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Autoridad, Libertad y Valoración

1. ¿En el orden ético, que problemas se plantean entre el principio de


autoridad y el principio del deber?

El principio de autoridad a nivel de a moral se sustenta en lo divino, es decir, en la


figura de Dios. Dios como ser omnipotente (El Todopoderoso) va a ser el encargado de
imponer los valores morales que el hombre debe seguir para su completa realización,
sométase toda persona a la autoridad superior, puesto que no existe autoridad alguna
que no provenga de Dios.”1

En cambio, el principio del deber está sustentado al igual que el principio del deber en
una imposición desde afuera y no de la propia conciencia del hombre, sin embargo,
este principio nace de un pacto entre los individuos (donde al final unos pocos, los
fuertes, les imponen los valores a la mayoría). Aquí se cumple el “deber por el deber”,
donde los ciudadanos deben seguir las normas impuestas por sus mismas leyes.

Tanto en el principio de autoridad como el del deber, se maneja el heteronomismo


ético, es decir, los valores morales le son impuestos al hombre no acorde a lo que dicta
su conciencia sino la conciencia de los otros, llámese Dios o Constitución. En última
instancia el principio del deber termina respondiendo a la moral divino-positiva, ahora
bien el problema acaece en aquellos que niegan la premisa de la existencia de Dios,
entonces ¿debe considerarse a estos amorales?, ya que, tanto el principio de autoridad
como el principio del deber (en última instancia) responden a la exigencia divina y ellos
no creen.
1
PABLO DE TARSO citado por MARTÍN. Guía de Filosofía de la Religión. p, 20.
2. Analice el siguiente texto de T. Hobbes sobre el principio de autoridad y
asuma Ud. El juicio crítico al respecto:

“No hay más que dos fuentes del poder: la naturaleza y el pacto. El poder que
procede de la naturaleza se basa en la fuerza. El poder de Dios tiene su
fundamento en la omnipotencia divina (…). Pero en el Estado civil, el poder y el
derecho soberano no provienen de Dios o de la Iglesia, ni de la naturaleza, sino
del pacto social.” (De Cive, c. 15, 5).
Hobbes formula un heteronomismo ético, donde predomina la imposición por la fuerza
(naturaleza), omnipotencia divina (Dios) y pacto social (la convención de la mayoría y
para las mayorías). Sin embargo, al sustentar la ética en el heteronomismo, es decir,
los valores morales vienen de fuera de la conciencia humana, entonces hay que
sustentarlos en el principio de autoridad (en Dios).

La ética de Hobbes le da paso al Estado civil no como un ente autónomo que responde
a la conciencia humana (los valores afirmados en el hombre) sino más bien convierte al
Estado civil en otro instrumento (como la Iglesia) para aplicar los valores divinos.
Thomas Hobbes justifica la divinidad del Estado civil, monarquías absolutistas de la
edad media o democracias autoritarias “dictaduras modernas” en la actualidad,
acomodadas en la moral divino-positiva.

3. ¿En qué términos y bajo qué condiciones halla sustentación el Principio de


autoridad?

El principio de autoridad tiene su fundamento en la fuerza, en un primer momento la


omnipotencia divina y luego en la fuerza de la naturaleza. La necesidad de imponer los
valores de unos pocos sobre unos cuantos produce el heteronomismo ético, que es al
final justifica el principio de autoridad, la construcción de una conciencia externa al
hombre que le dicta sus normas éticas y no su autoconciencia (ética autónoma). La
negación del hombre en pro de la afirmación de Dios, se extrapola al principio de
autoridad como la negación de la conciencia ética del hombre en pro de la afirmación
de la ética impuesta desde afuera (Dios).

4. ¿En qué radica el problema entre la libertad y el deber, entre el libre


albedrío y la omnipotente voluntad de Dios?
El deber es aquello que el hombre debe cumplir, ya que, viene dictado desde lo
externo. El deber es entendido como “la exigencia de adecuación a un mandato o ley
proveniente de quien tiene autoridad y la ejerce por encima de la propia voluntad y
autonomía del individuo.”2 Por tanto, el deber, está atado a las leyes humanos-positivas
y divino-positivas.

La libertad del hombre, no significa negar el deber y convertirse en un ser amoral. La


libertad significa la afirmación del deber nacido desde la propia conciencia del
individuo, es decir, los valores se van a formar cuando frente al objeto moral el hombre
muestra conciencia y voluntad (consentimiento y decisión). El deber moral parte desde
un ente externo, la libertad moral (relación acción-deber) parte desde lo interno (el
individuo).

El libre albedrío, es la libertad del individuo al tener conciencia (proponer y realizar) de


los valores morales que lo mueven (ética autonomista). La omnipotencia divina, al
concebir los valores morales provenientes de un ente externo, constituye uno de los
reflejos del “deber por el deber” (ética normatista).

5. ¿Cuál es el problema entre la voluntad humana y la gracia eficaz divina?

La voluntad humana, parte del presupuesto de que el hombre es libre y dueño de sus
actos. En otras palabras, la libertad implica que las acciones humanas (incluyendo la
moral) tienen como fundamento (primero y último) al hombre, en cambio, la gracia
eficaz divina propone que estas acciones están regidas por Dios (la omnipotencia
divina).

Al estar las acciones humanas regidas por Dios, la voluntad del individuo no existe
como tal, porque implica libertad de acción (ser-libre) y él no la posee. Dios es quien
controla por su divina omnipotencia todos los actos del mundo inclusive los humanos,
la voluntad del hombre es condicionada, responde a los lineamientos de un factor
externo (a la voluntad de otro). Aceptar la gracia eficaz divina necesariamente lleva a
negar la voluntad humana, y por consiguiente, la gracia divina lleva a afirmar la moral

2
Ibid. p, 22.
que tiene sustento en Dios (ya que, conduce a la salvación y felicidad) y renunciar a
una impuesta desde la autoconciencia del individuo.

6. ¿Cuál es el origen y fundamento del Heteronomismo ético?

La moral es vista como normativa y perceptiva, por consiguiente, parte del deber.
Ahora bien, ese deber viene desde una imposición (ley humano-positiva, ley divino-
positiva) que no responde a la conciencia autónoma del hombre sino de un factor fuera
de él.

El heteronomismo ético va a conseguir su fundamentación, al depender de la ley


divino-positiva, en el Principio de autoridad nacido desde la creencia religiosa, es decir,
de la divinidad. Dios es la suma de todas las realidades (entre ellas la moral) y el
hombre la suma de todas las negaciones, por ende, se erradica la ética autónoma (de
él individuo) para darle prevalecencía a la ética heteronomista (de fuente divina).

7. ¿En qué consiste la teoría finalista? ¿qué piensa Kant de la moral de fines?
– Y usted, ¿qué piensa a su vez y por qué?

La teoría finalista va a afirmar que lo decisivo no es el nexo causal (Dios) que vincula al
hombre con el resultado, sino la dirección que sigue el comportamiento del hombre
hacia un fin previamente fijado por el mismo (la autonomía ética o ética
autónoma).

Kant sostiene “el principio supremo de moral”, es decir, el hombre es su propia (se
forja) ley. Sin embargo el actuar en concordancia con una ley universal o imperativo
categórico parece conservar en el fondo el principio de autoridad divina en el pensador
alemán. Sin embargo, la afirmación de la autonomía lo que busca (a pesar de que Kant
no lo muestra claramente) es centrar los valores morales en el hombre, donde justifica
sus actos ya que estos responden a sus a sí mismo.

8. ¿En qué se fundamenta la Ética autonomista y cómo la entiende la Iglesia


Cristiana?
“Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión (…). La dignidad
humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre
elección, es decir, movido e inducido por convicción interna personal y no bajo la
presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción eterna.”

La ética autonomista se fundamenta en el principio de libertad, es decir, es la facultad


que va a tener el ser humano de poder elegir sin limitarse por ningún elemento interior
o exterior a él. Los valores morales (buenos o malos) nacen desde la autoconciencia y
no desde la “heteroconciencia”. Así lo afirma la Iglesia Católica en la cita anterior a este
párrafo, donde le da plena autonomía al hombre para elaborar y ejecutar su propio
código moral, aunque sin embargo en la práctica esto no es así.

A pesar de que la Iglesia sostiene que Dios ha querido dejar al hombre libre, todavía se
vive entre las cadenas que nos atan a la roca del Cáucaso divino en el orden moral, ya
que, los valores siguen respondiendo a lo impuesto desde afuera y no a lo propuesto
desde adentro. Todo esto se debe, a que se sigue sosteniendo que el hombre necesita
de una ética normatista de origen divino que lo regule así él piense que vive con libre
albedrío para decidir sus propios valores. El hombre (la mayoría) vive atado en Dios (y
lo mismo sucede con su moral.

9. Reflexione Ud. sobre el siguiente texto:

“La solución al problema entre la libertad humana y la voluntad divina está en


librarse de Dios, hacer abstracción de Dios y excluirlo del problema, dejando que
el hombre asuma ante sí mismo y acorde con su conciencia la responsabilidad de
su conducta como dueño y señor de sus actos.”

Esta premisa propone desligar las acciones morales de cualquier carga divina, es decir,
debemos entender que la moral es un asunto humano y por ende debe responder a
necesidades humanas y no divinas, esto significa dejar a Dios afuera. El hombre debe
desligarse del Ídolo a nivel moral (por lo menos) para poder construir un sistema ético
que parta de su autoconciencia. La religiosidad que lo lleva a crear el Ídolo y darle todo
el poder (ético) debe llevarlo a superarlo para elaborar la ética autónoma, aquella
centrada en el hombre y para el hombre.
10. ¿Esta Ud. de acuerdo o en desacuerdo con la Ética autonomista o Ética de
la racionalidad? ¿Por qué si o por qué no? ¿En qué condiciones la asume
o la rechaza?

La ética autonomista constituye el reflejo de la humanidad, a través de ella el hombre


reconoce su esencialidad (lo humano), es por esto que estoy de acuerdo en que debe
ser la ética que debe regir la vida del hombre. “La moral pertenece y compete al
hombre, a la persona. Y el supremo deber del ser humano es ser fiel a sí mismo.” 3

Sin embargo, quiero dejar en claro, que si la ética autonomista se entiende como la
particular de cada individuo entonces caeríamos en una especie de anarquismo ético,
donde los valores morales son propios de cada individuo, por esto es necesario,
recalcar que entiendo y me adhiero a la ética autonomista, como aquella que abandona
el principio de autoridad (deja atrás la moral divino-positiva y por consiguiente al Dios
regidor de las acciones humanas) y abraza al hombre como género (la humanidad)
dando a la creación de unos valores humanos que responden al género, no a Dios ni a
lo individual.

La ética autonomista, debe ser la imposición del género (la humanidad) para los
hombres, no regresar a lo celestial ni degenerar en lo anárquico, sino elaborar unos
valores morales capaces de responder a las necesidades de la humanidad (a pesar de
considerarla casi como algo utópico).

3
Ibid. p, 23.

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