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INTRODUCCION

Se conoce con el nombre genérico de taludes cualesquiera superficies inclinadas


respecto a la horizontal que hayan de adoptar permanentemente las masas de tierras.
Se puede definir taludes como: Son las obras, normalmente de tierra, que se construyen
a ambos lados de la vía (tanto en excavaciones como en terraplén) con una inclinación
tal que garanticen la estabilidad de la obra.
Los taludes tienen zona de emplazamiento que comprende, además de la vía, una franja
de terreno a ambos lados de la misma. Su objetivo es tener suficiente terreno en caso de
ampliación futura de la carretera y atenuar en gran medida, los peligros de accidentes
motivados por obstáculos dentro de dicha zona, los cuales deben ser eliminados.
Cuando el talud se produce en forma natural, sin intervención humana, se denomina
ladera natural o simplemente ladera. Cuando los taludes son hechos por el hombre se
denominan cortes o taludes artificiales, según sea la génesis de su formación; en el
corte, se realiza una excavación en una formación térrea natural, en tanto que los taludes
artificiales son los inclinados de los terraplenes. También se producen taludes en los
bordes de una excavación que se realice a partir del nivel del terreno natural, a las
cuales se suele denominar taludes de la excavación.
No hay duda de que el talud constituye la estructura más compleja de las vías terrestres;
por eso es preciso analizar la necesidad de definir criterios de estabilidad de taludes
entendiéndose, por tales algo tan simple como el poder decir que en un instante dado
cuál será la inclinación apropiada en un corte o un terraplén. A diferentes inclinaciones
del talud corresponden diferentes masas de material térreo por mover y por lo tanto,
diferentes costas.
Los problemas relacionados con la estabilidad de laderas naturales difieren radicalmente
de los que se presentan en taludes construidos por el ingeniero. Dentro de éstos deben
verse como esencialmente distintos los problemas de los cortes y los de los terraplenes.
Las diferencias importantes radican, en primer lugar, en la naturaleza de los materiales
involucrados y, en segundo, en todo un conjunto de circunstancias que dependen de
cómo se formó el talud y de su historia geológica, de las condiciones climáticas que
privaron a lo largo de tal historia y de la influencia que el hombre ejerce en la actualidad
o haya ejercido en el pasado.
Dentro de los taludes artificiales también existen en las vías terrestres diferencias
esenciales entre los cortes y los terraplenes. Estos últimos constituyen una estructura
que se construye con un material relativamente controlado o que, por lo menos en
principio, se puede controlar; en los cortes.
Otro aspecto que genera confusión dentro de la concepción del problema “estabilidad de
taludes” es, el que emana de la extraordinaria complejidad lo que ha dado en llamarse
“falla de talud”.
Las fallas de talud se definen en términos de derrumbes o colapso de toda índole, que no
dejan duda en pensar que ha ocurrido algo que pone en sino entredicho la función
estructural; o en términos de movimientos excesivos, al grado de ser incompatibles con
la concepción ingenieril del comportamiento del talud y con la función para la que fue
constituido.
Esto radica, más bien, en la gran variedad de fenómenos que por lo general se
involucran en el concepto; una falla rotacional, que afecte al grupo entero del talud y su
terreno de cimentación, puede comprometer su función estructural tanto como un
corrimiento trasnacional de una gran parte de la estructura o como el deslizamiento
lento y superficial de una ladera natural.
Es urgente, pues, diferenciar los múltiples modos por los que un talud puede llegar a no
cumplir la función que se la haya asignado o a un eventual colapso, viendo cada modo
como un problema distinto, en génesis, planteamiento y solución.
El ingeniero, como es usual, analiza estos problemas tratando de extraer los suficientes
conocimientos de carácter general como para poder establecer un modelo matemático
en el que analiza la estabilidad sea una simple cuestión de lápiz y papel y aplicación de
tal o cual procedimiento matemático o secuencia de cálculo algebraico.
Sin embargo, no existe un método general de análisis aplicable a todos los taludes; esto
se puede enfocar en dos sentidos. En primer lugar, ha de reconocerse que el método
tradicional y todavía más común de análisis estructural no es aplicable a taludes; por la
simple razón que no existe ningún procedimiento manejable en la práctica para
determinar el estado de esfuerzos internos en los puntos de la masa de suelo, a partir de
las cargas exteriores que actúen.
Así pues, todos los métodos de cálculo en boga están ligados a un mecanismo
cinemático de falla específica, por lo que sólo serán aplicables a aquellos problemas de
estabilidad en que la falla sea del tipo que se considera.
Además de lo anterior, existe otra razón por la cual no puede contarse con un método
general de análisis aplicable a todos los casos; de hecho, por esta razón habrá muchos
casos prácticos de estabilidad de taludes a los que en buena ley no sea aplicable ningún
método teórico de análisis. En efecto, la aplicación de cualquier método teórico de
análisis implica que se puedan utilizar los parámetros de resistencia del suelo adecuados
al caso.
El poder hablar de parámetros de resistencia del suelo que forma el talud implica
requisitos mínimos en lo que refiere a la naturaleza de los materiales constitutivos y su
disposición, de manera que pueda hablarse de homogeneidad o de una estratificación
bien conocida y bien definida, dependerá de un grupo de especialistas, con base en
estudios exploratorios someros y en técnicas de laboratorios elementales, las
recomendaciones de la inclinación de la mayor parte de los cortes y los terraplenes. Las
recomendaciones se basan en la experiencia anterior, en el conocimiento de los
materiales y necesariamente, en los lineamientos de una política general establecida por
la institución que proyecta.
En resumen, no es factible la aplicación de los métodos matemáticos de análisis de
estabilidad de taludes en las vías terrestres, sea por razones de falta de homogeneidad de
los materiales constructivos, que harían poco representativos los resultados de cualquier
muestreo y estudio de laboratorio, o bien por las razones que emanan del número de las
estructuras que se estudien; pero se insiste en la necesidad de detectar desde la etapa de
estudio previo aquellos casos por alguna razón especiales que sean merecedoras de
estudios detallados; dentro de éstos quedan, como es natural, prácticamente todos los
casos de reconstrucción de taludes fallados.
ESTABILIDAD DE TALUDES
INTRODUCCION
A una superficie de suelo expuesto que se sitúa en un ángulo con la horizontal se le
llama talud sin restricciones. La pendiente puede ser natural o construida. Si la
superficie del suelo no es horizontal, un componente de la gravedad hará que el suelo se
mueva hacia abajo, como se muestra en la fi gura 13.1. Si la pendiente es lo
suficientemente grande, puede ocurrir falla de la pendiente, es decir, la masa de suelo en
la zona “abcdea” puede deslizarse hacia abajo. La fuerza motriz supera la resistencia del
suelo al corte a lo largo de la superficie de ruptura.
En muchos casos se espera que los ingenieros civiles realicen cálculos para comprobar
la seguridad de los taludes naturales, taludes de excavaciones y terraplenes
compactados. Este proceso, llamado análisis de estabilidad del talud, implica la
determinación y la comparación del corte desarrollado a lo largo de la superficie de
ruptura más probable con la resistencia del suelo al corte.

Falla de talud
El análisis de la estabilidad de un talud no es una tarea fácil. La evaluación de variables
tales como la estratificación del suelo y sus parámetros de resistencia al corte en el lugar
puede llegar a ser una tarea formidable. Las filtraciones a través del talud y la elección
de una superficie de deslizamiento potencial añaden complejidad al problema. En este
capítulo se explican los principios básicos que intervienen en el análisis de estabilidad
de taludes.
Factor de seguridad
La tarea del ingeniero encargado de analizar la estabilidad de taludes es determinar el
factor de seguridad. En general, el factor de seguridad se define como
Tf
FSs=
Td
Donde
FSs= factor de seguridad con respecto a la resistencia
Tf= resistencia media del suelo al corte
Td= esfuerzo cortante promedio desarrollado a lo largo de la superficie potencial de
falla
La resistencia al corte de un suelo consiste de dos componentes, la cohesión y la
fricción, y se puede expresar como

Donde
C´= cohesión
Ф= ángulo de fricción de drenado
Ϭ= esfuerzo normal efectivo en la superficie potencial de falla
De una manera similar, también podemos escribir

donde c´d y Ф’d son, respectivamente, la cohesión eficaz y el ángulo de fricción que se
desarrollan a lo largo de la superficie potencial de falla.

Ahora podemos introducir algunos otros aspectos del factor de seguridad, es decir, el
factor de seguridad con respecto a la cohesión, FS’ c, y el factor de seguridad con
respecto a la fricción, FSФ. Éstos se definen como sigue:

Y
FSФ´= tan Ф’/tan Ф’d
Podemos escribir
FSs=FSc’=FSФ’
Cuando FSs es igual a 1, el talud está en un estado de fallo inminente. En general, un
valor de 1.5 para el factor de seguridad con respecto a la resistencia es aceptable para el
diseño de un talud estable.
Estabilidad de taludes infinitos
Al considerar el problema de la estabilidad de taludes, podemos comenzar con el caso
de un talud infinito, como se muestra en la fi gura 13.2. Un talud infinito es aquel en el
que H es mucho mayor que la altura del talud. La resistencia del suelo al corte puede ser
dada por la ecuación:

Vamos a evaluar el factor de seguridad contra una posible falla del talud a lo largo del
plano AB situado a una profundidad H por debajo de la superficie del suelo. La falla del
talud se puede producir por el movimiento del suelo por encima del plano AB de
derecha a izquierda.

Consideremos un elemento de talud, abcd, que tiene una unidad de longitud


perpendicular al plano de la sección mostrada. Las fuerzas, F, que actúan sobre las caras
ab y cd son iguales y opuestas y pueden ser ignoradas. El peso efectivo del elemento de
suelo es (con la presión del agua intersticial igual a 0)

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