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India:
Ubicación geográfica: Al noroeste de la actual India. Se desarrolló alrededor del
año 2.500 a.C. Civilización del Indo, de Mohenjo-Daró y Harappa(ciudades de entre
30.000 y 40.000 habitantes)
Características
Cultivaban: trigo, cebada, guisantes, sésamo y primeros en trabajar el algodón.
Las ciudades de Mohenjó-Daró y Harappa estaban amuralladas y muy bien
planificadas.
Calles: trazadas en ángulos rectos. Clara división entre las casas de las diferentes
clases sociales. Edificios públicos y amplios graneros para el almacenamiento y
posterior distribución de los cereales.
La ciudad de Mohenjó-Daró contó con miles de habitantes. Tenía un complejo
sistema de conducción de agua, quedando aún restos. La ciudad debió ser
abandonada cuando la agricultura de los alrededores no pudo sostener a la población
urbana.
El orígenes de la civilización Hindú Hacia el 1.500 a.C. pueblos indoeuropeos o
arios llegaron desde el norte, dominaron la región y se impusieron sobre la
población local. Trajeron el caballo, idioma sánscrito y religiosidad.
Shinduismo: sistema religioso monástico fundado en el S. VI a.C. por
SiddarthaGautama (BUDA)
Socialmente se impuso la sociedad en base al sistema de castas. Arquitectura
monumental Matemáticas: números. Cerca del 95% de la población pobre y el 90%
de los analfabetos.
China:
Ubicación geográfica Núcleo original: Río Amarillo. Luego llega al valle del Río
Azul. Dinastías de origen/históricas (1770 a.C.) dinastía Shang. Dinastía Ch’in (siglo
III)
Características
Cultivo de arroz.
Sociedad fuertemente jerarquizada.
Religión y pensamiento influido por: Lao-Tse (Taoísmo) y Confusio.
Legado Inventaron la brújula, el compás, el papel, la tinta y la pólvora.
Creaciones en porcelana y seda.“Ruta de la seda” Pagodas (Templos), grandes
campanas de bronce. Pintura paisajista y milenaria acupuntura.
Sólo en la Ilustración con casi la totalidad de los territorios del globo descubierto
es posible iniciar una teoría política sobre los sistemas sociales. Esta empresa la
emprenderá Montesquieu, que acuñará el término de despotismo oriental para
compararlo con el modelo absolutista francés advirtiendo de lo que puede suceder con
la práctica de esta actividad.
En "El espíritu de las leyes " Montesquieu habla de los determinantes geográficos
que convierte a Asia en un lugar gobernado por déspotas y poblados de servidumbre
mientras que Europa por su peculiar relieve geográfico no podría mantener esos bastos
imperios, sino que se forman los pequeños estados.
Jones tiene en cuenta las diferencias estatales que se dan en cada país asiático con
este modo de producción característico por la ausencia de una propiedad privada que no
sea la del emperador. India es el despotismo salvaje que recurre al violencia para su
protección, en Turquía le sistema puede producir algunos bienes, pero la malversación
de fondos es el problema, por otro lado está Persia considerado como el más potente
porque su peculiar forma de regadío asegura una pequeña propiedad privada. En China
se reconoce una explotación de la tierra más radicalizada. El joven Mill resucitará las
viejas teorías de Smith dos décadas después. Es evidente que las dos tradiciones de
pensamiento que iban a desembocar en Marx y en Engels compartían unos principios
sobre las diferencias entre Asia y Europa que podrían resumirse en:
Grecia
Los primitivos habitantes de la Hélade constituyeron la llamada civilización Egea.
Estos fueron los primeros habitantes de Grecia, poseyeron una organización clánica,
luego tribal y de avanzado desarrollo.
Roma
La explicación más difundida basada en la leyenda, es la que nos lleva a la
existencia de la ciudad de Alba Longa, y a la referencia del episodio ocurrido en ella
entre su rey, Numitor, y su hermano Amulio, quien provocara el derrocamiento de
aquel, con la consiguiente usurpación del trono real, y además, con la reclusión de la
hija del rey depuesto, Rhea Sylvia, a fines de evitar que pudiera tener descendiente
varón que luego reclamara el poder de su abuelo usurpador.
El jefe absoluto de cada grupo familiar era el “paterfamilias”, que era jefe
religioso o sacerdote del culto hogareño, jefe político, teniendo plenos poderes que
ejercía sobre todos sus integrantes, y que incluían el derecho de propiedad sobre todas
las cosas y bienes, y en extremo, el derecho de vida y muerte sobre todos los miembros
del grupo familiar.
La Gens también era integrada por la “clientela” o miembros ajenos al grupo, que
se adherían bajo dependencia buscando protección, proporcionando a cambio la
prestación de variados servicios.
Los componentes de esta familia son: el padre, la esposa, los hijos, los
descendientes de los hijos varones y los clientes. Es la célula sobre la que se constituye
todo el organismo social, claro está en la Roma primitiva.
La ciudad fue fundada sobre la margen izquierda del rió Tiber, al sur de las
ciudades etruscas, y una zona circundada por siete colinas, a partir de las cuales y hacia
el sur se extendía la vasta llanura del Lacio.
Roma
Las guerras interiores y exteriores a partir de finales del siglo III a. C. (Guerras
Púnicas, guerra social y guerra civil) pusieron bajo el control de la oligarquía senatorial
grandes territorios, de forma especial en el sur de Italia. Al mismo tiempo acentuaron
dramáticamente la decadencia del campesinado romano, que en otros tiempos había
constituido la sólida base de pequeños propietarios de la pirámide social de la ciudad.
La movilización sin fin agotó a los assidui, llamados año tras año a la legión. Los que
no morían eran incapaces de conservar sus tierras, absorbidas por la nobleza ecuestre y
senatorial. Del año 200 al 167 a. C., el 10% o más de todos los hombres libres y adultos
de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo
militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar
hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las correspondientes
reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A su vez las guerras
victoriosas proporcionaban más cautivos-esclavos para enviar a las ciudades y las fincas
de Italia.
El segundo representado por ciudades fenicias y griegas, como Tiro, Sidon, Biblos,
Rodas, Odessa y Palermo, fueron el punto de apoyo de la tierra, del comercio
marítimo y de los intercambios internacionales, los principales móviles de la
actividad económica.
Patricios y plebeyos
EL IMPERIO ROMANO
Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente
gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con
rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la
autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron
personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio
César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que
desafió la autoridad del Senado romano.
El Imperio Romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que
siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana.
Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en
mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador
vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano,
que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio
Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo,
sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César,
Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras
derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su
antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una
ambiciosa alianza para conquistar Roma.
A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia
romana, la implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma
deviene imparable, aun manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder
imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización
grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta
la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo.
Fue éste último quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión.
El Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de
guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de
Teodosio I el Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido.
El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de
restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de Justiniano
I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno así como el del
propio Sacro Imperio Romano Germánico, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos
los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos.
A principio del siglo V, las tribus germánicas, empujadas hacia el Oeste por la
presión de los pueblos hunos, procedentes de las estepas asiáticas, penetraron en el
Imperio Romano. Las fronteras cedieron por falta de soldados que las defendiesen y el
ejército no pudo impedir que Roma fuese saqueada por visigodos y vándalos. Cada uno
de estos pueblos se instaló en una región del imperio, donde fundaron reinos
independientes. Uno de los más importantes fue el que derivaría a la postre en el Sacro
Imperio Romano Germánico.
El aumento de población entre los pueblos bárbaros, que creó entre ellos una grave
crisis económica.
El espíritu guerrero de los germanos, que, desde los tiempos de Cayo Mario, de
Augusto y de Marco Aurelio, intentaban invadir el Imperio romano, por una u otra
frontera.
El afán de conseguir nuevas tierras, el territorio ocupado por los bárbaros era muy
reducido y no producía lo suficiente para satisfacer a la creciente población.
El ejemplo de los parthos y los escitas, que en el oriente habían desafiado el poderío
romano.