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LOS DERECHOS Y DEBERES FUNDAMENTALES

DE LOS ESTADOS
Algnnas observaciones
SALo ENcKL

GO NZAL O SAENZ *

COMO EL HIS"FORiADoR Guglielmo Ferrero seña1o en sus celebradas con-


fere ncias en e1 Insti tuto de Estudios In ternacionales de Potsgraduados
de Gi nebra, una de las causas del movimien to de nacionalidades en e1
siglo xix, fue la Revolucion francesa. Parecio natural aplicar e1 lema:
ñ i berffi, Ega lité, I'“i at ct n ité, no solamente a las personas individuales,
sino tambic n a los grupos de personas, en particular a grupos nacio-
nales. Mientras los objetivos de Igualdad y Fraterni dad estan todavia
lejos de ser alcanzados en relacion a grupos nacionales (si no indivi-
duos) , la conc}uista del objetivo de Libertad por esos gru pos durante
los ultimos dos siglos ha sido tremenda, si es c}ue no ha sido virtual-
mente com pleta.
Igualmente, como la Declaracion de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789 fue seguida mas y mas por la ado pcion de “Bills
of Righ ts” del individuo en e1 nivel nacional y aun internacional, asi, nuevas
declaraciones sobre los derechos fundamentales de los Estados fueron
diseñadas y ado ptadas. La mas reciente es e1 Proyecto de Decla- racion
sobre Derechos y Deberes de los Estados preparada por la Comi- sion In
ternacional de las Naciones Unidas. Mediante la Resolucion 37a
(IV) de diciembre ti, 1949, la Asamblea General de las Naciones Unidas
anoto c}ue “a1 presente ha encontrado algunas dificultades en la formu-
lacion de derechos y deberes bdsicos ° de los Estados a la luz de nuevos
progresos en e1 Derecho Internacional y en ammonia con la Carta de las
Naciones Uni das”, y reconocio “la necesidad de con tinuar e1 estudio
en relacion a la materia”. En consecuencia tan solo “anoto” e1 Proyecto
• El doctor Salo Engel lia sido profesor en las uiiii ersidades de Tennessee, Louisia-
na State y ñliddle "Tennessee State. Es miemla ro de la American Society of International
Law y de la International Studies Association, eiitre otras. Autor de iiumerosos tra-
l ajos sold re Dereclio liiteriia sional. El liceiiciado Coiizalo S5eiiz traalaja para la OEA
como experto en administracifiii del desarrollo y desarrollo social en los parses latiiio-
americaiios. Con aiiterioridad fue fuiicioiiari o del gold ieriio laolii iaiio y eiiseñfi en la
U iiiversidad de la Paz. Es autor de ii umerosos tral ajos sold re cuestioiies legales rela-
cioiiadas con la iiidustria del petrfileo, la asisteiicia técn ica y los aspectos sociales del
desarrollo.
! Este articulo es uiia versifiii ampliada de uii eiisayo del Dr. Engel escrito en
honor del especialista mug coiiocido de los dereclios fuiidameiitales del iiidividuo, el
Dr. Egon Scluvella y adaptada por el' Liz. S5eiiz.
8 Cursii as de los autores.
2 SALO ENGELS Y GO N ZALO SUNZ XIII—I
de Declaration de la Comision de Derecho Internacional, considerân-
dolo “una notable y substancial contribucion hacia e1 desarrollo pro-
gresivo del Derecho International y su codification, y como ta1, la reco-
mendo a la continua atencion de los Estados Miembros y de los juristas
de todas las naciones”.°
Es aceptado que la dificultad principal en la formulation de los
derechos y deberes bâsicos de los Estados no es su consideration “a la luz
de los nuevos progresos en Derecho International y en armonia con la
Carta de las Naciones Unidas”. La dificultad princi pal es la admisi- bilidad
en Derecho International de la nocion misma de derechos y deberes
bâsicos de los Estados.

I. DERECHOS BASICOS: CON CEPTO Y CO NDI CI ONES

Si los derechos (y deberes) bâsicos tienen q ue diferir de los derechos


(y deberes) ordinarios, su protection debe diferir de estos ultimos. Esta
protection diferente estâ provista y garantizada por su inclusion en la
Constitution y salvaguardada contra interferencias por los organos Le-
gislativo y Ejecutivo y ta1 vez por individuos ordinarios. U tilizando e1 sistema
federal norteamericano como ejemplo: los derechos civiles y politicos del
individuo estân garantizados por la Consti tucion Federal y las
Enmiendas posteriores y salvaguardados contra la interferencia le- gislativa y
ejecu tiva ' por e1 poder del control consti tucional judicial (que constituye la
razon por la cual hemos omitido mencionar interferencia por e1 organo
judicial, porc{ue ¿c{uién protegerâ a1 individuo contra ta1 interferencia: q uis
custodiet i psos custodes?)
En los sistemas federal y unitario de los Estados de América Latina,
estos derechos bâsicos del individuo estân también garantizados por la
Consti tucion y su proteccion contra interferencias de los organos Legis-
lativo y Ej ecutivo asegurada mediante e1 control judicial de la actividad
legislativa y administrativa del Estado. Sin embargo, estas garantias cons-
titucionales pueden suspenderse o interrumpirse con la aplicacion del
“estado de sitio” insti tuido en la Constitucion, a diferencia del sistema
federal nor teamericano e1 cual sigue a1 sistem a inglés de la suspension
del mi it o{ Hat eat Col pus. Durante la vigencia del “estado de si tio” se

8 Para los textos de los tratados y conveiicioiics, resolucioiies, dcclaia cioiies y pro-
yectos de orgaiios in ter -guberiiameiitales, organ izacioiics no-guberiiamciitales e iiistitu-
cioiies cieiitif icas, y declaracioncs de jur istas y pub licistas, véase el Estudio Prepara-
torio concern iciite al Proyecto de la Declaracioii sobre los Dercchos y Deberes de los
Estados preseiitados por el Secretario General de las h'acioiies Un idas a la Comisioii de
Derecho Iiiteriiacioiia1 Doc. A/ CN. 4/2.
* Err el caso de la Eiimieiida Trece de la Coiistitucioii Norteamericaiia tambiéii
contra la iiiterfereii cia por parte de los iiidividuos.
OEA, Comisioii lntcramericaiia de Derechos Humaiios, P.rt Pro lecciori be foe
4erec/Nos 2lt‹u1nnos /renle n /n st‹sQenston 4s /ns gnrnn1?ns cons1t1t‹ctonn/es o
"esln4o be si1to”; Doc. 12, Oct. 1965, pp. 12-14. La ley fi aiiccsa de 1791, dio origeii al fi trt I
r/e sie’ge, iiicot pot ado posteriormciite, como iiistitucioii en much as coiistitucioiies
europeas y americaiias.
5 u L-srr 72 QERECHO S Y DEI3E RES DE LO S E STAD OS 3
suspenden ciertas garantias individuales, generalmente descritas en la
Consti tucion, mientras la amenaza grave, interna o externa que le dio
origen, contra la seguridad del Estado a la estabilidad del gobierno sub-
siste. De todas m aneras el organo Ejecutivo esta obligado a rendir cuenta
ante el organo Legislativo, de las causas que lo motivaron a hacer uso
de esta facultad extraordinaria y las medi das adoptadas.
No podria entonces hablarse de derechos (y deberes) basicos de los
Estados, sino que existe una constitucion internacional que garantiza
tales derechos y un organo de proteccion de ellos contra la interferencia
de los cuerpos legislativos y ejecutivos y por Estados indivi duales.

2. EA ARTA CO MO OF STITU CIOF I TERM AC IO PAL

¿Existe una Constitucion Internacional? El unico documento inter-


nacional que podria reclamar el itatiii de una constitucion internacional
es la Carta de las Naciones Unidas. Aunque esta en forma de un tratado
internacional, contiene dos articulos que le dan un caracter especial.
Uno es el articulo 2 (G) de acuerdo al cual “la Organizacion hara que
los Estados que no son Nliembros de las Naciones Unidas se conduzcan de
acuerdo con estos Principios en la medida que sea necesaria para mantener la
paz y la seguridad internacionales”. Esta es una provision excepcional porque,
ordinariamente, un tratado es obligatorio solamente entre las partes que lo
suscriben. Aqui, sin embargo, la Organizacion esta au torizada a aplicar
los Principios de la Carta aun a los que no son partes en el interés de
mantener la paz y la seguridad internacio- nales. La Carta esta, entonces,
considerada no como un tratado ordi- nario sino como una norma msa alta,
la cual se aplica a todos los miem- bros de la comunidad internacional
justificandolo por la consideracion primordial de mantener la paz y la seguridad
internacionales.
La otra provision es el articulo 103 de la Carta que dice: “En caso
de conflicto entre las obligaciones contraidas por los Nliembros de las
Naciones Unidas en virtud de la presente Carta y sus obligaciones con-
traidas en virtud de cualquier otro convenio internacional, prevaleceran
las obligaciones impuestas por la presente Carta.” Ordinariamente un
tratado anterior se abroga o modifica por un tratado posterior entre
las mismas partes de conformidad con el principio de la few porter ioi .
Bajo el articulo 103 la Carta tiene precedencia no solamente sobre obli-
Naciones conflictivas de tratados anteriores sino tambi%n posteriores y
esto no ocurre solamente con referencia a tratados entre Nliembros de
las Naciones Uni das sino también entre Nliembros y no Nliembros. Eso
es exactamente lo que sucede en una Constitucion la cual no puede ser
abrogada o cambiada por una ley posterior sino, por el contrario, esta
diseñada para prevenir leyes conflictivas posteriores. Esta calidad de la
Carta de ser superior a los tratados ordinarios u otras norm as interna-
cionales constituye una ruptura revolucionaria con el Derecho Inter-
nacional tradicional y tal vez puede ser consi derada como invalida por
las terceras partes interesadas. Sin embargo, se estima no solamente que
SAro ENGELS v G O NZAL o SñENZ TI XIII—I
la Carta se considera a st misma una norma superior sino que esta
pretensisn ha sido efectiva en la prâctica.

3. D ERECHO S BJSICO S EN LA CARTA

Asumamos entonces que la Carta es la ConstituciSn para la comu-


nidad internacional de los Estados, incluyendo aquellos que no son
Miembros de las Naciones Unidas, por lo menos en lo referente al man-
tenimiento de la paz y la seguri dad internacionales (articulo 2 (6) de
la Carta) . t Contiene la Carta derechos y deberes bnsicos de los Estados?
t Distingue entre derechos bâsicos y ordinarios y prevé sanciones espe-
ciales o cualquier sancisn para proteger y garantizar aquellos derechos
bâsicos?

a) Los P1‘inci pros de la Ca1‘ta en g ene1‘al

La Carta no parece establecer un orden jerârquico de las norm as


que contiene. Esto se aplica también al articulo 2 sobre los Princi pios
de la Carta, no obstante la posicisn que esta provisisn ocupa en la
Carta y a pesar del término usado para su contenido. Podria argiiirse
que el término “Princi pios” y el hecho de que “la OrganizaciSn y sus
Miembros procederân de acuerdo” con ellos inn plica una cierta supe-
rioridad y un carâcter bâsico de estos Princi pios. Un examen de los Prin-
cipios individuales, muestra, sin embargo, que tal no es el caso —con
excepcion del pârrafo 6 referente a la aplicabilidad de la Carta a los no-
Miembros, como se ha explicado arriba.

b) El P1‘inci pro de No inte1‘venciñn en pa1‘ticu law‘

jEl Principio de No intervencisn en asuntos internos (articulo 2


(7) ) consti tuye una excepcisn adicional? Se puede ciertamente razonar
que el derecho de los Estados a reglamentar sus asuntos domésticos li-
bres de interferencia externa es bâsi co y esencial a la existencia del Es-
tado. Y la fsrmula escogida por el pârrafo 7 parece confirmar esta carac-
teristica fundamental cuando dice que: “ninguna disposicisn de ésta
Carta au torizarâ a las Naciones Unidas a intrevenir en asuntos que son
esencialmente de la jurisdiccisn interna de los Estados, ni obligarâ a los
Miembros a some ter dichos asuntos a procedimientos de arreglo con-
forme a la presente Carta”. No intervencisn en asuntos internos es asi
colocado en un nivel igual sino superior a aquel de la Carta.
No debe perderse de vista, sin emb argo, que “este princi pio no se
opone a la aplicacisn de las medidas coercitivas prescri tas en el Capi-
tulo HH” de la Carta (articulo 2 (7) iu {in ey. Ademâs, como Hans
Kelsen ha demostrado," no existen asuntos que estén esencialmente

1966, pp. '29l, 294 ss.


J UL-S EP J* D ERECHO S Y DEEERES DE LOS ESTADOS 5
‹lentro cle la jurisclicciñn cloméstica cle un Estaclo. La Corte Permanente
cle usticia Internacional ma olaservaclo correctamente en e1 caso cle los
De ct c• tos de Naciona lidad de Tu nez-Max-I-iiecos respecto a una provision
similar en e1 Pacto cle la Liga cle las Naciones, que “la cuestiñn cle si
cierto asunto es o no es exclusivamente cle la jurisclicciñn cle un Estaclo
es esencialmente una cuestiñn relativa; clepencle clel clesarrollo cle las
relaci ones internacionales”.' Es cierto que aun a1 nivel nacional no may
clereclios liumanos a bsol ii tos y que siempre may excepciones a la regla como
ocurre con la suspension clel in1 it o f Ha beas Co1 pits en Estaclos
Uniclos y con la imposiciñn clel “estaclo cle sitio” en la mayoria cle los
Estaclos cle .4mérica Latina, pero e1 princi pio cle no intervenciñn en
asuntos clomésticos es cli ferente: es esencialmente relativo y no un prin- cipio
alasoluto con la posilailiclacl cle excepciones.
Para citar a Orwell: toclas las cosas son relativas pero algunas son
mms relativas que otras.

c) Not-iii as sii)etas a sanciones

¿Es posilale estalalecer una jerarquia cle las norm as cle la Carta cle acuerclo
a la existencia o e1 graclo cle sanciones previstas para su vio- lacion? Poclria
arguirse que las norm as para cuya violaciñn se prevén sanciones, en particular
aquellas sujetas a sanciones mas severas, son mms importantes, mms 1a‹isicas
que aquellas que no llevan sanciones o tienen sanciones menos sever as. Sin
emlaargo, mientras que las primeras norm as pueclen ser mms importantes esto
no significa necesariamente que ellas sean laasicas en e1 senticlo cle
clereclios funclamentales.
Los cinco ti pos princi pales cle sanciones que la Carta contempla son:
suspension clel e jercicio cle los clereclios y privilegios inlierentes en la
caliclacl cle hliemlaro (articulo 5) ; expulsion (articulo 6) ; suspension
clel voto en la .4samlalea General (articulo 19) ; sanciones laajo e1 Ca- pitulo
VII y prioriclacl cle la Carta solare olaligaciones conflictivas laajo otros
convcnios internacionales (articulo 1t)3) . La ultima provision pue- cle ser
eliminacla a1 respecto, ya que se aplica a tocl as las olaligaciones cle la Carta
y no mace clistinciones entre ellas. El :irticulo 19 puecle ser clejaclo cle
laclo claclo que la olaligaciñn cle pagar la contrilauciñn finan- ciera a las
Naciones Uniclas, con e1 resultaclo cle la pérclicla cle los cle- reclios a voto en
la .4samlalea General en caso cle mora por clos años o mms, puecle cli
ficilmente ser consicleracla una olaligaciñn “laasica”. .4clemas, e1 clereclio
corresponcliente perteneceria a la Organizaciñn y no a los hl iemlaros.
La expulsion es posilale en e1 caso cle “violaciñn repeticla” cle los Princi
pios cle la Car ta. .Aunque estos Princi pios clificilmente cali- ficarian como
clereclios laasicos en lo que se refiere a su materi a, como se ma
inclicaclo anteriormente, poclria clecirse que cali fican como tales en lo
referente a la severiclacl cle la sanciñn. Es, sin emlaargo, una sanciñn peculiar
puesto que priva a1 hl iemlaro a1 tiempo cle su expulsion cle

i P C,I J., Series It, °. 4, 1923, pp. 23 ss.


6 SALo ENGELS v GO NZAL O SAENZ I"I XIII—I
estos mismos clerechos “bâsicos” que la sancion este clestinacla a garan-
tizar a los Miembros. Mls aun, ya que la expulsion requiere una reco-
menclaci on clel Consejo cle Seguriclacl que este sujeto a1 veto, la aplica-
cion cle la sancion a los miembros clel Consejo cle Seguriclacl o sus
protegi Clos pareceria estar exclui cla.
Restan las otras Clos sanciones menci on aclas arriba: suspension de
los clerechos y privilegios cle M iembro (articulo 5) y sanciones bajo e1
Capitulo VIL Daclo que la conclicion para la aplicacion clel articulo 5
es una accion preventiva o coerci tiva bajo e1 Capt tulo VII, los Clos ti pos
cle sanciones poclrân consiclerarse juntas. Una accion preventiva o coer-
citiva bajo e1 Capt tulo VII puecle ser tomacla en e1 caso cle una amenaza a
la paz, quebrantamiento cle la paz o acto cle agresion (articulos 3S y
40) . El clerecho cle un Miembro a que su paz no sea amenazacla o rota,
o a no ser la victima cle agresion es asi mls am plio que e1 clerecho cle
existencia y este garantizaclo por la posible accion contra e1 Estaclo que
comete cualesquiera cle estos actos en la forma cle sanciones mili tares
o no mili tares o cle mecliclas provisionales (articulos 40-42) . En este caso
también, clescle e1 punto cle la severiclacl cle la sancion, e1 clerecho pro-
tegiclo por ella, cali ficaria como uno bâsico. Pero, ale nuevo, la aplica-
cion cle la sancion resultaria imposi ble contra un miembro permanente
clel Conse jo cle Seguriclacl o su protegi clo a menos que consienta o se
abstenga cle votar. Lo mismo poclemos clecir cle la aplicacion cle la san-
cion clel articulo 5 que este su jeta igualmente a1 veto. Una vez mls, la
sanci on, si f uera aplicacla, privaria a1 Miembro clel propio clerecho que
la sanci on este clestinacla a garantizar.

4. PRO TECC I ON CO NTRA I NTERFEREN CIA

Los clerechos funclamentales estân protegiclos contra interferencias


por los pocleres Legislativo y Ejecu tivo y algunas veces también por
i ncli vicluos. t Curl es la si tuacion a este respecto en lo que concierne a1
clerecho internacional?

a) In I er|e rencin Iegi.‹In I ivn

No existe un cuerpo legislativo formal en e1 clerecho internacional


general. La Asamblea General cle las Naciones Uniclas tiene pocleres
legislativos muy limi taclos solamente y los intentos cle ampliarlos son
muy cluclosos legalmente —por clecir lo menos. Pero mientras no hay un
cuerpo legislativo general y en consecuencia no hay necesiclacl cle pro-
teccion contra interferencias clel mi smo, hay creacion cle norm as me-
cliante la costumbre, las convenciones y por e1 reconocimiento cle los
princi pios generales roe clerecho por las naciones civilizaclas (articulo 3S
(1) clel Estatu to cle la Corte Internacional cle {usticia) . Acerca cle la
creacion cle norm as por convenciones —ya sean bilaterales o multilate- rales
— no hay problema ya que las convenciones son obligatorias sola-
5* L-SEP 72 DERE CHOS Y DE DE RE S DE LOS E STAD OS

mente entre las partes contratantes y volenti now fix t rn/ui ia —aunque
esto levanta el problema de si se puede renunciar a un derecho basico.
Sin embargo, podria haber un problema en relacion a otros mé todos de
la creacion de norm as: costumbre y princi pios generales de derecho,
ninguno de los cuales requiere el consentimiento de todos los sujetos de
la ley.

Se necesita proteccion también contra la interferencia de la rama


ejecu tiva. Si el Consejo de Seguridad puede ser considerado como tal,
puede determinar a su discrecion qué es amenaza a la paz, ru ptura de
la paz o acto de agresion —la Carta no define ninguno de estos tér- minos
—, decidir entre sanciones militares y no militares y por lo tanto, interferir
con los derechos “basicos” de los M iembros. O el Consejo puede
determinar a su discrecion que existe una “violacion re petida de los
Principios de la Carta” y recomendar la expulsion de un M iembro
—otra vez resultando en una interferencia con uno de los derechos “ba-
sicos de éste ultimo.

c) Inte |e enciu de Estud os in d ivi!d uules

Finalmente, se necesi ta proteccion contra la interferencia de un Es-


tado Miembro o no-Miembro, proteccion que el Consejo de Seguridad
puede o no proveer. .¥ falta de esa ‘proteccion” existe el “derecho in-
manente de legi tim a defensa individual o colectiva” en el caso de un
ataque armado contra un Miembro (articulo 51 de la Carta) . En ausen-
cia de tal ataque hay much as otras form as y mas sutiles de interferencia
aunque éste, a menu do ilusorio, derecho de legitima defensa no exista.

5 . TO NTRO L DE ACCI O N I N CO NST IT I'CIO NAL

No existe control judicial o poli tico de la consti tucionalidad de una


accion en el Derecho Internacional general o en la Carta o el Estatu to
de la Corte Internacional de J usticia. En cuanto al con tl o1 )ud i!ci u1, i.e.
examen de la consti tucionalidad de una accion por un organo judicial,
“solamente los Estados podrian ser partes en casos ante la Corte” (ar- ticulo
34 del Estatu to) . De aqui que los asuntos de consti tucionalidad pueden ser
traidos ante la Corte solamente mediante la solici tud de opiniones consul
tivas lo cual ha sido hecho much as veces. Esas opinio- nes consultivas, sin
embargo, son lo que dicen ser, si m plemente consul- tivas; no son
obligatorias para los organos que las han solici tado ni para los Miembros
interesados aunque estos ultimos hubieran tornado

8 \’éasc i .g. las Opiti ioncs Con sulti\ as solire Atlmisifiti a las Naciones U tiitlas
solirc cl Africa tlcl Sur Ocstc j' solirc Gastos Plc las Naciones Uti itlas.
SA O ENGELS Y G O N ZA O S GEN Z EI X111-1
la iniciativa para la solicitucl. Los Miembros, por otra parte, pueclen
acorcl ar referir un caso ale consti tucionaliclacl a la Corte segun e1 articu-
lo 36 clel Estatu to pero “la clecision ale la Corte no es obligatoria sino para
las partes en litigio y respecto clel caso que ma siclo clecicliclo” (ar- ticulo 59
clel Estatu to) . Solamente en la eventualiclacl poco probable cfc que
toClos los Miembros cfc las Naciones Uniclas intervinieran en e1 proceso, la
interpretacion clatla por la clecision serta igualmente obli- gatoria para toclos
(articulo 63 (2) clel Estatu to) , pero solamente “res- pecto clel caso que ma
siclo clecicliclo”.
En cuanto a un con t1 o1 poli’t ico, i.e. la competencia cfc un organo
poli tico para cleciclir asuntos cfc consti tuci onaliclacl, las relaciones entre
los organos ale las Naciones Uniclas, entre Miembros cfc las Naciones
Uniclas, y entre Miembros y organos clebe ser cliferenciacla. Con relaci on
a la pri mera es entencliclo que call a organo princi pal cfc las Naciones
Uniclas, mecliante la a plicacion o no a plicacion cfc la Carta, clecicle cli-
recta o inclirectamente sobre la constitucionaliclacl cfc su accion. Si Clos
organos cli firieran en un caso particular, uno puecle, clescle luego, cecler
en favor clel otro pero ninguno puetle ser forzaclo a tracer eso a menos ale que esté
bajo la au toriclacl clel otro. La Carta prevé esa jerarquia cfc los organos
cfc las Naciones Uniclas en forma limitacla solamente. El Conse jo
Economico y Social y e1 Conse jo ale Aclministracion Ficluciaria estan “ba jo
la autoriclacl” cfc la Asamblea General (articulos 60 y 85) ; e1 Conse jo
Ficluciario con relaci on a las zonas estratégicas est‹t bajo e1 Conse jo ale
Seguriclacl (articulo 83) ; e1 Secretario General e jecutai i ta- les “f unciones
que le encomienclen los tres Conse jos y la Asamblea Ge- neral” (articulo
98) ; y los organos subsicliarios estan bajo la autoriclacl ale los organos
que los crearon (articulo 7 (2) ) . A pesar cfc los articu- los 15 (1) y 24 (3)
e1 Conse jo ale Seguriclacl no est‹t suborclinaclo a la Asamblea General.
En lo que concierne a las relaciones entre los Miembros, ellos tam-
bién, se entiencle, estan au torizaclos, ba jo la Carta, a sus propias inter-
pretaciones ale la constitucionaliclacl tle sus acciones y, sin acuerclos espe-
ciales, ninguno puecle imponer su punto ale vista sobre los otros.
Con relaci on, finalmente, a las relaciones entre Miembros y orga-
nos, los primeros pueclen naturalmente tener (en efecto, lo han hecho)
sus pro pias opiniones sobre la consti tucionali(lacl ale sus propias accio-
nes o ale aquellas ale los organos, pero pueclen ser superaclos por una
au toriclacl mils elevatla segun los articulos 5 y 6 y el Ca pitulo VII ale la
Carta, como se inclico anteriormente. En estos casos es la interpretacion
ale la Carta y la conformiclacl ale los Miembros con la interpretacion
clacla por la Asamblea General y el Conse jo ale Seguriclacl la que importa
y no el punto ale vista clel Miembro.
Descle luego, no es probable que el establecimiento ale una accion
coerci tiva o la ex pulsion pueclen o vayan a ser en circunstancias orcli-
narias. De cloncle es muy tlucloso que los Miembros acloptar:in la opinion
consti tucional ale la Asamblea General y / o clel Conse jo ale Seguriclacl.
Tampoco ser:1 posible imponer una sancion contra un miembro per- manente
clel Conse jo ale Seguriclacl cuyo voto concurrente es necesario
fl£R£CHOS Y D£fl£RkS D£ LOS WSTSOS

y e1 cual, obviamente no votara contra st mismo o contra un Nliembro


bajo su proteccion.
Podria objetarse que la posibilidad de un control judicial no es una
cond icio sine qua now para los derechos fundamentales como las expe-
riencias bri tanica y francesa lo demuestran. No hay control judicial en
Gran Bretaiia y solamente lo que hemos llamado, “control previo poli-
tico” en Francia, en lo que se refiere a interferencia legislativa. Exis-
ten, sin embargo, procedimientos de control muy efectivos sobre la rama
ejecu tiva en ambos parses y hay, a1 menos en Gran Bretaiia, mcdi das de
conti o1, igualmente efectivas sobre e1 Parlamento por parte del pueblo
inglés que previene e1 que e1 Parlamento haga lo que podria, en teoria,
ser capaz de hacer.

N. ERE CHO N AT U RA L

Las anteriores consideraciones estan basadas en e1 derecho interna-


cional posi tivo y parece no ser necesario demostrar las conclusiones an-
teriores ad oculos, analizando en detalle las varias declaraciones sobre
los derechos y deberes fundamentales de los Estados referidos en parra-
fos anteriores." La si tuacion difiere si uno considera e1 problema desde
e1 punto de vista del derecho natural. Entonces es facil afirmar que
como en e1 foro doméstico “estas verdades son por st mismas evidentes,
que todos los hombres son creados iguales, y que estan dotados por su
Creator de ciertos derechos inalienables” (para citar la Declaracion de
Inde pendencia Norteamericana de 177fi) , tanto en e1 foro internacional
los Estados estan dotados de ciertos derechos inalienables, y dependera
de la “razon” o de la habilidad del filosofo del derecho natural pene-
trar los misterios de la naturaleza para escoger aquellos que é1 consi dera
ser fundamentales. Si las listas de tales derechos fundamentales estable-
cidas por los diferentes sabios del derecho natural, coincidieran es otra
cuestion. Tenemos que admi tir, sin embargo, que un concepto esencial
del derecho natural: /us cogens, ha venido recientemente a formar par-
te del derecho posi tivo internacional. El articulo 53 de la Convencion
de Viena sobre e1 Derecho de los Tratados de hlayo 23, 19fi9 esti pula:

Es nulo todo tratado c{ue en e1 momento de su celelaracion esta en


oposicion con una norma impe rativa de Derecho Inter nacional general.
rara los efectos de la presents corlvencion, una norma impe rativa de
de reclio inte rnacional general es una norma aceptada y reconocida por
la comunidad inte rnacional de Estados en su conjunto como norma c{ue
no admi te acne rdo en contrario y c{ue solo puede ser modificada por una
norma ulterior de dereclio inter nacional de Estados en su con jun to
como norma c{ue no admi te acuerdo en contrario y c{ue solo puede ser
modificada por una norma ulterior de de reclio inte rnacional general
c{ue tenga el mismo caracte r.

I’éasc nota 3, enJ9 ra. Para un an‹His is ellas ico dcl Projecto de Declaration de
la Comision dc De reclio In tcrna cion al de 1949 véase I-Ians Kchen, “".I“lie Draft Declara- tioiof
Rights and Duties of S tates, dli e .1it i e rich n Journ u 1 o f In 1 ‹ rn u1 ton u 1 La w, 19ñ0, pp.
2ñ9 276.
10 SALO ENGELS \ GO NZALO SAENZ FI XIII—1
Esta definicifin de Jtii cr›geui, sin embargo, no satisf ara a los se-
guidores del tlerecho natural. Adem as, de acuerdo con e1 articulo 64 de
la misma Convencifin de Viena, “Si surge una nueva norma imperativa
de derecho internacional general todo tratado existente que esté en opo-
sicifin con esa norma se convertir a en nulo y terminara”. La posi bilidad de
emergencia de nuevo Jtii cogent y de la modificacifin de Jtii cogent existente
por “una norma subsiguiente de derecho internacional general que tiene e1
mismo caracter” es dificilmente com patible con la idea del derecho natural
como reglas universales absolutas de aplicacifin eterna.' 0

7. RESU?vIEN

A menos que uno adopte e1 enfoque del derecho natural o, a menos


que, sobre la base del derecho positivo, uno razone que: 7j la Carta de
las Naciones Unidas es la Constitucifin de la comunidad internacional;
2) que estipula derechos y deberes basicos de los Estados y su proteccion
efectiva contra la interferencia legislativa y ejecutiva tanto como contra
los Estados individuales, y 5j que existe a1 menos alguna forma de con-
trol judicial o politico de la constitucionalidad de las acciones a menos
que todo esto sea admitido resulta dificil ver cfimo uno puede hablar de
derechos y deberes fundamentales de los Estados.

10 Para un tratamiento completo de /tis cogens en los Articulos proyectados por


la Comision de Derecho Internacional de las Naciones IN nidas clue fueran la base de la
Convention de Viena, vease Egon Schwelb, “Some aspects of international /iis Cogens
as formulated by the International Law Commission”. Ih id., 1967, pp. 946-975.

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