Ficha Historia Universal Contemporánea María Bademián 5.288.

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Giobanni Levi, Jean Claude Schmitt. “Historia de los jóvenes”. Madrid, Santillana/Taurus, 1996

Eric Michaud – “Soldados de una idea: los jóvenes bajo el Tercer Reich”

En este texto, Michaud explica la importancia del papel que cumplían las Juventudes Hitlerianas en
el Tercer Reich para destruir todo valor e institución existente y sustituirla por la ideología
nacionalsocialista.

Bajo el Tercer Reich, ser joven significaba, que se pertenecía a una idea nueva – la cosmovisión
nacionalsocialista – que trataba de encarnarse en la lucha.
La tarea de formación y de educación le incumbía ante todo al Estado racista, la familia y la escuela
quedaban subordinadas a las organizaciones paramilitares de la juventud. La particularidad de los
jóvenes hitlerianos era el lugar central que otorgaban al racismo en su formación del Hombre Nuevo.
“Ningún adolescente debería dejar la escuela antes de hallarse plenamente convencido de lo que
significa la pureza de la sangre y su necesidad”.
La “educación soldadesca” pretendía formar un hombre que supiera a quién obedece y por qué
combate, que se sienta soldado de una idea concreta, de un cometido digno e histórico.
Responder al deseo del Führer era la tarea esencial y constante de cada uno, significaba hacer acto
de fe racista. El hecho de que raza significara alma, significaba que el cuerpo decía la verdad del alma,
pero era mentiroso; esto permitía crear un clima de sospecha general seguido de un terror penentrante
en toda esfera privada, el miedo de que cualquiera podía ser un “judío de espíritu”.
La unificación de los jóvenes debía ser llevada a cabo mediante una idea, una cosmovisión que
debía ser vivida como ley de vida por la joven generación, y solo las Juventudes Hitlerianas eran
portadoras de esa idea. Este adoctrinamiento quitaba todo vestigio de individualidad, de autonomía, de
autoconciencia: “no tengo conciencia, mi conciencia se llama Adolf Hitler”. La educación conducía a
“pensar en alemán” con el fin de identificarse con el retrato ideal, convertido en legendario, que Hitler
brindaba como modelo: el Hombre Nuevo.

En resumen, en este texto se refleja la intromisión del totalitarismo en todas las esferas de la vida,
plasma la dominación total que ejercía el nazismo mediante la desindividualización de todos los
individuos y la conversión de los mismos en una masa atomizada servil al régimen. Muestra no solo la
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imposición oficial de la ideología y de su intensidad, sino también su naturaleza omnicomprensiva que

configura la dominación total del totalitarismo; muestra que este tipo de régimen, para mantenerse en el
poder, necesita impregnar una nueva cosmovisión que abarque todos los aspectos de la vida y que
destruya todo tipo de libre iniciativa de los individuos.