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La relación entre los diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y local), tiene como
objetivo, aparte de la coordinación y apoyo mutuo, preservar la unidad del Estado,
respetando las competencias asignadas a cada nivel de gobierno.[ CITATION Mál13 \l 10250 ]
A pesar de la existencia del AMPE, que tiene como finalidad la representación y la defensa
de los derechos de la Municipalidad, la experiencia nos ha demostrado que no ha logrado
trascender ni cumplir sus funciones
Este artículo significa otro de las grandes contradicciones de la presente Ley, puesto que
propone otra forma de organización, pero esta vez con personería jurídica.
2.1ARTÍCULO 127.- CONFLICTOS DE LAS MUNICIPALIDADES
“Los conflictos de competencia que surjan entre las municipalidades, sean distritales o
provinciales, y entre ellas y los gobiernos regionales o con organismos del gobierno
nacional con rango constitucional son resueltos por el Tribunal Constitucional de acuerdo
a su ley orgánica. Los conflictos no comprendidos en el primer párrafo son resueltos en la
vía judicial”. (LOM)
La ley Orgánica de Municipalidades señala que en caso de conflicto competencial con los
gobiernos regionales y el gobierno nacional, estos deberán ser vistos y resueltos por el
Tribunal Constitucional; “la Constitución Política reconoce a los Gobiernos Locales
Provinciales para interponer procesos constitucionales en defensa de su autonomía, tanto
del proceso de inconstitucionalidad como del proceso de competencia” [CITATION Pro08 \p
46 \l 10250 ]. La constitución otorga autonomía a los gobiernos locales para defender sus
competencias en caso de la existencia de conflicto con los demás órganos de gobierno.
La Ley de Demarcación Territorial, en su art. 4 inc a) define a los centros poblados como:
“Todo lugar del territorio nacional rural o urbano, identificado mediante un nombre y
habitado con ánimo de permanencia. Sus habitantes se encuentran vinculados por
intereses comunes de carácter económico, social, cultural e histórico. Dichos centros
poblados pueden acceder, según sus atributos, a categorías como: caserío, pueblo, villa,
ciudad y metrópoli”. Como se puede apreciar, los centros poblados no están considerados
como un nivel de gobierno más, estos se encuentran dentro de los gobiernos locales y son
creados bajo una ordenanza municipal. Este gozará de autonomía tanto como la ordenanza
municipal se la otorgue, es decir, no es autónomo completamente, ya que está limitado a lo
señalado por la ordenanza municipal que dispone su creación.
Tal como señala el artículo 127 de la Ley orgánica de Municipalidades, las municipalidades
de centros poblados son creados bajo una ordenanza municipal por las municipalidades
provinciales, “son creadas por es para la prestación de un conjunto de servicios que por
su distancia con la capital del distrito no es atendido convenientemente por su
municipalidad distrital” (MANUAL), podemos concluir que la creación de estas
municipalidades tiene el objetivo de facilitar el acceso a determinados servicios, que por
motivo de distancia son difíciles de acceder en la municipalidades de los gobiernos locales,
buscan hacer más eficiente el acceso a estos, además de buscar que toda la población goce
de estos de manera más rápida.
Al ser creadas por ordenanza municipal no gozarán de la misma autonomía que cualquier
municipalidad provincial o distrital, por tanto es necesario establecer en la ordenanza los
caracteres que comprenden este centro poblado como la delimitación de territorio, el
régimen de organización, las funciones que se les delega, los recursos asignados y
atribuciones económicas y administrativas.
El primer requisito que consta en el artículo 129 es la solicitud, esta debe realizarse por el
comité de gestión “de acuerdo con las disposiciones del Código Civil y contar con el
reconocimiento de la municipalidad distrital respectiva” (MANUAL 602), además de
contar con el aval de mil habitantes mayores de edad como mínimo y la existencia de dos
delegados.
El segundo y tercer requisito tienen que ver con la necesidad de creación de las
municipalidades de centros poblado, pues se sabe que estas con creadas con el fin de
facilitar el acceso a los servicios públicos a la población que por razones de distancia no
pueden acudir a las municipalidades distritales, por tal motivo el segundo requisito es que
el centro poblado no se encuentro dentro del área urbana de la municipalidad distrital, y el
tercero es la comprobada necesidad de servicios.
Dentro del artículo 130° de la Ley Orgánica de Municipales (Ley N.º 27783, 2002), se
establece que: “Los concejos municipales de los centros poblados están integrados por un
alcalde y cinco regidores. Los alcaldes y regidores de centros poblados son elegidos por un
periodo de cuatro años, contados a partir de su creación”
DESIGNACIÓN DE AUTORIDADES
Regulado en el artículo 131° de la ley en mención: “el alcalde y los regidores de las
municipalidades de centros poblados son proclamados por el alcalde provincial,
ratificando el resultado de las elecciones convocadas para tal fin” (énfasis nuestro).
Se advierte una contradicción dentro de la norma, pues el artículo 130 establece que las
autoridades son electas, sin embargo el articulo 131 (como se puede observar en la parte
resaltada) indica que estas autoridades (el alcalde y sus regidores) son proclamados por el
alcalde provincial y es mediante tal acto que “se ratifica el resultado de las elecciones
convocadas para tal fin”[ CITATION Zas081 \l 10250 ] . El conflicto radica en que, a pesar que
la ley usa la palabra “proclamar”, el artículo es nombrado como “designación de
autoridades”
El artículo 132 señala que “el procedimiento para la elección de alcaldes y regidores de
municipalidades de centros poblados se regula por la ley de la materia.”
El presente artículo guarda concordancia con el primer párrafo del artículo 1 de la Ley de
Elecciones de Autoridades de Municipalidades de Centros Poblados (Ley 28440, 2004):
1. El objetivo de la Ley
2. La convocatoria a elecciones
3. El Comité Electoral
4. El Padrón Electoral
5. El procedimiento electoral y el sistema de elecciones
6. Las garantías electoras
7. Las impugnaciones y el cómputo y proclamación de alcaldes y regidores
La convocatoria
Padrón Electoral
Por lo que, según ley, el Padrón Electoral será actualizad será actualizado por la
Municipalidad Provincial para lo cual utilizará de base aquel padrón que se utilizó durante
el momento en que se conformó el centro poblado. Además, habrá inclusión de los
ciudadanos en este Padrón y se realizará conforme al criterio de residencia en la zona.
Sin embargo, existe una problemática con el Padrón Electoral de los Centros Poblados
en cuanto no existe de un reconocimiento de los Centros Poblados dentro de los DNI de
cada uno de los ciudadanos (véase anexo 4)que lo habita ya que Los centros poblados no
están reconocidos dentro del regional de gobierno , por lo que no gozan de autonomía
propiamente dicha ( según los artículos 189 y 191 de la Constitución Política)
El segundo problema tiene que ver con la ausencia del RENIEC y del JNE en la
elaboración de estos padrones de ciudadanos, muchas veces genera la exclusión de
algunos ciudadanos que habitan en el centro poblado y por lo contrario, la inclusión de
otros que no, cuando existen intereses políticos creados en la municipalidad provincial
respecto de los resultados del proceso.[ CITATION Tel08 \l 10250 ]
El Comité Electoral:
La ley indica:
El proceso de elección:
Del mismo modo, la parte final del artículo 5 de la ley señala que La municipalidad
provincial deberá suscribir convenios de cooperación técnica con la Oficina Nacional de
Procesos Electorales (ONPE), con el fin de ser brindado de asistencia técnica electoral, de
acuerdo a sus posibilidades económicas.
Las impugnaciones contra el resultado del sufragio publicado por el Comité Electoral se
interpondrán dentro de los tres (3) días contados a partir de la publicación de los resultados
y serán resueltas en primera instancia por el Comité Electoral y en última instancia por el
concejo municipal provincial. (Ley 28440, 2004, art.7)
Como parte final del proceso, la Ley señala que el alcalde provincial proclama al alcalde
y su lista de regidores que obtienen la votación más alta, comunicando el cuadro de
autoridades electas al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)(art. 8)
Este artículo fija los criterios para la transferencia de recursos para las municipalidades de
centros poblados:
En este tema económico se advierte, de manera clara, la implicancia del hecho que las
municipalidades de centros poblados no sean gobiernos locales, ya que la dependencia
económica con respecto a las municipalidades distritales y provinciales es absoluta. Sin
embargo, es oportuno preguntarse si las municipalidades de centros poblados tienen
capacidad de iniciativa para la generación de recursos. Consideramos que sí, porque nada
impide la adopción de una medida tal, pero para implementarla, dicha propuesta debe
elevarse a la municipalidad provincial a efectos de que se le otorgue la autorización
correspondiente.
Por otro lado, si bien el artículo establece la obligación compartida de las municipalidades
provinciales y distritales en la transferencia de recursos, no establece cómo deben
distribuirse dichas transferencias con relación a cada nivel de gobierno. Y aquí es oportuno
referirse a una práctica recurrente por parte de las municipalidades provinciales, que al
momento de emitir la ordenanza de creación o de adecuación de una municipalidad de
centro poblado, solamente delegan funciones o servicios pertenecientes a la municipalidad
distrital, lo que en la práctica conlleva que la provincial no transfiera ningún tipo de
recursos a los centros poblados (en forma mensual), en la medida que no transfiere ninguna
función o servicio del ámbito provincial y de esta manera evitan transferir de sus propios
recursos. Lo que constituye una evidente omisión a la norma, que es clara al señalar que las
municipalidades provinciales y distritales están obligadas a entregar a las municipalidades
de centros poblados un porcentaje de sus recursos propios y los transferidos por el gobierno
nacional, para el cumplimiento de la prestación de los servicios públicos delegados.
Un tema importante, que merece particular atención, es con respecto a la posibilidad de que
las municipalidades de centros poblados recauden directamente el impuesto predial, como
una forma de transferencia de recursos para el cumplimiento de sus objetivos. Tanto el
Tribunal Constitucional como el Tribunal Fiscal han determinado en sendas disposiciones,
que los centros poblados no están facultados para recaudar el impuesto predial.
En el caso del TC, el máximo órgano de control constitucional emitió sentencia en el Exp.
Nº 0004-2008-PI/TC, en la que se planteaba la inconstitucional de una Ordenanza
municipal provincial que creaba una municipalidad de centro poblado delegándole la
facultad de cobrar el impuesto predial y el impuesto de alcabala. El TC resolvió del modo
siguiente:
3. Las funciones que se le delegan. 4. Los recursos que se le asignan. 5. Sus atribuciones
administrativas y económico-tributarias’.
14. La Ley de Tributación Municipal, aprobada por Decreto Legislativo Nº 776, publicada
con fecha 31 de diciembre de 1993, y cuyo Texto Único ordenado fue aprobado por
Decreto supremo Nº 156-2004-EF, publicado el 15 de noviembre de 2004, establece en su
artículo 8, sustituido por el artículo 4 del Decreto Legislativo Nº 952, publicado el 3 de
febrero de 2004, lo siguiente:
Artículo 8.- El Impuesto Predial es de periodicidad anual y grava el valor de los predios
urbanos y rústicos.
A efectos del Impuesto se considera predios a los terrenos, incluyendo los terrenos ganados
al mar, a los ríos y a otros espejos de agua, así como las edificaciones e instalaciones fijas y
permanentes que constituyan partes integrantes de dichos predios, que no pudieran ser
separadas sin alterar, deteriorar o destruir la edificación.
Por su parte el Tribunal Fiscal, en la RTF Nº 11231-7-2009, que recoge el Acuerdo de Sala
Plena contenida en la Acta de Reunión de Sala Plena Nº 2009-20, del 27 de octubre de
2009, estableció como precedente de observancia obligatoria que “Las municipalidades de
centros poblados no tienen competencia para administrar el Impuesto Predial que
corresponda a los predios que se encuentren ubicados dentro de su ámbito territorial”. Los
argumentos del Tribunal Fiscal recogen los argumentos vertidos por el TC,
complementándolos con los siguientes:
“Si bien de acuerdo con el artículo 128 de la Ley Orgánica de Municipalidades, Ley Nº
27972 la ordenanza de la municipalidad provincial que crea la municipalidad de centro
poblado determina, entre otros, sus atribuciones administrativas y económico tributarias,
estas no pueden estar referidas a la calidad de acreedor tributario del Impuesto Predial ni a
su administración, pues les corresponde a las municipalidades distritales, interpretación que
es acorde con lo provisto por la Carta Magna. En efecto, conforme con el artículo 74 de la
Constitución la potestad tribuitaria de los gobiernos locales está referida a la creación,
modificación, supresión o exoneración de contribuciones y tasas, dentro de su jurisdicción,
y con los límites que señala la ley, esto es, la Ley Orgánica de Municipalidades y la Ley de
Tributación Municipal, que integran el bloque de la constitucionalidad como parámetro de
control de la producción normativa municipal. Como se aprecia, respecto de los impuestos
los gobiernos locales no cuentan con potestad tributaria, y por lo tanto, no pueden, sin
infringir la norma constitucional, modificar a través de sus ordenanzas la regulación que
acerca de ellos prevé la Ley de Tributación Municipal, lo que está fuera de su alcance en
aplicación del principio de competencia.
En ese sentido, si las atribuciones que pueden otorgarse a las municipalidades de centros
poblados son las previstas por la ordenanza municipal de su creación y la potestad tributaria
de los gobiernos locales excluye la posibilidad de regular aspectos relacionados con los
tributos del tipo impuesto, dicha ordenanza no podrá válidamente conferir a tales
municipalidades la calidad de acreedor del Impuesto Predial ni su administración, pues ello
implicaría una modificación a lo establecido por la Ley de Tributación Municipal, respecto
de lo cual no tiene competencia.
Ello es concordante con lo establecido por los citados artículos 52 y 54 del Código
Tributario en el sentido que los gobiernos locales administran por excepción los impuestos
que la ley les asigna y que ninguna otra autoridad, organismo, ni institución, distinto a los
señalados por el citado Código, podrá ejercer las facultades conferidas a los órganos
administradores de tributos, bajo responsabilidad. Por otro lado, una ordenanza provincial
que contenga una disposición de tal naturaleza, esto es, que otorgue a las municipalidades
de centros poblados las atribuciones mencionadas respecto del Impuesto Predial, implicaría
además la afectación de los recursos que constituyen rentas de las municipalidades
distritales, y por tanto, una vulneración a la dimensión económica de su autonomía
municipal definida por el numeral 9.3) del artículo 9 de la Ley de Bases de la
Descentralización. [CITATION MÁL \l 2058 ]
Por lo expuesto, cabe concluir que las municipalidades de centros poblados no son
competentes para administrar el Impuesto Predial que corresponda a los precios que se
encuentren ubicados dentro su ámbito territorial.
Si bien los fundamentos sostenidos por ambos órganos son contundentes, no resuelven un
hecho gravitante, cual es que el impuesto predial ya viene siendo recaudado por muchas
municipalidades de centros poblados y que constituyen su principal fuente de ingreso.
Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que la razón de ser de las municipalidades de
centros poblados es su lejanía o desconexión con la municipalidad distrital, lo que en la
práctica facilita que los pobladores cumplan con su obligación tributaria en la forma menos
gravosa posible. Por tanto, si bien mediante una Ordenanza provincial de creación o de
adecuación, no se puede delegar la facultad de que una municipalidad de centro poblado
recaude el impuesto predial, nada impide para que la municipalidad distrital, en el ejercicio
de su autonomía, lo delegue vía convenio, con base en el art. 76 de la LOM.
Es una norma que limita el poder de las municipalidades provinciales y tiene como objetivo
que en la creación de este tipo de municipalidades, primen las razones técnicas y el
cumplimiento de todos los requisitos exigidos por la LOM; asimismo, busca que la
creación de las municipalidades de centros poblados no sean parte de la campaña política
en pro de la elección o reelección de las autoridades municipales.
A partir del presente artículo, se puede determinar todos los requisitos para que una
municipalidad sea considerada como fronteriza, entendiendo que estas poseen un régimen
especial dentro de la Ley Orgánica de Municipalidades.
Sin embargo, no es difícil darse cuenta que en un principio el artículo 196º de la
Constitución Política del Perú, precisaba que solo las capitales de departamentos de
ubicación fronteriza cuentan con un régimen especial. Posteriormente, las modificaciones
de la Constitución y las disposiciones de la L.O.M. determinan que las municipalidades
fronterizas funcionan en provincias o distritos limítrofes con un país vecino, es decir,
cualquier provincia o distrito que carezca de tal condición, no puede tener el carácter de
municipalidad fronteriza aunque pertenezca a la misma región.
Cabe recalcar que, por razones de seguridad y para fortalecer la unidad e identidad
nacional, nuestro sistema jurídico peruano comprende otras disposiciones para tratar a las
áreas fronterizas de manera diferente, ya que estas zonas del territorio se ven afectadas por
las demoras seculares.
Desde mi punto de vista, esta Constitución permitió que nuestro país sea más integrado
técnica y políticamente debido a su división local, regional y nacional, donde las
municipalidades requieren un mayor avance para establecer una gestión efectiva de los
recursos económicos, realizar mejoras sustanciales durante su gestión para adaptarse al
desarrollo sostenible local y ejecutar sus procedimientos a través de capacitaciones
profesionales a los funcionarios de las municipalidades.
A propósito de este primer párrafo del artículo 29° de dicho Reglamento, notamos la
importancia de definir a la demarcación territorial como aquel proceso geográfico que
busca organizarse conforme a la definición y delimitación de las circunscripciones de
carácter administrativo o político a nivel nacional.
Este apartado del Reglamento, expone una de las deficiencias para fijar los límites
territoriales que ocasionan la inexactitud de zonas fronterizas, pues sus criterios no siempre
están respaldados por razones técnicas que respondan a las necesidades del desarrollo
geográfico y social, sino que están impulsadas por las políticas regionales, intereses
económicos, necesidades y tendencias sociales.
Sin duda alguna, el último párrafo de este artículo permite hacer un énfasis respecto a la
demarcación territorial, dado que para garantizar el ejercicio del Gobierno, la buena gestión
administrativa y la formación de regiones gubernamentales y administrativas es necesario
delimitar las circunscripciones en los distintos niveles de gobierno.
Por lo tanto, dicha Ley a través de este artículo se pronuncia sobre la asistencia técnica
que deben brindar los Gobiernos de las ciudades fronterizas para efectuar los acuerdos de
integración. Además, es necesario que el Ministerio de Relaciones Exteriores proporcione
asistencia respecto a los acuerdos internacionales
Sin embargo, la importancia comercial del proceso de integración andina, solo prioriza
la búsqueda conjunta con las autoridades para resolver el problema del transporte terrestre
en los cruces fronterizos, sin preocuparse por los problemas en el área fronteriza. En caso
exista la disminución de la población circundante, dichos problemas se convertirían en
principales receptores de problemas de tráfico.
La aplicación de este artículo debe estar conforme a lo dispuesto por la Ley Marco para
el Desarrollo e Integración Fronteriza, el cual estipula: