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María Taktak

TEMA 16 GUERRA CIVIL

PUNTO 1 La sublevación militar. Primeras acciones. Desarrollo de la guerra e internacionalización del


conflicto.

1. Conspiración y sublevación militar.


En los últimos años de la república se había producido una radicalización ideológica entre la derecha y la
izquierda. Lo que llevo a un clima de violencia política y de degradación de la convivencia social. En Europa
además había avanzado el fascismo y existía el miedo al comunismo.
La conspiración militar se inicia a los pocos meses de ser proclamada la República, ya que las clases
dirigentes no aceptaban los cambios democráticos que quería imponer, la improvisación y la falta de
preparación llevó al fracaso del golpe del General Sanjurio. Ésta conspiración se acelera cuando se conocen
los resultados de febrero de 1936 con la victoria de la coalición de izquierdas del Frente Popular.

Los conspiradores eran militares de alta graduación, conservadores, católicos que muchos habían hecho la
carrera militar en África (africanistas). Y se habían mostrado contrarios a las reformas militares de Azaña.
El inspirador de la conspiración había sido el general Sanjurjo. Se coordina con otros conspiradores que
habían sido destinados por Azaña a lugares alejados, por sospechosos: Franco a Canarias, Goded a Baleares
y Mola a Navarra. Estos militares contaban con la ayuda de los carlistas, monárquicos, buena parte de la
derecha tradicional y la extrema derecha: Falange Española. Se acuerda sublevarse el 17 de abril, pero
fracasa. Mientras, el clima social se radicaliza. Los falangistas imponen con sus actuaciones violentas una
dialéctica de puños y pistolas. La izquierda responde a la provocación. En mayo de 1936 Azaña se convierte
en Presidente de la República.

El general Mola, desde Pamplona, entrará en contacto con los coroneles y se planea minuciosamente la
sublevación a cuyo frente se debería poner Sanjurjo y se formaría un Directorio Militar que acabaría con las
reformas del Frente Popular. El golpe militar se precipita a raíz del asesinato del teniente de la Guardia de
Asalto José Castillo, socialista, se cree que por falangistas, respondido por sus compañeros con el asesinato
del líder del Bloque Nacional, José Calvo Sotelo. Parece ser que este hecho fue el hizo a Franco a participar
en los planes de Mola.

El 17 de julio se inicia la sublevación en Marruecos. Franco será transportado, desde Las Palmas a
Marruecos y tomó el mando del Ejército de África.
El 18 de julio se inicia la sublevación en ciudades como Sevilla, Valladolid, Zaragoza o Pamplona. El jefe
de gobierno, Casares Quiroga, se negó a entregar armas a las organizaciones obreras para hacer frente a los
insurrectos y dimitió. Azaña encarga a Martínez Barrio que forme un gobierno para llegar a un acuerdo con
los sublevados, pero Mola no acepta. Martínez Barrio dimite y Giral será el encargado de formar gobierno,
quien ordenó la distribución inmediata de armas a las organizaciones del Frente Popular y a los sindicatos.
El golpe militar fue un fracaso. Parte del Ejército y de las fuerzas del orden: Guardia Civil y Guardia de
Asalto, permanecieron fieles a la República. En Madrid, el general Fanjul, jefe de los sublevados, se
encontró cercado en el Cuartel de la Montaña por milicianos de organizaciones sindicales y partidos de
izquierda a los que el gobierno, impotente para controlar la situación, había entregado armas.
En Barcelona, el general Goded y sus seguidores fueron dominados por la activa participación de los
milicianos anarquistas y por la fidelidad a la República de la Guardia Civil y de la Guardia de Asalto. En
Valencia y otras ciudades importantes ocurrió lo mismo, pues la sublevación no contaba con la inesperada
reacción de los milicianos.
En otras partes, en cambio, la sublevación militar se impuso. En Sevilla, el general Queipo de Llano se hizo
con el poder, con la ayuda de milicianos falangistas, y entró en contacto con los sublevados de Granada,
Córdoba y Cádiz. En Navarra triunfaba la sublevación de la mano del general Mola que contó con el apoyo
de los requetés carlistas. En Zaragoza también triunfó la sublevación gracias a la actuación del general
Cabanellas.

El 20 de julio Sanjurjo muere en un accidente. Aún así la sublevación prosperó gracias a los aviones y barcos
alemanes e italianos que trasladaron el ejército de África a la península.

El golpe militar fracasó pero España quedó dividida. Los sublevados triunfaron en la zona oeste excepto
Extremadura y parte de Andalucía occidental, en la zona occidental de Aragón, en Navarra, en Baleares
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excepto Menorca y en Canarias. Controlaron la principal zona cerealista, y contaban con la mitad del
Ejército y de las fuerzas de seguridad, además de las tropas africanas, que eran las mejor preparadas.

La zona republicana se mantuvo en parte del norte: País Vasco, Santander, Asturias salvo Oviedo; el centro
y el este peninsular y en Barcelona y Madrid. El territorio republicano contaba con los núcleos industriales y
urbanos más relevantes, las regiones de agricultura de exportación, las minas del norte y el oro del Banco de
España. La mitad del Ejército y la mayor parte de la flota y la aviación permanecen fiel a la República.

2. Desarrollo de la guerra

Las batallas de Madrid (finales julio – marzo 37).


Franco, con la ayuda alemana e italiana, traslada las tropas desde Marruecos a la Península. En Sevilla
se reúnen los sublevados y deciden tomar Badajoz: matanza en la plaza de toros, para unir las tropas
sublevadas del sur con las del norte dirigidas por el general Mola. Yagüe dirige el ataque. Caen Mérida y
Badajoz.
En septiembre, Franco, nombrado jefe del ejército del Sur, llega a Toledo y ocupa el Alcázar defendido por
Moscardó. En el norte caen Irún y San Sebastián.
En octubre el objetivo será Madrid y el Gobierno se traslada a Valencia, ante el temor de que Madrid cayera,
ya que las tropas de Franco estaban en la ciudad universitaria. El gobierno deja una Junta de Defensa,
presidida por el general José Miaja, que encarga la defensa de la capital al comandante Vicente Rojo.
Durante la guerra se llevaron a cabo los fusilamientos de Paracuellos del Jarama, a presos simpatizantes con
los sublevados. Madrid resistirá por la llegada de las Brigadas Internacionales y la columna anarquista de
Durruti, que morirá en Madrid.

A finales de mes, Franco decide abandonar el ataque directo e iniciar las llamadas Batallas de Madrid
(noviembre 36-marzo 37) para cortar sus comunicaciones con Valencia: Batalla de la Sierra, batalla del
Jarama, batalla de Guadalajara, último intento por llegar a Madrid, sin resultado.

La guerra en el norte (marzo 37 – diciembre 37).


Franco ya ostentaba el cargo de Generalísimo de los ejércitos y optó por abandonar la zona centro y
concentrar el esfuerzo bélico en el norte, donde había importantes industrias. El 26 de abril los alemanes
bombardean Guernica, con el conocimiento de Franco, experimentando nuevas bombas sobre población
civil.
En junio, el general Mola muere al estallar su avión. Este mismo mes las tropas sublevadas entran en Bilbao.
En julio el gobierno republicano, para disminuir la presión de las tropas nacionales en el norte, intenta
conquistar Brunete, y un nuevo ataque a Belchite, pero no pueden evitar que caigan Gijón y Asturias .

Avance al Mediterráneo. La batalla del Ebro (diciembre 37 – noviembre 38)


Con la pérdida del norte, quedaba un solo frente, que iba desde los Pirineos hasta la costa malagueña.
En diciembre, los republicanos conquistan Teruel pero en febrero la pierden, ante la ofensiva de Franco
sobre el valle del Ebro para llegar al Mediterráneo y romper el frente republicano. En abril, Cataluña queda
aislada. Los sublevados dirigen una ofensiva sobre Valencia.
El gobierno republicano, para intentar detener el avance sobre Valencia y Cataluña, y también para intentar
una paz negociada si obtenía una victoria militar importante, inició una gran ofensiva en el Ebro. Durante
todo el verano se mantiene una guerra de trincheras
El contexto internacional no ayudaba a la República: en septiembre de 1938 la Conferencia de Munich
acepta la expansión de Hitler y se deja abandonado al gobierno republicano. Los republicanos pierden La
Batalla del Ebro.

El fin de la guerra (diciembre 38 – marzo 39)


Franco decide la ofensiva sobre Cataluña. Cae Barcelona y el 10 de febrero los sublevados llegan a la
frontera. El gobierno sale de España, Negrín regresa y en la base de los Llanos se reúne con los principales
mandos militares para continuar la guerra, a pesar de las advertencias de lo inútil de resistir. Lo que queda
del gobierno se instala en Elda (Alicante)
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En febrero de 1939 a la República solo le queda la zona centro (Madrid), y la región mediterránea desde
Valencia hasta Almería. Reino Unido y Francia reconocen al gobierno de Franco. Manuel Azaña dimite
como presidente de la República. Pero Madrid resiste, con discrepancias entre los partidarios de resistir y los
que creen que es mejor una rendición negociada. Entre estos últimos está el coronel Casado, republicano que
da un golpe de Estado contra la República porque considera que sería posible una negociación con Franco
para obtener una paz honrosa. Las tropas de Franco entran en Madrid y el 1 de abril, ya Franco en Burgos,
firma el final de la guerra.

3. La dimensión internacional del conflicto


La Guerra Civil estalla en el contexto de una Europa en la que se estaba produciendo el enfrentamiento
político e ideológico entre los fascismos de Alemania e Italia y las democracias parlamentarias. La República
confiaba en la colaboración de los gobiernos democráticos europeos, especialmente de Francia, presidido por
el socialista Leon Blum que dirigía un gobierno de Frente Popular. Pero el miedo a que se desencadenara una
guerra en Europa llevó a la creación del Comité Europeo de No Intervención en agosto de 1936, por el que
no se debían vender armas ni suministros bélicos a España. Pero la realidad fue que sí hubo ayuda. A partir
de 1937 la ayuda a los sublevados fue mayor.
Por un lado Hitler aportó a los sublevados material militar y, sobre todo, la aviación, con la Legión Cóndor,
además Franco contó con 19.000 soldados alemanes, y con el bloqueo marítimo comercial en el
Mediterráneo evitando así la llegada de suministros al gobierno republicano. Franco, sin la ayuda de
Alemania no hubiera podido trasladar las tropas africanas ni ganar la guerra.
Además Italia también ayudó desde el principio, proporcionando aviones y unos 70.000 soldados, que
participarán en las batallas de Málaga o Guadalajara. Las tropas de Marruecos y los portugueses también
ayudaron.
EEUU permitió los suministros de las empresas norteamericanas a la España sublevada, como el petróleo de
la Texaco Oil Company o los vehículos de Ford y General Motors.

La República recibe ayuda de México y de la URSS que aunque había firmado el Tratado de no intervención,
ayudó con armas y alimentos y material bélico a la República. La ayuda de la URSS fue crucial para que
Madrid resistiera en 1936. Hay que destacar además el gran valor moral de las Brigadas Internacionales,
voluntarios de 50 países que lucharon del lado republicano.

PUNTO 2 Evolución de las dos zonas y consecuencias

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA ESPAÑA REPUBLICANA (1936-1939)

Los primeros meses. Gobierno de Giral.


Durante los primeros meses de guerra, las organizaciones obreras y populares tomaron la iniciativa,
produciéndose una situación de doble poder, del gobierno legal y organizaciones. Esta situación favoreció las
experiencias revolucionarias en el campo y en la ciudad, con ocupación de tierras y empresas por los obreros.
El gobierno central y el gobierno de Cataluña, intentan legalizar estos hechos y acuerdan incautar las
industrias y tierras abandonadas.
En estas primeras semanas hay una fuerte represión contra la burguesía, aristocracia y contra la Iglesia. Ante
este desorden, el gobierno, en agosto, crea el Tribunal Especial de Madrid que debería servir de ejemplos a
otros tribunales provinciales para recuperar el control de la justicia.
Se produce una división entre los partidarios de dar prioridad a la revolución como única garantía para poder
ganar la guerra (anarquistas y comunistas del POUM) y los que reclamaban la paralización del proceso
revolucionario para dar prioridad a la guerra y poder conseguir la victoria (PCE y ala derecha socialista).
Esta última opción fue ganado terreno.

Gobierno de Largo Caballero. Septiembre 36 – Mayo 37.


El 4 de septiembre, Azaña encarga formar gobierno al socialista Largo Caballero. Fue un gobierno de
concentración, formado por comunistas, republicanos, socialistas, regionalistas y la CNT. El objetivo político
era acabar con la dispersión de poderes y reconstituir el poder del Estado. Su primer problema es el asedio
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de Madrid y ante el peligro, el gobierno se traslada a Valencia el 6 de septiembre, dejando una Junta de
Defensa en Madrid
En el plano económico, el gobierno dicta normas para controlar el sector bancario y financiero, y en
agricultura, el ministro Vicente Uribe aprueba el decreto del 7 de octubre que establece la expropiación de
tierras de los sublevados, que serán explotadas por los campesinos.
En el plano autonómico, el 1 de octubre se aprueba el estatuto del País Vasco.
Militarmente surge una división entre comunistas y anarquistas. El PCE cuenta con el apoyo de la URSS
que defiende la idea de concentrar la autoridad. Esta medida es apoyada por republicanos, un sector del
PSOE y la UGT y por los mandos militares. Pero los anarquistas defienden que se puede simultanear la
guerra con la revolución.
El desgaste del gobierno de Largo Caballero provino del enfrentamiento en Cataluña entre anarquistas y
comunistas. En Barcelona, en mayo de 1937, las fuerzas de la Generalitat, encabezadas por los comunistas,
intentaron apoderarse del edificio de Telefónica, en manos anarquistas (controlaban las comunicaciones). El
gobierno central envía fuerzas a Cataluña para controlar el orden público, los anarquistas fueron derrotados,
pero hubo más de doscientos muertos y el hecho provocó una crisis de gobierno.
La situación se complica con un enfrentamiento militar entre Largo Caballero, que defiende realizar un
ataque sobre Extremadura, y el general Miaja, que se opone para no dejar desguarnecida la capital. Largo
Caballero dimite y se forma un nuevo gobierno.

Gobierno de Negrín. Mayo 37 – Marzo 39


Ante la dispersión del poder, el socialista Juan Negrín propone constituir un ejército con mando único,
fortalecer el poder central y continuar conversaciones diplomáticas para acabar con la guerra. Prieto ayuda a
reorganizar al llamado Ejército Popular a cuyo frente estará el general Vicente Rojo.
Se nacionalizó la economía, creando una industria de guerra.
El fracaso del Ejército Popular en la batalla de Aragón provocó una crisis de gobierno, y el socialista Prieto
abandona el gobierno. Negrín se apoya cada vez más en los comunistas, y es partidario de de resistir, preveía
que se iba a desencadenar la Segunda Guerra Mundial y, si la República resistía, se pondría del lado de los
aliados, recibiendo así su ayuda. Para obtener el apoyo internacional, y como propuesta indirecta a los
sublevados, redacta sus famosos 13 puntos que deberían ser la base desde la que se podría poner fin a la
guerra destacando el sufragio universal, la restauración democrática, el reconocimiento de las libertades
regionales, el derecho a la propiedad privada, la libertad religiosa y un ejército al servicio de la nación.
Pero la prolongación de la guerra, la escasez, la inflación, el mercado negro, afectaron a la población. Las
críticas a Negrín desde Azaña, socialistas, anarquistas, regionalistas, quienes se oponían a la excesiva
concentración del poder y empezaban a inclinarse por la finalización de la guerra.
El 27 de febrero Gran Bretaña y Francia reconocen a Franco y Azaña dimite. El 5 de marzo el coronel
Casado da un golpe de Estado, el gobierno abandona España.

LA ESPAÑA SUBLEVADA (1936-1939)


En los primeros días de la guerra todo está sometido al ejército, no se cuenta ni siquiera con los partidos que
han apoyado la sublevación. La economía se pone al servicio de la guerra. En el campo se desmonta la obra
del IRA (Reforma Agraria) y al declararse el estado de guerra, la justicia se ve sometida al control militar.
Se inicia una campaña de propaganda para transformar la sublevación militar en un alzamiento contra la
República Marxista. Niegan que haya una guerra civil porque presentan al otro bando como antiespañol y la
República como un caos detrás del cual esta Rusia. La Iglesia participa en esta campaña presentando la lucha
como una cruzada.
Franco es aceptado como único mando militar, pero hay oposición a que sea nombrado también mando
político pero, desde que liberó el Alcázar de Toledo, lo consigue. El 1 de octubre de 1936 es nombrado Jefe
del Gobierno del Estado.
Las organizaciones políticas que apoyaron la sublevación, monárquicos, la CEDA, falangistas, carlistas, no
habían renunciado a sus programas políticos. Franco, que veía en esta pluralidad un peligro que
obstaculizaba su acumulación de poder, primero sometió a la disciplina del ejército a las milicias carlistas y
falangistas y en abril de 1937 aprobó la unificación de falangistas y tradicionalistas, bajo su dirección, con el
Decreto de Unificación, creando una sola entidad: Falange Española Tradicionalista y de las JONS. El
Estado asume el partido y Franco concentra todo el poder. Apenas habrá oposición, poniéndose las bases de
un estado totalitario.
En enero de 1938, Franco forma su primer gobierno y redacta la Ley de Administración Central del Estado y
los ministros deberán jurar fidelidad al jefe del estado y al régimen.
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En marzo de 1939 se aprueba el Fuero del Trabajo que regulará las relaciones laborales, prohibiendo la
huelga, los sindicatos de clase y creando el Sindicato Corporativo. Se utilizará el control de la prensa y la
propaganda, prohibirán los estatutos de autonomía, crearán un nuevo escudo e identifica a la Iglesia con el
régimen, se anula el divorcio, el matrimonio civil, se reestablece la Compañía de Jesús y se deroga la Ley de
Congregaciones. En los últimos meses, el gobierno legisla de cara al futuro y contra el enemigo, aprobando
la Ley de Responsabilidad Política, con lo cual el nuevo estado se levanta sobre la eliminación de la
República.

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA


El fin de la guerra y la represión
El final de la guerra no trajo la paz, sino la eliminación de los vencidos.
El resto de los países europeos comenzaron a recuperarse de las secuelas de la II Guerra Mundial en la
década de 1950. Pero España, excluida por su régimen de la ayuda económica (plan Marshall) y de los
beneficios del proceso de formación de la Comunidad Europea iniciado en esos años, no pudo incorporarse
al proceso general de desarrollo europeo occidental hasta la década siguiente.
El final de la guerra no supuso la paz porque el estado de guerra, y la actuación de los durísimos tribunales
militares y especiales, se mantuvo hasta abril de 1948. Poco antes de finalizar la guerra Franco dictó, en
febrero de 1939, la Ley de responsabilidades políticas, que estaba destinada a perseguir a quienes desde
octubre de 1934 habían colaborado con la República. Las penas de muerte fueron frecuentes así como las de
largos años de prisión.
Consecuencias demográficas: Hoy se habla de 243.000 muertos, a los que hay que sumar, los fallecidos por
enfermedad, malnutrición y exiliados.
Consecuencias económicas: La producción de la economía española descendió en todos los sectores en
forma casi dramática. La agricultura se redujo en un 20%, lo que sometió a la población española de la
posguerra al hambre y el racionamiento de los alimentos. La producción industrial se redujo en un 30%; su
recuperación fue lenta y difícil, tanto por impedirlo la II Guerra Mundial como por el aislamiento a que fue
sometido el régimen al finalizar ésta.
Las consecuencias sociales fueron: El racionamiento de de alimentos, el hambre, permitieron el desarrollo
mercado negro de productos esenciales, lo que enriqueció a unos cuantos: los nuevos ricos.
Se expulsó del empleo a los funcionarios públicos que hubiesen permanecido fieles a la República. A los
nuevos funcionarios (que habían combatido en el ejército franquista) se les exigió una declaración expresa de
lealtad al nuevo régimen.
Durante la Guerra Civil los intelectuales estuvieron sometidos al miedo destacando intelectuales de la talla
de Ortega y Gasset o el propio Lorca. A pesar del miedo, las manifestaciones culturales fueron
sorprendentes.
Pero la mayor y mejor manifestación cultural de la Guerra Civil tuvo lugar en el pabellón de la República en
la Exposición Internacional de Artes y Técnicas que se llevó a cabo en París en 1937.con el cuadro de
Guernica de Picasso.
En el aspecto educativo la enseñanza se vio adoctrinada. Se hizo obligatorio en todos los ámbitos educativos
el estudio de la Religión Católica y el de la Formación del Espíritu Nacional. Se obligaba a hablar el
castellano. El resultado de ello fue la creación de un nacional-catolicismo. Los libros de texto fueron
sometidos a una férrea censura.
Los miles de exiliados como consecuencia de la Guerra Civil supusieron una importante pérdida de personas
cualificadas que dejaron de prestar sus servicios al país: médicos, ingenieros, abogados, profesores... que
fueron difíciles de sustituir. Los principales países de acogida fueron Francia, México y Rusia.
Al comenzar la II Guerra Mundial , tras la ocupación francesa ante las tropas del III Reich, bastantes
exiliados fueron entregados a Franco y algunos fueron ejecutados, como Companys, el presidente de la
Generalitat de Cataluña, otros fueron encarcelados y unos 13.000 fueron a parar al terrible campo de
concentración de Mathausen, como Largo Caballero.

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