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Reciprocidad - Réciprocité

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según J.-P. Guingane

2. El mercado de reciprocidad 2. El mercado de reciprocidad positiva


Teoría de la Este texto se refiere
positiva
Reciprocidad, 2003. principalmente a los
siguientes nociones
2. El origen del mercado Mercado de reciprocidad
Mercado de reciprocidad
según J.-P. Guingane
Textos de este capítulo
1. El origen del mercado de positiva
reciprocidad positiva Dominique TEMPLE | 2001 Moneda de reciprocidad
2. El origen del mercado
Principio de reciprocidad
según J.-P. Guingane
Reciprocidad centralizada
Reciprocidad simétrica
3. De C. Lévi-Strauss a K. Polanyi
Cual es pues el origen del mercado : ¿el intercambio entre Glosario
intereses privados, el trueque ? ¿O la reciprocidad ? Nociones : Reciprocidad
Alianza
Alteridad
El origen del mercado de reciprocidad positiva Antagonismo de civilización
Charis
según la leyenda de Ouagadougou Coexistencia pacífica de
sistemas antagonistas
En una conferencia que hizo sensación en África, J.-P. Guingane [1] Confianza
les da a los mercados un origen totalmente distinto al propuesto por A. Consejo inter-étnico
Contacto directo
Smith, refiriéndose a la tradición de los Mossis.
Contrato con dos precios
Cuadripartición
Declaración del Grupo de Lima
« En el Mogo, es decir en el país de los Mossis, no se sabe Dialéctica del don
exactamente cuando se instituyó el primer mercado. Algunos lo Economía de reciprocidad
hacen remontar al reino de Naaba Zombré, que reinó de 1681 a Economicidio
1744, y cuya madre habría sido la iniciadora del primer Encarnación
mercado. Parecería que la gente venía a ver a su hijo porque éste Esclavitud
daba audiencias y ella se apiadó de todos los que estaban Estructura estrellada
sentados y que durante días y días no tenían nada que comer. Estructuras elementales de
reciprocidad
Demandó autorización a su hijo para hacer galletas para que esa Estructuras semi-complejas de
gente pueda comer. Y otros tuvieron, ciertamente, la idea hacer el la reciprocidad
“dolo” [2], etc... Y, finalmente, he ahí el primer mercado que se Fetichismo
Filiación
creó. Y la actual ciudad de Zignare parece haber sido el lugar en
Formas de reciprocidad
el que se instaló el primer mercado del país Moaga. Hasta tal Función simbólica y
punto que es eso lo que dio su nombre a la ciudad Zignare. reciprocidad
Zignare quiere decir “lo nunca visto”. Y así, los otros Mossis Génesis del valor
venían a ver qué se “vendía”, se “intercambiaba” galletas por Honor
otra cosa, decían “nunca se ha visto eso”. A fuerza de decir Iluminación
“nunca se ha visto” acabaron por dar el nombre de “nunca visto” Imaginario
al lugar. Así, pues, “zignare”, quiere decir “nunca visto”. Y es Individuación
Intercambio
entonces el mercado, que habría creado la madre del rey, el que Interfaz de sistema
le dio su nombre » [3] Justicia
Kakarma
Las dos Palabras
Aquí el principio del mercado está claramente enunciado : asegurar el Lazo social
don de los víveres. Primero es distribución, una distribución Libertad
manifiestamente gratuita, sin compensación, un don : el don de la Liminalidad desdoblada
Mana
madre del rey a la gente que venía a las audiencias del hijo, ya que
Mercado de reciprocidad
esperaban y tenían hambre. El alimento es dado al que puede ejercer el Mercado de reciprocidad
derecho de la demanda legítima. Pero esta demanda compromete al negativa
demandante a la reciprocidad : “Y otros tuvieron ciertamente la idea de Mercado de reciprocidad
positiva
hacer el dolo (masato) etc...”. El mercado es el lugar en el que todo el Moneda de fama o de
mundo alimenta a todo el mundo. Es la reciprocidad de los dones renombre
generalizada. Es la obligación moral la que preside a la generalización, y Moneda de reciprocidad
esta obligación es el resultado de la reciprocidad, la comprensión de los Organización dualista
Organización monista
unos y los otros del sentido mismo del don. La norma social de la Palabra
necesidad de alimento permite entonces definir un equivalente general Palabra de oposición
entre las diversas producciones. En todos los mercados del mundo se Palabra de unión
Philia
compra y se vende e incluso se intercambia, pero respetando un precio
Precio de vuelta
justo y no según “la oferta y la demanda” del mercado de libre Prestaciones totales
intercambio o del mercado capitalista. El precio justo no depende aquí Prestigio
del más fuerte sino, al contrario, del más débil. Principio de cruce
Principio de liminalidad
“ !Lo nunca visto !”, dice entonces la Tradición. ¡Sí ! La naturaleza no Principio de oposición
Principio de reciprocidad
conoce ni el don ni la reciprocidad. La naturaleza (la naturaleza física y
Principio de unión
biológica) produce abundantemente y tanto más abundantemente Principio dualista
cuanto el riesgo de que todo se pierda es grande, pero ella no dona a Principio monista
nadie y tampoco conoce la demanda. Quid pro quo Histórico
Real, imaginario, simbólico
La humanidad sobrepasa las relaciones de fuerza entre los vivientes. Reciprocidad
Como observaba Daniel Peirce a principios del siglo pasado : Reciprocidad binaria
Reciprocidad centralizada
« A dona B a C. Ello no consiste en que A tire B y que B golpee Reciprocidad espiral
accidentalmente a C, como la pepa de dátil golpea al Djinn en el Reciprocidad generalizada
ojo. Si sólo fuera eso, no sería una relación triádica auténtica, Reciprocidad helicoidal
Reciprocidad horizontal
sino solamente una relación diádica seguida de otra relación
Reciprocidad negativa
diádica. El movimiento de la cosa donada no es necesario. Donar Reciprocidad positiva
es una transferencia del derecho de propiedad. Y bien, el derecho Reciprocidad simétrica
es un asunto de la ley, y la ley es un asunto de pensamiento y Reciprocidad ternaria bilateral
significación ». Reciprocidad ternaria
unilateral
Reciprocidad trinitaria
Ciertamente, ya no empleamos los términos de diádico o triádico en Reciprocidad vertical
ese sentido, pero la idea está clara. La Ley es una tercera instancia Redistribución
Responsabilidad
entre fuerzas opuestas. Y la significación se refiere a la Ley. Don y Resurrección
Demanda exigen algo que no existe en la naturaleza : la comprensión Revelación
mutua y ésta nace de la reciprocidad como Ley. Y es por ello que la Sacrificio
reciprocidad es lo “nunca visto”, desde el comienzo del mundo ! Aquí, lo Sentido
Sistema de reciprocidad
“nunca visto” es la generalización de la reciprocidad, anteriormente Situación contradictoria
confinada al interior de las relaciones de parentesco. Solidaridad
Sujeción
Pero es también una reciprocidad simétrica, es decir, en la que cada Tercero incluido de la
uno dona de tal manera que el otro también pueda donar, como para reciprocidad
que el equilibrio sea perfecto ; perfección necesaria para que el Transfiguración
Transubstanciación
sentimiento de humanidad engendrado sea tan puro como posible : el Valores de la reciprocidad
de una conciencia libre cuya eficiencia sea un verbo creador. Es el Venganza
equilibrio lo que es requerido, sea inmediatamente (un cabri por un
Nociones : Lógica de lo
cabri) sea mediatizado por un equivalente simbólico o una prenda, el contradictorio
equivalente de la reciprocidad, la moneda de reciprocidad, una moneda Actualización/Potentialización
que establece un lazo entre los unos y los otros que permitirá que se Conciencia afectiva
Conciencia de conciencia
pueda separar la prestación recíproca en prestaciones Conciencia elemental
complementarias : vender y comprar, como dice J.-P. Guingane, una Conciencia objetiva
reciprocidad que funda entonces una comunidad engrandecida por Contradialéctica
encima de las familias, los clanes y lenguajes... y que puede llamarse Contradictorio
Función contradictorial
sociedad de mercado, pero entendamos bien : ¡de mercado de Homogeneización/heterogeneizaci
reciprocidad ! Implicación positiva/negativa
Lógica
En la segunda narración de los orígenes a la que se refiere J.-P. Lógica dinámica de lo
Guingane, se trata de los genios, espíritus divinos : contradictorio
Niveles
Ortodialéctica
« Otros piensan que el mercado ha existido en Ouagadougou Paradialéctica
mucho antes de la llegada y la estructuración del poder Moaga. Principio de antagonismo
Principio de
Naaba Ndoubri, por ejemplo, que reinó de 1495 a 1518, de niño
complementariedad
habría llegado a los mercados organizados por los habitantes de
Dafazgo. Para aquellos que han venido a Ouaga, Dafazgo es el Principio de lo contradictorio
lugar donde se encuentra el espacio cultural Gambidi, y Dafazgo Tercero incluido de la Lógica
significa, literalmente, recaudador del mercado. Y cuando se dinámica de lo contradictorio
pregunta a los viejos del barrio cómo llegaron allá, dicen que
eran genios que descendían, de tiempo, en tiempo a través de un
hilo para mirar a los hombres. Y, un día, mientras estaban
mirando, un tipo malvado cortó el hilo. Los genios no pudieron
volver a subir al cielo. Entonces fueron a ver al jefe del lugar y le
dijeron : “¡y bien ! somos sus huéspedes forzados ya que no
podemos volver a subir”. Sólo tenían una cualidad : que comían
mucho. Al cabo de 2 o 3 días, el jefe se cansó de alimentarlos y
acabó por decirles : “vayan al mercado y saquen todo lo que
quieran”. Es así que esa ciudad se convirtió en un barrio llamado
Dafazgo. Y, tradicionalmente, si los jefes de Dafazgo se ponen a
pillar los mercados, creo que eso va a crear un problema, pero el
viejo jefe que viene a verme cada tanto, si va a algún sitio, se
hace reconocer como jefe de Dafazgo ; puede tomar entonces
todo lo que quiera, nadie puede preguntarle nada. Todavía hoy
tiene ese poder. Solo que, como no están obligado a reconocerlo,
creo que debe tener miedo de que se lo pegue antes de que se
reconozca su identidad. Pero tiene ese poder hasta hoy. Me ha
explicado que instaló en Ouaga 150 mercados desde que está en el
poder » Association Cauris-.

¿Significan robar, pillar, tomar, exigir el don, imponer el don puro al


huésped, recordarle el principio del don como obligación de reciprocidad
o, por el contrario el rapto y el pillaje hacen alusión a otra dinámica de
reciprocidad ? Volveremos a hablar de ello.

Por el momento, interpretemos en el sentido regio : los espíritus, los


genios, les vienen a decir a los hombres, perentoriamente : “ !Somos
vuestros huéspedes !” Al comienzo es la hospitalidad, el don, incluso si
está precedido por la demanda, ya que aquí es demanda de
hospitalidad, la demanda del don : “Somos vuestros huéspedes,
tenemos necesidad de ustedes, los forzamos a interpretar nuestra
demanda como la del don”. Los fundadores del mercado, del mercado
de reciprocidad, recuerdan que, en el origen, el mercado es la
hospitalidad, o que habiendo precedido la hospitalidad al mercado, el
mercado debe ser la organización de la hospitalidad o aún de la
reciprocidad. Es exactamente el sentido que la palabra hospitalidad
tenía antes en la misma tradición occidental. Los pueblos indoeuropeos
no se distinguen en ello de los otros pueblos de la tierra, más bien al
contrario. En el mundo indoeuropeo, la hospitalidad significaba, según
E. Benveniste [4], la reciprocidad, y las cosas iban aún más lejos, ya
que el indoeuropeo conocía otro nombre para huésped, hoy conservado
por el iranio.

« Aryman es el Dios de la hospitalidad. En el Rig Veda [5], como


el Atharva-Véda, está especialmente asociado al matrimonio. (…)
Se verá en la continuación de esta obra que “arya” es la
designación común y recíproca por la cual los miembros de una
comunidad se designaban a sí mismos », escribe E.
Benveniste [6].

El nombre del hombre es el nombre de aquello mismo que nace de la


reciprocidad : el dios de la alianza y de la filiación, para los ancestros de
los mismos occidentales…

Cuando el rey está harto de redistribuir, invita a los genios a imponer


a todo el mundo la hospitalidad de la que es el garante en el sistema de
redistribución : la reciprocidad generalizada, no centralizada, es el
mercado de reciprocidad. Y la obligación social, creada por la
reciprocidad, se convierte en la responsabilidad para todos de alimentar
a todos.

La leyenda sobre el origen del mercado de Ouagadougou opone


entonces dos formas de distribución, la una centralizada : la
Redistribución, y la otra el Mercado, el mercado de Reciprocidad. Las
dos formas tienen el mismo paradigma del don y el mismo símbolo : la
obligación de cada uno de alimentar al otro.

He ahí lo que nos recuerda eso que Lewis Hyde hizo evidente : el don
es alimento (título de uno de los capítulos del maravilloso libro : The
Gift [7]). Hyde dice que el don siempre debe ser consumido, utilizado,
“comido”. En los cuentos tradicionales, el don es un bien que perece. Es
por ello que, a menudo, se lo llama “alimento”, incluso cuando se trata
de bienes que nunca perecen. Hyde multiplica los ejemplos : en las islas
Trobriandes, los donadores tiran a tierra los collares de conchas y los
bronces (una forma de donar con desprecio, o desafiar al otro por no
poder hacer lo mismo), diciendo : “He ahí una comida que nosotros no
podemos comer”. En el noroeste americano, las tribus indias llaman al
potlatch “gran alimento”. Marcel Mauss traduce el verbo potlatch por
“alimentar” o “consumir” [8]. Utilizado como nombre, un potlatch es un
“alimentador” o “un lugar en el que uno se sacía”. Los potlatch
comportaban bienes durables y el objetivo de la festividad era el de
hacerlos perecer como si fueran alimentos. Las casas se quemaban, se
rompían y se tiraban al mar los objetos rituales. Una de las tribus con
potlatch, los Haidas, llamaban a su fiesta el “asesinato de la riqueza”.
Decir que el don es consumido, comido, significa a veces que es
verdaderamente destruido, pero más precisamente que el don perece
para la persona que lo distribuye. En África, el verbo francés “comer”
significa, hoy, recibir un salario, recibir de la Administración del Estado,
ya que éste está asimilado a un poder de redistribución. En Camerún,
se ha instalado un término que hace resaltar esta acepción de la
economía política : la “política del vientre” [9].

El don es alimento para el que dona, pero desde entonces no puede si


no ser consumido por el que lo recibe : es la obligación de recibir. El
don no deja de ser consumido : es consumido por uno al ser consumido
por el otro. Hyde toma un lindo ejemplo prestado de Wendy James,
antropólogo inglés. Si en la tribu de los Uduks del noreste africano… se
ofrece una cabra, es imposible transmitir esta cabra en intercambio por
otras cosas, pero también es imposible guardarla para sacarle leche.
Todo cálculo de interés es una injuria al don. La cabra debe ser
sacrificada para ser comida. Entonces, el que recibe la cabra debe dar
una fiesta… en honor del donador. He ahí por qué el don alimenta.

Pero el don es alimento en otro sentido. Hyde dice que el don siempre
debe ser consumido, utilizado, “comido”, pero que le da su nombre al
donador [10]. Y cita a Mauss, que nos recuerda que si alimentar se dice
donar, donar también es nombrarse. M. Leenhardt observaba esta
relación alimentar = donar = nombrarse de manera sorprendente [11].
Entre los kanakes :

« En toda ceremonia familiar, se prepara un pequeño montón de


víveres, dispuesto cuidadosamente sobre hierbas rituales, y
cuando todo está listo y decorado, la gente se dispone en un
medio círculo y el orador se adelanta : esos víveres, dice, son
nuestra palabra, y explica su razón de ser. No ocurre de otra
forma con la ofrenda sacrificial. Así el don lleva en sí mismo su
significación y la declaración que lo acompaña en varios rituales,
es además un acto adicional » [12].
El don es nuestra palabra, por él se hace reconocer nuestra
naturaleza humana, uno se hace reconocer como aliado, como pariente,
como ser viviente y donador. El don es el nombre del hombre cuando de
la reciprocidad de los dones brota una conciencia común con la que se
nombra al ser hablante. El don está investido de un valor simbólico : el
valor producido por la reciprocidad.

La reciprocidad es la matriz de la función simbólica. Y es ahí que se


crea el valor. Con este valor se nombra a lo viviente, al alimentador, al
donador y, desde entonces, la palabra-don produce la reciprocidad al
dirigirse al otro : ella es una orden (la orden de los genios, la orden de
volver a dar so pena de morir socialmente). El que recibe el don recibe,
inmediatamente, la orden de participar en la reciprocidad ; ese es el
sentido del don (do ut des). Se comprende, entonces, que el
demandador ¡demanda el don !. E, incluso en los mercados
tradicionales occidentales, no es raro escuchar al comprador decirle al
vendedor : “dame… un pan, por favor” y añadir antes de cualquier
reparo del vendedor, que le fijará el precio : “Y dígame cuánto le
debo !” La venta es demandada como un don y la demanda del don se
acompaña por la obligación moral, inmediatamente reivindicada por el
comprador, de pagar el precio justo. El comprador demanda el don para
inscribirse en la estructura que socialmente lo autoriza a nombrarse con
el nombre de hombre. ¡Y, sin embargo, ahí estamos en los mercados de
librecambio !. Incluso, en esos contextos, los hombres y las mujeres se
vuelven espontánea e inmediatamente a la relación primordial de
reciprocidad. Así el don alimenta el sentimiento de humanidad.

En un mercado de reciprocidad, se hace entonces imposible donar sin


exigir reciprocidad. Un don que pretendería imponerse unilateralmente,
sin respetar el principio de reciprocidad, sería sentido como una ruptura
de relación, o sentido como una agresión, una violación del principio
moral, una violación de la obligación a la que aspira el comprador, una
injuria al sentido que la reciprocidad dona al don mismo y
consecuentemente al contra-don. Un semejante don, sin reciprocidad,
privaría al otro del derecho de volver a donar y a participar del
sentimiento común producido por la reciprocidad. Sería un insulto a su
humanidad y una ruptura del flujo vital que es la reciprocidad en la
creación de referencias éticas comunes. Y es el olvido de esta exigencia
moral de la reciprocidad que hace creer que los dones recíprocos son
intercambios e incluso que sólo pueden ser intercambiados. Y ya que
los dones son necesariamente seguidos de contra-dones, el olvido de la
obligación moral, que impone la reciprocidad con el don, acarrea la
confusión con la idea de que los dones… ¡están interesados en el
contra-don !. En realidad los dones no dejan de ser donados como
dones puros, aunque de manera obligatoriamente recíproca, so pena de
ya no ser dones y transformarse en desafío o desprecio.

Si uno se encuentra en un sistema en el que predomina la


reciprocidad centralizada, el don de todos alimenta el sentimiento
común que entonces es único para todos. La ofrenda ritual, por otra
parte a menudo una ofrenda de alimentos, representa el hecho de que
el don alimenta el sentimiento de humanidad compartido por todos pero
bajo un solo significante. La ofrenda alimenta el sentimiento que parece
detentar este único significante y que, al ya no pertenecer propiamente
a nadie, se llama entonces “Dios”. El sentimiento de gracia parece
recibida de más allá de cada uno y en una estructura centralizada
parece venir del centro de la comunidad. El sentimiento creado por esta
estructura centralizada es la gracia, a menudo considerada como
alimento celestial… ¡He ahí por qué el don alimenta !

Esos diferentes sentidos de la palabra alimentar se relacionan con


mismo principio : la obligación moral que Mauss puso en evidencia
como el criterio de referencia de las economías de reciprocidad.

El alimento está ligado a la obligación de donar : la cosa donada


perece como perece el alimento para el donador, pero alimenta su
sentimiento de ser humano. El segundo sentido de alimentar está ligado
a la obligación de recibir, ya que el donatario no puede derogarse al
consumo del don, aunque esta obligación está ligada a la tercera
obligación descrita por Mauss : la de volver a donar y para ello producir
con qué volver a donar, con la reproducción del don que se convierte
entonces en la obligación de un trabajo productor en el origen de la
economía de reciprocidad.

Pero es importante reconocer que si el don reenvía a la producción del


sentimiento de humanidad o de la gracia, él se expresa, concretamente,
por la preocupación del cuerpo del otro y de sus condiciones de
existencia. Cuando el Gran Hijo Kanak envía sus ñame al extranjero,
diciendo : “he aquí nuestra palabra”, es claro que la palabra es alimento
espiritual, pero el ñame también es un símbolo que nos recuerda que se
debe alimentar al huésped materialmente, protegerlo, calentarlo,
abrigarlo, cuidarlo.

El hombre que ha dejado su hogar ya no está en condiciones de


asegurar sus condiciones de existencia incluso si se presentó con la
intención de instaurar una relación de reciprocidad en la que se crea el
valor por la palabra y no para adquirir ñames. La relación material o
económica está suspendida a la exigencia ética que implica el
advenimiento de una nueva humanidad aunque es obligatoria. Es esta
materialidad la que es incluso la fuente de la energía espiritual, la que
nos recuerda los símbolos o rituales de la metamorfosis de los valores
de uso en valor espiritual : la ofrenda y el sacrificio. He ahí por qué la
reciprocidad es el advenimiento en la naturaleza de un umbral a partir
del cual se descubre la espiritualidad y el horizonte de la cultura.

Las obligaciones descritas por Marcel Mauss [13] son, desde


entonces, el verdadero motor de la economía, y es la eficiencia misma
del hecho de ser humano el que es mandamiento original.

J.-P. Guingane dice todavía :

« A veces esta moral social se hace “interdicta”, como es el caso


entre los Lobis, entre los cuales ello ocurre con lo que se llama los
cultivos amargos, los productos como el mijo, que constituyen la
base de la supervivencia alimenticia, y cuya venta está
prohibida. En el país Lobi no se pueden vender productos
básicos » Association Cauris-.

Esos productos están destinados a alimentar a la familia, los niños, el


pueblo, y alimentar es donar. Los Lobis no ignoran el mercado de
reciprocidad pero para algunos viveres lo duplican por un compartir
generalizado que instituye la gratuidad absoluta. Por otra parte están
confrontados, desde la colonización, a prácticas comerciales que no
responden a las normas de la reciprocidad positiva y de las que
hablaremos pronto con el marcado de reciprocidad negativa, mientras
que la compra y venta se practican fuera de la comunidad lobi. Es
entonces imposible vender en un mercado semejante, en el que se
practican otras prestaciones que aquellas de reciprocidad positiva, con
bienes que deben ser donados. El mijo es un alimento que no puede ser
intercambiado…
Lo prohibido del que hablan los Lobis dice de la génesis de la Ley pero
bajo una forma negativa como la prohibición del incesto dice de la
obligación de reciprocidad exogámica de manera negativa : tú no
puedes producir para ti, así como no puedes esposar a tu hermana.
Pero con mayor razón, no puedes intercambiar a tu hermana. Es posible
aliarse de manera recíproca, como es posible distribuir de forma
recíproca el ñame o el mijo, pero no es posible intercambiar el ñame o
el mijo, así como es imposible intercambiar una hermana. Eso es
porque la reciprocidad no tiene por finalidad la adquisición de una
esposa o de mijo, sino la satisfacción del deso del otro para construir
una humanidad común de referencia.

Leer más
1. El origen del mercado de reciprocidad positiva
2. El origen del mercado según J.-P. Guingane
3. De C. Lévi-Strauss a K. Polanyi

Notas

[1] GUINGANE, J.-P. “Le marché africain comme espace de


communication - Place et fonction socio-culturelles du Marché Africain”,
conferencia-debate al Centro Lacordaire, Montpellier, mayo 2001, ver :
Afrique.Cauris

[2] bebida a base de mil que podria comparase a la babida de


“bienvenida” a base de manioc que los Shipibos ofrecen a sus
visitantes : el masato.

[3] Ibíd Afrique.Cauris

[4] BENVENISTE, Emile. Le vocubulaire des institutions indo-


européennes, Les Editions de Minuit, 1987. Tomo 1- Economie, parenté,
société ; tomo 2- Pouvoir, droit, religion). - Problèmes de linguistique
générale, Tomo 1 (1966) ; Tomo 2 (1967).

[5] El libro de los himnos el más ancianos de los textos hindú


llamados Véda (“sabiduría”)

[6] BENVENISTE, E. 1987, op. cit.

[7] HYDE, L. The Gift, Imagination and the erotic life of property,
Vintage Books, New York, Random House, 1979.
[8] MAUSS, M. “Essai sur le don. Forme et Raison de l’échange dans
les sociétés archaïques”, in L’année sociologique (1923-24), seconde
série, t. 1. Sociologie et anthropologie, Paris, PUF, 1991.

[9] BAYART, J.-F. L’État en Afrique : la politique du ventre.

[10] HYDE, L. Op. cit.

[11] LEENHARDT, M. Do kamo. La personne et le mythe dans le


monde mélanésien, Paris, Gallimard, 1947.

[12] LEENHARDT, M. Op. cit.

[13] MAUSS, M., op. cit.

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