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MUJERES TRABAJADORAS

LAS MÁS CASTIGADAS


POR LA PANDEMIA

J U LIO 20 2 0
INTRODUCCIÓN
Las mujeres trabajadoras constituyen uno de los sectores más golpeado por los
efectos económicos y sociales de esta pandemia. Según el relevamiento del im-
pacto social de la pandemia del COVID-19, realizado por el CONICET, en Mendoza
las principales dificultades para el acatamiento que tuvieron las medidas de aisla-
miento tienen que ver con la dimensión material y económica.

Los problemas están vinculados a la pérdida parcial o total de ingresos, sobre todo
en los hogares de menores recursos y en las mujeres que han tenido que abando-
nar las actividades laborales para cumplir con tareas de cuidado y demás respon-
sabilidades domésticas.

Intentaremos mostrar algunas características estructurales de dicho sector a fin de


dimensionar los posibles impactos de esta pandemia observando la composición
de los hogares, su posición en el mercado de trabajo, el uso del tiempo para el
trabajo doméstico y de cuidado (o trabajo no remunerado) y la participación en la
distribución de los ingresos.

En los momentos de mayor crecimiento económico del país, aún con generación
de empleo e inclusión social, la brecha salarial entre varones y mujeres aumentó en
favor de los primeros (Ministerio de Trabajo y Producción, 1995-2019), lo cual indica
que la apropiación (distribución) del producto social tiene como determinantes
fundamentales la posición y las condiciones de lxs agentes en el proceso produc-
tivo.

En este contexto crítico, es oportuno incorporar a la agenda pública debates más


estructurales y a largo plazo sobre las desigualdades sociales y es necesario promo-
ver la generación de políticas públicas que complementen el reconocimiento de
las mujeres en el plano cultural y político con el económico.

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Composición de los hogares
Una primera aclaración, en este informe se trabaja en base al código binario mujer/
varón para caracterizar los tipos de hogares mendocinos, puesto que así están dis-
puestos los datos de organismos oficiales.

El tipo de hogar es una de las características que puede dar cuenta de las condi-
ciones de vida de los mismos. Sobre la realidad del hogar se anuda el mundo del
trabajo y los ingresos. En Mendoza, el 40% de los hogares está a cargo de mujeres,
según las proyecciones de población del INDEC son aproximadamente 228.000
hogares en el año 2020.

Si bien predomina el modelo de familia nuclear tradicional con jefatura masculina,


aparecen en escena los hogares monoparentales (un solo cónyugue, madre o pa-
dre, con hijos) de los cuales el 84,5% tiene jefatura femenina (alrededor de 57.000
hogares) y los unipersonales (un solo miembro), de los cuales el 61,4% tiene jefatura
femenina, 52.000 mujeres aprox., (DEIE, ECV 2018).

Hogares con Jefatura Femenina. Mendoza, 2018


Tipo Porcentaje Cantidad
Total Provincial 40% 228.000
Monoparentales 84,50% 57.000
Unipersonales 61% 52.000

Fuente: Elaboración propia en base a DEIE, ECV 2018.

El mundo del trabajo para las mujeres


Para analizar el mercado de trabajo de un país, a priori, se construye una división
entre la población económicamente activa (PEA) y la inactiva. Este segundo grupo
pertenece al mundo del trabajo no remunerado que contiene, entre otros, a las
mujeres que permanecen en el hogar y hacen las tareas domésticas sin percibir
remuneración (Neffa, 2014).

El trabajo remunerado
Dentro de la PEA, en el mundo del trabajo remunerado, según datos de la EPH-IN-
DEC, la desigualdad entre varones y mujeres se manifiesta en las tasas de activi-
dad, empleo, desocupación, subocupación y precarización, siempre a favor de los
varones.
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En el 4to trimestre de 2019, la desocupación en Argentina llegó al 8,9% mientras
que en el Gran Mendoza las mujeres alcanzaron una desocupación del 10,8% y los
varones del 4,3%, siendo las mujeres jóvenes (hasta 29 años) las más desocupadas
(15,9%). Si comparamos con el mismo periodo de 2018, las mujeres tenían 7,4% de
desocupación y los varones un 4,7%. Seguramente puedan encontrarse explicacio-
nes más complejas, pero queda claro que las mujeres son las más perjudicadas en
el comportamiento del mercado de trabajo. Sumado a esto, tienen mayor nivel de
precarización laboral que los varones, 41,8% y 35,2%, respectivamente.

Fuente: Elaboración propia en base a EPH INDEC.

El trabajo no remunerado (doméstico y tareas de cuidado)


Según la CEPAL (2020), en crisis de esta naturaleza, con medidas de aislamiento
y cierre de escuelas la desigualdad de género aumentará (incluida la violencia de
género), pues aumenta la sobrecarga de las tareas domésticas en las mujeres que
de antemano estaban afectadas por la brecha salarial, peores ingresos y condicio-
nes laborales que los varones. A esto hay que agregar, como vimos, que la salud, la
educación y los servicios sociales son ámbitos altamente feminizados, entonces la
carga se duplica sobre ellas.

En Mendoza, según la ECV (2018), alrededor del 90% de las tareas domésticas y
de cuidado (lavado y planchado de ropa, cocina de alimentos, limpieza, compras
y trámites, cuidado de niños/as) son realizadas por mujeres, sin importar si se trata
de zonas urbanas o rurales; la única excepción está en las tareas vinculadas a la

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reparación de artefactos y mantenimiento de la vivienda que son realizadas prin-
cipalmente por varones.

Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida, DEIE. 2018.

En este sentido, un estudio realizado por UNICEF (2020), indica que el apoyo para
realizar los deberes escolares es principalmente realizado por las madres (68%),
solo un 16% es de padres que se hacen cargo de las tareas escolares y otro 16% de
los hogares destacó la participación de ambos. Cabe señalar que en los hogares
de menores ingresos el apoyo para la realización de las tareas escolares recae aún
más en las madres (76%) mientras que la presencia de los padres en esta función
disminuye (10%).

Fuente: Elaboración propia en base a Unicef Argentina 2020

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Empleo Privado Registrado

Tasa de Feminidad
Según el Ministerio de Trabajo y Producción (2018), en Argentina, dentro de la masa
de trabajadores registrados del sector privado, cada 3 mujeres hay 7 varones. La
tasa de feminización llegó al 33% del total de trabajadores, esto significa un creci-
miento del 5% desde 1995.

Observado por sector, hay una primacía de mujeres en el ámbito de los servicios
sociales, salud y enseñanza y donde más ha crecido la presencia de mujeres es en
hotelería, restaurantes, servicios financieros e inmobiliarios y comercio.

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Trabajo y Producción de la Nación.

Por fuera del empleo privado registrado, según el Registro de Unidades de la Eco-
nomía Social y Solidaria (Gobierno de Mendoza), en la provincia, el 69% de los pro-
yectos de economía social y solidaria están impulsados exclusivamente por muje-
res.

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Brecha Salarial
La brecha salarial mide la desigualdad de salarios entre varones y mujeres. Consi-
derando todos los sectores del empleo privado registrado en Argentina, en prome-
dio, la brecha es de 29% a favor de los varones. La diferencia a favor de las mujeres
solo se observa en el sector, altamente feminizado, de enseñanza (-1,4%, cuando la
brecha es negativa significa una diferencia a favor de las mujeres).

Empleo privado registrado. Total nacional, 2019.


Remuneración promedio en pesos Brecha salarial
Mujer $ 51.318
29%
Varón $66.358

Además de la brecha salarial, existen otras dimensiones de la desigualdad entre


varones y mujeres manifestadas en el mundo del trabajo. La primera es el “techo de
cristal”, se llama así a una serie de barreras “invisibles” que impiden que las mujeres
asciendan a puestos jerárquicos y de decisión en empresas, organismos públicos,
sindicatos, etc. La segunda es “el piso pegajoso” en el que viven las mujeres y que
les impide despegar, desvincularse de las tareas domésticas y de cuidado. En el
mundo del trabajo doméstico podemos encontrar muchos factores que inciden
en esta realidad, posiblemente como su núcleo explicativo, más adelante indaga-
remos sobre eso.

Distribución de los Ingresos


Si bien el salario ocupa un lugar principal en los ingresos de las personas, sobre
todo en trabajadores, no es el único. La Encuesta Permanente de Hogares, incluye
todas las fuentes de ingresos, tanto laborales como no laborales.

En el 4to trimestre de 2019, en Argentina, en los estratos de menores ingresos hay


más cantidad de mujeres que de varones: en el 40% más pobre de la población
total, la cantidad de mujeres supera el 60%, mientras que en el 40% más rico la
relación se invierte y el 60% son varones.

En Mendoza, la última información disponible de la DEIE, en base a la Encuesta de


Condiciones de Vida (2018), nos indica que la brecha de género en ingresos ronda
el 24% a favor de los varones. La diferencia es mayor en zonas urbanas (25,3%) que
rurales (23%).

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Fuente: Elaboración propia en base a DEIE, ECV 2018.

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CONCLUSIÓN
Dentro de cualquier arista del análisis expuesto se puede observar que la mujer
siempre está en posición de desventaja respecto del varón, el mundo del traba-
jo no es la excepción, más aún, en este contexto crítico las desigualdades tienen
una intensidad insoslayable. Sobresalen las dificultades que enfrenta la mujer para
conseguir un trabajo decente en condiciones laborales y salariales dignas.

Si a esto le sumamos la situación del aislamiento social obligatorio, que hizo adap-
tar el trabajo a la casa, se hace difícil desvincular el mundo del trabajo remunerado
de las tareas domésticas y de cuidado. El panorama es más crítico si se considera
que la enseñanza, la salud y las tareas del hogar son actividades altamente femini-
zadas, lo que duplica el esfuerzo de las mujeres pero no sus ingresos salariales, es
decir, se trabaja más por igual o peor remuneración.

En estas condiciones, es necesario observar que los formatos tradicionales de fa-


milia (es oportuno considerar aquellos, asociados a la clasificación de la identidad
de género, que escapan a la binariedad varón/mujer) van cambiando y los hogares
unipersonales y monoparentales con jefatura femenina son cada vez más, realidad
que provoca atención sobre las condiciones económicas de esos hogares donde en
muchos casos la mujer es el único sostén de la familia.

Por último, y en línea con lo anterior, vale la pena rescatar la gran cantidad de mu-
jeres que están al frente de organizaciones comunitarias como merenderos, come-
dores y de emprendimientos de la economía popular de Mendoza, donde también
son mayoría. Es de suma urgencia la problematización de este asunto en la agenda
pública mendocina, razones sobran.

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Elaborado por:
CISME
Secretaria de genero de la CTA de lxs trabajadorxs
Secretaria de juventud de la CTA de lxs trabajadorxs
Frente Azul Naranja Género

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