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Nicolai V.

Krogius

LAS LEYES
DEL FINAL

Versión digital algebraica:


Prof. José Luis Matamoros B.

EDITORIAL SOPENA ARGENTINA


NUEVA BIBLIOTECA DE AJEDREZ
NICOLAI V. KROGIUS

LAS LEYES
DEL FINAL
Obra utilísima para cualquier jugador en la
cual se dan orientaciones metodológicas a seguir
en el complejo y maravilloso mundo de
los finales.

TRADUCCION DIRECTA DEL RUSO


DE
VSEVOLOD RAKITIN

Versión digital algebraica:


Prof. José Luis Matamoros B.

EDITORIAL SOPEÑA ARGENTINA S. A.


COMERCIAL, INDUSTRIAL E INMOBILIARIA
BOLIVAR 430
BUENOS AIRES
EDITADO EN ARGENTINA

PRIMERA EDICION OCTUBRE DE 1977


VERSIÓN DIGITAL ALGEBRAICA ABRIL 2020

IMPRESO Y EDITADO EN LA ARGENTINA


PRÓLOGO

La Editorial Sopeña Argentina tiene la satisfacción de ofrecer al


público ajedrecístico del mundo hispanohablante este interesante tra-
bajo del eminente teórico ruso Nicolai V. Krogius.
La claridad didáctica que emana de los enfoques aplicados por él
autor, la importancia que reviste él jugar acertadamente los finales de
partida, y la necesidad de dotarlos de un esquema metodológico, nos
convenció y nos indujo a la traducción de esta obra, considerándola
como una contribución decisiva a la ya densa y abundante bibliografía
que se ha escrito sobre «el final». Creemos que esta obra —y enhora-
buena se deben recibir los nuevos aportes— enriquecerá vastamente
este aspecto del ajedrez, esclareciendo las dificultades de la ejecución
y las complejidades por las que se atraviesa en las distintas posiciones
vivas.
De la lectura de sus páginas y lo preciso de los ejemplos transcrip-
tos, el aficionado encontrará un relevante elemento auxiliar para la
fijación de los conocimientos básicos y estructurales.
Abundan en él libro infinidad de consejos prácticos y medulosos,
que revelarán con lucidez los más valiosos secretos de esta espinosa fase
de la partida. Finalmente, y lo que evaluamos como tributo esencial,
muestra la necesidad de que las ideas conceptuales de todo jugador al
iniciar el tratamiento de un final, por más simple que parezca, deben ir
unidas al método que emplee para su ejecución.

Los Editores
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros

Capítulo I

¿CUANDO COMIENZA EL FINAL?

Está ampliamente difundida la defini- fluyan en la secuencia del juego durante un


ción según la cual el final es la etapa con- lapso prolongado. El rendimiento de cada
cluyente de la partida de ajedrez. Pero tal figura se incrementa aquí en forma nota-
definición del final no es muy explícita, ya ble.
que algunas partidas terminan en la aper- Ya que en el tablero quedan pocas fuer-
tura o durante el medio juego y no llegan zas combatientes, el juego en el final ad-
al final. quiere un carácter más forzado que en el
Por eso es más exacto considerar el fi- medio juego. Por ello aumenta el valor de
nal, no como una «estación del año» sine cada jugada o tiempo. Esto es importante
qua non de una partida de ajedrez, sino sobre todo en el cálculo del movimiento de
como una etapa que se caracteriza por el los peones libres, los que a menudo definen
escaso número de figuras que quedan en el el resultado de la lucha.
tablero. Sin embargo, aun teniendo en cuen-
A menudo, el comienzo de esta etapa ta las particularidades indicadas, no sería
se relaciona con el cambio de damas. Sin exacto afirmar que el final es una parte
embargo, esta afirmación es algo formal y completamente aislada de la partida. Está
por eso está lejos de ser justa. ¿No existen, interconectado orgánicamente con la aper-
acaso, finales de damas, y medio juego sin tura y el medio juego. Los planes de estas
ellas? dos últimas fases se componen teniendo en
El final se diferencia fundamental- cuenta un probable pase al final. Y es por
mente del medio juego por el contenido de eso que la apreciación del futuro final es a
ideas estratégicas básicas de la lucha en el menudo un motivo definitorio para tomar
tablero. En el final, el rey se torna una fi- una decisión.
gura activa. La estrategia del medio juego Analicemos la partida entre Liublins-
de «defender al rey» pierde su sentido en ky y Erujimov (Murmansk, 1960): 1.e4 e5
los finales. Como regla general, en el final 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥xc6 dxc6 5.¤c3
es indispensable la participación del rey en ¥d6 6.d4 ¥g4? 7.dxe5 ¥xf3 8.£xf3 ¥xe5
la lucha. 9.¥f4 £f6 10.¥xe5 £xe5 11.£e3 ¦d8
Además, si en el medio juego el resul- 12.f4 £d4? 13.£xd4 ¦xd4 14.¦d1 ¦xd1+
tado de la lucha a menudo se resuelve, no 15.¢xd1 ¤f6 16.¢e2 ¢e7 17.¦d1 ¦d8?
por todas, sino por algunas de las figuras, 18.¦xd8 ¢xd8.
en los finales no existen piezas que no in-
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negras.
Pero la partida prosiguió con 30.f7?
¢e7 31.¤xe6, y la lucha recrudeció con
renovada fuerza. Por supuesto, la jugada
30.f7 no es lógica ni concuerda con el plan
de las blancas basado en el aprovechamien-
to de su peón más en el flanco rey.
En otro ejemplo, de una partida entre
Capablanca y Vidmar (Nueva York, 1927),
las blancas, en una posición complicada del
medio juego, eligen un plan basado en una
justa apreciación del final próximo. En éste
esperaban aprovechar la potencia de los
dos alfiles, de largo alcance, para el ataque
Al jugar 4.¥xc6, y 6.d4, las blancas ya a los peones enemigos en el flanco dama.
en la apertura mostraron la tendencia a pa- 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 a6 4.¥a4 ¤f6
sar al final con un peón más en el flanco 5.O-O ¥e7 6.¦e1 b5 7.¥b3 d6 8.c3 ¤a5
rey. Gracias al juego erróneo de las negras, 9.¥c2 c5 10.d4 £c7 11.¤bd2 O-O 12.h3
este plan fue realizado sin tropiezos. La po- ¤c6 13.d5 ¤d8 14.a4 b4 15.¤c4 a5.
sición del diagrama ya es ganadora para las
blancas.
Siguió: 19.¢f3 ¢e7 20.g4 ¢e6 21.¤e2
c5 22.e5 ¤d5 23.¢e4 ¤b6 24.f5+ ¢e7
25.h4 c6 26.g5 g6 27.f6+ ¢d7 28.¤f4
¤a4 29.e6+ fxe6.
Ahora, la conclusión lógica de la lucha
sería 30.h5! Después de 30. ... gxh5 31.g6
hxg6 32.¤xg6 ¢e8 (si no, 33.f7+); 33.¢e5
¤b6 (33...¢f7 34.¤h8+ ¢f8 35.¢xe6, y
gracias a la maniobra ¤g6+ y f7 el peón
blanco corona); 34.¢xe6 ¤d7 35.f7+ ¢d8
36.c4 b5 37.b3 b4 38.¢d6, no cabe duda
acerca del resultado de la partida. No es di-
fícil ver que las negras están completamen- 16.¤fxe5 ¥a6 17.¥b3 dxe5 18.d6 ¥xd6
te perdidas. Pronto tendrán que entregar el 19.£xd6 £xd6 20.¤xd6 ¤b7. Pérdida de
peón h y dar paso al caballo blanco a e7. tiempo.
Hacemos notar, asimismo, que la ganancia Una defensa más sólida ofrecía
inmediata de la pieza mediante 36.f8=£+ 20...¦b8 21.¥c4 ¥xc4 22.¤xc4 ¤c6; aho-
(en lugar de 36.c4) conducía a las blancas ra, en cambio, los alfiles blancos dominan el
a complicaciones innecesarias. En tal caso, campo de batalla: 21.¤xb7 ¥xb7 22.cxb4
después de 36. ... ¤xf8+ 37.¤xf8 h4, el cxb4 23.f3 ¦fd8; la principal debilidad en
peón libre habría dado contrachance a las la posición de las negras es el peón a5. Las
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piezas blancas tienden a acercarse hacia el grandes maestros.
mismo: 24.¥e3 h6 25.¦ed1 ¥c6 26.¦ac1 Es mejor la posición de las negras,
¥e8 27.¢f2 ¦xd1 28.¦xd1 ¦c8 29.g4. La principalmente por la superioridad de su
razón de esta jugada estriba en lo siguiente: caballo sobre el alfil blanco, limitado por el
aprovechando el juego pasivo de las negras, peón d4. Un natural y fuerte plan a favor
avanzar los peones a h4 y g5; y después del de las negras consistiría en el cambio de las
retroceso del caballo negro, colocar su to- damas y el traslado del caballo a la casilla
rre en d5, atacando al peón negro a5. 29. ... bloqueante d5. Pero la obstinación en no
¥d7 30.¥b6 ¥e6 31.¥xe6 fxe6 32.¦d8+ pasar al final conduce a que las negras no
¦xd8 33.¥xd8 ¤d7 34.¥xa5 ¤c5 35.b3 sólo pierdan superioridad, sino que, ade-
¤xb3 36.¥xb4 ¤d4 37.a5, y las negras más, se encontrarán en una posición infe-
abandonaron. rior.
De esta manera hemos visto que la co- En la partida se jugó: 26.¥b4 ¦d8
rrecta apreciación del probable pase al fi- 27.£e4 £f7? 28.a3 h6 29.g3 £f6 30.¥c3
nal permite al ajedrecista orientarse mejor ¦d5 31.£e8+ ¢h7 32.£e4 £f5 33.¢g2
también en otras etapas de la partida. £g4? 34.f3 £g5 (mejor es 34...£f5)
La tendencia a eludir a toda costa el fi- 35.¥d2! £f6 36.¥xf4 ¦xd4 37.£c2 ¦d5
nal, resolviendo la partida obligadamente 38.¥d2 £d8 39.¥c3.
en el medio juego, rebaja sustancialmente Comparemos la situación actual con el
la clase de juego del ajedrecista. El saber ju- diagrama anterior. Los cambios son noto-
gar bien un final hace el arte del conductor rios. Ni rastro quedó de la superioridad de
más amplio y es indispensable para el logro las negras.
de éxitos prácticos.

Ahora las blancas tienen la suprema-


Este diagrama es un fragmento de una cía. Después del cambio del peón d4 por el
partida entre Marshall y Nimzovich (Nue- peón f4 entró en juego el alfil; éste es clara-
va York, 1927) es un buen ejemplo de lo mente superior al caballo negro, y las blan-
que trae aparejado un empecinado des- cas amenazan atacar el punto g7 o avanzar
precio del final, aun en el juego a nivel de su peón h a h4 y h5. El cambio que ocurrió
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en la situación tiene una sola explicación:
las negras rehusaron sin motivo alguno pa-
sar al final.
Lamentablemente aún existe la opinión
de que el final es una parte poco interesan-
te de la partida y se presta a memorización
mecánica. Por ahora hacemos notar que tal
aseveración es completamente injusta. Más
adelante tendremos varias oportunidades
de convencernos de que las posiciones del
final ofrecen al ajedrecista un amplio cam-
po para manifestar su capacidad creativa.
Entonces ¿en qué forma hay que es-
tudiar el final? Claro es que el ajedrecista
debe conocer los métodos de conducción Sin embargo, Gurguenidze conocía
del juego, ya estudiados en la teoría y en la dos posiciones exactas, imprescindibles en
práctica del final. El conocimiento de los dicho caso:
métodos de juego en las posiciones típicas 1) caso
y frecuentes permite al ajedrecista apreciar
con mayor exactitud los finales que surgen
en sus propias partidas.
Hay que separar en dos grupos las po-
siciones típicas del final. Dichos grupos
son: las posiciones exactas y las proble-
máticas. En las primeras se conoce con
anticipación el resultado de la partida y es-
tán definidas las mejores posibilidades de
juego para alcanzar en forma más rápida y
eficaz tal resultado. El estudio de las posi- Las blancas no pueden obligar al rey
ciones exactas es imprescindible para una contrario a salir de su rincón, por la posi-
correcta apreciación de los más diversos fi- ción de tablas.
nales, ya que permite al ajedrecista fijar con 2) caso
mayores fundamentos la meta para accio-
nes futuras y prever las amenazas. Las po-
siciones exactas actúan a manera de guías,
permitiendo al ajedrecista orientarse me-
jor en la planificación del juego.
A continuación, tenemos la posición
de un encuentro entre Smyslov y Gurgue-
nidze (Tbilisi, 1967). A primera vista pare-
ce que las negras no tienen salvación. (ju-
gada 83)
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Otra vez resulta tablas, ya que las blan- negras no pueden esperar: 8...¦g2 9.¢g5
cas no tienen la posibilidad de avanzar su ¦g1+ 10.¦g4 y ganan. Se recomienda al
peón a la casilla g7. Dichos puntos de re- lector prestar atención a la acción de la to-
ferencia permitieron a Gurguenidze hallar rre blanca, que aparta al rey negro y cubre
un camino hacia tablas. En la partida si- al propio rey de los jaques.
guió: De esta manera, las posiciones exactas
83. ... ¤h5 84.¢f5 ¤g3+ 85.¢g6 ¤e4 son las bases ya conocidas y probadas de la
86.¢h6 ¤xg5; tablas, ya que el rey negro teoría del ajedrez. Es grande la cantidad de
pasa sin problemas a la casilla b8. posiciones exactas de final, y crece sin ce-
En los finales de torres, por ejemplo, sar; lo desconocido se somete a análisis, se
es muy importante conocer la posición en encuentran caminos seguros para la con-
que el rey del bando más débil está aparta- clusión del juego y cada vez más posicio-
do de la trayectoria del peón enemigo. nes se incorporan a la categoría de las ya
estudiadas.
Las posiciones exactas son como un
abecedario sui generis del final: es impres-
cindible su conocimiento, como ya dijimos
anteriormente, para orientarse correcta-
mente en el juego sobre el tablero.
Se podrían citar todavía muchos ejem-
plos del campo de las posiciones exactas,
útiles para un ajedrecista principiante.
Pero deliberadamente no nos detendremos
a analizarlas. Alguna de ellas conocerá el
lector a medida que avance en la lectura, y
para un estudio más sistemático de las po-
siciones exactas puede utilizar cualquiera
Las blancas ganan de manera aleccio- de los manuales existentes.
nadora. Por empezar, avanzan al máximo El propósito del presente trabajo es
su peón: 1.¢h7 ¦h2+ 2.¢g8 ¦g2 3.g7 algo diferente; el autor trata antes que nada
¦h2. Después, el rey negro es apartado más de exponer los principios básicos del juego
aún: 4.¦e1+ ¢d7 (4...¢f6 5.¢f8). Ahora en el final, suponiendo que para el desarro-
queda por sacar al rey del camino del peón. llo de Ja capacidad creativa del ajedrecista
Sin embargo, el movimiento rectilíneo del es más importante familiarizarlo con los
rey no conduce a nada: 5.¢f7 ¦f2+ 6.¢g6 métodos.
¦g2+ 7.¢f6 ¦f2+ 8.¢e5 ¦g2! y el rey debe La mayoría de los finales no se pueden
volver. La maniobra ganadora aquí es la lla- ubicar entre las posiciones exactas; son si-
mada «construcción de puente», y se lleva tuaciones problemáticas.
a cabo de la siguiente manera: 5.¦e4! ¦h1 En estas últimas no existen caminos
6.¢f7 ¦f1+ 7.¢g6 ¦g1+ 8.¢h6. Ame- suficientemente definidos y obligados ha-
naza 9.¦e5 y 10.¦g5, con recubrimiento, cia la conclusión de la partida. La tarea del
o si no 9.¦h4 y 10.¢h7. Por lo tanto, las ajedrecista en tales posiciones consiste en
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llevar el juego a las posiciones ya conoci-
das, o sea a las exactas. A veces ello se logra
en forma casi forzada, como, por ejemplo,
en el final recientemente analizado de la
partida entre Smyslov y Gurguenidze. Pero
en la mayoría de los casos es imposible un
paso claro de la posición problemática a
la exacta en forma inmediata. La elección
del plan correcto es facilitada aquí por el
conocimiento de las reglas comunes del fi-
nal. Las leyes del final son el resultado de
la generalización de una cantidad enorme
de ejemplos de la práctica y de análisis teó-
ricos. El conocimiento de estos principios
básicos permite juzgar más objetivamente
los pros y los contras en cada uno de los
finales con problemas.
Pero no hay que olvidar que los princi-
pios generales del final no son un dogma y
no pueden ofrecer una característica con-
cluyente de cada posición problemática.
Ellos son nada más que puntos de orienta-
ción utilizados por el ajedrecista en el aná-
lisis concreto.
Entre las más importantes normas del
final, podemos considerar el «zugzwang» y
la distribución de peones libres y del rey.
Tales momentos tienen, a nuestro juicio,
un significado definido en cada uno de los
diferentes tipos de final: final de peones, de
caballos, de alfiles, etcétera. Es por eso que
en el presente libro el autor rehusó expo-
ner el material en la forma tradicional, de
acuerdo con los tipos indicados de los fina-
les, y en cambio intentó mostrar, antes que
nada, las particularidades de revelación de
características principales de dicha etapa
de la partida.

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Capítulo II

«ZUGZWANG»

El contenido de la lucha, en la mayo- Tenemos aquí la posición de una par-


ría de las posiciones del final, es determi- tida entre Foltys y MakareJauk (Varsovia,
nado por la aplicación del «zugzwang». 1949). Después de 1.¢e4! las negras se en-
Cada una de las partes trata de colocar a contraron en «zugzwang». Realmente, no
su adversario en posición de «zugzwang», tienen a su disposición una sola jugada que
eludiéndola a su vez, a toda costa. impida a las blancas abandonar la casilla a8
¿Cuál es la situación ajedrecística que con jaque y forzar de esta manera el paso
define dicho término? Consultamos para de su peón a la octava línea.
ello el «Diccionario de Ajedrez», que dice El ejemplo es claro, y la posición defi-
lo siguiente: «Zug-zwang es la posición nitiva tiene un aspecto bastante impresio-
en que uno de los contrincantes o ambos nante. Pero involuntariamente aquí surge
(«zugzwang» recíproco) no tienen jugadas una pregunta: si el «zugzwang» es un medio
útiles, y cualquiera que se haga empeora de lucha tan importante y eficaz, entonces
la situación». En dicha definición está ¿qué le ofrece al ajedrecista la definición
subrayada la idea de que en la situación de arriba mencionada? ¿Únicamente la com-
«zugzwang» se carece de jugadas útiles que probación de lo ya realizado en el tablero?
respondan a las exigencias de la posición. Es natural que un diagnóstico tar-
Aceptando por ahora dicha asevera- dío, aunque justo, no satisfaga plenamen-
ción, analicemos los casos concretos de te al ajedrecista práctico. El mismo quiere
surgimiento de «zugzwang». aprender cómo aprovechar el «zugzwang»
en la lucha en el tablero, y prever su apari-
ción. Dicho de otra manera, el ajedrecista
quiere conocer recetas más generalizadas y
no la revisión de todas las jugadas posibles,
para llegar a la conclusión de que ellas no
tienen ninguna utilidad y por eso el «zu-
gzwang» es inevitable.
Volvamos a la posición recién analiza-
da y tratemos de aclarar con más detalles
las circunstancias que condujeron a la si-
tuación de «zugzwang». Un análisis simple
y lógico muestra que las piezas negras ca-
recen completamente de espacio y movi-
lidad. Entonces descubrimos dos factores:
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espacio y movilidad, que influyeron en la lucha (paso del peón libre a a8, ganancia
aparición de la posición de «zugzwang». de material, amenazas de mate, defensas de
Tratemos ahora de analizar con más las mismas, etc.).
atención los factores indicados. A primera 2. Determinación del sector del tablero
vista pretextar falta de espacio no es aquí en que se realizan los fines de la lucha.
muy convincente, ya que el tablero está 3. Limitación de movilidad de las pie-
prácticamente vacío. Sin embargo, si pro- zas del adversario.
fundizamos el análisis veremos que el fac- 4. Alejamiento de ellas de los puntos
tor principal de la lucha es el peón blanco. claves.
El mismo puede coronar únicamente al ser En concordancia con dicho esquema,
retirada la torre de a8. Para impedirlo, las es posible la siguiente definición: «zu-
negras se ven obligadas a mantener su to- gzwang» es la posición en que las piezas
rre inmóvil en f7 y esconder su rey detrás de uno de los bandos son desalojadas del
de ella. Y es por ello que el espacio de que sector decisivo del tablero y carecen de
disponen las negras no es todo el table- jugadas útiles.
ro, sino una franja estrecha —la columna Es posible que la siguiente definición
f— para pasear con su rey a lo largo de la transmita con mayor exactitud el signifi-
misma. Los puntos claves son aquí f6 y f5. cado de dicho término. En alemán, «Zu-
Poseyéndolos, las negras mantienen la de- gzwang» es la conjunción de dos palabras:
fensa y perecen al abandonarlos. «Zug», jugada, y Zwang», restricción, coac-
Por eso, al hablar del espacio en un fi- ción, violencia, apremio, opresión.
nal, habría que considerar, no las líneas y Veamos otro ejemplo:
casillas en general, sino el sector del tablero
donde se desarrolla la batalla principal y se R. Skuja
define el resultado de la partida. Las casi-
llas en dicho sector de lucha se denominan
«claves», y el resultado del juego depende
de la posesión de las mismas.
Tampoco la movilidad de las piezas
tiene que entenderse como una expresión
abstracta; debe ser apreciada de acuerdo
con la manera en que tal o cual pieza parti-
cipa o puede participar en la lucha por los
puntos claves. En el ejemplo visto, la mo-
vilidad de las piezas negras estaba comple-
tamente limitada, y las mismas se encon-
traban impedidas de asegurar a su rey el
espacio en la columna f.
De esta manera, el juego en busca del Tablas
«zugzwang» se desarrolla aproximadamen-
te según el esquema siguiente: La solución del estudio es la siguien-
1. Revelación del principal factor de te: 1.¢f5 ¢g7 2.e7 ¢f7 3.e8=£+ ¢xe8
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4.¢e6! «Zugzwang». El rey negro es des- lucha por la expulsión del rey del espacio
alojado de la casilla e8, desde la cual pudo vital del tablero.
haber acudido en ayuda de uno de sus peo-
nes. Después de 4...¢d8; 5.¢xd6 o 4...¢f8
5.¢xf6, y tablas. También conducen a ta-
blas 4...f5; y 4...d5. Por ejemplo, 4...f5;
5.¢xf5 ¢d7 6.¢e4 ¢c6 7.¢d4, y resultó
la conocida (en teoría) posición de tablas.
Lleva a la derrota 4.¢xf6 (en lugar de
4.¢e6!) por 4. ... ¢d7 5.¢f5 ¢c6 6.¢e4
¢c5 7.¢d3 ¢d5; y surge una posición
«exacta» en que las negras tienen la victo-
ria asegurada.
Nos detuvimos en el análisis de dicha
posición para comprender el significado
del término «zugzwang recíproco», men-
cionado al principio del capítulo. En la Contemplemos la posición de una par-
posición después de 4.¢e6! todo depen- tida entre Krogius y Shamkovich (Lenin-
de del turno de la jugada. Como ya hemos grado, 1955). No es difícil establecer que
comprobado, al jugar las negras la parti- el resultado de la lucha dependerá de si las
da termina en tablas. Si hubieran jugado blancas capturarán el peón contrario, con-
las blancas, habrían caído en «zugzwang», servando el propio. De aquí se deduce que
perdiendo la partida. Por ejemplo: 1.¢xf6 el espacio a lo largo de la vertical b2-b7 es
¢d7 2.¢f5, etcétera, como habíamos vis- decisivo. Pero ¿cómo aprovechar en forma
to anteriormente. La posición en que tener práctica tales consideraciones?
que hacer la jugada es una desventaja para Si 1.¢b6, sigue 1...¢e5 2.¢xb7 ¢d5;
cualquiera de las partes, se denomina posi- y el rey negro alcanza a capturar el peón.
ción de «zugzwang recíproco». El conoci- Por ello surge la idea de avanzar primero
miento de casos semejantes es importante el peón. Pero después de 1.b4 ¢e6! 2.b5
para el ajedrecista, ya que exige del mismo ¢d7; o 2.¢b6 ¢d5; tampoco se llega a
minuciosidad y cálculo concreto, y enseña ningún resultado, ya que el rey negro des-
a dedicar especial atención al factor tiem- barata los planes de las blancas. Por eso es
po. indispensable limitar la movilidad del rey
Veamos algunos ejemplos del juego negro y apartarlo de la columna b.
por «zugzwang» en diversos aspectos del Ahora surge fácilmente la maniobra
final. ganadora 1.¢d5, después de la cual las ne-
gras caen en «zugzwang». A 1. ... b5; o 1.
FINALES DE PEONES ... b6; decide 2.b4 y 3.¢c6. En la partida
siguió: 1...¢f6 2.¢d6! ¢f5 3.b4 ¢e4 4.b5
En los finales de peones, el juego por ¢d4 5.b6, y las negras abandonaron.
«zugzwang» está relacionado con la limita- En este ejemplo, al jugar por «zu-
ción de movilidad del rey enemigo. Aquí se gzwang», las blancas aprovecharon la regla
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de la oposición. Hay que hacer notar que Por eso hay que prestar especial atención a
los principios del final: oposición, puntos cada movida de peón en un final, y sobre
de correspondencia, regla del «triángulo» y todo en un final de peones. Traten de no
otros, son métodos que ayudan a alcanzar la hacer ni una sola jugada de peón sin tener
posición de «zugswang». Su conocimiento un claro concepto de su finalidad.
es muy útil. Analicemos un ejemplo más complica-
Estudiemos ahora la posición de una do:
partida entre Bondarevsky y Gligoric (Es- R. Bianchetti
tocolmo, 1948).

Juegan las blancas y ganan


Las negras se encuentran en «zu-
gzwang» y su posición es crítica. Si 1. ... 1.¢a2! ¢h7 2.¢b2 ¢g7 3.¢b3 ¢g8
¢d7 2.g4! ¢e7; sigue 3.c6 bxc6+ 4.¢xc6 4.¢c3 ¢f8 5.¢c4 ¢f7 6.¢d4! Las negras
y ganan, y en el caso de 2...¢c7 sigue con se encuentran en «zugzwang» y las blancas
3.¢e6 ¢c6 4.¢f7 ¢xc5 5.¢xg7 b5 6.axb6 ganan: 6. ... ¢e7 7.¢e3 o 6...¢g7 7.¢c5.
¢xb6 7.g5, y las blancas coronan rápida- Las primeras jugadas son difíciles de
mente un peón. comprender. Tratemos de analizarlas para
Deseamos recalcar el hecho de que las lo cual es imprescindible volver a la posi-
blancas disponen de una jugada «de reser- ción creada después de 6.¢d4.
va» que es la que decide la suerte de la par- Si debieran jugar las blancas, el rey no
tida. Si en la posición del diagrama el peón podría irrumpir a través de los puntos de
ya estuviera en g4, las blancas se hallarían invasión d6 o f4. Por ejemplo: 7.¢e3 ¢g6
en «zugzwang» y su posición sería perde- 8.¢f4 ¢h5; o 7.¢c5 ¢e7; quiere decir que
dora (1...¢d7 2.¢c4 ¢c6 4.¢b4 ¢d5). la posición de los reyes en d4 (blancas) y f7
En los finales de peones cuando el «zu- (negras) no conviene a la parte que ha de
gzwang» es a menudo definido por el turno jugar. Por lo tanto, es natural que las blan-
de la jugada con la oposición de los reyes, cas traten de lograr dicha posición, aprove-
la posibilidad de ganar tiempo moviendo chando la jugada del contrario. Pero ¿cómo
los peones tiene una enorme importancia. hacerlo y alcanzar la casilla d4 en el mo-
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
mento preciso? Veremos dónde tiene que que generalmente se transforma, durante
estar colocado el rey negro al encontrarse el juego por «zugzwang», en una contra-
el rey blanco en otras casillas: posición inmediata de los reyes (oposición
1) Si el rey blanco está en la casilla e3, cercana).
no es difícil ver que, correspondiéndoles En el ejemplo analizado tuvimos la
jugar a las blancas, el rey negro tiene que oportunidad de notar que la correspon-
estar en g6, para poder responder a ¢f4 dencia de las casillas puede ser útil e in-
con ¢h5, y a ¢d4 con ¢f7. útil a la vez. Es posible volcar a su favor la
2) Si el rey blanco está en d3, el negro correspondencia mediante el movimiento
tiene que estar en g7. del rey según el llamado «triángulo», que
3) Si el blanco está en c3, el rey ne- permite perder una jugada. La esencia de
gro tiene que estar únicamente en g8. Por dicha regla consiste en lo siguiente: para
ejemplo: 1.¢d4, ¢f7!; o 1.¢d3, ¢g7; o poder pasar el turno de jugar, el rey de la
1.¢c4 ¢f8. parte más fuerte aprovecha para su tras-
Continuando el análisis de tal manera, lado aquella casilla vecina que no tiene su
veremos que a la posición del rey blanco en correspondiente en el campo de movili-
c4 le corresponde la posición del rey negro dad del rey enemigo.
en f8, a la c5-e7; a la b3-g7; a la b2 – h7; a En el estudio de Bianchetti tal regla fue
b1 – g8. llevada a cabo gracias a la jugada 1.¢a2!,
Ahora se torna comprensible la prime- es decir, que las blancas colocaron su rey en
ra jugada del estudio 1.¢a2!, ya que las ne- la casilla que no tenía su correspondiente
gras no tienen un punto correspondiente al en el campamento de las negras. A la casilla
mismo y están obligadas a ocupar la casilla b2 el rey llegó según el «triángulo» a1 - a2
que se «reservaba» para el rey en el caso de - b2.
la jugada 1. ¢b2. En el ejemplo siguiente, la aplicación
El juego siguiente de las blancas está de la regla del «triángulo» crea inmediata-
basado en un único principio: ocupar mente el «zugzwang».
los puntos correspondientes, colocando O. NEDELKOVIC
cada vez al contrincante en posición «zu-
gzwang», ya que para las negras en estos
casos el tener que jugar es una pesada obli-
gación.
En este ejemplo, el «zugzwang» surgió
gracias a la utilización del método de pun-
tos correspondientes. El lector ya se habrá
dado cuenta de cuáles son dichos puntos.
Está claro que maniobrar en los puntos de
correspondencia tiene una importancia
primordial en la lucha por el sector deci-
sivo del espacio. En los finales de peones
los puntos de correspondencia representan
un aspecto peculiar de oposición lejana, la
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Se lucha por el peón de e4. No se lo Para conquistar el espacio decisivo en el
puede ganar en forma inmediata: rincón derecho del tablero y desalojar de
1.¢e3 ¢e5. No es difícil establecer allí al rey enemigo, se emplea una manio-
que a la situación del rey blanco en e3 le bra de estudio dirigida a la limitación de
corresponde la situación del rey negro en la movilidad de la única pieza activa de las
e5; al punto e2 le corresponde el punto d6; negras: su torre.
pero el punto d2 no tiene su «pareja» en 1.¦b7! ¦xb5 (jugada obligada; ahora
el campo de las negras. La solución es evi- el rey blanco está protegido de los jaques
dente: 1.¢d2 ¢e5 2.¢e3, y el peón de e4 desde «abajo» y el avance del peón torre
está perdido. se realiza sin inconvenientes); 2.¢g6 ¢f8
3.h6 ¦e5 4.¦b8+ y las negras abandona-
FINALES DE TORRES ron.
Para una labor activa de la torre es muy
En los finales de torres, el rey por lo ge- importante poseer líneas abiertas o semia-
neral no puede competir en agilidad con la biertas. Un significado especial alcanza di-
torre. El juego para «zugzwang» es iniciado cha circunstancia cuando sobre el tablero
en la mayoría de los casos por la torre co- existen muchos peones y, por lo tanto, po-
locada activamente, y el rey de la parte más cas verticales libres.
fuerte asesta el golpe decisivo.
Chejover v. Budo (Tbilisi, 1937)

Tenemos aquí la posición de una par-


tida entre Lovenfisch y Lisitsyn (Moscú, La supremacía está del lado de las ne-
1935). Las blancas pueden contar con la gras. Amenazan 1. ... ¦d4.
victoria únicamente gracias al movimien- Siguió 1.¦d2. Ahora la diferencia en la
to del peón torre. Otros planes no resultan: posición de las torres se hace muy notable.
el peón b5 está bajo el fuego enemigo, y la La torre blanca está atada por la defensa de
tentativa de crear amenazas inmediatas al peones, mientras la torre negra no sólo tie-
rey negro mediante la jugada 1.¢g6 no es ne bajo su fuego a los peones blancos, en
posible debido a 1. ... ¦g3+; 2.¢f6 ¦b3. el flanco dama, sino que también facilita
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el traslado de su rey al punto e5. El campo Ilivitzky v. Taimanov (Moscú, 1954)
principal de la futura lucha son las casillas
que rodean al peón blanco de d5.
1...¢e7 2.¢e3 ¢f6 3.f4.
Permitir al rey llegar a e5 significaría
sucumbir.
3. ... ¢f5 4.¢f3 h5 5.b3.
Si 5.h3, sigue 5. ... g5! 6.g4+ hxg4+
7.hxg4+ ¢f6; y uno de los peones blancos
perece. Por ejemplo: 8.f5 ¦f4+ 9.¢g3 ¢e5
10.¦e2+ ¦e4.
5...a5 6.¦d3.
Esto es, prácticamente, reconocer el
«zugzwang» que surge. Las blancas están
obligadas a esperar en forma pasiva accio-
nes decisivas del enemigo. La intención de Siguió 1.¦h2?
activar la torre por medio de 6.¦e2 no sal- Era indispensable 1.¦c6!, activando la
va debido a 6. ... a4 7.¦e7 ¢f6 8.¦d7 axb3 torre a costa del peón. Por ejemplo: 1. ...
9.¦xd6+ ¢e7. ¦xa2 2.h4 gxh4+ 3.¢xh4 ¦a3 4.¢g3 a5
6...a4! 7.bxa4 ¦xa4 8.a3 g5! 9.fxg5 5.¦a6, con excelentes probabilidades de ta-
¢xg5 (ahora el camino hacia el peón de d5 blas, ya que ahora es la torre negra la que
está libre). ocupa una posición pasiva delante de su
10.¢e2 ¢f5 11.¢d2 ¢e4 12.¢c2 c4 peón libre.
13.¦c3 ¢xd5; y las negras alcanzaron rá- 1...h5! 2.¦c2 h4+ 3.¢f2 a6 4.¦b2 ¦c3
pidamente la victoria. 5.¢g2 a5 6.¦f2 ¦a3 7.¢f1 ¢f7.
La culpa del «zugzwang» y de la derro- El rey se dirige hacia f4. Las blancas
ta de las blancas fue principalmente de su están en «zugzwang». Aparentemente hay
torre pasiva, que hacía el papel de centinela muchas jugadas, pero ellas no pueden im-
del peón de d5. pedir la decisiva penetración del rey negro.
En los finales de torres, el sacrificio de El sacrificio del peón no ayuda.
peón para activar la torre permite a me- 8.f4 gxf4 9.¦xf4 ¢g6 10.¦f2 ¦xh3.
nudo obtener más probabilidades para Las blancas abandonaron.
una defensa exitosa que la táctica de la es- En este final las blancas fueron castiga-
pera pasiva, que casi siempre lleva a «zu- das por su voluntaria pasividad.
gzwang».
También en el siguiente ejemplo es no- FINALES DE PIEZAS MENORES
toria la diferencia en la colocación de las
torres. La blanca solamente vigila el peón El juego por «zugzwang» en los finales
de a2, mientras que la negra no sólo ata to- de piezas menores tiene sus particularida-
das las fuerzas del enemigo, sino que, ade- des. En comparación con los finales de to-
más, apoya el avance que prepara el rey. rres, es más notorio el papel desempeñado
por el rey, que crece desde el principio mis-
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mo del juego por «zugzwang». Además, se del rey blanco a través de la casilla c5 o e5
aplican otros métodos técnicos para limi- al campamento enemigo. Por ahora el rey
tar la movilidad de las piezas del enemigo. negro controla dichos puntos claves, pero
La columna abierta, por supuesto, pierde no puede moverse del lugar. Ya que el alfil
aquí su significado, pero los siguientes fac- negro aún puede jugar, el propósito de las
tores que caracterizan la interacción entre blancas consiste en limitar su movilidad.
los peones y el alfil o el caballo, alcanzan Ello se puede lograr provocando la manio-
mayor preponderancia: la distribución de bra ¥d7 y respondiendo a la misma con
peones sobre las casillas de un color deter- ¥d3. Además, existe otra forma de jugar
minado, puntos de apoyo para el caballo, por «zugzwang», que consiste en el cambio
etcétera. del peón a3 por el de b5 y la penetración
Sin embargo, tampoco en los finales del alfil en la retaguardia enemiga.
de piezas menores la esencia del juego por
«zugzwang» cambia en sus principios. La
limitación de la movilidad y desalojo del
enemigo de los puntos claves siguen siendo
problemas básicos de lucha.
En el final con alfiles del mismo color,
un significado ponderable tiene la distri-
bución de peones. Si los colocados en las
casillas del mismo color que aquellas por
las que juega el alfil, entonces en la mayo-
ría de los casos se puede esperar un pronto
surgimiento de la situación de «zugzwang».
El alfil en semejantes posiciones disminuye
considerablemente su movilidad, porque
los propios peones le estorban y a menudo El camino hacia la victoria es muy ins-
lo convierten en un «peón grande» que se tructivo: 1.h4!
diferencia poco del común. Además, el rey También es posible 1.h3, lo que después
enemigo tiene la posibilidad de irrumpir a de 1. ... ¥d7 2.h4 ¥c6; conduce al mismo
lo largo de las casillas de distinto color, ya resultado. Las negras no pueden jugar 1...
que las mismas pueden ser defendidas úni- gxh3 por 2.¥xh3 ¥d7 3.¥g2 ¥e6 (malo es
camente por el rey, y el alfil no lo ayuda en 3. ... ¥c6; por 4. ¥f3!); 4.¥f1 ¥d7 5.¥d3,
nada. y surge la misma posición de «zugzwang»
Contemplemos la siguiente posición comentada anteriormente.
de D. Baxter. 1...¥e8 2.¥e2 ¥c6.
(Véase el diagrama siguiente) Como no es difícil observar, las negras
Todas las características del alfil “malo” realizan jugadas únicas. La casilla d7 estaba
son evidentes aquí. El alfil negro está limi- prohibida para ellas, circunstancialmente.
tado por los propios peones y cumple úni- 3.¥d1 ¥d7.
camente una función defensiva. El resulta- Ahora es obligado. Malo es 3...¥e8;
do de la lucha depende de la penetración por 4.¥c2 ¥d7 5.¥d3, o 4...¥g6 5.¥d3.
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4.¥b3 ¥e6 5.¥c2 ¥c8 6.a4! bxa4 la amenaza f5 – f4 – f3.
Si 6...b4, entonces 7.a5 ¥e6 8.¥a4 ¥c8 Por consiguiente, quedan jugadas de
9.¥e8. peones, pero su reserva no es muy grande.
7.¥xa4. Es instructiva la variante: 1.b3 ¥e7 2.a4
El «zugzwang» está realizado. La posi- ¥c5; y las dificultades de las blancas no
ción de las negras es desesperante. disminuyen.
7. ... ¥e6 8.¥e8 ¥g8 9.¥xh5, y ganan Siguió 1.a3 ¥d6 2.b4 f4 3.f3 ¢d4.
las blancas. Las negras amenazan atar aún más las
En los finales en que el alfil lucha con- fuerzas del enemigo mediante el avance e3.
tra el caballo, la limitada movilidad de una Por eso hay que hacer el cambio:
de las piezas también es premisa para la 4.fxe4 ¢xe4 5.¤e1 ¢d4
creación del «zugzwang». El bando posee- Las blancas están indefensas contra la
dor del caballo por lo general cae en «zu- marcha del rey negro hacia el ala dama.
gzwang» en las posiciones de tipo abierto, Después de 6.¢d2 ¢c4 7.¢c2 ¥b8 8.¤f3
especialmente en la lucha en ambos flan- ¥a7 9.¤g5 ¥b6 10.¤f3 ¥f2; las blancas se
cos y con existencia de peones pasados. encuentran en «zugzwang» y están obliga-
König v. Smyslov (match por radio das a dejar avanzar aún más al rey negro.
U.R.S.S. - Inglaterra, 1946). 6.¢f3 ¢c4 7.¢e4 ¢b3 8.¤d3 ¢xa3
9.¤c5 ¢xb4. Las blancas se rindieron.
Después de 10.¤xa6+ ¢b5; el caballo
blanco está preso. A las blancas siempre les
molestó la muy limitada movilidad de su
caballo.
Un método característico de creación
de «zugzwang» es la exclusión del juego del
caballo, colocado en el borde del tablero.

La lucha se lleva a cabo en un amplio


sector del tablero y la superioridad del alfil
sobre el caballo es evidente. Este no puede
pasar en forma rápida al otro flanco, ade-
más de estar atado por la defensa del peón
h4. A primera vista parece que las blancas
disponen de muchas jugadas, pero en rea-
lidad están en «zugzwang». El caballo debe
defender al peón y el rey tiene que estar co- Un encuentro entre Belavenetz e Il-
locado en e2 para poder contestar con f3 a jin-Zhenevsky (Tbilisi, 1937) siguió de
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esta manera: 1.d5! ¦xa4. Ivashin v. Konstantinov (Gorki, 1946)
Las negras, naturalmente, no querían
dejar al enemigo un peón pasado. Pero es
posible que una defensa mejor ofreciera
1...¤xd5.
2.¦xa4 ¤xa4 3.¥d4!
La idea de las blancas consiste en que
después de 3...exd5 4.¢g3 ¢g6 5.¢f4,
las negras están en «zugzwang», debido al
«arresto» del caballo, y pierden rápidamen-
te. Malo es también 3...e5 por 4.d6.
3. ... ¢g7 4.d6 ¢f8 5.¥xf6.
Como resultado de la operación de
«zugzwang», las blancas lograron un final
ganador. Ahora decide la proximidad del
rey. Después siguió: Los peones de e5 y f4 están situados en
5. ... ¤b6 6.¢g3 ¤d7 7.¥b2 ¢g8 forma poco feliz. Aprovechando dicha si-
8.¢g4 ¢h7 9.¢h5 ¤f8 10.g4 ¤d7 11.g5 tuación, las piezas negras penetran enton-
hxg5 12.¢xg5 ¢g8 13.¥d4 ¢h7 14.h4 ces por las casillas blancas.
¤f8 15.¢f6, y las negras abandonaron. 1...b5 2.cxb5+ ¢xb5 3.h3 a6 4.g4
Para recordar, es útil remarcar que el hxg4 5.hxg4 ¤b6 6.¥d6 a5 7.¥f8 a4 8.a3.
alfil aisló al caballo, colocándose a dos Esta jugada es obligada de cualquier
casillas del mismo en línea recta. Es una manera, ya que se relaciona con la amena-
ubicación típicamente útil del alfil con res- za 8...¤d5 y ¤b4. Ahora el plan de las ne-
pecto al caballo. Hay que hacer notar que gras consiste en el desalojo del rey blanco
la teoría enseña muchas reglas semejan- desde el centro.
tes, basadas en el aprovechamiento de los 8. ... ¢c6!
motivos geométricos. Por ejemplo, la torre El traslado del caballo a c6 no po-
por lo general puede luchar con mayor éxi- día efectuarse directamente. Por ejemplo:
to contra el caballo si están ambos coloca- 8...¤d7 9.¥d6; 9. A6D, u 8...¤c8? 9.¥c5.
dos en la misma diagonal. La jugada del rey coloca a las blancas en
El bando poseedor del alfil cae en «zu- «zugzwang». Malo es 9.¢e4, por la con-
gzwang» con mayor frecuencia debido a la tinuación 9. ... ¤d5 10.¥d6 ¢b5 y ¢c4;
mala disposición de sus peones en la ruta o 9.¢c3, por 9. ... ¤d5+ 10.¢c4 ¤xf4
de desplazamiento del alfil. Los peones co- 11.¢b4 ¤d3+ y ¤xe5.
9.¥b4 ¤d5 10.¥d2 ¢b5 11.f5 gxf5
locados sobre las casillas del mismo color,
12.gxf5 ¤e7.
no sólo limitan la maniobrabilidad del alfil,
Los cambios no mejoran la posición de
sino que a su vez facilitan a las piezas con-
las blancas, al quedar débiles los peones en
trarias penetrar a lo largo de las casillas de
e5 y a3.
distinto color.
13.fxe6 fxe6 14.¥c3 ¤c6+ 15.¢e4
¢c4 16.¥d2 ¤d8!
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
El caballo es trasladado a c5 de las pasarán.
negras para poder apartar aún más al rey 2.¤f4 b5 3.¤h3 ¤c6+
blanco. Apresurado sería 16...¢b3 17.¥c1 Se creó el «zugzwang», y decide la
¢c2 18.¥h6 ¢b2 19.¥f8. irrupción del rey negro. A 4.¢c3 sigue 4.
17.¥b4 ¤b7 18.¥f8 ¤c5+ 19.¢e3. ... ¢e5.
El final de peones es, por supuesto, 4.¢e3 ¢c5 5.¢d3 b4 6.axb4+ ¢xb4
desesperante para las blancas. 7.¢c2 ¤d4+ 8.¢b1 ¤e6 9.¢a2 ¢c4
19. ... ¢d5 20.¢d2 ¤d7 21.¥g7 ¢c4! 10.¢a3 ¢d4 11.¢xa4 ¢xe4 12.b4 ¢f3
Si 21...¤xe5 22.¢c3, con contrachan- 13.b5 ¢g2
ces para las blancas. Más importante es Las blancas abandonaron. Después de
capturar el peón a3. Creando poco a poco 14.¤f4+ ¤xf4 15.b6 ¤e6 16.¢b5 ¤d8!,
el «zugzwang», las negras logran el fin pro- la victoria es evidente.
puesto. Botvinnik v. Bronstein (Moscú, 1951)
22.¢c2 ¤b6 23.¢b2 ¢d3 24.¢a2
¢c2 25.¥f6 ¤c4 26.¥g7 ¤d2 27.¥f8
¤e4 28.¥b4 ¤c3+ 29.¢a1 ¢b3 30.¥d6
¤b5. Las blancas abandonaron.
El contenido de la lucha en los fina-
les de caballos y peones es muy parecido.
También aquí el rey activo, en la mayoría
de los casos, es creador del «zugzwang».
Importancia especial asumen también los
peones pasados alejados, ya que el caballo
es una pieza lenta.
Lasker v. Nimzovich (Zurich, 1934)

En la lucha de dos alfiles contra caballo


y alfil, o contra dos caballos, a menudo sur-
gen situaciones de «zugzwang», gracias a la
capacidad de la pareja de alfiles de contro-
lar un considerable espacio en el tablero.
No obstante tener un peón más, la si-
tuación de las negras es grave, debido a
que no tienen jugadas útiles. Los dos alfiles
blancos, de gran alcance, casi no dejan mo-
verse a los caballos. A 1...¤ab4 Botvinnik
indica la siguiente variante: 2.¥e5+ ¢g6
3.¥d6 ¤a6 4.exd5 exd5 5.¥a2, con ga-
1...b6! nancia del peón dama. De esta manera las
Es inferior 1...b5 en vista de 2.¤f4 negras están obligadas a cambiar un par de
¤c6+ 3.¢c3 ¢c5 4.¤e6+ y las negras no peones, lo que aumenta aún más el radio
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de acción de los alfiles. La distribución pasiva de los alfiles
1...fxe4 2.fxe4 h6 3.¥f4 h5 4.exd5 blancos se agrava aún más debido a los
exd5 5.h4 ¤ab8 6.¥g5+ ¢f7 7.¥f5! peones doblados en la columna f. Las blan-
Se entró en «zugzwang». El rey ne- cas se encuentran prácticamente en «zu-
gro no puede moverse debido a la pérdida gzwang», a merced de las acciones del ene-
del peón. A 7...¤e7 decide 8.¥h3! ¤bc6 migo. Decide el ataque de las piezas negras
9.¥g2 ¢g6 10.¥xe7 ¤xe7 11.¢b4 ¤c6+ en el ala del rey.
12.¢b5 ¤xd4+ 13.¢xb6, y el peón a4 1.¥d1 ¤f4 2.¥c2 f6 3.¢f1 ¢f7 4.¥d1
debe coronar (indicado por Botvinnik). ¢g6 5.¥c2 ¢g5 6.¥b1 ¢h4 7.¥c2 ¢h3
7. ... ¤a7 8.¥f4 ¤bc6 9.¥d3 ¤c8 8.¢g1 h6 9.¥b1 h5 10.¥c2 ¤d3 11.¢f1
10.¥e2 ¢g6 11.¥f3 ¤6e7 12.¥g5. ¢xh2 12.¢e2 ¢g2; y las blancas abando-
Otra vez «zugzwang», que hace deses- naron.
perante la lucha futura. Ahora se pierde el Krogius v. Ravinsky
peón dama negro. Por ejemplo: 12. ... ¤c6 (Leningrado, 1957)
13.¥xd5 ¤d6 14.¥f3 b5 15.¥xc6 bxc6
16.a5, o 14...¤f5 15.¥e4 ¤xd4 16.¥e3.
Las negras abandonaron.
En este final, jugado en forma clásica
por Botvinnik, es útil prestar atención al
mecanismo de creación del «zugzwang»:
la acción excepcionalmente coordinada de
los dos alfiles blancos.
En forma comparativamente menos
frecuente se encuentran posiciones en que
entran en «zugzwang» los dos alfiles. Ello
ocurre generalmente en presencia de cade-
nas de peones bloqueados.
Kliavins v. Ragozin (Riga, 1952)
En los finales complejos es más difícil
colocar al enemigo en posición de «zu-
gzwang». A veces ello se logra aprovechan-
do una ligazón prolongada de las piezas
contrarias.
Las piezas negras están clavadas a lo
largo de la última línea. Se podría aprove-
char la atadura si el caballo blanco tuviera
un punto de apoyo en el flanco rey. Persi-
guiendo tal fin, las blancas juegan 1.¤e2!,
colocando a las negras en posición de «zu-
gzwang». Amenazan 2.¤f4, seguido de
¤d3 y ¤b4, con ganancia del peón c6.
1. ... g5 2.¤g3!
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
Ahora el caballo obtiene el punto f5 y Quiero hacerle recordar al lector que
ata definitivamente a las negras. las leyes de la etapa final de una partida de
2. ... f6 3.¤f5 h5 4.h3 ajedrez no se pueden contemplar aislada-
Se pudo haber ganado el peón median- mente. En el arte ajedrecístico, ellas están
te 4.¦xc6 ¦xc6 5.¤e7+, pero el juego por interconectadas íntimamente, e inter con-
«zugzwang» promete más. dicionadas. Muy a menudo el «zugzwang»
4...g4 5.hxg4 hxg4 6.¢h2 ¢f7 7.¢g3 surge gracias al avance de los peones o a
¢g6 8.¤h4+, y las negras abandonaron. una disposición activa del rey, y a su vez
También están atadas las piezas negras la posición ventajosa del rey o la marcha
en la posición siguiente, de una partida en- decisiva del peón son garantizados gracias
tre Ragozin y Botvinnik (Moscú, 1945). al «zugzwang».

Ragozin pudo haber decidido el juego


a su favor en forma inmediata, mediante
el «zugzwang». Ganaba 1.cxb3 (en lugar
de 1.axb3, como se jugó en la partida),
1...¥b7 2.¥b8 a5 3.a4! Las negras están
en un completo «zugzwang».
A 3. ... g6 sigue 4.¥c4 ¢g7 5.¥e5+
¢g8 6.¦d7. Y si 3...c5 entonces, además
de 4.¥c4, es bueno también 4.¥c7 ¦xd8
5.¥xd8, y 6.¥xa5, con posición ganadora.

Los ejemplos vistos muestran la funda-


mental importancia del «zugzwang» para
la comprensión de particularidades del
juego en un final.
Ahora pasamos a examinar los siguien-
tes temas: el peón libre y la posición del rey.
-25-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros

Capítulo III

EL PEÓN LIBRE

EL PEON LIBRE En ese lapso, las blancas tratan de cap-


turar los peones enemigos en el flanco rey
En el final, el peón libre juega un pa- y ganar la partida con ayuda del peón ca-
pel distrayente o decisivo. En el primero ballo. No prospera el intento de las negras
de los casos su avance atrae a las fuerzas de crear un contrajuego mediante la rup-
enemigas, desde la principal zona de lucha, tura. La solución es la siguiente: 1.a5 ¢c5
y puede servir como causa de creación de (1...¢d5 2.¢b2 f5 3.gxf5 g4 4.a6 ¢c6 5.f6
«‘zugzwang». En el segundo, bloquear o g3 6.a7 ¢b7 7.f7 g2 8.a8=£+, y ganan);
eliminar el peón libre es imposible. El ban- 2.¢b2 f5 —única posibilidad de contra-
do defensor no siempre tiene posibilidades juego. Después de 2...¢b5 3.¢c3 ¢xa5
de entregar por él una pieza. 4.¢d4 ¢b6 5.¢e4! (con la jugada 5.¢d5?
Veamos las particularidades caracte- se les escapa la victoria debido a 5. ... f5!
rísticas de los peones en diversos finales. 6.gxf5 g4 7.¢e4 ¢c6); si 5...¢c7 6.¢f5
¢d7 7.¢xf6 ¢e8 8.¢xg5 ¢f7 9.¢h6,
FINALES DE PEONES las blancas ganan sin dificultad—; 3.gxf5
Las blancas tienen un peón libre, en g4 4.f6! ¢d6 5.a6 g3 6.f7 ¢e7 7.a7 g2
persecución del cual debe lanzarse el rey 8.f8=£+, y las blancas ganan. Es necesario
negro. señalar el papel de distracción que desem-
peñaron en forma alternativa los peones
libres de torre y alfil.

Manalu v. Averbach (Yakart 1956)


(Véase el diagrama siguiente)
Las negras tienen una perspectiva real
de crear un peón libre en el blanco dama.
Este peón distraerá al rey blanco, y al mis-
mo tiempo el rey negro podrá atacar a las
fuerzas indefensas del enemigo en el cen-
tro y en el flanco rey. La intención de las
blancas de crear su propio peón pasado en
el centro no aliviará su situación, ya que el
peón libre alejado de las negras es más pe-
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
ligroso. adoptado en la partida.
En el ejemplo analizado pudimos ver
que el papel distrayente lo cumple el peón,
y tanto mejor cuanto más alejado está del
centro.
Esta regla ilustra también el final de la
partida Lombardy v. Fischer (Nueva York,
1960).

1.¢c3 ¢e6 2.¢b4 a6 3.a4? Ahora la


lucha termina rápidamente: 3...¢d6 4.a5
¢c6 5.g4 fxg4 6.fxg4 g5! 7.h3 bxa5+
8.¢xa5 ¢b7 9.¢a4 ¢b6 10.¢b4 a5+
11.¢a4 ¢a6 12.¢a3 ¢b5 13.¢b3 a4+
14.¢a3 ¢a5 15.¢a2 ¢b4 16.¢b2 ¢c4.
La posición de las blancas es desesperante.
El peón a cumplió su misión. Las negras sacrifican calidad previen-
Como indica Averbach, sería más difí- do un ventajoso final de peones con un
cil para las negras resolver el problema en peón de ventaja alejado.
el caso de 3.h3! h5 4.h4. Pero en este caso 1...¦xc3+ 2.bxc3 ¦xe5+ 3.¢d2 ¦xe1
también se encuentra el camino hacia la 4.¢xe1 ¢d5 5.¢d2 ¢c4 6.h5 b6 7.¢c2
victoria de tipo estudio, basado en el po- g5! 8.h6 f4
der distrayente del peón pasado alejado de Las negras avanzan el peón lo más que
las negras: 4. ... ¢d6 5.¢a4 ¢c6 6.¢b4 b5 pueden, para que, después de los cambios
7.¢a5 ¢b7 8.¢b4 ¢b6 9.¢c3 a5 10.¢b3 que vendrán en el flanco dama y la marcha
¢c6 11.¢c3 ¢d6 12.¢c2 ¢e6 13.¢c3 planeada de su rey hacia f3, su peón alfil
¢f6 14.¢d3 g5 15.hxg5+ ¢xg5 16.e4 esté lo más cerca posible del punto de con-
dxe4+ 17.fxe4 f4; y deciden los dos peo- versión. Recomendamos al lector prestar
nes negros (peón b y peón f) después de a4 atención a tal sutileza técnica.
- a3. Si las blancas hubieran jugado 14.f4 9.g4 a5 10.bxa5 bxa5 11.¢b2 a4
impidiendo g5, el rey negro habría vuelto 12.¢a3 ¢xc3 13.¢xa4 ¢d4. Las blancas
al flanco dama y luego, estando el rey en abandonaron.
a6, habrían jugado a4!, y a ¢b4 moverían Ahora veremos las posiciones caracte-
¢b6, y luego ¢a5, b4+. A axb4+ proseguía rísticas en que se manifiesta el papel deci-
¢b5, y después de ganar el peón b obte- sivo del peón pasado.
nían la victoria por un método análogo al
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
«zugzwang» y deben sufrir pérdidas mate-
riales. Pero inesperadamente siguió: 1...f4!
2.exf4 (si 2.gxf4, entonces 2.........., P5T y
2. ... h4); 2...h4! 3.gxh4 g3 4.fxg3 e3; y
fue inevitable la aparición de la dama ne-
gra. Las blancas abandonaron. También es
hermosa esta variante: 2.¢b4 h4! 3.gxh4
g3 4.fxg3 f3; y el peón libre se convierte en
dama.
Wade v. Korchnoi
(Buenos Aires, 1960)

En esta posición de la partida Shclie-


lochiliu v. Maguergut (Saratov, 1954),
las negras ganaban siguiendo con 1...d2!
2.¢xd2 ¢e4 3.a4 (si 3.¢e2 a4!), 3...f6!
4.¢e2 f5. Ahora las blancas están en «zu-
gzwang» y se ven obligadas a dejar pasar
al rey enemigo. 5.¢d2 ¢f3 6.¢d3 f4 7.c4
¢g2 8.c5 f3 9.c6 f2 10.c7 f1=£+.
El peón libre se convirtió en un fac-
tor decisivo, debido a que el rey blanco fue
desplazado de su camino.
Las negras jugaron descuidadamente
Svazina v. Müller (Viena, 1931) 1...¢g5.
Era imprescindible 1...b5 2.axb5 b6!;
y la partida tiene que terminar en tablas,
ya que no existe ruptura. En cambio, ahora
las blancas crean un peón libre: 2.b5! ¢h5
(o 2...¢f6 3.¢g4 g5 4.¢h5, ganando los
peones g y h); 3.a5! bxa5 4.b6, y las negras
abandonaron.

(Véase el diagrama siguiente)


A primera vista, el peón c4 predetermi-
na la victoria de las negras. Parecería que
el mismo inevitablemente distraerá al rey
blanco, en tanto que las negras conquista-
rán todos los peones en el flanco rey. Pero
Aparentemente, las negras están en sucede que no todo está perdido.
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
débiles y separados. No obstante, la supe-
rioridad material, la posición de las negras
es desesperante, ya que las blancas captu-
ran sucesivamente los peones doblados y
luego se dirigen hacia el peón rey negro.
En el ejemplo dado vimos una defensa
directa del peón libre. Son conocidos tam-
bién los casos de una defensa recíproca in-
directa de los peones pasados.

1.f6 gxf6 2.f4 ¢d4 3.g5! fxg5 4.fxg5


¢e5 5.gxh6 ¢f6 6.¢c2 c3 7.¢xc3, y ga-
nan las blancas.
Llama la atención la original posición
de «zugzwang» creada por los extremos
peones blancos doblados. A las negras les
estorba su propio peón en f7; sin él, logra-
ban fácilmente tablas.
El peón libre da en muchos casos la
victoria si está apoyado por otro peón del Las blancas juegan 1.a4 h5 2.¢d2, y
mismo bando (peón pasado protegido). Es luego después se dirigen hacia los peones
típica la siguiente posición: negros para capturarlos. Los peones blan-
cos, en tanto, son invulnerables. La inten-
ción de tomar el peón a4 después de 2. ...
¢c5 3.¢e3 ¢b6; encuentra la siguiente
réplica: 4.c4! ¢a5 5.c5!, y nuevamente se
creó la posición de una segura defensa re-
cíproca.
Muchas veces factores decisivos en el
juego resultan los peones libres ligados. Al
hablar de sus cualidades hay que remarcar
que, como principio, ellos pueden crear
una situación de defensa recíproca direc-
ta, y además su avance «en bloque» es muy
difícil de detener. Los peones unidos, con
el apoyo del rey, crean a veces amenazas de
Los peones blancos son inexpugna- mate.
bles, al mismo tiempo que los negros están El rey blanco se encuentra fuera del
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
cuadrado de los peones negros, pero el par Las negras fuerzan el avance de los
de peones ligados en el centro resulta más peones mediante una serie de hermosos
fuerte. sacrificios:
1...¦xe5! 2.dxe5 £xe5 3.£xe5 ¥xe5
4.¦xg5+ ¢h7 5.¦gxe5 bxc3 6.¦c5.
Si 6.¦5e2, sigue 6. ... ¦a8, y luego ¦a1.
Ahora las negras tuvieron la oportunidad
de pasar a un final de torres ganado des-
pués de 6...c2 7.¦xc4 ¦d1 8.¦xc2 ¦xe1+,
pero eligieron una continuación más ele-
gante.
6...¦d1!! Las blancas abandonaron.
Después de 7.¦xd1 c2 la situación de las
blancas es tragicómica.
Ideas parecidas fueron llevadas a cabo
en el final de la partida Gufeld v. Kavalek
(Marianske Lazne, 1962).
1.d6 ¢f7 2.¢f5 a4 3.e6+ ¢e8 4.¢f6
b3 5.axb3 axb3 6.e7 b2 [o 6...¢d7 7.¢f7]
7.¢e6 b1 8.d7 mate.
El papel decisivo de los peones libres
ligados se manifiesta en forma sobrema-
nera efectiva en la lucha contra piezas. Por
eso presentaremos en esta sección varios
ejemplos sobre dicho tema.

Geller v. Averbach (Kiev, 1954)

1...¦xc5! 2.bxc5 ¥xc5 3.¦ab1 f3


4.¦b4.
Esta desesperada intención de defen-
derse no resulta: 4. ... ¢f5 5.¦d4 ¥xd4
6.cxd4 ¢f4, y ganan las negras.
En la partida O’Kelly v. Reise (Varna,
1962), las blancas lograron asimismo de-
mostrar la fuerza decisiva de los peones li-
bres ligados.

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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
las blancas abandonaron.

El sacrificio de calidad fuerza la vic-


toria: 1.¦xa7! ¦xa7 2.¢e3 ¦a1 3.b5 ¦c1 En los finales de torres, por lo general
4.b6 ¦c5 5.b7 ¦xd5 6.¢d2!, y las negras es más ventajosa la ubicación de la torre
abandonaron. detrás de su peón libre. En este caso, la to-
rre enemiga que bloquea al peón pasado
FINALES DE TORRES pierde movilidad. Se crean premisas para
la aparición del «zugzwang» en el bando
En los finales de torres, la falta de un defensivo. El peón pasado en dichos finales
bloqueo seguro de un peón pasado permi- juega, en la mayoría de los casos, el papel
te al mismo jugar un papel decisivo. Uno de factor distrayente.
de los ejemplos de tal tipo fue visto en la Veamos una posición que pudo haber
introducción, cuando analizamos una po- surgido en la partida Nº 34 del match en-
sición exacta con la formación del puente. tre Alekhine y Capablanca (Buenos Aires,
Analicemos el final de una partida entre 1927).
Kasparian y Botvinnik (Moscú, 1931), en
que el lema de las negras fue un rapidísimo
avance de peón.
(Véase el diagrama siguiente)
Ya que el rey y la torre de las blancas es-
tán lejos del peón h, las negras, sin tener en
cuenta las pérdidas, fuerzan su movimien-
to. Siguió 1...¢g6! 2.¦d7 h5 3.¦xa7 h4
4.¦b7 h3 5.¦xb6+ ¢g5 6.¦b1 (a 6.¦b8,
decidía 6. ... ¦g4!; con la idea de hacer
cortina mediante ¦h4); 6...¢g4 7.¢c2 h2
8.¦h1 ¢h3 9.a4 (no salvaba 9.¢b3 por
9. ... ¦g1 10.¦xh2+ ¢xh2 11.¢a4 ¦b1!);
9...¦g1 10.¦xh2+ ¢xh2 11.¢d3 ¦e1; y
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
El maestro de Leningrado K. Klaman donaron.
ofreció una maniobra ganadora, que de- Es mi deber advertir al lector que los
muestra claramente el papel del peón libre términos «distrayente» y «decisivo», con
de a5: distraer las fuerzas enemigas. 1.¦d2! respecto al peón, no deben ser tomados en
(amenaza 2.¦d6+ y 3.¦f6). A 1. ... ¢xa5 forma demasiado estricta. Sería erróneo
gana 2.¦d5+. Ahora, a 2. ... ¢b6 sigue considerar que a un determinado peón li-
3.¦d6+ y ¦f6; y a 2...¢b4 3.¦d4+, y 4.¦f4. bre se le encomienda ejecutar una determi-
nada función constantemente. En el curso
Kirilov v. Breitman (Minsk, 1950) de la lucha, muy a menudo se introducen
cambios en el destino de las piezas.
Así, por ejemplo, en el final analizado
de la partida Kirilov v. Breitman, el peón
a4 cumplió un papel decisivo, pero en mu-
chas variantes no efectuadas en el tablero,
aunque completamente factibles durante el
desarrollo de la lucha, un significado espe-
cial se debía al papel distrayente de dicho
peón.
Lövenfisch v. Pirc (Moscú, 1935)

La torre blanca está colocada en forma


muy cómoda para apoyar el rápido avance
del peón. Las negras tienen que bloquear
inmediatamente el peón a4.
En la partida siguió: 1.a5 ¦d4+ 2.¢c3
¦d8 3.a6 ¢g5.
Las negras tratan de activar el rey. A
3...f4 pudo haber seguido 4.a7 ¦a8 5.¢d3
¢f5 6.¦a5 h5 7.¢e2 ¢e4 (7...h4 8.¢f3 h3
9.gxh3 ¢e6 10.¢e4); 8.h4! ¢d4 9.¦a4+
¢d5 10.¢f3 e4+ 11.¢xf4. Como vemos, 1...¢e8 2.b5 ¦f6+ 3.¢c7 (si el rey
la diferencia en el desplazamiento de las blanco se dirige hacia el peón f7, las negras
torres conducía a las negras hacia «zu- capturan el peón b5, logrando fácil empa-
gzwang» según las variantes. te), 3. ... ¦f7+ 4.¢c8 ¢e7! 5.¢c7 (si 5.b6
4.a7 ¦a8 5.¢c4 ¢f4 6.¢c5 e4 7.¢b6 sigue 5. ... ¢d6; y las blancas no pueden
¢e3 8.¢b7 ¦g8 9.a8 ¦xa8 10.¦xa8 avanzar el peón b debido a la amenaza de
¢f2 11.¦a2+ ¢f1 12.¢c6 e3 13.¢d5 mate), 5...¢e8+ 6.¢c6 ¦f6+ 7.¢b7 ¦f7+
e2 14.¦xe2 ¢xe2 15.¢e5 ¢f2 16.¢xf5 8.¢a6 ¢d7 9.b6 ¢c8 10.d5 (malo es
¢xg2 17.h4 ¢f3 18.h5. Las negras aban- 10.¦h1, por 10. ... f1=£+); 10...¦f3 11.d6
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
¦a3+ 12.¢b5 ¦b3+ 13.¢c5 ¦c3+ 14.¢d5 rey, ya que a ¦xf2 decide una jugada de la
¦d3+ 15.¢e5 ¦e3+ 16.¢d4 ¦e2; y tablas. torre blanca por la octava línea, con el con-
Este resultado fue posible gracias a que las siguiente a8=£.
blancas prácticamente jugaron sin la torre, Pero, analizando con más atención,
a la que distraía el peón contrario. se ve que es imposible realizar dicho plan.
Contemplemos ahora otro tipo impor- Después de 1.a7, las negras hacen manio-
tante de finales de torres. bras a lo largo de la columna a, dejando al
rey blanco alcanzar tranquilamente el pun-
to b6. En tal momento las negras jaquean
desde abajo: ¦b1+ o ¦b2+, y apenas el rey
sale de las columnas a y b, la torre vuelve a
la vertical a, y el empate es evidente.
Por eso las esperanzas de victoria de
las blancas van unidas únicamente a la
ubicación del peón en a6. En este caso su
rey se resguardará de los jaques en a7. Pero
las blancas deberán decidirse por pérdidas
materiales, ya que, hasta que el rey llegue
hasta el punto b6, la torre negra liquidará
los peones blancos del flanco rey.
En esa partida los contrincantes de-
En esta posición de la partida Ilivitzky cidieron tablas sin continuar. El análisis
v. Krogius (Kislovodsk, 1956) las blancas mostró que las blancas no pueden mejorar
tienen un peón más, que es libre y además la posición de su rey sin inconvenientes.
alejado. Pero ¡qué diferencia con los fina- Veamos las posibles variantes:
les de las partidas entre Alekhine y Capa- 1.¢f1 ¦a2! 2.¢e1 ¢f6 3.f3 (dema-
blanca, Kirilov y Breitman! Las torres se siado azaroso sería 3.¢d1, por 3. ... ¦xf2
han cambiado de lugar. La torre negra no 4.¢c1 ¦a2 5.¢b1 ¦a5 6.¢b2 ¢f5 7.¢b3
solamente vigila el peón libre, sino que, ¢g4 8.¢b4 ¦a1 9.¢b5 ¢xg3; y la ventaja
además, mantiene bajo fuego el flanco rey. está ahora del lado de las negras); 3...¦a3!
La torre blanca, en cambio, tiene el desa- (característica maniobra de defensa en que
gradable papel de vigilar a su peón, muy la torre cumple doble papel: ataca el peón
avanzado. libre, a la vez que el peón en el otro flan-
Analicemos las condiciones indispen- co); 4.¢e2 ¢g7 5.¢d2 (si 5.g4, entonces
sables para que las blancas puedan contar 5. ... hxg4 6.fxg4 f5! y el peón libre de alfil
con la victoria. Es evidente que sin la ayuda ofrece buenas contrachances a las negras);
del rey su peón a6 no puede coronarse. Por 5...¦xf3 6.¢c2 ¦xg3 7.¢b2 ¦g2+ 8.¢b3
eso sería lógico el siguiente plan: avanzar ¦g1 9.¢b4 ¦a1 10.¢b5 g5! 11.hxg5 h4
al máximo el peón (lo que significa reali- 12.¦c8 h3 13.¦c2 ¢g6; y de nuevo las
zar la jugada a7), y después apoyarlo con probabilidades de las negras son preferi-
el rey. En este caso la torre negra no puede bles. Por ejemplo, 14.¦h2 ¦a3! Las blan-
amenazar a los peones blancos del flanco cas, aparentemente, deben forzar las tablas
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
jugando 9.¢b2 en lugar de 9.¢b4. a la activa (atrás del mismo).
Del análisis de esta posición se puede 6. ... ¦b2 7.¢c4 ¢f6 8.¦e3 ¢f5 9.¦b3
deducir que el peón libre no cumplió un ¦c2+ 10.¢d5 ¢g4 11.b6 ¦c8 12.b7 ¦b8
papel suficientemente distrayente, ya que 13.¢e5!
la torre del bando más fuerte, en realidad, Así se pone fin al contrajuego de las
no participó de la lucha. negras en el flanco rey.
Por eso, si el bando en ventaja quiere 13. ... f5 14.¢f6 f4 15.gxf4 ¢xh4
luchar por la victoria, sus planes deben es- 16.¢xg6 ¢g4 17.f5 h4 18.f6 h3 19.f7 h2
tar ligados únicamente al aprovechamiento 20.¦b1 ¦xb7.
del papel decisivo del peón libre, o sea con Este desesperado intento no salva. A
el intento de forzar su avance hacia la co- 20...¢g3 seguía 21.¢g7.
ronación. 21.¦xb7 h1 22.¦b4+ ¢h3 23.f8 £g2+
Un plan semejante fue realizado en 24.¢h7 £c2+ 25.¢h8 £c3+ 26.¢g8
forma concreta en él siguiente encuentro £g3+ 27.£g7. Las negras abandonaron.
entre Spassky v. Antoshin (Sochi, 1965). La victoria en el final con la torre de-
lante del peón está generalmente ligada
con la superación de significativas dificul-
tades técnicas, y en muchos casos resulta
completamente imposible.
En semejantes finales la existencia de
otro peón libre en el flanco opuesto tiene
gran importancia para el éxito del bando
más fuerte.
Dicho peón tiene un importante pa-
pel auxiliar, obligando generalmente al rey
contrario a ocupar una posición precaria
para la defensa.

Comparando esta posición con la an-


terior, se notan dos circunstancias venta-
josas para las blancas: primero, que su rey
está colocado en forma más activa; segun-
do (fundamental para evaluar el final), que
el peón pasado se encuentra en la columna
b. Ello permitirá al rey blanco acudir más
rápidamente en auxilio del mismo.
1.¢e3 ¦c2 2.b4 ¦b2 3.b5 ¢f8 4.¦b7
¢g7 5.¢d4! ¦xf2 6.¦e7.
Hay que prestar atención a la maniobra
de las blancas; intentan trasladar su torre
desde la posición pasiva (delante del peón) Esta situación apareció en un encuen-
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
tro entre Jaunin y Fridman (Leningrado, xiliar», y al llegar a la siguiente posición
1962). Después de la movida 1...hxg3 las abandonaron.
blancas incurrieron en un error aleccio- Su decisión fue errónea. En el caso de
nador, dejando escapar la victoria, al jugar 1...¢g8 2.h6! gxh6 3.¦b7 ¦a4 4.a7, las
2.hxg3?, sin apreciar debidamente la res- blancas realmente ganaban; sin embargo,
puesta 2...g4+! Siguió 3.fxg4 ¢h7 4.g5 después de 1...¦a4, se llega a tablas. Parma
¢g7. creyó que en esta variante decidía 2.¦a8+
Si el rey blanco se acerca a su peón alfil, ¢f7 3.a7 ¦a1 4.h6 gxh6? 5.¦h8. Pero sal-
tendrá dónde resguardarse de los jaques. El vaba a las negras 4...¢g6; y a 5.¢d4 era
rey negro bloquea en forma segura al peón posible 5. ... ¢h7.
b5. Cuando el peón llegue hasta g6, las ne- Ahora analicemos el final en que la
gras circularán con su torre a lo largo de torre se coloca al lado de su peón pasado.
la columna c. Por eso, después de algunas Esta situación, por lo general, es más con-
jugadas, se acordó el empate. veniente para la parte más fuerte que la
Una definición diferente habría tenido posición con la torre delante del peón. La
la partida si las blancas hubieran jugado torre en este caso está menos limitada en
2.¢xg3. En este caso ellas podían haber lle- sus acciones y puede participar en la lucha
vado el peón pasado a lo largo de la colum- activa en otro flanco. El inconveniente de
na f, el que las llevaría a la victoria. Citemos tal posición de la torre se traduce en la im-
una variante como ejemplo: 2.¢xg3 ¢h7 posibilidad de avanzar el peón libre sin la
3.h4! gxh4+ 4.¢h3 ¢g7 5.f4 ¦c1 6.f5 ¦c2 ayuda del rey.
7.f6+, y las negras caen en «zugzwang». A Cambia también la función del peón.
7. ... ¢xf6 sigue 8.¦f8+, y a 7...¢f7 gana En la mayoría de los casos cumple una fun-
8.¦h8. Si 7...¢h7 continúa 8.f7. ción decisiva y no la de distraer. Por tanto,
el plan de juego para la victoria, con fre-
cuencia, está ligado con la marcha de su rey
hacia dicho peón. Así como en el final con
la torre delante del peón, la realización de
tal plan es bastante arriesgada, ya que hay
que sacrificar peones en el otro flanco.
En esta posición de la partida Krogius
v. Gibbs (Oslo, 1954), es difícil para las
blancas imponer su ventaja.
(Véase el diagrama siguiente)
El único plan para ganar el juego pue-
de ser el traslado del rey a c5.
Pero, en el ínterin, las negras captura-
rían el peón de f3 de las blancas, y crearían
En la partida Polugaievsky v. Parma un contrajuego en el flanco rey. Sin embar-
(Vrnjacka Banja, 1965), las negras no en- go, siguió 1...g5?, lo que es un error serio.
contraron una defensa comparativamente Ahora las blancas consiguen una coloca-
sencilla contra la irrupción del peón «au- ción cómoda para su torre en f5, y su rey
-35-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
sigue la marcha prevista. peones libres ligados. Se jugó: 1.¦d4 ¦xh5
2.¦c4 ¦b4 3.¦xb4 axb4 4.¢d2 ¢d5
5.¢e3 ¦xh4 6.¦d1+ ¢c5 7.¦d7 ¦h3+
8.¢e2 ¦f3 9.¦xe7 ¦xf4.

2.¢f2 (no 2.¦f5 por ¦b2!, y el rey


está aislado), 2...¢f6 3.¢e2 ¢e6 4.¦f5 f6
5.¢d2 ¢e7 6.¢c2 ¦b4 7.¢c3 ¦b1 8.¢c4
¦c1+ 9.¢d5, y las blancas ganaron. El plan está cumplido. La situación de
Las negras debieron jugar 1...¦b4 (en las blancas es desesperante. 10.¢e3 ¦e4+
lugar de 1...g5). Por ejemplo: 2.¢f2 ¦b3 11.¢d3 ¢d5 12.a3 ¦d4+ 13.¢e3 f4+
3.¢e2 ¢f6; y las probabilidades de las 14.¢e2 bxa3 15.¦a7 ¢xe5 16.¦xa3 f3+.
blancas para ganar son problemáticas. Las blancas abandonaron.
Hemos visto las particularidades del También en la partida Botvinnik v.
juego en los finales de torres con los peones Kopylov (Moscú, 1951), los peones libres
libres separados. Pero ¿qué ocurre cuando ligados decidieron el resultado de la lucha.
los peones libres están ligados?
Los peones libres ligados son una fuer-
za tremenda también en los finales de to-
rres. Es muy difícil bloquearlos, y a menu-
do se convierten en un decisivo factor de
lucha. Teniendo en cuenta su gran poder,
muchas veces se procura contenerlos hasta
el precio de hacer sacrificios de piezas para
lograrlo.

Skold v. Botvinnik (Estocolmo, 1962)


(Véase el diagrama siguiente)
A las negras les faltan dos peones, pero
dicha circunstancia no es muy importan-
te, ya que es difícil contraponer algo a su Siguió: 1.¦b7 ¦e8! (sacrificando otro
plan de conquistar al peón f blanco y crear peón, las negras tratan de ligar los peones
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
libres en el centro); 2.¦xa7? (era impres- de alfiles.
cindible evitar que las negras concretaran El plan de las blancas consiste en el
su plan. Después de 2.¢d2 ¢f3 3.¢e1 ¦c8 traslado del rey hacia los peones contra-
4.¦xe7 ¦xc2 5.¦xa7 ¦xf2 6.¦xh7 ¦xa2 rios.
7.h4 ¢xe3 8.¦e7+ ¢f3 9.¦e6, las blancas 1.a5 ¢d5! (después de 1...¢b5, las
lograban tablas), 2...¢f3 3.a4 ¢xf2 4.a5 g5 blancas ganan sin dificultad. Por ejemplo:
5.a6 ¢xe3 6.¦d7 e5 7.a7 ¦a8 8.¦xh7 (no 2.¢d3 f5 3.¢d4 ¥h4 4.¥e1, y el peón alfil
salvaba 8.¦d5 en vista de 8. ... e4 9.¦xf5 de las negras está perdido después de algu-
¦xa7 10.¦xg5 ¢e2, y el peón rey costará la nas jugadas); 2.a6 ¢c6 3.f5! Esta es una
torre blanca), 8...f4 9.gxf4 gxf4 10.¢d1 f3 jugada importante; de otra forma, las ne-
11.c4 ¦d8+ 12.¢c2 f2 13.¦f7 ¦a8 14.h4. gras habrían jugado f5 y ¥f6, impidiendo
No hay defensa contra la amenaza 14. ... el paso del rey blanco. Ahora ya no se pue-
¦xa7. Las blancas abandonaron. de 3...¢b6 en vista de 4.¥a5+.
3...¥e7 4.¥e3 ¥d6 5.¢d3 g3 6.fxg3
FINALES DE PIEZAS MENORES ¥xg3
Las esperanzas de las negras de hacer
En el final de alfil contra alfil, el peón tablas están ligadas con el sacrificio del alfil
libre juega en forma preponderante el papel por el peón alfil. En este caso surge una po-
de factor de distracción. Analicemos la po- sición de tablas.
sición que pudo haber surgido en una par-
tida entre Stein y Spassky (Moscú, 1961). 7.¢e4 ¥h4 8.¢f4 ¥f6 9.¢g4 ¥e7
10.¢h5 ¥f8 (impidiendo ¢h6); 11.¢g5
¥g7 (las negras lograron defenderse de la
amenaza de penetración del rey enemigo
a través del flanco, pero ahora las blancas
irrumpen en el centro); 12.a7 ¢b7 13.¢f4
¥f6 14.¢e4 ¥e7 15.¢d5 ¥f8 16.¥d4!
Esta jugada coloca a las negras en
posición de «zugzwang». Incorrecto es
16...¢a8, por 17. 17.¢c6 y ¢d7. El alfil
debe controlar la casilla d6 de las blancas;
ahora, en cambio, es atraído hacia una po-
sición de defensa menos ventajosa, en e7.
Hacemos notar que la inmediata 16.¥c5
no llevaba a nada por 16. ... ¥h6 17.¢d6
El monarca negro tiene que vigilar el ¥f8+, y el rey debe volver atrás.
alejado peón libre. Préstese atención a la 16. ... ¥e7 17.¥c5! ¥h4 18.¢d6
colocación ventajosa del alfil blanco, que ¥g5 19.¢d7 ¥h4 20.¢e8 f6 21.¢f7 ¥g5
desde la retaguardia apoya al peón pasado. 22.¢e6 ¥h4 23.¥d4 ¥g5. Después de
Esta particularidad, ya conocida por noso- 24.¥xf6 ¥e3 25.¥e7 ¥d4 26.¥d6, las blan-
tros en los finales de torres, es cierta en la cas logran una conocida posición ganado-
mayoría de los casos también en los finales ra: 26. ... ¢xa7 27.¥e5 ¥c5 28.f6 ¢b7
-37-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
29.f7 ¥f8 30.¥d6 ¥h6 31.¢f6 (es posible lo capturan), 5...¢f7 6.¢f2 ¥f6 7.¢e3
también 31.¢e7 ¥g7 32.¢e8 ¢c6 33.¥f8 ¥e7 (obligando a responder 8.d6, ya que
¥b2 34.¥h6 ¥a3 35.¥g5 ¢d5 36.¥e7), a 8.¥c1, sigue 8. ... a3 9.¢d3 a2 10.¥b2
31...¢c6 32.¢g6 ¢xd6 33.¢xh6, y se im- ¥f6); 8.d6 ¥f6 9.¢f4 ¢e6 10.d7 ¥e7
ponen. 11.h4 ¢xd7, y las blancas abandonaron al
En presencia de peones libres en am- poco tiempo.
bos bandos, es más fuerte el peón libre ale- En los finales con alfiles de distinto co-
jado, de la misma manera que en los finales lor las posibilidades de obtener la victoria
de peones. son, por regla general, muy pocas. Ello se
debe a que aquí los alfiles controlan las ca-
Roisman v. Sliwa (Cracovia, 1958) sillas de distinto color y no pueden oponer-
se mutuamente en forma directa. Por eso el
alfil y el rey a menudo crean una fortale-
za inaccesible, a través de la cual no pue-
den pasar los peones libres. Sin embargo,
también en dichos finales el método más
difundido de buscar la victoria consiste en
crear un peón libre distrayente.

Fuchs v. Jolmov (Dresde, 1945)

Las probabilidades de las negras son


mejores porque el peón dama blanco se de-
tiene con el rey. El plan de las negras hace
recordar el método de lucha en los finales
de peones con un peón libre alejado; es
decir, distraer al rey enemigo mediante el
avance de las propias fuerzas, y decidir el
resultado de la partida con la irrupción del
rey.
1.¥e3 a5 2.¥c5 f5! (asegurando la sa- Las negras tienen garantizado un peón
lida para el rey. La jugada 3.d6 no es peli- libre en el flanco dama. Pero él solo no pue-
grosa para las negras en vista de 3. ... ¥f6 de decidir la suerte de la partida, ya que las
4.¥b6 a4 5.bxa4 bxa4 6.d7 a3 7.d8=£+ blancas lo bloquean fácilmente. Por eso las
¥xd8 8.¥xd8 a2); 3.¢g2 a4 4.bxa4 bxa4 negras crean un peón libre en el otro flan-
5.¥a3 (si 5.¢f2, entonces 5. ... ¥b2! 6.d6 co, para distraer las piezas contrarias.
¥c3!; al provocar el movimiento del peón 1...f6! 2.¢d2 ¢f5 3.¥f4 g5 4.¥c7
dama, las negras se acercan con su rey y ¢g4 5.¥d8 gxh4 6.gxh4 ¢xh4 7.¥xf6+.
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
Las blancas también tienen dos peones para luchar contra los peones enemigos.
libres, pero colocados uno cerca del otro, y Veamos una posible continuación:
por eso pueden ser detenidos sin dificultad 1.c5 ¤e5 (si 1...¤xc5 entonces 2.¥b4 ¢d6
por las negras. 3.h4 a5 4.¥xc5+ ¢xc5 5.h5, y las blancas
7. ... ¢g4 8.¢e3 ¥d5 9.¥e7 b5. Las ganan); 2.¥c3 ¤c6 3.h4 ¢e6 (las negras
blancas abandonaron. deciden bloquear el peón c con el rey y el
Por uno de los peones negros habrá peón h con el caballo. Probablemente ésta
que entregar el alfil. Por ejemplo: 10.¥d8 sea la mejor defensa. En el caso del pase
h4 11.f3+ ¥xf3 12.¢f2 h3 13.¢g1, y el rey del rey negro al flanco rey, el rey blanco
negro se dirige hacia el flanco dama, mien- se habría dirigido hacia d5); 4.h5 ¢d5
tras el alfil transita a lo largo de la diagonal 5.h6 ¤e7 6.h7 ¤g6 7.¥b4 a5 8.¥a3 ¤h8
g5 - c1. 9.¢f3 ¤g6 10.¢e3 f4+.
En los finales de alfil contra caballo Las negras están obligadas a debilitar la
con peones libres, el alfil es por lo general posición del peón f. En el caso de 10...¢c6
más conveniente; por ser pieza de largo al- seguía 11.¢d4 a4 (11...¢c7 12.¢d5 ¢c8
cance, ayuda mejor el avance de sus peones 13.¥c1 a4 14.¢e6 f4 15.¥xf4 ¤xf4+
y defiende en forma más segura la posición 16.¢f6); 12.¢c4 f4 13.¥c1 f3 14.¥e3, y
contra el ataque de los peones enemigos. las blancas ganan después de ¢b4.
En los finales de este tipo, los peones jue- 11.¢f3 ¢c6 12.¢e4 ¢b5 13.¢f5
gan más a menudo el papel de factor deci- f3 14.¢xg6 f2 15.h8 f1 16.£e8+ ¢a6
sivo. Por eso el plan del bando más fuerte, 17.£c6+ ¢a7 18.£b6+ ¢a8 19.£d8+
por lo general, es el avance directo del peón ¢b7 20.£e7+. Es inevitable el cambio de
libre hacia su coronación. damas. Las blancas ganan.
En la lucha de alfil contra caballo, ha-
biendo peones libres, el caballo cae a menu-
do en posición de «zugzwang». Esto obliga
a jugadas con peones o con el rey que de-
bilitan la posición y facilitan la penetración
del rey enemigo. Una jugada obligada y de-
bilitante resultó ser 10. ... f4+.

Kotov v. Bondarevsky (Moscú, 1946)


(Véase el diagrama siguiente)
Hay que destacar que en general es di-
fícil para el caballo luchar contra los peo-
nes libres, aun en ausencia de otras piezas
No obstante, la igualdad material, la del bando rival.
posición es difícil para las negras. Su caba- Las blancas tienen serias dificultades,
llo, poco dinámico, tiene mucha dificultad ya que, si el caballo retrocede, las negras
-39-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
capturarán el peón TD y después avanza- Botvinnik v. Robatsch
rán con el peón libre alejado. Por eso las (Varna, 1962)
blancas encuentran la solución para tablas,
de tipo estudio, basando su idea en la poca
movilidad del caballo en la lucha contra los
peones libres.

Las blancas lograron limitar en forma


aleccionadora la movilidad del alfil enemi-
go.
1.¤b7!
1.¤xa4! ¢xa4 2.¢d4 ¢b3 3.a4 ¢c2 Así y únicamente así. A 1.¢xd5 ¥a5 el
alfil salía del encierro y la victoria se esfu-
(después de 3...¤xa4 4.¢xe4, las blancas
maba.
logran tablas dirigiéndose hacia los peo-
1...¢f5 2.¢xd5 ¥b6 3.¢c6 ¥a7
nes g y h); 4.¢e3 ¢d1 5.a5 ¢e1 6.a6 ¤b5
4.¤d6+ ¢e6 5.¤c8
7.g4! ¢f1 8.¢xe4 ¢g2 9.¢d3! ¢f3 (no Las negras abandonaron.
gana 9...¢xh2; en vista de 10.¢c4 ¤a7 Las blancas avanzan con el peón hasta
11.¢c5 h5 12.gxh5 gxh5 13.¢b6 ¤c8+ a6 y después cubren la diagonal g1-a7 me-
14.¢b7 ¤d6+ 15.¢c6 ¤c8 16.¢b7); diante la jugada ¤b6.
10.¢c4 ¤c7 11.a7 ¢e4 12.¢c5 ¢e5 El final de caballo contra caballo con
13.¢c6 ¤a8 14.¢b7 ¢d6 15.¢xa8 ¢c7 peones libres es muy parecido, por su con-
16.h4 g5 17.h5. Tablas. tenido, a los finales de peones. Los peones
En la lucha del caballo con los peones libres cumplen el papel distrayente, y el
libres, los últimos tienen por lo general un plan de victoria por lo general está ligado
papel distrayente. con el paso del rey hacia los indefensos
Con peones libres, el caballo solamen- peones del bando más débil.
te en contados casos gana la batalla contra
Rabinovich v. Belavenetz
el alfil. Ello sucede cuando todos los acon-
(Tbilisi, 1937)
tecimientos tienen lugar en un solo flanco.
(Véase el diagrama siguiente)

Las negras tienen mayor facilidad de


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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
crear un peón pasado, y dicha circunstan- Las blancas lograron contener el peón
cia define el resultado de la partida. Se jugó: rey e irrumpir con su rey:
1.¢f1 ¢c6 2.¢e2 ¢d5 3.¤f5 ¢c4 4.¤d4 1.¤c2 ¢f4 2.¢c5 ¤a6+ (2...e3 3.¢d4
a5 5.h4 a4 6.g4 b5 7.¢d1 (si 7.g5, sigue 7. e2 4.¢d3, con ganancia del peón); 3.¢b6
... b4; a 8.¢d1 ¢d3 9.¤f5 b3 10.¢c1 a3 ¤b8 4.¤b4! ¢e3 (si 4...e3; sigue 5.¢c7
11.bxa3 ¢c3 y no hay defensa contra b2+ ¤a6+ 6.¤xa6 e2 7.¤b4 e1=£+ 8.¤d3+);
y ¤d2+), 7...¤f2+ 8.¢c2 ¤xg4 9.¤f5 f6!; 5.¢c7 ¢d2 6.¢xb8 e3 7.¤c6 e2 8.¤e5.
y las negras ganaron pocas jugadas des- Las negras abandonaron.
pués. Vayamos ahora a ejemplos de finales
con piezas menores, más complicados.

Lövenfisch v. Shamkovich
(Ivanovo, 1949)

Si ambos bandos tienen ya peones li-


bres, entonces, como regla general, es de
mayor valor el peón libre alejado.
Barembaun v. Nadydin
(Tashkent, 1960) Las blancas están mejor, ya que pue-
den crear un peón libre alejado. Al mismo
tiempo, el peón dama requiere ser defendi-
do y limita la movilidad del alfil negro.
1.¢e2 ¤c6 2.f4 ¢f8 3.¢d3 ¢e7
4.¢c4 ¢d6 5.b4 ¤d8 6.b5 ¤e6 7.¤d3
¢c7 8.a4 a6 9.¤c5!
Después de haber cumplido la prime-
ra parte del plan, este cambio lleva hacia
la meta en la forma más sencilla. El plan
siguiente de las blancas es análogo al anali-
zado en la partida Stein v. Spassky: el peón
a blanco distrae al rey negro y decide la
irrupción del rey blanco hacia los peones
del flanco opuesto. Hacemos notar que el
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plan de juego en muchos finales complica- 6.¥xg5+ ¢xg5 7.¥e4); 5.a7 ¢f7 6.¥d6
dos se basa en la apreciación de posiciones ¥a8 7.¥d3 ¤g5 8.¥xf4 ¤xf3 9.¢e3 ¤e1
más simples que surgen después del posible 10.¥e4! (las blancas lograron su propó-
cambio de piezas. En la partida analizada, sito. El caballo enemigo no logra detener
el plan se basó en la apreciación del posible el peón libre), 0. ... ¤g2+ 11.¢d4 ¤xf4
paso al final de alfiles. 12.¥xa8 ¤e6+ 13.¢d5 ¢e7 14.¢c6 ¢d8
9. ... axb5+ 10.¢xb5 ¤xc5 11.¢xc5 15.¥b7 ¤c7 16.¢b6 h4 17.¥g2. Las ne-
¥f6 12.f5 h5 13.fxg6 fxg6 14.¥a5+ ¢b7 gras abandonaron porque se encontrarían
15.¢d5 g5 16.¢e6 ¢a6 17.¥d2 ¥d8 en «zugzwang» después de 17. ... ¢d7
18.¢d5 ¥f6 19.¢e4 g4 20.¥e1 ¢b6 18.¥h3+ ¢d8 19.¢b7.
21.¥f2 ¢c5 22.a5 ¢c4 23.a6 d3 24.a7 d2
25.a8=£ d1=£ 26.£c6+ ¢b3 27.£e6+ FINALES DE DAMAS
¢b4 28.£xf6, y ganaron las blancas.
En la lucha de la pareja de alfiles con- En los finales de damas el peón libre
tra alfil y caballo, también hay que tener en juega, por regla general, un papel decisivo.
cuenta el paso al final más simple. Al lle- El plan de la parte más fuerte consiste en
gar a este punto surge con frecuencia la si- un avance rápido del peón hacia su corona-
tuación de enfrentamiento de final de alfil ción. El bloqueo del peón en la mayoría de
contra caballo, en el que el peón libre cum- los casos es irreal, ya que la dama desplaza
ple un papel decisivo. a la pieza bloqueadora. Por eso en seme-
jantes finales lo principal no es la cantidad
Roleslavsky v. Randvijr de peones libres, sino su calidad. Así por
(Parnu, 1947) ejemplo, un peón libre muy avanzado re-
sulta un factor más importante que varios
peones contrarios alejados de las casillas de
promoción.
Damos a continuación el final de una
de las partidas del maestro húngaro Gréza
Maróczy, gran conocedor de finales de da-
mas, que en el presente caso lleva las blan-
cas.

Maróczy v. Bogoljubow
(Dresde, 1936)
(Véase el diagrama siguiente)

Siguió 1.b5! (por supuesto, no 1.£xc6


Las piezas blancas tratarán de elimi- por 1. ... £f4+ y £c1+, con jaque perpe-
nar el alfil negro y, de esta manera, llevar el tuo), 1...cxb5 2.c6 £c2 3.£d5 ¢h6 4.£d6
peón torre a la octava línea. £c4 5.c7 ¢h7 6.£d7 (como el peón avan-
1.¥e2 f4+ 2.¢f2 h5 3.a6 ¥c6 4.¥e7 za sin dificultades, la mayor preocupación
¤e6(no se puede 4...h4 por 5.¥d3+ ¢h6 del bando más fuerte consiste en resguar-
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
darse del jaque perpetuo. En este caso el
rey blanco encuentra un refugio seguro);
6. ... £f4+ 7.¢g1 £c1+ 8.¢f2 £c5+
9.¢e2 £c2+ 10.¢e3 £c5+ 11.¢e4 £c4+
12.¢e5 £c3+ 13.¢d5 £c4+ 14.¢d6
£b4+ 15.¢c6 £c4+ 16.¢b7, y las blancas
ganan.

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Capítulo IV

POSICIÓN DEL REY

Ya hemos notado que en los finales el co a e7.


rey suele ser una pieza activa. Participa en
forma directa en la lucha, y de su ubicación
depende muchas veces el resultado de la
partida. Al estudiar los capítulos anterio-
res el lector pudo ver el papel que juega en
la creación de la posición de «zugzwang»
o en las situaciones con peones libres. En
este capítulo veremos con más detalles ca-
racterísticas particulares de la ubicación
del rey en el final.

EL REY ACTIVO Y EL REY PASIVO

El rey se llama activo cuando participa


en forma real en la ejecución de planes de
ataque y defensa. El rey pasivo, en cambio, Eliskases v. Lövenfisch
está alejado del teatro de operaciones «mi- (Moscú, 1936)
litares» y a menudo necesita una defensa
del ataque directo de las piezas y peones
del enemigo.
Se puede ver claramente la diferencia
en la posición siguiente, de una partida
entre Kotov v. Eogatyrev (Moscú, 1935).
(Véase el diagrama siguiente)
El rey negro está condenado al papel
de espectador, y la victoria de las blancas es
inevitable.
La partida siguió así: 1.¢e2 b5 2.b4
a5 3.bxa5 b4 4.a6 ¦a8 5.a7 ¦d8 6.¢d3.
Las negras abandonaron, ya que no tienen
defensa contra la penetración del rey blan-
-44-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
También en este caso la participación La colocación pasiva del rey no influye
de los reyes en la lucha dista mucho de ser en la valoración de la posición en aquellos
igual. Las negras tienen prácticamente una casos en que el resultado de la lucha puede
pieza más que las blancas en el principal ser decidido por otras piezas y peones, sin
sector de batalla, que es la vía de desplaza- la intervención de aquél.
miento del peón c. Siguió 1...¢e6! La dama blanca acompaña sola al peón
Sin preocuparse por la pérdida de otro y no hace falta aquí ayuda del rey. En seme-
peón, el rey negro se dirige hacia la vertical jantes situaciones es importante, claro está,
c. 2.¦a6+ ¢d5 3.¦xh6 c3 4.¦h8 ¦a1 (cla- tener en cuenta la seguridad de la defensa
ro está, no 4...c2; ya que no le permite al del rey pasivo contra los jaques.
rey resguardarse de los jaques); 5.¦c8 ¦xa3
6.¢h3 ¢d4 7.¢g4 (o 7.f4 gxf4 8.gxf4 CENTRALIZACION DEL REY
c2+ 9.¢h4 ¦c3), 7...¦a5 8.f4 ¦c5 9.¦d8+
¢e3 10.¦d1 c2 11.¦c1 gxf4 12.gxf4 ¢d2 No bien surge en el tablero el final,
13.¦a1 c1=£ 14.¦xc1 ¦xc1! una manera típica de conducir el juego es
Aconsejamos al lector analizar esta po- el traslado del rey al centro. La centraliza-
sición y comprobar que 14...¢xc1era más ción del rey es una predisposición indis-
débil. A través de la jugada 14.¦xc1 de las pensable para su futura actividad dinámi-
negras se ve la tendencia hacia una mayor ca. Naturalmente, si los acontecimientos
actividad de su rey. principales se desarrollan en un flanco, el
15.¢g5 ¢e3 16.f5 ¢e4 17.g4 ¢e5 rey, al encontrarse en el centro, no podrá
18.¢g6 ¦c6+ 19.¢g7 ¦a6 20.¢f7 ¢f4. desempeñar por sí mismo un papel activo.
Se aclara la idea de la jugada 19. ... Pero al comienzo de la fase final, cuando
¦a6. El rey blanco fue obligado a ocupar la el bando enemigo todavía está preparando
casilla delante del peón, y ahora, en el caso la realización de sus planes, el principio de
de 21.f6, gana 21. ... ¢g5. centralización del rey resulta ser correcto
21.¢g7 ¢g5; y las blancas abandona- en la mayoría de los casos, ya que puede
ron. llegar más rápidamente desde el centro
hasta cualquier flanco.
El poder del rey centralizado nos lo
muestra el ejemplo de una partida entre
Alekhine y Fine (Kemeri, 1987). (Véase el
diagrama siguiente)
1.¢d2!
Esta movida permite al primer jugador
hacer intervenir más rápidamente sus to-
rres en la lucha. También tiene en mente,
claro está, la ventaja de la ubicación del rey
en el centro, ya que son inevitables futuros
cambios de piezas.
1. ... ¤b6 (mejor es 1...b6); 2.¤e3
O-O.
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
¦a6 10.¢c5 ¢f6, las negras se defienden.
Aparentemente, mejor es 8.¦c7, aunque
entonces la amenaza 9.¢b4 no es tan pe-
ligrosa).

Las negras no pueden dejar el rey en el


centro (¢e7), debido a ¥b4+. Ahora su rey
está condenado a la pasividad.
3.a4 ¦fd8 4.¥d3 e5 5.¦hc1 ¥e6
6.¦xc8 ¦xc8 7.¥b4! (una importante ma- 8.¢d3 h4? (mejor era el contraataque
niobra, que impide la centralización del rey 8...¦f5 9.¦d6 ¦e1); 9.¦c4 ¦f5 10.¦xd4
negro mediante 7. ... ¢f8); 7...¤e8 8.a5 h3 11.f4 ¦e1 12.¦e2 ¦a1 13.¢e3 ¦a5
¤d7 9.¤d5 ¥xd5 10.exd5 ¤c5 11.¥f5 14.¦dd2 ¦a3 15.¢f3 f5 16.g4 fxg4+
¦d8 12.¢c3! (gracias al rey centralizado, 17.¢xg4 ¦a5 18.¢xh3, y las blancas im-
las blancas tienen en realidad una pie- ponen rápidamente su superioridad mate-
za más. Ahora no se puede 12...¦xd5 por rial.
13.¢c4). La diferencia en la posición de los re-
12. ... b6 13.axb6 axb6 14.¥xc5 bxc5 yes (activa y pasiva) puede ser utilizada de
15.b6 ¤d6 16.¥d7! ¦xd7 17.¦a8+. Las distintas maneras. Veremos a continuación
negras abandonaron. las más importantes de ellas.
Veamos la posición de un encuen-
tro entre Krogius y Nicolaevsky (Tbilisi, ATAQUE AL REY PASIVO
1967) (Véase el diagrama siguiente). Aquí
ya se definió el plan de las blancas de atacar El ataque directo al rey pasivo es posi-
el peón dama. Por eso es indispensable la ble, en general, si el mismo está desplazado
centralización del rey. hacia el borde del tablero. En la mayoría de
1.¢f1 ¦b8 2.b3 ¦b5 3.¢e2 ¦a5 los casos el ataque conduce a creación de
4.¦d2! (la casilla d4 queda disponible para amenazas de mate o a «zugzwang».
el rey); 4. ... h5 5.¢d3 ¢g7 6.¦c6 (impi-
diendo la salida del rey negro); 6. ... ¦e7 Tarrasch v. Reti (Viena, 1922)
7.¢c3 (amenaza ¢b4, con inesperada cap- (Véase el diagrama siguiente)
tura de la torre); 7. ... d4+ (más efectivo era
7...¦e6. En el caso de 8.¦xe6 fxe6 9.¢b4 El rey negro está encerrado en un rin-
-46-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
cón y las piezas no pueden acudir en su persiguiendo al rey: 1...¦b2+ 2.¢e1 ¢e3
ayuda. La partida se decide por la irrup- 3.¢d1 ¢d3 4.¢c1 ¦c2+ 5.¢b1 ¢c3 6.a4
ción del rey blanco. (no ayudaba 6.¦b5, por 6. ... ¦xh2 7.a4
¢xc4 8.d6 ¦d2 9.¦b6 ¢c5); 6...¦xh2 7.d6
¦h1+ 8.¢a2 ¦h2+ 9.¢a3 ¦h1. Tablas.

1.¦g7+ ¢h8 2.¦e7 ¢g8 3.f3 (por su-


puesto, no sirve 3.¦xe6, ya que mediante la
jugada 3. ... ¢f7 el rey negro es liberado de Una idea parecida de persecución del
su encierro). rey pudo haberse realizado en una partida
3...¤e8 (si 3...¦e8, sigue 4.¦g7+ ¢h8 entre Arulaid y Gurguenidze (Voroshilo-
5.¦f7 ¤h5 6.g4 ¢g8 7.¦b7 ¤f6 8.¦g7+ vgrado, 1956).
¢h8 9.¦c7!); 4.¢h2 ¤d6 5.¦g7+ ¢h8
6.¦d7 (ahora el último defensor es aparta-
do del rey, y el ataque conjunto de las tres
piezas blancas concluye con el asunto); 6. ...
¤b5 7.¢g3! ¤xc3 8.¢f4 ¤b5 9.¢e5 ¦e8
10.¢f6 ¢g8 11.¦g7+ ¢h8 12.¦b7 ¤d6
13.¦d7 ¤c8 14.¢f7 ¦g8 15.¦d8! ¤d6+
16.¦xd6 g5 17.¦d8 ¦xd8 18.¥g7 mate.

Budo v. Masel (Moscú, 1931)


(Véase el diagrama siguiente)

Las blancas jugaron erróneamente


1.¦xc5?
Mucho más fuerte era 1.¦e6 ¦b4 Las blancas abandonaron aquí, aun-
2.¦e2 ¦xc4 3.¦d2, y la posición de la torre que pudieron lograr tablas en forza forza-
en la retaguardia del peón libre ofrece a las da: 1.¢d6 ¢c8 2.¦c1+ ¢b7 3.¦b1+ ¢a6
blancas serio apoyo para la victoria. Ahora, 4.¢c6 ¢a5 5.¢c5 ¢a4 6.¢c4 ¢a3 7.¢c3
en cambio, las negras logran hacer tablas ¢a2 8.¦f1! (ya que ahora es imposible
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
8...g2?; por 9.¦xf2+, y las blancas llegan 13.¤g4+ ¢e2. Las blancas abandonaron.
a tiempo con su rey a los peones, en caso
contrario); 8. ... h5 9.¢d3 h4 10.¢e3 h3 Averbach v. Suetin (Kiev, 1954).
11.¦xf2+. Tablas.
En la partida Tartakower v. Botvin-
nik (Groninga, 1946), el plan de las negras
también estaba basado en un ataque direc-
to.

La intención de las blancas de crear un


peón libre no tiene posibilidades de éxito.
Para realizar dicho plan habría que descu-
brir completamente al rey y todo termina-
ría en un jaque perpetuo. Por eso Averbach
Refiriéndose a esta posición, escribía elige otro camino, tratando de aprovechar
Botvinnik: «La desgracia de las blancas la ubicación pasiva del rey negro en el bor-
consiste en la situación desesperada de su de del tablero.
rey, en la cual es mortal la amenaza h4, El ataque directo se lleva a cabo me-
con la consiguiente g3- g2 mate. Hasta en diante el esfuerzo combinado de la dama
una variante difícil: 1.a4 ¤d2! (indicada y el rey. Es aleccionador observar el papel
por Bronstein); 2.a5 h4 3.a6 g3 4.a7 g2+ que cumplen los peones blancos, cubrien-
5.¢h2 ¤f3+ 6.¢xh3 g1=£ 7.a8=£ £h2+ do al rey en forma segura de los jaques des-
8.¢g4 ¤e5+, con un rápido mate, las blan- de la retaguardia.
cas no se salvan». 1.g4! £d2 2.¢g3 £c3+ (si 2...£c1;
En la partida se jugó 1.¤c4+ ¢d5 no sirve 3.£h5+ ¢g8 4.£xe5, por 4. ...
2.¤e3+ ¢e4 3.a4 (a 3.b4, Botvinnik pen- £g1+; sino 3.£f5+ ¢g8 4.g5, amenazan-
saba jugar 3. ... ¤d4 amenazando ¢f3 y do g6); 3.¢h4 £d4 4.£f5+ g6 (en caso de
¢xf2); 3...¢d3 4.¤d5 (si 4.a5, entonces 4. retroceso del rey negro, decidía el avance
... ¢e2 5.a6 ¢xf2 6.a7 g3); 4...¢e2 5.¤f4+ del peón hasta g6. Ei rey blanco, en cam-
¢xf2 6.¤xh3+ (también perdían con bio, encontraba refugio en h5 y luego de
6.¤xh5 g3 7.¤xg3 ¢xg3 8.a5, en vista de la jugada £d1+ de las negras, los jaques se
8. ... h2 9.a6 ¤g5 10.a7 ¤e4 11.a8=£ ¤f2 terminaban con f3); 5.£f7+ ¢h6 6.£f6
mate); 6...¢f1! 7.¤f4 g3 8.¤g2 ¢f2 9.a5 ¢h7 7.¢g5 £d2+ 8.f4! exf4 (después de
h4 10.¤f4 ¢f1! 11.¤g2 h3 12.¤e3+ ¢f2 8...£xf4+ 9.£xf4 exf4 10.¢xf4, la victoria
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
de las blancas no es difícil. Por ejemplo 10. za que tienen las blancas es tablas por aho-
... ¢h6 11.¢e5 ¢g5 12.¢e6, o 10...¢g8 go, en caso de 5...b4 6.axb4 axb4 7.¢h8
11.¢g5 ¢g7 12.h4 ¢h7 13.¢f6); 9.£f7+ b3 8.h7. Pero las negras contestaron con 5.
¢h8 10.¢h6! El mate es inevitable y las ... a4! 6.¢h8 b4 7.h7, decide otra jugada
negras abandonaron, ya que a la jugada 10. más por la limitación: 7. ... ¢f8!; con un
... f3+ sigue 11.g5. completo «zugzwang». No es difícil ver que
ahora las blancas reciben mate en cuatro
LIMITACION DE LA MOVILIDAD jugadas.
DE LAS PIEZAS La limitación de la movilidad del rey se
ilustra bien en el conocido estudio de Ema-
Con este método el rey activo aparta nuel Lasker:
al rey u otras piezas del enemigo del sector
decisivo de la lucha. Por lo general, tal limi-
tación de la movilidad del rey y las piezas
lleva al «zugzwang».

Doda v. Bouwmeester (Varna, 1962)

A primera vista la posición aparenta


terminar en tablas. Pero las blancas logran
llevar paulatinamente al rey negro hasta
la segunda horizontal y concluir la lucha
mediante el golpe distrayente ¦xg2. La so-
lución del estudio es la siguiente: 1.¢b7
Las probabilidades de las negras para ¦b2+ 2.¢a6 ¦c2 3.¦g4+ ¢a3 (malo es
obtener la victoria parecen ser muy pro- 3...¢b3; por 4.¢b7 y c8=£); 4.¢b6 (ame-
blemáticas. Después de la natural 1...a5 nazando 5.¦xg2); 4. ... ¦b2+ 5.¢a5 ¦c2
2.¢g7 b4 3.axb4+ axb4 4.¢xh7 b3 5.¢g7 6.¦g3+ ¢a2 7.¦xg2, y ganan.
b2 6.h7 b1=£ 7.h8=£ £b2+, el empate es De las demás piezas, la que con mayor
evidente. Sin embargo, las negras dispo- éxito puede ser limitada por el rey activo es
nen de una ilustrativa maniobra mediante el caballo. (Veáse diagrama siguiente)
la cual su rey «amura» literalmente al rey Después de 1.h5 las negras pierden,
blanco. porque el rey blanco quita al caballo todas
1...¢d6! Después de 2.g4 a5 3.¢g7 las casillas desde las que podría detener al
¢e7 4.¢xh7 ¢f7 5.g5, la única esperan- peón. Al jugar las negras, tampoco es sen-
-49-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
cillo llegar a tablas. Salva únicamente: 1. ... de detener el peón); 4.¢e4 ¥h4 5.¢f3, y se
¢d5 2.h6 ¤e6 3.h7 ¤f8 4.¢f7 ¤e6. hace evidente que el alfil no logra entrar a
la diagonal a7-g1. Las blancas ganan.

GANANCIA DE MATERIAL

El rey activo se utiliza a menudo para


las conquistas materiales. Esto ocurre con
la irrupción del rey entre las fuerzas ene-
migas. La entrada se hace posible cuando
en la posición del enemigo existen puntos
débiles, es decir, sin control por parte de
peones o piezas. Por tales puntos se realiza
el paso del rey activo.

Raramente se logra limitar la movili-


dad del alfil. Uno de los casos en que esto
ocurre está indicado en un famoso estudio
de Otten.

No obstante, la casi idéntica disposi-


ción de las piezas, las posibilidades de las
partes están lejos de ser iguales. Las negras
poseen «holes» en f6 y h6. a través de los
cuales pasa sin dificultad el rey blanco. En
cambio, el rey negro es impotente contra la
Las blancas ganan debido a la posición formación cerrada de peones blancos.
excepcionalmente poco feliz del rey negro, Apreciemos la posición de una partida
que también pone su «grano de arena» en entre Reshevsky y Euwe (La Haya-Moscú,
la limitación del propio alfil. La solución 1948). (Véase diagrama siguiente)
del estudio es muy hermosa: Las fuerzas materiales son iguales, pero
1.a5 ¥f8 (de otra manera no es posible se nota diferencia en la distribución de los
detener el peón torre); 2.¢d5 ¥h6 3.g5+ peones. Después de 1.f4, el rey blanco tie-
¥xg5 (después de 3...¢xg5 4.a6 no se pue- ne un itinerario cómodo para la irrupción:
-50-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
f2-e3-d4-c5. Las negras, en cambio, no Más complicado es el problema cuan-
pueden acercarse a los peones blancos en do las casillas de irrupción del rey son con-
el centro. troladas por el enemigo. En tales casos, a
menudo se efectúa un sacrificio.

Siguió 1.f4 b4 (las negras intentan dis-


minuir la cantidad de peones en el flanco A esta situación llegó una partida entre
dama mediante cambios. La táctica de es- Averbach y Botvinnik (Moscú, 1955). El
pera habría sido completamente inútil. Por plan de las negras consiste en la irrupción
ejemplo 1...¢f8 2.¢f2 ¢e7 3.¢e3 ¥c6 de su rey en el flanco dama. Sin embargo,
4.¢d4 ¥e8 5.¢c5 a4 6.¥c2, y las negras la penetración directa no prospera, porque
están en «zugzwang». A 6. ... ¢f7 decide las blancas defienden las casillas c3 y d3. La
7.¢d6); 2.axb4 axb4 3.¢f2 c3 4.b3 (era tentativa de canjear al caballo cambia poco
posible también 4.bxc3 bxc3 5.¥c2 y las la suerte de las negras, ya que las blancas
blancas, después de ganar el peón alfil, con- erigirán una posición invulnerable (alfiles
cretaban fácilmente su superioridad. En el de distinto color). Por eso las negras, por
caso presente, en cambio, al conservar el ahora, tratan de fortalecer al máximo la
peón caballo las blancas ganan en forma posición de sus piezas, y luego sacrifican
más sencilla aún). un peón para alejar al caballo blanco de la
4...¢f7 5.¢e3 ¥c8. Las negras aban- casilla c3 de las blancas.
donan. Siguió 1...¢d4 2.¥e2 ¥c8 3.¢g2
Keres da una posible variante: 6.¢d4 (tampoco ofrecía una defensa satisfactoria
¥g4 7.¥c2 ¢e6 8.¢c5 g5 9.fxg5 ¢e5 el plan consistente en trasladar el rey a c2.
10.¢xb4 ¢d4 11.g6 ¥e6 12.g7 ¥g8 Por ejemplo: 3.¢e1 ¥e6 4.¢d1 ¥f7 5.¢c2
13.¢a5, con la consiguiente b4, ganando a5 6.¥d1 ¥g6; y las blancas están en «zu-
fácilmente. gzwang», ya que las negras amenazan 7. ...
En este ejemplo notamos una irrup- f4 8.gxf4 e3+); 3...¥d7 4.¢f1 ¥e8 5.¢g1
ción directa del rey a lo largo de casillas dé- ¥f7 6.¢g2 a5 (todas las piezas negras ocu-
biles. Las negras no lograron crear barreras paron posiciones ideales. Ahora decide el
en su camino. sacrificio del peón alfil); 7.¢f1 f4! 8.gxf4
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
gxf4 9.¤xf4 (es obligada la aceptación del ¥a5 9.¢e8 b5 (de otra manera 10.¢f8
sacrificio. Si 9.¢g1, sigue 9. ... f3 10.¥f1 - g8- h7 - ¢xh6. Si 9...¢g7; entonces
¥e6 11.¢h2 ¥h4 12.¢g1 ¢c5! 13.¤f4 10.¢e7); 10.axb5 ¥c7 11.¢d7. Las negras
¥f5 14.¤d5 ¥d8; y las blancas están obli- abandonaron.
gadas a dejar pasar al rey enemigo hacia los
peones del flanco dama). EN APOYO DEL PEON LIBRE
9...¢c3 10.¥d1 ¢d2 11.¥g4 ¢c2
12.¥e6 ¥xe6 13.¤xe6 ¥e7 14.¤d4+ ¢c3 Es muy importante establecer la inte-
15.¤f5 ¥f8 16.¤g3 ¢xb3 17.¢e2 ¢xa4 racción del rey con los peones libres. A me-
18.¤xe4 ¢b3 19.¢d3 a4 (el plan de las nudo el resultado de la partida depende de
negras está concretado. Decide el peón si el rey alcanzará o no a ayudar al peón en
a); 20.¤d2+ ¢b2 21.c5 b5 22.c6 ¥d6 su avance.
23.¤e4 ¥b8 24.¤c3 a3 25.f4 ¥xf4. Las
blancas abandonaron. E. Paoli

En esta posición de un encuentro entre Ganan las blancas


Grund y Just (Weimar, 1968), las esperan-
zas de las blancas de conseguir la victoria A primera vista, la victoria de las blan-
pueden tornarse reales en el caso de poder cas no es clara. Su rey está lejos y los peones
eliminar los peones negros b o h. Las blan- son detenidos. Es evidente, como ejemplo,
cas, mediante un sacrificio, despejan el te- la siguiente variante: 1.f5 ¢xe2 2.f6 ¢e3
rreno para su rey. 3.f7 ¥d5 4.¢g7 ¥xf7; y tablas.
1.b4! ¥xb4 Sin embargo, mediante una ingeniosa
Si 1...cxb4, entonces 2.¢b3 ¥c1 maniobra las blancas llegan a tiempo con
3.¢xb4 ¥e3 4.¢b5 ¢e7 5.¥d5 ¥g1 6.a4 su rey en apoyo de los peones, 1.e4! ¥xe4
¥d4 7.c5 bxc5 (o 7...¥xc5 8.a5); 8.¥c4!, y 2.¢f7 ¢e2 3.¢e6 ¢e3 4.¢e5. Las negras
uno de los peones blancos corona. se hallan en «zugzwang». Ahora a 4. ...
2.¢b3 ¥a5 3.¢a4 ¢e7 4.¢b5 ¢f6 ¢d3; o al retroceso del alfil a lo largo de la
5.¥d5 ¢e7 6.¢c6 ¢f6 7.¢d7 ¥c3 8.a4 diagonal h7 – b1, decide 5.d5, y en el caso
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Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
de 4...¢f3 (o el retroceso del alfil a lo largo Es por eso que las blancas rehusaron cap-
de la diagonal a8 – h1) gana 5.f5. turar el peón, escapando al mismo tiempo
de otra tentación. Kotov ofrece la siguiente
S. Isenegger curiosa variante: 3.f7+? ¢f8 4.¢f6 ¦f2+
5.¢g6 g3 6.¦b8+ ¢e7 7.¦e8+ ¢d7 8.¦e3
g2 9.¦g3 ¢e7; tablas).

Las blancas ganan de una manera inge-


niosa, combinando amenazas de avance de
ambos peones. 3...¦f2 4.f7+ ¢f8 5.¦b8+ ¢e7 6.¦e8+.
1.e6 ¤g3 2.¢e5 ¤h5 3.e7 ¤g7. Las negras abandonaron.
Si bien el caballo logra detener el peón, Ahora conozcamos la posición que
el rey blanco persigue al caballo y logra ga- surgió en una partida entre Capablanca y
nar tiempo para apoyar al otro peón. Lasker (Nueva York, 1924).
4.¢f6 ¤e8+ 5.¢f7 ¤d6+ 6.¢e6
¤e8 7.¢d7 ¤f6+ 8.¢c6! ¤e8 9.b7 ¢a7
10.¢d7 ¤f6+ 11.¢c8, y las blancas ganan.

Kotov v. Eliskases (Estocolmo, 1952)


(Véase diagrama siguiente)

La interacción de piezas blancas de-


cide rápidamente el resultado de la lucha.
1.¢e6 ¦e2+ 2.¢f5 g4 3.¢g6! (una juga-
da muy importante. Llamamos la atención
del lector sobre este procedimiento carac-
terístico: el rey penetra en la retaguardia
del enemigo, refugiándose detrás del peón
rival. Si no existiera el peón negro, la parti- Las blancas jugaron 1.¢xg4, supo-
da terminaría evidentemente en tablas, ya niendo razonablemente que los peones li-
que el rey no podría cubrirse de los jaques. bres, apoyados por el rey, serán más fuertes
-53-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
que el alfil. Las negras no pueden rehusar mente, tal método de juego es el único que
el cambio de las damas. Así, por ejemplo, a lleva a la victoria. Así, por ejemplo, si el rey
1...£b3 decide 2.£f6+ ¢h7 3.£h6 mate. negro no hubiera avanzado en ayuda de sus
Siguió 1. ... £xf5+ 2.¢xf5 ¥d5 3.b4 a6 peones, entonces el rey blanco habría blo-
4.¢g4! (una ingeniosa maniobra. Justa- queado el peón alfil.
mente de esta manera el rey apoya mejor 1...¢e6! 2.¢f2 c5 3.¢e3 ¢d5 4.¦b8
el avance de los peones libres. Mucho más Si 4.¢d3, entonces 4. ... c4+ 5.¢c3
débil era 4.¢e5, por 4. ... ¢g6); 4. ... ¥c4 ¢c5 6.h4 b5! 7.¦xa5 ¦f7 8.¦a8 ¦f3+
5.f5 ¥b3 6.¢f4 ¥c2 7.¢e5 ¢f7 8.a4! 9.¢c2 ¦f2+ 10.¢c1(10.¢c3 b4 mate),
Esta jugada se hizo con el fin de crear 10...b4; y las negras ganan fácilmente. Es
un tercer peón libre. Las negras no pueden por eso que las blancas deciden contraata-
impedir la realización del plan de las blan- car.
cas. 4...¦c6 5.h4 c4 6.¢d2 ¢c5 7.h5 ¢b4
8... ¢g7 9.d5 ¥xa4 (si 9...cxd5; en- 8.¦g8 b5 9.¦g6 ¦c5 10.g4.
tonces 10.¢xd5 ¥xa4 11.¢xe4); 10.d6 c5 No obstante, todos los esfuerzos, las
11.bxc5 ¥c6 12.¢e6 a5 13.f6+. Las ne- blancas pierden porque el rey negro asegu-
gras abandonaron. ra el avance imperturbable de sus peones
Si 13. ... ¢f8 entonces 14.g6. hacia su coronación.
10. ... ¢b3 11.¦e6 c3+ 12.¢c1 ¦c4
Konstantinopolsky v. Kotov 13.¦e5 b4 14.¦e1 (14.g5 ¦g4), 14...¦xg4
(Bakú, 1945) 15.¦h1 ¦g2! 16.¢b1 (si 16.h6, entonces
16. ... ¦a2 17.¢b1 c2+), 16...¦b2+. Las
blancas abandonaron.
Veamos ahora posiciones en que la
creación del peón libre aún se está gestan-
do. En semejantes situaciones, un método
difundido de juego es el desplazamiento
del rey a aquel sector del tablero donde se
supone que se creará el peón libre.

Savon v. Yeljandinov (Riga, 1964)


(Véase diagrama siguiente)

Las negras tienen un peón más, y se


están preparando para capturar otro. Las
La posición es muy aguda. El factor blancas suponen, con razón, que su con-
decisivo para su apreciación no es la supe- trachance única —y, como se aclaró más
rioridad material, sino la capacidad de las tarde, suficiente— consiste en la maniobra
negras de crear más rápidamente la ame- ¢b5 – c6 - ¢xd6- Por eso jugaron
naza de coronar a su peón. Al efectuar di- 1.¢b5! Las negras, a su vez, contesta-
cho plan, se coordinan en forma exitosa las ron 1. ... ¦xh4? forzando así la continua-
acciones de los peones y del rey. Aparente- ción en que las ganancias materiales no las
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ayudaron a oponerse con éxito al rey y al ción de un peón libre en el flanco dama,
peón enemigos. Era imprescindible pasar y hacia allí se dirige su rey. El rey y el alfil
a la defensa mediante 1...¦c3! Después de pasivos son los principales detalles en la si-
2.¦xa4 parece que las blancas ganan con la tuación de las negras. Para no «dar vida»
maniobra ¦a7- ¢b6 - ¦c7 - ¢c6. El final de al alfil negro es que Alekhine no toma al
peones en dicha variante, por supuesto, es peón.
desesperado para las negras. Sin embargo,
había una curiosa posibilidad de defensa a
disposición de ellas: a ¢b6 y ¦c7. tenían
que jugar ¦a3+! Ahora, a ¢c6 sigue ¦a6+,
y el rey blanco no pasa.

Siguió: 1.¢d3! ¢g8? (era imprescin-


dible aumentar la movilidad del alfil me-
diante 1...e4+);
2.¢e4 ¦b8 3.b4 ¢f7 4.b5 ¢e6 5.c4
¢d7 6.¦a7 ¥d6 7.¢d5! (el rey colabora
En la partida se jugó: 2.¢c6! ¦xe4 activamente en la creación del peón libre.
3.¢xd6? ¢f8 (se amenazaba mate); Peor era 7.c5, por 7. ... ¦xb5 8.cxd6 ¢xd6;
4.¦a8+ ¢g7 5.¢e7 (de la misma manera con chances de tablas para las negras),
que en la partida Kotov v. Eliskases, el rey 7...e4 8.b6 ¦f8 (tampoco es satisfactorio
blanco se ubicó cómodamente detrás del 8...¥xh2 9.c5 ¢c8 10.¢c6 cxb6 11.¦xg7,
peón enemigo). ganando —variante indicada por Alekhi-
5. ... ¦d4 6.d6 e4 (o 6...h4 7.d7 h3 ne—); 9.c5 ¦f5+ 10.¢c4. Las negras aban-
8.d8=£ ¦xd8 9.¦xd8 h2 10.¦d1 a3 11.¦h1 donaron.
a2 12.¦a1 e4 13.¦h1 ¢g8 14.¢f6 ¢f8
15.¢e5, ganando); 7.d7 e3 8.fxe3 ¦e4+ ALGUNOS CONSEJOS PRACTICOS
9.¢d6 ¦xe3 10.d8 ¦d3+ 11.¢e5. Las ne-
gras abandonaron. Al surgir el final procúrese orientarse
hacia las posiciones exactas. Trátese de es-
Alekhine v. Teichmann (Berlín, 1921) tablecer si es posible o no el paso forzado
(Véase diagrama siguiente) hacia la posición exacta.
Si no existe solución forzada de la po-
Las blancas están planeando la crea- sición, entonces es indispensable trazar un
-55-
Las Leyes del Final - Nikolai Krogius - Versión digital algebraica Prof. J.L.Matamoros
plan estratégico del juego futuro. Para la
elección del plan es muy importante una
evaluación exacta de la situación.
Por supuesto, es imposible ofrecer una
receta absoluta para la apreciación de todas
las posiciones en el final. Pero hay que te-
ner en cuenta una serie de consideraciones
que, en la mayoría de los casos, son factores
fundamentales para apreciar la situación.
Es importante definir las posibilidades
de creación y avance de peones libres. Sin
embargo, préstese especial atención a cada
movimiento de peón, pues es imposible co-
rregir el error. Los peones no retroceden.
Analícense los caminos de activación
máxima del rey y recuérdese que al dejar al
rey fuera de la lucha se juega, prácticamen-
te, con una pieza menos.
En el final, todas las piezas deben par-
ticipar en la lucha. Por eso evítese limitar
su movilidad; trátese de que ellas actúen en
forma armónica.
La significación del tiempo en el final
se acrecienta, cosa que hay que tener muy
en cuenta. Revísense con el mayor cuidado
las jugadas de «espera».
No se olvide que en muchas posiciones
del final cambian las correlaciones comu-
nes de valoración de piezas. La torre, en
posiciones abiertas, resulta de una fuer-
za equivalente a la de dos caballos. Dama
y caballo a menudo son más fuertes que
dama y alfil, sobre todo en el juego en un
flanco. El peón libre apoyado por una pieza
generalmente aumenta el valor relativo de
dicha pieza, etc.
Al estudiar un final trátese de aclarar
antes que nada los métodos de juego, y no
jugadas aisladas o combinaciones.

-56-
INDICE GENERAL

Capítulo I
¿CUANDO COMIENZA EL FINAL?.......................................... 7

Capítulo II
«ZUGZWANG»
Finales de peones ........................................................................... 15
Finales de torres.............................................................................. 18
Finales de piezas menores.............................................................. 19

Capítulo III
EL PEÓN LIBRE
El peón libre.................................................................................... 26
Finales de torres.............................................................................. 31
Finales de piezas menores............................................................. 37
Finales de damas............................................................................. 42

Capítulo IV
POSICIÓN DEL REY
El rey activo y el rey pasivo........................................................... 44
Centralización del rey.................................................................... 45
Ataque al rey pasivo....................................................................... 46
Limitación de la movilidad de las piezas..................................... 49
Ganancia de material...................................................................... 50
El apoyo al peón libre..................................................................... 52
Algunos consejos prácticos........................................................... 55

-57-
http://ajedrezlaluchacontinua.blogspot.com/

-58-
Nikolai Vladimirovich Krogius, nacido el 22 de julio de 1930 en
Saratov, es un gran maestro de ajedrez ruso, árbitro internacional
(1985), psicólogo, entrenador de ajedrez, administrador de ajedrez
y autor. Ganó varios títulos de torneos en Sochi y en eventos del
este de Europa, y apareció en siete finales soviéticas desde 1958-
71. Su mejor actuación fue en 1967, cuando ocupó el puesto 18 en
el mundo por un tiempo. Obtuvo su doctorado en psicología y se
especializó en psicología deportiva. Entrenó al Campeón del Mun-
do Boris Spassky durante varios años, también se desempeñó como
presidente de la Federación de Ajedrez de la URSS y fue coautor de
cinco libros de ajedrez.

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