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Wilson Gonzalo Cortes Puentes

Sociología de la ciencia
Universidad Nacional de Colombia, Sociología.
Reseña:​ ​Mulkay, Michael (1979). La ciencia y el contexto social. En: Science and the
Sociology of Knowledge, George Allen and Unwin. Versión castellana, Ciencia y Sociología
del conocimiento, Editorial Tecnos, Madrid.

En principio el autor menciona que entre los sociólogos de las ciencia hay un acuerdo general
que consiste en aceptar que factores sociales, económicos y técnicos, cuyo origen reside fuera
de la comunidad de investigación científica, afectan considerablemente la velocidad y el
desarrollo de la ciencia. De este modo que aquellos científicos sociales aceptan de buen grado
la idea de un ethos científico cuyo principal componente es la objetividad y se centran en
estudiar y reflexionar sobre qué tipo de sociedad es más receptiva a la institucionalización del
ethos científico, lo que los ha llevado a considerar la sociedad democrática como la más apta
para el desarrollo científico.
Sin embargo, parece que aquellos sociólogos han sido renuentes a aceptar que los factores
externos puedan influir sobre el contenido del pensamiento científico, esto es; sobre
conceptos, descubrimientos empíricos y modos de interpretación. Frente a esta visión Mulkay
propone otra postura en la cual se reconsidera la posibilidad de que existan influencias
externas directas sobre el contenido de lo que los científicos consideran conocimiento
auténtico. Así, el propósito central de la lectura es hacer un examen de parte del trabajo
histórico sobre la ciencia para poder mostrar aquellas influencias en las teorías e
interpretaciones de la “ciencia verdadera”, y por otro lado, mostrar el uso de la ciencia en
contextos no científicos.
Para empezar el autor nos hace la primera consideración; los científicos tienen dos
abrevaderos culturales fundamentales, de un lado, está la comunidad científica, mientras que
por el otro tenemos un ámbito social más amplio (p. 331).
Como nos dice el autor citando a Durkheim, parece que la ciencia con el paso del tiempo se
ha vuelto culturalmente más independiente, sin embargo, es posible la observación de la
apropiación por parte de la ciencia de elementos culturales externos a esta (sentido común).
Para fortalecer el argumento, el autor cita a Holton para decir que el razonamiento informal
-entendido también como sentido común- de la ciencia son proposiciones básicas que
informan y guían el trabajo del científico llevando al “error” pero también permite descartar
evidencia contraria en la búsqueda que se considera “verdadera”, es decir, estos elementos
externos pueden actuar tanto en la ciencia “errónea” como en la ciencia “buena-correcta”.
Esta característica, dice Halton, se ha invisibilizado en las ciencias modernas y es uno de los
factores que la diferencian de otros tipos de conocimiento anterior. En conclusión, dice
Mulkay que Holton muestra la existencia de un intercambio cultural continuo entre la ciencia
y el ámbito social más amplio.
Para dar una prueba del razonamiento el autor pasa a exponer el caso de la teoría de la
evolución de Charles Darwin.
En primer lugar hace mención sobre la situación geopolítica del colonialismo y la
preeminencia de Inglaterra en esta, argumenta que a través de esta situación privilegiada el
imperio inglés pudo recolectar evidencias sobre nuevas plantas, animales y fósiles, y esto
condujo a que la teoría de la evolución se desarrollará en aquella sociedad donde vivió
Darwin. Pero más allá de este hecho, Mulkay se pregunta cuál es la relación entre lo social y
el contenido de la obra.
Darwin desarrolla un programa de investigación para registrar en detalle las variaciones de
planta y animales domésticos lo cual implicaba un período de tiempo largo y fuentes de
información que provenía de criadores y cultivadores. Tras largo trato con estos, Darwin
empieza a asumir presupuestos y acciones de aquellas personas prácticas y además incorpora
esto a su afirmaciones científicas. Un ejemplo concreto es la herencia selectiva como fuente
de la variación doméstica.
Ahora bien, Darwin también cree que aquella variación es adaptativa en la medida en que los
criadores y cultivadores seleccionan cualidades definidas por sus propios intereses, sin
embargo esto no necesariamente lleva a suponer que el mismo mecanismo opera en el mundo
natural. Ests salto de fe se sirve de dos tipos de pensamiento, por un lado la teología natural
cuya tesis central es que cada punto de la estructura biológica tiene una función útil, mientras
que por el otro, el punto de vista filosófico que sustenta el principio de uniformidad de la
naturaleza.
La metáfora de los criadores y cultivadores como seres seleccionadores junto con las
doctrinas sobre la utilidad y uniformidad le permiten a Darwin pasar del ámbito doméstico al
natural, pero además de aquellas influencias, también extraerá otro elemento importante en la
teoría evolutiva de otras teorías sociales.
La ley de Malthus, muy popular entre los victorinos, sostenía que el progreso humano -tema
recurrente en los círculos académicos de la época- podía verse limitado por una ley
poblacional que sostenía que mientras la población crece geométricamente los recursos
disponibles lo hacen aritméticamente, de modo que la pobreza era un mecanismo para
eliminar elementos y mantener una suerte de equilibrio. Es clara la relación entre esta ley y la
idea de la adaptación como mecanismo para solventar la lucha por la existencia.
Terminadas estas consideraciones, Mulkay pasa a exponer lo que llama el uso de la cultura
científica en contexto externos, más precisamente en la política. Para ejemplificar este punto
nos serviremos de la “tesis del fin de la ideología” la cual sostiene que a medida que la
ciencia incursiona en el ámbito de lo político este empezará a decrecer para darle paso a la
racionalidad en detrimento de la ideología. Esto, según el autor, tiene argumentos
inadecuados los cuales expone en dos ámbitos; por un lado, respecto a las normas sociales
sostiene que lo que llaman ethos científico y su estructura normativa es más bien un
repertorio cultural usado por los científicos en diferentes contextos para lograr diferentes
objetivos, de esa forma la tesis no opera cuando los científicos están involucrados dentro de
una negociación política en relación a la ciencia misma.
Por otro lado, cuando se habla del uso del conocimiento científico en el campo de la política
nos dice que este no reduce el campo político, sino más bien se convierte en un recurso que
se puede interpretar de acuerdo a objetivos políticos. En este caso el conocimiento informal e
intereses políticos pueden influir en la definición de un problema, la elección de supuestos y
las conclusiones que deben ser políticamente útiles.
Para concluir, el autor realiza una serie de consideraciones finales. En primer lugar hace
énfasis en que los recursos cognitivos y técnicos de los científicos están abiertos a un cambio
continuo de significado dependiendo del contexto en el cual se mueva. Lo segundo, nos dice
que no se debe suponer que la producción de conocimiento científico está divorciado del
contexto social y cultural más amplio. Por último, nos da algunas pistas sobre la apertura de
líneas de investigación derivadas de este enfoque, por ejemplo, el estudio de la clasificación
social en ciencia desde una nueva perspectiva o la inestabilidad de las proposiciones
científicas.
**
El ejemplo de Darwin y su relación con criadores y cultivadores a lo largo de la lectura me
llevaba a pensar en casos similares pero que no tienen tanto revuelo, por ejemplo, en la
Nueva Granada con ciertos “descubrimientos” de nuevas plantas, animales o medicamentos
para curar las mordeduras de serpientes, como el guaco. En virtud de los conocimientos de
negros, indígenas, mestizos las reflexiones y acumulación de observaciones fueron posibles y
los ilustrados pudieron crear obras que recogen varia información sobre el reino y sus
recursos naturales. Por otro lado, la noción de que los presupuestos de las “castas” influyeran
en el pensamiento más interpretativo de los ilustrados a manera como muestra Mulkay que
paso con Darwin y los criadores tendría aún que verse, lo que sí aparece a plena vista es el
uso moral que le dan a las observaciones e interpretaciones científicas de los datos que
muestran el desprecio que se sentía por el pueblo llano, esto lleva entonces a preguntar si lo
que hacían acá en aquellos tiempos era ciencia moderna si se considera como elemento
distintivo el ocultamiento de esas nociones morales.

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