprenderse de las primeras cosas, causas, categorías,
principios, substancias, y fijarse en los frutos, efectos, resultados
prácticos de las ideas. El pragmatismo cree que el pensamiento no
tiene por finalidad conocer las verdades metafísicas, sino
orientarnos, ajustarnos prósperamente a la realidad. El pensamiento
es como una función vital que tiene su papel en la conservación y
preservación de la vida. Introduce un nuevo concepto de la verdad.
Para el pragmatismo un pensamiento es verdadero cuando es útil y
fomentador de la vida. Este pensamiento pragmatista se enmarca
dentro de las filosofías de la vida para las cuales la vida humana es
el valor cimero, siendo todos los otros valores medíos útiles para el
fomento de la vida: la verdad es lo útil y conveniente al hombre; el
conocer y el pensar son funciones al servicio de la conservación y
promoción de la vida”.
 W. James en su obra «Pragmatismo», señala que este no es sino el
choque de los temperamentos humanos, es decir, de esos modos
individuales de ver y sentir la vida. Cada filósofo interpretará a los
hechos de acuerdo con su temperamento. Será su temperamento el
que, más que sus premisas estrictamente racionales, alimentará su
más íntima propensión.

http://www.filosofia.org/hem/dep/rcf/n01p024.htm

2. ANTECEDENTES

El diario Argentino “La Nación”, escribió un artículo acerca deEn 1898


Estados Unidos inicia el conflicto bélico con España por el control de Cuba
y Filipinas, que representa la primera etapa expansionista de su historia e
inaugura su nuevo status de potencia mundial, pero asimismo señala la
fecha en la que instituye su doctrina filosófica más característica y original.
En agosto de dicho año, el filósofo y psicólogo William James elige el marco
de una conferencia en la Universidad de Berkeley, California, para
presentar a la comunidad universitaria, y de allí al orbe cultural, la noción
"pragmatismo". Aunque la denominación no agradaba a James -tampoco
entusiasmó nunca al resto de sus seguidores-, con su mención y
reconocimiento pretendía identificar el proyecto de pensamiento,
confirmado por la experiencia como "senda apropiada", que venía
marcando el paso de las creencias y de los criterios de la intelectualidad
estadounidense en los últimos tiempos. Este camino, como declaró en el
acto, había sido abierto veintiséis años antes por Charles S. Peirce.

En 1872 Peirce, el filósofo de la lógica, leía en la última sesión


del Metaphysical Club de Cambridge un esbozo de teoría de las creencias
a la que propuso calificar de "pragmática". El Club de los Metafísicos era
por entonces un salón de tertulia y debate que congregaba a personajes
célebres vinculados al centro universitario de Massachussets, ninguno de
los cuales simpatizaba con los principios metafísicos, aunque más de uno sí
disfrutaba de la ambigüedad que contenía el apelativo, a todas luces
irónico, y aun malicioso. A pesar de que no disfrutó de larga trayectoria
-compromisos académicos y circunstancias familiares particulares
dispersaron el grupo a los nueve meses de su constitución-, la influencia
dejada y, sobre todo, el valor simbólico transmitido a la actividad científica y
educativa norteamericana resultaron extraordinarios.

Louis Menand, profesor de Literatura en la Universidad de la Ciudad de


Nueva York y colaborador de la revista New Yorker , ha querido
homenajear al club y a la generación de pensadores que perpetuó su
espíritu tomándolos como título y argumento de su último libro. Junto a
James y Peirce, el jurista Oliver Wendell Homes Jr. y el filósofo John Dewey
desfilan como protagonistas en este ambicioso y meritorio ensayo sobre la
génesis de la filosofía pragmática y su contribución en el establecimiento de
las instituciones educativas -Harvard, Vermont, Johns Hopkins, Chicago- y
de la ciencia moderna -la Nueva Psicología, la biología evolucionista, la
filosofía, la sociología, la pedagogía- en el país, así como en la constitución
de un sistema de valores y de hábitos sociales representativos: la libertad
académica y de expresión, la primacía de la sociedad civil frente al Estado,
la tolerancia, la vida humana como experimento social. Pero, por encima de
todo, la obra se esfuerza por trazar un vívido fresco social y cultural en el
que discurren asimismo personajes secundarios pero eminentes e
influyentes como R. W. Emerson, Chauncey Wright y Jane Addams, junto a
los eventos más notorios acontecidos en la nación americana desde 1865
hasta 1917, esto es, desde la Guerra Civil hasta la Primera Guerra Mundial.

La designación de ambos sucesos históricos no es antojadiza. La tesis


fuerte de Menand sostiene que el pragmatismo fue en gran medida el
producto intelectual y emocional de una creencia muy sentida en la nación
desde 1865, a saber: con la Guerra Civil el viento se llevó algunos arcanos
y modelos de vida aborrecibles (por ejemplo, el esclavismo), pero tras ella
quedaron usos y vigencias no menos amenazadores -como el recurso al
fanatismo y a la violencia para la resolución de disputas-, algunos de los
cuales, de hecho, contribuyeron a llevar a "la nación hasta el borde de la
autodestrucción en nombre de una abstracción" (por ejemplo, el
abolicionismo). Aun con la victoria del Norte frente al Sur, nada podía borrar
de la conciencia norteamericana la sensación de la derrota de todo un país,
de una cultura y de un modelo de vida.

Pero se había aprendido la lección: ningún ideal emancipador queda


justificado por la formulación esencial de un principio absoluto que lo
sostenga. Sólo puede ser confirmado por sus resultados, y nunca más al
precio de generar la división social, como muestran los casos
documentados del abolicionismo fanático de John Brown, el sindicalismo
antagonista de Eugene Debs o el culturalismo segregacionista y etnicista de
Horace Kallen. No obstante, cincuenta años después, la Gran Guerra volvía
a dividir a los intelectuales y con la Guerra Fría el influjo pragmatista
retrocede. "El pragmatismo lo explica todo acerca de las ideas, excepto por
qué una persona estaría dispuesta a matar por una idea", escribe Menand.
No parece un balance muy esperanzador, mas tampoco debe hablarse de
fracaso. "El propósito del experimento es mantener el experimento en
marcha", concluye el autor.

El club de los metafísicos es un libro francamente bien escrito y ordenado


con gran inteligencia, de manera que las historias paralelas de los cuatro
autores destacados -Holmes, James, Peirce y Dewey- son narradas en
secciones específicas, aunque haciendo referencia constantemente a
encuentros y coincidencias entre ellos, para converger finalmente en los
tres últimos capítulos, que ofrecen una descripción común del pragmatismo,
de su significación y de sus contenidos filosóficos, culturales y políticos.

Animados por el estilo periodístico como estrategia de narración, la


biografía, la historia, la crónica y el ensayo filosófico se funden en el libro
con naturalidad y sin estridencias. No se trata, sin embargo, de un texto de
divulgación, sino de un serio trabajo de investigación, de cuya solvencia
hablan sus propias y esforzadas páginas, además del Premio Pulitzer de
Historia de 2002 que lo ha distinguido y de unas notas finales, una
bibliografía y un índice onomástico y analítico que cubren las últimas
ochenta páginas del libro.

http://www.lanacion.com.ar/503533-el-origen-del-pragmatismo

3. PRAGMTISMO JURIDIDICO

Lo que desde la perspectiva del derecho como argumentación viene a


unificar las distintas concepciones teórico- Nuevas Fronteras de Filosofía
Práctica jurídicas que se han propuesto es una filosofía de tipo pragmatista.

 El Derecho es entendido como una realidad dinámica que consiste


en una práctica social compleja que incluye, además de normas y
procedimientos, valores, acciones y agentes. Por lo mismo, existe la
tendencia a considerar las normas –reglas y principios- no tan sólo
desde su estructura lógica sino como enunciados que juegan un
papel relevante en el razonamiento práctico incorporando otras
esferas de la razón práctica como la moral y la política. El derecho es
entendido, entonces, como un instrumento para prevenir o resolver
conflictos y, al mismo tiempo, como un medio para la obtención de
fines sociales.
 La razón jurídica no es entendida como razón estratégica o funcional
medida por criterios de éxito o de eficiencia sino por pretensiones de
corrección, de justicia o de legitimidad, que se determinan a partir del
diálogo y del consenso como criterios de justificación. Esta
justificación sólo es posible bajo la convicción de que existen criterios
objetivos (contra la arbitrariedad) como el principio de coherencia o
de integridad, que le otorgan un carácter crítico y racional, así como
el reconocimiento de un conjunto de necesidades prácticas de los
hombres con respecto a las cuales el Derecho se encuentra
vinculado.

el pragmatismo no es una teoría más entre otras teorías posibles, tampoco


se trata de una actitud psicológica hacia el derecho, sino un tipo de
“exhortación” metateórica: se trata de contribuir a elaborar una concepción
articulada del derecho que realmente pueda servir para mejorar las
prácticas jurídicas y, con ello, las instituciones sociales. El enfoque
argumentativo del derecho vendría a ser un aspecto de este pragmatismo
metateórico que intenta, como decía, prevenir o resolver conflictos por
medio de argumentos. Quiero citar a Manolo en un párrafo con el que en el
año 2003 cerraba su intervención en la Cátedra Ernesto Garzón Valdés, y
que, me parece, podría ser el preámbulo del libro que hoy presentamos:

https://nuevasfronterasdefilosofiapractica.files.wordpress.com/2014/02/algo-
mc3a1s-sobre-el-pragmatismo-jurc3addico-de-manuel-atienza.pdf

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