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Universidad Arturo Michelena

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Escuela de Psicología

Trastornos del neurodesarrollo

Integrante:
Alvarado. Luisa
C.I 27 877 306

Sección: 2M

San Diego, abril 2020


Introducción:

Los trastornos del neurodesarrollo comprenden un número heterogéneo de cuadros


clínicos que son sintomáticos desde las primeras etapas de la vida y que afectan a la
trayectoria del desarrollo cognitivo, del lenguaje y de la conducta. La epilepsia es un
trastorno paroxístico que se caracteriza por una actividad eléctrica cerebral anómala
asociada a diversas manifestaciones conductuales. Las crisis se han clasificado en
diferentes síndromes epilépticos según la semiología de los síntomas experimentados y las
características de las manifestaciones convulsivas o motoras y también según los trazados
electro-encefalográficos específicos asociados a las conductas. La epilepsia, al igual que
otros trastornos del neurodesarrollo, no es una sola entidad patológica, y aunque el
distintivo de la epilepsia son las crisis recurrentes, en una proporción significativa de niños
está asociada a problemas interictales de la cognición, del lenguaje y de la conducta. Tanto
los trastornos del neurodesarrollo como las epilepsias son en su mayoría trastornos crónicos
con un conjunto amplio de etiologías y de patologías, muchas de las cuales son comunes a
ambos grupos de trastornos. La gravedad del deterioro y la variedad de síntomas asociados
a los trastornos del neurodesarrollo o a síndromes epilépticos específicos reflejan
disfunciones focales o globales, estructurales o funcionales de las redes neuronales.
Trastornos del lenguaje ¿Qué son, tipos y cómo se diagnostican y tratan?

Qué son los trastornos del lenguaje. Definición: Con trastornos del lenguaje o del
habla nos referimos a problemas de la comunicación o de otras áreas relacionadas con ésta
como las funciones motoras orales. Estos trastornos tienen una sintomatología muy variada,
desde la incapacidad de comprensión a la verborrea, y además pueden presentarse desde el
nacimiento del niño o manifestarse en la edad adulta.

Epidemiología

En niños escolares sin signos de trastornos neurológicos ni genéticos, la prevalencia


de trastornos del lenguaje es del 2-3%; la prevalencia de trastornos del habla es del 3-6%
[4,5]; por su parte, la prevalencia en edad preescolar es mucho más alta, del 15%. Algunos
niños tienen ambos problemas. Los problemas de lenguaje son más frecuentes en niños que
en niñas y en aquellos que tienen una historia familiar de retraso de lenguaje o habla, y
problemas de lectura.

Causas de los trastornos del lenguaje

Las causas de los trastornos del lenguaje son muchas y muy variadas. Podemos diferenciar
las causas dependiendo del desencadenante del trastorno. Entre las causas orgánicas, que
se refiere a la lesión de cualquiera de los órganos que tienen un papel en el funcionamiento
del lenguaje, podemos diferenciar:

 Causas hereditarias: Cuando los trastornos del lenguaje se heredan de los padres.

 Causas congénitas: Cuando los trastornos del lenguaje se deben al uso de fármacos


o a complicaciones durante el embarazo.

 Causas perinatales: Los trastornos del lenguaje se originan durante el proceso del


parto.

 Causas postnatales: Los trastornos del lenguaje se producen después del embarazo,


un ejemplo serían los trastornos del lenguaje ocasionados por un parto prematuro.
Además de las causas orgánicas tenemos también las causas funcionales, debidas al
funcionamiento patológico de aquellos órganos que intervienen en el lenguaje. Causas
endócrinas, que afectan principalmente al desarrollo psicomotor del niño. Las causas
ambientales también son un factor que puede influir en el lenguaje, el entorno puede afectar
a las capacidades lingüísticas del individuo. Por último, las causas psicosomáticas también
tienen un rol importante en la generación de trastornos del lenguaje, ya que nuestro
pensamiento tiene mucho poder sobre nosotros y puede provocar una expresión oral
anómala. Del mismo modo, dificultades en el habla pueden acabar afectando a nuestro
pensamiento. Ambas cosas pueden dificultar la capacidad de una expresión oral y
comprensión correctas.

Síntomas de los trastornos del lenguaje

Existen distintos síntomas que predicen un posible trastorno del lenguaje, dependiendo del
tipo de trastorno y del área del lenguaje afectada. Pero haciendo una pequeña clasificación
de los trastornos generales del lenguaje podemos discernir distintos síntomas:

 Síntomas de un trastorno en el desarrollo expresivo: Nos podemos dar cuenta


por síntomas como un vocabulario extremadamente limitado, dificultades en la
memorización de palabras o en la producción de oraciones largas.

 Síntomas de un trastorno mixto del lenguaje expresivo-receptivo: Veremos


todos los síntomas relacionados con la expresión vistos antes, además de problemas
asociados con la recepción, como puede ser dificultad de comprensión de palabras o
frases.

 Síntomas de un trastorno fonológico: Si nos encontramos delante de un trastorno


fonológico, nos daremos cuenta de ello por la incapacidad de utilizar ciertos sonidos
del habla, errores de producción, representación y/o utilización de los sonidos.

Por otra parte, y quizás sea el trastorno más visible, tenemos el tartamudeo, que supone
una alteración en la fluidez y organización de las palabras.
A pesar de que, como hemos visto, el lenguaje es un proceso complejo y sus trastornos
muy variados, podemos identificar ciertos signos que indican el posible desarrollo de un
trastorno del lenguaje. Centrándonos en los trastornos del lenguaje en los niños podemos
diferenciar los siguientes signos:

 En cuanto al lenguaje expresivo: Podemos darnos cuenta que hay un problema si


el niño utiliza un vocabulario más limitado que el de otros niños, le cuesta aprender
nuevas palabras, confunde tiempos verbales, habla con palabras más generales
(cosas, eso…) en vez de algunas más precisas, no habla a menudo, dice oraciones
sin sentido a pesar de ser capaz de pronunciar bien palabras, utiliza una limitada
estructura de oraciones o repite a menudo determinadas frases cuando habla.

 En cuanto al lenguaje receptivo: Algunos signos que evidencian el posible


desarrollo de un trastorno del lenguaje son, parecer desinteresado a menudo cuando
las personas hablan, dificultades para seguir ciertas instrucciones o le cuesta
bastante entender lo que se le dice, pregunta o lo que está escrito.

Para más información sobre el desarrollo del lenguaje humano. Puedes ver el vídeo de
abajo.

Trastornos del lenguaje clasificación y tipos

Tratando de hacer una clasificación general de los tipos de trastornos del lenguaje
existentes, podemos distinguir los siguientes.

1- Disartrias:

Se trata de una afección que dificulta el habla debido a problemas en los músculos que
permiten hablar.

2- Dislalias:

La dislalia es un tipo de trastorno del lenguaje que consiste en la alteración, omisión o


sustitución de ciertos fonemas por otros de forma incorrecta. Las dislalias pueden ser de
varios tipos:
 Dislalias Fisiológicas: Se debe a que los órganos del niño no son lo suficientemente
maduros para articular ciertas palabras. Es algo totalmente normal y no debe
preocupar a no ser que se prolongue en el tiempo.

 Dislalias audiógenas: Como indica su raíz, ésta afección del lenguaje se debe a un


defecto en la audición del niño que le impide reconocer e imitar correctamente las
palabras para así poder expresarse con normalidad. Es lógico pensar que “si oímos
mal, hablaremos mal”.

 Dislalias funcionales: Este tipo de dislalia puede surgir por una dislalia fisiológica
que se prolonga en el tiempo hasta cuando los órganos ya son maduros. Se trata de
un defecto en la articulación del mensaje.

 Dislalias orgánicas: A este tipo de dislalias, también se les llaman disglosias y


están asociadas a defectos de los órganos que intervienen en el habla.

3- Disglosias:

La disglosia es un tipo de trastorno del lenguaje que puede diferenciarse en otros subtipos:

 Disglosias labiales: Se produce por una alteración de forma o fuerza de los labios.
Algunas de las más famosas son el labio leporino o el frenillo.

 Disglosias mandibulares: Se producen por una alteración en la forma de los


maxilares, ya sea en uno o en ambos

 Disglosias dentales: Este tipo de trastorno del lenguaje se produce por una


alteración en la forma o en la posición de los dientes

 Disglosias Linguales: Se producen por alteraciones en la lengua. La lengua es un


órgano que necesita de una sincronización perfecta durante el habla y pueden
producirse. Algunos de los trastornos que pueden provocar este tipo de disglosias
son l anquiloglosia (frenillo corto), macroglosia (tamaño desmesurado de la lengua)
o parálisis unilateral o bilateral
 Disglosias nasales: Se producen por alteraciones que impiden que el aire pase de
forma correcta a los pulmones.

 Disglosias palatinas: se producen por alteraciones del paladar.

4- Disfemia

Las disfemias se definen como alteraciones del lenguaje que se caracterizan por
espasmos y repeticiones debido a una mala coordinación de la ideomotricidad cerebral. Un
ejemplo de disfemia es la tartamudez, de la que ya hemos hablado anteriormente.

5- Afasias

Este tipo de trastorno de lenguaje no tiene porqué desarrollarse desde niño, ya que se debe a
lesiones en regiones del cerebro asociadas con el lenguaje.

 Afasia de Broca: La afasia de broca es ocasionada por una lesión en la


circunvolución frontal inferior, es decir, el área de Broca, y en áreas adyacentes.
Entre sus características están la enorme dificultas para articular y un habla
telegráfica (frases muy cortas). Lo que más se ve afectado en esta afasia es la
expresión (también se le llama afasia expresiva), sin embargo, la comprensión
queda intacta o al menos, menos dañada. 

 Afasia de Wernicke: La afasia de Wernicke es un tipo de trastorno del lenguaje


que se produce por lesiones en regiones del lóbulo temporal izquierdo junto a la
corteza auditiva. Este trastorno también se conoce como afasia receptiva y se
caracteriza por un habla bastante fluida, pero sin apenas valor informativo, lo que se
conoce como un habla paragramatical. Los que sufren estos trastornos también
sufren problemas de comprensión.

 Afasia de conducción: Este trastorno se produce por una lesión en el fascículo


arqueado y/u otras conexiones entre los lóbulos temporal y frontal. Este trastorno se
caracteriza por un habla espontánea relativamente fluida, una comprensión buena,
problemas con la repetición y, a veces, el uso de paráfrasis literales. La afasia de
conducción incluye a veces problemas de lectura (mejora en voz alta) y de escritura
o defectos de denominación entre otros.

 Afasia transcortical sensorial: Este tipo de trastorno del lenguaje se produce por


una lesión de las conexiones entre los lóbulos parietal y temporal y produce
trastornos de la comprensión de palabras sueltas, aunque la capacidad de repetición
quede relativamente intacta.

 Afasia transcortical motora: Este trastorno del lenguaje se produce por lesiones


subcorticales en áreas situadas debajo de la corteza morora y ocasiona trastornos en
el habla espontánea, aunque no afecta a la capacidad de denominación.

 Afasia anómica: Se produce por lesiones en varias partes de los lóbulos temporal y
parietal y ocasiona trastornos en la producción de palabras sueltas.

 Afasia Global: Ésta última, provoca trastornos importantes en todas las funciones


del lenguaje y se produce por lesiones en partes amplias de la corteza de asociación

6- Dislexia

La dislexia, que no deja de ser un tipo de trastorno del lenguaje, entra dentro de la
clasificación anterior, pero al ser una de las más conocidas le dedicamos un pequeño apunte
en este artículo. La dislexia se caracteriza por ser “un trastorno del aprendizaje de la
lectoescritura” cuyo origen parece estar en un problema del neurodesarrollo del individuo.
Actualmente existen herramientas profesionales para la evaluación neuropsicológica de la
dislexia, para tratar la dislexia en el aula, y juegos de estimulación cognitiva para niños con
dislexia.

7- Trastorno Específico del Lenguaje (TEL)

El Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) o del Desarrollo del Lenguaje (TEDL)
es el retraso en la adquisición o uso del lenguaje, o la incapacidad para emplearlo. Se
considera TEL cuando no existe ningún otro factor que explique mejor el problema para
hablar, como trastornos sensoriales, motores, psicopatológicos o problemas cerebrales.
Además, es habitual que los niños con TEL presenten dislalias u otros de los trastornos ya
explicados.

8- TDAH o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

El TDAH es un trastorno que implica alteraciones del lenguaje y que provoca en


quién lo padece problemas en dos áreas: el aprendizaje y la comunicación. Según
un estudio los niños que padecen TDAH, presentan dificultades en la organización
fonológica y en la sintaxis. Además, manifiestan problemas en la organización semántica y
tienen una pobre memoria auditiva. Actualmente existen herramientas profesionales para
la evaluación neuropsicológica del TDAH, herramientas de neuroeducación para tratar las
dificultades de aprendizaje en el aula, y juegos de estimulación cognitiva para niños con
TDAH.

9- Discalculia

Por último, a pesar de que no se trate de un trastorno que afecte al lenguaje como
los demás, la discalculia afecta al entendimiento y la comprensión de otro tipo de lenguaje:
el matemático. Este trastorno afecta a la habilidad de trabajar con los números y de
entender conceptos matemáticos. Los que la padecen no entienden la lógica del proceso
matemático.

Actualmente existen herramientas profesionales para la evaluación neuropsicológica


de la discalculia y juegos de estimulación cognitiva para niños con discalculia.

Cómo se diagnostican los trastornos del lenguaje

Para realizar un diagnóstico de un trastorno del lenguaje, hay que seguir ciertas
pautas y realizar ciertas pruebas. Enfocándonos en casos de trastornos del lenguaje en
niños, para tratar de identificar problemas que podrían desembocar en un trastorno, se
tendrán que seguir una serie de estrategias.

Hablando desde un punto de vista externo, si se quiere realizar un diagnóstico, lo


primero que hay que hacer es pedir información a los padres y a la escuela. Ambos serán
grandes fuentes de información para conocer el comportamiento del niño y el alcance de su
problema. Posteriormente, es bueno conversar con el propio joven y utilizar grabaciones y
audiometrías. Por último, es conveniente realizar cuestionarios a padres y educadores,
además de pruebas neuropsicológicas y test específicos para terminar de diagnosticar al
individuo.

Trastorno Fonético o Dislalia

La capacidad de pronunciación de los fonemas está a un nivel inferior al correspondiente a


su edad mental. Incluye tanto errores en la articulación de los sonidos como problemas
cognoscitivos en la categorización de los mismos. Puede haber omisiones de sonidos, y en
los casos más graves el habla puede llegar a ser completamente ininteligible. Habitualmente
los sonidos que no se pronuncian se sustituyen por otros. Los que con mayor frecuencia
presentas dificultades de pronunciación son: R – RR – S – L. También puede aparecer
dificultad para pronunciar los sinfones y cambios en el orden de los sonidos (ej.: sol por
los).

Trastornos asociados a la dislalia

Puede presentarse asociado a factores causales como deficiencias auditivas o estructurales


(hendidura palatina, frenillo, etc.), trastornos neurológicos, o Déficit Cognitivo, pero un
2,5% de los niños preescolares presentan Trastorno Fonético de origen desconocido.

Prevalencia de la dislalia

El 2% – 3% de los niños entre 6 y 7 años presenta un Trastorno Fonético moderado o


grave, pero la prevalencia de formas leves del trastorno es mucho mayor.

Inicio y Curso

Tanto el inicio como el curso dependen en gran medida de la gravedad. A mayor gravedad,
se produce una detección más temprana y es mayor la dificultad de recuperación. A menos
gravedad, la detección es más tardía pero el pronóstico es mejor. En los casos leves la
recuperación suele ser espontánea. En los casos no graves, la detección se realiza
generalmente al entrar el niño en las clases de preescolar, donde aparecen dificultades para
ser entendido, además de ser posible compararlo con sus compañeros.
Diagnóstico diferencial de la dislalia

El diagnóstico diferencial con el Déficit Cognitivo, los déficits sensoriales, déficit motor
del había o privación ambiental se realiza mediante la aplicación de pruebas adecuadas y
una historia clínica cuidadosa. Cuando los problemas son limitados al ritmo del habla, no se
diagnostica Trastorno Fonético.

Evaluación del trastorno fonético:

Anamnesis

Datos personales

 Filiación

 Historia personal, incluyendo el desarrollo del trastorno

 Datos familiares

Evaluación de la Articulación

 Lenguaje repetido

 Lenguaje dirigido

 Lenguaje espontáneo

Evaluación del nivel intelectual

 Desarrollo intelectual

 Comprensión verbal

Evaluación de la psicomotricidad

 Conductas motrices de base

 Motricidad buco-facial
 Respiración

 Tono y relajación

Evaluación de la percepción y la orientación espacial

 Organización perceptiva

 Organización espacial

Evaluación de la percepción temporal y del ritmo. Evaluación de la percepción y la


discriminación auditivas

 Discriminación de sonidos

 Discriminación de fonemas

 Discriminación de palabras

Evaluación de la personalidad

Exámenes complementarios

Trastorno de la comunicación social (pragmático)

En esta categoría diagnóstica se incluiría a una variante del trastorno específico del
lenguaje, el tipo semántico-pragmático, siendo excluido de la entidad clínica del trastorno
de la comunicación no especificado, propia de la versión anterior del DSM (American
Psychiatric Association, 2013). Pese a no comprometer a los componentes computacionales
del lenguaje (V.g.: Fonología, morfología, sintaxis), la alteración está limitada
principalmente a los componentes contextuales y sociales –semántica y pragmática-, donde
las características serían similares a los presentes en los TEA. A menudo, su diagnóstico
resulta confuso; sin embargo, en estos últimos tanto las habilidades mentalistas como las
lingüísticas y sociales, se acompañan de deficiencias propias de las funciones ejecutivas y
discapacidad intelectual, evidenciándose estas mediante signos de estereotipias, intereses
restringidos y dificultades en la conducta funcional, los cuales están ausentes en los
primeros.

Las características más resaltantes de este síndrome serían las siguientes:


Dificultades notorias en la comprensión del mensaje dentro del contexto, asociadas a un
déficit para el uso de inferencias lógico-pragmáticas, con problemas para el seguimiento de
normas y de turnos en la comunicación y falta de flexibilidad para el cambio de temáticas
durante el diálogo, acompañados de logorreia y verbosidad.

Algunos autores como Víctor Acosta (2003), señalan que estas deficiencias para el
uso del discurso se encuentran estrechamente relacionadas con la memoria de trabajo; es
así, que según los hallazgos encontrados en el diálogo conversacional de este grupo, a
medida de que las oraciones se suceden unas detrás de otras-al igual que el incremento de la
complejidad-, en estos sujetos los bajos niveles de procesamiento y retención dificultan la
comprensión clara del mensaje contextual en el escenario libre de la comunicación.

Según el DSM-V

A. Dificultades persistentes en el uso social de la comunicación verbal y no verbal que se


manifiesta por todos los siguientes factores:

1. Deficiencias en el uso de la comunicación para propósitos sociales, como saludar y


compartir información, de manera que sea apropiada al contexto social.

2. Deterioro de la capacidad para cambiar la comunicación de forma que se adapte al


contexto o a las necesidades del que escucha, como hablar de forma diferente en un aula o
en un parque, conversar de forma diferente con un niño o con un adulto, y evitar el uso de
un lenguaje demasiado formal.

3. Dificultades para seguir las normas de conversación y narración, como respetar el turno
en la conversación, expresarse de otro modo cuando no se es bien comprendido y saber
cuándo utilizar signos verbales y no verbales para regular la interacción. 4. Dificultades
para comprender lo que no se dice explícitamente (p. ej., hacer inferencias) y significados
no literales o ambiguos del lenguaje (p. ej., expresiones idiomáticas, humor, metáforas,
múltiples.

Trastorno del espectro autista

Etiología

A pesar de todos los avances en neurociencias y en genética, aún no se ha podido


establecer un modelo que explique la etiología y fisiopatología de los TEA, aunque en
diferentes estudios se han evidenciado alteraciones neurobiológicas y genéticas asociadas,
así como factores epigenéticos y ambientales involucrados. Precisamente por esto, y por
tratarse de una serie de trastornos crónicos, han surgido en ocasiones distintas iniciativas
que, sin basarse en métodos científicamente comprobados, prometen efectos positivos.

Anormalidades en el trazado electroencefalográfico y trastornos convulsivos se han


observado hasta en un 20% a 25% de los pacientes con autismo. Las altas tasas de epilepsia
sugieren un papel fundamental de los factores neurobiológicos en la génesis del autismo.

La evidencia en electrofisiología, neuroimágenes funcionales, neuroimágenes


estructurales, hallazgos moleculares y genética ha dado lugar a la idea de que el autismo
está caracterizado por una conectividad neuronal atípica, más que por una alteración en
áreas puntuales, aunque no se ha podido establecer claramente esta asociación. Imágenes de
resonancia magnética cerebral han mostrado un aumento global del tamaño del cerebro en
el autismo.

Se han evidenciado diferentes alteraciones neuroquímicas relacionadas con el


autismo. Uno de los hallazgos más frecuentemente citados es la elevación de los niveles
periféricos de serotonina, aunque la importancia de este continúa incierta. Así mismo, se ha
observado una reducción en la expresión del ácido gamma-aminobutírico (GABA).
También se ha abierto un campo de estudio importante alrededor del papel que cumplen la
oxitocina y la vasopresina en la génesis de esta condición, debido a la relación de estas
hormonas con las conductas sociales y de vínculo.
En cuanto a las asociaciones genéticas, los estudios de gemelos han sugerido que el
autismo tiene alta heredabilidad (más del 80%), en el contexto de asociación epigenética y
ambiental. La arquitectura genética del autismo ha demostrado ser compleja y heterogénea,
como se muestra en diferentes estudios. El alto grado de heterogeneidad se evidencia en
reportes que muestran hasta 1000 genes implicados.

Durante la última década, ha existido una creciente preocupación alrededor de las


vacunas, como una posible causa ambiental posnatal para el desarrollo de los TEA, después
de un estudio publicado en Lancet, en 1998, por Andrew Wakefield, en el que se asociaba
la vacuna triple viral con la aparición del autismo y en el que se recomendaba retirarla del
mercado, lo que aumentó la incidencia mundial del sarampión. Sin embargo, este ha sido
uno de los escándalos más oscuros de la medicina y, finalmente, se aclaró que no había tal
asociación, lo que llevó a Lancet, en febrero de 2010, a retractarse por haber publicado tal
artículo.

La relación que se estableció en su momento entre autismo y vacunas se atribuyó al


timerosal, un vehículo con cierto contenido de mercurio, cuya dosis no representaba en
ningún momento riesgo para ser administrado; no obstante, después del escándalo
suscitado, este compuesto fue retirado de las vacunas infantiles. Desde la alarma mundial
de 1998, se han realizado múltiples estudios similares, sin lograr confirmar el hallazgo de
Wakefield.

Diagnóstico Criterios diagnósticos Según la última versión del Manual


diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, el DSM-5

Se definen los siguientes criterios diagnósticos; los más relevantes se presentan a


continuación.

• Alteraciones persistentes en la comunicación social y en la interacción social


alrededor de múltiples contextos, manifestadas por lo siguiente, actualmente o por los
antecedentes. – Especificar la gravedad actual: la gravedad se basa en deterioros de la
comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.
• Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, que
se manifiestan en dos o más de los siguientes síntomas, actuales o pasados, como
movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados. Insistencia en la monotonía,
adherencia inflexible a rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no
verbal. Intereses altamente restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su intensidad
o foco de interés. Hiper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales.

– Especificar la gravedad actual: la gravedad se basa en deterioros de la


comunicación social y en patrones de comportamiento restringidos y repetitivos.

• Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del período de desarrollo.

• Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u


otras áreas importantes del funcionamiento habitual.

• Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de una discapacidad


intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) o por el retraso global del desarrollo.

Trastorno por déficit de atención / hiperactividad

Síntomas y Diagnóstico del TDAH

Decidir si un niño tiene trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)


es un proceso de varios pasos. No hay un único examen para diagnosticar el TDAH y hay
muchos otros problemas, como la ansiedad, la depresión y ciertos tipos de trastornos del
aprendizaje, que pueden presentar síntomas similares. Esta página le proporciona una
descripción general de cómo se diagnostica el TDAH.

Si le preocupa que un niño pueda tener TDAH, el primer paso es hablar con un
profesional de atención médica para averiguar si los síntomas corresponden con el
diagnóstico. El diagnóstico puede ser hecho por un profesional de salud mental, como un
sicólogo o un siquiatra, o un proveedor de atención primaria, como un pediatra.

La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP)


recomienda que los profesionales de atención médica les pregunten a los padres, maestros y
otros adultos que cuiden al niño sobre la conducta que este tiene en diferentes contextos,
como en el hogar, en la escuela o al interactuar con sus pares.

El profesional de atención médica también debe determinar si el niño tiene otra


afección que pueda explicar mejor los síntomas, o que se presente junto con el TDAH. Lea
más sobre otras inquietudes y afecciones.

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

Los profesionales de atención médica utilizan las pautas de la quinta edición


del Manual diagnóstico y estadístico (DSM-5), de la Asociación Estadounidense de
Siquiatría (American Psychiatric Association)1 para diagnosticar el TDAH. Este estándar de
diagnóstico ayuda a garantizar que el diagnóstico y tratamiento de las personas con TDAH
se realice de manera correcta. El uso del mismo estándar en todas las comunidades también
puede ayudar a determinar cuántos niños tienen TDAH y qué impacto tiene esta afección en
la salud pública.

Aquí están los criterios en forma resumida. Por favor tenga en cuenta que se
presentan solo para su información. Solo los proveedores de atención médica capacitados
pueden diagnosticar o tratar el TDAH.

Criterios del DSM-5 para el TDAH

Las personas con TDAH muestran un patrón persistente de falta de atención o


hiperactividad/impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo:

1. Falta de atención: Seis o más síntomas de falta de atención para niños de hasta 16
años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de edad o más y adultos.
Los síntomas de falta de atención han estado presentes durante al menos 6 meses y
son inapropiados para el nivel de desarrollo de la persona:

o A menudo no logra prestar adecuada atención a los detalles o comete errores


por descuido en las actividades escolares, en el trabajo o en otras
actividades.
o A menudo tiene problemas para mantener la atención en tareas o actividades
recreativas.

o A menudo pareciera que no escucha cuando se le habla directamente.

o A menudo no cumple las instrucciones y no logra completar las actividades


escolares, las tareas del hogar o las responsabilidades del lugar de trabajo (p.
ej., pierde la concentración, se desvía).

o A menudo tiene problemas para organizar tareas y actividades.

o A menudo evita, le disgustan o se niega a hacer tareas que requieren realizar


un esfuerzo mental durante un periodo prolongado (como las actividades o
las tareas escolares).

o A menudo pierde cosas necesarias para las tareas y actividades (p. ej.,
materiales escolares, lápices, libros, herramientas, billeteras, llaves, papeles,
anteojos, teléfonos celulares).

o A menudo se distrae con facilidad.

o A menudo se olvida de las cosas durante las actividades diarias.

2. Hiperactividad e impulsividad: Seis o más síntomas de hiperactividad/impulsividad


para niños de hasta 16 años de edad, o cinco o más para adolescentes de 17 años de
edad o más y adultos. Los síntomas de hiperactividad/impulsividad han estado
presentes durante al menos 6 meses al punto que son perjudiciales e inapropiados
para el nivel de desarrollo de la persona:

o A menudo se mueve nerviosamente o da golpecitos con las manos o los pies,


o se retuerce en el asiento.

o A menudo deja su asiento en situaciones en las que se espera que se quede


sentado.
o A menudo corre o trepa en situaciones en las que no es adecuado (en
adolescentes o adultos puede limitarse a una sensación de inquietud).

o A menudo no puede jugar o participar en actividades recreativas de manera


tranquila.

o A menudo se encuentra “en movimiento” y actúa como si “lo impulsara un


motor”.

o A menudo habla de manera excesiva.

o A menudo suelta una respuesta antes de que se termine la pregunta.

o A menudo le cuesta esperar su turno.

o A menudo interrumpe a otros o se entromete (p. ej., se mete en


conversaciones o juegos).

Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:

 Varios de los síntomas de falta de atención o hiperactividad/impulsividad se


presentaron antes de los 12 años de edad.

 Varios de los síntomas se presentan en dos o más contextos (como en el hogar, la


escuela o el trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).

 Hay indicios claros de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social,
escolar y laboral, o que reducen su calidad.

 Los síntomas no tienen una explicación mejor si se los asocia a otro trastorno
mental (como trastorno del humor, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o
trastorno de la personalidad). Los síntomas no ocurren solo durante el curso de
episodios de esquizofrenia u otro trastorno sicótico.

Según los tipos de síntomas, pueden verse tres tipos (presentaciones) de TDAH:
Presentación combinada: Si se presentaron suficientes síntomas de ambos
criterios, los de falta de atención y los de hiperactividad/impulsividad, durante los últimos 6
meses.

Presentación en la que predomina la falta de atención: Si se presentaron


suficientes síntomas de falta de atención, pero no de hiperactividad/impulsividad, durante
los últimos seis meses.

Presentación en la que predomina la hiperactividad/impulsividad: Si se


presentaron suficientes síntomas de hiperactividad/impulsividad, pero no de falta de
atención, durante los últimos seis meses.

Dado que los síntomas pueden cambiar con el paso del tiempo, la presentación
también puede cambiar con el tiempo.

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