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fue a dormir con la preocupación de que el-viejo

\4I. Sobre la psicología de los r no fuera capaz de desempeRar bien su cometido.


Pfocesos oníricos' lJ.rrlrr Que modifióar encontramos en esta interpretación,
, ¡,t,r que agregaríamos este requisito: el conten-ido del
,,1, ,l.bió .rár íobr.determinado, y el dicho del niño hubo
, r)nrponeJse de dichos realmente ptonunciados en la vida
,rrl,rzados con sucesos importantes para el padre. Quizá
r¡r'jr't <<M€ abraso>> fue expresada por el niño en medio
i.r l'icbre que 1o llevó a la muerte, y las palabras <<Padre,
Entre los sueños de que he tomado conocimiento , tttottces ni t-,es?r> proceden de otra oportunidad que no
municación de otras personas, hay uno que tiene un ,,rrr)(cmos pero que fue rica en afectos' _ .
particular para que 1o consideremos ahora. Me fue ,
Al,ora bién, deJpués que hemos reconocido al sueño como
por una paciente que a su vez lo escuchó en una ,rrr ¡rloducto iroviito dé sentido que puede insertarse en la
¡encia sobre el sueño; su verdadera fuente sigue r,,,,,,,r del u.ónt...t psíquico, nos maravillará naturalmente
conocida para mí. Pero a esa dama le impresionó ,Ir(' (:u tales circunstanciás sobreviniese un sueño, cuando 1o
tenido, pues no tardó en <<resoñarlo»>, vale decir, en ,i,,lr,,rclo era el más brusco despertar' Pero debemos repa-
elementos del sueño en un sueño propio a fin de e: r,il ('u que este sueño tampoco escapa a un cumplimiento de
mediante esa tfasferencia, una concordancia en un ,1,',,,'o. En é1, el niño se comporta como si estuvlera vlvo,
determinado. ,l rnismo da aviso al padre, se llega hasta su c^ma.y le toma
Las condiciones previas de este sueño paradigmátic« ,l, un brazo, .o.o pr-obublementJ 1o hizo en aq-uel tecuerdo
las siguientes: Un padre asistió noche y día a su hijo ,l, l r ual el sueño rÉcogió el primer fragmento del dicho del
talmente enfermo. Fallecido el niño,
rr¡r¡vt se
ov retiró
rvlri a una ,rr(). Y en virtud de-ese cumplimiento de deseo, precisa-
tación vecina con el propósito de descansar, pero rrr('nlc, prolongó el padre por un momento su dormir' El
,,,,, ,,u'pi.url.Jó tobn" la riflexión de vigilia. porqt': pudo
puerta abierta a fin de poder ver desde su dormi
habitación donde yacía el cuerpo de su hijo, rodeado de r¡r,rsttai al niño otra vez con vida. Si el padre se hubiera
lones. Un anciano a quien se le encargó montar vigilar ,l,spcrtado enseguida, extrayendo- la conclu rión que.1o lle,vó
se sentó próximo al cadáver, murmurando oraciones. ,' l,i cámara mJrtuoria, habúa abreviado la vida del niño,
go de dormir algunas horas, el padre sueña ,lrliiímoslo así, por ese breve lapso.
SU 'lrs
de pie iunto a sil cama, le toma el brazo su§ilffo bien put.nt.la peculiaridad por la cual este breve sue-
), te, /efitonces no oes que me no c¿rutiva nrrettro interés. Hasta ahora nos empeñamos so-
respláiiAor qu€ llen;ae h lrrr' todo en averiguar aquello en que consis-te el sentido se-
tación vecina, se precipita hasta allí y encuentra al , r('lo de los sueñós, el cimino por el cual 1o hallaríamos y
guardián adormecido, y la mortaja y un brazo del l,,s medios de que se ha servido el trabajo.del sueño para
querido quemados por una vela que Ie había caído ,,, rrltatlo. En el-centro de nuestro campo visual estuvieron
encendida. l,,,rta este momento las tareas de la iñterpretación de los
La explicación de este tocante sueño es bien simple ,,,,.''1or. Y ahora tfopezamos con este sueño que no.plantea
según me cuenta mi paciente, la proporcionó ulgun, a la inierpretación' cuvo sentido está dado sin
quien le informó acerca de é1. EI fuerte resplandor dio
',,.. y paramos mientes en que-, sin embargo' conserva
,lrsfraz,
bre los ojos
oJos del
dei durmiente Ia puerta que él
traves de la
durmlente a través el l,,r .aracieies esenciales por los cuales los sueños se apartan
bía dejado abierta, y le sugirió la misma conclusión ll,rr»ativamente dc nuestro pensamiento de vigilia y engen-
habúa extraído en Ia vigilia: una vela volcada había ,lr rrn en nosotros la necesidaá de explicarlos' Sólo después de
vocado un incendio cerca del cadáver. Y aun quizás el rlt'.slrachado todo 1o que atañe al trabajo rle la interpretación
quedado nuestra psico-
¡,,,.1'",ro, advertir cuán incompleta ha
1 [Las primeras cartas de Freud a Vilhelm Fliess (Freud, 1,,¡¡íadel sueño.
arrojan alguna ltz acerca de las dificultades que presentan las ú
'i'..o urta, de encaminar nuestros pensamientos por este
mas secciones de este capítulo. Véase mi <<Intoducción>>, suprd, rrrrcvo s€ndefo queremos hacer un alto y repasar el trayecto
págs. 8 y sigs.l

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recorrido, para ver si en nuestro viaje hasta aquí no I
omitido nada importante., Es que áebemos táner bi, ;\. l:l olvido de los sueños
claro que el tramt cómodo y ,trar, si ( )¡rino, por tanto, que antes hemos de volvernos a un
estoy muy "!rá¿rUl.'árádu
por todos los camiÁos que hasta a
,equivocado,
ra emprendimos llegamós a la luz, al esclareciml..rto y ,,,,',i del que se desprende una objeción que hasta aquí no
',,r,.;icleramos, pero capaz de dar por tierra con nuestros es-
,

comprensión plena; a partir de este momento, en que


tendemos penetrar más-a fondo en los procesos anímicos'
l lrr.r'zos en torño de Iá interpretación de los sueños. M-ás de-
vueltos en los sueños, todas las ,endá, desembocan en rrrr autor lqs h4-hggh9--P.rqg--eIrt-€*ltUe en-.ver4ad go conoce--
oscuridad. Tropezamos con la imposibiiidad d, ,rrtoirii, nlus al süéñó qu- piéteqdemqs inlerpretar ; más correctamen-
sueño como hecho psíquico, l, (lue no tenemos cert a.lguna
.puei explicar significa
cluclr a Io conocido. y por ahora lllr ) ('11
no existe ningún
miento.psicológico rl.qué pudiéramos subordinar io qr. L o q ul_1.. g'de *§3*¡rgqe- y o! 1e-!-o;u 4-s!tl,!p9s
.s

discernir cn calidad de principio explicativo a partir iel ilucstras artes interpretativas está, enprl!¡sl lgggS- ng.lll3do
men_psrcológico de los sueños. por lo contrario, nos ver( I'rl nuestra
precisados a estatuir una serie de nuevos supuestos que c n te
rr r ih-c@i quizál .ha-P9!{t-dq; u 9,

cen mediante,conjeruras el edificío del aparat-o psíquiio


v Ilt r'to, hartas veces, cuando queremos prestar atención a nues-
juego de las fuerzas que en él actúan;
,'d.Llr..o. ,.n", rr)s sueños, tenemos motivo para quejarnos de que soña-
cuidado de no devanarlos mucho mes álla de su primera
ticulación lógica, pues de 1o contrario su valor ,. o.rJ, r,¡,,s mucho más y por desgracia no sabemos-sino este único
en Io indeteiminable. Aun cuando no .om.tiér..ó, ., ¡rrtin, y aun su iecuerdo ie nos antoja verdaderamente in-
alguno en el razonamiento y tomásemos en cuenta todas ,'¡iLrio. E,n segundo lugar, empero, todo nos dice que -nues-
posibilidades que s€ siguen-lógicamenre, la probable i rr,r rccuerdo áel sueño no es sólo lagunoso, sino que lo re-
fección en el planteote los"elemenros aÁenaru ha, ll, i:r de manere infiel y falseada. Así como, por una parte,
equívocar por completo los cálculos. No puede obter ¡,,,,,Ic ponersc cn dudá quc lo soñado fucra cn realidad tan
a ¡rrLrlur
a.l no pucuc
menos rru puede runoamentalse,
fundamentarr", ,ná
Una lntefencla i,,,,,l.,erente y nebuloso como 1o conservamos en la memoria,
inferencia
de la construcción y del modo de irabaio del instrr ¡,,,.clc dudaise también, por la otra, de que un sueño haya
anímico por medío de Ia indagación del súeño o de cu l,r,kr tan coherente .o-o lo contamos, y de que en el intento
otra operación tomada aisladamente, por cuidadosa que ,lr' rcproducirlo no l-rayamos llenado con matetial nuevo' esco-
sca: p¿tra este fin deberá conjugarse lo qr. el estudio 1,,,1,, al acaso, laguna; inexistentes o creadas por el olvido;
',, l'in, de que nó embeilezcamos, redondeemos o rectifique-
<

parativo de toda una serie de iperaciones psíquicas ar


como elementos de constancia nécesaria. Entoncer, los ,,,,,r.Í sueñb de modo tal que se vuelva imposible todo jui-
plrestos psicológicos que extraemos del análisis de'los , io sobre su contenido efeciivo. Y hasta hemos enconüado,
cesos oníricos deberán aguardar en una estación de er , n Lrn autor (Spitta [1882, pág. 3381),1 la con]etura de
me, por así decir, hasta que puedan acoplarse a los res (luc todo 1o qire es en el sueño orden y -ttabazón sólo se
dos de oÚas investigaciones que se empeiran en a¡acar rirtrodujo en éi a ruíz del intento de evocarlo.' Así corremos
núcleo del mismo problema deide otros , l liesgo de que se nos'éscape de las manos e1 obieto mis-
iuntos de aborár ,,,,, .u"yo valoi nos hemos empeñado en determinar'
IIcmos desoído estas advertencias 'en las interpretaciones
,lt' sueños que nos ocuparon hasta aquí. Por lo contrario,
.',rn los .l"mer-rto, más ínfimos e inciertos y menos destaca-
,1,,s dcl contenido del sueño nos dieron un acicate tanto o
rrr:ís lrcrceptible para interpretarlos que los elementos con-
',, ,u.io, .o.t trlnyo. nitidei y certidumbre. En el sueño de

I l Aprcudo al lexto cn 1914 y tras{erido a nota cn l9l0:] Tam-


l,,,,rr t,n'Fóucault [1906, págs. 14121 y Tannery t1898].
, l(:[. silprd, 4, pág. 7t.)

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