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Las piscinas son un lugar que se ha venido popularizando con los años, donde se genera
un espacio de esparcimiento, de diversión y también de competición. En Colombia como
en todos los lugares del mundo es esencial y hace parte de la rutina encontrar una de
estas en cualquier parte, pero es cuando empiezan a surgir los problemas relacionados
con ahogamiento donde toda la diversión se acaba, para mitigar esto, en Colombia se
creó la ley 1209 de 2008 donde todas las piscinas públicas y privadas deben cumplir con
unos protocolos de seguridad al que deben atender todas las personas que vayan a asistir
a una de estas, además de que los encargados de las piscinas deben tener el personal
idóneo para hacer cumplir las reglas impuestas por esta ley, pero este no es el caso en
nuestro país, cada vez que una persona se ahoga en una piscina no pasa nada, nadie
responde y en la mayoría de los casos no se tenían los protocolos bien establecidos y es
que el salvamento y todo lo que tenga que ver con la seguridad acuática se tiene en un
plano casi desconocido en este país.
En un primer lugar, el gobierno se encargó de crear la ley, pero no la hace cumplir, de
hecho, se dice que “dos de cada diez piscinas en Colombia cumplen con todas las
normas de calidad del agua, de buenas prácticas sanitarias y seguridad contra
ahogamiento”, en este sentido, cuando una familia se dirige hacia una piscina pública
prácticamente lo único en materia de seguridad que estas tienen es un salvavidas y
algunos letreros que le indican a la gente que los niños deben estar acompañados, aquí
es donde el gobierno no dice nada, ni hace nada hasta que llega la tragedia o algún tipo
de problema. En segundo lugar, se encuentran los lugares que prestan el servicio de una
piscina que se supone que ellos deben ser responsables y velar por la seguridad de las
personas, pero en muchos casos como todos hacen caso omiso y algunos no conocen
esta ley, no les importa jugar con la vida de las personas. Y en tercer lugar se encuentra
el ciudadano del común o usuario de estos lugares, que la mayoría desconoce la
existencia de esta ley y por ende no hace cumplir y no se fija de que los lugares a los que
asiste cumplan con estas reglas permitiendo que jueguen con su vida de una manera
implícita.
A manera de conclusión, este es uno de muchos temas en los que Colombia se encuentra
atrasado, por diferentes motivos como el político, de conciencia y de sentido de
pertenencia, por ello la eficacia y validez de esta ley es casi nula, donde se prefiere
ignorar ante un caso de ahogamiento que tomar cartas en el asunto, por ello está en
nuestras manos como conocedores de esta ley difundirla, aplicarla y enseñarla para que
se pueda reducir en gran medida los casos por ahogamiento en piscinas.