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1-Explique por qué los representantes del pensamiento fundacional cubano

forman parte de ideología revolucionaria cubana


Los representantes del pensamiento fundacional cubano forman parte de ideología
revolucionaria cubana porque aportaron a su contenido las ideas básicas que permiten
dar continuidad al ideario revolucionario que en diversas ramas del saber han permitido
conocer y preservar los intereses de la patria y su identidad de las cuales ellos fueron
sus representantes. Por ejemplo, a través de la Ilustración como corriente político social
trataron de eliminar las trabas feudales, modificar las costumbres, la política y el
género de vida enfrentándose enérgicamente al dogmatismo religioso y contra los
métodos escolásticos del pensar. Entre algunos de sus representantes en Cuba se
encuentran: Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Antonio Saco
En el caso de Varela, defendió la independencia de América Latina, combatió la
esclavitud y divulgó, a través del periódico “El Habanero”, la necesidad de que Cuba
fuera independiente. Abrió el camino para una educación activa y científica. Denunció
los males de la dominación colonial española, confió en la juventud, reconociendo que
en ella radicaba la esperanza de la patria.
Saco: previno contra el peligro que representaba la anexión a Estados Unidos, por ello
escribió “... la anexión, en último resultado, no sería anexión, sino absorción de Cuba
por los Estados Unidos...”. Defendiendo la identidad y el ser cubano escribió “La idea
de la inmortalidad es sublime, porque prolonga la existencia en los individuos más allá
del sepulcro; y la nacionalidad es la inmortalidad de los pueblos y el origen más puro
del patriotismo.”
José de la Luz, considerado el padre de la pedagogía cubana formó hombres patriotas
que después se alzaron a la manigua para defender la independencia de Cuba. Acerca
de él escribió Martí “Supo cuanto se sabía en su época; pero no para enseñar que lo
sabía, sino para transmitir. Sembró hombres”

2- Argumente por qué el ideario martiano representa las aspiraciones de los


revolucionarios cubanos actuales.
El pensamiento y la ideología martiana forman parte de la Ideología de la Revolución
Cubana, por ello, es método y guía para la teoría y la práctica revolucionaria cubana
actual. De acuerdo a ello, el programa humanista martiano fundado en la axiología de
la acción se concreta es un paradigma de racionalidad humana, ética, cualificado como
autoconciencia de la cultura que imprime racionalidad a su proyecto político; los valores
éticos y políticos se integran en un nivel de concreción que prácticamente se identifican
lo que lo impregna de optimismo, fuerza y vitalidad a la empresa emancipadora;
sistema de valores martianos, conformados en la cultura y como hecho de conciencia
que en término sociales se expresan en términos ideo-políticos; lo que configura un
ideal que impulsa, orienta y regula el deber ser práctico-espiritual, por ello, Martí traza
caminos, crea confianza, cultura, cultiva razón y sentimientos y prepara conciencias
para realizar el ideal de la nación, funda una cultura con alma política, de carácter
nacional de contenido patriótico y amor desinteresado al prójimo; compendia en
síntesis conocimientos, valores, acción práctica y comunicación intersubjetiva, como
reproducción creadora de la realidad material y espiritual que encarna en un cuerpo
cultural de esencia política para realizar una república de naturaleza ético-moral, es por
ello que, la Constitución de la República contiene de forma explícita el pensamiento
martiano de que patria es humanidad y ser cultos para ser libres. Martí hizo política
práctica porque comprendió el arte de dirigir como un encargo social por el bien de
todos, tomando partido por la mayoría desheredada; su gran obra política fue la
creación del PRC para hacer la guerra necesaria por la República, transcendió porque
lo concibió y estructuró como empresa cultural de las grandes masas; con todos y para
el bien de todos encarna el ideal de las grandes masas, su proclama somos los pinos
nuevos expresa ese nuevo concepto del sujeto de la revolución y su proyección
programática deviene autoconciencia cultural de nuevos sujetos, por eso más que un
acontecimiento político puro, es una empresa cultural, donde lo político, lo ético y lo
estético se inter-penetran recíprocamente; proyecto emancipador de naturaleza nueva;
el programa emancipador martiano adquiere hoy más que nunca contemporaneidad y
exigencia social. Percepción martiana de que la política no es sólo un asunto de los
políticos, sino de toda la sociedad, como empresa cultural de toma de conciencia de las
masas trabajadoras de su status social, como ideal emancipatorio, como objetivo
común.
Martí calificó a la política de arte; categoría de la práctica, es cultura de hacer política
que combina adecuadamente la radicalidad y la armonía que se rige por principios
éticos y estéticos; otra categoría fundamental de la cultura de hacer política está en la
educación en su sentido más amplio y que en los programas del Ministerio de
Educación está contenido en su esencialidad, atribuyéndole gran importancia al
problema de la identidad nacional cubana por lo que contiene en su esencia la cultura
política y educacional presente en nuestra tradición intelectual. La cultura de hacer
política está vinculada a las más inmediatas necesidades populares y en la actualidad
con las ideas del socialismo algo que debemos compartir y difundir y que tendrá
incidencia en ello lo que hemos llamado la cultura de hacer política que representan
Martí y Fidel, si logramos que esa cultura sea patrimonio de las nuevas generaciones,
ellas tendrán influencia política, filosófica y culturalmente de enorme repercusión.

3- Fundamente por qué el antiimperialismo y el internacionalismo son


cualidades que en Cuba fueron gestados por la ideología revolucionaria
El antiimperialismo y el internacionalismo son cualidades que en Cuba fueron gestados
por la ideología revolucionaria en el transcurso del proceso de consolidación de la
nacionalidad cubana. Ejemplo de ello es que en las tropas del mambisado lucharon
combatientes internacionalistas, destacándose entre ellos Máximo Gómez y en la
guerra civil española lucharon combatientes revolucionarios cubanos como fue Pablo
de la Torriente Brau
Esto fue el resultado del desarrollo de un pensamiento revolucionario que encontró en
José Martí su expresión más alta en la segunda mitad del siglo XIX y que a lo largo de
la República neo-colonial fue desarrollado por Mella, Villena y Blas Roca entre otros.
Después del triunfo de la Revolución ese pensamiento fue enriquecido en la práctica
revolucionaria por el Che y Fidel entre otros. De igual forma el antiimperialismo
preconizado por Martí encontró en los más destacados revolucionarios cubanos el
fundamento ideológico que permitió crear conciencia acerca de la necesidad de
defender la patria y el socialismo ante las apetencias hegemónicas del imperialismo
norteamericano y sus aliados.

4- Caracterice los rasgos económicos, políticos y sociales de la sociedad


capitalista en el desarrollo actual del mundo contemporáneo.
Lugar histórico del imperialismo
Es la fase monopolista del capitalismo y se define por cinco rasgos económicos:
-Dominio de la economía por parte de los monopolios. Los Monopolios son
Asociaciones de capitalistas que controlan producción, precios y mercados, en
determinadas ramas de la economía, porque controlan la mayor parte de los medios de
producción más eficientes;
-Se consolida el capital y la oligarquía financiera.
-La fusión del capital bancario con el industrial conduce al surgimiento del capital
financiero y los capitalistas que controlan la oligarquía financiera
Rasgos del capitalismo monopolista
-Dominio de la economía por parte de los monopolios.
-Se consolida el capital y la oligarquía financiera.
-Exportación de capitales.
-Reparto económico del mundo.
-Reparto territorial del mundo
Lugar histórico del imperialismo
1-Es la fase monopolista del capitalismo y se define por sus cinco rasgos económicos
2-Es un capitalismo parasitario en proceso de descomposición.
3-Es un capitalismo agonizante que marca la transición hacia el socialismo.
–Se considera por muchos que el imperialismo actual se encuentra en una nueva fase:
la de las transnacionales
-Desde el punto de vista político, el capitalismo actual se caracteriza por ser el sistema
dominante en la arena internacional que impone al mundo sus intereses hegemónicos y
excluyentes de los países periféricos y subdesarrollados
Fuerzas impulsoras del imperialismo actual
-Dominios de las instituciones financieras
-Derrumbe del campo socialista
-Dominio del Norte a través del mundo unipolar
-Consolidación de las transnacionales
-La Revolución Científico y Técnica, en especial en las comunicaciones y en la
Informática.
-Apertura del mercado libre mundial sin el control estatal.
-El militarismo y la supuesta guerra contra el terrorismo como medio de presión.
Ejemplos del imperialismo actual:
-Las diez personas más ricas del mundo tienen un patrimonio superior una vez y media
a los países más pobres.
-En Estados Unidos los billonarios aumentaron de 13 en 1982 a 170 en el 2000.
-Cien transnacionales poseen 34 billones en activos, un sexto de todo el mundo.
Las principales transnacionales del mundo
Sus activos superan los cinco billones de dólares.
-Controlan el 6% de la población mundial. (150 millones de personas)
-Controlan el 70% del mercado mundial.
Consecuencias de esta realidad
-Aumento acelerado de la deuda externa.
-Desnacionalización de las riquezas del Tercer Mundo
-Un gran abismo entre el Norte y el Sur
-El Tercer Mundo transfiere al Primero más de 500 mil millones de pesos anuales.
-88 países subdesarrollados vendieron al capital extranjero, 3 801 propiedades
estatales.
-Viven en la pobreza crítica 1 500 millones de personas.
-Según Fidel “La riqueza desbordante del Norte es el resultado de la salvaje
explotación colonial y neocolonial del Sur.”
ORDEN ECONÓMICO
-Globalización Neoliberal
-Transnacionales
Nuevo orden económico
-monoproducción, monomercado.
- liberalización del comercio.
- intercambio desigual.
- fuga de capitales.
-embargo económico.
-libre cambio de monedas.
-dolarización.
-derroche de recursos naturales
Nuevo Orden Impuesto
-ideológico-cultural
-Guerra mediática.
-Norteamericanización.
-Sociedades de consumo.
-Creación de superhéroes.
-Transculturación.
-Robos de cerebros.
Agudización de los problemas sociales
-emigración
-prostitución
-juegos
-drogas
-desempleo
-enfermedades
-analfabetismo
-violencia
-xenofobia
-viviendas
-explosión demográfica
-mortalidad infantil

5- Ejemplifique la siguiente afirmación: “(…) el capitalismo es la


exacerbación de los instintos y de las ambiciones individuales, es una perenne
corrupción del hombre”. Fidel Castro ( Discurso, 1972)
El capitalismo actual rinde culto al individualismo, al egocentrismo y a la ambición
personal. Ser un hombre o mujer de éxito es alcanzar la mayor escala en la cúspide
social, de ahí que esa persona sea un ejemplo digno a seguir
En las películas norteamericanas por ejemplo, el héroe o super-héroe que cuando más,
se vincula con otros de su misma condición, por lo general es un ser solitario, que no
confía ni cree en nadie
El llamado sueño americano, descansa en la idea de que tener cada vez más dinero es
la condición básica para ser persona y que para obtenerlo, cualquier medio es válido,
incluso el engaño, la mentira y hasta el asesinato.
La corrupción es por ello, una necesidad innata en la persona de acuerdo a la lógica
imperial, por lo que si para obtener votos, por ejemplo, se alteran las elecciones y
engaña a la sociedad es a todas luces válido ese proceder
De igual forma, utilizar las diferencias religiosas o ideológicas para crear conflictos y
antagonismos que justifiquen la guerra o la intervención en cualquier lugar del mundo
es y debe considerarse como algo natural, ocultándose el hecho de que la verdadera
razón es la ocupación de territorios y el reparto económico del mundo entre las
potencias capitalistas
Ejemplos del imperialismo actual:
-Las diez personas más ricas del mundo tienen un patrimonio superior una vez y media
a los países más pobres.
-En Estados Unidos los billonarios aumentaron de 13 en 1982 a 170 en el 2000.
-Cien transnacionales poseen 34 billones en activos, un sexto de todo el mundo.

6- Construye un texto en el que valores la solución revolucionaria que


ofrece el pensamiento de Fidel a los problemas globales que hoy afectan al
mundo
Estamos ante hechos nuevos y fenómenos nuevos; estamos en la obligación de
analizar estos fenómenos nuevos. Porque no puede haber nada más antimarxista que
el dogma, no puede haber nada más antimarxista que la petrificación de las ideas. Y
hay ideas que incluso se esgrimen en nombre del marxismo que parecen verdaderos
fósiles. Tuvo el marxismo geniales pensadores: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin,
para hablar de sus principales fundadores. Pero necesita el marxismo desarrollarse,
salir de cierto anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las
realidades de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria y no como una iglesia
seudo-revolucionaria
Para Fidel la solución de los problemas actuales que afectan a la humanidad se
encuentran en la sustitución del capitalismo por un sistema más justo de equidad y
justicia social. Al respecto señala “Esperamos, desde luego, que por afirmar estas
cosas no se nos aplique el procedimiento de la “Excomunión” y, desde luego, tampoco
el de la “Santa Inquisición”; pero ciertamente debemos meditar, debemos actuar con un
sentido más dialéctico, es decir, con un sentido más revolucionario.
Es necesario que los fenómenos contemporáneos los analicemos, los estudiemos
profundamente, por ejemplo: la crisis económica y medio ambiental, el problema de la
guerra, la desertificación, la destrucción de la capa de ozono, el subdesarrollo, la deuda
externa, la dependencia de los centros hegemónicos y de poder. El análisis de estas
concepciones, cada vez más tendrán que ser la obra de equipos de hombres más que
de hombres individuales. De la misma manera que en la ciencia el investigador aislado
ya prácticamente no existe ni puede existir, en la política, en la economía, en la
sociología, los investigadores aislados, el surgimiento de hombres geniales en las
condiciones modernas se hace cada vez más imposible.
Y hay un cierto subdesarrollo en el campo de las ideas políticas, en el campo de las
ideas revolucionarias. Y de ahí se deriva la enorme confusión que existe hoy en el
mundo, la enorme crisis que existe en el campo de las ideas, es decir, en el campo de
las doctrinas, en el momento en que precisamente las actitudes y los sentimientos
revolucionarios del mundo crecen. Nadie puede decir que tiene toda la verdad; nadie
puede declarar hoy, en medio de la enorme complejidad del mundo, que tiene toda la
verdad. Nosotros tenemos nuestras verdades aquí, surgidas de nuestra experiencia,
aplicables a nuestras condiciones: y tenemos nuestras deducciones y nuestras
conclusiones; pero nunca hemos pretendido ser catedráticos, nunca hemos pretendido
ser monopolizadores de las verdades revolucionarias.
Sin embargo, hemos visto cómo las verdades revolucionarias se van encontrando,
cómo las verdades revolucionarias van surgiendo como resultado del análisis, del
esfuerzo de muchas inteligencias”.
Hay problemas nuevos, que corresponde a los partidos revolucionarios y progresistas,
a la teoría marxista-leninista enfocar, esclarecer y resolver. Hay ideas que deberán ser
enriquecidas interpretando de una manera correcta el marxismo-leninismo. Todo esto
está muy relacionado con la construcción del socialismo.
Digamos que ya, de por sí, Lenin hizo un enorme aporte cuando concibió la posibilidad
de construir el socialismo en un país económicamente atrasado, en un país que no era
una potencia industrial, el viejo imperio de los zares. Incluso, durante un tiempo se
concibió dentro del pensamiento revolucionario que solo era posible la revolución si
tenía lugar, en primer lugar, en los países más industrializados, y simultáneamente en
varios países industrializados. Un mérito histórico enorme de Lenin fue haber
concebido la posibilidad de que se podía construir el socialismo, aun en un país
industrialmente atrasado.
Desde luego que la construcción del primer Estado socialista en esas condiciones tuvo
un precio de sacrificio enorme, terrible, un aislamiento, un bloqueo, una necesidad de
desarrollar y de inventar dos veces la ciencia, la técnica, la tecnología, y desarrollar con
sus solos recursos, los solos recursos de un país atrasado industrialmente, y, además,
destruido, un régimen socialista. Esa es una proeza histórica, de las más grandes que
el hombre ha hecho, aunque todavía se sufren en cierta forma las consecuencias.
En la época de Marx, no existía siquiera el imperialismo. El imperialismo es un
fenómeno nuevo que Lenin investiga y analiza para orientar la lucha revolucionaria en
esas condiciones nuevas. Y de eso se trata, tenemos muchos problemas nuevos que
resolver y muchos obstáculos que vencer, porque es muy nueva esta experiencia y la
construcción del socialismo se ha hecho, en cierta forma, ensayando, probando y
rectificando

7- Construye un texto en el que compares las tipologías de culturas políticas


prevalecientes en el mundo actual
La cultura política y su desarrollo está condicionada por el nivel de desarrollo alcanzado
por la sociedad en su devenir histórico, en correspondencia con la Formación
Económico Social de que se trate y por consiguiente por el Modo de Producción y las
condiciones materiales y de vida de los distintos autores y sujetos sociales (clases,
partidos, grupos sociales, organizaciones no políticas y otras). Adquiere sus
particularidades de acuerdo a las características de cada país, de sus tradiciones y
valores políticos, y su reflejo en la manera de hacer política y en la conciencia social.
De acuerdo a ello sería erróneo hablar de cultura política en general, como abstracción
desvinculada del contexto histórico concreto y de los intereses espirituales y materiales
de las distintas clases y grupos sociales, relacionados más directamente con la
economía y el derecho, la práctica política, así como con las diversas formas de la
conciencia social. No queremos significar que no tenga validez la definición del
concepto cultura política, a nuestro juicio necesaria como generalización de las
características esenciales del objeto de investigación y necesario en el orden teórico
metodológica para una adecuada interpretación de lo que se considera como cultura
política, la dificultad entonces radica en las diversas y múltiples definiciones e
interpretaciones que se realizan entorno a la esencia y contenido de este concepto,
todos ellos portadores de los intereses muy específicos de los autores, que le imprimen
su sello particular y que queriéndolo o no defienden modos específicos de sus intereses
clasistas.
Es característico dentro de esta problemática, por ejemplo, antes de mediados del siglo
XX la defensa abierta o solapada de los llamados valores de la cultura occidental y la
forma de extrapolar estas interpretaciones (a-históricas y descontextualizadas) a toda la
sociedad, independientemente del nivel de desarrollo alcanzado por los distintos países
y pueblos.
El análisis y estudio de la sociedad en general y de las formas específicas que esta
adquiere como proceso muestra regularidades e indicadores del nivel de desarrollo
alcanzado en la cultura política por los distintos pueblos y países los cuales no fueron
objeto de reflexión por los teóricos, políticos y estudiosos de la sociedad y del sistema
político en particular debido a que no era una necesidad ni teórica ni práctica su debate
hasta bien entrado el siglo XX, esto ha llevado a muchos a considerar que la cultura
política surge como fenómeno a partir del momento en que se inicia el debate entorno a
su conceptualización, precisamente en la década del 50 del siglo XX es que ocurre
esto, e irrumpe con fuerza cada vez mayor la polémica, condicionada por las
peculiaridades que la nueva realidad política impone al mundo en general y al
capitalismo en particular.
Precisamente es la politología occidental la que hace eclosión entorno al concepto de
cultura política, como necesidad de explicar y justificar el status quo o estado de orden
(o de desorden) existentes en los países capitalistas desarrollados lo que era revelador
o sintomático de la crisis política, cultural y de gobernabilidad que afectaba y afecta a
esta sociedad y al mundo en general en la llamada era de la globalización, de ahí los
intentos de hacer partícipe de sus interpretaciones dogmáticas a todo teórico o
académico y convencer a las grandes masas de que su sistema político es el ideal no
obstante reconocer que existen ciertos “errores”, “insuficiencias,” o “fallas” atribuibles
según ellos a la naturaleza humana, ese debate ideológico y político en particular se
lleva a cabo ahora en todas las esferas a pesar de que esos teóricos capitalistas
comparten, defienden y divulgan las tesis del fin de la historia y de las ideologías, una
simple reflexión muestra que si esto es así, entonces para qué cuestionar o debatir algo
que se da por hecho.
La realidad, testaruda, es bien diferente, no pueden dejar de reconocer que la crisis de
la llamada sociedad occidental se hace cada vez más aguda, evidente e insoslayable y
que hace falta buscar desesperadamente fórmulas que indiquen que ese fantasma es
pasajero, por otro lado, la utilización de los medios de información, el intercambio
académico y el nivel cultural que va alcanzando el mundo actual a pesar de las
desigualdades científico técnicas entre países ricos y pobres, de la marginalización y la
desinformación a las que se somete al llamado III Mundo o países del Sur, demuestran
que se va tomando cada vez más conciencia de que el sistema político capitalista y los
valores que defiende no son monolíticos ni inconmovibles y que resultado de ello es la
política hegemónica, agresiva, guerrerista e inhumana que llevan a cabo en sus
intentos por dominar al mundo, agravados por los problemas ecológicos y ambientales
que ellos mismos han generado lo que indica la inviabilidad de su sistema al poner al
mundo al borde de la destrucción.
¿Cómo se refleja toda esta realidad a través de la cultura política?
Si partimos del supuesto y la validez teórica y práctica de que la cultura política no
existe como fenómeno abstracto en general, es decir, desvinculada de la realidad
histórica-concreta, tenemos que reconocer que en las sociedades actuales existe la
cultura política de los explotadores (cultura política de la dominación)y la cultura política
de los explotados (cultura política de la emancipación) y de los defensores y
exponentes de una sociedad más justa y equitativa, portadora de los valores culturales
del socialismo, vale decir de una verdadera democracia y justicia social.
Puestos los pies en el terreno de esa realidad bien concreta y objetiva, se impone un
breve análisis conceptual de los defensores de ambas posiciones.
Desde las posiciones de los que toman partido por el capitalismo (es decir de los
explotadores), la cultura política es sinónimo de cultura occidental (excluyente de por sí
de las otras culturas) considerada como valor supremo de la llamada democracia
representativa, de su sistema político, económico y social, centralidad de
comportamientos individuales y grupales que representan a esa sociedad e
identificados y representados por el Estado burgués y la llamada economía de
mercado, en síntesis, ésta es la visión que les interesa y que están interesados que
asuman los demás.
Sin embargo, no todas las posiciones y concepciones teóricas acerca de la cultura
política representada por los ideólogos y defensores del capitalismo es asumida de
igual forma, todos apuntan a la misma esencia (defensa del status quo), pero difieren
en las interpretaciones que realizan en torno a este problema.
Para algunos, la cultura política es entendida como un tipo particular de orientación
hacia los objetos políticos y el sistema político (Gabriel Almond), más tarde, Almond y
Sidney Verba la consideran como un sistema de orientaciones y pautas cognoscitivas,
emocionales y valorativas de los individuos sobre el sistema político y diferentes
institutos, sobre su propia personalidad en el proceso político, para otros, es entendida
como cultura política de la élite y cultura política de las masas, subjetividad que asigna
significación a las decisiones políticas, regula las instituciones y da sentido a la
actuación individual (Lucien Pye y S. Verba).
Otros investigadores consideran que la cultura política tendría que ver con los
conocimientos, valores, creencias, sentimientos y actitudes de los individuos ante la
política y los asuntos ligados a ella, proceso que es estudiado y medido a través de
encuestas o escalas de actitud.
Para estos autores, es común presentar la cultura política como resultado de la
experiencia individual del sujeto, interpretación subjetiva y psicologista del proceso
político y de sus resultados.
Desde otra perspectiva, antropólogos, historiadores y psicólogos sociales se interesan
por un conjunto de fenómenos que a su juicio tienen que ver con la cultura política, son
los llamados “imaginarios, “mentalidades, “representaciones sociales” que distintos
grupos conforman acerca de la realidad en general, y acerca de la vida política en
particular. A nuestro criterio, interpretación subjetivista y en extremo abstracta.
Para Robert Putnam, investigador norteamericano de la Universidad de Harvard es
referida a la participación política y al compromiso ciudadano en los asuntos comunales
lo cual hace depender del grado de confianza interpersonal que históricamente se
desarrollaron en una sociedad o en una comunidad determinada a. David Laitin, de la
Universidad de Chicago, replica que el desarrollo democrático no se nutre
exclusivamente de una vida asociativa de la ciudadanía, ya que, sin una
institucionalidad política que regula y marque ciertos límites y horizontes, ese desarrollo
puede resultar errático o incluso abortado, y pone como referente al fascismo italiano
En América Latina se destaca el investigador Norbert Lechner, quien expresa
explícitamente la idea de “subjetividad” aludiendo al mundo cultural y valorativo de los
sujetos participantes en la vida política.
Según otros autores, la problemática de la cultura política se relaciona con la cuestión
de la identidad o de las identidades (nacionales, étnicas, sociales, regionales, locales,
sexuales, de género y otras).
En trabajos de historia de la educación, o de sociología de la educación, ven al sistema
educativo como un componente básico o subsistema de la cultura, aspecto muy
importante para comprender ciertas pautas históricas de socialización política de la
población y las posibilidades de acceso a los valores de la modernidad (la idea de la
democracia, la autonomía individual, al reconocimiento de la pluralidad, etc.).
Por cultura política otros estudiosos (lingüistas, semiólogos, antropólogos) la han
entendido como simbología del poder (emblemas, himnos, escudos, banderas), los
discursos desde las cuales se construye o legitima la autoridad política.
En nuestra opinión, la problemática acerca qué es cultura política y la diversidad de
definiciones e interpretaciones está sujeta a los intereses de los especialistas referidos
a sus respectivas especialidades (politólogos, antropólogos, historiadores, psicólogos y
otros), sin embargo, es común a todos ellos el tratamiento del fenómeno desde una
óptica política o cultural, de marcado subjetivismo y que no apuntan a las raíces y
solución práctica de la problemática, es decir, debate teórico, abstracto y
descontextualizado de la realidad política, económica y social que afecta a sus
respectivos países y por consiguiente al sistema, no como necesidad de cambios
radicales y de trasformación revolucionaria de esa sociedad lo que implicaría reconocer
que la cultura política vista desde sus puntos de vista no es otra cosa que la
justificación, un poco más de lo mismo.
Otra es la situación en cuanto a la definición, contextualización y referentes acerca de la
cultura política vista a la luz de los intereses de los desposeídos y de los que luchan por
una verdadera democracia y justicia social, por el socialismo, tal es el caso cubano.
Cuba y su cultura política.
En nuestro país los estudios sobre cultura política no poseen una amplia bibliografía
especializada, de estudiosos que se hayan dedicado a la reflexión en torno al concepto
cultura política. Los estudios se han dirigido fundamentalmente al análisis de los
referentes que explican la peculiar cultura política del cubano en los marcos de una
cultura general integral y explican el apoyo y el consenso a su sistema político y
sociedad en general.
En diversos artículos, monografías, revistas y Maestrías se ha abordado esta
problemática desde diferentes perspectivas lo que conforma un rico material para la
reflexión teórica y posibles aportes a su investigación. Por su parte el Estado cubano y
en especial el Ministerio de Educación le han concedido gran importancia, muestra de
ello es la inclusión dentro de los programas de asignatura el de Cultura Política en la
Educación de Jóvenes y Adultos, en las Sedes Pedagógicas, en los Preuniversitarios y
en los Institutos Superiores Pedagógicos a partir del curso escolar 2001-2002 y por
consiguiente a la formación de una elevada cultura política en los profesores y
estudiantes que contribuya a la formación de hombres y mujeres comprometidos con la
revolución y con conocimiento de la ciencia y la técnica, es decir un capital humano
capaz de garantizar la continuidad de la revolución y la defensa de las conquistas del
socialismo.
Se destacan en este empeño, entre otros, Carlos Cabrera Rodríguez, para quien la
cultura política expresa el nivel de conocimientos alcanzados y de representaciones
existentes sobre la política, los intereses hacia ella, que incluyen las valoraciones y
relaciones emocionales que guardan las diferentes clases y grupos sociales con
respecto al poder político, así como aspectos de orden organizativos-conductuales que
conforman la vida política, entendidas como tradiciones, símbolos políticos, roles
políticos y modelos de conducta política. Cabrera le confiere gran importancia en el
desarrollo y funcionamiento de la cultura política a la influencia del desarrollo histórico
de la sociedad en general y del sistema político en particular, a los factores étnicos-
nacionales, demográficos, religiosos y socio-clasistas, considera además, que refleja el
nivel de desarrollo de un sistema político y que influye en el desarrollo de la cultura
política la educación política, la conducta política y la opinión pública.
Para Rafael Hernández la cultura política es un sistema interconectado de
conocimientos y de valores políticos, conductas concretas que se conforman en un
proceso de socialización que va más allá de la inculcación de valores, de las
instituciones y de los aparatos políticos: son la familia, los medios de difusión, la
escuela, las organizaciones juveniles, las asociaciones religiosas y sociales y en
general, las instancias de participación de los individuos los que determinan su cultura
política. Apunta Hernández que plantearse con madurez, conocimiento de causa y
cultura los cambios que necesita el país es lo que hace que la cultura política cubana
sea la diferencia fundamental con relación a otros países, cuyo desarrollo se manifiesta
en el apoyo popular al sistema político, a su identificación con el mismo, al mayor
pluralismo y definición del Estado sobre la base del concepto de pueblo y trabajadores,
por la democracia refrendada en la Constitución, a la unidad política y la defensa del
socialismo en términos de defensa de la patria, la soberanía y la independencia
En un trabajo conjunto con Harold Dilla, Hernández explicita estos términos por lo que
para ambos autores la cultura política es referente para comprender el sustrato del
sistema político cubano y modalidades de participación ciudadana, de protección del
Estado al individuo, sus derechos laborales, individuales y comunales sustentador de
valores sociales, consideran que la cultura política cubana es el resultado de la
confluencia de diversas culturas, de rebeldía contra la opresión interna y externa, del
ideario político martiano, de las luchas por la independencia y la liberación, de la
discusión en torno a cuestiones políticas y resultado además de la educación política, la
socialización de las nuevas ideas, la igualdad social y de valores como justicia social,
democracia, equidad, del consenso político, las tradiciones patrióticas y revolucionarias
y la solidaridad.
Armando Hart Dávalos en un estudio más abarcador vincula la cultura política a la
cultura entendida como segunda naturaleza, a los conceptos de justicia, política culta,
autodeterminación, soberanía nacional, identidad cultural, cultura ética, patriótica,
jurídica, cultura de liberación y cultura de dominación, todos ellos de un profundo
sustrato martiano.
Ante los retos impuestos a Cuba por la globalización neoliberal, se hacía necesario
sistematizar los resultados de la experiencia teórica y práctica revolucionaria
relacionados con la cultura política como parte de la Batalla de Ideas que libra nuestro
pueblo y brindar a nuestros profesores y estudiantes la posibilidad de profundizar en su
cultura política y lo mejor de la cultura política universal.
Como aporte a este proceso y referente teórico, en el Programa de Décimo grado del
Preuniversitario se conceptualiza la cultura política como “La concreción de la actividad
práctica cognoscitiva, valorativa y comunicativa en relación con la política. Incluye las
realizaciones, saberes e ideales que surgen en el contexto de las relaciones que se
establecen entre las clases y los grupos sociales, condicionados por el devenir histórico
cultural y el desarrollo político de la sociedad” (Programa Cultura Política, 10 mº grado.
Educación Preuniversitaria, Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 2006)
Los rasgos característicos de esa cultura política del pueblo cubano se concretan en su
carácter humanista, ético-revolucionario, popular, solidaridad con las causas justas,
colectivismo, patriotismo, internacionalismo y antiimperialismo entre otros. Esta cultura
política se realiza de forma cotidiana, consciente, y forma parte de la cultura general
integral de nuestro pueblo demostrado a través del apoyo popular a su régimen
económico-social, a su sistema político, puesto de manifiesto en las marchas del
pueblo combatiente a las que fueron convocadas las masas, en la defensa de la
soberanía nacional, la patria, la libertad y las conquistas alcanzadas, por la derogación
de las leyes anticubanas, el cese del bloqueo económico, financiero y comercial,
actividades en las que participa masivamente la juventud y todo el pueblo trabajador a
través de sus organizaciones políticas y de masas.
No sería erróneo afirmar que actualmente el pueblo cubano posee una elevadísima
cultura política.
Podemos concluir expresando que la cultura política en los países desarrollados es la
de la dominación y la exclusión tanto en el plano nacional como internacional y que en
el propio seno de estos países se conforma y desarrolla la cultura política de las
grandes masas explotadas que van adquiriendo mayor conciencia de que el capitalismo
no va y no puede resolver los grandes problemas de la mayoría, que por el contrario
conduce al mundo hacia un abismo.
Opuesta a esta cultura política se encuentra la de aquellos que como Cuba defiende a
los excluidos y explotados de este mundo y los valores supremos por su derecho a
construir la sociedad socialista que su pueblo ha decidido de forma consciente e
irrevocable.

8- Valore por qué en Cuba, la cultura política revolucionaria es por


necesidad histórica, martiana, marxista, leninista y fidelista
MARTÍ
José Martí no definió el término cultura política, tampoco teorizó acerca de esta
problemática, sus aportes están dispersos en su vasta obra revolucionaria a través de
sus escritos, discursos, conferencias, publicaciones periódicas y otras, por solo citar un
ejemplo, en su ensayo “Nuestra América”, sus discursos “Con todos y para el bien de
todos”, y el pronunciado en la velada conmemorativa en honor a Simón Bolívar.
Para el apóstol, existía una unidad indisoluble entre la política, la cultura, la ética, la
estética y la historia. Concibió la actividad política con sentido cultural, algo novedoso y
revolucionario para su tiempo ya que vinculó creadoramente ambos conceptos al
compromiso de la lucha por la independencia cuya base radicaba en las masas
trabajadoras como sujeto real de la revolución, lo que le permitió elaborar la estrategia
acerca de la necesidad del conocimiento de lo político como hecho de conciencia, pero
no de forma pura, sino como autoconciencia cultural de comprensión de la necesidad
de la guerra necesaria.
Lograr este empeño era consustancial a la creación de la República nueva como
fundamento ético de la justicia social a alcanzar por lo que comprendió que mientras
los trabajadores no hicieran suyas esas aspiraciones no sería posible lograr la
emancipación social. De esta forma, va configurando un ideal como sistema de valores
patrios, identitarios del ser cubano que orienta, regula y da impulso para la realización
del ideal común como nación, en cuyo proceso creativo se va configurando y fundiendo
una cultura con alma política, por lo que Martí no descuida las relaciones entre los
sentimientos, las aspiraciones y el amor como referentes comunes y esenciales.
En Martí, la política es en su esencialidad práctica, de ahí que la considerara como
arte, como cultura de hacer política que en su sentido más amplio está en la educación
a la que no concebía sin la instrucción por lo que la creación de una cultura política
propia, autóctona, cubana, contiene el auto-reconocimiento de nuestra propia identidad
como cubanos, concepto integrador y de amplio contenido social, multiétnico multicolor,
expresado en el concepto martiano de patria de contenido esencialmente humanista.
Para Martí la política no era solo un asunto de los políticos, sino de toda la sociedad
por lo que la cultura política que promueve tiene carácter popular y democrática, radical
por su contenido, de carácter estético ya que el hombre debía encontrar el equilibrio, la
armonía entre sus facultades emocionales y las de carácter intelectual, necesidad que
hacía extensiva en el orden político y cultural a las naciones y sus relaciones con el
mundo.
Equilibrio, equidad, armonía, justicia social son en José Martí sustento ideológico y
conceptual de la realidad nacional, continental y mundial, donde el hombre realizaba
sus aspiraciones de virtud ciudadana, el bien moral, el deber, la solidaridad y el respeto
al derecho ajeno, individual y social frente a las aspiraciones hegemónicas y
expansionistas fundamentalmente de nuestro vecino del norte.
El concepto de unidad adquiere por ello en Martí una connotación fundacional, el
estudio y análisis de la historia de las luchas revolucionarias por la emancipación
latinoamericana y en especial de la cubana en la guerra del 68 le hizo comprender lo
perjudicial que tuvo la falta de unidad entre los revolucionarios y en nuestras
repúblicas, por ello, no es casual que diera vida en los primeros meses del año 1892 al
periódico Patria y al Partido Revolucionario Cubano (PRC), cuyo objetivo mayor era
realizar un programa de acción único para lograr la independencia de Cuba y fomentar
la de Puerto Rico.
El mérito histórico martiano radica en que el PRC se constituyó en la primera
organización política en América Latina y en el mundo con un fin nacional liberador que
establecía en sus Bases y Estatutos la idea de dirigir una guerra anticolonial y hacer
una revolución para la emancipación de las masa oprimidas, fórmula que integraría en
el pensamiento y en la acción a los revolucionarios cubanos y de otras partes del
mundo, sentido de la unidad que transciende por su esencia internacionalista y
solidaria. Esta obra constituyó un arma de orientación ideológica, de educación para
movilizar a los patriotas y escuela para la formación de cuadros, todo lo cual forma
parte de nuestra cultura política.
El carácter latinoamericanista, antiimperialista del PRC se expresaba en sus Bases al
hacer referencia a la necesidad de fomentar y auxiliar la de Puerto Rico y advierte que
Cuba debía cumplir en el continente las obligaciones difíciles que su situación
geográfica le señalaba. Funcionaba además el partido sobre las bases del principio de
la democracia y de lo que llamaríamos hoy centralismo democrático. Martí lo explico al
expresar “El Partido Revolucionario Cubano es el símbolo visible de la unión de los
cubanos de todas las procedencias, de hombres buenos de todos los países en la idea
pura de la creación y emancipación definitiva de la Patria”.
El PRC, sería la vinculación esencial con las masas populares, particularmente con los
trabajadores. No se concibió como partido de clase, sino como una organización en el
esfuerzo por aunar voluntades con todos y para el bien de todos, sin distinción de raza,
nacionalidad, sexo, origen social, ideología o credo religioso. Su estructuró como
empresa cultural de la mayoría excluida que sintetizaba el nuevo concepto martiano de
revolución y de proyecto de República nueva.
La creación del PRC constituyó un excepcional aporte de José Martí a la cultura política
del pueblo cubano por su legado político, ideológico, ético, estético y cultural. La actual
Revolución Cubana es la reivindicación del ideal y sueño martiano ajustado a las
exigencias de nuestros tiempos cuya concreción alcanza en el partido de Fidel, Raúl,
el Che y de todo el pueblo cubano continuidad creadora, histórica y revolucionaria, es
decir, en el Partido Comunista de Cuba.
Martí calificó a la política de arte; categoría de la práctica, es cultura de hacer política que
combina adecuadamente la radicalidad y la armonía que se rige por principios éticos y
estéticos; otra categoría fundamental de la cultura de hacer política está en la educación en su
sentido más amplio; la importancia de la identidad nacional cubana es que contiene en su
esencia la cultura política y educacional presente en nuestra tradición intelectual. La cultura de
hacer política está vinculada a las más inmediatas necesidades populares y en la actualidad
con las ideas del socialismo algo que debemos compartir y difundir y que tendrá incidencia en
ello lo que hemos llamado la cultura de hacer política que representan Martí y Fidel, si logramos
que esa cultura sea patrimonio de las nuevas generaciones, ellas tendrán influencia política,
filosófica y culturalmente de enorme repercusión.
Fidel
Fidel comprendió la necesidad del estudio de la cultura política para concientizar y
socializar el proceso revolucionario a través del conocimiento de la historia en general y
la historia de Cuba en particular. Estableció como norma que más que la teorización
formal, los jóvenes debían ser consecuentes con la forma de pensar y actuar, por ello
es considerado precursor e impulsor de una política, una cultura y una ideología
consecuente con la defensa de la Revolución a través de comportamientos que
promovieran sus valores y principios
En consecuencia, con la instrumentación de la revolución educacional, de la que Fidel
fue uno de sus principales gestores, es que critica los cánones tradicionales en los que
se enmarcaba la enseñanza del marxismo y el leninismo, y exigía, de acuerdo con los
tiempos actuales, la formación y desarrollo de una nueva cultura política revolucionaria,
que debía tener como fundamento conceptual esta doctrina, pero que no podía
renunciar al heterogéneo espectro del pensamiento revolucionario cubano a través de
su historia, vinculado además al conocimiento de la producción teórica de los ideólogos
del capitalismo, para estar en condiciones de realizar las críticas y valoraciones
correspondientes. No excluyó de este proceso al pensamiento martiano como esencia
y vitalidad de la Revolución Cubana
Consideró necesario además, promover el estudio y reflexión de las causas que
identificaban las aspiraciones hegemónicas y expansionistas del gobierno de los
Estados Unidos (EE.UU), para estar en condiciones de analizar los cambios ocurridos
en el capitalismo actual vinculados a la Revolución Científico Técnica (RCT) y a los
procesos de transnacionalización del capital, así como del por qué de la imposición al
mundo del modelo globalizador neoliberal.
Sin la apropiación esencial de los contenidos antes tratados, consideró que no
estaríamos en condiciones de comprender y consecuentemente actuar para defender
el socialismo cubano, ni de crear la nueva cultura política a la que daba un papel
especial en este proceso.
A partir de estas premisas, es que se renueva el estudio y el interés por los teóricos
cubanos del estudio, sistematización y divulgación de la cultura política, qué entender
por esta, cuáles eran sus principales postulados y buscar formas de comportamientos
que se correspondiese con nuestra realidad e intereses, por ello, ese interés acaparó
en particular la atención de maestros y profesores en la búsqueda de vías, métodos y
procedimientos que permitieran explicar lo peculiar y característico de la cultura política
de la sociedad cubana en general y de los revolucionarios en particular y contraponerla
a los postulados que profesaban los gestores de un estilo de pensamiento hegemonista
y excluyente que consideraban a la cultura política como patrimonio exclusivo de los
países capitalistas desarrollados.
Ese estudio e interés por la cultura política contiene una importancia y un impacto
social insoslayable, ya que forma parte de la lucha ideológica que libra el pueblo
cubano contra la ideología globalizadora neoliberal. Para Cuba en especial, la
valoración de esta problemática a la luz del ideario martiano y la teoría marxista y
leninista, guevariana y fidelista, adquiere una vigencia y actualidad indiscutible en los
momentos actuales.
La impronta de Fidel en la búsqueda de soluciones prácticas a los problemas del
mundo de hoy y a los de la realidad cubana en el contexto de un mundo unipolar,
significó la aplicación consecuente del marxismo y del ideario martiano a las
condiciones de Cuba, precisamente Fidel articuló la unidad del pueblo cubano sobre el
fundamento de los intereses de la inmensa mayoría de la población y lo hizo inspirado
en la tradición revolucionaria universal, latinoamericana y antiimperialista de José Martí
y los insignes patriotas y revolucionarios que siguieron la tradición martiana y marxista,
entre ellos: Baliño, Mella, Villena, Blas Roca, Marinello, Frank, Che y otros.
Sin el conocimiento de esa historia, no es posible enseñar y aprehender cultura política.
Fidel le concedió especial importancia a la enseñanza de la cultura política, es por ello
que el fin del proceso de enseñanza-aprendizaje de ésta, esté relacionado con la
aspiración de promover el conocimiento de los contextos históricos en que marcha el
mundo y las particularidades que en ella manifiesta la realidad cubana; la orientación
sobre los derroteros de la fundamentación ideo-política que permitan encontrar
respuestas claves con aquellos proyectos de vida asumidos no solo por la sociedad,
sino además por los individuos que la conforman y la intencionada potenciación de los
comportamientos que hagan de las generaciones presentes y futuras, el agente activo
de cambio y mejoramiento revolucionario que nuestra nación necesita.
Fidel, exponente de lo mejor del legado histórico en la consolidación y desarrollo de la
nación y la nacionalidad cubana, y su concreción práctica a partir del triunfo de la
Revolución Cubana el 1ro de Enero de 1959, se puede considerar gestor y artífice de la
nueva cultura política que nace con este proceso, enriquecida con sus aportes a la
teoría política y a la política práctica, sus ideas y concepciones acerca de la conciencia,
su papel y lugar en la sociedad, así como de la ideología, la moral, los valores y
normas de conducta donde el ejemplo personal juega un papel primordial, constituyen
componente esencial de la cultura política de lo cubano actual, síntesis de lo mejor de
las tradiciones revolucionarias del pueblo cubano.
En la relación de esta problemática con la búsqueda de soluciones a las nuevas tareas
históricas que el momento histórico exige y dar respuesta a la sugerencia de Fidel de
implementar una asignatura que más que teorizar acerca del marxismo fuera capaz, sin
olvidar los contenidos y el método de exposición de esta filosofía, concretar en la
práctica modos de actuación y comportamiento comprometidos con la Revolución, el
partido y las masas, con alto contenido ético, humanista y revolucionario, portador de
una cultura general integral, es por lo que se instituyó la Cultura Política como
asignatura.
En el ideario y comportamiento Fidelista, la cultura política alcanzó nuevas formas de
realización, materializadas y llevadas a vías de hecho, a través de su actividad práctica,
teórica, como sistema de valores que se redimensionan como actividad comunicativa
en sus discursos, intervenciones y en estrecho diálogo directo con las masas, sin
descuidar los saberes e ideales en el contexto de las relaciones entre las clases,
grupos sociales y los nuevos sujetos históricos surgidos en la palestra internacional,
condicionados por el devenir histórico cultural y el desarrollo político de la sociedad
Fidel, no solo prestó especial atención al desarrollo de la conciencia y al sistema de
valores de la sociedad cubana y tercer mundista, sino además, al nivel de
conocimientos existente sobre la política y el poder político constituido, incluyendo la
organización del aparato estatal y del sistema de gobierno existente, en este sentido,
promovió el ideario guevarista como ideal comunista en la formación del hombre
nuevo que demandaba la construcción del socialismo en Cuba, caracterizado por el
Che a través del ejemplo como conducta y comportamientos consecuentes con la
forma de decir y hacer donde el individuo se consideraba representante del Estado
Prestó Fidel atención particular al desarrollo de la personalidad de la juventud cubana,
a la importancia de su formación ciudadana, expresada como sistema de convicciones
asumidas, desde los cuales se relaciona con la realidad social y política, su interés de
participar en la actividad política y su identificación con la política como mediación
eficiente para cambiar la sociedad, de esta forma, la cultura política, se manifestaba
como regulador entre la relación personal de los jóvenes, con el universo social y
político, especialmente con el poder y su presencia en la conciencia individual y
colectiva
En su amplia trayectoria revolucionaria, Fidel defendió el criterio de la necesidad del
Partido único, como contrapartida ante el multipartidismo, frente a las tergiversaciones
de la ideologización neo-liberal de los círculos de poder imperialista, por la unidad
nacional y la voluntad de defender la revolución, la soberanía y la identidad nacional
hasta las últimas consecuencias
Continuador del pensamiento martiano, promovió el antiimperialismo y el rechazo al
hegemonismo norteamericano, contraponiendo la vocación internacionalismo, la actitud
solidaria con los pueblos, la conciencia del destino común como forma de enfrenta a la
excluyente globalización neoliberal
La vigencia y actualidad de la nueva cultura política en Fidel, determina las actitudes e
influye en las modalidades de la actuación y el comportamiento político, es parte de la
cultura del pueblo, es por ello que, la integran valores materiales y espirituales,
conocimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos. En la Batalla de Ideas, de la cual
fue Fidel artífice, y en la que está empeñado nuestro pueblo aún, está presente la
característica del patriotismo, como componente esencial de la cultura política
socialista. El debate ideo-político, en la cuadra, en las universidades, de millones de
ciudadanos en defensa de la soberanía y la patria, por la libertad, por la derogación de
toda la legislación anticubana y el cese del bloqueo, así como la devolución del
territorio usurpado en Guantánamo por el gobierno de los EE.UU, en las que participa
masivamente la juventud, constituyen muestra de la cultura política cubana actual.
Entre otros aportes a la lucha ideológica y clasista librada por el pueblo cubano y el
nivel de conciencia alcanzado por llevar la defensa de la Revolución y del socialismo
cubano hasta sus últimas consecuencias, es lo que permite afirmar, con palabras del
propio Fidel que, actualmente, el pueblo cubano, considerado en su totalidad, es el que
posee mayor cultura política en el mundo
Para Fidel, la participación activa, protagónica y transformadora con orientación
revolucionaria relacionada con la política como ideología, como forma de la conciencia
social y de la política práctica, era una de las vías esenciales para contrarrestar la
ofensiva ideológica, en la que teoría, comportamiento (actuación práctica) y actitud
consecuente formaban una unidad dialéctica.
En Fidel, cultura, política, conciencia, valores, comportamientos, actitudes e ideología,
conformaban un universo de ideas a las que consideraba herederas del pensamiento
martiano. Fidel supo elaborar como estrategia la necesidad del conocimiento de lo
político como hecho de conciencia, como autoconciencia cultural, este fue un aporte
esencial a la cultura política y asimilada creadoramente por Fidel de esta problemática.
En nuestro tiempo que son los de Fidel, el desarrollo de la cultura política cubana se
realiza a través del apoyo popular al sistema político cubano, al mayor pluralismo y
participación en los asuntos del Estado sobre la base de la unidad política y la defensa
del socialismo en términos de defensa de la patria, la soberanía y la independencia
nacional, lo que constituye la base real de la cultura política del pueblo cubano.
La Revolución, en particular Fidel, han desarrollado una cultura política de nuevo tipo,
factor que en el ámbito educacional, los profesores deberán enriquecer con sólidos
conocimientos políticos, ideológicos y culturales y una profunda preparación teórico-
metodológica haciendo suyas las realizaciones contenidos en su legado histórico del
Comandante, capaz de trasmitir sus valores, potenciando que los estudiantes los
hagan suyos mediante una consecuente actividad revolucionaria, deben por ello, ser
capaces de demostrar liderazgo, disciplina, unidad de acción, capacidad creadora,
convicciones, es decir las ideas hechas conciencia, pero no como pura abstracción de
la teoría, si no como profesión y práctica de la conducta en correspondencia con la
realidad que les ha tocado vivir, a decir de Fidel, es sentido del momento histórico.
El estudio y reflexión del pensamiento de Fidel en la cultura política, es premisa
esencial para conocer y actuar en consecuencia. Los aportes que realizó en la
creación y concreción de una cultura política de nuevo tipo, conforma un sistema de
ideas cuya realizaciones prácticas encuentran en su pueblo modos de decir y hacer, lo
que constituyen el baluarte ideo-político en la defensa de la independencia nacional, la
patria y el socialismo. Ese estudio y valoración, constituye un hecho impostergable, por
lo que significa en la supervivencia de la Revolución Cubana y de su socialismo, frente
al hegemonismo ideológico y cultural de las potencias neoliberales en general y del
norteamericano en particular.
Marxismo y Leninismo
El socialismo, elevado a su más alta expresión con las ideas de Marx, Engels y Lenin,
nos enseñó que las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad humana y los caminos
que conducen al triunfo definitivo de nuestra especie, sobre todas las formas de
esclavitud, explotación, discriminación e injusticia entre los hombres.
El marxismo y el leninismo como método, nos brindan un sistema de leyes, principios y
categorías para el estudio y análisis de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento
Nuestra Revolución no es fruto exclusivo de nuestras ideas; nuestras ideas mismas son
en gran medida hijas del pensamiento revolucionario mundial. Algunos en este
hemisferio lanzan contra el socialismo la peregrina acusación de ser una idea
extranjerizante, como si el idioma que hablamos no hubiera llegado alguna vez de
fuera, como si las ideas liberales burguesas y todos los principios del capitalismo no
hubiesen nacido históricamente en Europa, como si el cristianismo hubiese sido la
religión primitiva de los naturales de este continente, como si la cultura y la ciencia no
fuesen universales. A tal diatriba se reduce muchas veces la argumentación política de
gobernantes reaccionarios e ignorantes, frente a masas sometidas al analfabetismo
cultural y político y a la más brutal explotación económica.
El marxismo-leninismo es en definitiva profundamente internacionalista, y a la vez,
profundamente patriótico. La liberación, el progreso y la paz de la patria están
indisolublemente unidas en nuestra concepción a la liberación, el prog Marx investigó y
escribió cosas muy brillantes, pero incluso las posibilidades revolucionarias que Marx
analizó son más brillantes de lo que tal vez el mismo Marx previó. El concebía el
socialismo como el resultado natural de las leyes de la evolución de la sociedad
humana, con posterioridad al desarrollo de la sociedad capitalista.
Lenin, que estudió e interpretó profundamente el pensamiento de Marx, añadió la idea
brillante de que muchos pueblos subdesarrollados no tenían que pasar necesariamente
por la etapa capitalista para construir el socialismo.
Mientras más meditamos sobre estos problemas, más admiramos la profunda sabiduría
y el carácter extraordinariamente revolucionario de las ideas de Marx y de Engels.
Antes de Marx y de Engels, los que pensaban en la hermandad humana, en la justicia
entre los hombres, por simples razonamientos de la mente o sentimientos del corazón,
eran los utopistas. Después de Marx y Engels, que analizaron la historia de la sociedad
humana y su evolución sobre base científica, los utopistas tuvimos oportunidad de
convertirnos en revolucionarios.
El revolucionario es una síntesis de la sensibilidad humana, del sentimiento natural de
rechazo a la injusticia y a la opresión, con la filosofía científica del marxismo-leninismo.
Yo mismo, antes de ser marxista, era utópico, comentaba Fidel. Me parecía que
aquella sociedad capitalista era un disparate completo, absurdo, y que cuando siendo
estudiante leyó el Manifiesto Comunista, empezó a dejar de ser un socialista utópico
para ser un socialista marxista.
Nuestro mundo no tiene solución sin la revolución, sin el socialismo, sin el marxismo-
leninismo. Mientras más madura sea la conciencia política, más se admira a Marx,
porque él vio la solución con el corazón, con la inteligencia, con la ciencia y con la
conciencia, veía la humanidad futura como una sola familia, y los recursos naturales del
mundo al servicio de toda la humanidad, y la ciencia y la técnica de los países más
desarrollados volcarse hacia los más atrasados y pobres para crear condiciones de
progreso, de bienestar y de justicia para toda la humanidad.

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