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c  


  
     
 

El arte y la ciencia de la refrigeración están relacionados con el enfriamiento de la


materia a temperaturas por debajo de la que existe en el entorno de un determinado lugar y
momento.

La refrigeración se puede conseguir de varias formas distintas. Los principales métodos


de refrigeración han encontrado su utilidad práctica en la industria y en los productos de
consumo y son los que se describen brevemente a continuación:

O 
 O: Son los sistemas más usados hoy en día. Al igual que los
sistemas de absorción de vapor, el efecto refrigerante es producido por la evaporación
de un fluido volátil a una temperatura lo suficientemente baja. La mayoría de los
refrigeradores, tanto industriales como domésticos, usan este principio debido al
excelente ratio coste-rendimiento de este tipo de tecnología en comparación con las
otras existentes.
° Y°
 O: Los sistemas basados en este principio son usados en grandes
industrias químicas, en aires acondicionados y en algunos frigoríficos domésticos.
Debido a que necesitan un aporte de calor a una temperatura moderadamente alta,
dichos sistemas se aplican en entornos con altas temperaturas o donde no es posible
disponer de energía mecánica. La eficiencia obtenida con estos sistemas no puede
compararse, siendo bastante menor, a las de la obtenida con sistemas de compresión
de vapor.
   O: La refrigeración basada en este principio en el que la temperatura del
aire se reduce por un proceso de expansión (donde el aire es el que hace el trabajo)
fue usada durante muchos años como el principal método de refrigeración en barcos,
principalmente debido a la seguridad inherente del método. El refrigerador de ciclo
abierto o bomba de calor puede parecer muy atractivo por su simplicidad y su ventaja
medioambiental. Se ha intentado muchas veces revivir la idea, eliminando algunos de
sus inconvenientes, cuyo principal problema es el consumo energético. Está claro que
un sistema basado en este principio tiene pocas posibilidades de ganar popularidad en
un rango de temperaturas normal, a menos que surja una ͞idea feliz͟, aunque no
parece muy probable en la actualidad.
›O: Este tipo de refrigeración se basa en el efecto Peltier, efecto
refrigerador producido cuando una corriente eléctrica pasa a través de la unión de dos
metales diferentes. Con los materiales disponibles en la actualidad, la eficiencia de
este tipo de sistemas es bastante baja, aunque posee muchos usos en circunstancias
donde la eficiencia no importa demasiado, como refrigeradores microscópicos para
muestras a dicha escala, instrumentos de medida del punto de rocío y algunas
aplicaciones más. Los refrigeradores termoeléctricos, a pesar de las enormes fortunas
gastadas en su investigación hasta la fecha, no han pasado del 10% en eficiencia,
aunque pueden haber llegado a alcanzar en torno al 20-30%, si se corroboran las
avances actuales. Hoy en día, esta tecnología está lejos de la eficiencia de los sistemas
de compresión de vapor.
 
El dise  de un sis e  de re rigeración es el típic  proble a cuya solución implica
varias consideraciones por ejemplo, re uiere la evaluación factores económicos, de seguridad,
de fiabilidad y de impacto ambiental, antes de decantarnos por una u otra tecnología.

En la actualidad los aspectos medioambientales han llegado a convertirse en unmotivo


muy importante en el dise o y desarrollo de los sistemas de refrigeración. Especialmente en
los sistemas de compresión de vapor la prohibición de CFC´s y HCFC´s, debido a los efectos
perjudiciales para la capa de ozono, han hecho un hueco para otro tipo de tecnologías que
hasta la fecha habían sido ignoradas en el mercado de la refrigeración. Debido al auge de la
conciencia ambiental, las tecnologías alternativas que no usan gases inertes ni fluidos se han
convertido en unas soluciones bastante atractivas para el problema medioambiental. Una
parte importante de la I+D mundial de la industria de la refrigeración está orientada hacia el
desarrollo de dichas tecnologías para tratar de reemplazar los sistemas de compresión de
vapor en una perspectiva de medio-largo plazo. Una de estas alternativas es la refrigeración
magnética (RM) que desarrollamos en este trabajo.


I

IO   REFRIER
IO M ETI


ma refrigeración comercial es una industria bien consolidada y relativamente barata


con un problema más o menos grave, el consumo energético. Incluso las más modernas y
eficientes máquinas térmicas trabajan muy por debajo de la eficiencia máxima teórica, dada
por un R R O
  (Figura 1) y pocas son, si es que las hay, las modificaciones posibles que
podría incorporar la actual tecnología existente del ciclo de vapor (el ciclo de compresión de
vapor ha dominado el mercado de la refrigeración hasta la fecha debido a sus ventajas  alta

eficiencia, baja toxicidad, bajo coste y su simpleza mecánica. Es por ello que casi el 90 de las
bombas de calor existentes están basadas en dicho principio).

=  -   
m  - - -
- - - 

Figura 1: Esquema de un ciclo de


arnot y expresión de su rendimiento.

Sin embargo, la RM está llegando a unos niveles en los que podría competir con la
tecnología actual de compresión de gas ya que ofrece un considerable ahorro en los costes de
operación por eliminación de la parte menos eficiente del refrigerador, el compresor.
Además del potencial ahorro energético, la RM es una alternativa ambiental a los
actuales refrigeradores de ciclo de vapor y aires acondicionados. La mayoría de los estos
sistemas todavía usan líquidos refrigerantes perjudiciales para la capa de ozono o para el
calentamiento global. En cambio, los refrigeradores magnéticos usan uno o varios
refrigerantes sólidos (normalmente con forma de esfera o láminas delgadas, ya que de esta
forma se mejora la transferencia de calor) y un fluido común para la transferencia de calor (por
ejemplo agua, disoluciones de agua-alcohol, aire o helio, dependiendo de la temperatura de
operación) sin los efectos perjudiciales antes citados.

La RM está basada en el efecto magnetocalórico (EMC). El EMC, o incremento de


temperatura adiabático, ºO , es decir, sin intercambio de calor, se define como el
calentamiento o el enfriamiento de materiales magnéticos debido a variaciones de campo
magnético. Inicialmente fue descubierto en el hierro por Warburg, aunque la termodinámica
de dicho efecto fue desarrollada por Debye y Giauque, quienes, de manera independiente,
sugirieron que podría ser usada para conseguir temperaturas bajas en un proceso conocido
como O
O
O O°O.

Poco después de este descubrimiento, un refrigerador basado en la desimanación


adiabática fue construido y utilizado por Giauque y McDougal para conseguir 0.53, 0.34 y 0.25
K comenzando a 3.4, 2.0 y 1.5 K, respectivamente, usando para ello un campo magnético de
0.8 T y 61 gramos de a r ± 
 r  como refrigerante magnético (hasta ahora la
temperatura más cercana al cero absoluto ha sido obtenida en un laboratorio por científicos
del MIT en 2003. Se obtuvo enfriando un gas en un campo magnético hasta medio nanokelvin
(5·10о10 K)).

El EMC es intrínseco a cualquier material magnético y es debido al acoplamiento de la


subred magnética con el campo magnético, el cual cambia la parte magnética de la entropía
del sólido. La termodinámica del EMC en un material ferromagnético cerca de su temperatura
de ordenamiento magnético (o temperatura de Curie,  ) se muestra esquemáticamente en

la figura 2. A presión constante, la entropía de un sólido magnético,  ± Œ , que es función
tanto de la intensidad de campo magnético (H) como de la temperatura absoluta (T), es la
combinación de las contribuciones magnética,   , de red,  O y electrónicas, 
:

 
 º Œ ´ ù º Œ   º 
º
Figura 2: El diagrama S-T ilustra el EM
. a línea continua representa la entropía total a dos valores distintos de
campo magnético: H0 =0 y H1>0. a flecha horizontal muestra ȴTad y la flecha vertical ȴSM cuando el campo
magnético varía desde H0 hasta H1. a línea punteada muestra la combinación de las entropías de red y
electrónica (no magnética), y la línea discontinua muestra la entropía magnética a los dos valores de campo. 0Sy
T0 son la entropía y la temperatura a campo cero, S1 y T1 son la entropía y la temperatura a campo H1.2

En el caso de un ferromagnético cercano a su temperatura de ordenamiento


magnético, la aplicación adiabática de un campo magnético 2   2
   del
sólido a la vez que éste es calentado mediante el 2      2
   2  para
mantener constante la entropía del sistema cerrado. En un proceso reversible, un
ferromagnético es enfriado a medida que se incrementa su entropía magnética, y la entropía
de red disminuye debido a la retirada adiabática del campo magnético. El calentamiento y el
enfriamiento del material magnético en respuesta a un campo magnético variable es similar al
calentamiento y enfriamiento de un medio gaseoso en respuesta a una compresión y
expansión adiabática (Figura 3).

Figura 3: Esquema de un ciclo de RM y de un ciclo decompresión de vapor

Dos aspectos importantes de un refrigerador magnético eficaz, no considerados aquí,


son:
a) el rendimiento de las fuentes de campo magnético, que sustituirán al compresor y al
evaporador.
b) la ingeniería del refrigerador magnético, que incluye el diseño del ciclo de
refrigeración, la organización del flujo del fluido intercambiador de calor y el proceso
de intercambio de calor.

 
    
  
     


Cuando un material magnético es expuesto a una variación de campo magnético, a


presión constante, dada por º ´  !   , pueden ocurrir dos procesos distintos:

1. à
 , que ocurre cuando el campo magnético varía pero el material
permanece vinculado al entorno (disipador/reserva de calor) y, por tanto, permanece
a temperatura constante. La entropía magnética del sólido varía según

ºù ± º ±
´   ±
!
  ±

 ±

siendo ºù ± º
la variación de entropía magnética. Dicha variación de entropía magnética
en un sólido caracteriza directamente la capacidad refrigerante, , del material magnético

r
´ º ù ± º
  ± r


que da idea de cuanto calor puede ser transferido desde el ! ! (a la temperatura T1) al
! O
 (a la temperatura T2) en un refrigerador que haga un ciclo termodinámico ideal o
ciclo de Carnot (Figura 1).

2. à
 O O°, que ocurre cuando se modifica el campo magnético pero el
material se aisla del entorno y, por tanto, la entropía total del sólido permanece
constante. La temperatura del material magnético varía según

ºO ± º ±
  ± Ô
  ±  
±

siendo º ± º
el incremento de temperatura adiabático. El incremento de temperatura
adiabático caracteriza indirectamente la capacidad refrigerante y la diferencia de temperatura
entre el foco frío y el foco caliente del refrigerador (generalmente un mayor ºO conlleva
una mayor capacidad de refrigeración del material y un mayor rango de temperaturas del
refrigerador).

Si la imanación y la entropía son funciones continuas de la temperatura y del campo


magnético, entonces una variación infinitesimal de la entropía a presión y temperatura
constante puede relacionarse con la imanación (M), con el campo magnético (H) y con la
temperatura (T) usando una de las relaciones de Maxwell

ð  ± Œ   ð ± Œ  
     ±
 ð   ð 

que integrando nos queda que

! ! ðù ± Œ  
º ù ± º
´ ù ± Œ  ´     ± 
  
 ð 

Combinando la ecuación (4) con la siguiente ecuación

ð ± Œ    ± Œ  
     ± 
 ð    

y con la que sigue

ð ± Œ   ð ± Œ  
          ± 
 ð   ð 

es fácil demostrar que un aumento infinitesimal de temperatura adiabática ±  ´ para


un proceso reversible adiabático-isobárico se rige por

  ð ± Œ  
 ± Œ         ± 
  ± Œ  ð
   

donde  ± Œ  es la capacidad calorífica dependiente de la temperatura y del campo

magnético a presión constante. El º ± º


es obtenido integrando la ecuación 8,
quedando como sigue

! !   ð ± Œ  
ºO ±   ± Œ          ±

  ± Œ 
º  
  ð  

donde ºù ± º
y º ± º
dependen de la temperatura y de la variación del campo
magnético º (ecuaciones 5 y 9, respectivamente) y, normalmente, son estudiados y
definidoscomo funciones de la temperatura para un incremento de campo magnético dado, o
como funciones del campo magnético para una temperatura dada. El comportamiento de
ambas características del EMC ( ºù ± º
y º ± º
) dependen del material, y no se
pueden predecir fácilmente en un principio, por lo que deben ser medidos
experimentalmente. mos metales pesados de la serie de los lantánidos y sus respectivos
compuestos siempre fueron considerados, al menos potencialmente, como los mejores
materiales magnetocalóricos ya que presentan los mayores valores de momentos magnéticos
ðù
y, por tanto, la más favorable O
OR
 RO, además de un gran , (ver
ð
ecuaciones 4 y 9) y las mayores entropías magnéticas disponibles (Figura 4).

Figura 4. Entropía molar teórica, SM, (izquierda) y momento magnético efectivo, Peff, (derecha) de los cationes
1
trivalentes de la serie de los lantánidos.

OMPORTMIE TO
O E
IO 

Es fácil comprobar que tanto el  ù ± 


y el O ± 
son proporcionales a la
derivada de la imanación con respecto a la temperatura a campo magnético constante
(ecuaciones 5 y 9). El ºO ± º
es también proporcional a la temperatura e inversamente
proporcional a la capacidad calorífica a campo magnético constante. Por lo tanto, es de
esperar que cualquier material tenga un mayor º ù ± º
y ºO ± º
cuando su
imanación varíe rápidamente con la temperatura, por ejemplo cerca de su temperatura
espontánea de ordenamiento magnético. El EMC disminuye gradualmente por debajo (la
imanación está casi saturada y depende débilmente de la temperatura en un estado ordenado)
y por encima (la imanación muestra solo una respuesta paramagnética) de la temperatura de
ordenamiento magnético.
Figura 5. Un ejemplo del comportamiento ͞caret-like͟ de (a) ѐSM(T) ѐH y (b) ѐTad(T)ѐH en un monocristral de d
calculados a partir de datos de la capacidad calorífica. os datos para ѐH de 0 a 2T en (a) y (b) también muestran
el valor pico y la anchura a la mitad de altura (FWHM) junto con la correspondiente T1 y T2 usadas para
caracterizar numéricamente las potencias relativas de enfriamiento [R
P(S) y R
P(T), respectivamente] del
1
material.

Por lo tanto, los ferromagnéticos convencionales presentan típicamente un


comportamiento RO 
 en la  ù ± 
y en la O ± 
, como se observa en la figura
5 para el Gd monocristalino puro que se ordena ferromagnéticamente a 294 K. Por
consiguiente, la caracterización numérica de los materiales magnetocalóricos según el
comportamiento convencional del EMC es posible especificando la temperatura del pico del
EMC, su magnitud ( º ù o ºO ) y su anchura a mitad de altura ±  Ô  r   . En el
caso de la variación de entropía magnética, el producto del º ù y   Ô  (Figura 5a) es

aproximadamente 4 3 veces la capacidad refrigerante (ecuación 2) en el rango de
temperaturas que va desde ›- hasta ›r . Es fácil comprobarlo usando una simple aproximación
geométrica si se asume que la forma caret-like del pico del EMC puede ser aproximada a un
triángulo. Por lo tanto, podemos llamar al siguiente producto

º   ù º    ù  ± 


R O O O    OR
°O O O 
O O OR
 
O O
 RO. De forma
similar una medida del EMC como es el incremento de temperatura adiabática, ºO , puede
ser calculada mediante el EMC máximo y el   Ô  del pico del EMC (Figura 4b). Al producto

º   O º    ù  ±

lo llamaremos 
R O O O    OR
°O O O 
O O OR
 OO
O O° RO. Tiene dimensiones de K2 y ningún significado físico, pero puede ser útil para
comparar numéricamente distintos materiales magnetocalóricos, especialmente cuando no
existen valores de º ù . Un valor alto de RCP(T) para el mismo ѐH indica normalmente un
mejor material magnetocalórico. mos dos valores pico, º ù ± º
y o ºO ± º
y   Ô 

normalmente aumentan con un aumento de ѐH (Figura 6).

Figura 6: El EM
máximo en el d observado a la temperatura de
urie del material en
función del incremento de campo magnético (la línea continua y los valores se leen en la
escala de la izquierda) y de la tasa de incremento del EM
(la línea punteada se lee en la
escala de la derecha).1

El comportamiento del EMC convencional puede ser también caracterizadodefiniendo


!
los valores de  ù ± 
y o O ± 
en función de un º  a una temperatura dada,
que normalmente es tomada al máximo del EMC. Es fácil ver que el EMC sigue aumentando
" "
con º  , pero su tasa de variación (o EMC específico, ºO ±º 
 º ) disminuye.

EFE
TO M ETO
 ORI
O I TE

El comportamiento anómalo del EMC está muy relacionado con las variaciones
anómalas en la estructura magnética de los sólidos que causan un inusual comportamiento de
ðù
y „ ± Œ  , lo que se traslada a º ù ± º
y a ºO ± º
(ver ecuaciones 4, 5, 8 y 9).
ð
Una de las anomalías más comúnmente observadas en el EMC ocurre cuando un materiales
sometido a dos o más sucesivos ordenamientos magnéticos cercanos unos de otros. Entonces,
en vez de la forma normal de caret-like, la forma ˜
 RO se aproxima a veces a un plano
(por ejemplo un comportamiento table-like) donde puede observarse un  # ±  
casi
constante (Figura 7 (b), entre 5 y 35 K). Dicho comportamiento puede observarse, no solo en
materiales con ordenamientos magnéticos múltiples, sino también en materiales con bajos
niveles de campo eléctrico cristalino.
Figura 7: Ejemplos de comportamiento skewed caret (table-like) de (a) ȴSM(T)ȴH y (b) ȴTad(T)ȴH en (d0,6Er0,4)l i
1
comparados con el comportamiento caret like (a 40 K) del (Dy0,5Er0,5)l2 .

Aquí, la menor temperatura alrededor del pico de la variación de la entropía magnética


y de la variación de temperatura adiabática está asociada con la supresión de defectos
Schottky (defecto que aparece para mantener la electroneutralidad del material. Se generan
vacantes en la estructura de iones de signo contrario para anularse de forma estequiométrica)
al aumentar el campo magnético; el pico superior del caret-shaped es debido al ordenamiento
ferromagnético del material.

Generalmente, cuanto más complicada es la estructura magnética del material más


complicado es el comportamiento del EMC. Por ejemplo, en la refrigeración sin un campo
magnético aplicado, el Dy puro se ordena antiferromagnéticamente a 180 K con una estructura
magnética helicoidal, y luego se produce la transición desde dicha estructura hasta otra
ferromagnética a 90 K. En consecuencia, a campo magnético bajo, el EMC muestra un agudo
incremento a 90 K debido a una transición de primer orden ferro-antiferromagnética (y
simultáneamente del empaquetamiento ortorrómbico al hexagonal), luego pasa por un
mínimo e inmediatamente le sigue un peque $o máximo a 180 K, para un incremento de
campo de 1 T, como se muestra en la figura 8. El mínimo se da porque al aplicar un campo
magnético a un material antiferromagnético aumenta la entropía magnética invirtiendo el
signo del EMC (en un ferromagnético, un aumento de campo disminuye la entropía
magnética). Cuando el campo magnético sube a 2 T se hace lo suficientemente fuerte paraque
ocurra un temple y se produzca la transición de fase de primer orden ferro-antiferromagnética
de modo que se induce una estructura magnética no-colinear que produce un gran máximo en
el EMC a 127 K.
Figura 8: El EM
en Dy ultrapuro calculado según datos de capacidad
1
calorífica.

Debido a que 2 T no es un campo lo suficientemente fuerte para deshacer la estructura


no-colinear, el ºO ligeramente negativo se observa a 174 K, seguido por un pico caret-like a
181 K (Figura 8). Al aumentar el campo magnético a 5 T, se hace lo suficientemente fuerte para
suprimir todas las estructuras magnéticas excepto la fase ferromagnética y el EMC, para dicho
incremento de campo, presenta un pico típico de comportamientos ske% ed caret a 181 K.

Al enfriarse, la mayoría de los materiales magnéticos sometidos a transformaciones de


fase de segundo orden desde la forma paramagnética hasta la ferromagnética con un
comportamiento normal del EMC (Figura 5), o desde paramagnética hasta antiferromagnética
con un EMC ˜
 RO si el campo magnético es lo suficientemente alto para eliminar el
antiferromagnetismo, se convierten en estructuras ferromagnéticas (Figura 8).

Unos cuantos materiales, sin embargo, forman una fase ferromagnéticamente


ordenada desde estados paramagnéticos a través de una transición de fase de primer orden.
Un ejemplo de estos materiales son las aleaciones de > ±ð  ð 
con 0 ч x ч 5.

Figura 9: El EM
en el d5(Si 2e2) calculado a partir de datos
1
de imanación.
En la figura 9 se muestra que un aumento de campo magnético por encima de 3 T
apenas aumenta el máximo del EMC, pero sin embargo sí que se continua incrementando la
  Ô , que desplaza el límite superior de temperatura del EMC hacia temperaturas mayores
y, sin embargo, sigue aumentando la capacidad refrigerante del material. El límite inferior de
temperatura del EMC (Figura 9) sigue siendo prácticamente independiente del º porque es
determinado por la temperatura donde ocurre la transición al mínimo valor del campo
magnético (en este caso 0 T). A este comportamiento anómalo se le conoce con el nombre de
  .

 
  
  


El EMC puede ser medido, usando técnicas directas, o calculado, mediante técnicas
indirectas, a partir de medidas de imanación o de capacidad calorífica, ambas en función de la
temperatura y del campo magnético. Ambas técnicas tienen ciertas ventajas y desventajas.

Las técnicas directas solo proporcionan una medida del EMC, el incremento de
temperatura adiabática. Sin embargo, las medidas directas son normalmente tediosas y
difíciles de llevar a cabo cuando se trata de pequeños intervalos a baja temperatura.

Un exhaustivo análisis de errores es una tarea casi imposible, ya que el error estimado
está basado normalmente en datos medidos usando material estándar. Si los aparatos de
medidas directas no están correctamente calibrados o si el material no está bien aislado, los
errores experimentales se hacen inevitables, especialmente si los valores de º son grandes
(por ejemplo, mayores de 10 K). Por ejemplo, en la Figura 6, se observan 3 valores muy bajos a
7 T y uno a 9T. Además, el campo magnético, por definición, debe cambiar lo más rápido
posible. Esto puede provocar problemas si los materiales estudiados son malos conductores (lo
que ocurre casi siempre, ya que los materiales magnéticos cerca de su temperatura de
ordenamiento magnético presentan bajas conductividades térmicas), o cuando las transiciones
de fase envueltas presentan cinéticas no infinitas.

A diferencia de las medidas directas del EMC, que proporcionan sólo datos del º ,
los experimentos indirectos permiten el cálculo conjunto de º ± º
y ºù ± º
a partir
de los datos de las capacidades caloríficas, o solamente de ºù ± º
a partir de datos
experimentales de imanación. Las técnicas indirectas proporcionan resultados prácticamente
en cualquier intervalo de temperatura. Sin embargo, la transformación de los datos
experimentales es previa al cálculo del EMC. Otro punto a favor de las técnicas indirectas es
que permiten un amplio análisis de errores siempre y cuando la exactitud de los datos
experimentales (capacidad calorífica o imanación) sea conocida.


 


Las técnicas de medida directa del EMC siempre implica medidas de las temperaturas
±
de la muestra    ! a campos    ! , donde los subíndices i y f indican campo

magnético inicial y final, respectivamente. El º ± º


se determina como la diferencia
entre dichos valores

º ± º
´ !    ±r

para  y º ´  !   dados. Normalmente el EMC es medido durante aumentos y


descensos del campo, obteniéndose los resultados en función de la temperatura inicial para un
º dado.

Las medidas directas del EMC se pueden realizar usando técnicas de contacto (por
ejemplo cuando la sonda de temperatura está en contacto directo con la muestra) y de no
contacto (por ejemplo cuando la temperatura de la muestra es medida con una sonda que no
está en contacto directo con la muestra, Figura 10). Dado que durante las medidas directas del
EMC se requieren variaciones rápidas del campo magnético, las medidas se pueden realizar
sobre muestras estáticas cuando la variación de campo magnético esté provocada ya sea por
la imanación/desimanación del imán, o por el movimiento de la muestra hacia una zona de
campo magnético uniforme. Usando muestras estáticas y pulsos de campos magnéticos se han
obtenido medidas directas del EMC en campos magnéticos que van desde 1 hasta 40 T. El uso
de electroimanes normalmente limita la fuerza del campo magnético hasta un máximo de 2 T,
aproximadamente. En montajes experimentales, donde se mueve la muestra o el imán para
proporcionar un ambiente de campo magnético variable, se usa normalmente
superconductores o imanes permanentes, que pueden producir campos magnéticos en un
rango de 0 a 10 T, y 0,1 a 2 T, respectivamente. La precisión de las técnicas experimentales
directas dependen de los errores en la medida de la temperatura, en la configuración del
campo, en la calidad del aislamiento térmico de la muestra (lo que constituye una fuente
crítica de errores cuando el EMC es elevado y, por tanto, altera las condiciones adiabáticas), y
de la calidad de la circuitería que elimina el efecto de la variación de campo magnético en la
sonda de temperatura. Considerando todos estos efectos, la precisión esta en un rango que va
desde un 5 a un 10 %.
Figura 10: Esquema de un dispositivo que usa un termopar diferencial para
medir el EM
: (1) tubo aislante de Plexiglas, (2) arandela de
u, (3) termopar
diferencial para medir ȴT, (4) pantalla de
u, (5) termopar para medir la
2
temperatura de la muestra, (6) muestra (Kuhrt et al 1985).

MEDIDS I DIRE
TS DE  IM 
IO

Experimentalmente las medidas de la imanación en función de la temperatura y del


campo magnético proporcionan, después de integrar la ecuación 5, el incremento de entropía
magnética, º ù ± º
. Se trata de una técnica útil para una rápida detección para posibles
materiales que puedan ser usados como refrigerantes magnéticos. ma integración de la
ecuación 5 es sencilla, y los errores experimentales en los valores del º ù ± º
dependen
de los errores asociados a la temperatura, al momento magnético y al campo magnético
&
pudiendo llegar a ser de en torno al 20-30 .

MEDIDS I DIRE
TS DE 
P
IDD
 ORIFI


ma medida de capacidades caloríficas a presión constante en función de la temperatura


a campo magnético constante, „ ± Œ  , proporciona la mejor caracterización de materiales
magnéticos sólidos con respecto a su EMC, donde la entropía total de un sólido magnético
puede ser calculada a partir de la capacidad calorífica como

  ±


± 
  DŒ   ±
D 


´

± Ô
 D  Ô ± 
D
donde  Œ y  Œ  Ô son las entropías en el cero absoluto. En un sistema condensado, ambos

±
valores son iguales  Œ    Œ  Ô , y por tanto, pueden obviarse. Una vez que se han

establecido las funciones para la entropía total,  ± 


y  ± Ô
, el cálculo de º ± º
y

ºù ± º
es simple. El ºù ± º
se calcula como la diferencia isoterma dada por la
siguiente ecuación:

ºù ± º ±
´   ±
!
  ±

 ±

y el º ± º
como la diferencia que se muestra en la ecuación siguiente:

ºO ± º ±
  ± !
  ± 

± 

Generalmente, la exactitud del EMC calculado a partir de la capacidad calorífica es


mucho mejor que cualquier otro calculado con otra técnica (imanación directa o indirecta) a
bajas temperaturas. Próximos a la temperatura ambiente, sin embargo, debido a la
acumulación de errores experimentales en las funciones de entropía total, los errores en el
EMC llegan a ser aproximadamente los mismos, del 20 al 30%, que los obtenidos a partir de los
datos de técnicas directas y indirectas de imanación.

cc  

- Annual Revision of Material Science (2000, 30:387ʹ429): Magnetocaloric materials.1


- Journal of Magnetism and Magnetic Materials (1999) 44-56: Magnetocaloric effect and
magnetic refrigeration.2
- Handbook of Magnetic Materials, edited by K.H.J. Buschow (Capítulo 4).
- Wikipedia.

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